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07 Un Cálido Regalo



"¿Crees en Santa Claus?

Te traeré un cálido regalo"

Snow Flower – V ft. Peakboy



En Estados Unidos llevaba una vida un tanto... liberal.

Jeon YoonGi estaba acostumbrado a las relaciones informales, esas que son de sexo de una noche y nada más. Ha estado entre las piernas de muchos y de muchas sin pensarlo demasiado. Y aunque en esta ocasión le está sucediendo lo mismo con HoSeok, encuentra que hay algo completamente diferente a todas esas veces. Puede que se deba a que está en la casa de su abuelo y que éste mismo espera que entable con ese chico una relación seria y formal. Para ser sinceros, no es algo que le agrade, pero la atracción que sintió por él cuando lo vio fue innegable y poderosa.

Antes no dudaba de los pasos que suele dar hacia donde quiere conseguir algo, pero esta vez ha retrocedido más veces de las que le gustaría aceptar. Su habitación es la misma de siempre y no ha cambiado, pero la situación está en que hay más personas en esa casa, empezando por el chico que seguramente duerme en la habitación que está frente a la suya.

Sabe que su abuelo lo hizo con ese propósito. Ese viejito es mañoso cuando se lo propone y no le importa lo que piensen. Quizá deba aprovechar esa oportunidad que le dio y salir de una vez por todas a tocar su puerta.

Nuevamente caminó desde su cama hacia la salida de la habitación, pero retrocedió un par de pasos antes de llegar. Se detuvo a pensar y miró su aspecto en el reflejo; los buenos genes de sus abuelos y de sus padres hicieron lo suyo, y le encanta alardear de eso. Hoy no será la excepción.

Se quitó la camiseta que llevaba puesta y se aprobó a sí mismo frente al espejo. Salió de su habitación únicamente usando sus pantalones de pijama y se paró frente a la puerta del castaño que estaba completamente cerrada. Desde ahí ya pudo sentir la tensión y es que, en lo que iba de diciembre, no había salido a ninguna noche loca con algún desconocido o desconocida, todo debido al pesar que aún sentía por su abuela. Fue peor el sentimiento cuando leyó el mensaje que JungKook supuestamente les envió, y ahora estaba de vuelta en su país natal con la sorpresa de que su abuelito le tenía un regalo, uno bastante precioso.

Vaya Santa Claus el suyo.

Al final tocó la puerta con cierta inseguridad, pero tomó esa postura seductora siempre que está buscando conseguir algo; se recargó en el marco de la puerta en espera de que aquel hombrecillo de cabellos castaños decidiera aparecer ante sus ojos. Y no pasó mucho tiempo hasta que la puerta se abrió y entonces lo vio, tan lindo y con una mirada curiosa que no reparó en inspeccionar desde sus abdominales marcados hasta su rostro que tenía dibujada una sonrisa seductora.

Las piernas de HoSeok temblaron y tragó grueso sin saber qué decir, pues no todas las noches aparece un hombresote de piel pálida y mirada felina frente a la puerta de su habitación.

Santa Claus sí le trajo un regalo.

—No puedo dormir—le dijo YoonGi con un tono bastante varonil— ¿Me permites pasar un momento?

HoSeok, al igual que el mayor, también gozaba de una vida liberal y libre de compromisos. Muchas veces se dejó follar por hombres altos y guapos, de esos que te quitan la ropa interior con la mirada, y YoonGi tenía toda esa pinta, sobre todo porque venía desnudo del torso, así que no fue difícil darse cuenta de sus verdaderas intenciones.

Lo dejó pasar.

— ¿El viaje fue largo? —preguntó HoSeok lo primero que se le vino a la mente.

—Demasiado y algo cansado—respondió y se sentó en la orilla de la cama como si fuese su habitación.

Se recargó con los brazos hacia atrás a sabiendas de que HoSeok miraría de nuevo, así que necesitaba regalarle una buena vista de su cuerpo trabajado en tantas horas de gimnasio.

Parecía un Dios griego, no sólo por los músculos, también por la mirada y por su cabello oscuro medianamente largo que le llega a las mejillas. Es todo un sueño hecho realidad que, espera, se quede en sus sábanas toda la noche.

Fue hasta él y se sentó a un lado dándole toda su atención y mostrándole una sonrisa inocente que, evidentemente, tenía otras intenciones.

—La primera clase es agotadora, ¿no? —le dijo HoSeok para alargar el tema de conversación.

