Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

"El día que la rosa murió"

El viento está susurrándome lentamente lo imbécil que soy, el viento que tú traes como un susurro malicioso, deseando hacerme daño con cada parte de tu ser para poder construirte de a poco. Sé que me estás queriendo golpear en este momento, en el que te observo sin ninguna intención de detenerme y no puedes apartar tu brazo de Kyoujuro incluso si quisieras; porque él sabe cómo frenarte en una pelea y yo solo pudo incentivarte a que me intentes matar. Me ves con el mismo rencor que ves a un demonio, ¿soy como un ser sin sentimiento para ti? No te culpo, puedo comprender ese desprecio, imagínate ser yo, un estúpido enamorado de su posible asesino. Te amo pero no dudo que vayas a matarme algún día. Sé que lo que más desearías sería ir y patearme hasta hacerme llorar. Tú quieres que yo sufra y te demuestre que estoy vivo. No me equivoco, es un hecho.

    Suspiro con lentitud y cada vez vas alejando más tu rostro, hablando amablemente con Kyoujuro como si fuera tu alma gemela, pero solo es un tipo más al que admiras, sabes que no te gusta, lo sabes tan bien que también puedo observar el dolor en tu mirada. Quieres que te guste para no aceptar el hecho de que no estás ni siquiera interesado. Te he dicho con anterioridad que te puedo dar mis sentimientos, que te puedo ofrecer mi amor y así serías feliz, y aún así me empujaste y me dañaste mucho con tan solo esa acción. Me dijiste que me estaba burlando de ti incluso si te ofrecía una rosa fresca y muy linda. Dime, ¿por qué sería yo el que buscaría faltarte el respeto? Pero claro, al no ver una expresión de arrepentimiento o tristeza en mi rostro lo tomaste como un hecho. Me dijiste que era tan cínico como un ser del infierno, creíste que estaba escondiendo cualquier gesto para no mostrarme "débil". Aunque no me creas cuando dijiste todo eso con furia en tu mirada fue la primera vez en años que lloré, me hiciste sentir tan inferior, pero no me viste para ese entonces, quisiste creer que tenías la razón, quieres siempre tenerla. Eres un narcisista sin opción, piensas que están bien tus actos humillantes o degradantes, te justificas siempre que puedes, callas a los que te pueden llevar la contraria y no quieres admitir que admiras, porque eso significarías que no eres el único admirado y que estás siendo más sentimental que de costumbre. ¿Cómo puedes ser tan cruel? Sé que todo esto puede sonar exagero, pero estoy enamorado y resentido contigo y tu actitud tan increíblemente perfecta, perfecta para mí. No sé qué hago buscándote.

    "Lastímame un poco más" quiero decirte eso por cada día que pasa y la cercanía entre nosotros se acorta, pero luego caigo en mis palabras y ya no estás a mi lado, te encuentras haciendo todo lo posible para evitarme. Es un poco masoquista tenerte tan abajo, abajo como tienes a una persona de mierda y aún así desear que me sigas haciendo mal. Esa era nuestra forma de tratarnos. ¿Crees que puedes expirar pecados empezando a desaparecer de repente? No, recuerdo todos los días en los que me dijiste algo, nunca me trates bien, nunca fuiste bueno conmigo. No entiendo qué hago llorando por esto. Incluso si pasan los meses, te veo cada vez menos y porque ambos hemos estado de misión en misión. Cada vez que pienso en el hecho de que ni siquiera quieres observarme, siento una flor creciendo en mi garganta, una que me ahoga y me hace sentir desairado. Solo estoy pensando en ti. Ahora no me intereso por mí ni por la flor que hay dentro de mí. Pienso en la rosa que tiraste y pisaste tiempo luego. Recuerdo tu expresión al darte cuenta de lo que hiciste. ¿Te sentiste mal al pisotear mis sentimientos? Seguro que no. Te sentiste mal de pisotear el amor que alguien más te ofrecía. Por un momento de tu retorcida mente quiero creer que sufriste al ver cómo machucaste esa flor que perdió su carmesí y pasó a parecer una escena de crimen.

    Creo que para no tener sentimientos puedo describir perfectamente todo lo que me sucede. Hay cosas de mí que aún no entiendo. Hay flores dentro de mi boca que están brotando y no puedo frenar, pero me siento conforme de pensar que a ti no te sucede lo mismo. No, conforme no. Honestamente disconforme. Ojalá sufrieras lo que yo. Sí, hace poco murió Kyoujuro, ¿y eso a mí qué? Ni a ti ni a mí nos importaba realmente ese chico. Aún así no me siento mal por seguirte con la mirada ni notar tu furia en el cementerio. Estoy vigilándote y tragándome las flores que no puedo masticar bien. No las puedo digerir. Es difícil respirar con ellas. Entonces prefiero acercarme a hablarte, a darte mis condolencias, pero Shinobu llega más rápido que yo y solo me pierdo con la neblina que comienza a nublar mi visión. Otra vez siento este nudo en la garganta, pero me callo. Si digo algo seré visto y creo que habiendo otra gente no quiero estar cerca de ti, porque ellos se llevan por completo tu atención.

