Pasaba sus dedos por los risos rubios de él, alborotando y volviendo a peinar, a veces se daba el lujo de correr su mano hasta su mejilla y acariciar la zona recién rasurada. Pasó uno de sus dedos por su mandíbula, cincelando esa perfecta línea que él poseía. Y de nuevo volvió a la labor de peinar aquellos mechones rulosos.

Ella le vio desde arriba y sonrió al notar que él tenía sus ojos cerrados mientras respiraba pesadamente.

Luke estaba recostado sobre el regazo de Chelsy, su cabeza de lado sobre el estómago de ella, la castaña estaba levemente acostada en su cama, con su cabeza apoyada en el respaldar mientras miraba alguna película puesta al azar en su computadora en una esquina de su cama, pero ni siquiera le estaba prestando la debida atención porque su mayor ocupación en ese momento era acariciar al rubio, que parecía estar cansado y disfrutando de los mimos que ella le daba.

Qué días más locos los que habían pasado, ni en un millón de años se hubiera imaginado que todo eso pasaría, sin embargo, habían sido los mejores. No se quejaba de ninguno de ellos. Y ella estaba odiando que quizás ese momento iba a hacer el último porque al día siguiente tenían que ir ya a la universidad, sin mencionar que Luke se tenía que regresar a su apartamento en unas cuantas horas para alistarse.

—No quiero levantarme de aquí —murmuró él, abriendo uno de sus ojos para ver de reojo a la castaña.

—Tienes que hacerlo —suspiró resignada. Apartó su mano del cabello de Luke cuando este comenzó a moverse para reincorporarse con cuidado. Se dejó caer al lado de ella, un poco más abajo.

—Lo sé, pero no quiero hacerlo —bufó como lo haría un niño, ella sonrió viéndole.

— ¿Y qué quieres hacer? —cuestionó divertida. Él sonrió coquetamente para luego inclinarse hasta llegar a la altura de ella. Depositó un beso sobre sus labios.

—Esto —susurró, se apoyó con una mano y con la otra sujetó el rostro de Chelsy para acercarlo más al suyo. Volvió a unir sus labios, esta vez por más tiempo.

Se podría decir que aquellos dos habían pasado los dos últimos días de esa manera, sin parar; coqueteando y dándose besos cada vez que pudieran. La atracción era realmente fuerte y ninguno de los dos lo podía negar.

Era como un nido de amor por muy tonto y cursi que sonara. Y ambos lo estaban disfrutando.

— ¿Puedes creerlo? —murmuró él sobre los labios de ella. Chelsy se separó un poco para verle a los ojos y sonrió cuando notó que Luke todavía los tenía cerrados.

— ¿El qué? —cuestionó. Luke la vio.

—Esto. Nosotros.

La castaña retuvo la respiración por un instante, alzó ambas cejas y abrió su boca un tanto aturdida.

¿Nosotros?

— ¿Nosotros? —Masculló sorprendida por las palabras del rubio, este solamente sonrió con ternura a la vez que asentía— ¿Hay un nosotros?

Luke frunció su ceño con diversión y en vez de decir algo, simplemente se acercó otra vez a ella y la beso.

—Eso parece, Chelsy.

Oh Dios.

❤❤❤

Aunque no quería levantarse de la cama, Chelsy tuvo que hacerlo. Fue extraño al principio porque Luke no estaba a su lado, y tal vez sonaba raro, pero ya se había acostumbrado a la presencia de él.

Esa mañana mientras desayunaba antes de irse a la universidad sintió demasiado vacío su apartamento, se había limitado a comer en silencio a la vez que revisaba su teléfono. Su sonrisa se había hecho grande cuando recibió varios mensajes de Luke diciendo que la vería en un rato, que la extrañaba.

Ella todavía estaba tratando de digerir el “Nosotros” pronunciado por el rubio, no entendía cómo todo aquello había pasado.

Y mientras caminaba por el campus de la universidad a pasos lentos, con la correa de su bolso cruzado sobre el pecho, mirando el ambiente ajetreado de chicos yendo y viniendo, en su cabeza solamente rondaba ese “Nosotros”.

Estaba tan distraída que ni siquiera se dio cuenta que el chico que ocupaba la mayoría de sus pensamientos se había posicionado a su lado, hasta que él soltó una risa y chocó su brazo con el de ella gentilmente.

Inmediato volteó a ver. Sonrió.

Luke se miraba tan lindo con su cabello cayendo a ambos lados de su rostro, en su boca traía una paletita roja, cuyo palito sobresalía a un extremo, haciendo ver el bulto en su mejilla. Sin mencionar la chaqueta de cuero que se había puesto. Chelsy sin dudas se había ganado el premio mayor.

—Hola —le dijo Luke, con una sonrisa de lado a la vez que le mirada de reojo, este se acercó a la castaña y sin más; depositó un beso sobre su cabeza. Las mejillas de ella estaban igual de rojas que la paleta que él estaba lamiendo.

—Hola —le devolvió.

Fue una total sorpresa cuando él condujo su mano hacia la de ella para juntarlas, entrelazando sus dedos. Chelsy pudo sentir el frío del roce de alguno de los anillos que él poseía.

