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Francia no me caía bien y el olor de su alma me hacía enfermar casi siempre, pero jamás le deseé la muerte.
Los chicos en la escuela dicen que murió de causas naturales, pero fue como la muerte súbita de los bebés, simplemente dejó de respirar y su corazón se paró, todos concuerdan en que era una chica que cuidaba mucho su cuerpo comía adecuadamente y se ejercitaba, además según sus allegados no consumía ninguna droga, ni siquiera cafeína, lo que hace aún más extraño su muerte.
Los que la vieron antes de su muerte dijeron que se veía bien, no había ningún indicio de dolor o malestar, su madre dijo que llegó a su casa como a las cinco y media, cenó con ellos y se fue a dormir como todas las noches de escuela, y por la mañana cuando vio que pasaba la hora en que normalmente bajaba a desayunar para salir al gimnasio antes de la escuela, entró a su habitación y la encontró en la cama, al sentirla fría y ver que no respondía llamó a emergencia que la decretó muerta al instante en que la revisaron.
La autopsia dijo que murió de muerte natural a eso de las once de la noche.
Hoy es el entierro de Francia, a pesar que los olores me invaden, todos los estudiantes fuimos al cementerio.
He estado buscando a Bastian o a su amigo, el tal Ammyt, no los vi en el velorio, hasta ahora en el cementerio los diviso, junto a Ricardo, el chico de los helados.
Suelto la mano de Odeth que me ha sostenido desde que llegamos aquí, le sonrío y le digo que iré a preguntar algo a Bastian, ella me sonríe y asiente tomando el brazo de Hope.
Cuando estoy bastante cerca de ellos, me paro en seco porque por primera vez siento un olor que jamás había sentido, una mezcla amaderada de menta y el olor que tiene la ropa cuando la cuelgas al sol para secarla,mi abuela decía que la ropa olía a sol, al buscar la fuente veo con asombro como una luz está saliendo de Bastian y entra en Ricardo, éste último parece completamente ajeno a lo que pasa, Ammyt parece darse cuenta de mi mirada y se vuelve a verme con la mirada más fría que hace que mi corazón se sienta frío y desolado.
Decido alejarme y preguntarle después a Bastian sobre lo que había visto y olido, en ese momento siento que me toman de los hombros y siento el olor inconfundible del alma de Francia, cuando me giro es Ammyt quien me mira.
¿Por qué él huele al alma de Francia?
—¿Qué te pasa niña? —Me dice Ammyt cuando estoy frente a él.
—Nada, sólo quería saludar a Bastian —le mirando a Bastian justo cuando la luz que emana de él corta el enlace.
—Estamos ocupados —y me dice apretando el agarre de su fría mano en mi brazo —No le molestes ahora.
Asiento sintiendo mucho temor, no entiendo cómo él puede producirme tanto temor, si es sólo un chico desadaptado de mi escuela, al igual que yo.
Cuando me voy retirando nuevamente, siento unos brazos a mi alrededor, me sobresalto al inicio creyendo que es Ammyt nuevamente, pero cuando siento la pequeña corriente eléctrica que me recorre el punto de unión, sé que es Bastian.
—Sam —me dice en el oído mientras me abraza —¿Estás bien?
Yo asiento, aunque en el fondo siento que mi corta interacción con Ammyt ha helado mi alma.
—Regresa con tus amigos —y dándome una mirada significativa me dice — iré a tu casa más tarde, yo te llamo.
Y así sin más lo veo alejarse con Ammyt, que me da una última mirada que me hace estremecer y con Ricardo.
Llego donde Odeth casi por inercia, ella me ve y alejándonos del grupo intenta interrogarme pero la verdad no puedo explicar nada de lo ocurrido, así que después de un rato desiste.
—Estoy bien— le digo cuando nos despedimos, ella sólo asiente y me abraza fuertemente, aunque por su olor percibo que no me cree.
Subo en Arthur y me dirijo al hogar de niñas, no quiero estar sola, necesito que mi alma recupere el calor y para eso necesito contacto físico.
***
Son casi las cinco de la tarde, tengo seis horas de estar con las niñas del hogar, mi celular suena en mi bolsillo, lo saco y cuando veo el nombre de Bastian en la pantalla, no puedo evitar sonreír.
— Hola —digo como saludo.
—Hola Samantha —escucho la voz cansada de Bastian, que me pregunta —¿Quieres pasar el rato conmigo?
—Claro —le respondo, necesito respuestas —¿Dónde te veo?
—Estoy afuera del hogar de niñas, imagino que no trajiste tu auto... —dice esperando mi reacción.
—Saldré en un momento —le digo justo antes de colgar.
¿Cómo es posible que sea tan obvia mi conducta para él? ¿Acaso soy un libro abierto?
Cuando salgo, lo veo apoyado en el costado de su auto esperando por mí, varias chicas voltea a verlo, unas hasta intentan hablar con él, pero él las ve con cara estoica y las hace que se alejen con algunas palabras.
Estoy comenzando a caminar hacia él cuando me llaman tres niñas y corren a abrazarme nuevamente, hoy han estado aún más cariñosas que de costumbre.
Al abrazarlas siento la mirada de Bastian sobre mí, levanto la mirada y lo veo que me ve con una sonrisa en la cara, la chica que estaba intentando llamar su atención, se voltea y alterna la mirada entre los dos, y decide alejarse apestando a envidia y enojo.
Por fin logro escapar de los abrazos que intentan retenerme más tiempo y llego hasta Bastian, él me ayuda a subir a su auto.
Una vez instalados pone el auto en marcha.
—¿Dónde vamos? —Pregunto curiosa.
—A mi lugar favorito— y viendo la interrogante en mi cara dice sonriendo— a la playa.
—¿La playa? —Le pregunto casi gritando, y al ver que asiente prosigo —son dos horas horas de camino... además no traigo ropa para playa... debería avisar a mi madre...
—Tranquila Sam, es una hora de camino si no hay tráfico, tu madre probablemente no notará que llegas tarde sí entras por tu ventana y la ropa... —dice lanzado una bolsa a mis piernas, la abro y veo que dentro hay dos trajes de baño, sandalias y toallas, al ver mi cara de asombro continúa —Te compré ropa de playa... mira Sam normalmente voy sólo a la playa, porque necesito desenchufarme de todo, pero hoy quiero compartir contigo mi lugar favorito...
Asiento y abrazo la bolsa con escudo de protección, hay algo rondando en mi cabeza y necesito saberlo, así que respiro hondo y me giro a verlo.
—Bastian... ¿Qué hacías hoy con Ricardo y Ammyt? —Al pronunciar este último nombre un escalofrío me recorre por completo.
—¿Qué crees que estaba pasando? —me regresa la pregunta.
—Vi y olí algo... —digo sin pensar.
—¿Oliste? —me pregunta extrañado.
Yo bajo la mirada, tal vez deje de ser mi amigo si descubre mi secreto. Como si pudiera leerme la mente me toma la mano, generando el hormigueo conocido y me dice:
—Te propongo algo, si tú me explicas tu secreto, yo intentaré explicarte el mío —al ver que asiento dice —lo haremos frente al mar...
Enciende la música y acelera, como si el mar le llamara urgentemente.
Bien chicas y chicos, hasta aquí este capítulo.
¿Cuál creen que es el secreto de Bastian?
Recuerden dejarme sus COMENTARIOS y regalarme una ESTRELLA con su VOTO.
Gracias por leerme,
Besitos,
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