Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

04 Colores Con Color



"Cuando el mundo se coloree maravillosamente de blanco,

haré que estos colores sin color desaparezcan

mientras esté contigo"

Snow Flower – V ft. Peakboy



Los celos los experimentó cuando vio a TaeMin besándose con alguien afuera del estudio, pero eso no se comparaba con lo que sentía ahora mismo. Había mucha adrenalina que le recorría las manos, como si quisiera golpear algo, pero no había nadie a quien pudiera sangrarle la nariz, sólo a esa chica de nombre JiEun que llegó para interrumpir su momento con JungKook.

Ni siquiera sabe por qué se enojaría, es decir, no son nada y apenas se conocen, bueno, prácticamente. Pero, ¿por qué cuando ya todo estaba bien tenía que aparecer ella? ¿Qué clase de relación tienen o tuvieron? ¿Quién es? ¿Debería preocuparse?

Desechó todos esos pensamientos porque se sentía completamente patético y buscó a HoSeok con la mirada, pero no aparecía en ningún lado. ¿En dónde está cuando más lo necesita? Pero afortunadamente el abuelito TaeHyung apareció en su campo de visión charlando con unos hombres de traje, y eso no le importó en lo absoluto cuando se acercó a él y le tocó el hombro para llamar su atención.

—Disculpen caballeros, debo atender a mi nieto—avisó a los hombres y enseguida tomó a JiMin de la mano para llevarlo a otro lugar.

Notaba su expresión molesta, era inevitable y se enojó al pensar que su nieto haya tenido que ver con eso.

— ¿Y JungKook? —le preguntó.

—Me lo quitaron—respondió de mala gana y cruzó los brazos.

El abuelo frunció el ceño y escaneó rápidamente el lugar para buscar a su nieto, pero cuando lo vio sintió que el estómago se le revolvía. Es que esto no podía ser posible. ¿Por qué es tan idiota?

—No puede ser—dijo con un tic nervioso en su ojo— ¡Esa trepadora!

JiMin lo miró sorprendido y dejó caer sus brazos a los lados para darle un golpe suave al abuelito como reprimenda. En el poco tiempo que llevaba de conocerlo jamás lo había escuchado hablar así de alguien, mucho menos de una mujer.

— ¡Abuelo! —alzó la voz con regaño.

—Eso es lo que es—respondió como niño pequeño y cruzó los brazos—Es una trepadora... ¿Quién la invitó?... ¡Ah! ¡Jodida mierda! —manoteó el aire—Es la hija de un socio. Lo olvidé. ¡Te odio, Alzheimer! —gritó molestó.

El rubio se rio un poco y por un momento olvidó lo que sentía en la boca del estómago. Pero en cuanto devolvió la mirada hacia JungKook volvió a sentirlo. Después miró al abuelo porque era más que evidente que él la conocía perfectamente.

— ¿Quién es ella? —preguntó con evidente interés.

—Es su ex novia—respondió mirándola con mucho recelo, y JiMin sintió cómo el hueco de su estómago se expandía—Trepadora, oportunista e infiel. Lo engañó con un amigo suyo, ¿puedes creerlo? —lo miró y agregó—Es obvio que se arrepintió porque quiere pertenecer a esta familia, pero no pienso permitirlo. Primero muerto.

— ¡Abuelo, no digas eso! —lo empujó y le hizo un puchero.

— ¡Es que tú no lo conoces! —alzó la voz y le devolvió el empujón—Eres un tonto. No debiste dejarlo solo—le regañó.

— ¿Y qué se supone que iba a hacer? —lo miró ofendido.

—Oponerte—respondió con obviedad— ¡Lucha por tu hombre!

—Por Dios, abuelito—sonrió divertido y negó con la cabeza—No es mi hombre, ni siquiera me gusta—dijo y desvió la mirada—Además, ¿cómo sabes que yo no soy un trepador también?

—No digas tonterías, Minie—lo tomó de una mano y la entrelazó con la suya—No tenías ni idea de quién era mi nieto y aun así te encontrabas casualmente con él, además lo retaste frente a mí. Y no digas que no te gusta. A mí no me engañas—lo señaló con un dedo acusatorio—Se la estaban pasando bien hasta que llegó esa trepadora.

—Bueno—rodó los ojos—Confía en que es inteligente.

— ¡Es estúpido! —puso mala cara—Además velo cómo te mira. Quiere que lo salves.

