Severus Snape

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Hoy era como cualquier otro día para ti.

Te levantabas, te preparabas para el día, comías, dabas clases, calificabas y terminabas el día.

Nada más que un ciclo completo.

No fue hasta que te informaron de que en Hogwarts se celebraba un baile escolar.

No eran frecuentes los bailes, pero no podías quejarte.

Necesitabas el nuevo cambio de horario.

Cuando pensabas que las cosas iban bien, se te encomendó una tarea horrible.

En lugar de patrullar en el baile, Dumbledore pidió que tú y otro profesor patrullaran los carruajes.

De esta manera, podríais vigilar a los pequeños bastardos cachondos que intentaran escabullirse.

No era el hecho de que odiaras la tarea.

Era el hecho de que odiabas al profesor.

Severus Snape.

Nadie podría pagarte un millón de galeones por hablar con ese hombre.

Era espantoso, grosero y, en general, un dolor de cabeza.

Pero, no tenías mucha opción.

Así que, por supuesto, accediste a los deseos de Dumbledore.

El baile se acercó antes de lo habitual, lo que significaba que tendrías que sufrir el resto de la noche.

Los dos os quedasteis fuera de los carruajes, en silencio todo el tiempo.

Ninguno de los dos hablaba una palabra entre dientes.

De vez en cuando uno de vosotros revisaba los carruajes dejando al otro atrás, pero seguía sin intercambiar palabras.

Para ti, era mejor así.

Si te dijera algo inteligente, probablemente convertirías al hombre en una roca y lo arrojarías al lago.

El leve pensamiento te hizo sonreír, por supuesto.

Había pasado una hora desde que empezó el baile y ninguno de los dos había dicho una palabra entre dientes.

A estas alturas, tus piernas se estaban cansando.

De todos modos, ya no eras tan joven.

Te encontraste caminando hacia el único carruaje que estaba escondido detrás del hombre otro hasta que Severus lo notó.

"¿A dónde vas?" Su aguda pregunta hizo que pusieras los ojos en blanco como respuesta.

"A sentarme". Respondes sin rodeos, ayudándote a entrar mientras cierras la puerta tras de ti.

Si la hubieras dejado abierta, probablemente habría empezado a regañar.

Te tumbaste en el asiento individual, mirando por la pequeña ventanilla sólo abrazando la paz de todo aquello.

Disfrutabas de momentos así.

Y si somos sinceros, te gustaría encontrarte con esto más veces.

Antes de que pudieras levantar la pierna, la puerta de tu vagón se abrió revelando nada menos que a Severus.

"Esto es inaceptable. Tienes un puesto que ocupar y aquí estás perdiendo el tiempo". Se embolsó sosteniendo la puerta abierta mientras te hablaba.

Tú gimiste en respuesta, incorporándote del asiento con tu peso presionado contra la pared del vagón.

"Severus, relájate... Sólo quería sentarme. Ahora te pido educadamente que te vayas y me dejes descansar. Como ves, no hay nadie más que tú y yo". Su comentario fue sarcástico, y notó que no iba a aceptar un no por respuesta.

"No me voy a ir hasta que te retires de esto-"

"Entra y cierra la puerta, Severus". Sentiste que tus ojos volvían a rodar, mientras lo mirabas fijamente.

"¿Qué?" Cuestionó confusamente.

"Entra en el carruaje y cierra la puerta. No te lo voy a volver a pedir".

Severus la miró, dejando que se formara una mirada inmóvil en su rostro.

Era casi como si quisiera que esto sucediera.

Con un rápido movimiento, Severus entró, tomando asiento a tu lado mientras cerraba bien la puerta del vagón.

Tú permaneciste en tu misma posición, sin que te molestara que él casi invadiera tu espacio.

"T/N, tenemos que salir". Expresó mirándote fijamente con toda seriedad.

Gemiste con fuerza, girando tu cuerpo hacia él.

"Severus, ¿por qué te importa? Los adolescentes van a ser adolescentes. ¿No eras así entonces? ¿Escapando con chicas y todo eso?" Tu pregunta hizo que mirara hacia otro lado.

Aceptó un no como respuesta.

Bueno, eso explicaba muchas cosas.

No es de extrañar que estuviera tan malhumorado.

Sonreíste un poco, echándote hacia atrás con el pecho sobresaliendo.

