—Ahhhh Ellie — una semana después de que empezaron a salir ella no había dejado de saltarle encima. No de forma pervertida, la mayoría de veces era para besarlo o hacerle cosquillas, sin embargo justo en esos momentos ella había hecho algo más, algo nuevo. Lo tenía acorralado en la pared, con su pantalón y sus interiores abajo mientras ella devoraba su miembro como si fuera lo más delicioso de el mundo se sentía avergonzado y a la vez se sentía tan bien—¡Ahhhh! Ellie. Si ban viene podría...¡Ngh!— no lo dejaba ni hablar, en sus ojos verdes se acumulaban ligeras lágrimas de placer, su cuerpo temblaba y su mano se guió inconscientemente hasta su cabeza pidiéndole más —Más...por favor más—

—Te amo— murmuro, finalmente las lágrimas salieron de los ojos verdes y cuando intentó responder ella succionó su punta rozada con fuerza apretando ligeramente sus esferas

—¡Ahhhh Elizabeth!— en ningún momento escucharon cómo alguien desde afuera de la oficina les tomaba una foto. No respetaba la privacidad, no le importaba en que situación estaban, mientras Elizabeth estuviera presente los fotografiaría miles de veces, con que ella estuviera en alguna pose entrometedora le bastaba. En su mente era a él a el que le hacía sexo oral y no a ese rubio