Algunas horas más tarde...

"Genial Dongmin, eres perfecto para cagarla en tu primer día de  clase." 

Dongmin mueve con desgana la cuchara dentro de la sopa. La televisión está encendida, mas no presta atención a lo que están poniendo. Su madre está sentada a su lado, en silencio. 

Está preocupada por su hijo, a lo mejor su primer día ha sido más duro de lo que imaginó. Tal vez, haya sido un poco egoísta. Es cierto que su nuevo compromiso y la mudanza  eran importantes para ella. Pero también era cierto que abandonar todo lo que tenía en la anterior ciudad y hacerlo empezar de cero en una ciudad que no es la suya no debe resultarle nada sencillo a su hijo. Ella solo quería que Dongmin olvidara el pasado y fuera feliz.

—Estás muy callado, ¿te encuentras bien? 

—Sí, todo bien mamá. 

El tono de la respuesta le dice todo lo contrario. También su expresión lo demuestra.

—¿Te gusta tu nueva escuela? 

—Es más grande que la anterior, hay más gente también. 

—¿Hiciste nuevos amigos? 

—Conocí a una chica, se sentó a mi lado en clase de lectura...fue muy agradable, su nombre es Doyeon.

—Me alegro mucho— expresó con una sonrisa— Fue tu primer día, mañana conocerás a más personas.

La mujer observa a su hijo detenidamente. Se ha convertido en un joven muy guapo. Es increíble lo mucho que ha cambiado a lo largo de los años. 

Dongmin comprueba el reloj. MJ tiene que estar por llegar. Han quedado para salir un rato y conversar, ahora que Dongmin vive en la misma ciudad que su amigo se verán más seguido y eso le emociona. Pese a la diferencia de edad ambos se han llevado muy bien, y cuando su mayor se fue a estudiar a otra ciudad le dolió, pero seguían hablando por teléfono seguido, ahora por coincidencia su madre y su novio hicieron que se mudaran a la misma ciudad. 

El pitido de su teléfono llama su atención. 

"Dongmin ya estoy aquí. Lamento el retraso ¿Sales ya?" 

 (...)

Habían pasado ya dos horas desde que ambos amigos se reencontraron, fueron a jugar en los juegos de un centro comercial, luego comieron un helado mientras conversaban sobre cualquier tema y por último llegaron a un parque, ahí era donde se encontraban ahora. 

Se balancea suavemente sobre un columpio. Su amigo lo mira fijamente pensando que sigue siendo un niño. 

— ¿Y qué tal la escuela?—pregunta MJ curioso. 

—Fue fatal, hyung.—responde con sinceridad—A penas hablé con un par de personas y un maestro me gritó delante de toda la clase. 

—¿Por qué? ¿Qué le hiciste?  

—  Creo que hablé demasiado fuerte, aunque ese profesor es muy amargado o eso es lo que me han dicho todos... no sé, es intimidante, solo recordarlo me causa escalofríos.  

— ¿Y estaba guapo? A ver si me lo presentas.—bromeó su amigo haciendo que el menor casi se caiga del columpio.

—¡Hyung!—exclamó—Lo odiarías y luego me culparías por habértelo presentado. 

Dongmin mira fijamente al joven del columpio de la derecha. MJ está riendo a carcajadas. Es más bajo que él pese a ser mayor. Su cabello se mueve de un lado a otro cada vez que se impulsa. Hacía tiempo que no lo veía, tenerlo cerca era genial. 

— No has negado que estaba guapo. 

—Yo no me fijaría en eso cuando se trata de maestros, sería raro.

—Lo sé, solo estoy jugando. 

Dongmin resopla y se impulsa con fuerza. El columpio sube muy alto ante la mirada de MJ, que no aparta la mirada de él. Su menor podría seguir siendo un poco infantil pero estaba creciendo, ya casi no quedaba rastro del adolescente  que conoció hace algunos años, en aquel entonces parecía frágil, era tímido y muy callado. Sus ojos siempre estaban tristes, pero él no dejaba de sonreír y MJ solo se  preguntaba en como era posible que hubiera tanta belleza en algo tan melancólico.

Ahora que estaba cerca podía protegerlo.

"Solo te puedes volver realmente fuerte si tienes algo que proteger." fue lo que leyó en algún libro hace muchos años y por fin lo entendía.

Él no lo hacía solo por su promesa, lo hacía porque realmente quería a Dongmin. 

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MJ: 21 años

:)