—Un poco—asintió sin dejar de mirarlo—Aunque la comida es buena, pero no hay nada como la comida que hay en Corea del Sur—afirmó y su mirada se paseó por el cuerpo de HoSeok.

Aun cuando tuviese ese pijama navideña puesta, no dudaba de mirar sus atributos, pues se le ajustaba lo suficiente como para notar sus muslos trabajados y tonificados, además de la delgadez de su cintura. Pero lo que más lograba captar su atención era su cabello castaño ligeramente rizado y que un poco le caía en la frente. Más que precioso, era bastante adorable.

— ¿Cuántos años tienes, HoSeok? —preguntó YoonGi con bastante interés.

—Tengo veintiséis, ¿y tú? —lo miró de la misma forma.

—Tengo treinta y uno—sonrió de lado.

"Gracias Santa. Pusiste atención cuando te dije que me gustan mayores" pensó el castaño para sus adentros.

Se quedaron mirando por varios segundos hasta que YoonGi fue el primero en desviar la vista hacia los labios ajenos y no reparó ni un segundo. HoSeok se dio cuenta, así que pasó la punta de la lengua por su labio inferior y luego mostró una linda sonrisa coqueta.

—Gracias por haber acompañado a mi abuelo—le dijo el mayor cuando alzó la vista nuevamente y le sonrió con suavidad.

—Está bien. Él es adorable—respondió y asintió.

Se volvió a hacer otro silencio, uno en donde YoonGi nuevamente observó a HoSeok con detenimiento; cerca de las comisuras de sus labios se hacían unos hoyuelos que le brindaban un aspecto más encantador y eso le hizo sentir un cosquilleo en su estómago, algo que antes jamás le pasó.

¿Era una señal?

— ¿Sabes? Soy alguien directo—le dijo YoonGi de pronto y se deslizó un poco en la cama para acercarse a él—Vine a darte un beso de buenas noches—confesó sin más.

Aunque por dentro HoSeok estaba un poco cohibido, decidió no demostrarlo ante él, sin embargo, ligeramente sus mejillas se sonrojaron, pero lo disimuló ladeando la cabeza y también acercándose al mayor.

—Me hubiera molestado si no lo hubieses hecho—coqueteó descaradamente.

YoonGi sonrió y terminó por acortar, con lentitud, la distancia que existía entre sus rostros. El beso fue lento, enteramente despacio y... extraño, por decirlo de algún modo. Ambos recuerdan que todo era sin pláticas previas con sus anteriores amantes. Sólo iban directo a la cama y gemían con placer hasta que se cansaban, pero esta ocasión deseaban disfrutar lo que ese beso les provocaba. Había cosquillas en sus estómagos que no deseaban reprimir y que liberaron cuando sus lenguas se cruzaron para acariciarse por unos cuantos segundos antes de separarse.

Se miraron a los ojos mientras sonreían y una mano de YoonGi se posicionó en la mejilla ajena para acariciarla con... cariño.

— ¿Sólo venías por un beso de buenas noches? —preguntó HoSeok con un susurro coqueto.

—También vengo por sexo navideño—apuntó seductor.

—Entonces no hay que perder tiempo.

HoSeok se colgó de su cuello para atraerlo hacia él mientras se dejaba caer sobre la cama. El beso hizo que el fuego en su interior cobrara vida y que a ambos los hiciera correr rápidamente por ese sendero. Realmente no les importaba que acaban de conocerse, que los demás duermen en las habitaciones continúas o que mañana despertarán para no repetir esto jamás, lo único que deseaban era llegar al placer lo antes posible.

YoonGi se acomodó entre las piernas de HoSeok, como tanto había deseado desde que lo vio. Había esperado que lo rechazara o que lo corriera de su habitación, después de todo estaba siendo muy atrevido con sus palabras directas, pero ahora se da cuenta de que quiere lo mismo y que piensa igual. Por eso no se inmuta en meter sus manos por debajo de esa linda pijama que estorba, pero que lo hacer ver encantador.

De pronto se gira en la cama y queda encima suyo para poder apretar su trasero; comprobó que era verdad. Estaba duro y listo para él. No esperó mucho para meter sus manos dentro del pantalón y apretó con fuerza sus nalgas, con deseo y con necesidad.

Sus besos lo estaban volviendo loco, sobre todo escucharlo gemir así de bajito en medio del beso que no se ha detenido ni por error.

Gradualmente sus manos subían por su piel aún por debajo de la ropa, pero pronto sintió que le estorbó y le sacó la camisa de pijama. Su piel era ligeramente bronceada y eso le encantó. No se resistió a probar uno de sus pezones y al instante se dio cuenta de que estaban erectos, lo que significaba que estaba igual de excitado.

HoSeok sentía que su piel se erizaba con sólo sentir la lengua del mayor pasando delicadamente por la punta de su pezón. Pero la sensación fue poderosa cuando lo atrapó con toda la boca y luego con los dientes para morderlo ligeramente. Se le escapó un gemidito ahogado porque hasta la respiración se le cortó, pero después sólo se dejó llevar sin poder creer que le provocaba demasiado con tan sólo chuparle el pezón.

El fuego aumentaba rápidamente y sus erecciones se rozaron sutilmente estando en esa posición, pero fue HoSeok quien buscó más al mover sus caderas suavemente y haciendo ligera presión para sentir la gran dureza que se escondía en los pantalones de pijama del mayor. Ahí lo escuchó gemir suavemente, pero sin soltar su pezón, aunque ahora estaba en el otro buscando causarle tanta satisfacción.

La excitación subió rápidamente y YoonGi sentía que ardía por dentro, pero quería ser lo suficientemente paciente para explorar todo el cuerpo de HoSeok. Ya había empezado en sus pezones y ahora había vuelto a su cuello.

Con mucha agilidad nuevamente lo acomodó sobre la cama para deslizar sus labios por todo su torso. Ahí se perdió gran cantidad de tiempo sólo jugando con su cordura cuando peligrosamente rozaba un poco más allá de su abdomen plano. Tocaba el elástico del pantalón con sus labios y luego volvía a subir hasta su pecho donde dejó una bonita marca territorial. Aunque, curiosamente, eso nunca le había hecho a sus otros amantes.

A YoonGi nunca le gustó que alguien tuviese la osadía de marcar su cuerpo porque sentía que era algo íntimo y algo que solamente se debía hacer entre parejas, además de que lo consideraba una acción de posesividad. Por ende tampoco lo hacía, sin embrago, ver a HoSeok tan vulnerable y sonrojado le hizo tener ese impulso del cual no se arrepintió y, por alguna extraña razón, esperaba que hiciera lo mismo en algún momento.

Sin mucho que pensar, porque no quería hacerlo en ese momento, bajó nuevamente hasta donde estaba esa línea peligrosa donde, finalmente, tomó el elástico del pantalón para bajarlo lentamente y descubrir que usaba ropa interior de color rojo. Mordió su labio inferior al ver que había una mancha de humedad sobre el bulto que se formaba y no contuvo las ganas de acariciarlo lentamente mientras observa sus gestos provocados por el placer.

También miró sus piernas; lo bonitas que eran y lo tonificadas que estaban. Después volvió a él y se encontró con una sonrisa pequeña que le incitaba a muchas cosas. Mierda, era tan precioso y estaba tan vulnerable que le volvía loco, le encantaba, le fascinaba. Lo estaba hipnotizando.

Sus ojos brillaban con todo el deseo que esperaba ver y por eso no se detuvo para besarlo de nuevo. Sus besos eran otro caso que disfrutar, se sentía como si no quisiera que terminaran nunca, que este momento se alargara a uno más y luego otros más, porque le causaban tanta adicción que se le sería difícil no volver a probarlos.

Su cuerpo ardía, lo sentía al tacto con sus manos que se deslizaban por su caderas y luego subían por sus costillas. Descubrió que era su parte más sensible cuando respingó con un gemido y su cuerpo se agitó. Jugó en ese lugar en tanto besaba su cuello y luego volvió a bajar lentamente hasta que se topó con el elástico de su ropa interior. Ya no reparó más en observar, quería todo de él y entonces la retiró hasta que la arrojó en algún lugar de la habitación.

Completamente desnudo era algo erótico ante sus ojos, porque ni siquiera se inmutaba en mostrarse coqueto e incluso sonreír. Apreció cada detalle que pudo observar antes de bajar a donde se encontraba la parte interna de uno de sus muslos para poder besarlos lentamente e incluso dejar mordiscos pequeños como muestra territorial.

Subió lentamente, pero antes de llegar se pasó al otro muslo donde repitió las mismas acciones. Incluso se tomó el tiempo de olfatear y sonreír gracias a los gemidos que salían de su boca.

YoonGi era productor musical y había escuchado de todo, pero nada como los gemidos de ese castaño tan precioso.

—No me tortures más, por favor—pidió HoSeok con voz excitada.

—Nuestra primera vez no tiene por qué ser tan efímera—le dijo y pasó peligrosamente su lengua por el interior de uno de sus muslos—Sólo encárgate de disfrutar y de gemir, precioso.

—El abuelito nos va a escuchar—se burló.

—El abuelito te dio la habitación que está frente a la mía con las intenciones más que evidentes—dijo burlón también y se incorporó un poco para mirarlo—No me sorprendería que esté a lado de la puerta asegurándose de que se salió con la suya.

— ¿Es capaz de hacer eso? —abrió los ojos con sorpresa.

—De eso y mucho más—sonrió perverso.

—Pues hay que darle el gusto, ¿no lo crees?

HoSeok sonrió coqueto al tiempo que abría más sus piernas para YoonGi. Sus dotes de bailarín también le hacían gozar de buena flexibilidad que para este tipo de ocasión le servía perfectamente. Y el contrario no se resistió a meterse nuevamente en ese lugar que le exigía atención de manera tácita.

Sus labios pararon en los testículos ajenos donde pasó su lengua obscenamente, provocando que los gemidos de HoSeok se volvieran incontenibles. Subió un poco por todo su miembro y saboreó un poco del líquido pre seminal hasta que capturó la punta para chuparla como a una paleta.

Fue descarado con sus ojos felinos que observaba atentamente todos los gestos que el castaño hacía, y gruñía en el proceso porque no había nada más excitante que eso. Cada gemido que emitía era la prueba de que le gustaba y que lo estaba haciendo bien, por eso no paró ni un segundo hasta que engulló todo el miembro en su boca sin problema alguno. La punta tocó su garganta varias veces mientras subía y bajaba, hasta que de una vez por todas se detuvo para nuevamente bajar hacia los testículos.

Los chupó una y otra vez, con gusto y con placer. Pero segundos después se metió entre sus nalgas al tiempo que las abría. Observó y detalló, como si quisiera sacar una fotografía en su mente de aquella vista pensando que no volvería verla, luego sólo pasó la punta de su lengua por el esfínter apretado y palpitante. Hizo varios movimientos en círculos y de un lado a otro hasta que se cansó de sólo probar la superficie. Con sus manos abrió más los mofletes y frotó sus pulgares con la entrada por unos cuantos segundos. Le encantó la textura y lo húmedo que lo había dejado de su saliva. Era exquisito.

Las respiraciones de HoSeok se escuchaban y cada vez se hacían más pesadas, porque moría de la impaciencia. Y el choque eléctrico fue poderoso cuando la lengua se abrió paso en su cavidad estrecha y excitada. Lo sintió poderoso y un gemido ahogado salió de sus labios, uno tan fuerte que se escuchó hasta el pasillo, pero por fortuna no había nadie cerca.

El abuelo dormía tranquilo de saber que su plan estaba funcionando a la perfección y los demás estaban en lo suyo.

YoonGi pudo saborear hasta que tuvo un poco de saciedad, pero sólo por cortos segundos cambió su lengua por uno de sus dedos para asegurarse de que estaba haciéndolo bien. Después ocupó ambos para estimularlo más rápido, pues su propia erección dolía mientras estaba escondida en sus pantalones de pijama. Aumentó la velocidad por varios segundos y luego metió dos dedos para inspeccionar el lugar. Le volvió loco sentir que estaba apretado y muy caliente, tanto como esperaba que estuviera. Hizo tijeras con los dígitos y observó detenidamente cómo se perdían en su interior, mejor aún si continuaba gimiendo como lo hacía.

—YoonGi—lo soltó en un gemido.

Y el aludido sintió que voló. Pensó que nunca antes su nombre se había escuchado tan bonito en la boca de alguien. Pensó también que le encantaba el hecho de que HoSeok supiese su nombre y que lo dijera con tal libertad. Sus otros amantes nunca antes tuvieron ese privilegio. Y fue ahí donde ambos se dieron cuenta de que este encuentro no sería cosa de una sola noche.

Esos dos dígitos se convirtieron en tres y una lengua que lo estimulaban perfectamente. Observó por varios segundos cómo sus dedos se perdían con facilidad y al último sólo dio una lamida para pasar a lo siguiente, a lo que de verdad les interesaba.

Se incorporó para nuevamente acomodarse entre sus piernas, después se deshizo de su pantalón de pijama, lo único que traía puesto. La mirada de HoSeok se posó en el falo erecto y ligeramente venoso que era masturbado por su dueño con una sonrisa seductora y lasciva. Tal parecía que lo estaba incitando hasta el cansancio, como si quisiera llevarlo al límite de su cordura.

