[36] CHATEAU BAJO VIGILANCIA
Mientras se dirigían al Chateau, JJ le contó a June que debía 30.000 dólares de restitución por lo ocurrido con Topper. La noticia preocupó a June y no pudo evitar preguntarse cómo iban a conseguir semejante suma. Sin embargo, JJ se apresuró a tranquilizarla, asegurándole que encontraría la manera de solucionarlo.
Se acercaron al Chateau y June frunció el ceño—. Cielos, ¿eso es lo que creo?
JJ siguió su linea de visión, observando a lo que se refería. Allí, en la entrada del Chateau y parcialmente escondido entre los árboles, se encontraba un coche de policía.
—Mierda. Deben estar vigilándonos —dijo JJ—. Tenemos que escondernos.
—Podríamos ir al cobertizo. Está alejado de la casa principal —sugirió June.
JJ asintió en silencio y condujo hacia el cobertizo. Apagó el motor con rapidez y escondió la motocicleta en el interior para no llamar la atención. Se refugiaron allí, intercambiando miradas cargadas de preocupación mientras intentaban decidir su próximo movimiento.
June escuchó pasos y se acercó a la ventana. Vio a John B caminando y abrió los ojos con sorpresa—. Es John B.
—Vamos —dijo JJ.
Salieron sigilosamente del cobertizo, manteniéndose escondidos mientras doblaban la esquina. June observó cómo JJ se movía rápidamente, acercándose a John B por detrás antes de taclearlo con fuerza. Tomado por sorpresa, John B reaccionó instintivamente, entrando en modo pelea.
Forcejearon brevemente hasta que John B logró inmovilizar a JJ contra el suelo. June exclamó—: ¡John B!
—Soy yo, JJ. Detente —dijo JJ mientras intentaba sacárselo de encima—. Carajo.
John B se detuvo y cuando vio que era su amigo, lo empujó—. ¿Qué haces?
—Cállate —dijo JJ, tapándole la boca y empujándolo detrás de un bote. Señaló algo a la distancia—. ¿Ves eso? Nos observan, ¿sí?
—¿Quién? —preguntó John B.
—No sé —respondió JJ.
—Deberíamos irnos —dijo June—. Escabúllanse hacia el muelle.
Sin perder tiempo, caminaron apresuradamente hacia el pantano. JJ señaló un camino y murmuró—: Hay que ir por aquí.
Sin dudar, se metió al agua, moviéndose con rapidez. June hizo una mueca al ver el agua turbia que probablemente estaba llena de suciedad, pero no tenían otra opción. Siguió a su hermano, esquivando ramas y raíces sobresalientes, hasta que llegaron al muelle.
—Espera —JJ volteó a ver a John B—. ¿Tienes las llaves del Pogue?
—Sí —respondió John B.
JJ asintió y avanzó hacia el HMS Pogue. Una vez que lo vieron en el muelle, salieron de la cobertura de la vegetación y comenzaron a nadar hacia el bote.
JJ llegó primero, subiendo con agilidad y desatando la soga que mantenía el bote amarrado al muelle. Mientras tanto, John B ayudó a June a subir, extendiéndole la mano para asegurarse de que no resbalara.
—Apúrense —dijo JJ—. Vamos.
John B fue directo al asiento del conductor mientras June y JJ empujaban el HMS Pogue lejos del muelle con todas sus fuerzas.
Cuando se alejaron lo suficiente y el Chateau quedó parcialmente oculto por la vegetación, June se dejó caer en la parte delantera, intentando recuperar el aliento. JJ, por su parte, se sentó junto a John B, su mirada fija en el camino que tenían por delante.
June suspiró, escurriendo su remera—. Genial, ahora no solo tenemos que preocuparnos por la restitución, sino también por la policía.
—Necesitamos un plan —dijo JJ—. Deberíamos...
—Espera —lo interrumpió John B, mirando a June—. ¿Qué restitución? —luego volteó a ver a JJ—. ¿Y qué te pasó en la cara?
JJ se encogió de hombros—. Es una larga historia.
El teléfono de June sonó con una notificación, y lo tomó para ver de quién se trataba.
Pope <3
Oye, ¿cómo están?
Aguantando, ¿y tú? Por cierto, John B apareció.
Pope <3
Estoy bien, ayudando a papá. ¿Dónde estaba John B?
No tengo idea, pero lo averiguaré.
—¿Quién es? —preguntó JJ.
June levantó la vista—. Pope, solo quiere saber cómo estamos.
—Dile que estamos genial, considerando que probablemente acabemos en una lista de los más buscados.
John B encontró un lugar deshabitado en la costa, donde amarró el bote con rapidez. Caminaron hacia unas piedras que había a la distancia, y John B se dejó caer junto a June, mirando al horizonte mientras JJ permanecía de pie, observando los alrededores con cautela.
—Bien, ¿alguien va a decirme qué pasó en mi ausencia? —preguntó John B, mirando a su alrededor—. ¿Y por qué JJ parece el saco de boxeo de alguien?
