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🎭Capítulo 68 - Metzler... Kai Metzler🎭


Colette Belanger.

Llegar al Lux fue una de las cosas más interesantes que he hecho en mi vida, de hecho convencer a esos tres de trabajar conmigo no fue fácil, aunque sabía que mi propuesta era irresistible, los tres hombres tras mucho debatir y pensarlo aceptaron, después de todo el elaborado plan de Eric había funcionado. Sonrió al ver a mi sexy francés tomar uno de mis pies y comenzar a dejar un reguero de besos sobre él.

— ¿Entonces crees que debo intentarlo una vez más con Metzler? — pregunto, mientras el me regala esa sonrisa cálida y seductora que tiene.

— Si, pienso que podríamos entretenernos un poco y además necesito la información Colette y ya tienes mucho tiempo perdido con Ginger...— suspiro al escuchar eso, aunque sé que no está reprochándome nada ambos necesitamos la información.

— Lo sé, Gin es muy inteligente y mientras estamos juntas enserio se le olvida pensar con la cabeza, pero aun así, me ha dicho que hay ciertos accesos que no posee y que solo Ajax, Volker y Kai tienen...— suspiro apoyando la cabeza sobre las almohadas para mirar el techo, disfrutando de sus caricias.

Eric asciende por mi pierna besando aquí y allá, mientras sus manos masajean mi piel, cierro los ojos cuando lo siento llegar a la parte interna de mis muslos, allí son sus dientes los que se dejan sentir. Gimo entrecortadamente cuando una de sus manos se desliza hasta mi entrepierna y comienza a juguetear con mi clítoris.

— Ginger tiene la capacidad y todos los atributos para conseguir lo que desea de Ajax... — comenta Eric cubriéndome con su musculoso cuerpo.

— Ajax esta liado con otra chica, no le da bolas a Gin ahorita, eso la tiene frustrada y de un borde...— Eric ríe y niega con la cabeza antes de besarme con pasión.

— Ustedes las mujeres son capaces de conseguir lo que sea cuando se lo proponen, nuestra rubia no tiene los accesos porque no ha querido conseguirlos y estoy seguro que esos tres la han follado hasta el cansancio...— sonrió porque en eso tiene razón.

Ginger me comento que jugaban entre ellos a veces, en un lugar de la ciudad, pero en esta ciudad aunque quizás no lo parezca hay varios lugares en los que puedes jugar.

— Tu mismo lo has dicho, si quiere hacerlo...— murmuro besando su cuello.

— Entonces hazlo tú, cualquiera de ellos funcionara my love — escucharlo decirme de aquella manera me hace sonreír y buscar su mirada.

Eric sonríe y acaricia su nariz con la mía mientras sus rodillas separan mis piernas.

— ¿A cuál de los tres te gustaría ver que me follara? — pregunto con picardía jugando con el morbo.

Eric permanece unos instantes mirándome con intensidad y sonríe mordiendo su labio inferior.

— ¿La verdad? — pregunta divertido y asiento sabiendo muy bien lo que va a responder — a los tres... — rio y asiento.

— ¿Solo verías? — indago deslizando mi mano con lentitud sobre su abdomen hasta alcanzar su endurecido miembro.

— Los guiaría para que te dieran exactamente lo que te gusta... — comenta descendiendo a mi pecho.

Una vez allí su lengua se pasea sobre uno de mis pezones y lo lame con paciencia haciendo que cierre sus ojos y disfrute de sus roces.

— Les indicaría que te gusta que te toque aquí... — dice deslizando una de sus manos por mi costado hasta alcanzar mi sexo y comenzar a tocarlo — les diría que te vuelve loca que muerdan tus pechos...— acto seguido sus dientes se cierran la piel de mi pecho izquierdo donde succiona y tira de él, para luego liberarlo y atraparlo una vez más pero justo sobre mi pezón.

Esta vez la presión de sus dientes se incremente haciendo que un corrientaso acompañado de una punzada de dolor me recorra entera arrancándome un jadeo de los labios.

— Eric déjate de chorradas y follame...— le pido desesperada sin poder contenerme más.

Este francés desde el primer momento en que lo vi me cautivo, su sonrisa dulce, sus ojos y la forma tranquila en la que mira, todo en Eric destila eso tranquilidad o jovialidad, es como si su aura fuera pura diversión pero la realidad que esa es una de las muchas mascaras de mi encantador hombre. En el mundo en el que trabajamos las máscaras siempre son recomendables y muy usadas.

— ¿Cómo quieres que te folle my love? — Murmura deslizando sus labios sobre mi abdomen mientras desciende hasta acomodarse sobre mi vientre — pídemelo Colette y te daré exactamente lo que quieres...— de un casto beso sobre mi sexo que me hace gemir y descompone aún más mi respiración.

— Duro...— jadeo llevando mi cabeza atrás cuando sus labios se abren y vuelven a cerrarse sobre mi montículo sensible — tómame con un salvaje y dime guarradas al oído...— lo siento reír y entre mis piernas y obedeciendo mi petición se yergue sobre sus rodillas.

— Ábrete para mi my love y separa tus labios que voy a meter mi polla en ese húmedo y caliente coño...— me ordena esta vez.

