Epílogo.
“Descansa en paz, Smile”
Aún recuerdo haber dicho ello aquel día, las lágrimas mojaban mis mejillas y enrojecían a mis ojos. Mi nariz estaba llena de mocos y en mis manos traía pañuelos y flores.
Dejé las flores en la tumba de Crisel y miré a Jennifer, luego a todos los presentes.
Me veían sorprendidos y tristes.
Sabían que la había amado.
"Te amo, Crisel. Lamento no haberte salvado.
Lo lamento, pero lo nuestro era incorrecto; lamento que mi rechazo te haya matado."
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