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Único

Kim Taehyung desde ese año había empezado a ser considerado el omega dominante más problemático para cualquier alfa o beta que se le cruzara en el camino.

Y la razón era incluso más patética de lo que podría parecer, pero la verdad es que el orgulllo de las castas más altas siempre iba a estar tan presente como su propia sangre entre sus venas.

Luego de haber estado retirados de las aulas por meses debido reparaciones en la universidad nadie había mantenido en su memoria al chico bajito que no sabía vestirse y desde su primer año había utilizado unos horribles brackets de ligas llamativas.

Primer error.

Una vez que retomaron su presencia en la institución todos empezaron a preguntarse quien era ese bello omega, ese que casi parecía hijo de la mismísima Afrodita.

Cuerpo esbelto, delgado y curvilíneo, un estilo exquisito de vestir, ojos azules como el cristalino mar de una isla paradisíaca, cabellos rubios que aunque tintados parecían naturales y unos labios que dejaban con la boca seca a cualquiera que los mirara por más de tres segundos.

Cuando el rumor se extendió todos se quedaron de piedra por la sorpresa, mientras el dichoso omega sonreía ladino y se aplicaba algo de brillo labial.

Ese omega, ese era el antiguo nerd Kim Taehyung.

Claro que ahora que era todo un modelo de revista todos querían estar con el, dormir con el y tener una oportunidad.

Segundo error.

No había pasado una semana cuando la mitad de la población alfa de la universidad había sido rechazada por parte del rubio, con la chicas era respetuoso y explicaba brevemente su falta de interés para luego despedirse. Con los chicos fue un poco más complicado que eso, muchos terminaron entrando en celo debido a los fuertes ataques de feromona dominante que el omega lanzaba con tal de alejarlos, muchos otros terminaron con vómitos frecuentes por el aroma e incluso otros pocos terminaron inconscientes.

Y es que, no es que los enormes alfas que lo pretendían no le gustaran, no. Eran guapos y en extremo atractivos, pero debido a ese toque tan picante en su organismo el hecho de ser dominado le parecía una total asquerosidad y en cambio empezó a tener un enfoque diferente.

Una tarde calurosa terminó por colarse en los vestidores de los porristas, su mejor amigo Jimin había entrado en celo de manera abrupta y ambos estaban totalmente solos en aquel lugar.

Una cosa llevó a la otra, las feromonas, el calor, sus mentes totalmente desenfocadas. ¿El resultado final? Dos omegas follando duramente contra los casilleros de los vestidores.

Taehyung tenía una fuerza increíble y al parecer meterse entre las piernas de un bonito omega le había gustado más de lo que pensó.

Durante esos días ayudó a Jimin tanto como pudo y luego este quedó totalmente encantado con aquello que pasó.

El problema surgió cuando las malas lenguas hicieron lo suyo y el rumor se extendió. Resulta que algún odioso alfa los vio y se dedicó a decírselo a toda la universidad.

Al omega dominante Kim Taehyung le gustaban los chicos de su misma casta.

Los rumores no eran problema para ninguno de los dos, sin embargo había otra cosa que el rubio quería averiguar.

En algún momento terminó acostándose con un alfa, también un par de betas y aunque su naturaleza le hacía disfrutar la penetración, era un hecho que no había nacido para ser como la sociedad se lo imponía.

Luego se dio cuenta de muchas cosas más, además de que descubrió un par de habilidades especiales que tenía. Una de ellas siendo su capacidad de dominar sobre otro omega y ponerlo a chorrear como fuente de caramelo.

Si, al parecer sus feromonas en otros omegas era poderosa y los hacía caer ante el.

Además tenía una excelente manera de complacerlos, muchos volvieron dos, tres y cuatro veces más. Eran adictos a la forma tan increíble en la que los tocaba y los hacía llegar al límite.

Las críticas llegaron después y aunque Taehyung las ignoró por completo esta vez empezaba a cabrearse por aquello.

"Es una abominación"

"Que mala suerte, ese culo parecía gritar por una buena verga alfa"

"¿Dos omegas? Solo les hace falta un buen alfa que los enderece, es todo"

Esas solo eran algunas de las cosas que susurraban cuando lo veían por los pasillos.

Tercer y último error.

¿Ellos de verdad querían una probada de lo que realmente podía hacer? Bien, exactamente eso les daría.

Cada una de las fiestas a las que fue invitado, siempre terminaba follando con tres, cuatro, varios omegas.

Algunos solteros, muchos otros con alfas como novios y aunque sabía que estaba mal, muchos se lo buscaron y el solo les daba una lección.

Para el cuarto año de universidad ya tenía toda una reputación, era respetado por todos, nadie se atrevía a hablar mal o a sus espaldas. Los omegas muchas veces lo provocaban, otras cuantas veces lo seguían para tener una oportunidad y muchas veces los consentía.

Claro, con una sola condición.

"Solo una noche y nunca más volvemos a la cama".

Todos y cada uno aceptaron al pie de la letra, aunque algunos fueron un poco más débiles a sus encantos y terminaban por ser complacidos un par de veces más en salones de arte vacíos o incluso en los baños.

Una sola cosa era segura a día de hoy; Kim Taehyung era intocable y todo aquel que cayera en su mira o se metiera con su persona... Bueno, era mejor que se preparara para las consecuencias.

[...]

Aquel día estaba nublado, Jimin estaba a su lado comiendo una barra de chocolate con maní mientras el le daba la última calada a su cigarro de menta antes de lanzar la colilla al suelo y pisarla para apagarlo por completo.

Estaban bastante serenos, esperaban una media hora más para poder entrar a la siguiente clase, solo estaban sentados en los bancos del campus mirando a la gente pasar.

—Mh, a veces amo demasiado a Yoongi, pero muchas veces quiero golpearlo por ser tan imbécil. —habló Jimin una vez que terminó su golosina. Taehyung simplemente rodó los ojos sacando un chicle de uva.

—El hecho de que sea un alfa lo hace un poco tonto por defecto. —explicó algo sarcástico—. Tranquilo, realmente es inofensivo y te ama, solo que aún no se da cuenta de lo mucho que te necesita.

—Vaya...

—¿Qué? —volteó a verlo.

—Nada, es solo que esperaba alguna otra reacción, supongo. —el pelirosa se encogió de hombros y luego volteó a ver algo que llamó su atención—. Oh, mira.

—¿Qué? —volvió a preguntar el rubio, levantando la mirada y siguiendo lentamente la dirección que discretamente Jimin señalaba.

La vista fue increíble de repente. A lo lejos pudo detallar a su más reciente amor platónico: Jeon Jungkook. Era un omega precioso, de piel pálida y cabellos azabaches, sus ojos eran marrones y en medio tenían un ligero toque de verde.

Tenía un cuerpo bello, era amable, agradable y además su aroma era exquisito: Cerezas frescas.

Desde que lo conoció a inicios de aquel año Taehyung se vio fantaseando más de una vez con que sus aromas enlazados serían increíbles, solo imaginar su aroma de durazno maduro con ese dulce néctar de las cerezas del menor lo hacía salivar, su cuerpo de repente se sentía caliente y su entrepierna desde adelante hasta atrás se contraía en expectativa.

Maldita mala suerte que aquella belleza tuviera un novio y aún peor, un novio alfa super imbécil.

Kim Namjoon, ese era el nombre de aquel tipo junto al bonito Jungkook, ese aroma a café amargo que soltaba en feromonas le causaba nauseas cada vez que se colaba por accidente en su nariz cuando se cruzaban en los pasillos. Lo más lamentable de todo es que aquel mismo idiota era el alfa y novio del bonito omega pelinegro que había llamado su atención desde el primer momento en que lo vio llegar a la universidad.

Y es que no se conocieron antes porque el menor había sido transferido de otra institución a inicios de año, tal parece que era un chico muy listo y eso le había pagado una beca completa en la mejor universidad de Corea.

Estaba orgulloso aunque no fueran cercanos, apenas se habían topado una que otra vez en los baños, quizá a veces en el parque y de vez en cuando en los pasillos. Incluso una que otra vez habían tenido cortas conversaciones entre recesos, pero nunca nada que durara más de cinco minutos.

Un codazo en sus costillas de parte de Jimin lo sacó de sus pensamientos, cuando se dio cuenta Jungkook venía en su dirección con una gran sonrisa. Taehyung se sonrojó levemente y al recordar el aroma del tabaco mentolado en su cuerpo tuvo que actuar, soltó algunas feromonas para cubrir la esencia de su cigarro.

A su lado el pelirosa tragó saliva algo nervioso, el aroma ajeno era fuerte incluso cuando lo dejaba salir de forma moderada, no quería imaginar como sería estando en celo.

Una vez que el menor de los tres llegó frente a ellos, ambos mayores correspondieron su amable sonrisa, luego el pelinegro reverenció cortamente.

—Jiminie-hyung, Taehyungie-hyung, hola. —saludó Jungkook con es voz ligera que podía hacerte suspirar, exactamente lo que el rubio hizo al tenerlo tan cerca.

—Jungkookie, hola. —esta vez saludó el más bajito junto al omega dominante, luego lo volvió a codear para que dejara de mirar al omeguita que estaba de pie como idiota.

Al parecer funcionó porque al instante se corrió a un lado en la banca para hacerle un espacio al otro.

—Es un placer verte, Jungkookie. —dijo Taehyung con ternura, sonriendole y sacando de su bolsillo un chupete de cerezas, pronto tendiéndolo al menor—. Ten, es para ti.

—¿Para mi? —sus ojitos brillaron y el mayor solo quería dar brinquitos de alegría por ese hecho—. Muchas gracias, hyung.

—No hay de qué, ¿cómo han ido tus clases hoy? —esta vez el rubio indagó con total interés, quería saber como había estado el día ajeno.

En secreto quería ser cercano a él, quería tener una oportunidad y si, por eso a veces se sentía mal ya que en el fondo se sentía como todos esos tipos molestos que buscaban a los omegas como trofeos, sin embargo sabía que con él no era ni jamás sería así.

Jungkook tomó aire para responder, aunque su voz nunca salió, en cambio una sombra se posó frente a los tres omegas y ese jodido aroma de mierda hizo a Taehyung apretar los dientes.

—Jungkook, amor. —una voz agravada los hizo levantar la mirada para ver de quién se trataba, aunque no hacía falta: era Namjoon—. ¿Qué haces con estos omegas raros?

Si, Namjoon tenía una fuerte repulsión por Taehyung y Jimin desde el momento en que tuvo en conocimiento los rumores que de falsos no tenían nada, lo que cambiaba la situación ahora es que el castaño estaba atacándolos de forma directa.

—Joonie, no hay necesidad de ser grosero. —Jungkook trató de calmarlo poniéndose de pie casi al instante—. Estábamos hablando solamente.

—Si, eso piensas tu y cuando te descuides van a querer manosearte y hacerte cosas asquerosas. —con todo el veneno que llevaba en su interior escupió aquello.

Jimin jadeó indignado y Taehyung tan solo se quedó quieto, mirándolo directo a los ojos sin expresión alguna.

Namjoon rió con sarcasmo. —¿En serio crees que no noto la mirada que tienes cuando ves a mi omega, Kim? Eres un maldito loco, jamás podrías hacerle sentir ni la mitad de lo que yo a Jungkook.

—¡Namjoon! basta.. —como un reclamo Jungkook exclamó aquello.

Taehyung se puso de pie con tranquilidad, soltó un suspiro pesado y negó con su cabeza teniendo una mueca molesta en el rostro. Jimin se levantó, su mirada llena de preocupación.

—¿Sabes qué es lo que más odio en la vida? —preguntó el rubio de forma abierta, sus feromonas empezando a hacerse picantes—. Lo que más odio es tener que lidiar con alfas tan cabeza huecas como tu.

—Es bueno ver que tenemos algo en común, porque a los omegas como tu los aborrezco con todo mi ser.

Una risa nasal del omega dominante hizo tensar al alfa, el durazno estaba ácido y empezaba a picarle en la garganta. Los omegas también se veían afectados, a Jungkook más que a Jimin al no estar acostumbrado a feromonas dominantes tan espesas.

—No vale la pena discutir con alguien como tu, ¿acaso me tienes envidia por haber estado con más omegas de los que tu conocerás en la vida? —rodando los ojos le dio la espalda y simplemente se dirigió de nuevo a los otros dos que estaban más retirados—. Eres un alfa patético, de verdad.

Ya basta, omega imbécil. la voz de mando resonó e hizo vibrar el pecho del más alto.

Omega pelirosa y pelinegro chillaron en consecuencia de aquello, por reflejo se acercaron más entre si al sentirse en peligro, sus cuerpos temblaron. Contrario a esto Taehyung volteó ahora sí fuera de sus casillas, sus mejillas sonrojadas y sus ojos de un iris naranja brillante y amenazante. Sus feromonas se hicieron tan fuertes que el castaño grosero sintió sus pulmones picar, el aire parecía más denso y no quería entrar con regularidad a sus pulmones.

Un gruñido casi animal brotó de su pecho y como respuesta el mayor le devolvió uno un poco ahogado.

No eres el único con voz de mando, así que no quieras intentar hacerte el listo conmigo. —con desdén le volvió a gruñir y ahora si en un aprieto el otro solo se limitó a mirarlo mal tratando de respirar—. Debiste hacer caso a los rumores y mantener la boca cerrada, a partir de ahora no me hago responsable de mis actos, Kim.

Como golpe final el pelirubio lo tomó de los hombros con fuerza e impulsando su cuerpo lo acercó rápidamente para dar una patada certera en su entrepierna y así dejarlo en el suelo.

Jimin y Jungkook lo miraron con algo de temor, usualmente ningún omega era tan agresivo, sin embargo ambos sabían que Namjoon se lo había buscado y que sin importar que, Taehyung los salvó de entrar en una crisis de ansiedad.