Obedientemente separo mis piernas y haciendo un perfecto split que lo hace sonreír expongo mi sexo para él, coloco mis manos sobre mis muslos para sostener mis piernas mientras el toca la punta de su glande con sus dedos esparciendo los fluidos pre seminales que ha salido con el jugueteo previo.

Una vez está complacido con la humedad que ha regado en su polla se acercó a mí y rosa mi entrada con su glande haciéndome gemir, entonces como el bruto que es cuando se lo pido entra en mi de un solo empellón llenando por completo, un grito sale de mi garganta al sentirlo tan dentro de mí.

— ¿Te gusta mi polla en tu coño my love? — pregunta con voz ronca cargada de deseo

— Oh sí, me encanta...— jadeo y grito inmediatamente luego cuando vuelve a envestirme llenándome una vez más.

— Dime que te gusta sentirla así de dura, si llenándote toda venga dímelo...

— Me encanta si oh...— jadeo mientras Eric me enviste con fuerza y rotundidad.

Sus manos se apoyan sobre las mías separándome aún más las piernas, entrando más dentro de mí.

— ¿Te gusta así my love? — pregunta rotando su cuerpo a un lado y llegando a otros lugares dentro de mi

— Lo quiero más fuerte...— gimo retorciéndome y el ríe divertido cuando enlentece sus arremetidas.

En seguida busco su mirada y le reprocho en silencio, mientras el continua sonriendo de esa maldita manera que me vuelve loca.

— ¿Qué tienes que hacer my love? — indaga saliendo lentamente de mi con esa misma sonrisa que para muchos es una burla, para mi es una deliciosa invitación.

— Encontrar los accesos...— jadeo sabiendo que eso se refiere.

Su polla se desliza por mi canal hasta salir por completo y la deja reposar en mi entrada.

— ¿Y cómo vas a lograrlo? — pregunta frotándose sobre mí.

— Coqueteando...— gimo con desesperación deseando sentirlo otra vez dentro de mí.

— ¿a quién vas a coquetear my love? — leo en sus ojos lo que desea, está loco porque lo seleccione a él y por supuesto como en cada juego que nos proponemos caigo redonda.

— Metzler...— jadeo moviendo mi pelvis hacia el desesperada.

— ¿Quién? quiero su nombre, alto fuerte y claro Colette...— me ordena esta vez con voz severa acomodando su polla una vez más en mi abertura.

— KAI METZLER... OOOHHHH...— grito el nombre dueño del imperio tecnológico al mismo tiempo que el vuelve envestirme y entrar en mi de un solo golpe.

Sus caderas se mueven con fuerza y rudeza contra las mías, Eric se vuelve brusco con sus estocadas y sé muy bien que el coraje lo está carcomiendo por dentro, sus ojos se oscurecen aún más gracias al rencor y el deseo que siente en este momento y una vez mas vuelve con su tanda de deliciosas preguntas.

— ¿Así te gusta verdad, tenerla toda dentro?

— Si me gusta...— sus manos presionan con más fuerza las mías haciendo que duelan y al notar mi expresión las aparta con cierta brusquedad y vuelve a hacerse con mi piel.

— ¿Dime my love disfrutaras cuando lo beses? — pregunta retándome con la mirada

— Como cuando tú me besas...— lo puyo sabiendo que la respuesta lo hará follarme con más rudeza.

Y efectivamente suelta un gruñido varonil y de los más sexy, tira de mi cuerpo hacia él y se deja caer sobre, su expresión embravecida me hace sonreír, pero jadeo de inmediato cuando su cadera azota mi pelvis con demasiada fuerza haciéndome gritar.

— Repite eso, vamos dímelo — me exige envistiéndome cada vez con más fuerza y con mas salvajismo.

— Voy...— una profunda estocada me corta — disfrutar be...— no alcanzo terminar porque sus labios se estrellan contra los míos y me besa con desesperación mientras su miembro me llena completamente.

Después de un par de estocadas más estoy corriéndome con estrepito gimiendo entre besos, siento como la bruma de éxtasis me emborrona los sentidos y me dejo ir, a los pocos segundo y con un fuerte dolor en mi vientre Eric se corre también dentro de mí. Su fibroso y musculoso cuerpo cae sobre mí aplastándome por completo, su acelerada respiración acompaña la retahíla de improperios que va soltando en francés por haberme permitido provocarlo de esa manera.

Sonrió abrazándolo con mis brazos y piernas mientras el continua farfullando cosas en mi cuello.

— Tranquilo my love encontrare los accesos para ti, pero antes quiero verte follandote a la idiota de la periodista en su oficina, justo como hiciste con Ginger... — le pido consciente que esa mujer le atrajo en el instante en que la vio.

Su cuerpo se tensa ligeramente y sonrió porque aunque intente disimularlo lo conozco demasiado bien y sé que ella le gusta, lo atrae y también sé que está loco por follarla y si no me lo ha dicho es porque se trae algo con ella, algo que no está compartiendo conmigo y eso me alarma sobremanera.

— ¿Quieres que me folle a White? — pregunta con voz ronca en mi oído y rio suavemente.

— Eso quiero

— ¿Por qué?

— ¿Y por qué no? — contraataco ganándome su silencio, un silencio que me incomoda y mucho.

