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05 Amor En Navidad



"La navidad sin ti no sería navidad.

Bajo los brillantes muérdagos

que están arriba de nosotros

sólo somos tú y yo.

Te amo"

Snow Flower – V ft. Peakboy



Ya era navidad y todo se sentía completamente diferente a las demás que hayan vivido. La nieve había cesado en la madrugada, al igual que la música del salón. Lo más probable es que a esas horas ya todos estuviesen completamente dormidos, pero JiMin no, de hecho, estaba más despierto que nunca mientras montaba a JungKook.

Era su segunda ronda de sexo después de haber dormido un poco. Los dos pensaron quizá que, al abrir los ojos, la calentura y la locura abandonarían sus sistemas, pero no fue así. Simplemente se atrajeron como imanes y volvieron a besarse de nuevo mientras se acariciaban, así hasta que JiMin terminó encima del mayor frotándose y posteriormente ensartándose la polla en su interior.

Simplemente se dejó llevar por todo lo que sentía, por lo mucho que deseaba a JungKook y por lo bien que se sentía tenerlo en su interior.

Se movía sensualmente mientras jadeaba necesitado. La vista del mayor que tenía desde donde estaba era demasiado sexy y lo suficiente para estimularlo, para sentir excitación. Le sonreía juguetón y eso le encantaba, sobre todo que lo sostuviera de las caderas para ayudarle a moverse y para marcar el ritmo que desea.

Afuera todo está en silencio, pero en esa habitación sólo se escuchan sus jadeos y sus ligeros gemidos que dejan salir de vez en cuando. JungKook lo está disfrutando mucho, como nunca en su vida. La imagen de JiMin es muy erótica, muy excitante. Sus ojos verdes brillan en esa tenue oscuridad, incluso su cabello rubio lo hace cuando le da la luz de afuera y se ve precioso, como un ángel.

No puede pensar en nada que no sea él y el placer que le provoca con sus caderas. Aprieta deliciosamente y está seguro de que puede sentir lo caliente que está por dentro. Cuando lo conoció no se lo imaginó de esta forma, pero vaya que vio su belleza aun cuando no la aceptaba. Ahora que es consciente y que valora lo que tiene encima suyo siente que no puede dejarlo ir así nada más.

Vaya noche de navidad.

—Lo bien que te cabe mi pene, joder... es una delicia—le halagó—Vamos, bebé. Salta para mí. Hazme venir.

JiMin sintió que la piel se le erizaba por la voz tan profunda que JungKook empleó y acató la orden después de unos cuantos segundos. Lo bueno de ser bailarín de contemporáneo es que podía moverse como nadie e incluso sus piernas no se cansaban porque eran lo suficientemente fuertes para aguantar. Lo único que hizo fue sostenerse de sus pectorales para elevar únicamente su trasero de arriba abajo y lentamente sólo para iniciar, y cerró los ojos para disfrutar el pene que lo estiraba y el sonido que producían los movimientos.

JungKook comenzó a gemir necesitado al tiempo que JiMin comenzaba a moverse con más rapidez hasta que por fin sus nalgas chocaron con la pelvis contraria. Una vez descubierto el placer en esa magnitud supo que ya no quería parar, por eso no se inmutó y continuó moviendo su trasero hasta que decidió ser más certero. Se acomodó rápidamente para saltar con avidez mientras miraba los gestos de placer de JungKook; su seño se fruncía y mordía su labio inferior. De vez en cuando abría los ojos para mirarlo penetrante y exigente. Quería correrse y lo supo por la oscuridad que había en sus orbes, así que no paró y él le ayudó elevando su pelvis al ritmo que brincaba. Ninguno paró hasta que sus cuerpos se estremecieron con el fuerte orgasmo que les invadió; JungKook llenó nuevamente el interior del rubio mientras que éste apretaba los ojos con fuerza. Coincidieron con que esta corrida fue mejor que la anterior.

Nuevamente sus cuerpos quedaron empapados de sudor y sus respiraciones agitadas, incluso más que la vez anterior. JiMin se dejó caer encima de él a sabiendas de que iba abrazarlo con fuerza y a acariciar su espalda. Apenas supieron sus nombres, pero sentían que ya se conocían y que ya sabían lo que deseaban.

JungKook tomó las mantas nuevamente para cubrirlos, pero esta vez no iban a dormir, ninguno de los dos quería porque las dudas asaltaban impacientes. Necesitaban respuestas y aclarar lo que estaba sucediendo entre ellos.

—Cuando desperté pensé que ya no ibas a estar aquí—confesó JungKook sin dejar de acariciar su espalda.

— ¿Por qué pensaste eso? —preguntó sin moverse de su lugar. Adoraba estar recostado sobre sus pectorales.

—Porque no te agrado—respondió con un toque burlón.