No dijo nada, solamente quedó viendo esa unión por unos segundos para luego volver a ver al frente. Pudo notar que algunos estudiantes volteaban a darle miraditas, la mayoría de ellas con curiosidad y ternura. Chelsy jamás se había detenido a observar si los demás dirigían sus miradas a ellos, hasta ese día, y vaya que le incomodó.

Luke lucía demasiado hermoso a su lado. De inmediato se arrepintió de haber agarrado su cabello en una pequeña cola, al fin podía amarrarse el pelo sin que ningún mechón de este se escapara, al fin le estaba creciendo y pensó que se vería genial si se lo sujetaba, pero ahora solamente podía pensar que no estaba luciendo tan bien a cómo debería. Luke la opacaba demasiado.

Esos pensamientos desaparecieron cuando observó a Calum venir a paso apresurado hacia ellos. Inhaló fuerte al notar su rostro de felicidad.

— ¡Hola a ustedes dos! —soltó en un grito animado. Posicionando justo enfrente de ambos. Chelsy y Luke tuvieron que detener su paso.

—Hola a ti también —saludó el rubio confundido por el ánimo del otro.

Calum bajó su mirada al agarre que tenía aquella pareja y sonrió más grande si eso era posible. Luego volvió a ver a Chelsy, esta negó lentamente, sabiendo lo siguiente que vendría.

—Me siento como un jardinero que ve por primera vez sus cosechas crecer, vaya —soltó un suspiro cansado.

— ¿De qué rayos estás hablando? —cuestionó Luke confundido, volvió a ver a Chelsy en busca de respuestas y ella se encogió de hombros a la vez que hacía una mueca de duda.

—Nada —respondió el moreno sonriendo con complicidad—. Chelsy, creo que no entraré a Literatura —avisó dirigiéndose a la castaña, ella frunció el ceño.

— ¿Por qué no?

—Tengo unas cosas que hacer, ya sabes, cosas de la escuela y eso —respondió haciendo un mohín de desdén.

— ¿Te vas a escapar? —adivinó Luke viéndole divertido. Chelsy alzó sus cejas en sorpresa observando a su amigo, este se encogió de hombros.

—Estamos entrando y tú ya está buscando como irte —reprimió ella. Calum entrecerró sus ojos y asintió, con descaro.

—Sí, surgió algo importante.

La castaña soltó una risa.

— ¿Esto tiene que ver con Ashton?

— ¿Ashton? —preguntó confundido Luke, pues él ya se había perdido en la conversación.

Calum reprimió una sonrisa y alzó su dedo índice hacia ella.

—No me juzgues, adiós —espetó divertido.

Y no hubo tiempo para despedirse porque Calum se fue con rapidez, dejando confundido a Luke, el cual sacó la paleta de su boca. Chelsy sonrió al ver lo rojo que estaban sus labios producto al dulce.

— ¿Desde cuándo Calum y Ashton son algo?

Chelsy se encogió de hombros y ambos continuaron caminando entrelazados de la mano hacia el salón que le correspondía a ella.

—Te veo luego —le dijo Luke una vez que los dos estaban a las afuera del salón, Chelsy retrocedió un paso, pero sin separar el agarre que tenían—. Tal vez venga a buscarte.

—Bueno, está bien, adiós —habló, sintiéndose cohibida de repente. Las personas que pasaban a su lado para entrar al salón les daban miradas fugaces. Luke le sonrió y la soltó, pero antes de girar e irse, se acercó y le robó un beso.

Chelsy pudo sentir el sabor de la cereza de la paleta en sus labios. Entonces Luke se fue dejándola un tanto aturdida.

De manera atolondrada, ella ingresó al salón, el cual ya estaba casi lleno, había llegado tarde, por lo tanto los lugares donde solía sentarse ya estaban ocupados. Al pasar a la par del escritorio del profesor Teller, saludó y él le correspondió. Chelsy se fue hasta al fondo, donde aún quedaban espacios vacíos.

Se sentó, con las mejillas sonrojas aún y pasó su lengua sobre sus labios inconscientemente. Cereza.

Decidió soltarse el cabello, lo peinó con sus dedos y luego se limitó a observar a los demás, la mayoría estaban igual que ella, quietos y esperando a que la clase iniciara.

Su mirada fue a un chico alto que entró al salón, miró cómo este se acercaba al profesor a su mesa. No le sorprendía que siempre otros alumnos de otros salones anduvieran persiguiendo al Sr. Teller por puntos extras, igual y así había empezado todo el embrollo que tenía con Luke ahora.

Frunció el ceño cuando aquel chico caminó hacia su dirección, para luego dejarse caer en el pupitre de al lado. Jamás lo había visto, de ser así, ella lo recordaría.

Volteó a verlo con disimulo y se sorprendió cuando este ya tenía sus ojos puestos en ella, entonces él le sonrió. Y por alguna razón, los ojos color miel de aquel castaño la dejaron atrapada.

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Dos cosas:
1. Amo demasiado a Luke y Chelsy juntos.
2. Este nuevo personaje no es mi culpa.

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