09 Flores Blancas
"El mundo entero se llena de flores blancas
haciendo que nuestro momento sea aún más especial.
En este año hay muchos ángeles blancos
por todas partes.
Respira profundamente
y mira esas flores que se parecen a ti"
Snow Flower – V ft. Peakboy
Invierno 2025
Nunca se imaginó que en menos de un año tendría todo lo que siempre quiso en su vida.
JiMin hubiese creído que pasaría otro año siendo un papel secundario que no hacía más que unas cuantas apariciones. Pero desde la primavera de ese mismo año ha estado en más de un papel protagónico. Y no sólo eso. Personas importantes se pusieron en contacto con él y ahora ha salido en más de un video musical con Idols famosos. Sus ingresos mejoraron considerablemente y su estilo de vida también, aunque terminó por mudarse de manera formal al departamento de JungKook.
Recuerda esa noche de su compromiso como una de las más especiales de su vida y ahora está a punto de casarse con el amor de su vida. El único hombre que existe para él.
Había logrado caminar hasta el altar con pasos seguros pese a que estaba muy nervioso y agitado. Su futuro esposo lo sostuvo con fuerza de la mano y le dio la seguridad de que todo saldría mejor de lo planeado.
La boda, por petición y prácticamente orden del abuelo, se estaba llevando a cabo en uno de los hoteles del centro de Seúl que era parte de su cadena. Aunque era un evento grande, sólo estaban invitadas las personas más cercanas a ellos y las que consideraban de suma confianza.
La decoración tenía un toque navideño, pero abundaban las flores blancas casi por todos los rincones. Tal vez era mejor de lo que JiMin hubiese esperado y se sentía como si estuviese soñando otra vez, pero no era así. Lo supo cuando los ojos oscuros de su prometido se posaron encima suyo con la intención de decir sus votos matrimoniales.
—Para serte franco, no me había dado cuenta de que mi vida era deprimente y solitaria hasta que vi tus ojos por primera vez—sonrió divertido—Sé que puede ser absurdo, pero molestarte era como un propósito diario porque, aunque no me atrevía a aceptarlo, le daba mucho sentido a mi vida. Las expresiones que hacías se quedaban completamente grabadas en mi memoria y era complicado borrarlas... y realmente siguen ahí. Cada detalle de esos días en los que cruzaba la acera para poder estar cerca de ti lo llevo dentro de mi corazón, sobre todo esa noche de navidad en la que todo sucedió para bien de nosotros—hizo una pausa para vacilar y luego continuó—Creo que me enamoré de ti desde el primer momento en que te vi, porque ya no hubo nadie más en quien pudiera pensar y, sin darme cuenta, sólo hablaba de ti... todo se trataba de ti. Acaparaste mi atención de manera inesperada y me volví completamente tuyo cuando me sonreíste con sinceridad por primera vez. Y cuando pude probar tus labios supe que no podía simplemente dejarte escapar, porque lo más probable es que me arrepentiría toda mi vida. Y hoy, mi cielo, quiero hacerte la promesa inquebrantable de que permaneceré a tu lado sin importar las dificultades. Que te amaré cada día, cada minuto y a cada segundo. Y que seremos muy felices juntos... porque estábamos destinados a estar juntos.
El primer anillo se colocó en el dedo anular izquierdo de JiMin quien dentro de poco pasará a ser un Jeon de manera oficial. Vio la perfección de su mano adornada por el diamante de compromiso y ahora por su anillo de enlace matrimonial que el mismo Jeon TaeHyung les obsequió.
—Sinceramente no me agradabas—empezó JiMin con una sonrisa coqueta—Pero con el tiempo me di cuenta de que eras un gruñón bastante guapo—volvió a bromear—Pero siendo más serio y completamente sincero contigo; creo que yo también me enamoré de ti aquel día. Posiblemente todos estaban cansados de escuchar cómo hablaba de ti cada vez que nos encontrábamos, y yo no quería aceptarlo. Sin darme cuenta; te convertiste en mi amuleto de la suerte, porque desde que estamos juntos mi vida dio un giro completamente inesperado. Siempre me pregunté por qué todo me salía mal, y obtuve la respuesta cuando te besé por primera vez; me faltabas tú. Y desde entonces sé que soy feliz, porque no hay día de mi vida en el que esté suspirando por ti. Me convencí desde el inicio que nada era apresurado porque eras el hombre correcto... el que siempre estuve esperando—hizo una pausa y sonrió—Yo tampoco quería arrepentirme de absolutamente nada, por eso tomé la oportunidad en cuanto se presentó y siempre estaré agradecido por ello. Ahora me llena de dicha poder tomarte como mi esposo, y al igual que tú, te hago una promesa infinita de que me mantendré a tu lado aun cuando las dificultades parezcan sofocarnos. Tal vez te he amado desde el primer instante en que ti vi a los ojos y ahora mismo también te lo digo; que te amo, que eres el amor de mi vida y que me llena de orgullo convertirme en tu esposo... y serlo para toda la eternidad.
El enlace matrimonial también se deslizó por el dedo de JungKook y una vibra completamente diferente le invadió en ese momento; era la satisfacción de saber que ahora era uno solo con JiMin y que era su esposo ante todas las personas que estaban ahí, aunque más tarde lo gritará a los cuatro vientos para que todo el mundo lo sepa.
Cuando el sacerdote los declaro esposos, ambos se aceraron para darse su primer beso en matrimonio en medio de aplausos y gritos del abuelo TaeHyung quien era el más orgulloso. A su costado estaban Jin y NamJoon sonriendo completamente conmovidos, mientras que YoonGi y HoSeok se tomaban sutilmente de las manos con muchas dudas en su interior. La boda de JiMin y JungKook les hacía replantearse lo que tenían exactamente y ya no estaban convencidos con ello.
¿Hasta cuándo van a fingir que ahí no está pasando nada?
Mientras ellos intentaban descubrirlo, los recién casados desfilaban por el pasillo para sus invitados y les agradecían con una reverencia. Pétalos de flores blancas cayeron sobre ellos y eso les hizo sentir contentos. Cuando llegaron al final, JungKook fue quien tomó a JiMin de la cintura para pegarlo a su cuerpo y posteriormente besar sus labios. El sentimiento que eso generaba era completamente adictivo, era como la primera vez que lo hicieron y que terminaron envueltos en pasión navideña.
El abuelo TaeHyung los guio hacia donde sería la recepción y donde los esperaba uno de los banquetes más cotosos que ha elaborado el hotel de los Jeon. La ocasión era especial, así que todo el dinero invertido lo ameritaba, aunque prácticamente el abuelito esté pidiendo algo a cambio, algo que posiblemente llegará para su cumpleaños número ochenta y seis.
JiMin ya lo había pensando y muchos podrían decirle que es apresurado, que sería mejor si viviera su carrera como bailarín ahora que escaló a la cúspide del éxito, pero ese plan también estaba dentro de sus metas preciadas de vida. Lo mejor es que JungKook compartía con él ese pensamiento, no importando que nunca se lo ha dicho, pero que quedó claro ese día de navidad.
Eso sucederá pronto, pero por ahora se concentraba en consentirlo tanto como podía. Siempre soñó sentarse en una mesa con su esposo a degustar un banquete por celebración de su boda, y el sentimiento era mejor de lo que alguna vez imaginó. Él estaba a su lado y le sonreía enamorado, más que embriagado por la emoción de ese momento tan especial.
Pronto fueron llamados para partir su pastel de bodas. El abuelo estaba ahí con su cámara fotográfica que compró sólo para esta ocasión, porque quería llenar un estante con fotos de recuerdos importantes de sus nietos. No quería perderse ningún detalle, sobre todo ese momento donde, sin intención, JiMin manchó el pulcro traje de su esposo con una buena cantidad de pastel.
JungKook miró la mancha por varios segundos y luego devolvió los ojos al rubio quien lo miraba entre preocupado y sorprendido. Parecía que tenía miedo de que se molestara, pero contrario a eso, tomó un poco de crema batida para embarrarla en su mejilla y posteriormente pasó su lengua para limpiarla.
Qué buenas fotos había tomado el abuelo TaeHyung.
— ¿No estás enojado? —preguntó JiMin con una sonrisa tímida.
—Tsk... ya no soy tan gruñón—dijo y rodó los ojos—Eres el único que puede manchar mi traje y yo no voy a molestarme.
—No me des ideas, JungKookie—coqueteó.
— ¡Bésense! —de pronto gritó el abuelo—No tengo fotos así.
JiMin sonrió y luego tomó a su esposo de las mejillas para darle tremendo beso apasionado que fuese digno para una foto del abuelo. El momento seguía siendo especial con todos a su alrededor y lo mejor es que era suyo, pero lo tomaron por completo cuando caminaron hacia el centro de la pista para bailar su vals nupcial.
Fueron los dos que una tarde descubrieron la que sería su canción oficial. Encontraron en Goodnight n go de Ariana Grande todo lo que necesitaban para este momento. Era la canción que describía el sentimiento de que, al mirarse a los ojos, morían por sus encantos y se derretían el uno por el otro. Que se volvió difícil decir adiós para marcharse y por eso ya no quisieron esperar más tiempo, porque todo lo que anhelaban ya lo habían encontrado.
Bailaron juntos, lo más cerca que se pudo, mientras que sus invitados los observaban atentamente. Juntos eran la combinación perfecta y deslumbraban igual que toda la decoración a su alrededor.
—Te ves hermoso—le dijo JungKook con una sonrisa.
—Tú también te ves muy guapo.
El traje de JiMin era blanco y el del contrario era negro, tal cual ambos lo pidieron para este momento especial.
—Pero tú te ves como un ángel blanco—volvió a hablar el azabache—Incluso las flores blancas se parecen a ti... tan delicado y único. Tan puro y tan encantador... ¿ya te dije que estoy enamorado de ti? —sonrió socarrón.
—Hoy no me lo habías dicho—le hizo un puchero y lo miró con ojos tiernos.
—Pues estoy enamorado de ti, bebé—le dijo y besó sus labios—Tan locamente enamorado de ti.
Las mejillas de JiMin se pintaron de carmesí, pero aun cuando estaba tímido, no se inmutó en besar a su esposo delante de todos sus invitados. Los sentimientos desbordaron de ellos y provocaron que ciertos hombres comenzaran a hacerse más cuestionamientos mientras intentaban beber de sus copas de vino. Pero YoonGi, quien sintió que si no daba el paso que debía dar, entonces se iba a arrepentir toda su vida.
Mientras se levantaba de su mesa completamente decidido, en su mente sonaron los votos nupciales de su hermano y esa seguridad que transmitió a la hora de decretarlos. Siempre fue completamente diferente a él en ese aspecto, pero quizá se debía a que no había existido tal persona que pueda provocarle un mar de emociones en su interior. Ahora existía y miraba en su dirección con ojos curiosos y desconcertados, porque se suponía que en público no eran nada más que conocidos.
HoSeok no tuvo tiempo de procesarlo, porque para cuando quiso hablar, ya tenía los labios de YoonGi sobre los suyos. Estaban fuera del alcance de todos en las escaleras de emergencia donde no se inmutaban en entregarlo todo con sus labios. El mayor fue quien lo arrastró hasta ese lugar para dar inicio a lo que se suponía que debió empezar desde hacía mucho.
—Me gustas—YoonGi le dijo de pronto—Me vuelve loco no estar cerca de ti cuando más lo necesito, ¿sabes? Ya no quiero que sea así.
Contrario a decir una palabra, HoSeok lo besó de nuevo, y esta vez sus manos buscaron deshacer los botones de la camisa de YoonGi. Sin embargo, sabían que estar en ese lugar no sería suficiente para ambos, no para el momento especial que estaban viviendo.
— ¿Te fugas conmigo? —le preguntó YoonGi con una sonrisa seductora.
— ¿Para qué? ¿Qué vas a hacerme? —lo retó con la mirada.
—Te voy a hacer de todo, precioso, así que no te resistas. Sé que lo quieres tanto como yo—habló con seguridad.
HoSeok no podía evitar doblegarse ante las palabras del mayor que siempre surtían el efecto esperado en él. No tuvo problema con tomar su mano y dejarse guiar fuera del hotel para dirigirse a un lugar más íntimo para los dos.
La puerta de la habitación se abrió y provocó un estruendo por la forma en que lo hizo. YoonGi fue el primero entrar y jaló a HoSeok para acorralarlo en la pared al tiempo que cerraba la misma puerta para darse privacidad.
Fue hábil a la hora de meter sus manos por debajo de la ropa del menor, sobre todo cuando desabotonó su camisa para quitársela junto con el saco de su traje, y besó su piel desde su cuello hasta la parte central de su pecho donde una marca apareció casi al instante. Se había vuelto costumbre entre ellos dejarse más de un chupetón, pero esta ocasión fue él quien decidió marcar su cuello para que las cosas quedaran claras al instante.
Volvió a descender hasta la altura de su entrepierna para descubrir que ya estaba más que excitado. El bulto le daba en la nariz y no se contuvo de frotarla con él, desbordando una especie de cariño que a HoSeok le resultó curioso. Aunque no tuvo mucho tiempo de reparar en ello, ya que la bragueta de su pantalón fue bajada y enseguida su erección quedó dentro de la boca del mayor.
— ¡Mgh! ¡YoonGi! —gimió agudo y necesitado—Oh sí, chúpamela así, cariño.
El aludido era bastante hábil con esas acciones y se tragaba la polla de HoSeok sin ningún problema. La metía hasta lo más profundo de su garganta y luego la sacaba para masturbarla rápidamente con la mano. Pasaba su lengua por la punta para que nada de ese líquido pre seminal se le escapara y posteriormente volvía a meterla completa, hasta el fondo de su garganta.
Después de repetir esas acciones pasó a no sacar el miembro de su boca. Sus movimientos de cabeza que se acompañaban con su lengua se volvieron erráticos y sin ningún punto de retorno. E incluso dejó que HoSeok marcara el ritmo cuando lo tomó de su cabellera oscura y larga. Se dejó follar la boca por él y por su instinto que le pedía una fuerte corrida. Pero no la obtuvo en ese momento y eso le hizo sentirse muy molesto.
—Aún no, precioso—le sonrió malicioso.
Lo tomó de la mano para dirigirlo al dormitorio de esa suite presidencial que era cortesía de su abuelito con toda la intención de que sucedieran muchas cosas esa noche. Y así sería.
El cuerpo de HoSeok cayó en la suave cama y se apresuró a quitarse los pantalones que se fueron con su ropa interior también. Ante sus ojos apareció YoonGi también completamente desnudo y con una gran erección que ya dejaba escapar líquido pre seminal de la punta. Sintió hambre en ese instante, pero no tuvo tanto tiempo de reaccionar porque enseguida se vio acorralado contra la cama y completamente doblegado por los besos que recibía en sus labios.
Por un momento, el mayor fue un poco brusco y salvaje, pero a medida que la situación estaba avanzando, los movimientos comenzaron a menguar y terminaron en un beso dulce, lento y cariñoso.
Sus cuerpos se rozaban en medio del calor, pero ambos sabían que algo muy distinto a todo lo demás estaba con ellos. Los sentimientos eran mucho más que sólo placer o lujuria. Mucho más que sólo vivir la noche y luego continuar con sus vidas.
HoSeok sentía mariposas en el estómago al tiempo que YoonGi tocaba su piel y la acariciaba con dulzura, desde sus costillas hasta sus caderas y sobre todo su trasero donde apretó completamente gustoso.
Gradualmente comenzaron a frotarse y entonces los gemidos escaparon de sus bocas aun cuando todavía se estaban besando. YoonGi fue quien decidió nuevamente descender para explorar la piel de HoSeok que, prácticamente ya se había memorizado, pero que siempre era un gusto volver a recorrer.
En el proceso tomó uno de sus pezones con la lengua y luego completamente con toda la boca. Saboreó y mordisqueó hasta que sintió que se cansó, pero el tiempo volvió a ser suyo cuando depositó besos en su abdomen plano y marcado. Lo escuchaba gemir y sentía cómo su cuerpo se retorcía debajo suyo. Incluso su propia piel se erizaba de tan sólo escuchar la dulce melodía que salía de sus labios.
Decidió seguir por sus muslos y de manea peligrosa con su intimidad, aunque no lo concretó porque sus planes ya eran otros. Sólo besó tanto como quiso hasta que se incorporó y al tiempo vio un bote de lubricante y varios condones que brillaron como diamantes en medio de la ligera penumbra de la habitación.
—El abuelito sí o sí quería esto—se burló YoonGi, bajó de la cama y volvió con ambas cosas en sus manos—Mira lo que dejó para nosotros—sonrió malicioso.
—Bueno, me consuela saber que no espera un bisnieto de nosotros—se burló también.
—No, de nosotros no—negó divertido y vació un poco de lubricante en sus dedos—Pero no estaría mal. ¿O tú qué dices, precioso?
— ¿Yo? Mmm... ¡Agh! ¡Joder!
No tuvo demasiado tiempo para pensar, porque en enseguida un dedo juguetón comenzó a acariciar su esfínter.
La última vez que lo hicieron fue hacía dos días y aún sentía que estaba demasiado sensible. Su cuerpo reaccionaba rápidamente a las acciones de YoonGi, sobre todo si lo veía de esa forma; tan concentrado explorando con uno de sus dedos y con el ceño completamente fruncido.
Amaba el hecho de que le sacara unos cuantos años, porque eso significaba que estaba bien experimentado y que bien sabía cómo tocarlo. No sentía celos de que anteriormente haya sido un promiscuo, pero después de que se involucraron, muchas veces pensó que no le agradaría saber que se estaba acostando alguien más. Lo que no sabía es que él compartía dicho pensamiento y ambos estaban tranquilos sabiendo que eran completamente exclusivos. Y lo eran; no habían estado con alguien más que no fuesen ellos y posiblemente se quedará así por el resto de sus días.
El dedo de YoonGi fue hábil y bastante rápido. Sin darse cuenta había metido dos dígitos en el interior de HoSeok y ahora lo escuchaba gemir por lo alto, completamente suplicante. Vació más lubricante sólo para asegurarse de que era suficiente y posteriormente abandonó esas acciones para destapar un condón y ponérselo rápidamente.
El castaño observó de principio a fin lo que YoonGi hacía y en cuestión de minutos lo tenía encima suyo y entre sus piernas. Su mirada era penetrante y un tanto oscura, pero sobre todo, con otras emociones que no hubiese creído. Lo miró directamente a los ojos hasta que sintió cómo la punta de su miembro ingresaba lentamente dentro suyo. No pudo evitar cerrar los ojos debido al placer tan repentino que le golpeó, pero tuvo que obligarse a abrirlos de nuevo sólo para no perder detalle del momento.
De pronto se vieron envueltos en un instante muy íntimo donde sus miradas lo estaban diciendo todo. Esos sentimientos que había en su interior y que más adelante estarán expresando con palabras. Por ahora sus cuerpos estaban unidos e iniciaron con el acto más emocional que hayan experimentado hasta ahora.
YoonGi comenzó con parsimonia y disfrute. Observando los gestos excitados que su chico estaba haciendo. Sus rulos castaños se pegaban ligeramente a su frente y eso lo hacía ver tan vulnerable que le excitaba aún más.
A medida que el tiempo avanzaba sus movimientos lo hacían, pero quiso conectar con él de una manera más significativa, entonces lo besó lento, con cariño, todo sin dejar de estocar su interior con avidez.