JiMin miró hacia donde todavía estaba JungKook con JiEun y cruzó su mirada con la de él. Sí lo estaba viendo con súplica, pero no se sentía seguro de volver ahí para sentirse peor. Todavía estaba inseguro después de TaeMin y tampoco estaba listo para admitir todo lo que había en su interior.

Pero aun así...

— ¿Cómo hago eso? —preguntó sin dejar de mirar al azabache.

—Ve allá y dile que necesitas que te lleve a mi despacho por mi medicamento—explicó detenidamente, como si se tratara de una misión importante—Están en la parte de arriba del librero.

— ¿Sólo así?

—Sí, anda—lo empujó levemente de la espalda—Ve por tu hombre. Lo traje a este mundo sólo para ti.

—No es mi hombre—refunfuñó girando el rostro para verlo por encima del hombro.

—Claro, como digas—le restó importancia— ¡Recupera lo que es tuyo!

JiMin sólo rodó los ojos y caminó con un poco de inseguridad hacia donde estaba JungKook aún con esa mujer. No sabía qué podía salir de bueno de esto, pero el abuelo era el más confiado con la situación y con que se hará todo lo que tiene en mente.

—Todo saldrá mejor de lo que espero—se dijo a sí mismo el abuelo mientras se escondía entre la gente para no perderse detalle de nada.

Mientras tanto, JiMin llegó a hasta donde estaba JungKook y se paró a su lado aun con inseguridad, pero su rostro no lo demostró ni por error.

—JungKook—lo llamó y lo tomó del brazo.

— ¿Qué pasa, JiMin? —enseguida lo miró y se giró en torno a él—¿Necesitas algo? —lo miró impaciente.

—Em... sí—asintió y sonrió medianamente.

— ¿Qué no ves que estamos hablando? No interrumpas—habló JiEun.

La mujer se ganó la atención de JiMin y también una mala mirada de su parte. La miró rápidamente para ver si podía criticar algo de ella, pero no encontró nada más que su mala actitud y que aparentemente se creía la mujer más importante de la fiesta. Sí, era linda, con ese vestido rojo entallado y escotado de la espalda, la hacía ver sumamente sensual, pero era más que evidente para quién se vistió así.

Lástima que se topó con él.

—Bueno, en todo caso, tú llegaste a interrumpir cuando él estaba conmigo. Así que lo siento; necesito que me acompañe por los medicamentos del abuelito.

No le iba a dar oportunidad de réplica, no cuando JungKook lo sostuvo con fuerza de la mano para ir juntos en dirección al despacho del abuelito. JiMin sonrió con suficiencia y miró por encima del hombro cómo aquella mujer los miraba completamente ofendida y molesta.

Se había salido con la suya y lo mejor de todo es que JungKook no dudó de marcharse con él.

Llegaron al estudio del abuelo que no estaba demasiado lejos y entraron cerrando la puerta detrás de ellos. Enseguida JiMin se adentró y vio el lugar que era bastante amplio y lleno de libros, también había una vitrina enorme al fondo donde estaban todas sus tazas de colección, muchas de ellas se las había regalado su difunta esposa.

— ¿Sabes? Me sorprende que el abuelo haya usado sus preciadas tazas contigo—le dijo JungKook detrás de él—Nunca nos dejó tomar chocolate en ellas porque decía que eran muy especiales.

—Es que yo especial para él, Jeon—le dijo burlón y se paró engreído.

—Sí, ya lo creo que lo eres—asintió y metió las manos a los bolsillos—Y gracias por salvarme.

JiMin se giró y lo apreció por unos segundos; se dio cuenta de que su aspecto no había cambiado pese a que la noche avanzó y que conservaba ese brillo travieso en los ojos que terminaban por consumirlo. Seguía viéndose muy apuesto. Puede entender por qué esa mujer quiere volver con él.

—Tu abuelito me contó el chisme—le dijo burlón.

—Viejito chismoso—respondió del mismo modo.

—Es comunicativo—corrigió e hizo una pausa para pensar bien sus palabras, pero la realidad es que estaba impaciente y muy curioso— ¿Piensas volver con ella? —se armó de valor.

— ¡Por supuesto que no! —se apresuró a decir y alzó un poco la voz—Soy idiota como piensas, pero no soy taaan idiota—quiso aclarar—No por nada soy CEO del Resort más importante de Corea.

—Ya, está bien—alzó las manos a modo de rendición—Entiendo, no te alteres. Sólo... tenía curiosidad.

