Quitó de un manotazo las sábanas que la envolvían por completo, respiró profundo cuando su cabeza salió del montón de almohadas y se quedó viendo el techo de su habitación, confundida. El único sonido que había era el del abanico, la luz del día se filtraba por los pequeños bordes de la cortina oscura. Soltó un bostezo y su intención era seguir durmiendo hasta tarde, pero entonces lo recordó todo.

Se reincorporó en seguida, sentándose en el borde su cama, los mareos no tardaron en pronunciarse. Maldijo en un susurro y prendió su teléfono para ver la hora en la pantalla. Las 9 AM.

Estaba tratando de descifrar si todo lo que había pasado había sido un sueño raro, seguía adormilada.

Observó el suelo de su habitación, apretó sus labios en una fina línea y efectivamente Luke Hemmings estaba durmiendo en su sala. No era un sueño.

Recordó todo lo que había pasado el día anterior y de repente se sintió triste al acordarse de Luke totalmente destruido y miserable, llorando a su lado mientras se desahogaba.

Luego de hablar y quedarse un rato en el sillón, Chelsy había ido a buscar unas mantas y unas almohadas a su habitación para dárselas a él para que durmiera en el sillón. Sabía que no era el lugar más cómodo del mundo, pero el rubio estaba satisfecho con eso, de todos no era la primera vez que dormía en ese mueble.

Aún estaba tratando de procesar toda la situación de Luke quedándose en su apartamento, sí que estaba aturdida.

Chelsy respiró profundamente y se levantó de la cama, caminó hacia la silla de su tocador donde estaba el Hoodie verde que solía ponerse para andar en casa y se lo colocó, pasó sus dedos por su cabello para ordenarlo un poco y se observó en el espejo, de inmediato hizo una mueca de disgusto. Por nada del mundo dejaría que Luke la viese así, tenía que ir al baño para bañarse y lavarse los dientes. Pero eso significaba que tendría que salir y pasar por la sala.

Lo hizo, salió de su habitación con la mudada de ropa que se pondría, no correría el riesgo de salir en toalla y que él viese, se vestiría en el baño. Caminó con todo el sigilo que pudo, tratando de que sus pasos no resonaran por el lugar, pero se detuvo en seco cuando sus ojos percibieron al muchacho rubio sentado en el sillón, de espaldas a ella. Ya estaba despierto.

Peor él estaba demasiado ocupado revisando su teléfono, por lo que ella fue de prisa al baño.

Se bañó y vistió, colocándose un suéter azul y unos shorts jeans. Su cabello había quedado mojado, ni siquiera se tomó la molestia de encender la secadora, simplemente lo peinó hacia atrás. Su rostro sonrojado libre de cualquier pizca de maquillaje u otro producto. Así salió.

Luke se giró sorprendido al escuchar pasos venir hacia él. Sonrió al ver a Chelsy. El rubio había amarrado su cabello ruloso en una moña, provocando que sus facciones se marcaran más. La castaña se quedó embobada viendo su perfil.

—Buenos días, Chelsy.

—Buenos días.

Entonces él la observó con detenimiento, con el ceño ligeramente fruncido porque era la primera vez que la mirada de aquella manera, tan natural. Pudo percatarse de unas cuantas pecas que ella tenía en su mentón, se quedó sorprendido porque las mejillas de ellas estaban ruborizadas por naturaleza, se dio cuenta de que eso era parte de ella. Los sonrojos.

— ¿Cómo estás? —le preguntó la castaña, caminando hacia el sofá para sentarse al frente de él. El rubio suspiró.

—Mejor que ayer, gracias por preguntar, de hecho, gracias en general —dijo y se pasó una mano por la barba. Chelsy comenzó a negar.

—No, está bien, no importa.

Luego de eso, Luke se fue a bañar después de que Chelsy le diera una toalla extra que tenía guardada, él también se había llevado sus cosas al baño para alistarse ahí. Por otro lado, la castaña se había dirigido a la cocina para buscar qué desayunar.

Recordó que tenía que hacer algunas compras porque las cosas en la refrigeradora se estaban terminando. Sacó la última caja de jugo y unas barrar de granola de los estantes.

Estaba empezando a comer cuando Luke salió listo, su cabello rubio húmedo peinado hacia atrás, llevaba una camisa básica blanca y unos pantalones negros. Chelsy tosió un poco al notar que sus ojos azules se veían más claros de lo normal, dándole un aspecto casi angelical. No importaba si él poseía ojeras, seguía viéndose precioso.

Sí que era raro tener a Luke rondando por su apartamento. ¿Cuánto tiempo eso iba a durar? Chelsy no lo sabía, pero no se quejaba tanto.

La castaña le señaló el cartón con jugo de naranja ya que no podía hablar porque estaba ocupada mascando la granola. Luke asintió en silenció y se sentó en el taburete al frente de ella. Le ofreció una barra de granola a lo que él aceptó. No era incómodo a como Chelsy pensó que sería.

—Uhm, tengo que salir a hacer unas compras, si quieres puedes venir conmigo —habló la castaña para luego darle un sorbo a su vaso, miró al rubio por encima del cristal y lo observó dudar unos segundos, pero al final asintió—. Tal vez sea bueno que salgas y te distraigas, digo, no es la gran cosa ir a comprar, pero es mejor que quedarse acá…

—Chelsy —él detuvo su divagación, con cierta expresión divertida—. Lo entiendo, gracias.

Ella asintió, sintiendo su cara arder por la pena. Chelsy realmente quería y pensaba ayudar a Luke a sentirse mejor. Aunque fuese la más mínima cosa para que él pudiera estar bien, ella quería intentarlo.

❤❤❤

Había algo en las nubes que a Chelsy siempre le había gustado, la forma tan lenta como se desplazaban en el cielo, recordaba estar pequeña y desear todos los días poder tocar una, se podía quedar horas viendo al cielo celeste, y ciertamente, los ojos del rubio que iba a su par le recordaban bastante al cielo y a su fascinación por este.

— ¿Qué piensas? —escuchó preguntar a Luke, ambos iban caminando por las calles cerca de los condominios de apartamentos de la castaña, después de haber ido al supermercado más cercano. El rubio era quien llevaba las bolsas después de haber argumentado con Chelsy sobre que él quería hacerlo.

Ella apartó la mirada de la nube grande que estaba observando, miró hacia el suelo y luego a los ojos de él. Se encogió de hombros.

—En lo bonito que es el cielo —se vio respondiendo con sinceridad. Luke sonrió—. ¿No te detienes a presenciar esos pequeños detalles del día que pueden hacerte sentir feliz?

—Ahora que lo pienso, creo que no —contestó, girando su cabeza para verle. Las comisuras del rubio se elevaron cuando notó que Chelsy tenía la nariz fruncida y los ojos entrecerrados por culpa de la claridad del sol.

—Hazlo más seguido, prometo que es gratificante —aconsejó ella inocentemente.

Y así lo hizo Luke, la observó a ella. Mientras la castaña alzaba su mirada hacia el cielo y luego hacia adelante para fijarse por donde iba, el rubio la volteaba a ver de reojo, examinaba su perfil y esas lindas pecas que tenía en su mentón. Ella era ese detalle del día que lo hacía extrañamente feliz.

-

Omg, a veces me sorprendo de las cosas cursi que puedo llegar a escribir. Voten y comenten, please. Les tkm.

Pd: me alegra bastante saber que a la mayoría les gusta esta historia kk♡♡♡