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Hello, monster!


Historia participante del DisneyTown Challenge de @IDEAhouse

#TeamSmiley





Jongin se despierta nervioso esa mañana y eso es un decir porque prácticamente no pudo dormir. Claro, no es para menos, hoy es el gran día para él y para el resto de su familia. Hoy se enfrentará finalmente a esa puerta, la puerta que muchos han denominado maldita.

Jongin trabaja en SM inc (Super Monsters Incorporation) la compañía energética más grande y relevante de Exodia, la ciudad de monstruos donde vive junto a su familia. SM proporciona la mayor parte de la energía con la que la ciudad funciona a través de un sistema de asustadores. El proceso es relativamente fácil, las puertas de entrada al mundo de los humanos son administradas, los mejores monstruos de la ciudad son encargados de entrar a través de ellas y asustar a los pequeños humanos que se encuentran en las habitaciones. Sus gritos son una poderosa fuente de poder que se almacena en contenedores y es llevada a la planta donde se transforma en energía eléctrica.

 Está de más decir que trabajar como asustador en SM es considerado un honor. Un honor al que Jongin tardó mucho en acceder. Hace algunos años su familia había sido de las más respetadas; su padre, Yunho, era el mayor asustador de la ciudad y sus récords eran inigualables. Era prácticamente una celebridad y las puertas se les abrían por doquier. Todo había sido perfecto hasta que esa puerta vino a cambiar todo. La puerta 930112 fue asignada a su padre un día cualquiera, él lo recuerda muy bien, a pesar de sus escasos cinco años. Su padre llegó al trabajo como cualquier día normal y comenzó con su rutina impecable de sustos, esa que mantenía sus marcadores por todo lo alto, con números insuperables. Al llegar la puerta 930112, se preparó como siempre, con la confianza que sus grandes cuernos y colmillos, así como su piel verde y cuatro brazos le conferían a la hora de lucir atemorizante. Abrió la puerta y vio al niño plácidamente dormido en su cama. Tarea fácil, pensó. Y con todo el aire de sus pulmones expulsó el grito más atemorizante jamás dado mientras levantaba sus dos pares de garras y mostraba sus enormes colmillos chorreantes.

Nada.

No pasó absolutamente nada. El niño ni siquiera se inmutó, seguía durmiendo plácidamente en la misma posición. Yunho se encontraba estupefacto, nunca antes en su carrera de asustador le había pasado algo así, jamás un niño había resistido uno de sus legendarios sustos. Eso no podía ser posible. Se preparó para intentar una segunda vez. No hubo cambio alguno, ni en la tercera, ni en la cuarta. ¿Qué era lo que estaba pasando? ¿Estaría el pequeño humano muerto? No podía acercarse a comprobarlo, todo mundo sabía que los humanos no debían tocarse, eran extremadamente tóxicos y cualquier contacto físico con ellos ponía en riesgo la vida de cualquier monstruo.

 Volvió a intentar con todas sus fuerzas. Lo único que logró fue ver como el niño se removía un poco en su cama mientras se tiraba un sonoro gas completamente apestoso hasta para sus estándares de monstruo. ¿Qué clase de niño era este por el amor del monstruo del Lago Ness? Ya casi amanecía así que decidió irse con el ánimo y el orgullo por los suelos. Al volver a cruzar la puerta vio el rostro de preocupación de su ayudante Changmin. Yunho jamás había tardado tanto solo para regresar y ver el contenedor de sustos vacío. Por primera vez, el gran Yunho acababa de fracasar. Y para su mala suerte, ese solo sería el inicio de la tragedia.

 Yunho se obsesionó con esa puerta, seguía volviendo cada noche y gastando su turno intentando asustar al inmutable chiquillo y lo único que obtenía eran más gases pestilentes. ¿Qué rayos le daban de comer a ese chiquillo pedorro? Cada turno volvía con las manos vacías. Sus números comenzaron a caer en picada. Jongin recuerda lo frustrado que su padre llegaba a casa, como todo su tiempo se consumía en hablar de la susodicha puerta. Yunho se convirtió en un lastre para SM Inc. De ser el número uno indiscutible pasó a estar siempre en el fondo y en cierto momento sucedió lo inevitable. Fue despedido de la compañía. Todo el prestigio que la familia había adquirido desapareció. Tuvieron que mudarse a un lugar de la ciudad más barato, los niños en la escuela se burlaban de Jongin a más no poder, la gente que antes los buscaba y admiraba ahora fingían no conocerlos. El estrés que esta situación provocó en Jongin hizo que muchas de sus características monstruosas desaparecieran. Ahora estas solo aparecían a la hora de asustar; colmillos enormes, garras afiladas y unos ojos ámbar brillantes. Eso y su capacidad de teletransportación eran lo único que lo diferenciaban de parecer humano, lo cual hizo que las burlas y el acoso aumentaran. No sólo tenia un padre fracasado sino que ahora también él era un monstruo defectuoso, que nunca podría asustar a nadie. Pero esos comentarios no lo detuvieron y luchó más que nadie en la academia para poder entrar a la compañía.  Tuvo los niveles más alto de rendimiento en los simuladores y no hubo monstruo que superara su récord y así fue que logró ser admitido en SM Inc.