Eric se pone se separa de mí y mira mis ojos con atención, su labio tiene un pequeño corte de lo fuerte que ha mordido sus labios mientras se corría, suspira y apoyando sus manos sobre mis pechos para ayudarse a regresar a la posición inicial me ve serio.

— A Elizabeth la necesito intacta...— murmura y lo veo sin comprender

— ¿Por qué?

— Ya lo sabrás... por ahora céntrate en lo que te he pedido y asegúrate de grabar el encuentro con Metzler...— el tono frio con el que me ha empezado hablar me recuerda que esto a veces es así.

Que cuando tocas ciertos hilos en la intrincada red que envuelve al francés puedes ganarte su lado más calido o su lado más frio, los conozco todos, porque he experimentado y acariciado cada uno de esos hilos, pero este siempre sabe cómo afectarme sobremanera.

— ¿Entendido? — insiste y yo simplemente asiento.

Después de algunos segundos mirándonos con intensidad respira profundo y a continuación cierra sus ojos para luego volverlos abrir me regala una media sonrisa, avisándome que el momento ha terminado y que ha vuelto a ser el mismo de siempre.

— ¿Nos duchamos my love? — pregunta inclinándose hacia el frente y dejando un casto besos en mi abdomen.

— Si, ve tu primero ya te alcanzo...— el me ve un instante consciente que su cambio de humor respecto a la periodista me ha hecho mal pensar.

Pero como siempre se guarda sus pensamientos para sí mismo y con calma sale de la cama, camina hasta el otro lado de la habitación dándome una perfecta vista del hermoso culo que tiene y esa trabajada espalda. Lo veo perderse dentro del cuarto de baño y suspiro algo irritada, porque honestamente la periodista no me cae para nada, mucho menos con ese aire arrogante que se gasta.

Me pongo en pie sintiendo como mis piernas tiemblan un poco pero camino hasta la peinadora de mi habitación tomo mi teléfono y marco el número de uno de nuestros hombres, al tercer toque responde.

— Señora...

— Jack, cambio de planes dejemos tranquilo a Fellner por un rato quiero que sigas a White, quiero un informe con todo lo que hace y con todo lo que no hace ¿estamos claros? — ordeno con ese temple que me permite ser quien soy.

— Si señora, ¿algo más?...

— Vigila a los hombres de Luther, Eric la necesita bien y ese hombre es capaz de hacerle daño a su propio hijo por dinero no quiero pensar lo que sería capaz de hacerle a ella, aunque si intentan algo no interfieras...— comento también dando un margen de control y beneficio para todos.

— De acuerdo señora.

— Gracias, quiero el informe para pasado mañana... — finalizo la llamada sin dejar el hombre si quiera responder si me ha comprendido.

Dejo el teléfono en su lugar y reviso el de Eric, no puedo evitar sonreír al ver la foto que tiene de ambos en el fondo de pantalla, una imagen hermosa que tomamos el invierno pasado frente a la torre Eiffel en Paris, cuando aún estábamos organizando toda esta gran movida.

Me giro y camino hacia el cuarto de baño donde Eric aguarda por mi debajo del agua, en cuanto entro poso mis manos sobre su pecho y ataco su boca deseosa de otro round, que el muy gustosamente me dará justo como quiero, duro, salvaje, como siempre me ha follado.


#


Salgo del ascensor con una amplia sonrisa, al final del pasillo en su amplio stand Kenya trabaja en silencio, al escuchar mi taconeo se gira para verme.

— Buenos días...— la saludo evitando hacer contacto visual con la morena — ¿Kai ya llego? — pregunto con curiosidad señalando su oficina mientras Eric me da alcance, deja un beso en mi cien y murmura una advertencia en francés para que cumpla con mi trabajo y rio.

— No te preocupes...— él sonríe y se va a nuestra propia oficina.

— Buenos días señorita Belanger, si el señor Metzler ya está aquí pero se encuentra reunido con el señor Kholer y Fellner en este momento, ¿quiere que le avise que cuando se desocupe? — pregunta haciéndome dudar de si quiero a Kai buscándome a mi o yo a él.

— Avísame, ya vendré yo vendré cuando se desocupe...— respiro profundo antes de echar andar pero me detengo con una idea rondando en mi cabeza.

— ¿Elizabeth esta? — la secretaria del sexy empresario niega y respiro frustrada.

Hace casi mes y medio que esa mujer no viene a la empresa y de verdad me muero de curiosidad de saber porque. Sé muy bien que sigue trabajando para Kai pero la razón por la que no está aquí me sigue intrigando. Cuando estoy por echar andar como si dios o el demonio hubiese escuchado mis curiosos pensamientos escucho un taconeo a mis espaldas y me giro para encontrarme precisamente con la periodista.

Viene sumergida en la pantalla del teléfono, aprovecho su distracción para recorrer su cuerpo y buscar alguna razón para que Eric la encuentre atractiva. Porque sé que lo hace, lleva un pantalón negro que se ajusta a sus largas piernas, tubito una blusa del mismo color por dentro del pantalón y unos tacones de aguja negros, todo un look bastante periodístico. Imagino que el peso de mi mirada hace que eleve sus ojos y al verme se sorprenda.

