Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo uno

CAPÍTULO UNO
NOCHE DE LA CENA DE COMPROMISO DE JIMIN.

Es muy graciosa la manera en la que Sasha, Taehyung y Blue me observan, porque sé que se están preguntando si me siento bien dado que ya llevo tres copas de vino en lo que va de la noche, y si estoy bien, Jimin está muy feliz porque Dami le ha dicho que si, cenamos en la mesa más alejada posible de Mindy y ahora estamos en el salón mientras ella está en la cocina.

La tengo ubicada porque ya me vio, obviamente, está buscándome y yo estoy escapando dado que me rehúso a escuchar lo que tenga que decirme.

—Que puta mierda.

Ellos se ríen y yo trato de contagiarme de su humor, no quiero seguir amargándome la noche, estoy feliz por mi amigo que está feliz, acabo de comer cosas deliciosas y Blue nos distrae con sus anécdotas trágicas o sus comentarios sobre cómo todo luce muy bonito.

Y por ahí veo a la lunática acercarse otra vez, me levanto.

—¿Te aburrí con mis historias?

—No, Blue, solo me dio hambre y robaré algo de la cocina. Prometo traerles aperitivos.

La verdad es que me voy al estacionamiento, me encerraré en mi auto unos pocos minutos para recuperar paciencia y compostura antes de regresar a la celebración, no quiero que Jimin piense que me he ido así sin más, se enojaría o en el peor de los casos, se sentiría triste. No es lo ideal, es su noche.

Nunca me visualicé en una situación parecida, escapando de la mujer que consideraba el amor de mi vida, jamás fue una actividad que ocupase lugar en mis pensamientos, ya no amo a Mindy, sentimentalmente la he superado pero aún así es inevitable que el enojo haga presencia cada vez que la mencionan o como ahora que está cerca, buscándome, seguramente para disculparse como lo ha hecho otros cientos de veces.

Pero no me importa, no puedo perdonarla.

Cuando estoy buscando mi auto, el olor a humo de cigarrillo golpea y se toma mis fosas nasales como si nada, conforme camino es más intenso y una vez junto a mi vehículo, dos espacios más al fondo, una mujer termina de calar su cigarro, lo suelta al suelo y lo pisa, recoge la colilla y la echa a una bolsa que lleva consigo. Guarda esa bolsa en el bolsillo interno de su abrigo.

Se da cuenta de mi presencia y mi mirada sobre ella, la preocupación por haber sido atrapada está implícita en su rostro mientras se acerca a trotecitos, mientras analizo su apariencia me cuestiono cómo es posible que un par de tenis se vean bien con pantalón y blusa elegantes.

Es bellísima, por cierto.

—Buenas noches— señala al lugar en el que estaba hace menos de un minuto y sonríe con nerviosismo— eso probablemente se ha visto muy mal y sé que está prohibido fumar aquí, pero, tengo mis razones, fue una emergencia.

—Buenas noches— saludo de vuelta— creo que no puede justificar eso de ninguna manera, pues si que puede terminar en emergencia si es una práctica recurrente el fumar en estacionamientos.

—Juro que es la primera vez— puedo deducir que es una mujer mayor, es muy obvio— no le cuentes a Jimin, al menos no esta noche o se molestará.

—Le guardaré el secreto si me dice su nombre.

Sonríe, extiende su mano y acepto apretarla.

—Kerstin. Kerstin Lee.

—Un nombre evidentemente extranjero.

—Soy coreana con un padre alemán, detalles pequeños.

—Entiendo. Jeon Jungkook.

—Un placer.

Observo por encima de mi hombro, he escuchado un taconeo y debo agacharme para no ser visto, abro la puerta del auto y señalo adentro.

—Esto puede sonar raro, pero su presencia está arruinando mi intento de esconderme de una persona, así que le pediré que suba y cuando no haya peligro alguno, podrá irse a disfrutar de la fiesta nuevamente.

