PIJAMADAS.
Estoy sentada, quieta, mirando escrutadora cada nota musical frente a mí. Amo a Chopin, pero Nocturne Op.9 No.2 me está resultando tan difícil que aporreo las teclas del piano con frustración.
Las ventanas del salón están abiertas, con las cortinas serpenteando una suave brisa que me acaricia la nuca y ondea mi corto y lacio cabello negro.
Aunque todo está en silencio, mi cabeza es un revoltijo de pensamientos pesimistas. Todo es ruido dentro de mí, lo que es casi irónico cuando Jiumin se queja de lo callada que soy. Yo diría, más bien, reservada.
Siempre que pienso en mi mejor amiga, ella aparece como una zarigüeya frente a mí. Como si la hubiera llamado. Siempre sucede, pero sé que no pasara porque ella tiene taller de atletismo a la vez que yo tengo taller de música.
Pero ella siempre termina sorprendiéndome, cuando escuchó una aguda y suave voz a mis espaldas.
- Yoonji, ¿Sabes que se te trasluce el corpiño negro por la camisa? -me dice, con total inocencia.
Me sorprendo, pero soy tan poco expresiva que sólo me doy la vuelta, o tal vez ya me veía venir su aparición, con ese cabello rosado exótico. Cuando nos hicimos amigas -o más bien cuando ella me eligió-, ella se sentó a mi lado el primer día de clases, porque era nueva y al parecer, yo tenía cara de ser una chica amigable. Nunca fui una chica simpática, era apodada la reina del sarcasmo, o la chica de la lengua filosa, pero ella no lo sabía. Aunque de todas formas, nadie sabía que me hacia ilusión tener una amiga que no se escabullera horrorizada cuando supiera mis gustos gore o mi apática forma de ser. Ella no lo hizo. No huyo.
Han pasado dos años desde que la conozco. Dos años de sentarnos juntas, estudiar juntas, hacer pijamadas y salidas al cine.
Pero este año es diferente.
- ¿No deberías estar en tus clases de atletismo, chica astuta?
- Tú lo has dicho, debería. -me corrige, apoyándose en el umbral de la ventana. Es el primer piso, por lo cual no me sorprende tenerla allí vagando por el patio -el salón de piano da justo al lado de la cancha de fútbol-. La veo con el buzo del equipo de atletismo; demasiado ajustado.
- ¿Y qué haces aquí?
- Escabullirme.
- ¿Para qué? -pregunto curiosa, viendo como ella audazmente salta apoyándose en la ventana y entrando al salón, manchando el piso encerado con el lodo de sus zapatillas.
- Por ti. -responde, y recién me doy cuenta de la bolsa que lleva colgada en el ante brazo-. ¿Crees que lo he olvidado, cabeza de hongo?
- ¿Qué cosa? -vuelvo a preguntar, aunque sospecho lo que va a decirme, no quiero ilusionarme. Siempre lo hace todos los años, igual que yo, pero siempre me pongo nerviosa.
Ella sonríe, y se abalanza sobre mí, abrazándome tan fuerte que su olor a canela me asfixia dejándome embobada.
- ¡Feliz cumpleaños, dulce Yoonji!
- Yah, aprietas... -balbuceo contra su pecho, sonrojándome hasta el cuello.
- ¡Cumples 17 años, estás tan grande! -chilla, y luego se aleja de mí un paso, para sacar una bolsa negra con brillos dorados de su bolso de Twilight (la de My Little Pony)-. Toma, este es mi regalo para ti.
- ¿Q-qué es? -Jiumin me mira divertida cada vez que me pongo nerviosa. Siempre me pongo así cuando recibo un regalo, y a ella le encanta regalarme cosas.
- Ábrelo, boba, no voy a decirte.
- Está bien... -murmuro, cabizbaja. Luego la miro, y sonrío tímidamente-. Gracias Jiumin.
Ella se muerde el labio inferior, sonrojada y ansiosa. Se tapa el rostro con las manos a la vez que yo sonrío y me río feliz porque ahora es ella la que se pone nerviosa.
- ¡Yah, basta y ábrelo!
Le hago caso sin rechistar, y con cuidado de no rasgar la bolsa -lo que me toma más de lo necesario-, lo abro y saco su contenido.
Es un cuaderno de composición, con una cubierta de collage con todos mis artistas favoritos y fotos graciosas de Jiumin y yo.
La abro y en la esquina de la portada leo una letra cursiva y desordenada.
Feliz cumpleaños, Min dulce Yoonji.
¡Seamos amigas por mucho tiempo más!
Te quiero mucho.
Attent. Park cabeza de flor Jiumin.
- Lo hice yo. -le escucho alardear a mi lado. Vuelvo a mirar la cubierta y no puedo dejar de sonreír-. Está bonito, ¿Verdad? Quisiera uno igual, pero lo he hecho sólo para ti y para tus canciones.
- Está precioso, Jiumin. -vuelvo a susurrar, demasiado nerviosa para mirarle a los ojos. Siento sus brazos rodear mi cuello y su respiración en mi oreja. Su pecho está cálido contra mi espalda y yo inhalo su aroma a canela.
- Nos vemos en tu casa a las seis, ¿Ya? Tu cumpleaños merece una pijamada y una gran fiesta.
- No quiero una fiesta. -me quejó, apretando el cuaderno contra mi pecho.
- ¡No pedí tu opinión! -se burla ella, alejándose y caminando hacia la ventana. Ella no es la clase de chica que usa las puertas.
- ¡Jiumin! -grito, pero ella es más hábil y rápida y ya está fuera del salón, cruzando la cancha de fútbol.
- ¡Nos vemos a las seis!, ¡Suerte con tus clases!
Es lo último que alcanzo a escuchar, y su cabello lo último que alcanzo a ver.
Los otros chicos del taller de música aparecen por la puerta, y yo sólo los recibo con una inclinación de cabeza. Cuando la profesora llega yo aún sigo observando cada foto que usó Jiumin para el collage.
Estoy tan feliz que me siento volar encima de una nube grande y blandita.
Todo brilla y es hermoso.
Pero tan triste y decepcionante a la vez.
Abro la cubierta y en la primera hoja, donde está escrito << Cuaderno de composición de Min Yoonji >> con marcador rosado fosforescente en el centro, voy a la esquina de la hoja, y escribo.
Página 0.
Mi vida antes de Jiumin no la recuerdo.
Por eso escribiré aquí en estas páginas, en las esquinas, lo que siento por ella.
Lo que quiero decirle.
Lo que quiero hacerle.
Cada canción que le quiero dedicar.
Y lo que jamás tendré el valor para confesar.
Park Jiumin, estoy enamorada de ti.
Y esto es todo lo que me haces sentir.
Wey, pensé que había publicado esto, Y ES LA MALDITA INTRODUCCIÓN ASLKDJKALSJD y después me di cuenta que no lo publiqué :w PERO PENSÉ QUE SI... y alv. Esta era la introducción xD
<3 Gracias por leer <3
Las sarangheo <3
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