June suspiró—. Hace unos días Rafe y Topper nos atacaron a mí y a Pope. Como venganza, JJ y Pope tuvieron la brillante idea de hundir la nueva lancha de Topper.
—Amigo, ¿en serio? —preguntó John B, mirando a JJ—. Estoy orgulloso de ti.
JJ soltó una risita—. Se lo merecía.
June chasqueó los dedos, continuando—. Luego, Rafe, Topper y Kelce nos encontraron en la noche de películas en Figure Eight y... bueno, digamos que la palabra "pelea" no le hace justicia a lo sucedido.
JJ se puso la gorra para atrás y miró a John B—. Hermano, te lo perdiste, Pope le dio un cabezazo a Topper... nunca lo había visto así.
—No puede ser. ¿Qué más me perdí? —exclamó John B.
—Bueno, Rafe intentó estrangular a June —dijo JJ, su tono cambiando a uno más serio.
—¿Que hizo qué? —preguntó John B—. Lo mataré.
June puso los ojos en blanco—. ¿Podemos continuar? Y sin interrupciones, por favor —levantaron las manos en señal de rendición y ella dijo—: Bueno, al día siguiente, Shoupe apareció en la tienda de Heyward con una orden de arresto para Pope, y JJ dejó que lo culparan por lo sucedido.
—Mi padre se enteró y... —dijo JJ, señalando su cara—. Además, terminé debiendo una restitución imposible de pagar.
—Cielos, JJ —murmuró John B—. ¿Tu padre hizo eso?
JJ se encogió de hombros, desviando el tema de conversación—. ¿Qué hay de ti? Desapareciste de un día al otro.
June asintió—. Sí, John B. Estaba preocupada.
—Lo siento —respondió John B, mirándola—. La verdad es que estuve siguiendo pistas en Charleston con Sarah Cameron.
—¿Sarah Cameron? John B, ¡¿estás loco?! —exclamó June—. Kiara perderá la cabeza cuando se entere.
—Lo sé —suspiró John B—. No me lo recuerdes.
JJ negó con la cabeza, caminando de un lado al otro antes de decir—: Primero, casi me estrangulan los Kooks, y ahora, quedé enganchado con 30.000. Deberíamos huir.
June frunció el ceño, notando que a JJ no parecía importarle mucho todo el asunto de Sarah Cameron. Tenía un poco de sentido, ya que solo ella conocía el motivo detrás del odio de Kiara hacia la chica que, años atrás, había sido su mejor amiga.
—Bien, ¿adónde quieres ir? —preguntó John B.
—A Yucatán —respondió JJ.
June lo miró—. ¿A Yucatán?
—¿Qué? Estoy hablando en serio —dijo JJ—. Surfeamos todo el día y vivimos de las langostas que atrapemos.
—¿Quieres irte porque te dieron una paliza? —preguntó John B.
—No viste las fotos que me mostró Peterkin —respondió JJ.
June frunció el ceño—. ¿Qué fotos?
—Una de estos tipos que estaban casi destripados y...
—Bien, no quiero saber más —dijo June.
John B saltó de la piedra en la que estaba, mirándolos—. Piénsenlo. Están dispuestos a matar por el oro, debe estar ahí afuera.
—¿Te volviste loco? —gritó JJ, sacándose la gorra—. Cien años, viejo. Hace cien años que la gente intenta encontrar el Merchant, y nadie lo logró —lo señaló—. ¿Crees que vas a ser el que lo encuentre? ¿Cuándo entenderá esa cabeza dura que si sigues este camino, terminarás como tu papá?
—¡JJ! —exclamó June.
John B lo empujó bruscamente—. ¡No puedo rendirme! La última vez que vi a ese tipo, discutimos —dijo, su voz quebrándose—. Luego, se llevó el dinero de la renta y se fue tras el Royal Merchant. Le dije que era un padre de mierda, y ya sabes cómo sigue el resto.
—No fue tu culpa —dijo June mientras lo veía alejarse.
—¡No importa de quién sea la culpa, June! —gritó John B, dándose la vuelta—. ¿No lo entienden? No puedo renunciar a la búsqueda. No me importa quién está afuera, quién intentará matarnos. ¿Entienden eso? Lo saben.
Se dio la vuelta y caminó hacia una roca en donde había dejado su mochila. La tomó con rapidez, ajustándola sobre su hombro antes de continuar hacia el HMS Pogue.
—Miren, tengo un plan —dijo—. ¿Van a venir o qué?
June se acercó a él y posó una mano sobre su hombro—. Sabes que siempre tendrás mi apoyo.
John B le sonrió—. Gracias, June —se giró hacia JJ, quien parecía contemplarlo—. Cuatrocientos millones, JJ. ¿Cuánto debes de restitución?
—Esto podría ayudarnos —le dijo June a su hermano.
JJ asintió—. Bueno, será mejor que no perdamos el tiempo.
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