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『“Aquellos gemelos pecadores se volvieron
Y el pueblo de las doctrinas crueles se hartó.
Antes de que comenzara la anhelada Revolución
Me susurraste cuando tus brazos me envolvieron...”』
O M N I S C I E N T E
—¡Len! ¡Hina! ¡Es hermoso! —exclamó la rubia, extendiendo el vestido.
Los chicos sonrieron.
—Me alegro que le haya gustado, Hina eligió el diseño, no todo el mérito es mío —aclaró Len.
—Incluí a Hina en el agradecimiento —recordó sacando la lengua en un puchero, haciendo reir a los sirvientes—. Hina, ¿me ayudas a ponérmelo?
La mencionada asintió y se retiraron al cambiador, dejando a un rubio solo, suspirando con tristeza.
Habían decidido fingir que todo estaba bien frente a Rin, pero... ¿Cuánto duraría eso?
El sonido de la puerta del cuarto al que habían entrado las chicas abriéndose lo devolvió a la realidad. Hina se hizo a un lado, dejando ver a Rin usando el elegante, pero sencillo vestido negro y salmón opaco que habían seleccionado.
—¡Es hermoso! ¡Me enamoro! —bromeó la ojiazul.
—Te queda como anillo al dedo, Rin-chan —halagó la pelirroja, aprovechando que estaban solos para poder tutearse.
—Concuerdo con Hina, estás hermosa, Rin —ella rió, algo avergonzada.
—Muchas gracias otra vez, Len, Hina —agradeció mientras los observaba a ambos, su única y más preciada familia—. ¡Lo atesoraré con mi vida!
° • ° • ~ 🌻 ~ • ° • °
El Sol se ocultó, dando paso a una oscura noche sin Luna. Incluso el cielo daba un presagio sobre lo que tendría lugar más tarde.
El cielo sabía que era noche de lágrimas.
Recostados sobre una misma cama, yacían dos cuerpos abrazados, transmitiéndose una calidez notoria pero una seguridad inexistente.
La sábana estaba ligeramente húmeda por las gotas de agua salada que salieron de las comisuras de los ojos de ambos, hasta que sintieron que no quedaban más.
La ojiañil apretó su agarre en la espalda desnuda del chico. No, no habían llegado a nada. Pero no les molestaba estar así en absoluto.
No, sabiendo que era la última noche.
—Len... no quiero... no quiero que esto acabe... —sollozó ella, volviendo a ocultar su rostro en el pecho del chico, que la abrazó, tratando de no llorar.
—Yo tampoco. Pero... es el final —confirmó, dejando que saliera la lágrima, que recorrió su mejilla hasta desvanecer en el cabello de la chica.
—Al menos... por última vez —rogó.
Él sonrió. No era necesario decir nada, su mirada transmitía lo que ella deseaba.
Lo que ellos necesitaba.
Una primera y última vez.
Acercaron lentamente sus rostros, creando el anhelado momento por ambos desde hacía ya un tiempo. Quizás desde que se reencontraron, pero no se dieron cuenta.
Unieron sus labios en un cálido beso. Las lágrimas que aún recorrían sus mejillas se mezclaron, haciéndose una.
Se separaron por la falta de aire. Ahí estaba. Su primer e inexperimentado beso, con la persona que en verdad amaban.
Porque, aunque no podía expresarlo con palabras, lo que sentían era amor.
Conectaron sus miradas, de diferentes tonalidades de azul, mientras sonreían con tristeza. Y sucumbiendo a la necesidad, volvieron a besarse.
Y esa última noche, en que sus instintos gritaban que sería la última pero decicieron ignorarlos. En que sintieron la necesidad de satisfacer sus deseos más primitivos, aunque estuviera prohibido,
Esa noche...
Se hicieron uno.
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La conmoción que se acercaba al palacio era observada por todos los que en este residían.
Los sirvientes empacaron sus maletas lo más rápido que pudieron para escapar, y aunque intentaron encontrar a Hina y Len para que huyeran con ellos, fracasaron.
Rin observaba como su propio pueblo se sublevaba contra su reinado, y tardó en percatarse de la causa.
Un mechón de cabello dorado cayendo al suelo...
「Todo era su culpa.」
Se colocó el vestido...
「Se haría justicia.」
Cerró la puerta de la habitación...
「Pero no quería morir.」
Nadie quería...
—Rin —llamó, aquella inconfundible voz para ella. La de su hermano.
Se enfadó un poco porque no había escapado, y se preguntaba donde estaba Hina.
Volteó para regañarlo, pero no esperó lo que se encontró.
—L-Len... ¿Qué haces? —preguntó atónita. El rubio sonrió para transmitirle seguridad.
La figura de su gemelo vestido exactamente igual a ella se acercó unos pasos. Su cabello se notaba más corto, y podía fácilmente confundirse con una chica, vestido así.
No dejó que su hermana volviera a preguntar. La tomó del brazo y la abrazó con fuerza.
—Ten toma mi ropa —comenzó a susurrar despacio—. Ponte esto y huye de aquí.
Sin romper el abrazo, secó con el dorso de su mano una de las lágrimas que salían de los ojos celestes de su gemela.
—No te preocupes, nosotros somos gemelos, seguro nadie lo notará.
Posó sus labios sobre la frente de la chica, dándole un cálido beso, plasmando todo su amor fraternal, y se retiró, antes que la despedida se hiciera más dolorosa.
Pero aún no terminaba.
—¿Len? —le llamó Hina, de espaldas. Incluso sin verle el rostro, incluso si vestían la misma ropa, podía diferenciar a los gemelos.
Él tragó grueso, y se volteó a ella.
Los ojos de Hina se cristalizaron. Lo sabía. Ella sabía lo que pretendía hacer. Y se negaba a aceptarlo.
—¡Len! ¡No! ¡No lo hagas! ¡Huyamos todos! —sugirió de forma desgarradora. Suplicó, estaba dispuesta a arrodillarse y rogar para que hiciera lo que le pedía.
—El pueblo no descansará hasta encontrarla, y nos matarían a todos si nos atrapan. Prefiero morir a que les pase algo a ustedes dos.
—¡No! ¡Len no puedes-
Ambas anatomías juntándose la detuvieron. Los delgados brazos de Len envolvían su cuerpo sin problemas, a pesar de que eran del mismo tamaño.
Una prueba más de que estaban hechos el uno para el otro.
—Hina, ayuda a Rin. Vístela con mi ropa y huyan de aquí —dictó él, ella se aferró a su cuerpo vestido con una ropa que no era la suya, disfrutando de su fragancia con olor a girasoles por última vez.
—No... Len...
—Por favor —pidió, esta vez con un tono de súplica. Abrazó más a la chica, y envolvió su mano en su cabello—. Hina, yo sé que te gusto. Y, a pesar de que no me percaté al enamorarme de la chica de Elphegor, también te amo.
Era imposible retener las lágrimas. Se romperían.
—Por eso... —Len se separó, posando sus labios sobre los de Hina, en un cálido, triste y nostálgico beso—. También te protegeré a tí.
『“Mi querida princesa, tomaré tu lugar.
El destino decidió, no debemos continuar.
Si tú fuiste malvada, problemas no habrá,
Tu sangre en mi estará y el tirano morirá.”』
『“La mucama, el sirviente y la fugitiva,
Almas en llanto que el destino ató con avaricia.
A la princesa habré de proteger hasta el fin,
Y en tu lugar, ambas habremos de sonreír.”』
Cambio de planes... No me pude resistir y seguí actualizando ajaja...
Okno, actualicé porque me emocioné al ver que retrocedimos al #8 del #1 en la categoría len pero luego con la actualización anterior subimos al #2 :D soy emoción en persona uWu
No sé porqué rio... Debería estar llorando... Let's Cry (´;ω;`) (╥﹏╥)
Cuidense y tomen awita :D ah y coftengocomodiezproyectosenmentecof cof
*Se va a llorar (っ˘̩╭╮˘̩)っ *
Nt. AGOSTO 2022
Yo editando los capítulos y ahora caigo como que... ¿por qué estaba tan deprimida en esta nota? XD
Nt. SEPTIEMBRE 2022
(Respuestas a su yo de Agosto) por el capítulo todo sad, tonta ;_;
Akemi en depresión ಥ‿ಥ
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