— Colette buenos días...— me saluda al alcanzarme

— Buenos días White...— la saludo con una sonrisa suficiente aun sin encontrar la jodida razón para que Eric no quiera follarla y hacerla parte del juego.

— Lizzy que alegría verte por aquí...— interrumpe mis pensamientos la borde de la secretaria de Metzler para luego salir y abrazar con cariño.

Pongo los ojos en blanco y bufo porque son tal para cual.

— Avísame cuando Kai se desocupe por favor...— le espeto a la morena pasando de ellas y echando andar hacia mi oficina sintiéndome repentinamente de mal humor.

En cuanto entro a esta me sorprende ver a Ginger conversando con Eric, el en la silla detrás del escritorio y ella a su lado con el culo sobre este, una de las manos de mi francés acaricia su muslo.

— Buenos días Gin...— la saludo desde lejos evitando acercarme a ambos.

Eric me ve con el ceño fruncido adivinando mi mal humor, pero Ginger ajena a todo esto solo me observa con una de sus perfectas cejas elevadas, paso de ella y de inmediato me centro en hacer mi trabajo, no sé porque me ha cabreado tanto saber que esa periodista le interesa de algún modo a Eric cuando se muy bien que todo su interés es por nuestros intereses.

— ¿Te encuentras bien? — pregunta Eric a mi espalda y respiro profundo tratando de evitar pagar con el mi mal humor.

Me giro para verlo y sonrió con coquetería.

— Todo en orden cariño...— sus labios dibujan una bonita sonrisa y en dos pasos esta sobre mi sujetando mi mandíbula con sus manos.

Sus ojos me escrutan con intensidad y sonrió, Eric me conoce y sabe muy bien que estoy cabreada solo que desconoce la razón y no pienso decírselo.

— Mentirme no se te da bien my love...— murmura sin apartar la mirada.

— Mejor vendré mas tarde...— comenta Ginger a nuestras espaldas y al no conseguir respuesta de ninguno sintiéndose ignorada se marcha farfullando alguna cosa que no alcanzo a entender.

— No empieces con tu basura intimidante sabes que no funciona conmigo...— le espeto liberándome con brusquedad el bufa exasperado y me sigue cuando me aparto de él.

— ¿Qué coño te pasa? — me espeta

— ¿Por qué no quieres Eric? — lo enfrento y el frunce el ceño sin comprenderme — ¿Por qué no quieres follarte a la periodista? — él pone sus ojos en banco y suspira.

— No vamos a tener esta conversación otra vez porque te lo aclare y si no te gusta te la calas...— me espeta girándose para salir de la oficina — pero no te preocupes que si me provoca hacerlo serás la primera en enterarte...— me advierte antes de salir de la oficina dejándome sola.

Suspiro frustrada porque es primera vez que Eric me oculta información y no me agrada que lo haga. Tomo las carpetas con las que iba a trabajar y me centro en ellas, el plan de Eric de llevar alimento a áfrica es un proyecto ambicioso que aunque es una fachada para ganarnos la confianza de Metzler debe ser puesta en marcha y hacerse correctamente. Me paso cerca de hora y media revisando datos y listas de suministros, aunque el proyecto está tambaleándose por la situación con el gobierno del país africano que no nos da paso, hay que tener todo listo en caso que haya algún cambio.

Mi teléfono suena y en cuanto contesto la voz de la morena se escucha del otro lado.

— Señorita Belanger, el señor Metzler ya está disponible...

— Gracias...— finalizo la llamada y sonrío con picardía.

Ese hombre me pone de hecho esos tres me ponen y vaya manera de hacerlo, he fantaseado con que los tres me follan al mismo tiempo mientras Eric observa mientras bebe whisky. Tomo un espejito para mirarme en él y asegurarme que estoy bien, solo retoco mis labios y me pongo en pie, reviso mi vestido y lo subo un poco más para dejar mis piernas más expuestas. Salgo de mi oficina y camino hasta la puerta de la oficina del presidente de Lux Enterprise y doy un par de suaves golpes.

Del otro lado la gruesa y varonil voz de Kai me responde.

— Adelante...— sonrió y abro la puerta en cuanto lo hago mis ojos se topan con ese candente hombre.

Lleva un traje de tres piezas gris, una camisa lila y una corbata a juego, el cabello peinado hacia atrás despreocupadamente, su barba perfectamente arreglada, camino hacia el sin despegar el ojo de él.

— Buenos días Kai...— lo saludo y al escucharme sus ojos se desvían un instante de la pantalla del ordenador y me mira,

Sus ojos barren cuerpo con rapidez sin demorarse en ningún lugar en particular cosa que hasta cierto punto me frustra.

— Hola Colette, ¿Qué necesitas? — como siempre tan cortante.

— ¿desayunaste? — pregunto pasando junto al escritorio y acercándome a él, sus ojos una vez más se desvían del ordenador y me ve expectante.

— No tengo hambre...— responde con el ceño fruncido.

Entonces recuerdo todo el alboroto de su padre y el tema del engaño a su madre, así que intento irme por ese lado.

— ¿estás bien? — el frunce el ceño y se recuesta del espaldar, mirándome con atención.

Aprovecho el momento para recostarme del escritorio, apoyo mis manos sobre la superficie del mismo y ladeo mi rostro sonriendo con coquetería.