Confundida y según noto, también asustada, sube y luego yo, coloco el seguro a las puertas de mi auto, luz apagada y ojos cerrados. No estoy siendo muy maduro con esta situación, pero no me importa demasiado teniendo en cuenta que la madurez me la paso por el culo.

Abro un ojo para darme cuenta de que Kerstin está cerrando los suyos al igual que yo, me causa gracia, sin embargo no me atrevo a reírme hasta que veo y escucho a Mindy alejándose, enciendo la luz del auto y me disculpo por eso.

—Está bien, creo, tu me ocultas un secreto, yo no te juzgo por escapar de tu novia.

—Ex.

—Bueno, más entendible aún, Jeon Jungkook.

—Se agradece, Kerstin Lee.

Si, entre más la miro, más obvio es el hecho de que es alguien mayor, unos pocos años más que yo, pero mayor al fin y al cabo, está curioseando el auto.

—Es bonito, quiero decir— balancea la cabeza— no sé nada de autos, ni marcas, tampoco sé conducir, pero este es lindo.

—Gracias— acepto los cumplidos a mi muy amado vehículo, me acomodo en el para mirarla y prestarle la debida atención, es guapísima— entonces, padre alemán.

—Así es, nací aquí, viví en Alemania hasta los quince, me regresé a Corea por petición de mi madre que quería hacerme familiarizar con mis raíces asiáticas y cuando eso sucedió, me regresé.

—De un lado al otro.

—Tuve que volver a Corea hace un tiempo por asuntos familiares y quién sabe por cuánto será, probablemente de manera permanente.

—¿Y a qué te dedicas?

—Mm, bueno— se acomoda de igual manera— si vamos a dar información del otro con intención de conocernos, dime primero a qué te dedicas tú, todo.

Suena justo.

—Soy el baterista de una banda llamada Hotissue— empiezo por allí— también soy compositor, letrista y un montón de cosas más en dicha banda.

—¿Y les va bien?

—Bastante bien, tal vez deberías buscar sobre nosotros y enterarte por ti misma—estiro la mano hasta detrás de los asientos, sacando un par de baquetas, tengo de estás en todos los lugares posibles en caso de necesitar repuestos— no miento.

—Te creo, igual... tienes toda la imagen de rockstar y tus brazos se ven fuertes. Bien, ahora mi turno— toma aire— también soy artista pero quizás lo consideres más aburrido que tu trabajo, dirijo un museo aquí en Corea y por supuesto soy pintora, tengo algunas de mis obras expuestas en museos alemanes, aquí no, al menos no aún.

Afirmo con la cabeza, eso suena interesante.

—No es aburrido en absoluto, ahora tengo curiosidad por ver tus pinturas. Tal vez deberías llamarme cuando hagas alguna exposición propia aquí en Corea.

—¿Te gustará? Para eso necesitaré tener tu número.

—Y a mí no me molestará dártelo.

Creo que es obvio nuestro nada disimulado coqueteo aquí. Es hermosa, interesante y sabe platicar, su rostro enrojece un poco.

—Bueno, tampoco me molestaría asistir a algún concierto y así enterarme de qué tan bueno eres— sonrío— porque eres bueno, supongo.

—Me considero bastante impresionante.

—Ya...— busca en sus bolsillos, me entrega su teléfono— estaré encantada de contactarte para que veas mi arte.

Coloco mi número y me marco a mi mismo, de esa manera obtengo su contacto antes de regresarlo. Aprovecho para mirar mis mensajes y Jimin me pide que regrese de donde sea que esté pues Mindy se ha ido, casi quiero gritar aleluya.

—¿Quieres regresar a la fiesta o vas a continuar apaciguando tu estrés aquí?

—Creo que voy a detenerme e iré al jardín, allí está el banquete, de todas maneras— decide— puedes ir conmigo si deseas.

•••

—¿No es demasiada presión?

—Aprendes a manejarlo y trabajar con ella, estamos acostumbrados.