JiMin se rio y dicho sonido le resultó al azabache la melodía más bonita que haya escuchado en su vida. Era tal como él; dulce y brillante.

—Pues no me agradas, pero no voy a negar que me follaste muy bien—aseguró y luego suspiró.

JungKook tuvo un conflicto con esa palabra que JiMin utilizó para referirse a lo que sucedió. Y es que sí, tal vez desde el inicio las cosas se dieron de esa manera, pero ahora tenía una perspectiva completamente diferente. No lo veía desde ese modo y las diferencias que tuvieron en el pasado ya eran algo que no deseaba recordar.

—Para mí no fue follar, JiMin—le habló con seriedad.

El aludido abrió los ojos y se incorporó lentamente para dejarse caer a un costado de JungKook. Se quedó en esa posición mirándolo hasta que rápidamente él adoptó la misma. Se miraron con intensidad y con muchas dudas que todavía necesitaban aclarar o esto podría terminar muy mal.

Tenían que hablar o callar, pero la segunda ya no debía ser opción.

—Para mí tampoco lo fue—también confesó—Y si no me fui fue porque... quería quedarme contigo.

¿Por qué tener miedo cuando esos ojos verdes le estaban diciendo todo? Su mirada desbordaba certeza y a la vez inseguridad. Seguramente ambos tenían historias que contar. Tal vez no heridas que sanar, pero sí raspaduras frescas y no tan profundas. Necesitaban escucharse o simplemente dejarlo todo en el pasado y avanzar tomados de la mano.

—También quiero quedarme contigo—le dijo y estiró una mano para acariciarle la mejilla—No tengas miedo.

—Pero no me gustan los intermedios—habló con valentía—Mis fracasos amorosos se deben a que todo queda a medias para que al final me dejen sin nada.

—Yo no soy como ellos—refutó y se acercó un poco a él—Sé que fui todo un cabrón, sobre todo en la fiesta, pero te aseguro que no soy esa clase de hombre.

— ¿Cómo puedo saberlo? —lo miró suplicante.

Había tantos sentimientos dentro de todo esto que se estaban volviendo incontenibles. JiMin quería decirlo todo y a la vez nada, porque el miedo era latente, pero JungKook lo reducía mirándolo de ese modo.

¿Qué tan bien podía salir esto? En la primera noche follaron cuando supuestamente no se soportaban. No habían compartido demasiado como para asegurar que lo que sentían era verdadero, pero aun así lo aseguraban. Era una de esas veces en la vida que basta con sólo ver los ojos de una persona para tener la certeza de que es la correcta.

—Déjame demostrártelo—pidió en un susurro—Después de hoy haré todo lo que esté en mis manos y hasta lo que no. Quiero poner el mundo a tus pies.

— ¿Ya te dije que no me gustan los intermedios? —insistió y bajó la vista—No quiero mostrarme intenso, pero no quiero nada casual. Yo quiero todo.

—Te daré todo—aseguró—Sólo pídeme lo que quieras y yo lo haré realidad.

Esas palabras lo llevaban al cielo y lo hacían sentir importante. JiMin siempre quiso sentirse de esa manera con un hombre y, ahora que lo tenía, había un miedo latente que no lo dejaba levantar la vista porque creía que en cualquier momento se terminaría. Y no quería eso. En sólo horas JungKook tomó gran significado en su vida.

—Sé mi novio, JiMin—dijo de pronto.

El rubio por fin alzó la vista y vio la certeza en un par orbes oscuros que esperaban impacientes una respuesta. La tenía en la punta de la lengua, pero no sentía que fuese tan real que esto de verdad esté sucediendo. Sus casi algo lo atormentaron, sobre todo el último que hasta le costó una audición y tiene que soportar verlo todos los días en el estudio, pero si JungKook continúa mirándolo de ese modo, entonces no habrá nada que pueda hacerlo sentir inseguro.

—Dijiste que no te gustan los intermedios y yo no quiero perder más tiempo—retomó JungKook en vista de que no habló—Después de esta noche no quiero verte con nadie más, sólo conmigo, entre mis brazos, desnudo y gimiendo si es posible, pero también quiero oírte reír y verte sonreír. Caminar contigo de tu mano en una cita o simplemente tomando un café en un día lluvioso—hizo una pausa y se acercó a él para darle un beso en la frente—También quiero todo contigo.

— ¿Y qué voy a recibir si me arriesgo? —insistió y se pegó a él para ocultar su rostro en su pecho.

—Todo lo que tú me pidas y exijas, incluso aquello que no te atrevas a externar—aseguró—Sé mío en todos los sentidos y yo seré tuyo, incluyendo mi alma y mi vida siguiente si es lo que deseas. Me entregaré a ti todos los días.

— ¿Todos? —inquirió—¿Me darás incluso la cosa más absurda?

—Todo, absolutamente todo—asintió y lo tomó de las caderas para subirlo encima suyo—Te haré sentir bien los sietes días de la semana. A cada hora, a cada minuto, a cada segundo.

—Todo eso suena muy poético—sonrió coqueto—Pero requiero también de algo sucio y mucho sexo.

—Te voy a follar muy bien, bebé... todos los días sin importar la hora y el lugar—le contestó imitando el gesto—Sólo acepta ser mi novio.

JiMin lo miró deseoso de poder continuar con esta noche, pero antes debía darle la certeza que también le estaba pidiendo. Por una vez en su vida quería dejar de sentir inseguridad y de pensar que todos son iguales. No tuvo un buen comienzo con JungKook, pero esto que acaba de suceder tiene un alto significado para él. Además no puede negar la increíble química que tienen, y eso es algo que no encuentras en una segunda persona.

—Sí quiero ser tu novio—asintió y le dio un beso esquimal—Y no serás el único dentro de esto, porque te prometo que te he dado mucho más que sólo mi cuerpo... mi alma ahora lleva tu nombre.

—Vamos a ser muy felices, bebé—sonrió y pegó sus labios a los contrarios—Yo me encargo de eso.

—Lo haremos juntos.

Y después la madrugada se alargó hasta que estuvieron completamente satisfechos. La nieve cubrió absolutamente todo, pero no fue capaz de inhibir el calor de ese par de amantes que querían darlo todo y ser felices después de hoy.

Para cuando abrió los ojos, vio el techo y luego el vacío que estaba a su costado en la cama. Se paró del golpe y talló varias veces su rostro tratando de procesar si todo había sido un sueño, pero una tanga roja que recordaba a la perfección estaba tirada al pie de la cama.

Salió de las mantas y corrió a su closet para buscar algo con que cubrir su desnudez; por fortuna encontró ropa deportiva que suele dejar en caso de una emergencia como esta.

Bajó de las escaleras sintiéndose completamente descolocado, porque no quería creer que JiMin se había marchado cuando supuestamente formalizaron una relación, apresurada quizá, pero la habían formalizado. Estuvo a punto de volver para buscar su celular y las llaves de su auto cuando una risa, que ya se había grabado en su memoria, lo detuvo antes de llegar a las escaleras.

Desde el marco del comedor pudo ver a JiMin con su cabello ligeramente despeinado y sentado en la mesa frente al abuelo TaeHyung. Su alma volvió a su cuerpo y pronto tuvo un sentimiento agradable en su interior. Aquella imagen permanecerá en su mente por el resto de su vida.

—Buenos días—se anunció y se sentó a lado de JiMin— ¿Por qué madrugaron?

— ¿Madrugar? —inquirió su abuelo y lo miró de pies a cabeza—Ya es la hora del almuerzo, muchacho. Es casi la una de la tarde. ¿Qué estuviste haciendo en la madrugada? —preguntó con un deje de picardía.

No se inmutó en lo absoluto al mirar a JiMin a su costado para tomarlo de la mano, mientras que él no podía ocultar el sonrojo de sus mejillas que lo delataban, aunque no era realmente necesario.

— ¡Ja! ¡Yo los vi! —exclamó y los señaló con un dedo—Los vi subiendo las escaleras con sus manos entrelazadas. No fueron para nada cuidadosos.

—No pretendíamos serlo—se regodeó con una sonrisa.

—Shuuu... JungKook—JiMin lo codeó.

— ¿Qué hay de malo? —lo miró con una ceja arriba—Dice que nos vio. ¿Para qué vamos a ocultarlo?

—No creo que el abuelo quiera saberlo—sonrió divertido.

—Es verdad—alzó una mano—No quiero saber los detalles. Me basta y me sobra con saber que estuvieron juntos—los miró y colocó una mejilla en la palma de su mano— ¿Ya son novios?

—Lo somos—respondió JungKook y abrazó por los hombros a JiMin.

El anciano sonrió en grande y completamente enamorado de lo que veía. Ideó un montón de planes que supuestamente le iban a servir para juntar a ese par y no puede creer que el más simple fue el que funcionó, pero lo agradece de cualquier forma, porque ahora que puede verlos juntos confirma que hacen una linda pareja.

—Valió completamente la pena que no me llevaran mi medicamento—suspiró—La vida es bella—dijo y se puso de pie—Los dejo a solas, par de tortolos. Necesito descansar porque anoche fue la noche de mi vida.

— ¿Estás consciente de que ya no tienes veinte? —le dijo JiMin con burla.

—Y tengo mejor salud que ustedes dos juntos—se burló.

Salió del comedor tan tranquilamente como siempre y riendo un poco porque estaba demasiado feliz. No sólo tuvo una increíble fiesta de cumpleaños y vio cómo la trepadora se amargaba la noche, sino que también había logrado juntar a su nieto de sangre con su nieto jurado.