Lo vio extraer condones del pantalón de pijama que después fue arrojado al suelo de la habitación y cómo tomó uno para destaparlo rápidamente.

— ¿Venías preparado? —inquirió con una sonrisa coqueta.

—Te dije que soy directo—respondió con el mismo gesto—No me gustan los rodeos, precioso. Y pude ver que a ti tampoco.

—Pues no te equivocaste —ladeó la cabeza—Si tú no hubieses venido, yo habría ido a tu habitación y también sin ropa interior.

—Debiste esperarme desnudo—dijo y se colocó el condón.

—Para la siguiente te esperaré con un conjunto de encaje, ¿qué dices?

— ¿O sea que habrá una próxima vez? —descendió hacia él acomodando su falo en dirección a donde quería entrar.

— ¿No quieres que haya una próxima vez? —inquirió con voz tenue.

YoonGi lo miró y acarició su rostro lentamente. Sus ojos aún brillaban y tal vez no necesitó más razón que sólo eso.

—Definitivamente habrá una próxima vez.

— ¡Mgh! ¡Carajo! ¡Agh!

YoonGi se enfundó de un solo movimiento en su interior y le dio una estocada dura para después quedarse completamente quieto.

Por varios segundos, los ojos de HoSeok permanecieron cerrados mientras su respiración se regularizaba. YoonGi sólo lo observaba detenidamente acariciando su rostro, analizando sus facciones y grabando el momento en su memoria. Definitivamente esto no sería de una sola vez.

Comenzó lento y tranquilo, con una mano en su mejilla y con la otra sosteniendo su peso para no aplastarlo del todo. Sus caderas se movían sensualmente y sin prisas, con el disfrute de su polla siendo apretada. Comprobó que de verdad era estrecho y muy caliente, sobre todo deseoso de que todo fuese más rápido, pero ambos estaban de acuerdo con que debían prolongar su primera vez en tanto podían hacerlo.

Gradualmente HoSeok abrió los ojos para mirar la perfección del rostro tan varonil que YoonGi poseía y se perdió en esos orbes oscuros y felinos que se lo estaban comiendo gustoso. Ambos se miraron por largos segundos hasta que se sonrieron y hasta que las estocadas aumentaban de velocidad.

Sus jadeos se hicieron presentes, aunque un poco tenues y poco a poco el sonido de sus pieles comenzaba a darse lugar en la silenciosa habitación. Afuera había comenzado a nevar otra vez con un frío que podía ser insoportable, pero que para ellos era realmente irrelevante. Y lo más importante era que los sentimientos fluían aunque ellos no quisieran. Nada podrían detener lo que había en sus corazones y lo supieron cuando se miraron a los ojos por más de un minuto.

De pronto todo se volvió más íntimo, más especial. El hecho de que aún fuese navidad le daba el toque a ese momento tan inesperado, pero que sin duda estaban disfrutando mucho. No sólo sus miradas conectaban, también algo en sus interiores se enlazaba, pero no estaban listos para admitirlo, porque todo lo relacionaban con excitación y placer. Simplemente el calor del momento.

Cada estocada fue una acción que los aferró más y más, pero la razón se nubló cuando el placer aumentó considerablemente. El sonido de sus pieles chocando abundó en toda la habitación, al igual que sus gemidos poderosos y esas maldiciones que escapaban de sus bocas. Todo se volvió tenso en sus miradas y terminaron por unir sus labios como dos imanes que se atraen.

En medio del beso sucedió la sacudida cuando YoonGi arremetió contra él sin piedad. Y sus orgasmos casi se sincronizaron para ocurrir. Cada uno vació la tensión que generaron desde que se vieron en la tarde y desde que supieron sus nombres, todo sin querer aceptar aún que había algo más especial que el calor de la navidad o su misma magia.

Sus frentes estuvieron conectadas por varios segundos mientras trataban de volver a una respiración normal y, sin darse cuenta o ser muy conscientes de ello, se quedaron acurrucados en la cama dentro de las cálidas mantas mientras caían en un sueño profundo y reparador, porque algo fue seguro; en la madrugada despertaron un par de veces para continuar entregándose apasionadamente y sin miedo a lo que este encuentro pudiese acarrear. 


Holiis!!!!

Nuevo cap de snow flower dedicado completamente al Sope porque también tendrán su momento jsjjss

Muero de sueño :( Acá son las 3 de la mañana y debo levantarme como a  las 7:30 de la mañana jsjsjs

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar. 

Las tkm!!!

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