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🎭Capítulo 9 - La chica del antifaz negro🎭


Kai Metzler.

Hay prácticas sexuales, que son un verdadero arte, uno que disfruto practicar, además que me he tomado el tiempo, la delicadeza y la responsabilidad de perfeccionar, el Shibari, es una de esas prácticas, me gusta mucho, me parece un juego interesante, decorativo y sumamente excitante, ya que en el proceso de amarre puedes jugar con las sensaciones que experimentan como pareja además tienes que tener plena confianza en la persona con la que estas, es un acto íntimo que disfruto mucho llevando a cabo.

El juego de hoy lo he ganado en definitiva, el fin de este era soportar todo el acto completo, la rubia se rindió mucho antes de si quiera haberme satisfecho a mí, tomo mucho más de lo que podía con ese moreno y pues ahora está literalmente adolorida. Pero ha disfrutado hasta donde ha podido y es lo bueno de estos juegos, aunque aceptes en algún momento puedes retirarte, solo que si lo haces eres el perdedor y no sumas puntajes ni dinero.

Pero justo ahora ninguna de estas cosas está en mi cabeza, es esa mujer que observaba desde las cortinas la que baila en mi cabeza, con ese cuerpo delicado pero curvilíneo, su expresión sorprendida, curiosa, incrédula y excitada me puso, no solo eso por alguna razón su mirada hizo que mi corazón latiera de forma extraña, respiro profundo.

Hacía mucho tiempo que ser observado no me ponía tanto como ocurrió esta noche, cierro mis ojos, disfrutando de las sensaciones que invaden mi cuerpo pero sigo pensando en la chica del antifaz de encaje negro, supongo que ha sido una experiencia abrumadora para ella, las pocas palabras que intercambiamos me lo confirmo.

Después que le hable desapareció, cosa que me decepciono porque realmente desee que se uniera a nuestro juego, pero algo me dice que regresara, mi instinto me lo dice, ese brillo curioso en los ojos lo he visto antes aunque había algo más en ellos que me movió, solo que aún no termino de definir que es, pero lo importante es que siempre terminan cediendo a sus deseos, por lo que estoy seguro que volveré a verla.

No puedo negar que algo en ella me encanto, se veía sumamente delicada, su rostro de rasgos finos, además el color de sus ojos aunque no pude distinguirlos realmente por la iluminación sé que son claros, esos labios carnosos, los imagino sobre mi polla y un escalofrió me recorre la espalda haciendo que suelte un gruñido de placer.

— ¿Qué piensas? — me pregunta Ginger después de sacar mi polla de su boca

— En lo buena que eres en esto — miento, ella ríe negando con la cabeza mientras suelta un gemido de placer cuando Ajax la enviste con fuerza desde atrás.

Rio ante su expresión y tomo sus cabello para guiarla hasta mi erección una vez más, penetro su boca con cuidado, hasta enterrársela en la garganta, su cuerpo se contrae por las arcadas pero no le permito alejarse, hasta que veo que sus ojos se humedecen, libero su cabello y salgo de ella, sonríe respirando entrecortadamente y vuelve a llevarlo a su boca.

Volker está sentado a mi lado, follando a otra mujer, que salta sobre el con expresión de placer y deleite no puedo evitar sonreír, hace un rato que los otros tres se fueron y quedamos solo nosotros, solemos divertirnos juntos, es una costumbre jugar en grupo o en privado, pero en algún momento de la noche nos juntamos, a veces solo a conversar y otras como está a divertirnos.

Llámennos locos pero es realmente excitante compartir estos momentos con amigos de verdad. Me tenso ante la velocidad con la que Gin chupa y lame mi erección, estoy muy cerca de correrme, por más que trate de controlarme, el recuerdo de la chica del antifaz negro surca mi cabeza una vez más y la imagino en la misma posición que esta Gin y me tenso aún más, ella lo nota, por lo que disminuye el ritmo pero en cambio Ajax la embiste con mayor fuerza y rapidez, haciendo que se corra en cuestión de segundos, con mi polla en su boca.

No permito que se recupere del orgasmo cuando estoy tomándola nuevamente de la cabeza, enrollando su cabello en mi mano, para follarle la boca, mientras lo hago presiono y meto mi polla lo más dentro de su boca, la escucho contener las arcadas y la libero para luego volver a tomarla con ambas manos de la cabeza y embestirla con fuerza y rapidez después de un momento salgo de su boca y me masturbo para correrme sobre su hermoso y lujurioso rostro.

Ríe divertida mientras limpia mi semen de sus mejillas y su frente, para luego chuparse los dedos, se inclina sobre mi miembro humedecido por los residuos de mi eyaculación, lo lame sin dejar de verme y luego se pone en pie, se acerca a mí y deja otro beso sobre los labios de la máscara para luego girarse hacia Ajax y abrazarlo.