— Si, ¿por qué no iba a estarlo?

— Por el tema de tu padre...— se tensa de inmediato y rio para mis adentros recordando lo que Eric me conto sobre la forma en que golpeo a Luther en el evento.

— Todo bien y no es algo que vaya a conversar contigo Colette, así que si viniste por eso te agradecería que por favor...

— Vamos Kai ¿por qué siempre tienes que ser así de antipático conmigo?...— me inclino hacia el acorralándolo en la silla, pero no se inmuta, solo permanece mirándome con intensidad — no te he hecho nada ¿o sí? — el respira profundo y sonríe de lado

— ¿Qué quieres Colette? — su tono se ha suavizado y eso me da pie para acercarme un poco más.

— Nada, quizás un poco de tu atención estaría bien...— murmuro tocando los botones de su camisa, el suspira y me ve divertido.

— ¿Mi atención?

— Si...

— Bien Colette, tienes toda mi atención... — dice tomando mis manos y apartándolas de el con delicadeza — atención que solo te dedicare si quieres hablar sobre el proyecto nada más...— su rechazo me hace erguirme y mirarlo seria.

Siempre es lo mismo con este hombre, sus rechazos me frustran y me hacen replantearme su sexualidad, porque hombre nunca un hombre se había resistido a mis encantos a y a mis insinuaciones, pero Kai, mierda este hombre ni siquiera me mira con una pizca de deseo.

En ese momento su teléfono suena y el lo toma, de inmediato una sonrisa pícara se dibuja en sus labios y lo veo teclear con rapidez, luego de unos segundos humedece sus labios y mueve su cuello a un costado claros signos de tensión, pero su expresión picara me deja ver que su tensión no tiene nada que ver con preocupaciones laborales.

Así que me atrevo hacer una movida realmente atrevida, tomo el teléfono de sus manos y lo coloco sobre el escritorio bajo su atónita mirada, giro un poco más su silla para que quede frente y a mí y se me siento ahorcadas sobre él, sorprendiéndolo.

En cuanto lo hago su duro miembro choca contra mi culo dejándome claro mis sospechas, sonrió de lado y me restriego sobre él, sus manos se posan sobre mis caderas y con una fría mirada me espeta.

— ¿Qué demonios estás haciendo?

— Llamando tu atención...— muevo mis caderas una vez más sobre él y sintiendo como su polla se tensa.

Cuando me inclino sobre el para murmurarle lo que pienso, me toma con fuerza y me empuja sacándome de encima de él, no me libera hasta estar seguro que puedo sostenerme por mi misma y se pone en pie. Cuando lo hace su cuerpo rosa el mío y siento ese ligero cosquilleo de excitación, Kai es alto, mucho más alto incluso que Eric y de pie frente a mí me veo bien pequeña. Sus ojos me fulminan con frialdad.

— Colette siempre me he considerado un caballero, porque así me han criado y creo que te lo he pedido demasiadas veces de forma amable pero no tengo paciencia para esta mierda, vuelve a desobedecerme y olvídate de nuestro trato...— me espeta con la ira brillando en los ojos — ahora largo...— mis cejas se elevan retándolo con la mirada.

Si creo que con su jodido porte va a intimidarme se equivoca no ha visto a Eric en plan intimidante.

— Mientras más te resiste más interesante te tornas...— murmuro inclinándome hacia el tratando de alcanzar sus labios, cosa que se me hace imposible porque aparta la cara.

Entonces rio con suficiencia y me aparto sin dejar de mirarlo.

— Amo los retos Kai y cada día eres uno más tentador...— él sonríe de lado luciendo jodidamente sexy.

— Triste que para mí lo más tentador que puedo hacer contigo es mandarte a la mierda, ahora por favor sal tengo demasiadas cosas que hacer que estar aquí perdiendo el tiempo contigo...— dicho esto se deja caer una vez más en la silla y fija su atención en la pantalla del ordenador.

Sintiendo la ira llenar cada espacio de mi cuerpo, echo andar hacia la puerta pero su voz inunda el lugar antes siquiera de alcanzarla.

— Cierra al salir...— pongo los ojos en blanco pasando de él y salgo de la oficina directo a la oficina de la idiota de la periodista.

No debería ir en el estado que estoy pero, necesito drenar y esa estúpida será la perfecta excusa para hacerlo.


Lizzy White.

Después de mes y medio de estar lejos del Lux estar una vez mas aquí por mas que no me guste admitirlo me agrada, estar cerca del magnate me encanta y mas ahora. Recojo las carpetas con la información que Volker me dejo hace un rato para revisarla mas tarde y me centro una vez mas en mi mas reciente investigación sobre el país africano en el que quieren entrar. No seré de ayuda si no manejo bien la información referente a esto, aunque ahora con el apoyo de Bergoña quizás las cosas sean un poco mas fáciles.

Mi teléfono suena una vez mas avisándome de la llegada de un mensaje, sonrio de lado y suspiro sabiendo muy bien de quien es el mensaje, tomo mi teléfono y reviso.

Kai: No es ninguna molestia señorita White además me parece que Alfred esta encantado en traerla y llevarla a donde usted guste, ¿puede explicarme como es se lo ha metido en un bolsillo?

