Ya saben que se viene, así que lean bajo su responsabilidad. Thanks, I love u.

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(Ooh, ooh, ooh) slumber party

ANTES DE QUE AMBAS CAYERAN de espaldas sobre aquellas sábanas rojas, había sido el turno de Mal para martirizar a aquella princesita de cabellos azules. La cual, ahora estaba bajo suyo, recibiendo besos húmedos por parte de la pelimorada.

Aquel dragón había sido atrevido, pues le había dejado unos cuantos chupones desde el delicado cuello de Evie, hasta el inicio de sus pechos. Al llegar allí, comenzó a bajar con cuidado la cremallera de la blusa que la chica de orbes verdes llevaba.

¡Oh sorpresa!, aquella princesita era una completa descarada, porque no llevaba nada de ropa intima debajo.

(Ooh, ooh, ooh) slumber party

El dragón atrevido, y con hambre de aquella tez blanca y ese cuerpo glorioso; posó sus labios sobre los pechos de la princesita.

—Oh, M...— habría murmurado Evie entre húmedos gemidos.

Música para los oídos de Mal.

La chica que estaba bajo su dominio, arqueó la espalda en cuanto sintió que la pelimorada mordió uno de sus pezones. Y mientras el bello dragón seguía con esa tortura, Evie seguía emitiendo jadeos y gemidos de placer. 

La chica de orbes verdes hizo que su chica enrollara sus piernas alrededor de la cintura de la contraria. Nuevamente unieron sus labios en un beso lleno de lascivia, y pecados placenteros. En un dos por tres, Mal habría llevado a Evie hacia la cama.

El dragón no podría seguir esperando. Debía calmar las ganas de follar a su princesa, debí complacer el deseo que tenía desde hace años.

Entre besos, mordidas y jadeos, Mal llevó su mano justo a la entre pierna de Evie. Comenzó a darle unas cuantas caricias suaves, quería torturarla primero. Cuando empezó a tocar aquella parte íntima femenina sensible y adicta al placer, la peliazul arañó su espalda. Mal gruñó de dolor por un momento, las uñas de Evie lograron que la espalda pálida del dragón tuviera unos cuantos hilos de sangre.

Con solo dos delicados y largos dedos, logró que la princesita estuviera bastante vulnerable. 

La pelimorada hacía movimiento ágiles con sus dedos, movimientos que provocaban que Evie se mojara aún más y que gimiera su nombre incontables veces, además de que clavara una vez más sus largas uñas sobre la espalda de quien en ese momento las estaba llevando al borde del colapso.

My girl look like Wednesday Addams
Eyes go black when she orgasms

Las caderas de la dulce chica que estaba siendo dominada por un dragón, se agitaban encima de los dedos del dragón con mayor rapidez.

—¿Te gusta cómo te torturo?— le susurró al oído, Evie gimió—, ¿Acaso esta princesa quiere más?

—S-sí.. ¡Oh, Mal!— la chica emitió un jadeo, las gotas de sudor comenzaron a hacer presencia en ambas—, ¡Huh!

Unos segundos más tarde, Mal decidió dejar de penetrarla con sus dedos. Quería hacer algo que le diera más placer a la princesita: un oral no era la respuesta correcta. Así que, sin vergüenza, ambas entrelazaron sus piernas y comenzaron a frotarse su intimidad con la de la otra.

Evie logró clavar nuevamente sus uñas en Mal, pero esta vez en sus glúteos, posteriormente en sus caderas. 

Hide your back, she likes to stab them
My butt cheeks, she likes to grab

Ambas gemían y jadeaban mientras ejecutaban movimientos que les daba gran placer. Mal unió nuevamente sus labios con los de la peliazul, aunque estos eran en vano, puesto que algunos gemidos interrumpían los besos húmedos y lujuriosos que ambas se estaban dando.

—Oh, por... ¡Uh!— gimió Mal en voz alta.

En ese instante, aunque estuvieran teniendo solo una escena sexual. Las dos en el fondo de su corazón sentían que eso era algo más, además, que sentían que se complementaban con el ying y el yang.

Una de ellas era lo oscuro, la otra la luz.

El ritmo de las dos chicas comenzaron a bajar, pues ya estaban llegando finalmente a su orgasmo. Nuevamente unieron sus labios. Sus pechos subían y bajaban, sus latidos estaban al borde del colapso, y ni hablar del del sudor que caía por sus cuerpos.

Matching pajama birthday suits
Her spit taste just like juicy fruit

Los labios carmesí de la peliazul, bajaron hacia el cuello de la chica de orbes verdes: repartiendo cortos y suaves besos. La contraria disfrutaba de dicha complacencia, eso hacía que se "derritiera" ante los encantos de la princesita. 

Sabía que aquello que estaba ocurriendo, solo ocurriría esa noche. Quizá ninguna volvería a verse a la cara al día siguiente. 

O quizá el destino tendría otra cosa preparada para ellas.

Y finalmente, no quedaban fuerzas para seguir complaciéndose.

Mal cayó sobre el pecho de la peliazul, estaba totalmente agitaba. 

Evie cayó sobre las almohadas que habían en la cama, esta trataba de controlar su respiración. 

She do that thing she usually do
Spell my name with her tongue, like (uh)

—Mal... Eso fue tan...— jadeó la peliazul.

La susodicha levantó la mirada, sonrió y llevó su dedo índice hasta los labios de Evie.

—Shh, no digas nada, solo... solo disfruta.— dicho esto, volvió a besarla. Esta vez fue un beso lento, un beso dulce—, Quién diría que esta princesa que se ve inocente es una fiera en la cama.

La peliazul dejó escapar una carcajada al escuchar eso, con su mano libre acarició la mejilla rosada de Mal.

—Nunca imaginé que lográramos hacer esto.— susurró, Mal se recostó a su lado, mirándola—, En serio.

—Lo sé.—dijo—, Pero yo sí.

—Eres un dragón atrevido y sin vergüenza.— exclama Evie mientras ríe.

—Pero así me tienes ganas.— contraatacó—, Y eso no me lo puedes negar, porque fuiste la única afortunada de pasar su lengua sobre mí.

Evie rodó los ojos, luego sus labios. Sin pedir permiso alguno, volvió a besarla.

—Podría seguirte besando toda la noche, me fascina hacerlo.— masculló la pelimorada.

—Lo sé pero estoy muriéndome del cansancio.

I'm shy

Mal tomó las sábanas rojas para poder cubrir a Evie y cubrirse de paso. La chica de ojos miel, posó su cabeza sobre su pecho. La pelimorada comenzó a darle caricias a sus tan azules cabellos; poco tiempo después, comenzó a oír unos suaves ronquidos provenientes de la chica que estaba recostada sobre ella. 

Esto hizo que se riera bajito.

Le dio una mirada rápida al cuarto. 

El cubrecama estaba en el suelo, al igual que las ropas de ambas. En conclusión, aquella habitación si la veía Audrey al día siguiente, provocaría una gran guerra mundial. 

Aunque eso no le importara a Mal en lo absoluto. Lo único que le importaba era que por fin había probado la manzana de la cual había sido privada por un largo, largo tiempo.

I'm so shy, ha, ha, ha, ha

Y todo había ocurrido gracias a una pijamada.

FIN.

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Dedicado a todos ustedes, bolitas pervertidas.

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Después de tanta espera, aquí tienen su capítulo. Les agradezco por tenerme tanta paciencia y por darle tanto amor a este libro; es mi primera vez escribiendo Mevie así que espero que les haya gustado mucho.

I have no words, como dijo mi escritora favorita.

El caso, mil gracias por leerme.

No vemos pronto en una próxima historia.