[13] EL MOTEL
Se dirigieron a la Guardia Costera, donde encontraron el lugar abarrotado de gente. June decidió quedarse afuera junto a Kiara y Pope mientras John B y JJ entraban con la esperanza de captar la atención de los guardacostas.
Cuando regresaron, las expresiones en sus rostros lo decían todo: no habían tenido suerte.
—Bueno, eso salió bien —dijo Pope.
—¿Y... cuál es el plan? —preguntó June.
John B agitó la llave de la habitación—. Sé cómo encontraremos al dueño del barco.
—No sabemos de quién es —Pope negó con la cabeza, intentando razonar con sus amigos—. Podría ser de cualquiera.
—Me apunto —dijo JJ, tomando la llave y arrojándosela a su hermana.
June sonrió, mirando a Pope—. ¿Quién sabe? Tal vez nos den una recompensa por devolverla.
—Vamos —Kiara palmeó su espalda—, vigilarás.
John B caminó junto a él—. Oye, al menos, solo serás cómplice.
—Cielos —murmuró Pope.
—Vamos —dijo June, riendo y agarrando su mano.
Siguieron a sus amigos de regreso al bote y, una vez acomodados, John B encendió el motor rumbo al motel cuya llave había encontrado. El viaje fue corto, pero en cuanto el motel apareció a la vista, June hizo una mueca.
Era un edificio de dos pisos con pintura descolorida y un estacionamiento lleno de maleza brotando entre el concreto, parecía abandonado. A medida que se acercaban, un escalofrío recorrió a June, había algo inquietante en la atmósfera del lugar.
JJ silbó—. Pensé que el Chateau se veía mal.
—Este lugar es un desastre —dijo John B.
—¿Un motel o un laboratorio de drogas? —preguntó Kiara.
—Decídelo tú —murmuró Pope.
June se levantó—. No parece un lugar para alguien con un Grady-White.
—No, parece un lugar donde asesinarían a alguien con un Grady-White —dijo Pope.
JJ agarró la soga para amarrar el barco—. Aquí vamos —fingió hablar por un megáfono—. Les habla su capitán. El HMS Pogue va a atracar.
Saltó del bote, aterrizando frente al mismo para comenzar a amarrarlo.
—¿Estamos bien? —le preguntó John B.
—Sí.
—Muy bien —dijo, acercándose a la parte delantera—. Aquí no pasó nada.
—Oye —June llamó su atención.
John B la miró—. ¿Sí?
—No dejes que haga nada estúpido —dijo, señalando a su hermano.
—Lo haremos —respondió JJ, sonriéndole.
—No prometo nada —dijo John B.
—Ten cuidado —dijo Kie, dándole la llave—. Lo digo en serio.
—Sí —John B sonrió, bajándose del bote y palmeando la espalda de JJ—. Vamos.
June los vio alejarse y desaparecer mientras subían las escaleras del motel, sus pasos resonando en el aire pesado de la tarde. Una vez que estuvieron fuera de vista, dejó escapar un suspiro y se sentó junto a Pope. Kiara los miró y sonrió ligeramente, bajándose del bote.
—¿A dónde vas? —preguntó June.
Kiara se encogió de hombros—. Voy a dar una vuelta a ver si consigo algo de información extra sobre el misterioso huésped.
—Ten cuidado —dijo Pope, absorto en su celular, apenas levantando la vista.
—Claro —respondió Kiara, con un tono despreocupado.
Luego, se giró hacia June, y, aprovechando que Pope seguía inmerso en su pantalla, le guiñó un ojo con complicidad.
June dejó escapar una risa incrédula, sacudiendo ligeramente la cabeza. Era evidente lo que Kiara estaba intentando, y aunque no quiso darle demasiada importancia, no pudo evitar encontrar divertido su esfuerzo.
Se alejó con pasos ligeros, y se adentró en el estacionamiento del motel. June la observó desaparecer, todavía con la sonrisa en los labios, antes de lanzar una mirada a Pope, quien seguía completamente distraído con su celular.
Se aclaró la garganta, ganándose la atención de Pope—. ¿Todo bien?
—Oh, sí —respondió June—. Solo quería saber si estabas bien. Desde la conversación en el bote hace un rato, no sé... te noto raro.
—Lo siento —respondió Pope, su tono incómodo—. Es solo que hay muchas cosas pasando a la vez.
—Vamos, Pope —dijo June, arqueando una ceja—. No me vengas con esas excusas. Te conozco desde que éramos niños. Hay algo más.
Pope suspiró, guardando su celular—. No sé si sea el momento para esto, June. Pero... desde esa conversación en el bote, no he podido dejar de pensar en algunas cosas.
June parpadeó, confundida—. ¿Qué cosas?
—Cosas sobre ti —admitió Pope, mirándola directo a los ojos—, y sobre lo que siento cuando estoy contigo. Es complicado, pero creo que...
La respiración de June se aceleró—. ¿Qué?
Pope respiró hondo—. No sé cómo explicarlo, June. Es como si, de repente, todo hubiera cambiado. Y no estoy seguro de cómo manejarlo. Es solo que —miró al suelo—... he empezado a pensar en ti de una manera diferente. Como si, no sé, sintiera algo más que no debería sentir.
—Pope, ¿estás diciendo que...?
Antes de que June pudiera terminar su oración, Kiara gritó sus nombres, interrumpiéndolos. Se giraron hacia el sonido de su voz y vieron cómo se acercaba corriendo. Cuando llegó al bote, se dobló, apoyando las manos en las rodillas mientras recuperaba el aliento.
