Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo



"Por favor, siente la calidez a mi lado.

Por favor, abrázame con tus frías y suaves manos.

Seguiré manteniéndote a salvo"

Snow Flower – V ft. Peakboy



Invierno 2032

Navidad



Pensaban que este invierno golpeaba más que años anteriores. JiMin sentía sus manos frías mientras caminaba el sendero del brazo de su esposo y los gemelos iban frente a ellos cargando un ramo de flores cada uno. Ahora tenían seis años y tenían mucha más pila cada día que pasaba. Los mejores momentos de su vida los han pasado con ellos, yendo de un lado a otro, jugando, incluso tocando el niño interior que llevan dentro. Siempre con risas, bromas y muchas horas de correr y brincar.

Esos pequeños loquillos, como los llamaba el abuelito TaeHyung, eran lo mejor de su vida.

Habían crecido muy bien durante esos años, manteniéndose felices y siendo buenos niños a pesar de que eran bastante traviesos. En la escuela sostenían buenas notas y eran muy populares, no sólo por ser los hijos de Jeon JungKook, también por el gran cerebro que poseían. Aunque sólo JungHyun parecía ser un genio musical pues, a su corta edad, estaba tomando clases de guitarra y de piano casi al mismo tiempo. YoonGi era un gran apoyo para él y era quien se encargaba de darle consejos cada vez que le pedía alguno. Otras veces lo acompañaba al estudio de grabación para enseñarle todo lo que necesitaba saber y cosas que quizá no aprendería en la escuela.

JiHo, por otro lado, había heredado astucia para las matemáticas y números, así como su padre JungKook. Alguna vez quisieron enviarlo a clases avanzadas para explotar su potencial pero, por consejo del abuelo TaeHyung, no lo hicieron. Era un genio, sí, pero no merecía la pena sacrificar su infancia sólo por eso. Merecía crecer como cualquier niño de su edad; jugando con su hermano y viendo caricaturas en la tarde.

Los gemelos eran niños felices y en gran parte siempre se lo agradecerán a su bisabuelito TaeHyung.

—Creo que debimos traer más flores—dijo de pronto JiHo y se giró para ver a sus papás.

— ¡¿Verdad que sí?! —alzó la voz JungHyun—Para visitar al bisabuelo necesitamos muchas y muy grandes.

—Es verdad—asintió JiMin con una sonrisa conmovedora—Se volvía loco por las decoraciones navideñas, pero sin duda, las flores blancas eran sus favoritas.

—Entonces debimos traer más flores blancas—JiHo hizo un puchero.

—Para año nuevo traeremos más flores blancas. Todas las que quieras—consintió JungKook—Pero ahora debemos adornar su casita con las decoraciones navideñas.

—Está bien—respondieron los gemelos al mismo tiempo.

Se dieron la vuelta para continuar caminando por el sendero que era cubierto ligeramente por la nieve navideña, mientras que JiMin los miró y sonrió con cierto toque de nostalgia que su esposo notó, y por esa razón lo abrazó.

—Es navidad, bebé—le susurró al oído—Recuerda que siempre debemos sonreír mucho.

JiMin sentía la calidez a su lado, no importando el frío y el ligero pesar en su corazón. Si él estaba ahí para abrazarlo con sus frías y suaves manos, todo estaba bien. Seguía manteniéndolo a salvo.

Caminaron detrás de sus gemelos mientras pensaba cada uno en sus cosas, sobre todo, se veían invadidos de muchos momentos que ahora sólo eran recuerdos, pero que eran suficientes para sonreír y seguir adelante. Tenían dos razones para sonreír y para ser felices a pesar de los sucesos de ese año.

Al llegar a su destino no pudieron evitar sentir ese vacío que se han esforzado por llenar, pero en estas fechas era casi imposible de lograr. Sólo miraron con ojos cristalizados cómo sus hijos corrían hacia donde estaba el mausoleo, aunque tenían inseguridad de acercarse, tuvieron que hacerlo, porque lo habían prometido hacía siete meses atrás.

— ¡Bisabuelito! —gritaron los gemelos—¡Te trajimos flores blancas!

Los gemelos abrieron la puerta con la llave que sus padres les dieron y entraron al lindo recinto que albergaba al hombre más extraordinario que haya existido jamás.

—Abuelo—habló JiMin con un hilo de voz—Ya estamos aquí.

—Y trajimos las decoraciones navideñas—completó JungKook.

Miraron la foto del gran Jeon TaeHyung que estaba en el centro de la pared a un costado de la foto de su amada Jennie y frente a ellos estaban sus cenizas. Se acercaron y besaron la urna con mucho cariño y anhelo, con ese sentimiento que es difícil dejar ir pero que sabes es necesario.

El abuelito TaeHyung tuvo la oportunidad de ver crecer a sus bisnietos durante varios años. En mayo de este mismo año fue llamado por el todo poderoso para llevarlo al reencuentro de su amada Jennie que estaba esperando por él. Su enfermedad cardiaca se complicó, pero gracias a los cielos la pasó lo mejor posible antes de cerrar los ojos.