JungKook sonrió medianamente y se acercó a él con una mirada coqueta que enseguida lo puso nervioso. Ahora caía en la cuenta de que estaban completamente solos en un lugar que tenía la puerta cerrada. Eso no era bueno si había sentimientos extraños de por medio.

— ¡Ay! ¡Ahí está! —expresó efusivamente JiMin señalando donde se encontraba un frasco de medicamentos.

Se acercó hasta ese librero y se dio cuenta de que estaban demasiado alto. ¿Cómo puso eso ahí y por qué, si era un poco más bajo que él? Tenía pereza de subirse a una silla, así que sólo intentó estirarse para poder alcanzarlos, pero sí estaba muy alto para él.

—Tranquilo. Yo lo hago—se ofreció JungKook y se acercó para ayudarle.

—No, está bien—se negó enseguida—Yo lo hago. Puedo hacerlo.

Pero no era así e inició una pequeña batalla entre ambos para ver quién tomaba el medicamento primero, sin embargo, era obvio que JungKook lo haría debido a que su estatura varonil lo ponía en una gran ventaja. Cuando tomó el frasco sonrió con suficiencia y JiMin se giró hacia él con una expresión molesta. En ese instante fue consciente de que tenían mucha cercanía, demasiada. Si JungKook bajaba unos centímetros su rostro estaría al filo con el contrario. Y vaya que quería hacerlo.

—Te dije que yo podía—se quejó el rubio con voz tenue.

—No, enanito. No podías y lo sabes—habló con el mismo tono de voz.

Se miraron por largos minutos hasta que los ojos de JungKook fueron los primeros en desviarse a donde quizá no debía; los labios de JiMin se veían jugosos y brillantes. ¿Será que los acaba de humectar? Había algo dentro suyo que le pedía saber eso e inconscientemente se acercó un poco más a él al tiempo que descendía.

JiMin también miró sus labios intercalando con sus ojos oscuros que justo ahora se veían completamente diferentes. Sabía lo que había en su interior, pero tenía miedo de equivocarse de nuevo. JungKook lucía como un verdadero sueño y no le gustaría darse cuenta de que no está hecho para él.

Sin embargo, la tentación se estaba volviendo poderosa.

— ¿Qué significa ella para ti? —preguntó aún con voz tenue.

—Absolutamente nada—respondió con convicción y bajó su rostro unos cuantos centímetros—Ella no me provoca lo que ahora mismo estoy sintiendo.

El corazón de JiMin latió fuerte, tanto qué podía sentirlo. Y eso le asustaba. Pero las ganas de tocar las mejillas de JungKook eran inmensas, sobre todo si lo tenía así de cerca. Podía apreciar sus piercings y también algunos lunares de su rostro, sobre todo esa cicatriz que tiene en la mejilla izquierda. Seguramente fue un niño demasiado travieso.

La tensión se hizo más fuerte en vista de que ninguno de los dos decía nada y es que por sus mentes pasaban un sinfín de cosas que no sabrían acomodar en orden. JungKook era quien más lo deseaba, pero sólo estaba esperando una señal... algo convincente porque no quiere recibir una patada en su entrepierna.

— ¿Qué estás esperando? —preguntó JiMin con un susurro.

Lo siguiente que pasó fueron los labios de JungKook con los suyos que enseguida se movieron lentamente. El frasco de pastillas cayó al suelo, pero ninguno de los dos lo escuchó. El rubio colgó de su cuello al tiempo que él lo rodeaba con sus brazos para poder pegarlo completamente a su cuerpo y fue ahí que ambos pudieron aceptar en su interior que deseaban esto con mucha intensidad.

Aunque el principio fue tierno y dulce, no tardaron mucho en pegarse lo suficiente y en meter sus lenguas para acariciarse mutuamente. De ahí JungKook partió para empujarlo suavemente hacia donde estaba el escritorio del abuelo. Lo tomó de las caderas con mucho deseo y lo elevó rápidamente para sentarlo. Al instante sus piernas se abrieron para recibirlo y el beso continuó con mucha más fogosidad.

La tensión que se había generado entre ellos desde que se conocieron era demasiada y bastante palpable. Ahora que se besaban se daban cuenta de que no podían contenerla por más tiempo porque no era justo para ninguno de los dos, así que sabían perfectamente cómo terminaría esto.

JungKook fue el primero en avanzar al acariciarlo por encima de la ropa y luego aflojó su pantalón para poder introducir sus manos para tocar y apretar su trasero. Lo escuchó gemir y no hubo mejor melodía que esa para excitarlo y llevarlo al límite de su calor.

—Joder—masculló JungKook sin dejar de besarlo—Se siente bien probar tus labios.

—Tienes que llegar hasta el final después de haber iniciado esto—le advirtió con un tono seductor y enredó sus piernas alrededor de las caderas contrarias.

—Si no quisiera llegar al final, ¿tú crees que acariciaría tu culo?

— ¡Agh! ¡Mgh! Mierda.

JungKook había llevado uno de sus dedos a donde el esfínter de JiMin lo estaba esperando ansioso y fue en ese momento que puso más atención para descubrir que llevaba una maldita tanga. Esto se iba a poner interesante.

—Siente lo duro que estoy por ti—le dijo y empujó su pelvis para rozarse con la contraria—Te voy a coger duro, bebé.

—Mierda sí—masculló y se separó para mirarlo mejor—Hazme tuyo ya mismo.

JungKook lo besó con fuerza antes de acomodarle medianamente el pantalón y luego lo tomó de la mano para sacarlo de ahí y llevarlo a la planta de arriba que era donde se encontraba su antigua habitación. Iban tan apresurados y calientes que no se dieron cuenta de un par de ojos curiosos de un anciano que estaba contento por salirse con la suya.

El fuego fue demasiado cuando entraron a la habitación y la puerta se cerró con seguro, pero aun así volvieron a tomar sus labios con mucha lentitud y disfrute. Cada uno se encargó de quitarse las prendas que traían encima hasta que por fin quedaron en ropa interior. Cuando JungKook quiso tomar el control de nuevo, JiMin no se lo permitió porque lo empujó para que se sentara sobre la cama y quedar encima suyo. Tocó su brazo derecho mientras mordía su labio inferior. Imaginó que tenía toda una manga de tatuajes, pero ahora que lo veía en vivo y a todo color sentía un fuego en su interior que no sabría cómo manejar.

— ¿Te gusta dominar? —le preguntó JungKook con un tono sensual.

—Algunas veces—respondió y ladeo la cabeza.

—A mí no me gusta que me dominen—gruñó.

— ¿Lo dices en serio? —se meneó sobre él—Después de esto estarás detrás de mí todo el tiempo y harás todo lo que yo te diga—sentenció.

—Ni siquiera lo sueñes, bebé—le sonrió.

— ¿Quieres ver que sí?

Antes de que JungKook respondiera, JiMin tomó sus labios para besarlo y marcar el ritmo que deseaba. El azabache no se daba cuenta, pero ese chico lo estaba dominando a su antojo porque era quién decidía cómo iba el beso e incluso los toques. Dejó que lo guiara y que incluso besara su cuello donde una gran marca apareció y no pudo evitar sonreír.

Lo vio descender de manera juguetona porque le dedicaba miraditas y sonrisas que conseguían ponerlo vulnerable. Cuando lo vio hincado en el suelo supo sus intenciones y no se inmutó en lo absoluto. Quería ver cómo se metía toda su polla en la boca.

Con una mano, JiMin masajeó el bulto y luego le dio un beso cariñoso antes de retirar ese sexy bóxer negro. Una gran erección saltó frente a sus ojos y sintió un hambre feroz que jamás en su vida había experimentado. Eso sí que era un pene que podía joderlo duro; era grande y la punta estaba humedecida por el líquido pre seminal. Las venas se marcaban lo suficiente como para incluso sentirlas en su interior.

— ¿Ya te dieron tu regalo de navidad, JungKookie? —preguntó el rubio con voz melosa.

—No—respondió jadeando— ¿Te vas a encargar de eso?

—De eso y de mucho más.

La punta entro en la boca caliente y húmeda de JiMin y un poderoso gemido escapó de los labios de JungKook. Había algo diferente en esto que no entendía, pero que sin duda le encantaba. Estar dentro de la boca del rubio era como un sueño hecho realidad que no sabía que podía cumplir y que lo era todo en ese momento.

Lo engullía perfectamente, no hacía gestos de molestia por lo grande que era, al contrario, lo disfrutaba en demasía. Lo sabía por la forma en que le pestañeaba de vez en cuando y cómo sin complicación lo metía hasta el fondo. Vio que sus ojos lagrimeaban, pero estaba seguro de que era placer lo que sentía en su interior.