Mi mejor amigo comienza a dejar un reguero de besos en su cuello y sus hombros. Cuando un grito entrecortado nos advierte que la acompañante de Volker también se ha corrido, los tres reímos, mientras mi colega sigue moviéndose con intensidad dentro de la mujer y a los pocos segundos correrse el también, Ajax, Gin y yo reímos cuando este deja caer su cabeza hacia atrás y respira agitado, todos sudados, cansados y completamente satisfechos permanecemos un rato sentados conversando sobre banalidades.

Una vez volvemos a vestirnos, la chica del antifaz regresa a hostigar mis pensamientos, regresamos a la sala principal donde ya no hay la misma cantidad de personas aunque el ambiente está un poco más cargado y la música sugerente no deja de darle esa sensación de estar en una porno. Sonrió mientras desciendo las escaleras y veo a la rubia con la que jugué, enredada en un abrazo junto con el chico al que hablo más temprano, este besa su cuello mientras ella ríe.

Una vez en el bar pido una botellita de agua para rehidratarme, Gin pide una copa de vino, Ajax y Volker un Whiskey. Mientras nos sirven barro el lugar en busca de la mujer que ahora está jodiendo mi tranquilidad, no demoro mucho en conseguirla, ya que no está muy lejos de donde nos encontramos sentada junto a otra mujer, una hermosa y voluptuosa mujer, lleva un vestido blanco que resalta muy bien sus curvas y atributos. Al terminar de admirar a su amiga poso los ojos una vez más en ella.

Mi sonrisa se ensancha y mi miembro tiembla con solo verla, no sé qué tiene que me pone de esta manera, pero ha de ser ese nerviosismo, esa ansiedad y quizás esa incredulidad que se dibuja en sus facciones parcialmente cubiertas.

No puedo evitar reír, alertando a Ajax que ve en la misma dirección que yo y ríe divertido, Volker lo imita y suspira

— ¿la invitaste a jugar? — pregunta con curiosidad el ultimo

— sí, pero se negó — respondo con simpleza y Volker suspira

— Tengo curiosidad — murmura, sin apartar los ojos de ella, Volker es muy desconfiado, mi ceño se frunce de inmediato cuando sus ojos siguen fijos en la chica.

— ¿Por qué?

— algo en ella me resulta vagamente familiar

— Posiblemente sea de la industria — comento mirando a mi alrededor viendo la cantidad de posibles modelos que estén esta noche.

— Puede — comenta Volker sin apartar los ojos de ella, lo imito y para mi sorpresa está mirándome, haciendo que mi polla una vez más amenace con ponerse dura.

Su labio inferior está atrapado entre sus dientes, conteniendo una sonrisa pícara, yo sonrió descaradamente sabiendo que no puede verme, le guiño un ojo y elevo mi botella de agua en su dirección a modo de saludo, ella inclina ligeramente su rostro y me regala una sonrisa. Una dulce y espontanea sonrisa que de alguna manera se me antoja fascinante y jodidamente hermosa, esta chica está causando cosas raras en mí.

Me pongo en pie decidido al menos a tener una conversación con ella, ignorando las sensaciones que despierta su mirada, camino hasta donde se encuentra y sus mejillas se ruborizan en cuanto me acerco.

— Buenas noches — saludo a todos en general pero sin apartar mis ojos de ella.

— Buenas noches — responde la mujer de blanco con una sonrisa pícara desviando su mirada de mi a su amiga.

— ¿puedo invitarte un trago? — le pregunto sin rodeos, con nerviosismo ve a su amiga y al hombre que la acompaña, esta simplemente le asiente entusiasmada y después de una pausa, respira profundo y asiente.

Se pone en pie, alisando su vestido en un gesto nervioso que se me hace lindo, se acomoda a mi lado y andamos un par de puestos más allá, justo entre sus amigos y los míos, ambos tomamos asiento y en seguida un bar tender se acerca a nosotros.

— ¿Qué tal te ha ido? — le pregunta con curiosidad haciendo que mi ceño se frunza, sintiéndome extraño por la confianza que está tomándose con ella.

— no ha estado tan mal — responde con una sonrisa amigable, una sonrisa hermosa — aunque me ha ayudado bastante lo que me ofreciste — mi ceño se frunce aún más, porque está más que claro que dentro del club hay venta de sustancias ilegales y si esta chica consume pues ha perdido todo el encanto.

— Te dije que el volcán era la solución — le guiña un ojo y me observa a la expectativa, calmando por completo mi ansiedad — ¿le sirvo algo? — dice esta vez el chico mirándome, asiento y observo a la joven que me ve con una media sonrisa en los labios.

— ¿Qué te apetece tomar? — pregunto inclinándome hacia ella para que logre comprenderme

— una copa de vino estará bien — finalmente me dirige más de un vocablo y sonrió satisfecho, fascinado con su tono de voz.

Ahora luce un poco más tranquila, aunque el brillo en sus ojos delata curiosidad, esa misma que la hará regresar aquí y el pensar en ello hace que mi polla comience a reaccionar.

— Vino para ella y un whiskey para mí — sentencio en dirección al bar tender que asiente, fijo mis ojos en ella que me observa con detalle, trato de ignorar las ganas que tengo de follarla — ¿y qué opinas? — pregunto con curiosidad, ella se ruboriza y suspira

— Ha sido... — hace una pausa y observa a nuestro alrededor para luego dejar sus ojos fijos en los míos— muy intenso, nunca imagine que existiera un lugar como este — rio al escucharla y niego con la cabeza, porque por su tono y expresión sé que es una de esa mujeres que no vivido placenteramente su sexualidad.

— eres una de esas personas que le gusta el sexo convencional ¿no? — ella abre su boca para decir algo pero no lo hace, parece meditar sus palabras hasta que finalmente continua.

— No es eso, es solo que nunca había experimentado una cosa así — el bar tender deja la copa frente a ella y un vaso frente a mí, lo tomo y doy un trago.

— ¿te gusto? — pregunto con curiosidad y ella ríe con suavidad algo nerviosa

— Aun no lo decido — eso me hace soltar una carcajada ella me ve con curiosidad algo sorprendida y suspira — ¿Por qué usas una máscara que cubre tu rostro completamente?

— es más divertido así — digo encogiéndome de hombros, mientras ella sonríe — si decides que te ha gustado y deseas volver espero hablar otra vez, ha sido agradable — hago una pausa y sonrió, le doy al bar tender mi tarjeta de membrecía y continuo — lo pago yo — sentencio una vez él toma la tarjeta y la escanea, enseguida llega una notificación a mi teléfono y sonrió la chica hace lo mismo y en cuestión de segundos otra notificación llega.

Dejándome en el menú de notificaciones con quien he compartido una copa, cosa que me ayudara para enviarle una invitación si deseo hacerlo. Me inclino sobre su oído tentado por esa mirada y murmuro en voz baja.

— me gustan tus ojos — su cuerpo tiembla ligeramente y es todo lo que necesito saber, le ha gustado todo lo que vio y experimento, me inclino un poco más tratando de oler su aroma — nos vemos preciosa — murmuro con voz ronca, me pongo en pie una vez más y me giro para reunirme con mis amigos, dejándola sola y sin volver a mirarla, porque sé que si vuelvo a ver esos ojos hare algo estúpido y no me caracterizo por hacer estupideces en público.

Todos ríen al unirme a ellos, mirándome divertidos, sé que han estado observándome todo este tiempo y la verdad me tiene sin cuidado, en el momento en que puse mis ojos en ella, la desee.

— No pierdes el tiempo — comenta Ajax con sorna — ¿jugara otro día?

— No lo sé, pero espero que si regresa quiera hacerlo, tiene algo que me llama la atención — murmuro poniendo mis ojos una vez más en la chica del antifaz negro que ríe mientras su amiga de blanco le murmura cosas.

— Es jodidamente sexy y además ese aire inocente que desprende me pone — comenta Ajax sin dejar de verla, mientras Ginger bufa y nos ve sería un instante

— invítenla y ya está, es sexy y provoca un montón de cosas, pero si no hacen nada por hacerlas realidad es una pérdida de tiempo que sigan mirándola — expresa algo exasperada haciendo que Volker y Ajax rían.

— insisto creaste un monstruo — comenta Volker divertido y rio.

Ginger es muy agresiva cuando se trata de mujeres, en realidad lo es en todo respecto al sexo, le gusta duro y no es tímida en demostrarlo, cuando quiere algo simplemente va y lo hace. Mientras todos reímos por el comentario de Volker, mis ojos siguen en la mujer del antifaz negro, algo en ella me ínsita a continuar mirándola y no se definir lo que es.

Después de algunos minutos ella y sus acompañantes se ponen en pie y se despiden de un par de personas que los acompañan y se retiran, sigo sus pasos, detallando el hermoso vestido que aunque tiene trasparencias y es de encaje no permite ver más de la cuenta, continua andando hasta que la pierdo detrás de la puerta del elevador, sonrió en cuanto sus ojos me buscan y se encuentran con los míos, en definitiva ambos nos sentimos muy atraídos el uno por el otro.

Pero es posible que no regrese, por lo que esta noche solo ha sido un fugaz encuentro entre una extraña sexy e inocente y yo. Poso mi atención una vez más en mis amigos que conversan animadamente sobre los acontecimientos de la noche y los eventos que están por darse el resto de la misma. Por mi parte es suficiente por hoy, sé que ellos se quedaran un poco más, por lo que me levanto y me despido de ellos, no sin antes ganarme una mala mirada por parte de Gin.

— Otra vez te vas temprano — me suelta cruzándose de brazos y rio con suavidad

— Tengo planes mañana temprano — me acerco a ella, muevo mi mascara para descubrir mis labios y dejo un beso en su mejilla antes de despedirme de mis colegas — nos vemos mañana — le suelto a Ajax cuando estrechamos nuestras manos.

— Seguro, dile a Aina que llegare tarde — pongo los ojos en blanco porque sé que lo hará.

No hace falta decir que su noche apenas comienza y que seguramente después de dejar el club, ira a su casa y continuara su jerga con Ginger allí, estos dos viven una especie de relación abierta, que en algún momento se les complicara, ambos son demasiado abiertos y ambos están demasiado involucrados el uno con el otro y no solo me refiero al tema laboral, aunque ambos lo nieguen sienten cosas el uno por el otro.


#


El camino a casa lo hago con rapidez, con la pesadilla de la periodista rondando mi cabeza, espero que acepte trabajar con nosotros, de esa forma tendré una preocupación menos. Dejo el auto en el garaje y desciendo, mientras guardo las llaves dentro del cajón, apago las luces y subo hasta la sala principal que está parcialmente iluminada.

Me quito el saco y lo dejo sobre el apoya brazos del sofá mientras camino hacia la pared del fondo donde tengo el horizonte de la ciudad y el exclusivo conjunto residencial donde vivo. Desabrocho los botones de mi camisa y me la quito quedando solo con el pantalón, me giro hacia el miniar y me sirvo un trago, cuando el fantasma del antifaz negro vuelve a aparecer en mi cabeza, mientras contemplo en soledad y silencio el paisaje que se extiende debajo.

— Señor buenas noches — me giro algo sorprendido al escuchar la voz de una de las chicas que trabaja aquí

— Buenas noches — sus ojos se desplazan por mi abdomen y sus mejillas se ruborizan

— No sabía que estaba aquí — murmura apartando los ojos y fijándolos en el suelo

— acabo de llegar, ¿pasa algo? — le pregunto con curiosidad, es raro verla aquí y con aquí me refiero a este lado de la mansión.

— No, solo he venido a tomar algo a la cocina — mi ceño se frunce porque todo el personal tiene un área exclusiva para vivir donde tienen todo lo necesario.

— Vale — la observo serio, detallando su anatomía.

Lleva solo una franela que le queda muy grande dejando expuesto uno de sus hombros, sus piernas están completamente desnudas y es evidente que no lleva sujetador, porque sus pezones están erectos y se marcan en la franela. Se aclara la garganta y nerviosa se gira para irse pero la detengo al notar que lleva algo en sus manos.

— Giselle — se detiene de golpe.

Mientras camino hacia ella, me detengo detrás, cerca de su espalda y coloco una de mis manos sobre su hombro para girarla con suavidad. Sus ojos siguen en el suelo, deslizo mis dedos por su brazo hasta alcanzar su mano y sujetar lo que lleva.

Para mi sorpresa es un trozo de tela, pero no cualquier tela, es uno de mis boxers, mi ceño se frunce y cuando me fijo una vez más en ella sus mejillas están tan rojas que fácilmente podría confundirlas con un tomate.

Rio suavemente porque es evidente que alguien tiene un crush o un fetiche con mi ropa interior y ¿Quién soy yo para juzgarla?

— Yo — murmura en voz baja, tomo su mentón para que me vea a la cara, niego con la cabeza y le regreso el bóxer

— No vuelvas a meterte en mi habitación sin mi autorización — sentencio con suavidad pero haciendo énfasis en las palabras — ahora ve a la cama antes que termines en la mía — suelto sin más, sus ojos se despegan del suelo donde habían vuelto a parar cuando inicie a hablar y me ve llena de sorpresa.

Sus finos labios se entreabren y sonrió de lado, da un paso hacia mí y sin dudarlo la tomo entre mis brazos, mientras me apodero de sus labios, me besa con pasión y necesidad, mientras gime en mis labios, dejándome saber cuánto había deseado esto.

Giselle es una chica hermosa, de hecho la mayoría de las chicas que trabajan para mí lo son, me aseguro de ello, porque aunque tengo el club para divertirme a veces es bueno tener un plan B cerca, aunque evito meterme con la servidumbre no negare que en algún momento he follado alguna de ellas.

Beso sus labios con pausa, aunque ella responde con desespero, me inclino para tomarla por el culo y levantarla, sus piernas rodean mi cintura, separo mi boca de la suya y la observo un instante, sus mejillas están sonrosadas y su respiración es un completo desastre.

— Ni una palabra de esto — digo mientras camino hasta una de las habitaciones y la dejo sobre la cama, ella asiente con rapidez y sonrió — puedes perder tu empleo si alguien se entera de esto — murmuro, mientras comienzo a deshacerme del cinturón, ella niega mientras remoja sus labios con su lengua.

— No se lo diré a nadie — murmura con voz ronca y sonrió

— Bien — me apoyo sobre la cama, acorralándola con mis brazos a los lados de su cabeza, me inclino sobre ella sin dejar de ver sus labios, ella cierra sus ojos y sonrió ante su inocencia — debo advertirte que me gusta duro — sus ojos se abren por la sorpresa y el tono grueso de mi voz — no soy exactamente el amante más dulce que existe — ella muerde su labio inferior y después de unos segundos murmura

— He deseado esto durante demasiado tiempo, no me echare atrás solo porque quiera darme unos azotes — rio divertido y niego

— Los azotes son solo caricias Giselle — le advierto mientras recorro su abdomen con mis manos con suavidad.

Sus ojos se cierran y disfruto de su expresión deseosa, antes de sentarme a ahorcadas sobre su abdomen, deslizo el borde de la blusa hasta dejar al aire sus pechos, son tersos, firmes y llevan unas barras en los pezones, sonrió ante el descubriendo y ella muerde sus labios.

— Lindos — murmuro antes de inclinarme sobre uno de ellos y morder una de las esferas y tirar con suavidad de ella.

Un gemido se escapa de la boca de la chica y sonrió de placer, antes de llevar mis manos a su cuello y cerrarlas con fuerza, busco sus ojos que se han abierto de par en par, muerdo mi labio inferior cuando sus manos suben hasta mis muñecas, me inclino sobre sus labios y murmuro sobre ellos.

— Confía en mí — sus ojos se van llenando de lágrimas mientras cierro con más fuerza mis manos sobre su cuello, ella asiente ligeramente dándome el consentimiento de hacer esto.

Su rostro tornándose rojo, la excitación llenando mi cuerpo, presiono con más fuerza hasta que sus labios son de un rojo intenso y la libero, comienza a toser en busca del aire y siento como deseo penetrarla mientras vuelvo a cerrar mis manos sobre su cuello.

Se sienta y busca mis labios con desesperación, pero la devuelvo a su lugar, mientras niego con la cabeza, meto la mano dentro de mi bóxer y saco mi erección, tomo su cabeza y la guio hasta mi polla, donde ella comienza a chuparla con movimientos lentos, elevo mi cabeza para mirar el techo mientras dejo que el placer llene cada centímetro de mi cabeza, una vez más esa mirada curiosa llega a mi memoria y sonrió de lado, no sé qué tiene pero esa mujer me ha hechizado de alguna manera.

Giselle continúa haciéndome sexo oral, con una necesidad y unas ganas que pronto hacen que este cerca de correrme. Me separo de ella y con un movimiento rápido la coloco en cuatro, deslizo su braga hasta dejarla a mitad de camino y comienzo a tocar su coño, esta jodidamente húmeda, mientras la estimulo con una de mis manos con la otra me masturbo con lentitud.

— solo haremos esto una vez, no te quiero otra vez hurgando entre mis cosas, tampoco metida en mi habitación, ¿quedo claro? — le hablo con voz ronca pero reprobando sus acciones, meto dos de mis dedos en su interior, ella jadea y mueve su pelvis hacia mi mano en busca de mayor profundidad.

Rio al ver lo desesperada que esta, me inclino hacia un costado y tomo mi pantalón, para sacar mi cartera y coger un preservativo. Me lo coloco mientras ella continua tocándose.

Uno de sus dedos se desliza en su interior mientras lleva su otra mano sobre su espalda y penetra su ano con su dedo índice, mientras suelta jadeos entrecortados. Me acomodo entre sus piernas y la envisto con fuerza, un grito ahogado sale de su garganta cuando la sujeto de las caderas y comienzo a bombearla con rapidez y fuerza.

La follo duro, mientras ella jadea y gime con la cara enterrada en las sabanas, separo sus glúteos y meto mi pulgar en su ano para estimularla un poco más, mientras se deshace de placer en mis manos. Cuando está cerca de correrse me detengo y salgo de ella, vuelvo a girarla para ponerla bocarriba, sus pechos expuestos se mueven con suavidad, los tomo entre mis manos y me inclino hacia ella, sus ojos están cristalizados por el deseo.

— ¿para que lo usas? — pregunto sobre su boca, mientras vuelvo a penetrarla.

Ella gime y cierra sus ojos, pero no responde.

— Giselle — la apremio y me detengo, sus ojos se abren y frunce el ceño

— ¿Por qué se detiene? — me espeta con voz ronca y sonrió de lado

— Te hice una pregunta — ella se sonroja una vez más y desvía sus ojos — Giselle no volveré a preguntarlo — la envisto con fuerza arrancándole un gemido de placer — responde — sus ojos vuelven a cerrarse y entre jadeos me responde

— me... masturbo con ellos — una de mis cejas se eleva y sonrió.

Salgo de ella y me bajo de la cama, sus ojos se abren con sorpresa y me observa con cuidado, camino hacia uno de los sillones que decoran la habitación y me dejo caer en él.

— Muéstrame como lo haces — sus ojos se abren como platos cuando escucha mi orden.

Duda unos segundos y luego niega con su cabeza.

— Me da vergüenza — comenta con timidez y rio a carcajadas, será descarada.

— Claro... — hago una pausa decepcionado y continuo — entonces vístete y vete — le espeto poniéndome en pie tomando mi ropa del suelo — que no se repita Giselle — le advierto antes de dejarla a solas en la habitación.

Camino con paso decidido hasta la mía y cierro la puerta detrás de mí, barro la estancia con mis ojos, estudiando que todo este exactamente como antes de irme por la mañana.

No me gusta que se metan con mis cosas, pero ciertamente no voy a echarla solo porque me desee, este trabajo paga su carrera universitaria y ayuda a su familia, sería demasiado cruel de mi parte votarla, pero si vuelvo a saber que ha estado aquí y que me ha desobedecido será la última vez que lo haga.

Continúo mi andar hasta el baño y abro la ducha para que corra el agua mientras regulo la temperatura. Dejo la ropa en el cesto y me observo en el espejo, paso mis manos por mi cabello despeinándolo y suspiro.

Aunque tuve una noche interesante en el club, no pude evitar ese pequeño desliz con Giselle, es una chica hermosa y hasta cierto punto su inocencia me recordó a alguien. Nuevamente la chica con el antifaz negro surca mi memoria y me hace sonreír, en definitiva debería invitarla, pero no es mi estilo, no tentare mi suerte.

Me giro para entrar en la ducha, mientras me baño pienso en Leyna y su amigo, no me ha llamado ni me ha escrito, pero no dijo que lo haría, quedo que saldría con Aina, pero saber que está aquí y no se ha puesto en contacto conmigo me duele. No he dejado de sentir cosas por ella, no fueron dos días de relación y no fue que se terminó exactamente porque lo hiciéramos mal.

Cierro la llave y tomo una toalla para secarme, rodeo mi cintura con ella y con otra seco mi cabello, mientras camino de regreso a mi habitación, tomo el teléfono y busco el WhatsApp, busco su contacto, aunque sigue siendo el mismo de siempre, no volvimos a escribirnos, solo nos enviamos uno que otro mail por cumpleaños.

La foto que tiene en su perfil me hace reír suavemente, lleva una falda negra y una blusa con detalles en rojo, el cabello recogido y unas sandalias de tacón, Dios es hermosa, reviso sus estados y observo que ha publicado una foto en un café con un sujeto.

Lleva la misma ropa que traía ayer cuando pase por ellas al aeropuerto por lo que asumo que es el supuesto amigo. Leo lo que ha posteado junto a la imagen y de inmediato siento los celos hacerse presentes. "El muy esperado reencuentro, fantástica noche" respiro profundo conteniendo mis ganas de lanzar el puto aparato contra la pared.

Salgo del perfil y veo que está en línea, mi ceño se frunce son las 3:45 am ¿Qué demonios hace despierta? Respiro profundo muy tentado a escribirle, dudo de si es buena idea hacerlo y termino cayendo.

Yo: Hola, ¿Qué haces despierta a esta hora?

Lo envió y espero un poco, me siento en el borde de la cama con el teléfono en la mano mientras espero que responda. Cuando el doble check se pone en azul, mi corazón late deprisa, pero no responde de inmediato, en su lugar me envía una fotografía.

No puedo evitar sonreír al verla, es un dibujo hecho a grafito de una chica, tipo caricatura, Leyna es una excelente ilustradora, es una de las mejores, al menos a mi parecer. Luego de unos segundos pone "escribiendo"

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Leyna: no puedo dormir y me ha llegado la musaxD... tú, ¿trabajas?

Yo: está muy bonito, no has perdido el toque... no, llegue hace rato a casa.

Leyna: gracias, no podría perderlo dibujo a diario... ¿Qué tal tu día?

Yo: cierto, no sales sin un lápiz y un sketch... movido, estresante, pero termino bastante bien.

Leyna: en mi bolso nunca faltan, son como mi kit de supervivencia jajajaja me alegro que haya terminado bien...

Leyna: ¿tienes planes para el fin de semana?

Yo: jajajaja un kit de supervivencia muy típico de ti, si voy a visitar a mi madre y a Aina, ¿Por qué?

Leyna: curiosidad

Yo: ¿tienes tiempo?

Leyna: puede

Yo: ¿quieres ir a beber algo?

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Pasan algunos segundos y siento como mi corazón late desenfrenado, hace mucho que no tengo una cita y más tiempo aun con Ley, miro la pantalla del teléfono como un jodido crio deseando que responda pronto y se afirmativo.

Leyna: me gustaría, pero nada de esos lugares ostentosos y caros a los que estas muy acostumbrado a ir.

Comienzo a reír a carcajadas por su respuesta y niego con la cabeza, Ley es hija de personas influyentes, políticamente hablando, viene de una muy buena familia y tiene dinero, pero siempre ha sido muy sencilla y no le gusta llamar mucho la atención.

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Yo: hecho, paso por ti a las 8, ¿en qué hotel estas quedándote?

Leyna: dime a donde iremos y nos vemos allí!

Yo: ¿algún problema en que te busque?

Leyna: jajajajaja no solo quiero disfrutar mientras estoy aquí, extraño estas calles

Yo: de acuerdo, ¿te parece el Riverside Café?

Leyna: jajajajaja una fantástica idea, te veo allí entonces un beso Kai!

Yo: hasta mañana hermosa, buenas noches!

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Envió el último mensaje y me pongo en pie para vestirme con una sonrisa tonta en los labios. Aunque después de la mención de ayer de su amigo, su frialdad fue clara, justo ahora ha sido la misma Ley que me encanta, dulce, divertida, amable. Me coloco un bóxer y rio al ver que están algo desordenados, vuelvo acomodarlos como estaban y cierro el cajón.

Es muy posible que Giselle haya escuchado cuando entre y se puso nerviosa porque la encontrara en mi habitación, niego con la cabeza, porque jamás me imagine que ella haría algo como eso, entrar a mi habitación sabiendo que es uno de los lugares en los que solo tiene permitido entrar Isa, es osada, espero después de lo que paso esta noche, no vuelva hacerlo.

Me dejo caer en mi cama y cierro mis ojos, no tardó mucho en quedarme dormido, el cansancio por la noche y estos días de la oficina pasan factura y pues a los poco minutos de haberme acostado caigo rendido.

Mi alarma suena como todos los sábados a las 7:30 am me levanto con pereza, para cambiarme y empezar con el entrenamiento. Me aseo con somnolencia hasta que finalmente estoy un poco más despierto, tomo el teléfono y salgo de mi habitación. De camino al gimnasio me topo con Isa que viene con un cesto de ropa limpia en las manos.

— Hola cariño buenos días — me saluda animadamente, haciéndome una seña para que me incline y así pueda besar mi mejilla

— buenos días nana, ¿cómo estás?

— muy bien, llegaste muy tarde anoche, ¿todo bien? — pregunta preocupada y sonrió

— sí, todo en orden — respondo encogiéndome de hombros

— ¿quieres que te prepare algo en especial para desayunar?

— No desayunare en casa con mama y Aina — sus ojos brillan de emoción y rio — la traeré conmigo hoy, para que se vean ¿de acuerdo? — sonríe ampliamente y asiente

— Gracias filio — dice con una amplia sonrisa, antes de seguir su camino.

Una vez en el gimnasio comienzo con 40 minutos en la caminadora y luego hago la serie de ejercicios para mis brazos, pecho y espalda. Una vez concluyo hago unas 5 series de 100 abdominales, cuando termino estoy sudado pero muy despierto. Mi teléfono suena y sin mirar de quien se trata respondo.

— alo

— Buenos días hermanito — sonrió al escuchar la voz de Aina — dime que te desperté — rio suavemente mientras pongo los ojos en blanco y seco mi rostro con una toalla

— no, tengo cerca de hora y media despierto, estoy saliendo del gimnasio

— rayos, debí poner la alarma para despertarte, ¿vendrás a desayunar?

— sí, voy a darme una ducha y estoy con un ustedes en un rato, ¿papa está en casa? — pregunto para prepararme psicológicamente, mi hermana ríe y después de algunos segundos responde

— Sí, esta abajo en la piscina con su club de admiradores — mi ceño se frunce

— ¿su qué? — ella ríe y suspira

— papa contrato a un equipo de entrenadores para que lo mantuvieran sano, pero la verdad son un montón de lame botas interesados — rio a carcajadas con esa información

— Bueno supongo que se asustó después de esa consulta médica, papa ya no tiene 15 años — es el turno de Ainara de reír

— Al menos son hombres y no ninguna mujerzuela que quiera metérsele por los ojos — suelta en tono amenazador y vuelvo a reír — aunque debo admitirlo pueden ser lame botas pero están de muerte lenta — en cuanto comenta el cumplido para los entrenadores de papa vuelvo a reír

— Ajax ira a casa hoy — la escucho bufar y suspira

— ¿no tiene nada mejor que hacer? — rio

— posiblemente pero no perderá la oportunidad de molestarte y lo sabes

— Debería madurar — suelta con fastidio — ¿Volker vendrá? — pregunta esperanzada y es mi turno de reír

— no me dijo nada, pero si quieres le envió un mensaje y le digo que quieres verlo

— KAI METZLER — grita mi nombre y empiezo a reír — si quieres conservar tus pelotas mantén tu puta boca cerrada.

Mi hermana ha estado enamorada de Volker la vida entera, es su amor platónico y por más extraño que parezca, solo yo lo sé, aunque Ajax lo sospecha desde hace mucho tiempo, siempre lo he negado, no soy estúpido, sé muy bien que mi hermana es hermosa y no quiero a ninguno de mis dos amigos tratando de pasarse de listos con ella.

Aunque sé muy bien que Volker no se enredaría con ella, tampoco Ajax pero sé cuánto la molestaría este último y no perdería oportunidad para hacerlo. Además que la discreción no es la mejor virtud de mi mejor amigo y Volker por el contrario no es de los que le guste jugar con las personas, al menos no cuando hay sentimientos de por medio claro está.

— Entonces nos vemos más tarde — hace una pausa y continua divertida — ¿has hablado con Ley? — rio y me despido

— hablamos luego Aina, un beso — finalizo la llamada y dejo el teléfono sobre la cama antes de ingresar a mi baño, cuando lo hago me detengo de golpe.

Giselle está de pie en medio del baño, en ropa interior, sus ojos puestos en el suelo y uno de mi bóxer entre sus manos, cierro los ojos y respiro profundo.

— ¿Qué estás haciendo aquí Giselle? — le pregunto desde la puerta, ella sin levantar los ojos responde.

— me pidió que le mostrara como lo hacía — rio suavemente y me acerco a ella, recojo la ropa del suelo y acorto la distancia que nos separa.

Coloco mi dedo debajo de su mentón y lo elevo para mirarla a los ojos.

— Giselle eres una chica hermosa, inteligente y sexy, pero no por ello puedes estar ofreciéndote a los demás, lo que paso anoche aunque lo propicie yo, dije que no se repetiría y no pienso volver hacerlo, además — acaricio su mejilla con delicadeza — te dije que si volvías a entrar en mi habitación y revisar mis cosas te despediría, ¿quieres eso? — Sus ojos me buscan llenos de vergüenza y niega vehemente, suspiro — vístete y no vuelvas hacer algo como esto, ¿de acuerdo? — Vuelve asentir, su gesto no me es suficiente necesito escuchar su voz y así comprender que entendió realmente lo que está en juego, si vuelve a desobedecerme — Giselle te hice una pregunta

— si señor — me corta de inmediato tomando su ropa con manos temblorosas — lo siento señor — sin decir nada más echa a correr fuera del baño, suspiro mientras paso las manos sobre mi cara.

No debí haber hecho eso, seguramente se hizo una idea que no es y esto traerá problemas, no quiero despedirla no solo porque de este empleo dependen muchas cosas en su vida, no tengo razones para echarla, Giselle hace muy bien su trabajo, hasta ahora.

Decido tomar una ducha rápida para ir a comer con mis padres y mi hermana, para cuando estoy listo y dejo mi habitación, Isa viene hacia mí con una taza de chocolate caliente.

— sé que vas a desayunar en casa de tu madre, pero también sé que una mañana sin tu chocolate caliente no es lo mismo — sonrió una vez tomo la taza y suspiro cuando lo pruebo

— está perfecto, gracias — dejo un beso sobre su frente y antes de caminar con ella hacia la cocina le pregunto por Giselle, mi nuevo problema — ¿sabes si Giselle tiene novio? — mi pregunta la toma por sorpresa y se separa para verme

— ¿Qué clase de pregunta es esa Kai? — su ceño esta fruncido y rio

— Tranquila, es que la he visto mirarme extraño últimamente y no quiero que vaya a pensar que tiene oportunidad conmigo — mi nana frunce aún más el ceño y se cruza de brazos

— Kai, te conozco como si fueras mi propio hijo, ¿Qué ha pasado? — rio divertido y niego con la cabeza

— nada malo, en serio, solo asegúrate que no este de este lado de la mansión — ella me ve con suspicacia y luego respira profundo

— Está bien hijo, tú sabes lo que haces — beso su frente una vez más y dejo la taza dentro del lavavajillas

— nos vemos más tarde, te quiero — vuelvo a besar su mejilla y ella ríe divertida

— saludos a tus padres y no te olvides de traer a Aina contigo — me advierte señalándome con su dedo índice y rio

— De acuerdo si no tiene planes la arrastrare hasta aquí — le guiño un ojo al salir pero me regreso y la llamo — nana — ella se gira para verme y le lanzo un beso divertido

— ya vete que sabes cómo odia tu padre esperar — me regaña mientras rio camino a la puerta, donde Alfred está esperándome.

— Buenos días señor, ¿cómo amanece? — sonrió

— muy bien Alfred, ¿tú qué tal?

— con dolor en la rodilla, sabe muy bien que si después de los 40 al despertar no le duele nada es porque simplemente ha muerto — rio a carcajadas mientras me abre la puerta del auto y tomo asiento.

— A casa de mis padres Alfred por favor — le indico una vez se ha subido

— está bien señor, ¿Cómo ha llegado la señorita Ainara?

— Bien igual de alocada y exasperante que siempre — ríe con suavidad y me dedica una mirada divertida por el espejo retrovisor

— seguro los ha echado muchísimo de menos

— yo lo he hecho y sé muy bien que mama también, pero mi padre — digo poniendo en duda algo que sé muy bien Alfred rebatirá

— su padre los ama señor, solo que tiene una peculiar forma de expresarlo — ambos reímos con su comentario y después de algunos minutos el sonido del radio inunda el auto acompañándonos todo el camino hasta casa de mis padres donde seguro tendré una mañana un poco complicada.


Nota del autor: uy uy uy que opinan de esto???? jajajaja hola hola mis gamers, espero tengan tanto calor como los personajes jajajajaja o sera que el termostato esta como elevadito? jajajaja poco a poco vamos viendo de que va todo esto, espero hayan disfrutado de la lectura de este capitulo... y pues sin mas muchisimas gracias por estar aqui, por leernos, por apoyarme y si no es mucho pedir no se olviden de votar, comentar y compartir... besos enormes los amo!

Les habia hablado en el primer capitulo del soundtrack de esta historia, en su momento crei que seria el mejor, pero me equivoque y aqui esta, es el tema que esta en el multimedia, me parecio super apropiado, tanto el ritmo como la letra... espero lo disfruten besos!

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