Cuando regresé, no encontré a Taehyung o a Blue por ningún lado y Sasha estaba hablando con algunas personas, así que preferí quedarme con Kerstin en lugar de buscarlos a ellos o a Jimin. El jardín también está bonito y hay bancas, dejé de beber hace rato porque tengo que conducir y lo que menos quiero son accidentes.

—Jimin y Dami se ven muy felices.

—Es lo ideal si van a casarse, espero que sea así durante mucho tiempo.

—¿Tú planeas seguir sus pasos? Ya sabes, cuando tu momento de sentar cabeza llegue.

—Quien sabe, la verdad no lo creo. Por el momento estoy algo resentido con el amor, así que dudo mucho que incluso viejo considere la idea del matrimonio.

Ríe.

—La soltería suena muy atractiva, eh.

—Definitivamente. Aunque no me molesta divertirme y pasar el rato hasta que de pura casualidad conozca a la indicada, esa que me hará cambiar de opinión y bla, bla.

—Solo de pura casualidad. Al menos estás abierto a la idea.

—Me tomó tiempo, pero si. Nunca digas nunca.

Tiempo y una Sasha golpeándome cada vez que intentaba rendirme o soltaba la palabra resignación porque ella está en contra de ser un perdedor y... bueno, está un poco demente.

—Creo que todos tenemos algunos problemas con el amor.

—Ahora estoy curioso por saber los tuyos. Cuenta.

—Es fácil resumirlo; me da miedo cuando todo se torna muy serio. Te voy a contar algo de lo que no estoy muy orgullosa y eso es que, hace un tiempo, tuve un novio, mucho tiempo juntos, estábamos bien de esa manera— ya no me mira a mi, mira al frente, coloca una de sus manos en su pecho— se supone que estoy en la edad perfecta para estar casada y con hijos en camino, pero no soy capaz, el punto es que yo no sabía que él iba a proponerme matrimonio delante de toda su familia y la mía, sus amigos, los hijos de sus amigos— amplía los ojos— muchas personas estaban allí cuando él se puso en una rodilla y... toqué fondo, yo no quería casarme.

—¿Lo rechazaste?

—No, o sea, si lo hice pero en el momento le dije que si porque no quería avergonzarlo frente a todos— cubre su rostro— luego, lo llevé hasta la parte trasera de la casa, allí no había nadie y le regresé la sortija, le dije que yo no tenía los mismos planes.

—Eso no es algo de lo que culparse, incluso fuiste considerada con él al no ridiculizarlo. Está bien.

—Supongo. La cosa es que ya ha sucedido dos veces, con mis relaciones más largas y yo me pregunto todos los días si acaso hay algo mal conmigo, porque estoy siendo cruel— encoge sus hombros, finalmente vuelve a mirarme— así que decidí no hacer a nadie perder el tiempo y hasta la fecha esa ha sido la mejor decisión que he tomado— suelta una risa— lo que es mucho decir ya que mis decisiones son bastante cuestionables, pero en fin, eso ha pasado.

—Okay, woah. Dos propuestas de matrimonio no concretadas, diablos, mujer, estás ardiendo, eh.— se suelta a reír—No me sorprende, eres genuinamente bella, divertida y amigable, es normal que tengas al género masculino haciendo fila para conseguir llegar a ti.

Y no sabe cómo manejar halagos, lo entiendo apenas veo su cara tornarse roja y sus manos inquietas porque no sabe dónde colocarlas.

—Gracias. Es raro que alguien notoriamente menor me diga esas cosas.

—¿Raro en qué sentido?

—En el sentido de que nunca me sucede.

—No debe ser demasiada la diferencia, yo tengo veinticuatro.

Parece que se ahoga con su propia saliva.

—Yo tengo treinta y tres.

—Haciendo cálculos... sigue sin ser malo. Ya te dije que me gusta divertirme, en resumen, no juzgo.


No se preocupen por protagonistas, enfoquense en el Rockstar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro