epílogo♡
Podría llamársele destino o una casualidad, cual sea de las dos, el resultado de todo aquello era más que maravilloso para Chelsy, la chica un tanto insegura y pesimista que creía, más bien, juraba con toda su vida que el chico que tanto quería jamás le llegaría a hacer caso, esa idea era un completo disparate meses atrás, en el tiempo donde ella solamente se limitaba a darle miraditas fugaces y hablaba sobre él con sus amigas. Vaya locura.
Ahora, cuando miraba el presente, a veces se sorprendía, aun no se acostumbraba a ver a Luke al despertar, acostado al otro lado de su cama cuando los rayos del sol se colaban entre los bordes de las cortinas, mucho menos cuan él le susurraba que la amaba. ¿Qué rayos había hecho para tener eso? Tenía lo que tanto había querido desde el primer instante en el que supo que estaba más que enamorada de ese rubio de ojos azules.
Estaba segura que su camino y el de Luke jamás se encontrarían, hasta ese día en el que él entró a su salón de literatura, rogándole al señor Teller una oportunidad para recuperar una calificación. ¿Cuán chistoso, tonto y cliché hubiese sido si el estudiante electo para el ensaño del rubio hubiese sido Chelsy? Demasiado. Sin embargo, el dardo no había caído tan lejos del centro.
El cupido, el chaperón, el casamentero o cómo sea que gustara llamarse Calum así mismo; su mejor amigo había sido esa ficha en el tablero de ajedrez quien fue el responsable de que Chelsy y Luke ahora estuviesen juntos, bueno, algo así. Y sí, quizás Chelsy jamás hubiese intentando dar un paso adelante para acercarse a Luke, no estaba en sus planes siquiera, aunque era muy claro que sí en sus sueños. Ja.
Y solamente porque habían tres motivos por los cuales Chelsy creía que jamás de los jamases Luke estaría con ella. Tres tontos motivos que se repetía de vez en cuando para quitarse ese malestar de saber que nunca estarían juntos y que eso no tenía por qué ponerle triste y que tampoco era algo para obsesionarse. Esos tres motivos le hacían retroceder.
1. Él ni siquiera sabía sobre su existencia, y no creía que eso fuese a cambiar.
2. Tenía novia, una muy linda e inteligente novia.
3. Él era un 10/10 y ella no.
Ahora que se acordaba de eso, solamente fruncía su ceño en disgusto y negaba lentamente. No estuvo bien para Chelsy repetirse esas cosas, mucho menos hacerse sentir inferior. Lo bueno es que todo había cambiado, y para bien.
A veces se encontraba tomando una gran bocanada de aire para estar consciente de su entorno y en lo que estaba pasando porque se le era inevitable algunas veces no retroceder el tiempo y quedarse pensando en todo lo que había cambiado en su vida. Pero esta vez no fue eso lo que pasó para que Chelsy dejase de soñar despierta, no hubo una exhalación larga o una sacudida de cabeza para desconectarse de su mente, sino que en ese instante lo que hizo que prestara atención a su alrededor fue el peso de Calum siendo apoyado en su hombro, seguido de risas y quejas por parte de los demás.
En ese momento parpadeó y dirigió toda su atención en su grupo de amigos en el césped del campus. Tuvo que sonreír al notar cómo Preston intentaba sacar sus dos pulgares de una goma elástica al mismo tiempo que se quejaba porque no podría usar su teléfono si no se lo quitaba, y a Michael, quien se estaba burlando de ella justo en su cara, mientras que Brenda miraba todo de forma divertida, con su cabeza apoyada en el pecho de su novio. Michael le tenía rodeada con sus piernas y brazos.
—Te dije que eso pasaría —escuchó decir a Calum a su lado, con tono de voz divertido—. Consigue una tijera, solamente así sacarás tus sucios dedos —siguió hablando, tratando de darle apoyo a la trágica y tonta situación de Preston.
—Mis dedos no son sucios —contraatacó la rubia para luego darse por vencida y dejar caer sus dedos unidos sobre sus piernas.
Chelsy rió ante aquello, amaba cómo siempre Preston se las hallaba para hacerle reír de manera no intencional. De hecho, era en momentos como esos en los cuales la castaña caía en cuenta de lo asombroso que eran sus amigos, cada uno de ellos. Sin dudas, los tiempos libres entre períodos de clases donde podía reunirse con ellos formaban parte de los momentos favoritos de su día.
— ¡Ah! —Escuchó de la nada, provocando que alzara su mirada y la posicionara en la rubia, quien ahora hacía un tonto baile sentada en su lugar con sus manos alzadas—. Al fin logré sacarlos —murmuró para sí misma, pero sus amigos le escucharon, totalmente entretenidos.
—A ver, quiero verlo —Michael tendió su mano en dirección de Preston, en espera de que ella aceptara, lo cual hizo a los segundos. Le entregó la bendita tira azul, cilíndrica y elástica. Chelsy sintió cómo a su lado Calum suspiraba cansadamente y volteó a verlo de reojo, sonrió al verle con sus ojos cerrados, pero la tranquilidad del moreno se vio interrumpida cuando escucharon otro quejido por parte de Preston. De nuevo la atención estaba en la rubia.
Michael había lanzado con demasiada fuerza el hule lejos de ellos, provocando que tanto como Preston le viese sorprendida, Brenda también se sobresaltara en el regazo de su novio.
—De nada, te acabo de salvar la vida —bufó Michael, poniendo los ojos en blanco—. Conociéndote, tus dedos se hubiesen quedado atrapados de nuevo.
Chelsy alzó sus cejas y asintió lentamente, estando de acuerdo con eso. Preston solamente frunció su boca hacia un lado, para luego tomar su celular y comenzar a escribir.
—Eres terrible —soltó Calum, viendo al pálido de forma desaprobatoria. Michael solamente entornó sus ojos verdes, divertido— ¿Por qué sales con él? —esta vez se dirigió a Brenda, con cierto fastidio, como si realmente no entendiera por qué alguien como ella estaba con alguien como Michael. Chelsy miró de soslayo a su mejor amiga, quien le devolvió la mirada antes de contestarle a Calum.
—Porque es demasiado lindo, míralo —contestó ella a la vez que llevaba una de sus manos a los cachetes de Michael y los comprimía, haciendo que su boca se convirtiera en un pico, el pálido solamente se quejó. Obviamente Brenda no pensaba dar una respuesta seria y todos estaban bien con eso.
—Buena respuesta —dijo Chelsy, haciendo una mueca de aprobación, solamente para molestar a Calum. El moreno bufó.
—Hablando de romance barato —indicó Calum viendo con asco fingido a la pareja que hacía sus amigos, aunque en el fondo realmente sí le gustaba cómo se miraban juntos, aquello no lo iba admitir ahora—. ¿Dónde diablos está tu amorcito, Chelsy?
Las miradas de todos sus amigos fueron directo a ella, quien solamente se encogió de hombros, con una sonrisa penosa en su rostro.
—No lo sé, me dijo que tenía que prestar un folleto para sacarle fotocopia.
—Estoy seguro que ha pasado menos de una hora desde que lo viste y ya lo extrañas, ¿No es así? —aquello lo dijo Michael, con tono burlón. Chelsy puso sus ojos en blanco y apartó su mirada hacia otro lado, no queriéndole dar la razón. No era así, podía estar sin Luke por largos periodos de tiempos sin ningún problema, estaba consciente de que había una línea entre la obsesión e importarse demasiado por alguien que quieres.
—Hablando del rey de roma —cuchicheó perezosamente Brenda, viendo a los lejos.
—Del corazón de Chelsy, quisiste decir —le corrigió Calum. La castaña solamente chocó su hombro con el brazo del moreno por aquel comentario y sin pensarlo mucho, alzó su mirada en busca de su novio.
Se le hizo inevitable que las comisuras de sus labios no se elevaran cuando su mirada captó al rubio venir caminando desde lo lejos. Parecía tan distraído con la vista abajo, revisando unos papeles que traía en mano; su bolso negro colgado de forma cruzada por su hombro y pecho. Sus rizos rubios y medio largos ondeaban con cada paso que daba porque los llevaba de forma desordenada, hacia los lados. La chaqueta jeans que traía puesta le había costado hallarla cuando se estaba alistando en el apartamento de Chelsy, según él tenía que completar su atuendo y por eso la castaña le había ayudado a rebuscarla en la mañana. Y esas botas doradas que tanto habían sido el centro de burla de Michael desde la primera vez que Luke las llevó puestas. Golden Cowboy le decía el pálido.