Rio al leer el mensaje y suspiro como tonta, hemos estado toda la mañana enviándonos mensajes de texto, ni siquiera hemos hablado por whatsapp o el mail corporativo, el me envio un sms temprano para saber si ya venia de camino y desde entonces hemos seguido por ese medio.

Elizabeth: Es su empleado señor Metzler y aunque al parecer no le moleste, no quiero tomarme libertades... puedo conducir hasta aquí sin ningún problema, Dios me doto con la suficiente inteligencia y dos manos en perfecto estado que me permiten hacerlo, deje de ser tan borde y colabore. No he hecho tal cosa, sencillamente creo que su chófer tiene buen gusto y sabe elegir a sus amistades.

Envío el mensaje consciente que lo estoy puyandolo y que seguramente no le gustara mi idea de venir aquí sola, desde el día que se publico el articulo lo siento un tanto paranoico y aunque si ciertamente me preocupa lo que pueda hacer Luther estos últimos días han sido tranquilos por lo que no quiero preocuparme en exceso. Pero todo esto lo hago por molestarlo, me encanta verlo cabreado y aunque si a veces puede que sea un poco contraproducente me pone demasiado provocarlo.

Kai: No le molesta en lo absoluto y en caso tal de que lo hiciera, pues le pago para que lo haga así que no tendría más remedio que cumplir. Si dios te doto con un par de hermosas manos que me encantan como me tocan, es más deberían estar más en mi cuerpo que en el volante, si hubieses aceptado venir esta mañana conmigo habría sido un viaje muy interesante a la oficina.

Kai: ¿acabas de decirme borde?

Comienzo a reír a carcajadas cuando leo el mensaje y muerdo mis labios con las ganas creciendo en mi entrepierna. Joder que con este hombre cualquier hora del día es perfecta para hacerlo.

Elizabeth: Jah ya apareció el magnate arrogante... ¿mis manos en tu cuerpo dice y exactamente en qué parte las quieres? Y si acabo de hacerlo, ¿harás algo al respecto?

Envió el mensaje y espero su respuesta, pero demora en hacerlo por lo que me concentro una vez más en mi investigación, en cuanto comienzo a ver la cantidad de artículos sobre el dicho país mi cabeza comienza a doler, hay demasiada información y ninguna agradable. Masajeo mis cienes tratando de separar mi lado humano y centrarme en la información cuando un par de golpes en la puerta me interrumpen.

— Adelante...— la puerta se abre y una agitada Colette me mira desde el umbral.

De inmediato una de mis cejas se eleva, porque ella no es de las que viene por aquí, de hecho siempre que tengo que tratar alguna cosa con ellos, es Eric quien lo hace, la francesa entra y cierra tras de sí cuando se gira y vuelve a verme su expresión cabreada me sorprende.

— ¿Puedes decirme que tienes de especial? — pregunta haciéndome fruncir el ceño.

— ¿Disculpa? — ella ríe sin ganas y entra.

— Hace mes y medio que no te veía por aquí y llegas de lo más campante, pavoneándote ¿es que acaso eres dueña o socia para hacer lo que se te dé la gana? — ¿ah? Que le pasa a esta mujer

— Disculpa no estoy entendiendo de que hablas.

— Ay no te hagas, ¿Cómo es que te pierdes mes y medio y luego regresas como si nada?

— Creo que no es a ti a quien debo darle explicaciones sobre mi ausencia y si estoy aquí es porque quien las recibió le pareció perfecto tenerme aquí...— le respondo respirando profundo.

— Soy socia y por ende tu jefa...— me espeta haciéndome reír

— Socia en un proyecto, no te hace ser jefe y mucho menos cuando el dueño está aquí...

— No entiendo que es lo que ve en ti...— suelta repentinamente haciendo que me tense.

El magnate y yo aunque tenemos esta relación extraña que tenemos no lo hemos hecho público y los únicos enterados son Ajax, Volker, Azhar y Win que ella este diciendo esto me preocupa.

— ¿Disculpa? — le pregunto sin comprender

— Ay olvídalo, necesito los informes que se han estado manejando para el marketing del proyecto alimenticio... — me exige y elevo una de mis cejas.

Dichos informes no estoy manejándolos yo, sino el equipo de marketing y estoy segura que ella lo sabe muy bien.

— Esos informes...

— Se muy bien quien los está haciendo pero quiero que los busques tú y me los entregues...— me interrumpe antes que pueda explicarle y respiro profundo controlando la profunda ira que comienza a crecer en mi pecho.

— No es mi trabajo y no voy hacerlo...— respondo con tranquilidad y ella ríe.

— Querida no me importa que sea tu trabajo Eric y yo los necesitamos para presentárselos a Kai y no tenemos tiempo que perder...— suspiro porque está siendo más borde de lo normal y estoy perdiendo la paciencia.

— Kenya puede conseguirlos mucho más rápido que yo

— Pero te he dicho que quiero que tú los busques...— pellizco el puente de mi nariz y vuelvo a respirar.

— Mira Colette no sé qué te pasa pero la verdad no manejo la información que estas solicitándome ahora si me disculpas te agradezco que...— en ese momento la puerta se abre y el magnate entra sin siquiera tocar sorprendiéndonos a ambas.

Al ver a Colette aquí su ceño se frunce y respira profundo, pero lo que hace la francesa es lo que me descoloca por completo, camina hacia el magnate y coloca sus manos sobre su pecho, al verla tan cerca de el un calor intenso se enciende en mi pecho avisándome que los celos están haciendo acto de presencia.

— Kai cariño que bueno que te apareces, justo pensaba en ti — comenta inclinándose hacia el mas de la cuenta, por lo que su cuerpo queda prácticamente pegado al suyo — podrías decirle a la señorita White que me ayude con los informes de marketing del proyecto — el magnate esa tenso hasta la mierda y sé muy bien que en parte se debe a la forma en que le respondí el mensaje.

Retarlo constantemente se ha vuelto uno de mis juegos favoritos, ¿para qué negarlo?

— ¿Qué haces aquí Colette? — pregunta con voz ronca.

Yo lo fulmino con la mirada al ver que no hace el menor movimiento para quitar las putas manos de la zorra esta de su pecho, mi cuerpo se tensa cuando la muy... desliza sus manos hacia abajo y las deja justo unos centímetros sobre su cintura. En ese momento Kai toma sus manos y con delicadeza las aparta.

— pues lo dicho cariño, necesito los informes y tu empleaducha — ¿en serio acaba de llamarme asi? — se niega a buscarlos, te he dicho varias veces que deberías revisar tu personal...— suelta con cierto fastidio en la voz y yo estoy muriéndome por quitarme el zapato y clavárselo en uno de sus ojos.

— Para ese tipo de cosas esta Kenya, Elizabeth no es ni secretaria ni tu asistente...— le responde Kai sin desviar la mirada de mí.

— Ah pero es ella quien estará a cargo de la publicación de los eventos, ¿quién mejor que ella para manejarlos? — Kai me ve un instante y luego de algunos segundos responde.

— ¿Tienes acceso a los archivos que te está pidiendo? — mis ojos se abren como platos y la bastarda de Colette sonríe triunfal

— No...— respondo cortante sin dejar de verlo.

Nuestras miradas en un duelo que no va a terminar bien, porque juro por dios que en cuanto esta bruja salga de aquí el idiota este va a escucharme.

— Colette sal y dile a Kenya que te consiga la información que necesitas...— hace una pausa y finalmente posa sus ojos en la francesa que sonríe con arrogancia y picardía aún demasiado cerca de el — no vuelvas a pedirle a Elizabeth un material que no le corresponde manejar, la haces perder tiempo y la desconcentras de su verdadero trabajo, ahora por favor déjanos solos necesito aclarar algunas cosas con ella...— la expresión de Colette se extingue con rapidez y pasa del triunfo rápidamente a la sorpresa y luego a la curiosidad.

Nos observa un instante de uno al otro y luego suspira, se gira y sale echando humo por las orejas, en cuanto la puerta se cierra detrás de ella, el magnate se gira y le pasa el pestillo, en otro momento ese sonido me habría calentado hasta el último centímetro de piel consciente de lo que significaría para mi estar encerrada con el magnate aquí.

Pero justo ahora, con el cabreo y los celos que me cargo no hay mucho en lo que pensar. Cuando Kai se gira y posa sus preciosos ojos en mi sí, me caliento, si me lleno de lujuria y de deseo por la endemoniada forma en la que me mira, pero lo ignoro porque el cabreo ahora puede más que lo demás.

— ¿Por qué coño siempre tienes que estar retándome? — espeta confirmando lo que pensé, pero acrecentando mi ira al ignorar por completo lo que acaba de pasar.

— ¿Por qué coño tienes que dejar que te toque? — suelto en el mismo tono imperioso que el uso.

Sus ojos se abren como platos y duda un instante, antes de caer en cuenta de lo que hablo, una media sonrisa se dibuja en sus labios y quiero ir hasta el darle un guantazo y hacerlo reaccionar porque no es gracioso.

— ¿Celosa? — me puya sabiendo que lo estoy.

— Kai no estoy para tus jueguitos

— ¿Ah no y para que estas entonces? — murmura dando un paso en mi dirección haciendo que todo mi cuerpo se tense y yo me obligue a pensar con claridad.

— Mira esa mujer acaba de venir a armarme un lio de la nada sobre que tengo mes y medio sin venir y que estoy aquí pavoneándome — Kai continua acortando la distancia entre ambos conforme hablo — y luego me espeta que, que es lo que ves en mí, — eso hace que frunza el ceño pero no se detiene — ¿acaso esa mujer sabe algo...— no puedo terminar de hablar porque el magnate esta justo frente a mí en este instante.

Una de sus manos se posa en mi cintura baja pegando mi cuerpo al suyo, en cuanto lo hace siento el bulto en su pantalón y jadeo, su mano libre se pierde detrás de mi cuello y con una rudeza típica de el estrella sus labios contra los míos, el beso es demandante, pasional, agresivo y termina desatando la lujuria que despierta el mí su tacto y su cercanía. Respondo el beso metiendo mi lengua en su boca, el gruñe aprobando el gesto y me besa con más avidez, la mano que está en mi espalda baja desciende hasta mi culo y allí me presiona más contra su erección haciendo que gima.

