
cuarenta y seis♡
Sabía que no estaba bien, pero al día siguiente se obligó a observar discretamente a los demás en su entorno mientras iba caminando con Luke agarrados de la mano. Chelsy se sintió mal al percatarse de que sí había chicas que le quedaban viendo cuando pasaban por su lado. No pudo evitar suponer las distintas cosas que esas personas pudieron haber pensado o comentado en susurros, quizás y sí estaba siendo paranoica, tal vez y nadie pensaba sobre su relación con Luke, pero sin dudas aquellos comentarios mal intencionado que dijo la amiga de Melanie en los baños, le tenía mal, con la autoestima por los pisos.
Irrelevante.
¿Realmente no soy suficiente a la par de Luke? Aquella pregunta era la que le rondaba con más frecuencia.
La castaña volvió a ver al rubio, quien tenía su mirada puesta hacia al frente, sin darse cuenta de la mirada de ella. Chelsy sonrió levemente con pesar, preguntándose cómo alguien como él podía estar enamorado de ella.
—Estaba pensando en que tal vez deberíamos salir hoy —escuchó decir a Luke, en seguida su mirada azulada se dirigió a sus ojos oscuros. Ella trató de quitar cualquier expresión de tristeza que hubiese en su rostro y le mostró una sonrisa de lado—. Si quieres, claro.
Chelsy hizo un mohín, frunciendo sus labios.
—Quería descansar, no tengo tareas pendientes.
Luke asintió lentamente y volvió a verla, esta vez con una sonrisa ladeada.
—O podemos pasar el rato en tu cama, eso suena mejor.
La castaña no pudo evitar sonreír ante el comentario pícaro de su novio.
La conversación acabó ahí porque ya habían llegado al salón que le tocaba a Chelsy, esta se puso enfrente de Luke y le mostró una sonrisa, viéndole directo a los ojos. El rubio le tomó de las manos, entrelazando sus dedos de forma perezosa. Siempre hacían eso todos los días cuando el rubio iba a dejar a las castaña a sus clases o viceversa, como si les costara separarse del otro. "Demasiado cursi" diría Calum.
—Te veo luego, linda —murmuró él, inclinado hacia un lado del rostro de ella.
Chelsy sonrió cuando Luke depositó un pequeño beso en su mejilla, seguido la soltó de las manos y retrocedió unos pasos, aun viéndose a los ojos. Cuando Luke se giró para comenzar a caminar hacia la otra dirección, la castaña soltó un largo suspiro, intentó volver a sonreír para obligarse a pretender que nada malo estaba pasando por su mente, pero se le era imposible. Era obvio que no debía prestarle atención a comentarios estúpidos y sin cabida, pero para ella aquello era como una lucha, siempre había sido así; Chelsy tratando de luchar con tener una buena autoestima. Sí, sabía que era linda en cierto modo, sus amigos se lo decían, ella lo creía, pero eso no significaba que no tuviese luchas internas de vez en cuando respecto a eso. Escuchaba miles de cumplidos hacia ella y no pasaba la gran cosa. Escuchaba un solo insulto y se derrumbaba.
Al entrar al salón, lo primero que hizo fue recorrerla con la mirada y soltó un suspiro aliviado al notar a Calum en una esquina, con un lapicero en su boca y su atención dirigida a su teléfono. El moreno alzó la mirada e inmediato levantó su mano para ondearla rápidamente de forma animada, ese gesto le hizo sonreír más. Supo que al menos lo tendría a él para distraerse.
Cuando finalizaron todos los periodos de clase, se vio extremadamente cansada, podría dormir hasta el día siguiente de lo agotada que estaba, sin mencionar aquella pequeña astilla que le andaba jincando desde ayer que le tenía con los ánimos por lo bajo. Estaba segura que ya todos habían notado su estado de ánimo, hasta Luke, y honestamente Chelsy no se sorprendería si él le llegaba a hacer un comentario o si le preguntase sobre su repentina tristeza, de lo que no estaba tan segura era que si ella fuese lo suficientemente capaz para decirle la verdad, para confesarle sus inseguridades. Tenía miedo que llegara la hora donde ambos estuviesen en su apartamento, juntos y hablando. No sabía si Luke le seguiría el juego y la consolaría o si él le diría que olvidara todos esos comentarios tontos.
Oh Dios.
Y aquel momento que sabía que era inevitable llegó tan rápido.
Se encontró presionando sus labios con fuerza mientras observaba a Luke sentado en el sillón, enfrente de ella, el rubio tenía puesta su mirada en la baraja de cartas que sostenía con una mano; su semblante estaba serio, como si de verdad le importara ganar esa partida de Uno que estaban jugando en la sala.
El apartamento de Chelsy olía a canela debido a la caja de cinamons rolls que había comprado Luke luego de haber salido de la universidad, en la pequeña mesa de centro estaban los rollos en platos, los teléfonos de ambos y las cartas de todos los colores esparcidas y otras amontonadas en fila.
Era una noche tranquila, usualmente esto era lo que hacían antes de irse acostar, a ambos le gustaba, a veces al final, uno de ellos se encontraba festejando su victoria y echándosela en la cara al otro. Pero en ese instante Chelsy no estaba sintiendo el ambiente.
La castaña bajó la mirada a sus cartas y suspiró mientras agarraba una de 4 amarillas y la ponía sobre la mesa. Luke colocó enseguida un 4 rojo.
Chelsy miró a Luke y este ya tenía su mirada sobre ella, con el semblante fruncido.
—Estás rara, ¿O acaso son ideas mías? —Cuestionó él, llevándose una mano hacia su barbilla poblada con barba de días—. De hecho, me atrevo a decir que te siento rara desde ayer.
— ¿Sí? —la castaña frunció su ceño, haciéndose la desentendida. Luke puso los ojos en blanco, divertido, porque él sabía a la perfección que ella estaba ocultándolo. Chelsy se encogió de hombros y dejó caer en la mesa un +4, aquello sorprendió al rubio, quien le miró dolido y tomó de mala manera las cuatro cartas extras que le correspondían—. Te toca —le recordó ella luego de unos segundos en lo que Luke no había hecho movimiento alguno, más que observarle. Sin dudas estaba poniéndole nerviosa.
—Chelsy… —soltó él, con tono de voz suave.
Ella cerró sus ojos por un instante, tratando de controlar sus pensamientos y emociones alborotadas que estaba sintiendo, sin embargo, no pudo porque en cuestión de segundos se encontró soltando una de las tantas interrogantes que le habían estado girando en su cabeza.
— ¿Realmente crees que soy hermosa?
Luke frunció su ceño, sorprendido ante aquella pregunta. Tomó una gran bocana de aire y por fin se animó a tirar una carta a la mesa.
—No entiendo tu pregunta, Chelsy —soltó extrañado, sus cejas alzadas con cierta diversión.
—Es una pregunta fácil, Luke —dijo a la defensiva, provocando que el rubio dejase sus cartas sobre la mesa para luego entrelazar sus brazos y verle detenidamente al rostro a la castaña, quién parecía que la estaba comenzando a pasar mal.
—Claro que la entendí, pero no comprendo por qué la haces.
—Oh —musitó, sorprendida. Vio a Luke y este seguía observándole seriamente—. No lo sé, curiosidad.
— ¿Por qué?
¿Por qué? Chelsy no lo entendía muy bien, se estaba sintiendo tonta en ese momento bajo la mirada examinadora de Luke. Ella suspiró y se encogió de hombros. Dios, ¿Acaso él no podía decirle que era hermosa y ya?
Escuchó cómo el rubio respiró pesadamente, le vio de reojo y este solamente se dejó apoyar en el respaldar del sillón, abrió sus brazos, en seña para que ella fuese adonde él, pero la castaña en vez de hacer eso, se levantó del sofá, dejando a un lado sus cartas, las cuales había estado sosteniendo con demasiado fuerza todo ese momento.
Caminó hacia los estantes de sus fotos familiares, a espaldas de Luke. El rubio tardó unos segundos para reincorporarse e ir hacia donde ella, rodeando el mueble en el que estaba sentado, para apoyarse en este.
— ¿Quieres contarme qué pasa, Chelsy? —preguntó suavemente él, esperando que ella se girase para verle. Cuando Luke le escuchó sorber su nariz, no dudó en tocarle el hombro para girarle, pero Chelsy se apartó, quedando en enfrente de él.
—Dios santo, Luke, me gustas demasiado, pero tú eres un jodido 10/10 y yo no, yo jamás podría llegar a ser tan genial y buena como tú.
Lo había soltado, Chelsy al fin había dejado salir lo que le había estado dando dolores de cabeza. Respiró pesadamente, sintiendo su pecho doler por los nervios.
— ¿Soy un qué? —Fue lo que preguntó el rubio luego de unos segundos, tenía su ceño fruncido y los brazos cruzados. Su mirada azulada no paraba de inspeccionar el rostro de Chelsy, que parecía que en cualquier momento se echaría a llorar de verdad.
—Que eres mejor que yo —aclaró, con tono de voz cansado. Dejó soltar un largo suspiro y ella retrocedió unos cuantos pasos para apoyarse en la pared.
Luke se apartó de la parte trasera del sillón y caminó hacia ella, aun dejando un ligero espacio entre ambos, para no abrumarla.
— ¿Estás bromeado? Tienes que estar haciéndolo porque todo lo que dices es una completa basura, Chelsy.
— ¿Qué?
—Lo que escuchas, es tonto lo que dices porque la única persona realmente buena, genial, respetuosa, afectiva, hermosa y que se preocupa por los demás eres tú, yo jamás podría compararme contigo, Chelsy… Dios, puedo seguir diciendo adjetivos que te describen a la perfección, pero son demasiados, tú eres demasiado.
Listo, Chelsy había comenzado a llorar, ahí mismo, enfrente del chico que tanto amaba. Y no pasaron segundos para que este se acercara por completo y envolviera sus brazos en ella, atrayéndola a su cuerpo, colocando su barbilla sobre la coronilla de su cabeza. Hizo presión con sus manos sobre la espalda de la castaña para tranquilizar sus sollozos, que salían sin cesar.
Sin dudas, todas esas palabras que había soltado Luke le habían derrumbado, y no de mala manera.
Y aunque no comprendía por qué la necesidad de llorar de aquel modo, sabía muy bien que algo dentro de ella se había ablandado demasiado. Su corazón no paraba de latir con fuerza y lo único que hizo fue esconder más su rostro enrojecido por el llanto en el pecho de él; se dio cuenta que el corazón de Luke también iba y venía de manera rápida.
—En todo caso, tú eres el 10/10, yo no —susurró Luke luego de un rato donde él acurraba a Chelsy entre sus brazos—. Y agradezco que hayas aparecido en mi vida porque lo único que has hecho, es hacerme feliz.
Chelsy se separó un poco de él para alzar su cabeza hacia atrás y poder observarle a los ojos, sonrió cuando se encontró con ese azul claro, que le recordaba tanto al cielo. Y sin pensarlo mucho, se inclinó un poco y depositó un beso sobre las comisuras de él. Solamente fue un simple roce, pero fue suficiente para saber que ambos estaban realmente complacidos con ese íntimo momento.
Luke quitó las manos de la espalda de ella y las llevó a su rostro para secar las lágrimas que habían quedado debajo de sus ojos y sonrió porque en ese instante, con su nariz y mejillas sonrojadas, ojos y pestañas húmedas por el llanto, a él le pareció realmente hermosa Chelsy.
—Ámate a ti misma, ámate más de lo que yo podría llegar a amarte a ti, Chelsy, porque eres grandiosa y hermosa en todas las formas y aspectos.
Ella asintió, tratando de aceptar y procesar cada una de esas palabras, que tanto le daban ganas de abrazarlo fuertemente porque en ese minuto, Chelsy supo que Luke era más de lo que esperaba o llegó a pensar antes. Ya no concernía el asunto del 10/10, aquello se le era estúpido ahora porque comprendió que lo que realmente importaba era que ambos se complementaban el uno al otro, nada más. Nadie era mejor o peor. Daba igual lo externo porque lo que tenían ellos dos internamente era lo más preciado.
Chelsy volvió a hundir su rostro en la tela de la camisa de Luke, aspirando su habitual fragancia que tanto conocía. Lo abrazó con fuerza, aferrando sus manos en la espalda de él. Y sonrió levemente, sintiéndose feliz.
—Te amo —susurró ella para luego sentir la respiración tibia de Luke sobre su cabeza, en señal de su boca presionada sobre su cabello.
Nada importaba. Solamente ellos dos.
Luke y Chelsy.
Completamente enamorados.
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Les quiero, voten y comenten, espero que les haya gustado tanto como a mí ♡
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