Los inicios fueron lentos, pero JiMin estaba ansioso de probar como nunca en su vida. Antes no hacía mamadas a nadie en la primera noche de sexo porque pensaba que debían ganárselo, sin embrago, cuando sintió el bulto de JungKook decidió que rompería su propia regla, porque estaba seguro de que le daría la mejor follada de su vida.

Aumentó la velocidad y lo escuchó gemir con necesidad. Sintió cómo lo tomaba de los cabellos para incitarlo a ir más rápido y obedeció completamente. Su lengua supo desempeñarse muy bien, sobre todo cuando la pasaba por la punta que seguía goteando. La forma en que el cuerpo de JungKook se tensaba le avisaba que estaba demasiado cerca de la gloria, sin embargo, él mismo lo detuvo antes de que pudiera llegar.

— ¿Qué pasa? —preguntó JiMin con un poco de preocupación.

—Todo está bien. Lo hiciste increíble—sonrió y le acarició una mejilla—Pero aún no quiero correrme. Y es mi turno de complacerte.

Le hizo una seña para que se pusiera de pie e intercambió completamente los papales al tumbarlo boca abajo sobre la cama. Al instante se quedó paralizado en su lugar después de ver que tenía un tatuaje de las fases lunares que empezaba en su cuello y terminaba en la mitad de su espalda. Eso, combinado con sus curvas y la tanga roja que traía puesta, le regalaban la vista más erótica y sensual de su vida.

— ¿Te gusta lo que ves? —inquirió burlón.

No respondió, optó por subir encima suyo y frotó su erección en su trasero para darle una probada de lo que se venía.

—Voy a hacerte sentir bien—le susurró.

Empezó dejando un beso bastante húmedo en su oreja y luego se desplazó hacia abajo, dedicándole cierto tiempo a su cuello donde tenía la primera luna del tatuaje. Descendió lento por cada una de ellas hasta que llegó al final. En su espalda baja le prestó atención a sus hoyuelos de venus al besarlos con mucho deseo. Después pasó a una de sus nalgas donde no pudo contenerse de morder, chupar, pasar su lengua e incluso dejar una marca que sólo él podrá ver. Pasó a la otra y repitió las mismas acciones antes de dirigirse a esa línea peligrosa que ocultaba todo lo prohibido. Aunque no para él.

Las abrió haciendo el hilo de la tanga a un lado y observó cómo su entrada palpitaba deseosa. Era pequeña, rosada y aparentemente muy apretada. Pasó la punta de su dedo para explorar un poco, pero después el hambre fue incontenible. Su lengua recorrió el lugar de manera delicada, mientras que JiMin gemía agudo y sin pudor alguno. Que lo hiciera lento era una tortura demasiado placentera y que hacía a su cuerpo temblar. No tuvo que observar para saber que esa lengua era grande y que abarcaba muy bien esa parte suya, cuando le metió la punta le hizo gritar levemente al tiempo que enterraba el rostro en las mantas.

—Quiero oírte, si es mi nombre, mucho mejor.

Fue lo último que le dijo para después dedicarse por completo a darle un poco de placer y prepararlo al mismo tiempo. Su lengua se deslizó una y otra vez por el orificio y a ratos metía sólo la punta porque quería ponerlo muy vulnerable.

Las manos de JiMin estaban hechas puños sobre la cama, mientras gemía le daba el control total de su cuerpo a JungKook. Se sintió bien cada lengüetazo y se sintió aún mejor cuando la lengua entró un poco más por su estrecha entrada.

El azabache lo folló con su lengua, un poco duro y a veces lento. Se notaba que sabía cómo hacerlo, pero también era curioso que lo hacía exactamente como a JiMin le gustaba. Eso lo tenía perdido en lugares desconocidos y de los que no quería regresar una vez esto terminara.

La lengua exploró cada rincón, pero luego fue remplazada por un dedo que entró y salió sin ningún problema. Parecía que estaba lo suficientemente excitado para incluso recibirlo, pero JungKook quería divertirse un rato, quería disfrutarlo, quería comerlo y marcar su territorio con cada paso.

Ese dedo se convirtió en un segundo y con los dos hizo tijeras para expandirlo. Le encantaba la vista que tenía de sus dedos siendo tragados por ese húmedo lugar. Le encantó escuchar cómo gemía sin parar y cómo incluso su cuerpo se retorcía sobre la cama. Cuando los gemidos fueron más agudos supo que debía parar o de lo contrario se correría en ese instante.

