— hyung, ¿te gusta alguien? —preguntó hyunjin de repente y minho, que estaba tomando su leche de banano, se atoró y empezó a toser como loco y ponerse rojo tratando de no escupir el líquido, alarmando a hyunjin, quien golpeaba con fuerza la espalda ajena.

todas las personas en el comedor los veían sin disimulo, y cómo no, si estaban armando toda una escena.

luego de un par de minutos minho comenzaba a recuperar el aire, así que, golpeándose apenas el pecho, habló:

— disculpa, ¿qué? —aún asombrado por la pregunta anterior.

— eso, si te gusta alguien. ¿por qué tanto escándalo? —repitió su pregunta con un pequeño puchero y el ceño fruncido. qué vergüenza.

— ¿para qué quieres saber eso? —respondió minho algo tosco, a la defensiva, volviendo a tomar de su leche de banano.

— curiosidad. —dijo simple el menor, con un gesto de desinterés, como quien no quiere la cosa.

— ya... —fue lo único que minho respondió justo cuando sonó la campana para reanudar las clases.

se levantó de la mesa con la intención de ir a su aula, pero la gran mano de hyunjin lo detuvo sosteniendo su muñeca, haciendo que minho regrese a verlo con una pequeña mueca. sus manos eran suaves, y eso le ponía nervioso.

— vamos, minho, dime. —suplicó hyunjin mirando a los ojos gatunos contrario.

minho cerró los ojos y frunció el ceño, suspiró fuerte. iba a ceder, realmente lo iba a hacer, pero era muy malo mintiendo y, si decía la verdad, pensar en las posibles consecuencias catastróficas le aterraron en demasía, así que negó.

— nadie, hyunjin, nadie. —fue lo último que dijo, soltandose del ahora débil agarre ajeno, para seguir a su clase, dejando a hyunjin con una sensación rara en su pecho, hasta que minutos después lo siguió a la clase.