Capítulo VII.
Anne se giró sobresaltada. Justin estaba detrás de ella, demasiado cerca para su gusto. Su rostro era una mezcla extraña de emociones que solo había visto una vez en su vida. El día que le dijo que su amor era mentira. Siempre se preguntó si realmente el dolor que había visto esa vez era real y no una ilusión suya por intentar creer que todo era un sueño.
Apretó el puño obligándose a sí misma a no acariciar su mejilla.
"¿Qué haces aquí?", preguntó enjuagándose las lágrimas.
"Escuché sollozos… ¿Qué sucede, An?"
"Nada."
"¿Es acaso mi presencia la que te puso así? Puedo irme…"
"No. Ya te dije que puedes quedarte. Jason te necesita. Eres su padre también."
"No quiero causarte ningún problema."
Por primera vez pasó por la mente de Justin la idea de que la chica ya tuviera alguien más. Su corazón se estrujó al punto de doler.
"Seguro a tu nueva pareja no le agradará que yo me quede aquí."
Una risa irónica salió de los labios de la chica.
"No tengo a nadie más. Siéntete orgulloso, fuiste el primero y el último", una chispa de coraje casi imperceptible se posó en sus pupilas. Justin suspiró.
"Creo que te debo una explicación."
"No me debes nada. No fue tu culpa que yo creyera que lo nuestro era algo serio."
"¡Claro que lo era!", el castaño pasó su mano por su cabello en un acto de frustración. "Anne..."
"Conozco la historia de que tus padres te chantajearon para dejarme… Simplemente olvida todo, Justin", se giró para darle la espalda. Eran demasiadas emociones removidas en un día.
"¿Cómo quieres que olvide los mejores años de mi vida? En mis 24 años jamás me sentí tan feliz como cuando estuve contigo. Jamás sentí que podía ser realmente yo hasta que te conocí. Mi corazón no tuvo un ppropósito para latir hasta ese momento. Eres el amor de mi vida, An. Incluso si no me crees, lo eres y lo has sido desde entonces", dijo el castaño con los ojos llenos de lágrimas.
"No digas tonterías, Justin. Solo estás siendo absurdo justo ahora", pronunció intentando mantenerse lo más fría posible. Él no tiene derecho de hacer esto, pensó.
Justin suspiró desesperado, giró a la castaña suavemente y tomó su rostro entre sus manos.
"Mírame, princesa. Tú me conoces mejor que nadie en este mundo…"
"Basta, Justin", decía mientras intentaba zafarse de su agarre. Él soltó su rostro y la tomó por la cintura. Esa chica, tan grande y tan pequeña a la vez, era la única que causaba esos sentimientos tan puros que no conoció en 18 años de su existencia. E, incluso si no quería presionarla, era imposible intentar dejarla ir después de tenerla tan cerca.
"Dime que no me amas."
"¿A dónde quieres llegar con todo esto?", preguntó irritada intentando deshacer el agarre de Justin.
"Aún te amo, An", juntó su frente con la de la chica.
"Justin, por favor...", la desesperación comenzaba a apoderarse de ella.
"Te amo tan locamente como la primera vez… ¿Recuerdas cómo nos conocimos? Estaba lloviendo y el aire arruinó tu paraguas. Te vi arrojarlo al suelo y pisotearlo. No sabía si morirme de la risa o de la ternura…", hizo una media sonrisa.
"Justin, basta."
Él chico la ignoró y continuó. "Te vi sentarte en las escaleras del teatro Avon frustrada. Comenzaste a llorar y mi corazón se partió. No aguanté más. Crucé la calle y te cubrí con mi paraguas y mi abrigo…"
"No sigas…", sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas otra vez.
"No era la primera vez que te veía, pero fue la primera vez que tuve el valor de acercarme a ti...", sus dedos hacían círculos en la cintura de la chica inconscientemente.
El llanto del pequeño Jason fue la oportunidad que Anne tomó para zafarse del abrazo de Justin. Se giró y se apresuró a tomar a su hijo en brazos. Cuando lo veía, se olvidaba de todo y podía sentir que el mundo estaba bien nuevamente. Ese pequeño ser era su centro de balance y, justo ahora, era lo único que necesitaba en su vida. No dramas. No enfermedad. Solo Jason.
"¿Qué sucede, cariño?, ¿tenías una pesadilla?", en unos segundos había olvidado lo que había pasado, incluso el hecho de que el castaño estaba detrás de ella.
Unos brazos envolviendo su cuerpo y el de su hijo la hicieron volver a la realidad.
Justin posó su cabeza en el hombro derecho de la chica. Extrañaba tenerla así de cerca. Su olor penetraba sus fosas nasales y le traía recuerdos preciosos a la memoria.
"¿Qué haces, Justin?"
"Abrazo a los dos amores de mi vida", el pequeño Jason, al oír esta frase, sonrió como si supiera realmente lo que significaba. Dicen que los bebés no entienden, pero sienten, y Jason sentía ese amor que su padre tenía por él y su madre.
Anne suspiró cansada. "Justin…"
"Intentémoslo de nuevo."
"¿Qué?"
"Sé que podemos formar una familia: tú, Jason y yo."
"Justin, no…", las palabras quedaron atoradas en su garganta cuando el chico la giró para estar frente a frente.
"Cásate conmigo, An."
"¿Qué?"
"Sé que suena loco después de todo lo que ha pasado, pero podemos de verdad volverlo a intentar."
"Justin, basta."
"No tienes que responder justo ahora. Puedo buscar un anillo mañana, cotizar algunas cosas."
"Justin..."
"¿Recuerdas el salón con jardín que vimos hace un tiempo? Dijiste que te gustaba mucho. Puedo ir y..."
"¡Justin Drew, es suficiente!"
La burbuja del chico se rompió y observó atónito cómo la cólera teñía el rostro de la castaña. El bebé comenzó a llorar y ella se soltó de su agarre para dirigirse a la cocina.
Justin frunció el ceño y la siguió. "Dime por qué no podemos."
"No estoy de humor, Drew", comenzó a preparar un biberón para el bebé sin dirigirle la mirada.
"Hablo en serio. Dime por qué debemos acarrear los errores de los demás en nuestros hombros."
"Solo vete, por favor. Debo alimentar a Jason."
"Dime una sola razón. Sabes que me odio a mí mismo por lo que pasó, pero tampoco has intentado comprender mis razones en todo este tiempo. Solo decidiste tomar el camino fácil y olvidar que me conocías como a la palma de tu mano."
La chica tomó asiento en el sofá de la sala y acomodó al pequeño en sus brazos. "Ven, mi amor, mami te dará de comer."
"Es más fácil para ti ignorar todo lo que siento por ti, todo lo que pasamos, todo lo que fuimos. ¿Por qué, An?, ¿por qué incluso teniendo un hijo que es el recuerdo del mayor signo de amor que tuvimos te es tan difícil aceptar?"
La chica lo ignoró. "¿Tenías hambre, verdad, pequeño glotón?"
"¿Quieres escuchar la verdad? Bien, lo diré. Si esa es la única razón que te hará bajar tu muralla, lo haré.", suspiró. "La verdadera razón por la que mis padres me chantajearon para irme a Londres fue porque me involucré en los problemas de tu padre."
El biberón cayó de la mano de la chica salpicando al bebé en la cara y provocando que comenzara a llorar.
Miró a Justin fijamente con una mirada fulminante. "Yo no tengo padre."
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