—Puedes ofenderme todo lo que quieras, no me importa, pero te digo una cosa y tómalo como una advertencia. —poniendose de cuclillas el omega dominante habló en susurros tensos—. Vuelve a meterte con un omega más y verás que tendrás a todos en esta maldita universidad tirándote mierda y haciéndote la vida imposible.

Nuevamente se puso de pie y dio una última mirada antes de tomar su mochila y la de Jimin. Tomó de las manos a los omegas que estaban con el y sin más terminaron por ir a la enfermería, mientras tanto trato de calmar los contrarios con suaves notas de durazno de su aroma, las clases podían esperar.

Por su parte los pensamientos de Jimin iban solo en una dirección; ayudar a Taehyung a seducir a Jungkook y que terminara con ese maldito alfa loco.

[...]

Era viernes por la tarde y Taehyung no podía sentirse más libre que en ese momento, el año por fin había terminado y justo hasta hace unos minutos había retirado todas las notas finales de aquellas materias por las que tanto trabajó. Era gratificante ver solo "10" por doquier, no había sido fácil pero había valido la pena.

Por ahora estaba en el estacionamiento, esperaba la salida de Jimin ya que tal parecía estar en una pequeña despedida de sus clases de ballet.

Mientras fumaba un cigarro con filtro de cereza, reflexionó sobre lo que había sido toda su semana de clases. Desde lo que pasó con Namjoon había pasado una semana entera y la verdad es que empezaba a desesperarle no haber visto a Jungkook por todo ese tiempo, sin embargo, Jimin le había asegurado que estaba bien y que había asistido con normalidad a las clases de baile urbano y contemporáneo, así que con eso se sentía mucho más tranquilo.

Tomó una larga calada de humo en sus pulmones mientras cerraba sus ojos buscando algo de paz en su ajetreada cabeza. Otra cosa que su amigo de cabellos rosado le había dicho es que haría una pijamada esa misma noche, por obviedad el estaba invitado e iría, pero nunca espero lo que le siguió a eso.

"Invité a Jungkook y confirmó su presencia, toma esto como una oportunidad que te doy. Te gusta y sabes que Namjoon lo engaña con Jin, es tu hora de demostrarle quien eres".

Literalmente quedó hecho piedra en el pasillo mientras Jimin corría a su última clase del año.

Poco a poco dejó ir todo el humo, sintiendo la suave picazón recorrerle la garganta de manera adictiva.

—No creo que eso sea bueno para tu salud, hyung. —habló una suave voz a su lado.

Al abrir los ojos y conseguirse de frente con Jungkook el poco humo que faltaba por salir de su organismo se devolvió de golpe y le causó al rubio un severo ataque de tos.

Jimin detrás de Jungkook reía hasta casi llorar mientras el pelinegro trataba de ayudar a su mayor totalmente ahogado en tos.

Una vez más calmado el omega menor reverenció a modo de disculpa y no tardó en señalar al pelirosa. —Fue idea de Jimin-hyung.

Taehyung hizo una fina línea con sus labios mientras observaba atentamente a Jimin, este dejó de reír abruptamente y con nervios se rascó la nuca.

—¿Ups..?

—Te doy cinco segundos para correr, si te atrapo vas a ver qué no es gracioso hacer bromas así. —explicó brevemente mientras estiraba su espalda—. Anda, corre.

Y sin más empezó a correr.

—¿Qué vas a hacerle? —preguntó Jungkook con curiosidad.

—Nada, así llegaremos más rápido a su casa. —rió con diversión—. ¿Eres bueno corriendo? —el menor asintió—. Bueno, entonces vámonos.

Por la tarde solo eran tres universitarios corriendo por la calle, aunque por la noche todo sería un poco diferente.

[...]

08:00 p.m.

Hora de ir a la casa de Jimin.

Taehyung tragó saliva por décima vez mientras se miraba al espejo y retocaba su cabello y se colocaba otro poco de brillo labial neutro. Tenía apenas una pijama ligera de seda negra que constaba de una camiseta semi ajustada al cuerpo, unos shorts y una bata que llegaba hasta la mitad de sus muslos traseros.

También tenía unas calcetas blancas con estampado de moños negros en los costados de la liga superior y unas pantuflas del mismo color de su pijama.

No era problema ir en su sexi ropa de dormir, literalmente la casa de Jimin estaba junto a la suya.

No lo juzguen por querer ser provocativo, esa era la parte divertida de una pijamada.

Luego de salir de su casa con su colcha suave y su almohada fijó sus pasos hasta la puerta consiguiente y antes de que tuviera que tocar el timbre, un bello omega de cabellos blancos le abrió. Una sonrisa coqueta se le dibujó al verlo y con la misma intensidad Taehyung la devolvió.