Tal vez fue JiMin quien más lloró su muerte pese a que no tenía ni diez años de conocerlo. El lazo que ellos crearon durante ese tiempo era casi inquebrantable, era poderoso y los mantendría unidos aun cuando la muerte haya llegado para separarlos.

Al día de hoy es difícil olvidar ese veinticinco de mayo, pero saben que deben continuar creando sus pasos y ser agradecidos por la larga vida del abuelito TaeHyung, quien se fue de este mundo a los noventa y tres años de edad.

Su familia estuvo ahí, hasta el último suspiró que dio, y se quedaron con el recuerdo de esa última sonrisa que les dedicó. Ahora venían al mausoleo que estaba en el cementerio y que prácticamente era un santuario para ellos.

—Espero que no hayan empezado sin nosotros—habló Jin para anunciar su llegada.

—Trajimos nochebuenas y un pequeño árbol de navidad—completó NamJoon.

A los pocos segundos se escucharon palabras mal ejecutadas en voz de un ser demasiado tierno y pequeño; YoonSeok entró caminando al mausoleo con sus padres detrás cuidando cada paso que daba.

—Y nosotros trajimos el chocolate caliente con las tazas—se anunció YoonGi con una sonrisa.

HoSeok se acercó a la urna y también la besó. Después miró la foto en la pared y sonrió con luminosidad.

—Sí que era guapo—alabó sin dejar de verlo—Y la abuela también era preciosa.

—Yo creo que ellos estaban destinados a estar juntos siempre—habló NamJoon mirando las fotos de sus padres—Por eso mi padre tuvo que irse. Seguramente mi madre ya lo extrañaba mucho.

—Y él a ella—completó Jin y abrazó a su esposo—Estaban hechos el uno para el otro. No hubo día que no los viera desbordando corazones por todos lados.

JiMin escuchó aquello y miró ambas fotos pensando que ese era el amor más bonito que haya podido existir. Luego miró a su esposo quien también lo miró de la misma forma y entonces entendió que el abuelito le dejó mucho más que buenos recuerdos; no puede quitarle el mérito de que por él estaban juntos y ahora tenían una familia. Que gracias a él conoció el verdadero significado de tener un abuelo, uno que se vuelve tu cómplice, que te apoya, que te da su cariño y que te hace reír de todas las formas posibles.

El abuelito TaeHyung había pasado a ser eterno.

—Muy bien, familia—habló NamJoon—Vinimos a festejar el cumpleaños del abuelo. Hagamos que se sienta más orgulloso de nosotros.

La cena navideña fue extraña con ese asiento vacío en la punta de la mesa, pero ahora que estaban aquí, encontraban cierto consuelo y un abrazo a sus corazones melancólicos. Lo que hicieron fue adornar el mausoleo con escarcha, esferas, nochebuenas y flores blancas. El árbol de navidad igualmente fue colocado y debajo pusieron regalos que ya jamás se volverán abrir, mismos que sólo llevaban recuerdos de todas las memorias que TaeHyung les dejó cuando estuvo vivo.

Después degustaron de ese chocolate caliente mientras hablaban de las muchas vivencias que tuvieron a lado del abuelo, sobre todo aquellas veces que él planeaba algo y terminaba saliéndose con la suya. Así fue él, no por nada se convirtió en un gran empresario y experto en brindar experiencias inolvidables en sus hoteles. Lo mejor es que el legado que había dejado no era sólo de negocios, también era uno que le daba un alto significado a la navidad y mucha importancia a la familia. Sobre todo el respeto, el amor y la confianza.

La familia Jeon no sólo era rica en dinero, también lo era en valores.

—Ojalá hubiese llegado a esta última navidad—expresó JiMin con cierta tristeza—Pero entiendo que era momento de irse con la abuela Jennie.

—Viejito mañoso—habló JungKook—Nos hizo amarlo. Nos enseñó miles de cosas... pero no nos enseñó a llevar esta vida sin él.

—Abuelos como él dejan vacíos que jamás vuelven a llenarse—se unió YoonGi—Y jamás, ni por equivocación, los olvidas.

—Él sabía cómo dar amor y vivir sin preocupaciones—agregó HoSeok—Creo que esa es la enseñanza más grande que nos dejó.

Tanto que TaeHyung les inculcó y cada recuerdo era tan grato que ahora era difícil continuar, pero era necesario. Su ciclo de vida se había cumplido y era momento de que su familia cumpliera el suyo... sin él.

Pero era seguro que los cuidará en cada paso que den por la vida. Sobre todo a sus pequeños loquillos que tanta alegría le dieron en sus últimos años de vida. Y ellos también lo extrañaban demasiado. No cualquiera tiene la gracia de conocer a su bisabuelo, sobre todo a uno como él.

— ¡Bisabuelito, feliz cumpleaños! —gritó JiHo.

— ¡Y feliz navidad! —gritó JungHyun.

