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『“La princesa se enamoró
De un joven con la sangre de azul color.
Pero él ya debía su corazón
A la chica verde que habitaba otra región.”』
O M N I S C E N T E
Los adolescentes se encontraban riendo pacíficamente en una de las mesas del jardín, bajo la sombra de un gran árbol de almendras, que con sus frondosas hojas los arropaban para evitar el contacto de pieles frágiles con el rudo sol cercano al meridiano.
La rubia reía mientras intentaba comer el pastel que le había traído su sirviente y gemelo, y la pelirroja le servía té en una de sus tazas de porcelana cual nieve con diseños florales refinados de oro.
—¡Es en serio! ¡Y entonces gritó: "No me dejen aquí sola, necesito compañía o me voy a morir" y se desmayaba mientras sacaba su lengua —narró Rin.
Conversaban sobre una obra de teatro que le habían presentado a la rubia, se suponía que era una tragedia, pero Rin se rió mucho ante el drama de los actores y lo contaba de una forma en la que su risa contagiaba a sus acompañantes.
—Y luego, su compañero de trabajo llegó y la alzó, y comenzó a correr por todo el escenario gritando que su jefa había muerto y que ahora tendría que trabajar la parte de ambos hasta morir —continuó ahora Hina mientras tomaba asiento en la pequeña mesa. Normalmente no haría eso, pero estaban entre familia, así que podía tomarse confianza ya que no los estaban viendo ojos recelosos que juzgaran su relación afectiva.
—¿Y luego? —inquirió curioso Len acercándose para prestar atención. Rin iba a continuar, pero fue interrumpida.
—¡Hina-san! ¡Len-san! —los nombrados se levantaron de las sillas y se colocaron a ambos lados de Rin para fingir que la estaban atendiendo.
Hina volteó la cabeza como si recién escuchaba a la empleada que la llamaba y se acercó a ella con una serenidad que no parecía tener hace minutos. Esto, mientras Rin retenía la carcajada que iba a soltar porque esta escena le causaba demasiada gracia.
—¿Qué ocurre? —preguntó la ojiañil una vez llegó donde la llamaban. La sirvienta suspiró de alivio.
—Están buscando a su majestad, tiene una visita. ¿Estaba con usted? —Hina asintió y se retiró para avisar a la rubia, que se acercó rápidamente hacia el salón del trono mientras arreglaba su vestido y su cabello, siendo seguida por sus sirvientes personales.
—¿Qué habrá sucedido? —murmuró Len algo preocupado. Hina por impulso, tomó su mano para calmarlo, lo cual al parecer funcionó, y siguieron su camino.
Llegaron a su destino, y antes de abrir el portón, Len arregló con delicadeza el flequillo de su hermana. Una vez terminaron, las puertas se abrieron, dejando ver la figura de un joven mayor que ellos, de un hermoso cabello azul y orbes zafiro, vestido con elegantes trajes blancos y detalles de oro fino.
El sirviente que se encontraba detrás suyo hizo una reverencia en dirección a los recién llegados, lo cual le llamó la atención al peliazul y al voltear y ver la figura de la reina, imitó el acto de su acompañante.
—Encantado de conocerla, majestad. Soy el rey del país al otro lado del mar, mi nombre es Kaito Marlon —se presentó cordialmente el peliazul. La rubia y sus sirvientes devolvieron el saludo de igual forma.
—Encantada, yo soy la reina Rin Lucifen d'Austriche, gobernante de Lucifenia. ¿A qué se debe su presencia en mis tierras? —inquirió Rin mientras sonreía formalmente.
—Lamento ser tan repentino y llegar sin avisar —se disculpó el peliazul—. Pero, tras enterarme que su alteza había ascendido al trono, me sentí en la obligación de venir a conocerla personalmente.
Rin se sonrojó. El joven había pasado por tantos problemas dejando su reinado por unos días solo para venir a verla... ese simple hecho la hizo sentirse especial.
—No se preocupe por esos detalles, Marlon. Hina —llamó la atención de la pelirroja, la cual dio un paso adelante—, informa a los cocineros de la visita del rey, e indícales que preparen un banquete, por favor.
La chica asintió y se retiró de la habitación tras una pequeña reverencia, para cumplir las órdenes de su reina, la cuál se mantuvo en compañía de su gemelo, el rey y su sirviente.
—Debe estar agotado por el viaje. Sígame, lo guiaré a nuestros jardines para que se relaje un poco —ofreció Rin, haciendo un ademán con la mano para que la siguiera.
El rey extranjero la siguió en dirección a los grandes jardines del palacio.
R I N
「¡Dios! No esperé esta visita. Ni siquiera conocía sobre este rey, el mundo es bastante grande...」
—Por favor tome asiento —indiqué mientras señalaba el asiento frente a mí.
Estábamos separados por una pequeña mesa, sobre la cuál estaban dos tazas de té y algunos bocadillos que seguro preparó Hina.
「Tan confiable como siempre...」
Sin embargo, a pesar de eso, me llegaba el aroma a jazmines proveniente de nuestro invitado sorpresa.
「¿O será que se mezcla con el olor de las flores del jardín?」
—¿Entonces una joven de catorce años tomó el trono de tan enorme reino como es el País de Amarillo? Ciertamente es sorprendente —comenzó Kaito a entablar una conversación. Suspiré, dispuesta a resumir un poco.
—Mi madre falleció cuando me dio a luz, y unos días después murió mi padre, anterior rey de este país. Al ser la única heredera, no quedó otra opción a que los ministros se encargaran de lo que podían mientras me preparaban para tomar el trono cuando estuviera lista —narré, saltándome la parte de Len. No quería que cualquiera se enterara de mi gemelo—. Estudié y me preparé para el momento en que la corona pasara a mis manos, y ese momento llegó al cumplir catorce. Por ello esta edad.
Asintió.
—¿Y usted? —llamé la atención, mientras le daba un sorbo a mi té—. Nunca había escuchado sobre la llegada de un nuevo gobernante a su país, me sorprendió que alguien tan joven fuera el rey, ¿podría comentarme un poco sobre usted, rey Marlon?
Mentiras, en realidad no sabía ni de la existencia de su país, lo siento.
—De acuerdo, ya que me contó parte de su pasado, es mi turno... ah, y puede llamarme Kaito, majestad —me sonrojé ante su propuesta, pero terminé por asentir—. Mi padre falleció hace pocos años, y al ser el único heredero al trono tuve que tomar el mandato de mi país, ya que mi madre no podía reinar...
—¿Por qué? —inquirí, pero luego me percaté de que había hecho una pregunta un tanto personal—. ¡L-Lo siento! No pretendía meterme en sus asuntos privados... lamento mi indiscreción.
Él rió, mientras negaba con la cabeza.
—No se preocupe.
Su risa y mirada brillante dirigida a mí me hizo estremecer. Sentí un leve ardor en mis mejillas y una extraña agitación en mi pecho.
「¿Esto es a lo que llaman... amor?」
Siendo honesta, no iba a actualizar hoy, lo haría mañana o pasado. Pero entre una cosa y otra, hablando con mi mejor amigo, se me antojó buscar la posición de las categorías de esta historia y pues...
¡Somos el № 10 en #Mothy y el № 96 en #Len!
Aayyy no me lo puedo creeeer TwT es todo gracias al apoyo y la bienvenida que le han dado a esta historia, desde que la publiqué, no se imaginan lo mucho que las adoro, les estaré agradecida por siempre <3
En fin, la emoción y la cosa (´;ω;`)
¿Novedades? Pues... Yo ando enfermita 🤧 tengo fiebre de 38°C y una alergia de los cielos, además de un debilitamiento y flojera superiores a las de todos los días. Parece que voy a tener catarro, pero como no me duele la garganta dudan mucho que sea Covid, en fin, yo espero que no sea eso 7-7
¿Qué hay de ustedes? ¿Todo bien? :3
Eso espero uWu
Pos... ¿Les gustó el capi? ¡Dejen sus opiniones en comentarios! Ya lo he dicho antes pero me encanta leerlos (*˘︶˘*).。*♡
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⟨A V A N C E⟩
「Era tan fácil sumergirse en ese océano que si de mí se tratara elegiría ahogarme en él...」
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Creo que comenzaré a dejar avances del próximo capi al final de los capítulos ajajajaja.
Cuídense mucho, tomen awita y descansen apropiadamente uwu♡
-Akemi
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