Toco un poco la madera dándose cuenta de que la puerta estaba abierta. Mejor para él, no tendría que entrar por la ventana como aquel criminal, ahora también lo era él, era un suave criminal. Entro a la casa asegurándose de no hacer ningún ruido que pudiera delatar su presencia y se asomó por la sala intentando no pisar el desorden que ahí había 

Lo que vio lo dejó perplejo, fotos y más fotos colgadas de el techo y otras pegadas en la pared. Algunas los mostraba a ellos besándose, otras era solo de Elizabeth, había una de su trasero cuando ella se agachó a recoger lo que parecía su bolso e incluso había unas en las que ella estaba desnuda admirando las estrellas, otras en las que le hacía un oral a él y algunas donde ella estaba dormida. Ese maldito hijo de...

Todo estaba repleto pero hubo tres en especial que llamaron su atención, la primera fue cuando la derribó en su habitación y ella estaba asustada, la segunda era cuando ya la había matado y sus hermosos ojos azules estaban en blanco, volteados con un hueco en su frente y la tercera era de ella en ese estado desnuda sabía que no la había violado pues los exámenes no daban inicios de que lo hizo pero el simplemente hecho de ver que; aún muerta la fotografió sin ropa hizo que la rabia creciera de forma destructiva 

—¡Voy a matarte!— grito fuerte por toda la casa, con eso el asesino salió de su escondite asustado