—¿Qué pasó? —preguntó Pope, levantándose.
—Acabo de ver a la policía —explicó Kiara, su voz entrecortada.
June vio como la camioneta del sheriff entraba al estacionamiento—. Mierda.
—Llámalos —le dijo Pope a Kiara.
—No puedo —respondió ella—. No hay señal.
Pope negó con la cabeza mientras se bajaban del bote—. Si pierdo mi beca al mérito, mataré a alguien.
—Tal vez no suban —murmuró June—. Quizá solo buscan un cuarto.
Se pararon detrás del letrero del motel derrumbado, observando cómo los policías se bajaban de la camioneta y hablaban con un empleado del hotel.
—Miren, está señalando —dijo Kiara—. Van a subir.
June vio un rincón escondido detrás del motel con vista hacia la ventana de la habitación en la que John B y JJ se encontraban, y le hizo un gesto a sus amigos para que la siguieran. Había algunas rocas esparcidas por todas partes, perfectas para lo que tenía en mente.
—Bien, haz algo —dijo Kiara mientras veía como Pope agarraba una piedra.
—Retrocedan.
—Tú puedes.
Pope retrocedió con ellas, ladeó el brazo y arrojó la piedra que tenía en la mano la cual cayó al suelo, sin siquiera ni siquiera al segundo piso. June reprimió una risa mientras Kiara lo miraba con incredulidad.
—¿Alguna vez jugaste béisbol? —preguntó, agachándose para recoger otra piedra.
—¡Era del equipo de matemáticas! —exclamó Pope.
June rió entre dientes—. Un mateatleta.
Kiara lanzó la piedra, y ésta golpeó justo el centro de la ventana. Un segundo después, John B y JJ corrieron las persianas, y al verlos, comenzaron a señalar frenéticamente hacia el costado del motel pronunciando la palabra "¡Policías!" con la esperanza de que entendieran.
El sonido de las persianas deslizándose se sumó a la tensión en el aire, mientras todos se daban cuenta de que el tiempo se les estaba agotando. Kiara, Pope y June se miraron rápidamente, conscientes de que la situación se había vuelto mucho más peligrosa de lo que esperaban.
—Deberíamos estar listos —dijo June, y sus amigos asintieron.
Corrieron lo más sigilosamente posible hacia el bote, y Kiara comenzó el motor por si tenían que escapar rápidamente. June y Pope se quedaron en la parte delantera, agachados para evitar ser vistos por la policía.
—¿Nos vamos? —preguntó Kiara, pánico en su voz.
Pope se giró para mirarla—. Nunca dejas a un Pogue.
—No, en serio, ¿nos vamos? —insistió Kiara.
June se dio vuelta—. ¿Estás loca? No me iré sin mi hermano.
—Dios mío —dijo Pope, mirando hacia la derecha.
June siguió su mirada, viendo como John B y JJ salían por la ventana y se balanceaban en el techo, agarrándose a la tubería de desagüe para evitar caerse.
—¿Qué están haciendo? —murmuró June lo más bajo posible.
JJ hizo un gesto de "shh" mientras él y John B se balanceaban en el techo. Vio como su hermano sacó algo de su bolsillo trasero y, por un descuido, lo dejó caer. El objeto golpeó el techo con un ruido metálico ensordecedor. El oficial Shoupe levantó la persiana y se acercó, haciendo que tanto Pope como June se giraran rápidamente, tratando de parecer lo más naturales posible.
Afortunadamente, Shoupe no vio a John B ni a JJ, y se alejó de la ventana. Un momento después, salió de la habitación y se dirigió hacia la camioneta. Cuando la escucharon arrancar y alejarse, John B y JJ saltaron del techo y corrieron hacia el bote.
Pope tomó el lugar de Kiara, y tan pronto como los chicos pisaron el bote, salió rápidamente, alejándose del motel. Una vez que estuvieron navegando hacia la casa de John B, todos parecieron relajarse.
—Bueno, fue divertido —dijo JJ—. Podrían avisarnos antes.
—Sí —Kiara rió—, pero Pope estuvo en el equipo de matemáticas.
JJ sonrió—. ¿En serio?
—La policía tomó todo como si fuera una escena del crimen —comentó Pope—. ¿Encontraron algo?
—¿Si encontramos algo? —repitió JJ, hurgando en sus bolsillos—. No, no creo —sacó un fajo de dinero y un arma—. Sí, así es.
—¿Qué demonios? —preguntó Pope, parándose.
June, que estaba sentada junto a JJ, lo miró preocupada—. JJ, ¿qué hiciste?
—Tranquilo —dijo JJ, ignorando a su hermana y parándose frente a Pope.
—¿Por qué la sacaste de la escena? —preguntó Pope, entrando en pánico.
JJ se encogió de hombros—. Antes que la policía.
—¿Es en serio? —dijo Kiara.
Pope suspiró, agarrándose la cabeza—. Perderé mi beca al mérito.
—Oye, shh —dijo JJ, apoyando el arma en los labios de Pope—. Nos tienes a nosotros.
—Esto es una pesadilla —dijo Pope.
—Basta, JJ —murmuró June, interponiéndose entre ambos—. Guárdala.
—Pero...
—Ahora —exclamó June.
JJ guardó el arma de mala gana, y June no pudo evitar sentir que encontrar ese barco había terminado siendo más una condena que una salvación.
Estuve experimentando un poco y salió esto. Nuestra pareja fav ❤️
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