—Sunoo, es un placer verte aquí, lindura. —dijo para luego guiñarle el ojo y dejar un suave beso en la mejilla ajena.

—Hyung no debería hacer eso si quiere conquistar a su amor, ¿mh? —su tono de voz fue juguetón.

Taehyung se descalzó las pantuflas y entró a la casa sin más, observando como el menor cerraba la puerta.

—¿Jimin les dijo? —cuestionó el mayor relamiéndose los labios con ansiedad.

El otro omega se encogió de hombros. —Solo del plan de esta noche, todos sabíamos ya hace tiempo que te gusta Jungkookie-hyung.

El pelirubio se quedó un minuto pensando en eso, pero luego le restó importancia porque sabía que era muy obvio en muchas ocasiones.

Ambos omegas entraron y fueron hasta la sala de estar, todos estaban en círculo en el suelo, siendo Jungkook el único sentado en el sofá.

Además de Sunoo, Jimin y Jungkook también estaban allí Taehyun y Beomgyu, mismos que reverenciaron para saludar.

Le pareció curioso ver que el único espacio vacío lo tenía junto al omega pelinegro que lo tenía mal últimamente, aunque fue más inusual notar que el menor parecía ni haberse dado cuenta de aquello.

Al sentarse el aroma a cerezas llenó su nariz haciéndolo suspirar muy profundamente. Todos voltearon a verlo con curiosidad y como gesto amable Jimin le extendió una rebanada de pizza que no se negó a recibir.

La armonía en esa habitación se hizo relajante, cada uno hablaba, se contaban anécdotas, uno que otro chisme y pasaban el rato entre risas, comida y golosinas.

Ver qué Jungkook se divertía también le llenaba mucho el corazón, pues le gustaba pensar que podía incluirlo poco a poco en su vida y su círculo social luego de tanto.

El tiempo pasó tan rápido que pronto se hicieron las 11:00 p.m. Jimin subió a terminar de preparar las habitaciones con Sunoo, sin embargo no bajaron nuevamente y minutos después Beomgyu y Taehyun que habían estado teniendo un ligero coqueteo desde temprano también subieron sin retorno por lo visto.

Jungkook de quedó jugando con la tela de su pijama, Taehyung pudo notar que era similar a la suya, solo que los bordes de la seda violeta de la pijama del menor tenían aplicaciones de encaje negro en los bordes. Otra diferencia es que la camiseta del otro era de tiras sin mangas.

Tuvo que voltear su atención a otro lugar para calmar los pensamientos de su inquieto y caliente omega interior, no obstante sus feromonas empezaron a ir en aumento sin querer.

—Ese pijama se te ve muy bien, Jungkookie. —ahora sonrojado no había vuelta atrás, debía ser coqueto con el menor.

El susodicho se sonrojó a la par del mayor. Coqueto por naturaleza elevó un hombro y desvió la mirada, por defecto la cinta del pijama cayó a un lado, mostrando por completo la curvatura limpia de su cuello y su clavícula.

No había mordida, era un hecho que el podía dejarle una.

Oh, Zeus.

—Hyung, sé que te gusto. —tras haber dicho eso el contacto visual fue inmediato. Jungkook sonrió ladino—. Tu también me gustas, hyung, me pareces de lo más interesante.

La boca del rubio se secó, estaba casi en shock y no sabía que hacer, pero decidió actuar confiado y tan solo relamió sus labios.

—Entonces... —mordiendo su labio inferior pensó qué más decir—. ¿Podría besarte? Aquí, ahora.

El pelinegro copió la acción ajena y negó con su cabeza.

—No puedo... —susurró el menor bajando su mirada.

Taehyung se acercó aún más, tomó el mentón del menor y levantó su rostro poco a poco, cuando volvieron a hacer contacto visual las feromonas dulces del mayor explotaron sin aviso y como respuesta las del menor trataron de predominar, pero lejos de eso terminaron por combinarse.

Jungkook jadeó un poco mareado.

—Anda, lindura, puedo hacerte sentir muy bien sobre este cómodo sofá. —susurró bajito, gateando hacia el.

—Hyung, tengo novio y lo sabes. —respondió retrocediendo lentamente.

—También sé cosas que tú no, créeme que con mi boca ya no lo querrás a él como tú chico. —dictaminó ahora muy cerca de el, cara a cara y con sus respiraciones chocando.

El menor suspiró tembloroso, el durazno maduro estaba tan dulce como las cerezas propias, aquello lo tenía un poco inquieto y con el cuerpo acalorado.