Ya podía dormir tranquilo.

Una mujer del servicio entró para dejar un plato de comida caliente frente a JungKook y cuando se fue se generó un poco de tensión entre los dos. Había algo extraño por resolver, empezando por el hecho de que JiMin no amaneció a su lado y que aparentemente estaba cohibido. En la madrugada fue el hombre más sensual que haya visto en su vida y ahora parece un corderito asustado.

— ¿Por qué me dejaste solo en la cama? —preguntó y dejó los cubiertos para darle su atención—¿No quedó claro lo de anoche?

JiMin hizo silencio y suspiró, también dejó los cubiertos a un lado para buscar las palabras, pero la realidad es que no tenía ninguna más que sólo decir la verdad. Necesitaba más que sólo una plática en medio de la calentura.

—Perdón—dijo con sinceridad y luego lo miró—Estaba un poco aturdido. Creí que lo habías dicho por el calor del momento.

—No fue así—se negó enseguida.

—Lo siento—volvió a decir—Igual no pretendía irme.

JungKook bufó y lo tomó de las caderas para que se sentara encima suyo. No hablaron mucho sobre eso, pero entendía esa inseguridad, sobre todo porque al inicio no fue amable con él. Lo tomó de la barbilla para que lo mirara por cortos segundos antes de juntar sus labios en un beso tranquilo y cariñoso. Quería demostrarle sólo con eso que sus palabras fueron la verdad más sincera jamás contada y que no fue el calor del momento. Lo de anoche fue especial y parte de su reciente noviazgo, y quería que con ese beso quedara más que claro, aunque está seguro de que debe hacer mucho para que esas inseguridades se desvanezcan.

En medio del beso comenzó a acariciar sus muslos por encima de la ropa y poco a poco subió la mano hasta que se coló debajo de la hoodie que era lo único que le cubría el torso. Y fue ahí que se dio cuenta de que usaba ropa suya.

Y eso le volvió loco.

—Dime qué hago—pidió JungKook sin haber despegado sus labios lo suficiente—Desde que nos conocimos eres lo único que está en mi cabeza, sea para bien o para mal, pero lo estás.

—He de confesar que tuve un poco de miedo—sonrió con timidez—Pero hablar con el abuelo me hizo sentir mejor.

— ¿Y mis besos qué? —elevó una ceja—¿No te hacen sentir mejor?

—En realidad... me hacen sentir tranquilo—dijo y pegó su frente a la contraria—Sólo quería pensar un poco. Eso es todo. Te juro que para la siguiente noche me quedaré contigo en la cama hasta que despiertes.

—Pues eso será mañana, porque no pienso dejarte ir—le dijo con una sonrisa coqueta—Por cierto; te ves muy sexy con mi ropa.

— ¿Te gusta? —usó un tono meloso.

—Me fascina, ¿sabes? —besó sus labios—Puedes quedártela si gustas.

—Pues no iba a devolvértela, gruñón.

Sus labios terminaron por juntarse otra vez. Las ganas de estar juntos eran muchas y no se inmutaban ahora que las cosas estaban más que claras entre ellos. JiMin se sintió intranquilo después de despertar con un fuerte dolor de espalda y con un hombre guapo y musculoso a un costado suyo. Tuvo miedo de nuevo al recordar lo que anteriormente hablaron, pero la charla matutina con TaeHyung le hizo demasiado bien.

—El abuelito es un viejito mañoso—le dijo cuando terminaron el beso— ¿Sabías que planeó todo esto? Realmente me quiere dentro de la familia.

— ¿Tú quieres ser parte de esta familia? —preguntó con un tono aterciopelado.

—Sí—asintió, esta vez sin dudar—Me gustas de verdad, gruñón.

—Y yo estoy completamente loco por ti, bebé. No sabes cuánto—dijo y lo tomó de la barbilla.

Lo besó de nuevo y metió su lengua. Ya no quería que hubiese dudas entre ellos, sólo certezas y mucho cariño para compartir. Se encargó de que así fuese, empezando por lo más simple como darle de su desayuno en la boca y consintiéndolo porque era su bebé. Vio que sus ojos verdes brillaban y para él no hubo mejor regalo navideño que esa mañana a su lado.

No necesitaban estar bajo los muérdagos brillantes para besarse, porque bastaba con sólo mirarse para querer hacerlo.

Se dieron cuenta de que esta no sería navidad si no estuviesen juntos.

A partir de ahora era una promesa compartir todas las navidades por el resto de sus vidas.



Holiiiii!!!!

Aquí seguimos festejando la navidad :) jajaja

Faltan personajes aún que ya están llegando en un avión desde Estados Unidos. 

No se olviden de Hobi :) jajaja y un poco más. 

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar. 

Las tkm!!!



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