Las voces de los gemelos y la risa de YoonSeok eran abrazos cálidos para ellos en este momento. Aunque los pequeños loquillos extrañaban a su abuelo, su inocencia les hacía ver las cosas de manera positiva y eso era un consuelo para la familia. Los niños eran su luz en esa noche fría y temporal.

"Feliz navidad, abuelito... viejo mañoso. Fue un placer coincidir contigo en ese parque" habló JiMin para sus adentros y cerró los ojos mientras unas cuantas lágrimas fluían por sus mejillas.

Despedir a un abuelo es... difícil, sobre todo cuando son de esos abuelos que te entregan todo sin pedirte nada a cambio. TaeHyung era luz pura que encandilaba a todos a su alrededor y que nunca se cansó de dar amor. Fue estricto y bastante perfeccionista, pero supo brindarle amor a su familia, sobre todo inculcarles valores para que no se dejaran cegar por la posición social que tenían. Ahora ellos se despedían de él y le deseaban un cumpleaños feliz en el cielo a lado de su amada que también dio todo cuando estuvo viva.

Los ángeles van al cielo, así que él ya estaba ahí.

Fue imposible que todos no lloraran. Los recuerdos eran significativos, pero iban cargados de melancolía, por aquellos tiempos que no volverán. Por fortuna, pudieron recapacitar a tiempo antes de que una tragedia más devastadora los hiriera y se mantuvieron juntos hasta el final, tal y como se lo prometieron cuando estuvo vivo.

—Vamos a casa—dijo NamJoon al tiempo que secaba sus lágrimas—Debemos mantener viva la tradición que mi padre nos dejó.

— ¡Los regalos! —gritaron los gemelos y YoonSeok dio brinquitos con ellos.

—Así es—asintió SeokJin—Veamos que les trajo Santa Claus este año. Pero antes deben despedirse de su bisabuelo.

Fue tierno ver cómo los gemelos corrían hacia la foto de TaeHyung para hacerle una reverencia casi al tiempo que decían:

—Te amamos, bisabuelito.

Después pasó cada uno para dedicarle unas palabras y unas cuantas lágrimas más, así hasta que llegó el turno de JiMin y JungKook. No había palabras que pudieran describir lo que sentían, pero decirle que lo amaban llevaba todo el sentimiento que estaba en su interior.

—Nos vemos pronto, abuelito—dijo JiMin con una sonrisa nostálgica—Y gracias por el amor de mi vida.

—Soy yo quien debe dar gracias—habló JungKook—Si él no me hubiese abierto los ojos, no te tendría ni a ti ni a mis hijos. Así que todo se lo debo a él.

—Y el diría algo como: "por supuesto que me lo debes a mí, mocoso" —dijo JiMin entre risas.

—Es verdad—asintió con una sonrisa—Y me habría golpeado la cabeza.

Rieron un poco y miraron la foto en la pared. Aunque ahora había tristeza de por medio, más adelante sólo podrían recordarlo con sonrisas y calidez en su corazón.

El mausoleo fue cerrado para dejar a TaeHyung descansar en paz, y mientras tanto, la familia caminó de vuelta por el sendero que aún estaba cubierto de nieve. Ahora más que nunca se mantendrían unidos y vivirán bajo las enseñanzas que el abuelito les dejó, pero sobre todo, serán felices entre ellos y mantendrán vivo ese legado sagrado que con tanto esfuerzo les dejó.

El legado de la navidad, la unión y el amor sincero.

"A donde quiera que estés, abuelito TaeHyung... te amamos"






En memoria de María Inés González Armenta, quien en su vida fue una luz brillando en la oscuridad y que oscilaba alrededor de todos aquellos que amaba. Una mujer vintage y muy alegre pese a la vida difícil que llevó. 

Abuelita, el legado que dejaste prevalecerá en el corazón de todos los que quedamos aquí con tus recuerdos. Sé que muchas veces, quizá, no lo dije, pero te amo infinito. Mi vida te la debo y haré valer cada sacrificio que hiciste por traernos a este mundo. 

Descansa en paz, abuelita.

💕






Bueeeno

Cerramos una historia más que decididí dedicar enteramente a mi abuelita quien falleció el año pasado el 25 de mayo.

Quiero agradecerles por haberse dado el tiempo de leer y sobre todo de esperar las actualizaciones. Y darles el consejo de que, si aún tienen a sus abuelitos vivos, que los disfriuten los más que puedan. La vida es como una estrella fugaz que a veces pasa rápido y desapercibida. Atrapen esos momentos antes de que se les vayan y atesoren cada recuerdo que puedan crear. 

No vean este final como algo triste, porque al abuelito TaeHyung fue muy feliz en sus últimos años. Sólo es el cierre de un ciclo, como todos en esta vida, y es importante sólo conservar los lindos recuerdos para poder continuar con nuestro camino. 

¿Extras? 

No lo sé la verdad. Esos, o se me ocurren mientras escribo la historia, o con el paso del tiempo. 

De momento está terminada :)

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar. 

Las tkm siempre!!!!


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro