Playas, desnudos y enamoramientos.
« Like Neruda said, love is so short, forgetting is so long.»
Kairi miró desde el agua hacia Dorian, con una sonrisa en su rostro. "Está fría."
Dorian le devolvió la sonrisa, mientras sacaba un colchón enorme de la parte trasera de la vieja Chevrolet de Kairi. "Es lógico, aún no es verano y parece que va a llover."
"Báñate." dijo Kairi, sonriendo y nadando hacia la orilla.
"No tengo bañador, y no soy un loco nudista como tú." dijo Dorian, con una media sonrisa, mientras colocaba el colchón a unos cinco metros de la orilla.
"Por favor, ni que me pasara todo el día desnuda." dijo Kairi, agitando los brazos sin razón.
"Aunque tampoco me importaría." murmuró Dorian, poniendo una pila de mantas y almohadones sobre el colchón.
"¡Dorian Samuel James! Calma tus hormonas, amigo." dijo Kairi.
Acto seguido, salió corriendo del agua y se lió en una toalla. "Mi segundo nombre no es Samuel." aclaró Dorian.
"Lo sé, pero suena más duro si te digo un segundo nombre, aunque sea inventado." dijo Kairi, tumbándose en la cama, liada en una toalla roja.
"¿Quieres una camiseta mía? Sino, te vas a resfriar." dijo Dorian, terminando de sacar todas las mantas de la camioneta.
Kairi asintió ligeramente, y él le pasó su camiseta de Bowie.
Dorian se quedó mirando la delgada figura de Kairi, cuando esta se quitó la toalla y se puso la camiseta.
Kairi se giró y vio a Dorian, mirándola con una sonrisa. "¿Me estabas mirando...desnuda?" rió Kairi.
Dorian se sonrojó ligeramente. "No es como si no te hubiera visto desnuda ya." Rió él.
"Ya, pero...no sé. ¡Déjame!" exclamó Kairi riendo.
Pasó las manos por su cabello azabache, intentando domarlo. Dorian sonrió, y se acercó a ella. "Me encantan tus ojos, Kai." susurró él.
Kairi sonrió. "Y a mí los tuyos."
Ambos estaban muy cerca, sus labios a punto de rozarse, pero Kairi se apartó de golpe. "¡Tenemos un fuego que encender!" canturreó.
Dorian dejó caer su cabeza hacia delante. "De acuerdo." dijo, de mala gana.
Varias horas después.
Kairi y Dorian estaban tumbados en el amplio colchón, acurrucados entre las que parecían un sin fin de mantas.
La cabeza aún húmeda de Kairi descansaba en el pecho de Dorian, el cual sentía frío, pero estando cerca de ella, nada le importaba.
Las olas se oían romper de fondo y la luz del fuego iluminaba tenuemente la escena.
Y allí, con el frío del mar y la tenue luz del pequeño fuego, mirando al fino y pálido rostro de Kairi, sin gafas de sol, con su millar de pecas y sus labios finos, allí, en ese justo instante, se dio cuenta que quería pasar el resto de si vida con esa chica.
Que, pese a tener tan sólo dieciséis años, quería pasar el resto de su vida con ella.
Pero Dorian sabía que Kairi era un espíritu libre, como un pájaro que no puede ser enjaulado, como el humo que, por muy cerca que estés, se te escapa de las manos.
Kairi Cooper era una persona a la que ninguna metáfora era suficiente para explicarla.
Y Dorian sabía que él tan sólo era un chico extraño y que tuvo la suerte de, en este loco mundo, haberla encontrado.
Dorian sabía que quizás aquello no durara para siempre, pero sí que lo haría mientras él viviera.
"Te quiero." susurró con los labios contra el pelo azabache con olor a mar de Kairi.
"Te quiero," susurró ella, besando suavemente el pecho de Dorian. " Dorian James. Te quiero."
Y él supo que no mentía.
n/a: ¡milagro, he actualizado esta historia!
no tengo claro qué final tendrá, porque los suelo improvisar, pero sé que está cerca.
este capítulo ambos protagonistas han potado arcoiris cual unicornios, pero no importa (es que estoy ñoña).
disfrutad,
xxxx
-leid.
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