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🎭Capítulo 92 - Ausencia 🎭


Maratón 5/8


Lizzy White.

Me reusó a pensar en esto, no quiero hacerlo simple y llanamente porque creo que no lo vale, —y porque duele como la mierda a quien quiero engañar esto me está matando— pero joder es estúpido pensar esto después de todo lo que hemos vivido, no me cabe la menor duda que Kai me ama, pero todo esto me puede, son como demasiadas mierdas juntas y todas apuntan en una sola jodida dirección, desconfía, duda...

Joder ¿Por qué demonios todo tiene que complicarse tanto? Respiro profundo una vez más y termino de recoger mi cabello en una coleta alta. Fue una noche horrible, creí que lo había pasado mal con lo de Leyna y él bebe pero ahora le sumamos esto otro y es como la combinación perfecta para el desastre. Es como un complot de la vida para que termine.

Salgo de la que era mi habitación y camino hacia la cocina es muy temprano y Winter aún sigue dormida, me paseo por la sala para verla en el sofá y no puedo evitar sonreír y sentirme eternamente agradecida con la vida por tenerla como amiga, sin Winter hace mucho que me habría vuelto loca. Cubro un poco más su cuerpo con el cobertor y sonrió cuando se acurruca y murmura alguna cosa entre dormida.

Me dirijo hacia la cocina con el único fin de atiborrarme de chocolate, en cuanto pienso en eso se me contrae el corazón porque es imposible, jamás volveré a beber chocolate sin pensar en el magnate y en cuanto disfruta del el por la mañana. Suspiro controlando el nudo en mi garganta mientras lo preparo y solo puedo pensar en esa perfecta costumbre de Kai en la mañana, casi siempre que despierto él ya está despierto a mi lado mirándome dormir.

Suspiro sintiendo como el dolor se expande en mi pecho pero de alguna forma hoy estoy más tranquila que ayer, no se supongo que el estar en la cocina haciendo galletas y atiborrarme de ellas ayudo mucho. Y simplemente no quiero hundirme más, no quiero. Una vez listo el chocolate me dedico a darle pequeños sorbos y tristemente no tiene el mismo y delicioso sabor que siempre lo caracterizo, dejo la taza de lado sin poder seguir con esto y me encamino hacia a mi habitación. Donde me dejo caer una vez más en la cama.

Después de algunas horas mi mejor amiga entra en mi habitación y se acurruca en mi lado mirándome con una media sonrisa en los labios, suspira y aparta un mechón de cabello de mi rostro.

— ¿Cómo te sientes? — suspiro y me encojo de hombros.

— Ya no estoy cabreada... solo confundida y muy muy dolida...— murmuro cerrando los ojos — jamás creí que Kai fuera a comportarse de esta forma, ósea sé que es controlador y sabía que quizás fuera a desesperarse un poco pero mandar todo a la mierda ¿así? Tan pronto como si nada...— Winter suspira y asiente.

— Yo tampoco entiendo... pero venga si él ha decidido seguir adelante Elizabeth White no tiene por qué echarse a morir y quedarse en esta cama y en estas cuatro paredes, por muy bello, dios y sexy que sea el magnate...— hace una pausa y suspira — y por mucho que lo ames...— suspiro y asiento — si estamos de acuerdo en esto pues entonces preparemos algo de comer muero de hambre — ella se pone en pie y sin decir nada más sale de la habitación dejándome sola.

Una vez más dispuesta a tomar el consejo de mi mejor amiga salgo de la cama y la sigo, conversamos sobre su trabajo, los contratos tan interesantes que están surgiendo y terminamos hablando de Ajax, jamás en mi vida imagine que Winter iba a estar así de colada por un hombre y mucho menos de alguien como Fellner, pero es lindo verlos así de entregados, aunque debo reconocerlo tienen una relación bien particular.

— Estoy loca por hablarle a Ajax del club ¿sabes? — Comenta repentinamente cambiando de tema — hable con Simond hace unos días y le dije que si podía invitarme a mí y a alguien más y me dijo que sí, pero no estoy muy segura de cómo decirle...— ríe divertida y suspira — Simond no le agrada mucho.

— ¿Lo conoce? — pregunto sorprendida.

— Le he hablado de el, si...— no puedo creerlo.

— ¿Y? — pregunto divertida mientras ella se muerde el labio.

