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Ira, desesperación, DOLOR...
No podía pensar con claridad en esos momentos, su mente divagaba en la imagen de la manta cubierta de sangre mientras sus manos temblaban. ¿Cómo había podido pasar eso? Se miró las manos con una expresión de profundo dolor y sencillamente se dejó consumir por ese sentimiento oscuro.
—No te preocupes muchacho, encontraremos a el culpable y lo haremos pagar— escucho decir a el oficial zaratras quien lo miraba con pena
—¡Meliodas! — el grito de una persona conocida lo hizo voltear lentamente sin dejar de soltar lágrimas. Vio a su hermano, a sus amigos, a su familias pero no...no estaba ella
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