doce♡
El aliento caliente del rubio chocaba contra su oreja, provocándole escalofríos por toda la espalda, la cual tenía pegada al respaldar del sillón con demasiada fuerza, parecía que iba a traspasarlo y todo porque el muchacho que tenía a la par estaba tan cerca de ella. Podía observar su piel sudada alumbrada por las luces de colores, la forma en cómo su nariz se respingaba al final, Chelsy había notado infinidad de detalles y muecas que hacía Luke, su favorita era cuando este relamía sus labios de manera inconciente, y eso lo había hecho incontables veces ya.
La mesa parecía abandonada, justo al fondo del lugar, solamente cuatro personas sentadas y llena de vasos y botellas de alcohol vacías.
—Míralos —le gritó él, llamando su atención—, Solamente míralos.
Chelsy reprimió una risa al ver cómo Luke ahogaba una gran carcajada a la vez que señalaba a la pareja que tenían al otro extremo. Uno de los amigos del rubio estaba besándose con una chica, ambos totalmente ocupados y enfocados en el otro como para darse cuenta que eran el centro de burla del rubio y la castaña.
— ¡Agh, le está comiendo la cara! —exageró él al mismo tiempo que alzaba sus manos en señal se exasperación. Chelsy se llevó una mano a la cara para cubrir la sonrisa boba que estaba poniendo, eso hizo que Luke de inmediato la agarrara, apartandola. Negó con el ceño fruncido y observó a la castaña directo a los ojos-—. No tapes tu sonrisa, es linda.
La mano de Luke aún tenía agarrada la suya y su mirada le quemaba por completo, él la estaba poniendo muy nerviosa, por momentos olvidaba cómo respirar y se veía obligada a soltar todo el aire que retenía. No supo cómo reaccionar, así que asintió y le mostró una leve sonrisa, con los labios pegados.
Luke frunció su ceño y la soltó para servirse algo de vodka en un vaso de vidrio. Él estaba realmente ebrio, difícilmente podía mantenerse estable por largos momentos, pero seguía bebiendo, era trago tras trago. Y Chelsy no podía pararlo, aunque lo había intentado, este se había negado, alegando que era su cumpleaños y podía hacer lo que quería. Tremenda resaca la que tendría al día siguiente.
— ¿Quieres saber algo? —llegó a preguntar el rubio después de terminar su trago, se acercó a la oreja de la castaña y suspiró antes de continuar—. Realmente, hoy no es mi cumpleaños.
Chelsy giró su rostro un poco para poder enfrentarlo, estaba confundida por lo que había dicho él, pensó que quizás el alcohol ya le había afectado demasiado, pero su curiosidad por saber le hizo preguntar.
— ¿A qué te refieres? —cuestionó con el ceño fruncido, Luke se encogió de hombros y puso una extraña mueca en su rostro.
Al no decir nada, ella le vio a los ojos y pudo notar cierta confusión en su mirada, como si no supiese que hacía ahí, totalmente perdido. La mirada azulada de él chocó con la de ella y le lanzó una sonrisa llena de lástima. Cualquier rastro de travesura en su rostro había desaparecido, el Luke juguetón se había escondido para dejar ver a uno melancólico.
—No sé, Chelsy, simplemente no es hoy, ni mañana, tampoco fue ayer.
—Venga, estás demasiado ebrio, Luke, deberías dejar de beber ya.
A comparación con él, Chelsy no había bebido nada, se podía decir que era una de las pocas personas con algo de uso de razón por la zona.
El teléfono del muchacho comenzó a timbrar sobre la mesa, anunciado una llamada, se podía leer el nombre de Matías en la pantalla. Ella vio cómo Luke cogía el aparato para darle un vistazo de cerca para luego declinar la llamada sin pensarlo.
— ¿No contestas? —le preguntó con inocencia, agarró su vaso con soda y le dio un sorbo a la vez que veía a Luke negar rápidamente.
—No era importante —puso los ojos en blanco, tomó un trago de su vaso y cómo si tuviese un interruptor adentro de él, algo se activó; la sonrisa traviesa volvió junto a esa mirada eufórica. Se acercó más a Chelsy y comenzó a hablarle-—, No puedo creer que la bola de amigos que tengo prefieran bailar, ¿Qué es lo genial de moverte y sudar?
Sus palabras salieron a tropezones, pero aun eran entendibles si le prestabas atención, lo cual estaba haciendo Chelsy desde que había llegado.
—Supongo que es divertido, ¿Quiénes somos para juzgar a la gente que prefiere moverse y sudar? —contraatacó con una ceja alzada, eso hizo reír al rubio.
—Me agradas mucho —le espetó al oído con una sonrisa juguetona, Chelsy agachó su cabeza y apretó sus labios, podía sentir sus mejillas arder más de lo común.
Estaba decidida a devolverle las palabras cuando un remolino rubio y cansado se dejó caer al lado de ella, interrumpiendo absolutamente todo. Chelsy miró con frustración a Preston, quien lucía cansada y agitada. Literalmente ella la había dejado sola por un largo tiempo y justo en ese momento se le ocurría aparecer.
Volteó a ver a Luke y todo la magia o lo que sea que habían creado entre ellos se había derrumbado ya, porque ahora el rubio revisaba su teléfono, sin prestarle atención.
—Tengo tanta sed —comunicó Preston mientras sacaba algo de soda en un vaso. La pareja que estaba al frente se levantó para irse, Chelsy no quería ni pensar adónde—, ¿Me pasas esa botella? —pidió, ajena a que había arruinado el momento que tenía la castaña y el rubio, pero acaso, ¿Realmente sí hubo uno?
—Yo lo hago —se ofreció Luke enseguida, dejó su móvil y al momento de agarrarla, su codo golpeó el vaso que tenía al lado, ocasionando que este se cayera justo encima de las piernas de Chelsy. El rubio la vio con sorpresa y culpa, trató de agarrar unas servilletas para ayudarla, pero la castaña lo detuvo—. Lo siento tanto...
—No importa —contestó con los dientes apretados, el líquido estaba helado y uno que otro cubo de hielo se había resbalado por sus piernas, miró a su amiga y esta le ofreció una sonrisa apenada.
— ¿Te acompaño al baño? —Preston le vio atenta, pero no obtuvo respuesta.
Por alguna razón, Chelsy se sentía enojada, sentía que todo había estado yendo bien con Luke, teniendo buena química y de un instante a otro, todo eso se había ido a la basura.
—Iré sola —se limitó a contestar con el ceño fruncido. Se levantó de la mesa con cuidado de no botar algo y ocasionar más desorden. Estaba saliendo cuando su nombre fue gritado por Luke, haciendo que girara su rostro para verle.
—Chelsy, si vez a Melanie en el camino, ¿podrías decirle que venga? —pidió con una mueca adormilada.
El corazón de la castaña se pinchó, fue como si esas palabras la hubiesen atravesado con un cuchillo, haciéndole ver la realidad de que ella y Luke jamás serían algo y que el momento que tuvo con él a solas, fue algo pasajero y que quizás él no recordaría a la mañana. Se sintió fatal, pero se obligó a asentir.
En el trayecto, observó a lo lejos a Calum junto a un grupo de chicos, todos estaban riendo y bebiendo entre el tumulto de gente, puso los ojos en blanco y siguió con su camino hacia la zona de los baños, estos estaban justo hasta el otro extremo de donde estaba ubicada su mesa, y la brisa del ambiente le causaba escalofríos, la parte húmeda de su vestido se sentía pegajosa contra su cuerpo cada vez que daba un paso, pero trató de ignorarlo.
Bajó la mirada para fijarse por dónde pisaba y cuando la alzó para ver la puerta del baño de damas, se percató que más allá, justo en la esquina donde algunos esperaban por entrar, se encontraba Melanie. Era ella, lo sabía por su cabello oscuro y perfil.
Pero algo la descolocó demasiado. Melanie no estaba sola. Había un chico alfrente de ella. Y ambos se estaban besando.
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