El problema era que su primera asignación según el horario que le habían entregado era precisamente la puerta 930112 la "puerta maldita" como se le apodaba en SM, ya que no solo había acabado con la carrera de su padre si no con la de muchos otros que intentaron creyendo que eso les ayudaría a avanzar profesionalmente. Pero nunca nadie lo logró, y con el tiempo no hubo quien quisiera volver a intentarlo hasta que la puerta dejó de estar disponible. Ahora, quince años después de aquel fallido intento de su padre, la puerta había aparecido de nuevo y nadie quería ser asignado a ella, así que cuando Jongin entró en SM no dudaron en asignársela como una especie de prueba para ver si tenía lo necesario para ser un asustador.  Pero Jongin estaba decidido a limpiar el nombre de su familia y recuperar el honor perdido. 

Cuando llegó a reportarse se encontró con su mejor amigo y compañero Baekhyun,  otro monstruo que había conocido las  dificultades de ser diferente. Baek, más que lucir aterrador, lucía adorable, ya que sus ojeritas tiernas de conejo, sus mejillas sonrojadas y su pequeño tamaño lo hacían lucir más como un muñeco de peluche que los niños querían abrazar, que un monstruo terrible que obtenía gritos a diestra y siniestra. Por ende, tuvo que renunciar al sueño de ser asustador para convertirse en el fiel compañero de Jongin. A pesar de que no logró cumplir su objetivo, eso no le impedía siempre estar lleno de un optimismo abrumador respecto a su trabajo. Se lo tomaba muy en serio y estaba decidido a hacer de Jongin el mejor. Ese día estaba especialmente entusiasmado y se lo dejó saber a Jongin inmediatamente.

-Hoy es el día Jongin, por fin podrás demostrar de lo que eres capaz, no más simuladores. En cuanto termines con esa puerta estarás comenzando tu brillante carrera de asustador y seremos el mejor dúo que Exodia haya visto jamás. ¡Imagina que llegásemos a ser la portada de "Monster Magazine"! ¡Hoy definitivamente es nuestro primer paso a la gloria!

-Claro Baek, así será.- respondió tratando de aparentar una seguridad que no sentía. Es decir, él de verdad estaba decidido a lograr romper la maldición, pero vamos, que 15 años de resultados funestos no eran poca cosa y de vez en cuando las dudas y los resquemores hacían acto de presencia.

Iban caminando rumbo a los casilleros para alistarse cuando a lo lejos divisaron figura de Chanyeol, un ex compañero en Monster University, quién siempre se disputó los primeros lugares con Jongin. Chanyeol era alto, con grandes cuernos  que sobresalían entre su cabello gris, garras afiladas, y unos ojos que eran completamente rojos, además de su habilidad para convocar fuego en sus manos. Su voz era gruesa y ronca y qué decir de su altura, sus casi 2 metros hacían de él un tipo bastante intimidante. Era bastante antipático y prepotente, le gustaba presumir que era un monstruo en toda la extensión de la palabra y su enemistad con Jongin era ya de larga data.  Era seguido por su compañero, Lay, un monstruo que parecía siempre estar en su propio mundo.

-Vaya vaya ¿Pero qué tenemos aquí? Nunca pensé que de verdad te atreverías a poner un pie en SM Jongin, me alegra saber que tienes tal exceso de confianza aunque debo decir que no sé si corresponda a tu nivel de talento.- afirmó con un tono provocador.

-¿En serio? Vaya, y yo que creí que haber pateado tu trasero una y otra vez en la Universidad eran prueba suficiente de mi talento. Lamento que siempre hayas tenido que estar en segundo lugar, por cierto. Lo bueno del asunto es que ya tienes práctica por lo que no batallarás en asumir tu rol de segundón cuando te venza también aquí.- La sonrisa arrogante de Chanyeol vaciló por un momento y sus ojos chispearon con un asomo de rabia contenida, pero se recuperó al instante.

-No estés tan seguro de ello Jongin, oí que tu primera asignación es la puerta maldita ¿Qué no es esa la misma puerta que el perdedor de tu padre no pudo superar? Quién diría que años después el inútil de su hijo estaría listo para repetir la historia. Pero no te preocupes, la buena noticia es que nadie espera nada de ti, todo mundo sabe que tu familia es el más grande deshonor que ha pasado por SM por lo cual no se sorprenderán demasiado cuando indudablemente fracases...y tú dulzura-dijo mirando a Bakehyun que observaba todo con una mueca de fastidio-no tienes nada de que preocuparte, cuando este inepto pierda su empleo en SM recuerda que siempre tendrás un lugar esperando a mi lado como mi asistente.- Lay, quien se encontraba a su lado, ni siquiera se percató de como Chanyeol había considerado tan fácilmente reemplazarlo -Espero, mi adorable conejito, que esas orejitas sepan distinguir cual es el lado ganador- Terminó con una sonrisa que pretendía ser seductora pero que tenía a Baekhyun rodando los ojos con hastío. 

-No creo que alguien como tú esté en posición de hablar de las orejas de alguien más, tus horrorosas orejas son tan enormes que casi son tan grandes como tus cuernos, y hablo de los que te puso tu novia Joy, por cierto, esos si que llegan hasta la luna. Y gracias por tu ofrecimiento, efectivamente, mis orejas son como un radar y repelen a los perdedores, así que si me disculpas, en este momento me están pidiendo urgentemente que me aleje de ti. Vámonos Jongin, tenemos récords que establecer.- Jongin casi suelta una carcajada cuando al alejarse vio como el rostro de Chanyeol cambió de un segundo a otro, perdiendo toda la seguridad con la que había hablado antes. 

-Aghh, no lo soporto, lástima que tendremos que encontrarlo seguido por aquí. - comentó Baek.

-Bueno, debo admitir que hasta yo me sentí mal por él después de lo que le dijiste Baekkie, debe de haber sido un golpe enorme a su orgullo especialmente viniendo de ti.

 Jongin estaba más que seguro que a Chanyeol le gustaba su amigo y se lo había hecho saber muchas veces pero Baek  lo negaba y afirmaba que solo eran enemigos acérrimos que se odiaban a muerte. Aunque Jongin no estaba tan seguro de eso. Para ser alguien a quien Baek odiaba, se la pasaba hablando demasiado de él, de hecho, casi todo el tiempo. Claro, la mayoría eran quejas sobre como se sentía prácticamente tocado por los dioses, especialmente en la época en la que comenzó a salir con la chica mas popular de la Universidad, Joy, cuya historia, como Baek mencionó antes, no terminó bien para Chanyeol ya que ella terminó yéndose con Siwon, otro de sus compañeros. Esta situación hizo bastante feliz a Baekhyun, quien afirmaba que era porque toda desgracia de su enemigo era una bendición para él pero en el fondo Jongin pensaba que tal vez eran otro tipo de sentimientos los que lo hacían regocijarse con la noticia.

-¡Yah! no empieces a molestar de nuevo con ese tema Jongin y concéntrate en el trabajo, tenemos una reputación que recuperar. -Dijo Baek decidido a cortar el tema, aunque  pudo percibir sus mejillas ligeramente sonrojadas.

Cuando se dirigieron ya listos a la zona de sustos para iniciar oficialmente la jornada, Jongin sentía su corazón palpitar fuertemente dentro de su pecho, sus manos sudaban de nerviosismo. Estaba aterrado de que el sonido de sus latidos erráticos pudiera escucharse en toda la planta. Tenía miedo, no iba a negarlo y cuando la maquina dispensadora trasladó la sencilla puerta blanca frente a él, por un segundo casi se acobardó. Ahí estaba, la puerta que había causado tantas desgracias a su familia y este era el día que Jongin tendría que enfrentarla.  Busco la mirada de Baek y este le respondió con un gesto de apoyo mientras le recalcaba que él podía hacerlo. Jongin respiró profundo para después exhalar lentamente. Más decidido que nunca tomo el pomo y abrió la puerta.

La habitación parecía ser una común y corriente. Las paredes estaban pintadas de azul celeste y estaba decorada con pocos adornos infantiles, era una habitación bastante sobria a decir verdad. La existencia de un niño en ella se revelaba solamente por algunos juguetes dispersos por aquí y por allá en el suelo y claro está, por la pequeña figura de un niño durmiendo plácidamente en la cama individual. Jongin calculó que tendría unos cinco o seis años. No parecía peligroso o fuera de lo común, pero Jongin sabía mejor que nadie que las apariencias engañaban y que tenía que ser cuidadoso.

Ahora que estaba ahí, frente al niño, sintió la adrenalina recorrer todo su cuerpo, se había preparado toda su vida para esto y era ahora o nunca. Infló sus pulmones con suficiente aire, sus ojos cambiaron, sus colmillos salieron y sus garras se mostraron en todo su esplendor mientras lanzaba el rugido más potente que había dado en toda su vida.

El cuerpo del niño se incorporó de jalón en la cama mientras lo veía asustado abriendo sus enormes ojos que comenzaron a llenarse de lágrimas mientras de su garganta salía el grito mas lleno de terror que Jongin había escuchado jamás.

Jongin sintió como la felicidad lo inundaba por completo, una sonrisa se dibujó en su cara. Lo había logrado, había roto la maldición de la puerta 930112.

Jongin salió por esa puerta y encontró a varios monstruos reunidos que nada más de verlo, lo llenaron de aplausos y felicitaciones. Al parecer, todo mundo había estado pendiente de Jongin, estaban ansiosos por saber si lograría vencer la maldición o sería derrotado como muchos otros. Cuando el contenedor que manejaba Baek casi explota, todo mundo el estalló en vítores y festejos. No solo había logrado vencer a la puerta sino que había registrado uno de los mejores sustos de la historia de SM Inc.

Baek estaba que no cabía en sí mismo de felicidad y se lanzó a abrazar a Jongin mientras repetía una y otra vez -¡Lo logramos Jongin, lo logramos! ¡Toma esa, maldito orejón de mierda¡ ¿Quién es el perdedor ahora?

Jongin dejó pasar el hecho de que mencionara a su rival porque estaba demasiado feliz. No podía creerlo, escuchaba los halagos y cumplidos pero solo podía pensar en que esto significaba un nuevo comienzo para él y su familia. Nunca nadie más los haría menos.

Y definitivamente no se equivocó, este fue solo el inicio de una larga cadena de éxitos. Puerta tras puerta, ninguna se le resistía, incluido la del pequeño ojón que día tras día terminaba llorando tras la 930112. Todos los récords antiguos palidecían comparados con los logros de Jongin, a quien sus rivales solo veían con envidia desde muy lejos en la tabla de puntuaciones, especialmente Chanyeol, que no estaba nada conforme con su segundo lugar y que constantemente buscaba la manera de superar sus números sin lograrlo.

Pronto, el apellido Kim recuperó su antigua gloria, Jongin era ahora el monstruo del momento; fama, fortuna, todo estaba a sus pies. Se codeaba con grandes personalidades y cenaba una vez a la semana con Lee Soo Man, el legendario monstruo fundador de SM Inc, que lo tenía entre sus favoritos. Incluso había aparecido en la portada de varios números de "Monster Magazine" aunque lamentablemente Baek nunca era requerido, sin embargo el pequeño jamás perdía la esperanza y se encontraba tan feliz de su logros como el propio Jongin.

Jongin tenía todo lo que un monstruo podía desear; había comprado una casa para sus padres, además de su propio apartamento, ya que definitivamente un monstruo soltero y codiciado como él necesitaba su propio espacio e independencia. Tenía pretendientes a montones y los monstruos más atractivos hacían cola esperando una cita con él. Sin embargo, Jongin, que pese a todo siempre había sido tímido y que además no olvidaba las burlas y comentarios despectivos de muchos de ellos, no tenía tiempo para perder en citas y demás tonterías, a pesar de lo mucho que Baek le dijera que necesitaba comenzar a salir.

-Ya estoy harto de que seas un solterón Jongin, nunca has salido con nadie y si sigues así vas a terminar tan solo y abandonado como mi tío el Yeti - dijo Baek con un tono bastante más dramático de lo que la situación requería.

Si bien era cierto que Jongin no había salido nunca con nadie, era porque aún tenía sus reservas e inseguridades ancladas fuertemente a su psique. Pese a la imagen de seguridad y confianza que proyectaba seguía siendo el monstruo tímido y con miedo al rechazo después de largos años de ser esquivado como la peste. Además, no quería que alguien estuviera con él solo por su reciente posición. Él anhelaba alguien que lo amara y lo quisiera de verdad. Ugh, era un monstruo cursi y empalagoso. ¿Qué dirían los fans del gran Jongin si supieran de su verdadera personalidad? No quería saberlo, así que despejó su mente de esos pensamientos molestos y le regresó la bola a Baek.

-¿Y precisamente me lo dices tú? desde aquella cita desastrosa que tuviste con Heechul no has vuelto a aceptar a nadie. No des los consejos que a ti te hacen falta, orejón.

-Eso es porque nadie está a mi altura, mi estimado, lamento ser demasiado genial para este mundo. Y evita decir la palabra "orejón" que me recuerda cierto ser demasiado desagradable y hoy es un día muy bonito como para arruinarlo.

Jongin prefirió reservarse el comentario sobre que tal vez debería intentarlo con cierto monstruo al que mencionaba tantas veces al día, ya que conocía a Baek y no estaba dispuesto a enfrentarse a su furia el día de hoy, el trabajo lo esperaba y necesitaba concentrarse.

Ante él apareció de nueva cuenta la puerta blanca. Habían sido ya varios meses desde que entró por primera vez y a estas alturas la cosa resultaba hasta monótona. Todas las noches entraba, el pequeño tenía un susto de muerte, sus tanques se llenaban en cantidades inusitadas y Jongin salía mientras él se quedaba llorando en su habitación. A veces se sentía mal por el niño, pero se recordaba a si mismo que era parte de su trabajo y que la ciudad dependía de ello.

Esa noche, la habitación estaba algo diferente, más ordenada y pulcra que de costumbre y sin embargo, Jongin no lo notó. El proceso de asustar a aquel chiquillo se había vuelto tan mecánico que ya lo hacía casi en automático. Tampoco notó que el bulto que se encontraba bajo las sabanas era ligeramente más grande de lo habitual.

Se preparó para su rutina diaria y dejó aflorar sus características monstruosas mientras emitía su ya acostumbrado rugido, pero este se vio interrumpido cuando una versión más grande (y más ojona) del niño miedoso se incorporó en la cama hecho una pequeña fiera mientras lo tundía a golpes con una raqueta de tenis.

-¿Quién-golpe-demonios-golpe-eres-golpe-tú?- Decía mientras se surtía a un asustado Jongin que jamás espero que un pequeño demonio fuera a salir de la habitación. Sentía un golpe tras otro mientras el humano se le echaba encima y continuaba con su ataque.

-¿Qué demonios haces en la habitación de un niño? ¡Maldito pervertido!- vociferaba mientras ahora se encargaba de jalonear su cabello dolorosamente.

-¡Ay! ¡Me duele! ¡Basta!- lloriqueaba Jongin sin poder quitarse al engendro de encima. Nunca pensó que conocería a alguien más peligroso que Baek enfurecido y ahora pensaba que era toda una dulzura en comparación con la bestia que en este momento tenía a sus espaldas.

-¡Eres tú quien ha estado entrado a la habitación de mi hermanito! ¡Maldito pervertido! ¡Voy a llamar a la policía y vas a ver tu asqueroso trasero refundido en prisión!

-¡Ahhhhhhh!- Jongin gritó de dolor. Esperen ¿Lo había mordido? ¿Esa cosa lo había mordido después de llamarlo pervertido? De repente, Jongin cayó en la cuenta de dos cosas que le resultaron absolutamente aterradoras. En primera, ese humano estaba causando un alboroto, pronto llegarían más personas y él no podía ser descubierto. Definitivamente no había deshonra más grande que esa.

Y en segunda pero no menos importante, ese humano lo estaba tocando. Ese humano altamente tóxico y mortal tenía sus manos encima de él y por si fuera poco lo había mordido; Jongin iba a morir, ¡oh si! definitivamente iba a morir. Comenzó a sentir que le faltaba el aire. Lleno de pánico, solo pensaba en que tenía que salir de ahí rápido y a como diera lugar. Y deseó estar en su casa, a salvo y protegido. Y en ese momento no pudo encontrar otra solución más que esa; se teletransportó de vuelta a su hogar. Cuando cayó de bruces en el piso de su habitación suspiró de alivio. Hasta que recuperándose del viaje comenzó a sentir un peso en su espalda, un peso inquietante que no reconoció. Giró su cabeza lentamente y...

- ¡Oh no!

Estaba metido en un gran problema.




*


Muchas gracias a las personas que deciden darle la oportunidad a este fanfic. Gracias también a @IDEAhouse por  este reto y por motivar a escritoras novatas como yo a intentar contar historias. Sé que no tengo mucha experiencia escribiendo fics pero espero que el resultado final no los decepcione. 

Todos sus comentarios son bien recibidos así que siéntanse libres de opinar, criticar o lo que les plazca.

¡Besos y nos vemos la próxima semana!

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