— Es que me invito a jugar hace unos días y pues me negué evidentemente pero luego se me metió esta idea en la cabeza y ahora no sé cómo coño decirle a Ax que quiero un trio con él y Simond...— suelto una carcajada ante las palabras de mi amiga y niego con la cabeza — muero por estar con esos dos, solo de pensarlo me humedezco — Win muerde su labio y empieza a reír — deberías ir al club otra vez — esas palabras hacen que me atragante y ella empieza a reír.

— ¿Estás loca? — suelto sin poder creérmelo.

— ¿Loca por qué, que mejor manera de sacarte al magnate de la cabeza? No sabrás quien coño esta follandote, es la cosa más excitante que has vivido y lo sabes, por muy buen sexo que te haya dado Kai, no saber quién se oculta detrás del antifaz es una puta delicia...— niego con la cabeza mientras rio porque es una locura.

Aunque pueda tener razón, ir al club fue sin duda una de las experiencias más excitante de toda mi jodida vida. Pero no es el momento adecuado para estar en ese lugar, quizás más adelante si nada se soluciona con Kai, puede que regrese. En el momento en que voy a responder un par de golpes en la puerta nos alertan, de inmediato frunzo el ceño porque solo Rick y James saben de este lugar, ósea que saben que suelo venir aquí.

Lo que ocurre luego, acaba con la tranquilidad que había logrado conseguir después de mucho pensar la noche anterior y todo este rato evitando pensar.

— ¿Elizabeth? — Se escucha la voz del magnate y el plato que sostengo entre mis manos se me cae al suelo haciendo un reguero y desperdigando trozos de vidrio por doquiera — ¿Elizabeth? Sé que estas allí, abre necesitamos hablar — insiste, su voz está teñida de angustia, ira y reproche.

Lo único que puedo hacer es mirar con los ojos abiertos como platos a Winter que se mueve deprisa hacia la puerta, yo no puedo ni moverme. ¿Cómo demonios me encontró?

— ¡MALDITA SEA ELIZABETH! — su grito me sobresalta y en cuestión de segundo estoy temblando y mi corazón late tan debocado que el pecho me duele.

— Lárgate Kai...— Win le espeta con tono autoritario — Lizzy no quiere verte así que piérdete...— mis ojos se llenan de lágrimas porque muero por abrir la puerta y lanzarme sobre él.

— Dile que tenga los cojones para decírmelo ella misma...— suelta con resentimiento haciendo que cada fibra de mi cuerpo se llene de rabia al recordar la voz de la mujer con la que estaba.

¿En serio tiene el cinismo de aparecerse aquí y de esa puta manera? Como si hubiese sido yo quien se fue con otro a hacer dios sabe que, cuando lo único que le pedí fue un poco de espacio. Camino con prisas ignorando los sentimientos que atenazan y oprimen mi pecho, esos que me recuerdan que el hombre que está detrás de esa puerta es mi vida y soy capaz de hacer lo que sea por él, pero esta maldita actitud no soluciona nada y lo único que ha conseguido con ella es enfurecerme más.

— ¡LÁRGATE! — Grito sin contenerme dejándome llevar por la intensidad de mi ira — déjame en paz Kai, solo vete...— esas últimas dos palabras las pronunció llenándome de dolor, porque no creo poder seguir sin él.

No, mi vida no será la misma sin ese hombre.

— Nena...— insiste y esa maldita palabra hace que cada molécula de mi cuerpo estalle de dolor.

Mis ojos se anegan de lágrimas una vez y el aire ahora se vuelve tan filoso y punzante que respirar es simplemente una maldita tortura, una que me está matando.

— ¡NENA UNA MIERDA METZLER YA LA ESCUCHASTE LARGATE!...— grita Win al ver cómo me ha puesto el tenerlo aquí.

— No te metas, esto no es asunto tuyo Winter...— espeta tan lleno de resentimiento que su voz se me antoja tan ajena a él.

Win respira profundo se gira a la puerta y abre de un solo tirón sorprendiéndome y dejándome a cuadros a unos cuantos pasos de distancia.

— Es asunto mío...— espeta, no soy capaz de verle, porque la puerta abierta me lo impide pero estoy muriendo por asomarme y verlo aunque sea una vez — es asunto mío porque tuviste la maldita idea de jugar con Lizzy...

— Es un malentendido...— comenta con frustración y esas palabras me hacen fruncir el ceño.