Antes de que cualquiera pudiera pensarlo, el mayor posó su diestra en la mejilla izquierda del menor. Acarició delicadamente, tal como si fuera una pequeña pieza de porcelana y sin tantos rodeos después besó esos rosados labios que tanto anheló en silencio.

Contrario a lo que Taehyung pensó, sintió las manos de Jungkook jalarlo con cierta fuerza hacia su cuerpo y no tiene palabras para describir lo increíble que fue ser rodeado y apretado entre las piernas ajenas.

Sus lenguas y salivas pronto se fusionaron entre sus besos, sus cuerpos reaccionaron ante el estímulo y pronto las caderas del pelinegro empezaron a menearse para provocar al mayor.

En un jadeo terminaron por separarse y el mayor respiró su aroma bajando hasta su cuello para empezar con los besos allí también.

—Quiero que aceptes, quiero que me digas que lo quieres. —murmuró esta vez lamiendo con satisfacción la piel—. Porque si empezamos, créeme que no voy a detenerme.

—N-no te detengas... —gimoteó removiendose al sentirse mojado tan pronto—. Quiero que lo hagas, Taehyungie~

—Entonces así va a ser, dulzura.

En su voz casi se pudo sentir la sonrisa que tenía. Ahora sin nada que lo reprimiera, Taehyung empezó a repartir besos y lamidas por su cuello, algunos chupetones también fueron esparcidos, un suave tono rosado en cada uno de ellos.

La manos más grandes estaban en su cintura, apretando delicadamente y masajeando la zona. Con algo de molestia se sacó la bata y la camiseta también.

Jungkook se mordió el labio inferior y sin poder evitarlo paseó sus manos por el abdomen ajeno, subiendo poco a poco hasta tomar un pezón acaramelado.

—Mgh.. Jungkookie..

—¿Hyung es sensible aquí? —preguntó a la vez en que acariciaba y masajeaban delicadamente el botón.

Entre otro jadeo apenas asintió con su cabeza, sus manos apretaron otro poco la cintura de Jungkook y por inercia ante el ligero placer dio una embestida falsa sobre la ropa.

—Dejame hacerte sentir bien. —repitió metiendo esta vez las manos bajo la ropa y atrapando a su vez ambos pezones ajenos.

—¡Mgh, ah! —gimió con fuerza, las puntas de sus pezones siendo apretadas y masajeados por los dedos del mayor.

Taehyung se sorprendió al sentir un material un poco más duro, por ello levantó la tela y descubrió algo que lo dejó más caliente que antes.

—Tienes perforaciones en los pezones. —bajó otro poco la mirada—. También en el ombligo.

Jungkook se sonrojó, un poco cohibido por aquello.

—Bueno... Si, yo.. ¡Uh, ah! —no terminó de hablar, solo se pudo arquear cuando la boca del mayor tomó su pezón derecho.

Lo que más le gustó es que lejos de ser brusco o desesperarse, se tomaba su tiempo y lo hacía sentir no solo excitado, sino también querido.

Las succiones hacían sonidos que eran música para el menor, mismo que se arqueaba y apretaba los cojines por el placer en una de sus zonas más sensibles.

El otro no se quedaba sin atención, pues su mano lo acariciaba con ternura. La mano derecha bajó por el abdomen plano y suave, entró en el short también en la ropa interior y tocó suavemente la punta que ya estaba mojada.

El suave brinco que dio el pelinegro hizo reír bajito al rubio, soltó el pezón y dejó un beso en el. —Tan lindo y sensible, que dulzura.

Cumplidos, como le gustaban.

—Hyungie, estoy muy mojado, por favor..~ —suplicó bajito.

—Tranquilo, cariño. —tras eso dejó un beso en sus labios y le sonrió—. Te gustará lo que haré.

Los ojitos grandes de Jungkook le parecían lo más tierno del mundo, su trasero por otra parte era algo que lo excitaba increíblemente.

En un santiamén le sacó la ropa y se la terminó de sacar el también. Una vez que lo tuvo desnudo lo apreció con atención y acarició su piel haciéndolo estremecer.

Los besos volvieron pero descendieron rápidamente por su abdomen hasta llegar a su vientre. Con la punta de la nariz dejó suaves caricias allí, observando como la zona daba suaves brinquitos.

Los jadeos se volvieron aún más fuertes cuando tomó su erección en la mano y empezó a bombear poco a poco. Podía sentir el aroma dulce de la lubricación ajena, incluso la suya propia era notoria.

—¡T-tae! ¡Ugh! Mhgm.. —lloriqueó con fuerza.

El pene rosadito del menor desapareció por completo en la boca del mayor y dos dedos estuvieron jugueteando en su interior. El cuerpo del menor era sensible y la estimulación doble le estaba volando la cabeza.

Nunca había hecho algo así, incluso era rara la ocasión en que se venía gracias a su novio.

Sus gemidos eran suaves y sus jadeos sonaban agitados, podía sentir la punta de su miembro chocando con la garganta de del mayor, siendo chupado y succionado mientras sonidos obscenos elevaban la situación.

El chapoteo de los dedos ajenos en su entrada, sus jugos chorreando al sofá y el duro choque de las puntas de los dígitos en su próstata volviendolo loco.

Un dedo más se sumó y ahora suaves masajes eran dados en sus suaves testículos.

—Hyungie... ¡H-hyungie! —pataleó apretando los dedos de los pies, arqueandose y tomando los cabellos rubios en sus manos.

Cuando Jungkook bajó la mirada tuvo su primer orgasmo, los iris anaranjados brillando y mirándolo con hambre lo hicieron apretar las piernas alrededor de su cuello y lanzar la cabeza hacia atrás.

Con un gemido ahogado Taehyung tragó todo lo que estaba en su boca y respiró agitado una vez que tuvo la boca vacía.

—Tan sabroso y dulce. —un gimoteo se le escapó esta vez al mayor al tomar su erección y masajearla suavemente—. Quiero un poco más.

Aún masajeandose y gracias a su flexibilidad bajó y abrió otro poco las piernas ajenas, dejando besos húmedos en el interior de sus gorditos muslos. Sentía temblar su cuerpo, probablemente recuperándose del orgasmo que le dejó los ojos cristalizados.

Una vez que tuvo su atención y sus ojos encima dejó una suave mordida cerca de la entrada mojada, escuchando con gusto el chillido ajeno.

—¿Puedo... —preguntó educadamente, relamiendo sus labios y rozando sin querer el pequeño agujerito.

—¡Si, si! P-por favor..

Sin más que esperar esta vez Taehyung no buscó ser delicado, desde el primer momento literalmente empezó a devorar el culo de Jungkook con una sed y una gula impresionante.

Los gemidos ajenos se volvieron gritos  llenos de placer, sus ojos se pusieron en blanco y su vista se volvió negra. La lengua ajena los chupaba, entraba en su apretado culo y saboreaba el dulce de sus paredes sin darle tregua.

Las lágrimas empezaron a caer de sus ojos resbalando por sus mejillas calientes y sonrojadas. Su mirada se concentró en un punto fijo y la saliva resbaló por su comisura hasta el sofá.

—¡Mghn, nghm! ¡S-si, tan... Tan bueno! —balbuceó ido en el éxtasis, ya no tenía de donde sostenerse y su cuerpo se sentía en el paraíso. Pronto unas contracciones inesperadas llegaron y con ello el cuerpo de Jungkook se sacudió— ¡Tae! ¡O-omega! M-me v-vengo ¡Ahg!

No era mentira, Taehyung sacó la lengua al sentirlo apretarla. Metió dos de sus dedos y empezó a penetrarlo con ellos para hacerlo llegar.

Jimin tendría que perdonarlos, el trasero del bonito omega era como una fuente que chorreaba con fuerza mientras este chillaba y lloraba en un estado de trance por el placer.

—Sh, sh.. —Taehyung acarició los cabellos ajenos, trató de tranquilizar al menor.

Poco a poco se detuvo el orgasmo, su cuerpo con pequeños espasmos por aquello y su respiración agitada por la actividad.

—T-taehyungie...

—¿Si, Jungkookie?

—Tu aún no te vienes. —con carita de recién follado lo miró y bajó hasta ver su erección, enrojecida y dura—. Es grande... ¿Podrías meterlo?

En el pecho del rubio resonó un gruñido y asintió juntando ambas frentes juntas. —Si es lo que quieres es lo que haré.

—Lo quiero. —habló algo agudo—. Lo quiero todo para mí.

Nuevamente sus ojos estuvieron en contacto, los de Jungkook eran de un azul oscuro y brillante, dejando ver la parte más instintiva de su omega. Con la poca fuerza que le quedaba levantó su pierna izquierda para ponerla en el hombro de Taehyung, no dejando pasar cómo sus ojos cambian de color también.

Con algo de fuerza lo acercó aún más y sonrió ladino. —Metelo en tu omega, quiero hacerte sentir bien a ti.

No hubieron más palabras, se besaron con fiereza y con tanto calor que casi se sintieron arder.

El mayor se alineó con cuidado en el menor y de una estocada se hundió en él. Ambos gimieron en la boca del otro, a Jungkook en lo personal encantandole escuchar los pequeños gemiditos que soltaba Taehyung.

Jadeó sobre su boca. —Te aferras a mi con fuerza, pero se siente tan bien..~

—Tu también te sientes muy bien, hyungie. —confesó en su cuello, está vez era el quién miraba al rubio. Cuando las embestidas iniciaron el menor estiró su brazo y tanteó entre las nalgas ajenas, de inmediato Taehyung le miró—. ¿Puedo..?

El rubio bajó la mirada y lloriqueó asintiendo con su cabeza mientras su caderas empezaba a dar un ritmo más, más y más rápido.

Los dedos de Jungkook se senterrarin en la humedad y el calor del mayor, gimió por todo, por las embestidas, por el roce de los dientes ajenos en sus clavículas y por la sensación de estar dentro del agujero de alguien más, complaciendo a alguien más.

—Omeguita, estás tan caliente.. —dijo como pudo el menor, sus dedos empezaron a moverse al ritmo de las caderas del mayor—. Me gusta mucho, t-tan mojado~

—Tu también... Estás tan mojado, omega. —el dominante gruñó tratando de ir cada vez más profundo—. M-mete uno más, por favor~

Jungkook apenas asintió y tuvo tres de sus dedos penetrando al mayor mientras este chillaba y a su vez lo hacía lloriquear al golpear una y otra y otra vez su punto dulce.

En alguno de los empujes ambos presionaron con fuerza la próstata del otro y terminaron por llevarse al límite.

—¡Taehyungie!

—¡Jungkookie!

Taehyung se corrió llenando el interior de Jungkook y este otro dejando tiras tibias en su abdomen y pecho y parte del abdomen del mayor.

Con mucho cuidado el pelinegro sacó sus dedos del rubio y este en cambio salió poco a poco de el.

Jungkook miró sus dedos llenos de los fluidos del mayor quien lo miró con duda y luego con el rostro hecho un tomate. El menor lamió sus dedos y luego chupó con hambre el dulce en ellos.

—Sabe muy rico.. —murmuró relamiéndose los labios.

—Todo tuyo cuando quieras. —prometió recostandose junto al omega menor.

El pelinegro se dio la vuelta y tomó el rostro del rubio, se sonrieron y luego se besaron.

Un rato después se miraron como unos tontos y Jungkook finalmente tomó una decisión.

—Terminaré con Namjoon, esta mañana lo ví besándose tras las gradas con Jin-hyung. —suspiró algo decepcionado—. En cambio, estoy interesado en cierto hyung que es un omega dominante y que me atrae hace un tiempo.

—¿Qué? —si, Taehyung quedó boquiabierto.

—Quiero que nos conozcamos más, quiero ser más que un omega más. —Jungkook se  mordisqueó el labio inferior con algo de nervios—. Quiero ser más que tú amigo.

El mayor se quedó quieto, mirando un punto muerto en la cara del menor y luego solo reaccionó para besar su rostro por doquier.

—Voy a morder tu cuello y pobre del que quiera hacerte daño, voy a matarlo.

—¿Eso es un sí?

—Un sí, rotundo. —afirmó acercándose para volver a besarlo, esta vez de forma perezosa y profunda.

Terminaron satisfechos y sudados, pero sobre todo felices.

Después de todo Jungkook era el tipo de los que rompía...

Pero para Taehyung sería de ahora en adelante su omega.

Y si, así fue como dos omegas terminaron juntos y unidos por la Diosa Luna; aquella que unía destinos sin dar explicaciones.

Pero nunca se equivoca, solo hay que tener paciencia.

[...]

—¿Crees qué Taehyung lo haya logrado? —preguntó el omega peliblanco dándose aire con un abanico de forma brusca.

A su lado Jimin estaba en la misma situación, sonrojado sudado y tratando de no entrar en celo.

—Las feromonas tienen tu cerebro perdido. —se quejó—. ¿No escuchas los gritos de Jungkook?

—Solo puedo escuchar a Taehyun y Beomgyu gimiendo en la habitación de al lado.

—Joder, ellos también. —jadeó—. Hay muchas feromonas, vamos al baño.

—Si, yo tampoco puedo respirar.

Pobres omegas, sus alfas no vendrían a salvarles el pellejo esa noche.

[...]

¡Hola, hola! Aquí Moon con un regalo de año nuevo.

¿Cómo han estado, cómo han ido para ustedes los primeros días del año?

Para mí ha ido bien aunque he estado muy decaída de energía, así que espero recomponerse pronto ya que empiezo está semana mis clases de universidad. (Oh, no)

Aquí les traigo un OS que está inspirado en la canción de Ashnikko "Slumber Party". Si bien no está al pie de la letra como en la canción, pues ya saben cada quien tiene su proceso, jiji.

Espero que les guste, si es así recuerden votar y comentar.

Y bueno, sin más que decir, se despide...

-Moon.


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