"Ha pasado mucho tiempo, ¿no?"

Se burló, aún mirando hacia otro lado.

"No es asunto tuyo, T/N".

Continuaste, apoyándote en él.

"Oh, amor, ahora es mi asunto".

Le agarraste la parte inferior de la barbilla, obligando al hombre a mirarte.

Era bastante obvio que te deseaba.

"Me deseas, ¿verdad?" Le preguntaste.

No dijo nada, ni siquiera se inmutó.

Sabías que lo hacía, la tensión entre vosotros dos era obviamente sexual.

"Tal vez esto haga que me respondas". Murmuraste esta vez agarrando su mano para que se apoyara en tu pecho izquierdo.

Tus acciones te estaban excitando. Ni siquiera había dicho nada ni se había movido y ya lo deseabas.

"¿Quieres esto, profesor?" Tarareaste, moviéndote en su regazo, con tus manos apoyadas firmemente en sus hombros.

Él subió lentamente sus manos hasta tu cintura, apoyándolas allí para sostener tu espalda.

La creciente erección debajo de ti debería haberte dado la respuesta.

"Sí... siempre he querido probarte..." Admitió, mirando fijamente con tus ojos.

Tú simplemente sonreíste, presionando tu labio inferior contra el superior.

Este beso era descuidado, pero era necesario.

No fue hasta que él deseó más.

Al profundizar el beso, la tensión entre los dos no hizo más que aumentar. Y ninguno de los dos quería perder el tiempo.

La parte inferior de su vestido se enrolló lentamente, mientras que la parte superior de su vestido ya estaba bajada.

Severus te hizo saber que lo quería todo de ti.

Sus labios bajaron hasta tu cuello, mientras tú comenzabas a acariciar su cinturón para conseguir desabrocharlo.

Tus dulces gemidos empeoraban la situación.

"Severus..." Susurraste contra su piel.

Era más bien una súplica para él.

Deseabas esto, y sabías que tú también lo deseabas.

La lujuria finalmente se había apoderado de los dos, haciéndote caer en el olvido.

Con su cinturón quitado y los pantalones desabrochados, su eje estaba finalmente libre de ataduras.

Los dos estabais doloridos y no podíais resistirlo más.

Con tu cuerpo alineado con el suyo, bajó tus caderas hacia él, empujando cada centímetro que tenía dentro de ti.

"Ha, Fuck~" Gemiste, con la cabeza echada hacia atrás.

Esto se sentía bien. Todo se sentía bien.

Después de un momento de ajuste, finalmente comenzó a moverse.

"T/N..." Él gimió en su cuello mientras sostenía su cuerpo cerca.

Esta sensación era abrumadora para él.

"Esto se siente increíble.." El enfatiza mientras aprieta el lado de tus caderas.

Estabas segura de que dejaba algún tipo de marca.

"Sí, sí~ No pares". Gemiste, apretando tu cara contra la suya.

Hacía tiempo que tú misma no tenías sexo.

No querías admitirlo pero no podías soportar tanto placer.

Estaba dando en el clavo y eso te volvía loca.

El carruaje debajo de vosotros dos hacía lo posible por ocultar las actividades que se desarrollaban en su interior.

Pero si alguien pasaba por delante, sabía lo que ocurría dentro.

"T/N..." Esta vez gruñó, era como si tratara de contenerse.

"Estoy-estoy cerca.." Advirtió claramente, aferrándose a tu cuerpo.

Sabías que lo estaba.

Lo sentías.

Apoyaste tu frente contra la suya, dejando escapar un gemido bastante largo.

"Entonces córrete, dame tu estrés reprimido profesor..." Te burlaste, rozando tus labios con los suyos.

No podía rechazar una oferta así.

Tras unos cuantos empujones más, te sujetó las caderas con firmeza dejando escapar su último gruñido mientras empezaba a correrse dentro de ti.

Lo sentiste todo. Su cálido semen te calaba hasta el fondo.

Los dos bajaron lentamente de su altura, mientras ambos empujaban sus pesos uno contra el otro.

"Esto era necesario". Reflexionaste, pasándole la mano por el pelo.

Severus se limitó a burlarse, moviéndose debajo de ti mientras te colocaba en una nueva posición en el pequeño vagón.

"Esto era más que necesario..."

Ni siquiera podías enfadarte.

Después de todo, lo habías mirado.

Y te encantaba.

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