¿Mal entendido? Irse con otra mujer en esta circunstancia, en este puto momento ¿es un mal entendido? No me jodas.

— No me digas, como la barriga de Leyna no...— Winter lo puya en tono burlon y sé que justo esas palabras lo atraviesan de la misma forma en que lo hacen a mí.

Aunque no pueda verlo sé que sus palabras le han dolido, porque a mí me estan matando.

— Eres una mierda Kai... solo quería un poco de espacio y nada más...— esta vez el tono de voz de mi mejor amiga es lleno de decepción y pesar.

Sin agregar nada más le cierra la puerta en la cara y se gira para verme, yo continuo de pie mirando a la nada, centrada en la opresión sobre mi pecho, en el ardor de mi garganta, en las lágrimas que me empapan las mejillas y en la horrenda y apremiante necesidad de abrir la puerta una vez más y seguirlo.

Doy un paso en la dirección de Winter y de inmediato me ataja.

— Ni se te ocurra... sea o no un maldito malentendido tiene que aprender que no todo en esta puta vida tiene que ser como él quiera y tú no vas a ir a humillarte solo porque él no puede aguantarse...— me espeta cabreada e indignada por mi intento de acercarme — es un imbécil y su actitud no es más que una prueba de ello — da un respiro y luego echa andar hacia mí y me abraza con fuerza — sé que estas muriéndote Lizzy pero Kai está siendo un cabron de primera y odiaría que dejes de ser la Elizabeth White patea cojones que siempre has sido solo porque lo amas...— toma mis mejillas entre sus manos y sonríe — el magnate te ha dado lecciones muy interesantes, dale una esta vez que le enseñe que el respeto es tan importante como el amor que se tienen para que funcione y aunque me digas que es una locura no veo nada de malo que te folles a cuanto tipo te provoque justo ahora porque el imbécil se fue con otra y está esperando un hijo de la ex... — me ve mientras limpia mis lágrimas — Kai Metzler puede irse a la mierda él no es más importante que tú.

Suspiro porque hasta cierto punto, tiene razón, pero no puedo simplemente ignorar todo lo que pasamos como el hizo.

— Ahora vamos hay que comer algo...— murmura tomando mi mano y guiándome de regreso a la cocina.

El resto de la tarde lo pasamos en la sala escuchando música, conversando y bebiendo vino, no sé cuántas veces me ha insistido en que vaya al Club, de hecho se ha ofrecido a acompañarme y que ya luego se arregla con Ajax si las cosas se salen un poco fuera de control, pero que necesito distraerme y sacarme de la cabeza la idea de salir corriendo a buscarlo.

Porque si justamente eso es lo que quiero hacer.

Después de aburrirnos de escuchar música, decido que es tiempo de regresar a casa así que ambas limpiamos un poco y dejamos todo como lo encontré antes de regresar a mi departamento. Estar aquí se me hace aún más extraño, porque aunque sigue siendo mi casa, ya no lo siento así.

Camino hasta mi habitación para darme una ducha mientras Winter me cuenta cosas sobre ella y Ajax... me divierte escucharla porque son unos locos ambos, inventan cada cosa. Cuando estoy frente al espejo en mi baño desnuda, el tatuaje me recuerda los días en África y la historia que Kibwe nos contó. Suspiro rosando el área con mis dedos y cierro los ojos.

¿Cómo demonios pudo hacer esto?

Inevitablemente vuelvo a esa noche, al ritual, al fuego, a la danza a Kai escuchando embelesado la historia sobre el amor.

— Me gusta ese símbolo...

— A mí también

— ¿Me amas?

— Con toda la fuerza de mi corazón

— Me lo tatuare...

Una sonrisa triste se dibuja en mis labios al recordar ese instante en que de la nada soltó y cuanto se sorprendió cuando le dije que haría lo mismo y suspiro tratando de controlar las lágrimas, el dolor, la decepción y el terrible miedo que ciento que todo haya terminado realmente.

— Te amo...

Continuo recordando esa perfecta noche, esa noche en que de alguna manera supe que no había forma ni manera en que mi vida continuara sin él.

— Yo también te amo Kai...como a nada en mi vida, ¿entiendes?

— Si y ¿tu entiendes que mi mundo se reduce a ti?...

— Lo entiendo... tu mi vida...

— Tu mi mundo...

Esas palabras solo hacen que el dolor en mi pecho se incremente y escueza como si de una herida abierta se tratara, pronto el dolor va dando paso nuevamente a la frustración, a la negación y a la ira de saber que se fue con otra mujer, cuando solo debía esperar un poco, cuando solo debía ser paciente, entonces todo vuelve a explotar y me siento como al inicio. Perdida, dolida y completamente destrozada.


#


— Winter esto es una pésima idea...— murmuro, mientras ella termina de pintar mis labios.

— No, no lo es... vas a ir al puto club vas a follarte al tipo de la mascara lo pasaras en grande, vas a olvidarte del idiota del magnate y luego solo luego te permitiré buscar una solución o veremos que coño haras, pero no voy a quedarme con esa y tu tampoco, basta que los hombres crean que pueden venir y jugar sucio las veces que les apetezca y nosotras debemos ceder ante ellos con la grandiosa excusa que los amamos...— me ve un instante y asiente — lista, estas hermosa — concluye haciéndose a un lado para dejar que me vea en el espejo.

Ciertamente luzco hermosa, pero no me siento bien, no debería estar haciendo esto, no cuando lo único que hago es pensar en Kai.

¿Pagarle con la misma moneda? De eso se trata esto.

Entonces como si leyera mis pensamientos, Winter se detiene a mirarme seria y se encarga de remover la herida.

— Si te amara tanto como dice, habría podido soportarlo y no sería un puto crio haciendo un berrinche porque no tiene lo que quiere cuando quiere, ¿haberse ido con otra, amándote como lo hace? Solo nos demuestra una cosa Elizabeth...— el tono en que mi mejor amiga habla esta vez es completamente serio — no tiene la madurez emocional para afrontar una relación como la que tienen...— esas palabras me golpean con contundencia — quizás ninguno de los dos está listo para esto Lizzy y lo mejor sea que termine ahora...

Esas palabras me destrozan un poco más, pero contengo las ganas de llorar y lo que implican, el significado que encierran. Porque creo que tiene razón. Winter me abraza con fuerza y suspira, luego se separa me ve con amor y deja un beso sobre mi frente para luego regalarme esa esplendida sonrisa que la caracteriza, esa sonrisa traviesa y picara.

— Ve y diviértete no pienses en nada por hoy... solo déjate hacer ¿de acuerdo? — asiento ligeramente aun insegura de esto.

Pero decidida a hacerle caso, porque justo ahora creo que yo no soy completamente de fiar.

Me pongo en pie dispuesta a seguir con esto, ¿ya qué caso tiene? Quizás sea una buena idea y termine ayudándome a despejarme y termine de sacarme estas ideas locas de la cabeza.

El club literalmente es una selva esta noche, la decoración exuberante no deja de sorprenderme, es increíble esta gente debe gastarte millones solo en escenografía. Me muevo entre las personas dispuesta alcanzar la barra, el mejor lugar para poder ver todo a mi alrededor. En el stand de entrada al confirmar mi invitación me han cedido una mascara distinta a la que llevaba, me han dicho que el miembro que me invito ha solicitado que la utilice y debo decirlo es hermosa y hace juego con la suya, al menos si trae la mascara dorada iremos a juego.

Me siento en junto a la barra y en seguida me pido una copa de vino, los nervios me pueden y aunque ya he estado aquí antes hoy es completamente diferente a las veces anteriores, solo porque esta noche todo duele, pesa y se me antoja increíblemente absurdo. Pero heme aquí haciendo cosas locas y absurdas.

Los minutos pasan, convirtiéndose en una hora y el nerviosismo ya me ha hecho beberme varias copas de vino, pero no parecen afectarme nada. Cuando decido que es suficiente y que debería irme lo veo, mi cuerpo se estremece ante el reconocimiento de ese adonis y dudosa aun sin saber que hacer permanezco sentada solo observándolo.

Solo soy capaz de ver su perfil, pero eso es más que suficiente para recordarme al magnate, su altura, su porte, incluso la forma en que viste, todo en ese hombre me recuerda al sujeto que amo con locura y se supone que estoy intentando olvidar. Respiro profundo doy el último sorbo a mi copa tomándole el contenido de un solo trago, dejo la copa y tomo una bocanada de aire.

— A la mierda Lizzy ya no tienes nada que perder...— murmuro en español poniéndome en pie y caminando hacia él.

Cuando lo alcanzo sus ojos barren la estancia en busca de algo o alguien —es decir yo, estoy segura— respiro profundo alejando el nerviosismo y las ganas que tengo de salir corriendo de aquí y no hacer esto.

— Buenas noches...— murmuro tratando de sonar segura.

Hoy me sorprende su altura, pero no es más porque es la misma del magnate y en serio no lo había notado, una coincidencia que debería tomar más bien como una advertencia y largarme de aquí. Pero una vez más haciendo caso omiso a esa jodida voz que le grita a uno constantemente en la cabeza cuando debemos hacer algo solo lo miro.

Mierda... sus ojos.

Siento que la respiración me falta porque esos ojos los conozco demasiado bien, porque esos ojos son los ojos del hombre que amo. Porque esos ojos los he visto mirarme demasiadas veces. No es posible, no.

Cierro los ojos un instante negándome a esto, porque es estúpido, porque es absurdo. Este hombre no puede ser Kai, no puede ser mi Kai, mi vida, el hombre que amo. Siento como mi cuerpo comienza a temblar y en cuanto escucho su voz ronca todo en mí se estremece.

— Buenas noches...

Abro los ojos y respiro profundo evitando esos ojos, porque no quiero, ni puedo creer que sea Kai... no puede.

— ¿Juegas esta noche? — pregunto con nerviosismo.

Su cuerpo está muy tenso, su comportamiento esta noche no es el mismo que ha venido mostrando y aunque siguen siendo indicios de que algo no va bien esta noche, las ignoro y permanezco allí, sus ojos me devoran con la misma necesidad y el mismo deseo con el que Kai suele verme y de alguna forma retorcida, enfermiza y poco sana me aferro a eso, a que este perfecto desconocido —irónicamente demasiado igual al magnate— será mi bote salva vidas esta noche.

Su mano se extiende en mi dirección y dudo, una vez más dudo. Si la tomo no hay vuelta atrás, estaré dándole la espalda a todo lo que vivimos, a todo lo que dijimos y en definitiva a todo lo que sentimos. Entonces una vez más el recuerdo de la voz de la mujer inunda mis oídos y es el catalizador que necesito para continuar con esto, aunque duela, aunque me esté muriendo, me dejo llevar por lo que siento y termino tomando su mano.

Tira de mí guiándome entre las personas sin decir nada, esta noche luce mucho más imponente, más misterioso y en definitiva hoy su porte me intimida. Como si de alguna forma llevara una pesada carga sobre sí que lo hace lucir temible y profundamente cabreado. Irónico que esta noche ambos sintamos lo mismo.

A diferencia de las veces pasadas, hoy me toma la mano con mucha más fuerza, con más propiedad y dominio, hoy no es el tipo delicado que me sedujo y de alguna manera esto me parece perfecto, porque no me apetece ser seducida, esta noche en este instante creo que solo quiero que de alguna manera borren lo que siento.

Pasamos el proceso de validación que le piden para entrar a una área del club que no conozco y en la que nunca he estado y una vez allí, me concentro en los latidos de mi corazón, en la forma desenfrenada en que palpita y en como mi cabeza se empeña en gritarme que esto esta malditamente mal y que es un error.

En algún punto que no reconozco nos detenemos, lo seguí tan sumida en mis pensamientos que no tengo idea de cómo hemos acabado frente a esta puerta y a frente a una estancia a oscuras que se ilumina en tonos rojizos una vez entramos. Mi cuerpo se tensa considerablemente en cuanto noto el ambiente, esto es una jodida sala de tortura sadomasoquista, no sé cómo reaccionar, hasta que su ronca voz me saca de mis pensamientos y mi sorpresa trayéndome de regreso.

— Quiero jugar duro hoy...— esas palabras son la advertencia que esperaba y todas las alarmas se encienden.

Pero en un estúpido juego morboso, me dedico a arruinarme a mí misma la existencia.

— ¿Qué quieres decir? — suspira como con fastidio y su puta actitud solo hace que todo esto me resulte aún más incómodo.

— Solo mira a tu alrededor es obvio ¿no? — suelta con desdén y arrogancia, demostrándome que en definitiva hoy no es el mismo tipo encantador de las otras veces — ¿juegas? — con simpleza luego, como si le fastidiara tener que repetirse.

Trago duro evaluando mi alrededor, nunca jamás he hecho esto, lo más lejos que he llegado en estas cosas ha sido con... Una vez más me maldigo a mí misma por tener que pensar nuevamente en Kai y todo en mi pecho se remueve, el dolor, la tristeza, la ira, los celos, la frustración, la decepción y los miedos que se hicieron realidad. Luego solo asiento, dejándole saber que esta noche jugaremos duro.

— Necesitas unas palabra de seguridad...— suelta sin mirarme sorprendiéndome.

— ¿La decido yo? — pregunto tratando de pensar en alguna, pero nada se me viene a la cabeza, hasta que el mismo murmura.

— Karma...— mi ceño se frunce ante la selección de la palabra y me parece tan irónica que siento que es una burla del destino con la situación.

— ¿Disculpa? — suelto dudando si realmente quiere que esa sea la pregunta de seguridad o solo habla consigo mismo.

Pero se dedica a ignorarme mientras hace algo junto al tablero en la pared. Luego se mueve hasta uno de los estantes que están en la pared y lo veo tomar algo, cuando se gira da un par de pasos en mi dirección y saliéndose de ese papel que ha jugado conmigo solo me ordena colocármelo.

Dudo antes de tomarlo y simplemente luego me lo pongo, privándome voluntariamente de mi visión.

— Tu palabra de seguridad es Karma...— repite confirmando lo que quería saber — ¿Cuál es tu palabra de seguridad?

— Karma...— susurro.

— Bien, no quiero que hables a menos que vayas a decir la palabra de seguridad, puedes gritar, quejarte o llorar si te apetece — me tenso ante la frialdad con la que suenan esas palabras y con lo despreocupado de su tono.

De pronto siento como acaricia la piel de mi brazo y me estremezco, el tacto es suave, delicado y tan exactamente igual a la forma en que el magnate me toca que siento que en cualquier momento me desmayare de la ansiedad. Esto es demasiado, no creo poder hacer esto.

El enmascarado me guía por la estancia hasta algún punto donde me ubica cerca de alguna cosa, lo siento cerca de mí hasta que una de sus manos se ocupan de quitarme los tacones, el frio del suelo hace que mi piel se erice y tiemblo ligeramente.

Por instante no ocurre nada más, no lo siento tocarme, no lo siento si quiera presente.

— No te muevas...— ordena con cierta brusquedad que me acojona.

En este punto, el nerviosismo ha pasado a convertirse en una vaga sensación de inseguridad, de peligro. Unos instantes luego la reconocible voz de Charlie Puth inunda el espacio, he escuchado esa canción, pero no recuerdo el nombre y no quiero pensar en eso justo ahora cuando los niveles de ansiedad que estoy experimentando solo van en aumento.

Pronto sus manos sujetan una de mis muñecas atándola, luego hace lo mismo con la otra, que me prive también de la movilidad me pone aún más nerviosa. Sin preámbulos, ni conversaciones excitantes como en veces anteriores el enmascarado se ocupa de mi vestido y en cuestión de nada me deja solo en ropa interior.

La vergüenza me asalta y quiero morirme, no solo porque en serio no debería estar haciendo esto, porque sencillamente no quiero hacerlo. Mi respiración e vuelve un completo desastre y la necesidad de salir de aquí se abre paso en cada poro de mi piel. No sé qué ocurre a mí alrededor pero quiero irme, necesito parar con esto, cuando estoy por detenerlo, siento como la punta de algo frio roza la piel de mi cuello sobresaltándome.

— Separa tu cuerpo de la madera — me ordena y por alguna estúpida razón obedezco, pero finalmente encuentro mi voz.

— No, para no puedo...— le detengo sintiendo mi mundo dar vueltas.

Pero me ignora una vez más, siento como el sujetador se libera en mi espalda dejando expuestos mis pechos.

— Para...— le suplico con voz entrecortada asustada, nerviosa y con ganas unas estúpidas ganas de llorar.

Pero el idiota continua ignorándome, como si no fuera con él, mi cuerpo se alarma, mi piel se eriza cuando lo siento tomar las tiras de mi braga y es allí cuando me doy cuenta que esto es el mayor error de mi vida. Estar aquí, hacer esto, no solo es estúpido, es inmaduro y una completa locura, no estoy haciendo más que repitiendo los errores por los que he estado culpando al magnate.

De pronto lo siento ponerse en pie, sin terminar de retirar la tanga, mi corazón late desbocado hasta que...

— Elizabeth...— no, no, por favor no.

Siento como mi cuerpo se tensa al punto de doler, elevo el rostro negándome a esto.

No, no, no, no, no por favor que no sea el, que no sea Kai por favor Diosito te lo imploro.

Ruego en mi interior, reconociendo su voz, el tono y la forma en que mi nombre suena en esos labios que tanto placer y amor me profesan. Entonces de un segundo a otro ya no llevo el antifaz.

— ¿Q-que haces? — suelto queriendo gritar.

Me retuerzo tratando de liberar mis manos, quiero salir de aquí, necesito hacerlo, no quiero verlo, no puedo verlo, no quiero ver quien se oculta detrás de la máscara dorada, no lo soportare. Pero la vida tiene esa jodida costumbre de tomar toda la mierda que no quieres y echártela de golpe en la cara. Como si de una película de terror se tratara el enmascarado retira el material dorado de su rostro revelando así al dueño de la identidad secreta del hombre que me hizo estremecer de maneras inimaginables.

Nuestras miradas se encuentran y todo absolutamente todo cobra sentido en mi interior y me hago añicos, porque está aquí... jodidamente está aquí. En un maldito club de sexo —al igual que yo— pero no le basto con irse con otra ayer, tenía que repetir hoy. Mis ojos se anegan de lágrimas, arden y lucho de verdad lucho con fuerzas para que esto no ocurra.

— ¿Kai? — su nombre escapa de mis labios como una exhalación una súplica a algo que sencillamente no se da.

Es él y está aquí.

Se acabó.

Se terminó.

Estoy muriendo.

Su expresión me mata, sus facciones endurecidas se llenan de dolor y de alguna forma siento que su dolor también es mi dolor y esto hace que duela aún más, porque mierda, maldita sea lo amo con locura, este idiota es mi vida y lo acabo de perder. Trago duro sin poder controlar mis lágrimas al ver las del salir, verlo llorar me rompe aún más.

Mierda esto es un maldito chiste, una pesadilla.

Lo veo colocarse una vez más la máscara y al privarme de ese perfecto y hermoso rostro que amo, siento que el final cada vez está más cerca, mi pecho duele de una manera tan abrumante que creo no poder soportarlo, Kai se inclina toma mi antifaz y se acerca a mí, tenerlo así de cerca solo hace que todo se vuelva aún más real, más cruel, más malditamente doloroso. Con movimientos lentos, cuidadosos y delicados vuelve a colocar el antifaz sobre mi rostro, sus dedos acarician mi mejilla con delicadeza antes de apartarse mientras lo único que soy capaz de hacer es llorar completamente destrozada.

Sintiéndome menos que nada, sabiendo que el amor de mi vida está aquí y justo aquí y que no podre tocarlo, no poder abrazarlo, ni besarlo una vez más porque después de esto no hay nada más. Sus manos una vez más tocan mis muñecas con delicadeza y dulzura justo como tantas veces las toco después de atarme a la cama y hacerme el amor de esa manera única exquisita y maravillosa que solo él tiene, me libera.

Reconozco en cada gesto que hace todo el amor que siente por mi, pero también el inmenso abismo que acaba de nacer en medio de ese amor, mis manos caen a mis lados incapaz de moverme, no tengo fuerzas no tengo ganas, simplemente no puedo.

Sus ojos se cierran y aunque no puedo ver a la perfección su rostro se que llora al igual que yo, de pronto todo en el cambia, su cuerpo se tensa y sus manos se convierten en puños y entonces como si estuviéramos conectados de alguna forma reconozco su reacción. Los celos haciendo su aparición y ciento como me destruye un poco más, cuando da un paso atrás rechazando mi cercanía, rechazando esto.

No necesito escucharlo, no necesito que lo diga, lo conozco demasiado bien para saber que está pensando y el recordarlo solo aumenta el nivel de dolor, porque no hay vuelta atrás, no hay forma ni manera que esto se arregle no, cuando me compartió con sus mejores amigos y entonces como si fuera un huracán se gira y sale de la habitación, dejándome sola, semidesnuda, destruida emocionalmente y con un vacío tan grande llamado vida.


#


El tic tac del reloj de la cocina solo aumenta mi nivel de ansiedad, el reciente tic nervioso que se ha instalado en mi pierna izquierda me distrae un instante al mover el cojín que se encuentra cerca de mi pie gracias al vaivén de este. Cierro mis ojos una vez más, sintiendo que en algún momento esto acabara, que cuando los abra nuevamente será como un mal sueño y todo estará bien. Sin bebe, sin engaños, sin club y sin la vergonzosa realidad de haberme follado a los mejores amigos del hombre que amo en su presencia.

Pero cuando lo hago todo sigue malditamente igual, el vacío en mi pecho, la sensación de ahogo constante, las lágrimas furtivas que salen cada nada y este dolor constante que no me deja. Después que Kai salió de la habitación no sé cuánto tiempo me quede allí de pie, tampoco sé cómo demonios logre vestirme y salir de allí, ni si quiera se en que momento llegue a casa, solo sé que cuando fui consciente de mi nueva y horrible realidad habían pasado horas y empezaba amanecer.

Me puse en pie y me deshice del vestido lo lance incluso al cesto de la basura al igual que el antifaz y no me lance a mí misma también porque no podría hacerlo. Son las 11 de la mañana del día sábado y no he logrado dormir, reviviendo una y otra vez ese puto instante en que Kai se retiró la máscara y expuso uno de los secretos que me guardaba, uno de sus miedos. No puedo dejar de pensar en ello, en la poca confianza que me tuvo.

Y eso me destroza un poco más, porque Kai puede haber hecho lo que sea en su pasado, pero su presente a mi lado había sido perfecto, inigualable, al punto de hacerme sentir segura y pasarme mis propios miedos por los ovarios y confiar en él, pero ahora todo esto ha explotado y no sé qué es peor, si haberme acostado con sus él y sus mejores amigos o que el haya estado anoche en ese club dando por finalizado todo lo nuestro.

Sé que no tengo moral, hice lo mismo, pero igual no puedo evitar pensarlo y saberlo me duele más. Mi teléfono suena con una notificación y me giro con rapidez anhelando que sea el, aunque sé muy bien que eso no pasara ni en un millón de años. Es un sms de mi mejor amiga.

Win: Hola Lizzy ¿ya estas despierta?

Respiro profundo y tecleo un rápido sms, necesito estar sola y esta vez ni siquiera la compañía de Win notara una diferencia.

Lizzy: no molestes... estoy reventada te escribo luego.

Su respuesta no tarda nada en llegar.

Win: wow... está bien, regresare en la noche al departamento estoy con Ax un beso si necesitas algo avísame iré corriendo.

Sonrió y suspiro dejando el teléfono de lado una vez más. Necesito plantearme que hare a partir de ahora, se terminó y pasado mañana tendré que ir al Lux y verlos a los tres. ¿Cómo demonios los miro a la cara sabiendo que he hecho de todo con ellos? No puedo, simplemente no puedo. Además no soy tan fuerte como para ver a Kai en este momento.

De pronto pienso que lo mejor será renunciar, alejarme de todo, regresar a Venezuela tratar de rehacer las cosas, sacarlos de mi vida y olvidar que alguna vez esto pasó, estoy segura que esta vez Kai no se negara a aceptar mi renuncia. Pero entonces pienso en ellos, en su amistad y me siento aun peor, lo jodimos todo, lo jodi todo, Kai no volverá a ser el mismo con ellos. De pronto Luther llega a mi cabeza y sin poder evitarlo rio...

Al final sin querer hacerlo logre lo que buscaba, termine con ellos... estoy segura que difícilmente esos tres vuelvan a ser los mismos cuando todo esto se sepa, porque estoy segura que lo sabrán al notar el cambio en Kai lo sabrán y yo querré desaparecer. Que irónica es la vida, que hija de perra es, una de las personas más hermosas que he conocido en la vida y he acabado con él y con todo lo que tiene y sin importar lo que puedan decir en el proceso termine conmigo misma.


Nota del autor: hola mis gamers, algo tarde pero aquí esta... debo decir que se me salieron las lagrimas con Lizzy... demasiado intenso... en fin maratón de notas de autor cortas, gracias infinitas por el apoyo, por leernos y seguir aquí... les amo del tama;o del universo y como dirían Lizzy y Kai, son mi mundo!XD jajajajajaja que cruel! 

Dejen aquí sus comentarios les leo... que piensan?

Por cierto no quepo en mi de la sorpresa, ya Salve Game tiene 123K y solo paso un poco mas de una semana luego de los 100K si seguimos asi pronto tendremos otro maraton jajajajajaja en serio GRACIAS INFINITAS!

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