Página 18.
Dormiste tan apegada a mí que por un momento creí que no podría contenerme.
Si fuera un chico de verdad sería más difícil ocultarlo, ¿No?
Y sí, me refiero a las erecciones.
¿Por qué hueles tan bien?
¿Por qué tus manos son tan pequeñas y suaves?
¿Por qué tus labios son tan llamativos y tu nariz tan bonita?
¿Y tus ojos? Santa mierda.
¡TUS OJOS, DIOS!
Son los más preciosos ojos que he visto en mi vida.
Eres como una flor en medio de mi huracán, Jiumin.
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