2. Descendencia 📜🖋
En la estación de Hogsmeade esperaban los padres del alumnado de séptimo año, su transporte.
El baile otoñal fue el motivo ocasional o el pretexto según Severus para que tener un motivo de un recuento antes de la partida de sus primogénitos a su camino de vida adulta joven.
Su esposo tomó esta oportunidad para limar las perezas.
Hace un mes que él tuvo un mal sueño y desde entonces su cercanía comenzó a deteriorarse.
Cada que Severus quería tocarlo James se alejaba de inmediato sin disimularlo tan siquiera. Era como si su toque lo quemara.
En su cama había dejado de abrazarlo, de dormirse cerca, hasta su mirar le fue negado.
Y eso empezaba hacer estragos, en el espejo empezó a ver nuevamente aquellos defecto que hace décadas que no contemplaba. Ahora podía ver con claridad que sus ojos ya no brillaban de amor, su piel ya no era tan firme como cuando estaba en sus veinte, su nariz por Salazar que desgracia había olvidado que era. Su cuerpo delgado y de repente ya no quiso seguir.
Desde hace 15 días que noche tras noche se tomaba pociones para disminuir esas imperfecciones. Al bañarse ni se veia más de lo necesario. Sus ropas cubrían todo aquello que pudiera estar a la vista, y unos guantes que terminaban por cubrir sus manchadas manos a causa de la preparación de pociones.
Y James, buen el sufría su propio calvario.
Los carruajes fueron llegando y así fueron arribando con calma. En su carruaje los acompañaban el matrimonio Malfoy quienes enseguida pudieron sentir el ambiente pesado entre ambos.
-¿Emocionados?
Severus sólo asintió, a comparación de James que contesto. -Un poco en realidad, sabes que esto incomoda a los muchachos, tenernos de esta manera sólo ocasionará que quieran tener su vida muy aparte de uno.
-Ah Potter, dirás de tu hijo Harry, sin embargo nuestro Dragón es muy allegado a nosotros.
-¿James, estás preocupado por avergonzar a Harry?
-Supongo que el tiempo de gloria pasa y ellos tienen otra imagen de autoridad a quien apreciar que a uno.
-Que no hayas tenido una carrera tan excepcional y emocionante no te resta méritos. Estar en el ministerio es mucho más que sólo perseguir a los malos y crear leyes o mandarlos a la locura en vida.
-Sólo somos unos simples Lords.
-Por lo visto pasas por el miedo a perder a tu hijo, escucha bien Potter. Uno decide realizarse como mejor considera, seremos sus padres hasta que demos nuestro último aliento que para entonces bien o mal habremos estado ahí para ellos, cuidarlos, guiarlos y darles todo de uno para que ellos puedan seguir sin uno. No al revés.
Severus no dijo una palabra, no la creía necesaria. Su voz tampoco tenía porqué ser escuchada, no quería ser un problema más a su Esposo.
[ . . . ]
-¡Padres! -grito eufórico Draco.
-Nuestro muchacho -respondió recibiéndolo en un fuerte abrazo Sirius, siendo a su vez abrazado por Lucius.
-¡Oh padrinos, también es grato verlos nuevamente! -expreso en medio del abrazo viéndolos con cariño.
-Sabes que eres nuestro ahijado consentido.
-Soy el único Padrino.
-Y con más razón -dejo en claro James.
Draco le llamo la atención que su padrino Severus sólo estuviera asintiendo o dándole una sonrisa cada que lo miraba a él y no le respondiera con palabras.
James se disculpo para buscar a su hijo, dejando a Severus con los Malfoy.
-¿Acaso te cortaron la lengua? -cuestiono enojado Draco.
-¡Dragón! -reprendieron.
-Sólo... creo... que es lo... mejor.
-¿Disculpa? Haber Severus una cosa es que James sea mi hermano del alma, pero no tolerare una brutalidad de él hacía ti.
-Gracias Sirius. Pero enserió todo esta bien.
-¿Bromeas? Con tan sólo verte se que las cosas no lo están. Cubierto de esa manera lo que nos das a entender que escondes algo, -pauso- sino te estas tratando de esconder tu.
Severus no quería desmentir porque muy dentro sabia que lo que estaba haciendo era un error. Se estaba fallando a lo que una vez juro no caer, en ser y véanlo ahora una sombra del hombre que fue.
-¡Sean bienvenidos! Por favor pasen siéntanse como en casa -vocifero el Prof. Dumbledore.
En el gran comedor el reencuentro entre hijos y padres era bien apreciado por los docentes del colegio. Se alegraban de verlos alegres, a sus viejos alumnos como ahora lo son sus hijos.
Durante la cena para mayor privacidad cada casa se enfoco en sus asuntos, así evitando algún confrontamiento. Algunas riñas, a pesar del tiempo no se olvidan.
[ . . . ]
James camina directo al cuarto que se supone que es de su hijo, pero al pasar el cuadro de la dama, es encarado por quien buscaba desde hace rato.
-¿Tan desesperado por verme, padre?
-Por lo visto tus modales no han cambiado. ¿Por qué tan agresivo? -suspirando desganado se sentó con simpleza en el sillón más cercano.
-Mhn ¿cuándo te tomarías la molestia de contarme los lazos infernales que compartimos? -soltó viendo su figura detrás del sillón.
-En realidad no considere que pudieses heredarlo.
-Se que en esa noche tú, lo sentiste -se acercó.
-Oh hablas de haberte colado a la habitación de Draco y aprovecharte de su inocencia -sonrió dulcemente- tenías que completar el sello. Lo lograste pequeño diablillo, ¿no es así? Cuando llegue lo sentí, mi ahijado cayó en tus garras hijo.
-¿No está mal lo que hice? -con miedo pregunto, tomando asiento junto a su padre.
-Harry no lo mataste, eso ya dice mucho ¿no? -lo abrazo.
-¿Papá sabe lo que eres? -preocupado cuestiono.
-Cuando teníamos tu edad, lo sospecho pero, supe suprimir esos deseos así que no creí que lo necesitará saber.
-Tal vez no deba meterme, aún así lo haré.
-Esta claro que eres hijo de tu padre.
-Sí yo desperté y tu lograste sentir la magnitud... ¿no se desatará tus deseos por papá? Dime que no te has alejado de él. Estuve evitando a Draco por tres meses hasta esa noche.
-Tranquilo diablillo, no sucederá nada malo. Es mejor que nos presentemos a la cena y al dichoso baile. No quiero a Sirius detrás mío.
-Papá...
-¿Sí, Harry?
-El que empiece alejarme, no quiero darte a entender que los dejaré de querer, ¿bien?
Abrazo a su muchacho, y así dirigiéndose al encuentro con su Severus.
[ . . . ]
Devuelta en el carruaje Severus recordaba la pequeña pero cariñosa conversación que tuvo con su pequeño, quien lo había apretado tan fuerte en el abrazo que pensó que le rompería la columna.
Sin embargo, escuchaba la respiración pesada de James. No lo había sostenido la mirada en toda la velada, no lograba verle a los ojos por temor.
El matrimonio Malfoy venía hablando de una posible reunión en diciembre que la verdad ni atención le presto.
Reacciono a su entorno cuando James lo tomó de la cintura apretando con firmeza para despedirse de Lucius y Sirius para cerrar las puertas de su vagón.
Sintió como le quito su capa de viaje y lo sentaba.
Y en todo momento evitaba Severus verlo a los ojos.
-¿Tanto miedo te doy? -le pregunto mientras él se quitaba su túnica y lo sentó en su regazo- hablemos cariño -sobando sus brazos y piernas para regalarlo.
-¿Por qué te tomas molestias conmigo?
-¿Acaso no eres mi esposo? ¿No eres el ser humano que amo incondicionalmente?
-¿Humano? Somos magos James.
-Esposos, es lo que somos Severus.
[ . . . ]
Mientras caminaban el gran pasillo de su hogar se apreciaban los cuadros de cada etapa del crecimiento de su hijo.
Y otros más de James.
Donde Severus podría jurar que se sentía muy ansioso, su corazón no podía controlar su latir desbocado.
-¿Y si tomamos un baño? Para que podamos relajarnos ¿te gustaría?
-James no creo que sea buena idea.
-¿Porqué?
-Este... tuve un incidente con una poción y quede manchado por lo que tardará en quitarse el color de mi piel.
-¿Es así? Entonces con más razón necesito verificar que estés bien.
Lo cargo rumbo al baño, cerrando con magia. Evitando un posible escape.
-James, no ¡espera...!
Le quito la capa de gala, el adorno del cuello, el chaleco y ningún color raro se hizo notar.
-Severus responde ¿por qué te estas ocultando de mi? -tomándolo de la cintura con fuerza.
Le quito con enojo los guantes, rompiendo la camisa y dejando que se tirará al piso, tembloroso.
-¿Acaso ya no quieres mi toque, mi atención, mi cariño y benevolencia hacia ti?
Un torbellino empezó a rodear a Severus alejando a James.
-¡¿Así serán las cosas?! ¡Respóndeme Severus!
-Estas equivocado eres tú el que ya no me quiere ni tocar, ni estar cerca de mi, ni verme. ¿Por fin te diste cuenta que fue un error desposarme? ¡Te daré el divorcio si así lo quieres James!
-Oh no.
E importándole poco las apariencias todo el revuelo desapareció, Severus fue tomado de las paredes colgándolo aún descubierto del pecho y pantalones puestos. Cuando logro ver a James este sus ojos cafés eran rojos, de su boca se apreciaban unos colmillos y de sus manos una garras negras.
-Amor mío pase 23 años soportando el instinto de tomarte como mi lívido lo exigía. Pase 3 años soportando tu noviazgo con Regulus y luego 2 años de amistad, hasta que te dignaste a corresponderme. ¿Crees que te dejaré ir? Si, fui distante no fue por inseguridades que a estas alturas ni recuerdo, sino por que nuestra descendencia heredó mi situación. Y estuve a punto de tomarte y marcarte. Pero no lo hice, siempre he adorado ese carácter indomable que tienes, te amo tanto que si por mi dependiera te llevaría al averno.
-James... Entonces era cierto... ¿tú eres...? -expreso angustiado e hiperbentilando.
-¿Incubo? ¿Súcubo? Severus ya no te debe importar. Eres mio con contrato o no de por medio.
[ . . . ]
FIN.
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