En el proceso del beso sus lenguas se cruzaron y de ahí no se detuvieron. Las estocadas se volvieron más rápidas, pero sobre todo certeras, tanto, que HoSeok aumentaba el volumen de sus gemidos y de las cosquillas en su vientre bajo. Sintió todo cuando la rapidez llegó a su límite pero sin perder cierta delicadeza, entonces, segundos después, le azotó uno de los orgasmos más placenteros de su vida; se corrió y salpicó su abdomen, mientras que YoonGi necesitó de unas cuantas estocadas más para llegar al clímax de su placer. En el proceso gimió el nombre del chico que estaba debajo suyo y no paró hasta que todo su semen se regó en el condón.
Entonces, cuando todo se quedó en silencio, lo vio acostado, con los labios entre abiertos y con los ojos brillando de una ilusión que necesitaba ver.
— ¿Ya te dije que me gustas? —le preguntó con una sonrisa coqueta—Pero no hablo sólo del momento. Me gustas para más cosas que sólo sexo. Aunque yo quisiera saber si tú sientes lo mismo.
HoSeok sonrió y con ambas manos lo acarició de su rostro e incluso enhebró su cabello. A veces no podía creer que lo tenía con él y también estaba dispuesto a cambiar sus ideales para permanecer a su lado.
Para tener una oportunidad.
—El sentimiento es mutuo—confesó—Es increíble que no he pensado en nadie más que no seas tú. No entiendo por qué continuamos perdiendo nuestro tiempo.
Anteriormente, YoonGi no creía en la supuesta conexión que tienes con una persona y que es tan poderosa que te hace querer cometer locuras. Una de ellas estaba en el bolsillo de su saco elegante que se apresuró a buscar y que, en cuanto la tuvo en sus manos, se acercó a la cama donde HoSeok yacía sentado en el borde y en espera de una respuesta.
—Tienes razón; ya no deberíamos perder más tiempo—habló YoonGi al tiempo que se ponía en una sola rodilla—Compré este anillo en una joyería muy consciente de su uso y de su propósito. Mientras lo observaba, sólo te veía a ti en mi mente y usándolo en ese dedo que está reservado para alguien especial... yo quiero ser ese alguien, Hobi. Quiero serlo todo y no quiero desperdiciar más tiempo si te he tenido desnudo en mis brazos durante tantas noches y encuentros. Ahora quiero caminar a tu lado y descubrir ese amor que nunca me imaginé que podría vivir—hizo una pausa para carraspear y luego preguntó por fin— ¿Te casas conmigo?
Era inesperado, pero algo en el interior de HoSeok le hizo lanzarse hacia adelante para tomar los labios de YoonGi mientras asentía con la cabeza.
Cuando es la persona correcta eres capaz de sentirlo y ambos se sentían de ese modo.
—Sí, sí y mil veces sí... contigo sí a todo... menos al divorcio y a la infidelidad—se burló y estiró su mano izquierda.
—Yo jamás podría separarme de ti ni mucho menos te traicionaría—dijo y colocó el exuberante diamante en el dedo de su ahora prometido—Tú me das todo con tan sólo mirarme y sonreírme.
Así que esa propuesta de matrimonio tan inesperada fue sellada con otro beso que llevaba un ritmo diferente y que terminó en la cama como era de esperarse.
Ninguno de los dos pensó alguna vez que se comprometerían con alguien, y que ese alguien valdría tanto la pena como para dejar su soltería. Pero estaban seguros de que el arrepentimiento no cabría en ellos, no cuando están seguros de que están con la persona correcta, misma que se les concedió una noche en navidad gracias a un viejito astuto y muy mañoso.
El abuelito TaeHyung nuevamente logró su cometido.
Siempre se sale con la suya.
Holiii!!!
Continuamos con esta su novela navideña :)
Chicas bellas, estamos en la recta final. Ya son los últimos capítulos, así que gócenlos mientras puedan. Yo creo que para el domingo queda completa :)
El itinerario es el siguinte:
1. Terminamos con esta historia.
2. Me voy a desaparecer un tiempo porque debo terminar de leer Stand By Me (lo sé :( jaja)
3. Haré los pdfs de las historias y les avisaré cuando estén listos :)
4. Haré una votación para que decidan qué historia quieren
5. Volvemos con nueva historia :)
Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar.
Las tkm!!!
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