Sus dientes se cierran sobre mi labio inferior y muerde con fuerza para luego arrástralos sobre la piel del mismo dejándome completamente extasiada. Cuando sus labios abandonan los míos apoya su frente en la mía, nuestra respiración totalmente acelerada y descontrolada hace que mi pecho suba y baja rosándose constantemente con el suyo lo que provoca que mis pezones se endurezcan aún más al punto de arder.

— ¿Quieres callarte? — murmura mirándome con intensidad y yo quiero golpearlo, pero que vuelva a besarme.

De hecho quiero que me folle sobre el escritorio. Elizabeth céntrate tienes que resolver el tema de Colette, me reprendo mentalmente.

En serio no puedo creerme que esa idiota haya venido aquí armar una escena que no entiendo porque lo ha hecho y el este mandándome a callar.

Intento separarme de él, pero me lo impide pegando más su cuerpo al mío, haciendo que me estremezca. Joder con este hombre y ese cuerpo y mi puto cuerpo traicionero.

— Esto es el colmo de verdad...— suelto tajante y el ríe rosando su nariz en mi cuello.

— Tienes razón sobre todo la parte en que insistes en retarme...— pongo los ojos en blanco y apoyo mis manos en su pecho para empujarle pero se niega a apartarse de mi

— Kai suéltame...— le pido exasperada.

Ansiando que no lo haga realmente y como si pudiera leerme se mantiene en el mismo lugar, sosteniéndome con fuerza pegada a su duro y fibroso cuerpo, mientras sus labios comienzan arrastrarse sobre la piel de mi cuello.

— Te soltare cuando me digas cuál es tu afán de retarme todo el tiempo...— sonrió consciente que no puede verme al estar metido en mi cuello besándolo.

Antes de poder responder alguna cosa un gemido se me escapa cuando sus dientes muerden con suavidad y luego su lengua me rosa.

— No hay afán Kai, suéltame ya...— le pido tratando de evitarlo.

— Entonces no te soltare, además me preguntaste que iba hacer al respecto ¿no? — toma una de mis manos que sigue sobre su pecho y la desliza sin dejar de tocarse con ella, levanta su rostro y encuentra mi mirada.

Guía mi mano justo hasta su entrepierna tan dura como una maldita roca, y allí comienza a masajearse sobre la ropa.

— Esto es lo que voy hacer al respecto... — dice apretando un poco más mi mano sobre su polla — vas a inclinarte y vas a chuparme la polla aquí y ahora y así le darás el mejor uso que pueden tener esas hermosas y perfectas manos que dios te dio, ¿entendido? — pregunta sin apartar la vista.

Trago duro sintiendo como mi garganta se ha secado antes sus palabras, en este punto mi braga está literalmente bañada con los flujos de mi excitación. Respiro profundo tratando de apaciguarme y no ceder ante la orden y el tono demandante y autoritario del magnate aunque en realidad este muriéndome por obedecerlo.

Entonces intentando desviar un poco las cosas a mi favor, aprieto con más fuerza su erecto miembro y comienzo a moverlo más rápido. De su garganta sale un gruñido ronco y varonil que me enciende aún más, haciendo un esfuerzo sobre humano me detengo y aparto la mano, sus ojos se abren para verme con reproche pero lo ignoro. En el momento en que voy a soltarle una de las mías un par de golpes en la puerta nos advierten de la presencia de alguien.

Antes que podamos separarnos o que yo pueda contestar la puerta se abre y un acalorado y malhumorado Ajax entra, al vernos sus ojos se abren como platos y Kai respira profundo cerrando sus ojos.

— Maldita sea...— farfulla, separándose un poco de mí.

— Joder ¿interrumpo? — suelto el idiota de Ajax mirándonos con diversión.

— ¿Tu qué coño crees? — le espeta el magnate dedicándole una mirada asesina.

— ¿No que no estaba permitido el contacto entre empleados en el edificio? — pregunta en tono burlón logrando que el magnate respire profundo y se aparte de mi con rapidez.

Cuando se gira para ver a uno de sus mejores amigos lleva una de sus manos a su pantalón e intenta acomodar la enorme erección que amenaza con romper la tela del pantalón.

— Que te den Ajax...— suelta cabreado y el empresario sonríe de lado, luego posa sus ojos en mi y suspira.

— Necesito hablar contigo...— el tono serio que utiliza me alarma — a solas...— pero esas ultimas dos palabras me alarman mas. 


Nota del autor: holas mis gamers como les va??? oooohhhh tenemos un nuevo narrador bueno una nueva narradora... Colette, que les ha parecido? interesante? voy a ser sincera, me gusta la relación de estos dos, (Eric y Colette) aunque no sepamos sus intenciones me gustan como pareja y a uds? 

Esos momentos intensos entre Lizzy y Kai dios, pero que calor... como veran han cambiando un poquitin las cosas entre ambos despues de aquel encuentro donde se ha robado "la virginidad" de la retaguardia de la periodista, las cosas subieron un nivel mas entre ellos, y que rayos tendra que hablar Ajax con la periodista a solas? JUM...en fin gracias por estar aquí, leernos y apoyarnos como lo están haciendo un beso enorme, le amooo infinitoooo!

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