Estaban tomados de las manos mientras caminaban por la calle, una semana había pasado desde la cita que habían tenido y cada que tenían tiempo libre salían para seguir conociéndose, se podría decir que eran amigos con derechos. Aún no eran pareja porque querían conocerse más pero había uno que otro roce o beso de por medio

—¿Y bien? ¿A dónde vamos?— la albina medito las palabras de el rubio — Podemos ir a la feria, a algún parque de atracciones, a el cine o si quieres a...— ese se quedó callado con un ligero rubor 

—¿A?— insistió 

—Si quieres, te puedo invitar un café o un té en mi casa — la mirada de la albina se iluminó, sus mejillas se pintaron de rojo y fue tanta su impresión que dejó caer su bolso. Rápidamente y con algo de vergüenza ella se agachó para poder tomarla sin escuchar el "click" de una cámara a sus espaldas 

—A-A tu casa está bien —murmuro avergonzada 

—Bien— no se habían dado cuenta de que un acosador a sus espaldas le había tomado una foto a el delicioso trasero de Elizabeth. Este miro la foto, admiro su falda blanca levanta y cuando además noto las bragas negras que llevaba no pudo evitar morderse el labio, ella era tan sexy que no podía evitar ponerse duro apenas verla