Observó cómo el rubio separaba la vista de los folletos para centrarse por dónde caminaba y en cuestión de segundos la mirada azulada de él estaba sobre la suya. Luke sonrió a la distancia y no quitó ese gesto hasta que se acercó por completo al grupo de amigos. Saludó vagamente a todos para luego dejarse caer al lado de Chelsy, inconscientemente apartándola de Calum, quien solamente gruñó porque ya no tendría en quién apoyarse, pero al instante el moreno fue hacia a Preston, la rubia lo recibió sin rechistar porque estaba demasiado concentrada en su celular.
—Hola, linda —le saludó Luke en un susurro cerca de su oído para que solamente ella le escuchase, provocándole escalofríos. Sus mejillas se calentaron cuando él chocó sus labios sobre su mejilla para darle un sonoro beso. El sonrojo era, sin dudas, algo que había reducido, ya no le causaba tanta timidez que Luke tuviese la mayor parte de su atención sobre ella, se había acostumbrado, pero había momentos en los cuales él lograba agarrarla con la guardia baja.
Y así era cómo se desconectaba de su entorno, solamente bastaba la presencia de Luke para que todo lo demás pasara a segundo plano. El brazo de él siendo rodeado sobre su cuello, su cabeza apoyada ligeramente sobre el hombro de él. Todos esos detalles eran muy asombrosos. Estar con Luke lo era. Demasiado.
— ¿Me acompañas? —le escuchó decir igual en un murmuro. Chelsy sonrió discretamente mientras miraba a sus amigos, ninguno de ellos les estaban prestando atención porque estaban ocupados en lo suyo. Calum con los ojos cerrados, descansando sobre el hombro de Preston; Preston viendo su celular y Brenda y Michael hablándose igual en susurros.
No dijo nada, simplemente se levantó con cuidado del césped al mismo tiempo que Luke. Ambos se sacudieron cualquier rastro de pasto de sus pantalones, se ajustaron sus bolsos y ambos de comenzar a caminar lejos, tuvo que despedirse de sus amigos, estos le despacharon rápido, en excepción de Calum que había abierto sus ojos para ver a Chelsy y cuando nadie le estuviese viendo, él le guiñó uno de sus marrones ojos en seña de complicidad, seguido de hacer un discreto corazón con sus dedos.
La castaña reprimió una sonrisa por el chiste interno de ambos sobre él siendo el cupido personal de Luke y ella.
— ¿Dónde vamos? —cuestionó Chelsy una vez que ambos comenzaron a caminar lejos, por el campus a pasos lentos.
—Por ahí —le contestó vagamente él, tomó su mano y entrelazó sus dedos. Sin previo aviso, Luke alzó sus manos unidas para dejar un beso en el dorso de la mano de Chelsy. No era algo que él solía hacer, pero cuando lo hacía, a ella le gustaba bastante.
— ¿En serio solamente me trajiste hasta acá para besarme? —preguntó divertida una vez que los dos estaban a la orilla de los pasillos, apoyados en una columna de cemento que sostenía el tejado, porque el rubio le había jalado consigo de forma repentina. Él se encogió de hombros, tratando de ocultar una sonrisa pícara.
—Quizá —respondió, el rostro de él estaba cada vez más cerca del suyo, ella podía sentir su respiración combinándose sobre la suya— ¿Hay algún problema con eso? —volvió a hablar, esta vez sus labios rozando la piel de la mejilla derecha de Chelsy. La castaña suspiró.
—Ninguno.
Luke sonrió para luego unir sus labios por completo con los de ella. Sus manos acunando su rostro mientras movían sus bocas en compás.
Era increíble cómo todo cambiaba de un momento a otro, Chelsy jamás podría dejar de pensar en ella hace unos meses creyendo que la idea de estar con Luke era tan ridícula e imposible, pero ahora se veía y no hacía más que sonreír, alegrarse y disfrutar porque:
1. Luke sabía de su existencia y era parte de su vida.
2. Ella era su novia y él la amaba demasiado.
3. Ambos se complementaban y eso era lo que importaba.
Fin.
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Solamente quería decirles que en serio les quiero por leer hasta acá, son lo mejor, gracias por apoyar lo que escribo, no puedo explicar lo feliz que me hace saber que esta historia tuvo un buen recibimiento y espero que lleguen a aprender algo del final de la fic, lo cual es aceptarse y amarse a ustedes primero antes que a cualquiera otro.
Les quiere con todo su ser; Karina.
Voten y comenten, déjenme su opinión sobre la historia o si les gustó el epílogo, tkm.
Un final feliz, no se lo esperaban viniendo de mí, huh?
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