    —¿Tomioka? —escucho mi nombre salir de tus labios, pero hago de cuenta que no oigo nada y solo sigo adelante—. Tsk, no se puede hablar con él.

    No, no se puede hablar conmigo. No me gusta hablar. Y como siempre no me defendí. ¿Qué importa hacerlo?

    Las gotas de agua caían sobre mi rostro. Literalmente la última vez que compartí una simple mirada contigo fue en el cementerio... Ahora estamos en el mismo lugar, me pregunto exactamente cuál era la razón. ¿Qué hacemos juntos? ¿Qué hago a tu lado? No entiendo qué sucedió, es como si mi mente estuviera en un shock o algo por el estilo. Y esto no se siente nada bien. ¿Debo llorar por ver las tumbas y temblar del frío? No, no creo que llore.

    Ha pasado un tiempo, creo que somos un poco cercanos, así que busco una respuesta a todas mis preguntas en tu mirada y solo me respondes a la más insignificante de todas: estamos visitando la tumba de nuestros compañeros fallecidos. Todos están muertos. Todos excepto Tengen, pero no parece querer vernos. Supongo que estaremos muertos para él. Creo que cada vez que te veo pasando tumba por tumba, apretando cada vez más el ramo siento que las flores vuelven a surgir dentro de mi garganta hacia arriba. No quieren que las digiera, mi saliva no es suficiente para envolverlas. Durante unos días, luego de la batalla contra Muzan, no sentí nada porque creí que estabas muerto, pero ahora, cuando te veo tan triste, creo que podría llorar como un niño. No por las muertes de mis compañeros. Por tu muerte, aquel Sanemi que tanto amé murió. Te ves tan entristecido e incluso envejecido. Suponemos que se va disolver la asociación de demonios, pero aún así ninguno de los dos nos quitamos el traje, nos los pueden lavar pero luego nos los volveremos a poner. Somos como dos brutos tercos.

    Cazar demonios era mi única razón para vivir. Cazar demonios conllevaba tener una razón para estar junto a Sanemi, el Sanemi que amé. Ahora no tengo razón para estar en este sitio; me podría morir y tú, a pesar de que pareces realmente arrepentido por todo, no serías capaz de amarme de la misma forma. Ni siquiera sé por qué pienso que te amé, si las flores en mi garganta que me apuñalan lentamente son pruebas suficientes de que mis sentimientos siguen presentes. Supongo que si me vuelvo a declarar recibiré otra negativa. Me aterra quedarme solo por eso. Ahora creo que podría tomar su mano y hacer de cuenta que somos amigos... En realidad, no puedo. La lluvia es muy intensa y provoca que te alejes lo suficiente, sin saludarme, sin hacer gesto alguno. Otra vez te vas. Te engañas con que así será mejor, o yo solo me engaño con un poco de autocompasión y finalmente estoy aquí, nuevamente apartado. Las almas de mis compañeros me gritan que me vaya y eso es lo que haré. Aunque por ahora solo voy a recostarme en la tierra húmeda y esperar a que pase el dolor de las flores que pinchan en cada zona de mi corazón.

    ¿Estoy convulsionando? Todo se vuelve blanco. Creo que me arrepiento más que tú. No sé si de amarte o de no amarme. Siento que la presión en mi garganta brota tanto que finalmente podré expulsar todos estos sentimientos. Sé que no soy correspondido. No duele tanto eso como mi cuerpo cansado de todo. Siento el contacto de la tierra con mis pulmones, es como si me creciera un árbol o inhalara todo lo que hubiera en el suelo. ¿Si esto es asqueroso? Oh, sí, lo es. Es muy asqueroso, no quisiera que nadie me viera de esta forma tan penosa. Ya no tengo control de mi cuerpo. Sí, algo me dice que este shock no es común.

    Movería mi mano, pediría ayuda o te gritaría, pero estás muy lejos. Siempre estuviste muy lejos. Nunca me dio el tiempo de pedirte que te quedaras o admitirte que no soy capaz de cuidarme de mí mismo cuando estoy herido. No soy orgulloso. Shinobu me describió como tímido. Yo prefiero decir que soy patético. No me interesa cómo quieran nombrarme los otros.

    Recuerdo que tú me llamaste "estúpido bastardo" "ególatra". Esas fueron las palabras que me describieron. Supongo que me odié ante su trato y por eso para encontrarme empecé a amarlo. Busqué huir todo este tiempo, pero ¿quién diría que no funcionaría? Sí, exacto, yo. Había deducido que no funcionaría. Por eso seguía esforzándome. Encontré satisfacción en hacerlo todo mal, en fallar, en demostrar que no me creía superior, o al menos no más que tú.

    —Sanemi —dije hipeando, aún sabiendo que no te encontrabas ahí—... Yo sé que no soy perfecto... Yo soy tan pequeño... Solo quería tener un poco de tu carácter... Te perseguí todo este tiempo... Quería tu aprobación.

    Mis labios se hundieron en la tierra y simplemente nada más volvió a cruzar mi mente. Nada más que la rosa con la que me apuñalaste una y otra vez. Pero no te juzgué. Está bien así, no me molesta. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro