SONRISA 11
Sunny bajo con cuidado su maleta del carro mientras Sabrina y Damián le terminaban de platicar por que el helado de cacahuate debía de desaparecer y aunque parecía un tema de muy poca relevancia, los dos menores se lo tomaban muy enserio.
El señor Rusell abrió la puerta de su casa y vio a su esposa, Marina, quien les sonrió a los cuatro, acercándose hasta Sunny quien solo le sonrió y le abrazo rápido.
-Niños, dejen qué Sunny deje sus cosas y descanse, en un rato cenaremos
Los dos menores empezaron a quejarse pero no se opusieron, siguiendo a su mamá hacia la cocina dejando a el señor Rusell y a Sunny solos, pero antes de que alguno de los dos hablara el teléfono del mayor sonó, por lo que se disculpó y se dirigió a su pequeño estudio para atender la llamada.
Sunny jalo aire, y empezó a caminar hacia su cuarto, la casa contaba con dos pisos, incluso se podía decir que contaba con un tercer y cuarto piso, el ático y el sótano.
Le habían ofrecido un cuarto en el segundo piso, enfrente del cuarto de los dos menores, sin embargo, a Sunny le molestaba sentir que todos la podían oír. Por lo que su padre había cambiado de lugar su estudio del primer piso al segundo piso, dejando el cuarto de Sunny en el primer nivel.
No era tan grande como los otros cuartos, pero era lo suficiente para ella y su soledad, incluso habían mandado a instalar un baño completo, solo para que no tuviera que salir de su cuarto. Su cama estaba en medio de las dos ventanas, tenía un pequeño ropero y un escritorio con un librero. Lo suficiente para sobrevivir un fin de semana.
Se aventó a su cama y se puso boca arriba y vio el tragaluz, a veces por la noche podía ver la luna en todas sus etapas, recordándole qué no estaba tan lejos de casa si estaba viendo el mismo cielo.
La puerta de su cuarto sonó y fue abierta a los segundos dejando ver a su madrastra, con un pedazo de pastel y un té de fresa. Lo coloco en su mesita de noche y cerro la cortina ya qué ese cuarto guardaba mucho calor y sabía que Sunny no dormiría si hacia demasiado calor.
-¿Cómo has estado Sunny?
-Bien Mar, ¿ya saben que va a ser?
-sí, será niño, incluso quería pedirte tu opinión, estamos entre Jonathan o Peter...
-creo que Peter sería lindo, aunque mi papá me dijo que iba a ser niña y que se llamaría Skylar
La mayor de las dos sonrió y se sentó en la cama de la chica, acerco con cuidado su mano hacia el cabello de la chica pero lo alejo de forma rápida. Sunny suspiro y se sentó junto a la mayor para sonreírle.
-¿me puedes peinar? Me bañe antes de venir pero mi alpaca interior no ha querido salir últimamente.
La mayor sonrió y empezó a trenzar con cuidado los cabellos de su hijastra, su cabello negro heredado por su padre, pero tan manejable heredado por su madre, siempre había admirado a la señora Bárbara como madre e incluso había recurrido a su ayuda cuando Sabrina y Damián se enfermaron de varicela.
-¿Cómo esta Bárbara? Zephyr me dijo que había empezado a salir con alguien.
-sí, se llama André, es buen sujeto, incluso se ofreció a recogernos a los cuatro a la escuela...
-¿cuatro?
-es el papá de Molly...lo cual es raro porque lo conozco desde que soy pequeña y no sabes por qué no lo intentaron antes...
-tal vez no querían ponerlas en una situación incómoda...además para tu mamá eres lo primero en lista de prioridades, estas a menos de un año de irte a la universidad, no significa que no seas aun lo más importante...pero
-entiendo... Gracias Mar, por cuidar a mi papá y por permitirme convivir con mis hermanos...
La mayor le sonrió y termino de peinarla para darle un beso en la frente y salir poco a poco del cuarto.
-le diré a tu padre que cenaras aquí, intenta descansar sé que tu padre no entiende lo que es espacio personal durante... la situación
-gracias Mar... ¿puedo preguntarte algo antes?
-claro Sunny, dime ...
- ¿Cómo supiste que mi papá era el indicado?
Marina se volvió a sentar en la cama de la menor y se quedó reflexionando su respuesta, llevaba diez años casada con Diego, pero la pregunta de Sunny la había agarrado desprevenida.
-cuando conocía a tu padre se me hacia el ser más odioso del universo.
Okey. Definitivamente Sunny no se esperaba esa respuesta.
-yo había llegado como practicante de mi universidad, incluso tenia pareja, pero cuando te conocí, cuando vi como era contigo no...no lo sé, simplemente fue como si todo cobrara sentido...
-no entiendo...
-puedes saber cómo es una persona al ver como es con las personas, tu padre en el trabajo era alguien de temer, siempre con la mirada dura, con la prepotencia a todo lo que daba, pero cuando llegabas, él se agachaba y esperaba a que tú llegaras con los brazos abiertos, cuando cometía un error tu madre lo regañaba y parecía perrito regañado
>>podía ser el hombre más insensible del mundo, pero cuando sus amados hijos llegaban y le decía, "papá ganamos el primer lugar por ser lo más ordenados" o no se... pero parecía que sus mayores logros en esa vida habían sido ustedes y no la empresa, aunque si, después me intento conquistar, pero yo ya sabía cómo era en el tema familia o al menos como padre.
Marina dirigió su mirada hacia Sunny, quien solo se había quedado pensando en la nada, por lo que Marina se levantó y se dirigió a la salida del cuarto, para darle espacio a su hijastra para poder pensar.
- ¿puedo invitar a unos amigos mañana a la alberca?
-dile a los Sebastian, a Molly y a Vernon que se pueden quedar a dormir si quieren
Sunny asintió y solo vio a Marina salir de su cuarto, se volvió a acostar y se quedó pensando en lo que le dijo Marina, se levantó de su cama y se dirigió a su maleta, de donde saco su ropa y la empezó a acomodar en los respectivos muebles. Pero entonces su teléfono empezó a sonar, por lo que con cansancio camino hasta su mochila y saco con dificultad su celular.
La llamada se había cortado, pero solo fueron unos segundos cuando el teléfono volvió a sonar y en la pantalla se mostraba el nombre de su amigo de la infancia. Pero no sabía el por qué, no quería contestar, ya que la plática de Julliet seguía latente en su mente.
- ¿Qué siento por ti August?
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