Tres.
El adorable Jimin se hallaba en clases, esperando tal vez la llegada de la maestra.
Miraba atento cada movimiento de su nuevo amigo, algo disimulado, pero casi como si su vida dependiera de ello.
Una pequeña sonrisa se dibujaba en sus abultados labios cada vez que Jungkook le devolvía la mirada.
♡
Este era un nuevo año, por lo cual llegaban maestras y alumnos nuevos. A causa de esto; cada niño en clase tenía que levantarse y presentarse.
Y este era el turno del pequeño Jimin.
La tierna y dulce maestra había llegado minutos antes con una radiante sonrisa que implantó seguridad en cada niño.
—Umnh... —se levantó algo tímido. —Mi... Mi nombre es P-Park Jimin —su dulce voz resonó algo baja en toda la clase.
Jungkook sonrió como nunca antes.
Al fin sabía su nombre, y vaya que era bonito.
—¡Que adorable! —exclamó un niño de orejas un poco grandes.
—Bien pequeño Jimin, espero que nos llevemos bien, tienes un muy lindo nombre. —Habló ésta vez la maestra, con un tono dulce en su voz.
El pequeño solo asintió para luego tomar asiento nuevamente. Un ligero rubor se encontraba en sus mejillas a causa de las palabras del niño, el cual tenía por nombre Taehyung.
Jungkook al notarlo, se acercó a él de manera algo sigilosa, pinchando una de sus rosadas mejillas.
—Bap. —Exclamó sonriente el de facciones fina.
—Jung... Jungkook... —murmuró algo tímido el menor. —P-para —exclamó riendo levemente a causa de sus ocurrencias, pues este había comenzando a pinchar las partes accesibles de su cuerpo.
Desde el fondo del aula, la dulce maestra los veía con una gran sonrisa divertida en su rostro.
A ella le parecía agradable trabajar con niños pequeños.
—Profesora MinHa —una voz con un tono algo enfurecido llamó su atención.
—¿Umnh? ¿qué pasa Seokjin? —le preguntó algo extrañada.
Observó como el pequeño niño de labios gruesos y un semblante serio apuntaba a uno de sus compañeros.
—Me está molestando.
—¿Oh? ¿con qué te está molestando Namjoon? —Seokjin la miró algo avergonzado y con las mejillas levemente sonrosadas.
—Tocó mi mejilla, con sus labios.
La maestra miró de nuevo a Namjoon, para luego mirar a Seokjin de vuelta, tratando de no reír.
Éste trabajo nunca le aburriría.
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