—Vamos, necesito algo más grande que eso—suplicó JiMin.

— ¿Me vas a recibir bien? ¿Vas gritar mi nombre? —inquirió con voz ronca.

—Voy a gritar tan fuerte que espero que todos en esa fiesta me escuchen.

—Sí, sobre todo alguien en especial, ¿no es así? —sonrió ladino al tiempo que se incorporaba.

—Sobre todo—asintió.

JungKook le quitó la tanga y lo tomó de las caderas para girarlo sobre la cama. Se acomodó entre sus piernas y al tiempo reclamó sus labios con mucha pasión. Mezclaron los sabores de ambos y eso les resultó lo más delicioso del mundo. Las manos de JiMin fueron a parar a la espalda ajena para acariciar los tremendos músculos que poseía. Ahora en su mente no dejaría de reproducirse la imagen mental de él desnudo bajo una ducha caliente.

Se excitó más de sólo pensar, sobre todo cuando él pasó por su cuello para dejar más marcas que todos pudieran ver. Descendió más hasta que atrapó uno de sus pezones y lo chupó con mucho deseo. El otro no se quedó atrás y también recibió la atención que pedía tácitamente. Besó su cuerpo con deseo y pasó su lengua por sus abdominales ligeramente marcados. Besó con cariño, pero ya no bajó más allá.

Hizo otro recorrido de besos hasta que llegó a sus labios. Su erección impaciente se alineó, pero simuló embestidas antes de entrar y eso sofocó al contrario.

—Métemela—suplicó en medio del beso.

—Quien te viera ahora tan necesitado de mí—se burló—Creí que no te agradaba.

—No me agradas... ¡Agh! ¡Mierda!

Gimió fuerte después de que JungKook se enfundara completamente en él. No iba a esperar demasiado, no cuando ambos interrumpieron sus orgasmos previamente. Volvió a besarlo al tiempo que comenzaba a menear sus caderas y pegándose completamente a él. Metió su lengua y gruñó de placer al ser consciente de la forma en que lo estaba apretando.

Se incorporó para mirarlo y se encontró con que era un completo desastre, pero el más hermoso que haya visto en su vida. Por un momento se olvidaron de dónde estaban y se entregaron completamente al placer y al cariño que comenzaba a emerger desde su interior.

JungKook tomó sus manos para colocarlas a los costados de su cabeza y las entrelazó sin dejar de mirarlo. Sus caderas se movieron con más rapidez casi al instante y de ahí ya no hubo un punto para retornar.

Al rato sólo se detuvo para embestirlo lento, pero duro y le decía "mío" con cada embestida, mientras que él lloraba de placer y no paraba de gemir.

Lo fue todo en ese momento, sobre todo cuando JungKook golpeó con más fuerza y con más rapidez al grado de generar un sonido obsceno de pieles chocando. Sus gemidos se mezclaron y perdieron la noción de todo cuando el orgasmo los atacó sin piedad y con mucha fuerza.

Las paredes de JiMin contrayéndose lo hicieron gruñir y llenar todo su interior con su semen viscoso y caliente. Y catalogó esto como la mejor corrida de su vida.

Quedaron completamente empapados de sudor y con sus respiraciones aceleradas. Cuando conectaron sus miradas embriagadas de placer sonrieron y luego se dieron un beso tierno y cariñoso, como si de verdad fuesen una pareja.

JungKook fue quien se encargó de acomodarlos en la cama y de cubrirse con las mantas. Se quedaron en ese estado quietud mientras descansaban un poco y ambos miraron por la ventana cómo la nieve caía sin parar.

El mundo se estaba coloreando maravillosamente de blanco. Y ellos, mientras estaban juntos, hacían que esos colores sin color desparecieran.

Ahora sólo quedaban sus propios colores.

Y sabían perfectamente que este acto no fue sólo simple calentura.

Había mucho más detrás de todo esto.

Y aunque tenían miedo de hablarlo, iban a enfrentarlo.



Holiiss!!

Estamos en vísperas navideñas y espero que se la estén pasando bien :)

Continuamos con este historia, todavía nos faltan más capítulos. Pero la parte más importante ya la abordamos jsjsjs

Debo subir extras navideños, lo sé jajaja. Voy a empezar con Hey, JungKook :)

De momento Christmas Love la voy a dejar pendiente porque está en un concurso y voy a esperar a que acabe :)

Entonces nos estamos leyendo :)

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar. 

Las tkm!!


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro