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🎭Capítulo 67 - Caí en su juego 🎭


Kai Metzler.

El camino de la mansión hasta el departamento se me hace una puta eternidad, después de la imagen que me envió la periodista usando mi camisa acostada en la cama, no he podido hacer otra cosa más que fantasear con tenerla en cuanto posición se me ocurra, joder esa mujer despierta cada uno de mis más bajos instintos. Intento acomodar mi endurecida polla dentro de mi pantalón inútilmente para que deje de molestar.

Pero sé que es obvio que no pasara, no hasta que este acomodado entre sus piernas clavándome con fuerza en su coño perdiendo la vida y la razón en ella, respiro profundo y paso mis manos por mi rostro.

— ¿Está bien señor? — pregunta Alfred con una sonrisa cómplice.

Desde que subí al auto Alfred ha estado actuando extraño, es como si supiera algo que yo no sé, lo que me hace pensar que Elizabeth hizo algo y él está al tanto, pero no quiero ser imprudente y arruinar lo que sea que ha preparado además respeto el silencio de Alfred, si ha decidido apoyarla en esto es porque sencillamente la aprobó y aunque suene tonto darle tanta importancia a la opinión de un simple chofer debo decir que este hombre es más que un chofer, razón por la que permanezco tan tranquilo.

— Si todo en orden...— respondo mirando por la ventana tratando de alejar de mi cabeza la imagen de la periodista desnuda en cuatro sobre mi cama.

Aunque es un vano intento porque sencillamente no puedo hacerlo, no después de lo que hablamos esta mañana, no después de saber que está dispuesta darme ese delicioso y hermoso culo que tiene, trago duro con solo imaginarme dentro de ella, humedezco mis labios y echo la cabeza atrás impaciente por llegar y verla, por besarla.

Mierda nunca había sentido tantas ansias de follar a una mujer como las que siento con Elizabeth, es algo tan extraño que no lo logro entenderlo, cierro mis ojos y respiro profundo tratando de controlar mis ansias, entonces recuerdo que tengo una forma muy entretenida de no ser el único que "sufre" tomo el teléfono y entro a la aplicación del dispositivo y activo la opción de remoto. Sonrió después de unos segundos cuando me pide la clave para ingresar al control remoto del mismo, la introduzco y sonrió cuando se despliega el panel de opciones.

Miro por la ventana para ver qué tan cerca estamos de llegar y muerdo mi labio satisfecho al notar que estamos a solo un par de cuadras, activo el pulso y lo coloco al 6 % solo un poco más de lo que utilice cuando estaba conmigo en el auto y no puedo evitar reír pensando en su reacción y su expresión, abro la opción que me permite regular el pulso y darle un ritmo, escojo el ritmo intermitente cada cinco segundos.

Alfred gira a la derecha y la puedo ver parte de la fachada de la mansión, me remuevo ansioso en el asiento porque estoy loco por ver su expresión, en cuanto el auto se detiene frente a la mansión, agradezco a Alfred con un ligero asentimiento y bajo del auto, camino por el amplio patio interno de la mansión hasta alcanzar la puerta principal donde para mi desgracia esta Kriss de pie hablando con uno de los hombres de seguridad.

Al verlo mi ceño se frunce porque tienen la orden de no dejarse ver ni en la misión ni en el perímetro.

— Hola Kriss, ¿todo en orden? — al verme la mujer se sorprende y asiente ligeramente dedicándole una mirada al mastodonte que esta frente a ella.

— Bruce, ¿qué pasa? — pregunto al sujeto al reconocerlo.

— Señor, buenas noches...— me saluda y mira sobre mi hombro en ese momento lo imito y veo acercarse a tres más de sus hombres.

Mi cuerpo se tensa y de inmediato pienso en Elizabeth y la advertencia hecha por Luther.

— ¿Qué pasa? — pregunto sintiendo como la preocupación se abre paso en mi pecho.

— Detectamos actividad sospechosa en el perímetro de la mansión hacia el lado oeste, cerca del café de la esquina, un hombre ha estado viniendo tres días seguidos a la misma hora, permanece cerca de dos horas en el café y luego se marcha, lo inusual el día de hoy es que traía una cámara con él y todas las tomas que realizo las hizo a la mansión — mi cuerpo se tensa conforme Bruce conversar — ¿Y bien? — pregunta a uno de los sujetos al alcanzarnos.

— Tenga...— dice entregándole una cámara fotográfica — dijo que estudiaba arquitectura y debía hacer un trabajo de la mansión, se reusó un poco a entregar la cámara pero no le quedó más remedio que hacerlo — explica el sujeto posando sus ojos en mí, al verme se sorprende

— Señor...— lo corto

— ¿Ajax está aquí? — pregunto de inmediato a Kriss que asiente.

— Si llego hace 40 minutos y esta con esa muchacha dulce...— responde Kriss.

— Intensifiquen la seguridad, descargare el nuevo prototipo en el sistema y les avisare una vez este hecho, no quiero a nadie sospecho rondando la mansión, a la menor señal de algo raro quiero saberlo e infórmenle a Ajax sobre esto...— Bruce asiente y luego suspira.

— Señor hay algo más...— vuelvo a tensarme

— ¿Qué pasa?

— Pierce estuvo aquí hace algunas horas...— con la mención del hombre de confianza de mi padre la preocupación aumenta.

— ¿Kriss hablaste con él? — Pregunto a la mujer que niega enseguida y suspiro pasando mis manos por mi rostro — ¿Qué hizo? — Bruce suspira y se encoge de hombros.

— Solo se detuvo algunos minutos frente al portón y luego siguió su camino...— ¿Qué mierda quería Pierce aquí? Ese sujeto nunca me ha gustado y mucho menos después de haberlo investigado.

Asiento sin hacer mención a ninguno de mis pensamientos, Luther está planeando algo y no puedo quedarme de brazos cruzados cuando amenazo a Elizabeth abiertamente, dejo a los hombres con Kriss y continuo mi camino hacia al departamento completamente preocupado y perdido en las mil y un posibilidades en que podría hacerle daño a la periodista.

Cuando abro la puerta del departamento, ya he olvidado completamente que venía con planes, pero antes de irme al estudio para entrar al sistema y actualizarlo con el nuevo prototipo camino hacia la habitación, ya que todo está demasiado tranquilo, las luces están apagadas y no veo señales de la periodista por ningún lado.

Enseguida apresuro el paso hacia la habitación, sintiendo como mi corazón late con descontrol en mi pecho, abro la puerta y en cuanto la veo siento que el alma me vuelve al pecho, respiro profundo y cierro los ojos sintiendo nuevamente cierta calma. Camino hacia la cama en silencio, se me hace raro que está dormida, rodeo la cama y en cuanto la veo sonrio de lado.

Sus mejillas estan sonrosadas y sus labios estan entreabiertos, tiene la respiración acelerada y se exactamente por qué. Me siento a su lado y aparto un poco el cobertor no puedo evitar pensar en aquella noche en Dubai cuando entre a hurtadillas para verla dormir y justo como ese dia, acaricio el contorno de su rostro.

Al sentir mis dedos su cuerpo se estremece y rio suavemente, debe estar teniendo sueños bien interesantes, cuando me inclino para besar su frente algo en su pecho llama mi atención, es algo negro de encaje, entonces me enderezo con el ce;o fruncido y esa ligera sensación que la periodista hizo alguna travesura antes de quedarse dormida.

Con cuidado aparto el coberto y conforme lo hago trago duro, su torso, no su pecho esta cubierto por un delicado, sexy y bonito top de encaje que hace que me olvide completamente de mi preocupación y de lo que se supone debía hacer al llegar. Me pongo en pie y termino de correr el cobertor encontrándome con la mejor jodida insinuante y excitante imagen que he podido tener en la vida.

Si alguna vez imagine a la periodista llevando lencería sexy y atrevida ninguna de esas imágenes le hacen justicia a la realidad, devoro su cuerpo con los ojos desde su rostro sonrosado hasta sus bonitos pies enfundandos en medias negras que alcanzan la parte alta de los muslo, humedezco mis labios antes de morderlos y despieno mi cabello maravillado, fascinado y extasiado con la vista que tengo.

Entonces como si algo me llamara, como si su cuerpo tuviese la capacidad de controlar el mio, me inclino para tocarla, pero cuando estoy por hacerlo un jadeo casi imperceptible se escapa de sus labios haciendo que cada fibra de mi ser se encienda.

— Maldita sea...— murmuro acomodando mi polla endurecida y adolorida.

Busco su rostro y en cuanto lo hago sus ojos están mirándome con intensidad, con deseo, con lujuria, su labio inferior está atrapado entre sus dientes y no es mucho lo que hay que decir sencillamente se ve hermosa, justo como una diosa luciría.

— ¿Jugando? — le pregunto con voz ronca recorriendo una vez más su cuerpo, ella contiene la risa y se gira para colocarse boca arriba.

Dándome un vistazo perfecto de sus pechos debajo de la tela, de cómo sus pezones están endurecidos, como su plano, terso y suave abdomen se mueve agitado por su respiración, como la puta braga que lleva puesta se ajusta a su caderas deja ver solo un poco lo que esconde en su entrepierna.

Regreso a su mirada que me atrapa, me cautiva y me devora, Elizabeth me mira con una intensidad que me hace estremecer, mierda ¿Qué fue lo que me hizo esta mujer? Doy un paso hacia ella obligado a tocarla, a sentirla, desesperado por la necesidad de tocar su piel. Pero algo en su mirada mucho más brillosa de lo usual me hace ir con más lentitud, algo se trae y aunque no sé qué es, siento que me perderé la cabeza al descubrirlo.

— Tu empezaste...— jadea con voz ronca.

Y escucharla hablarme así es justamente lo que necesito para mandar a la mierda esa calma y el tiempo que estaba tomándome para sentirla, camino hacia ella y sin importarme siquiera que llevo aun los zapatos puestos, me subo ahorcadas sobre sus piernas, ella se sobresalta de la sorpresa y me ve con una sonrisa en los labios.

Una que promete y anuncia demasiadas cosas, una que promete llevarme al infierno más placentero y subirme de regreso al cielo. Nuestras miradas siguen conectadas mientras coloco mis manos sobre sus muslos, cubriendo una amplia capa de piel la cual acaricio con mis palmas, ella respira profundo y se remueve debajo de mí, en cuanto lo hace cierra los ojos y gime como si mi tacto fuera más de lo que pudiera soportar.

Mis manos alcanzan sus caderas y se pasean por los costados de su cuerpo, me aseguro de tocar su piel pero no de tocar ningún lugar muy sensible, ella juega conmigo yo juego con ella. Sus ojos se cierran y echa la cabeza atrás, exponiéndome su cuello, tentado por él y el placer que siento de esconderme en ese espacio me inclino y la alcanzo, allí roso mi nariz con su piel llenándome de ese maldito olor que me ciega, que me enloquece y me hace perder la cordura.

Sin poder controlarme tomo una porción de su piel entre mis labios y succión con fuerza para luego comenzar a besar arrastrando mis labios y mi lengua, la periodista se remueve debajo de mí y jadea aún más fuerte, haciendo que mi cuerpo se erice, mierda amo escucharla jadear. Continuo con mi deliciosa labor de lamer su cuello y morderlo, hasta que finalmente alcanzo la línea de su mandíbula, allí dejo una seguidilla de besos hasta sus labios los cuales tomo con maldito neandertal.

Mi boca se estrella con la suya tomando toda la piel que ocupan sus labios, los contornos y todo lo que los rodea fuera y dentro, sus dientes chocan con los míos y su lengua se pierde en el interior de mi boca cuando su rostro se impulsa hacia arriba para profundizar el beso. Gruño aprobando cada maldito gesto, ruido o movimiento que hace, chupo su lengua para luego liberarla y juguetear con la mía.

— Oh joder...— gime contra mi boca, llevando sus manos a los botones de mi chaleco — esta mierda no la necesitas...— farfulla deshaciendo los botones con una rapidez impresionante.

Muerdo su labio inferior y tiro de el con fuerza sintiendo que en cualquier momento puedo tomarla con demasiada rudeza, porque en este punto siento que esos instintos que suelo dejar salir en el club comienzan hacerse presentes, me separo de su boca con los ojos cerrados buscando sosegarme y controlarme pero me está costando demasiado.

Cuando de pronto siento su lengua rosar la piel de mi pecho, abro los ojos para verla y mierda.

Mierda, mierda, mierda.

— Por dios nena...— jadeo cuando sus manos se cierran en puños sobre la tela de mi camisa y tira de ella para soltar el resto de los botones.

Su lengua y sus labios juegan a trazar patrones irregulares de besos hasta alcanzar una de mis tetillas, allí su lengua danza con una lentitud delirante que me hace tragar duro, elevo mi rosto hacia el techo dejándola hacer, sus manos se deslizan sobre mi pecho y mis abdominales ejerciendo presión y cada tanto dejándome sentir sus uñas. Aprovecho el momento para posar mis manos en su espalda y subirlas haciendo exactamente lo mismo que ella hasta alcanzar su cabello que lo lleva recogido en una puta coleta y no entiendo porque.

Cierro mi mano con fuerza sobre su cabello y tiro de su cabeza separando su boca de mi piel, giro su rostro con cierta brusquedad para que me vea.

— Tu cabello siempre debería ir suelto...— le espeto acercándome a su boca y murmurándolo sobre sus labios sin dejar de verla — ¿entiendes? — pregunto dando un ligero tirón cuando no responde nada.

— Si...— jadea, pero sus ojos están retándome — pero me gusta llevarlo así recogido en ecuaciones, así que te jodes...— suelta con altanería y sé muy bien que está provocándome y vaya manera de hacerlo y... lograrlo.

Tiro con más fuerza de su cabello vuelvo a comerme su boca como un lunático, muerdo, chupo, lamo y vuelvo a morder sus labios hasta intentar saciarme de ellos, consiguiendo exactamente lo contrario. Buscando fuerzas no sé de donde me alejo de su boca y respiro agitado.

La libero y me pongo en pie con un rápido movimiento, ella jadea al verme solo con pantalón y el torso descubierto. Con prisa me deshago del pantalón, los zapatos y las medias quedándome solamente en bóxer. Regreso a la cama pero esta vez no me molesto en tratar de ser delicado.

— No seré el único en joderse...— le espeto tomando sus muñecas, con rudeza pero sin lastimarla, la empujo sin soltarla y cae a la cama dejando salir un gemido.

Su cuerpo se contrae haciendo que su espalda se arquee, dejando sus pechos a mi total disposición y como el genio que soy aprovecho la oportunidad, me lanzo sobre uno de ellos atrapando el pezón con mis dientes, sobre la fina tela del top. El cuerpo se Elizabeth se contrae aún más, cuando siente como mi boca devora esos picos erectos y endurecidos, muerdo y tiro de ellos empapándolos con saliva sobre la tela para luego chuparlos con fuerza.

En ese momento un jadeo entrecortado se escapa de la garganta de la periodista y su cuerpo comienza a temblar, para cuando dejo su pecho para irme a por el otro Elizabeth está corriéndose con estrepito, es tanto su nivel de excitación que sin penetrarla o estar tocando su clítoris directamente con mis manos su cuerpo la arrastro hasta un muy orgasmo.

Continuo lamiendo y chupando sus pezones, pero esta vez con más calma y delicadeza, dándole tiempo a que vuelva a compasar su respiración, su espalda se va relajando y finalmente la apoya una vez más sobre la cama, su respiración es un desastre y sus ojos están cerrado, sonrió de lado satisfecho con el resultado que generan los pulsos del dispositivo.

Elizabeth abre sus ojos y me ve mordiendo su labio inferior conteniendo una sonrisa que me hace sonreír ampliamente.

— ¿Disfrutando de la vista señor Metzler? — pregunta después de unos segundos.

— Y mucho... — respondo inclinándome sobre sus labios para volver a besarla, cuando dejo sus labios y busco su mirada — te ves jodidamente hermosa...— murmuro diciendo la verdad, ella sonríe y asiente.

— Gracias... tú te ves endemoniadamente sexy...— en mi turno de reír

— Pero le recuerdo que este intento de distracción no va a funcionar...— murmuro sobre sus labios haciendo que su cuerpo se tense — yo quiero algo que tú tienes nena...— jadea y yo rio liberando sus muñecas.

Me corro hacia abajo para darme espacio y poder tomar sus piernas para girarla, se ve hermosa de frente, pero algo me dice que ese jodido culo debe verse como una de las cinco maravillas con esa braza de encaje. Cuando la giro efectivamente quedo babeando con la imagen. El culo de la periodista es mucho más grande que el de la europea promedio, sé muy bien que se debe a su ascendencia latina, pero no es solo el tamaño.

Es la forma redondeada de sus glúteos, la suavidad de esos y la forma en que se ven en este instante debajo de la tela negra joder. Humedezco mis labios mientras me inclino sobre una de sus nalgas y dejo un casto beso, ella se estremecerse y suspiro colocando mis manos sobre ellas. Comienzo con la deliciosa y exquisita labor de magrear y masajear sus nalgas, creo que una de las cosas que más me gustan del cuerpo de la periodista además de su cara es su culo.

Tentado por sentir su piel meto las manos debajo de la tela y continuo masajeándolas, sin dejar de deslizar mis labios sobre los costados, donde voy dejando un reguero de besos húmedos y rosando cada tanto con mi lengua, muerdo aquí y allá preso de esta sensación delirante que me obliga a continuar jugando con sus nalgas.

Mi polla tiene rato implorándome que la libere y aligere un poco la tensión que siento, pero demorarlo es un placer que aunque un poco doloroso es extremadamente placentero, la periodista se remueve un poco debajo de mi gimiendo cuando masajeo con más fuerza lo que me hace fruncir el ceño, ella nunca había gemido de esta forma solo porque haya estado jugando con su culo, pensando en ello me centro en mi meta.

— Ahora nena voy a apartar un poco esta tela y voy a...— en cuanto lo hago y desciendo los ojos para ver su ano me quedo de piedra.

Mi boca queda entreabierta y mis ojos se abren como platos, mi corazón se salta un latido para luego reanudar su marcha con estrepitosa rapidez, mi garganta se seca y suelto un gruñido ronco y tosco al admirar la joya en forma de corazón decorando ese hermoso y delicioso culo. No puedo decir nada porque no solo estoy impactado, estoy maravillado y demasiado embobado mirándola de su rostro que me ve con diversión y arrogancia de vuelta a su hermoso culo decorado con un maldito plug.

— ¿Vas a qué?...— murmura con ese tono seductor y lleno de suficiencia.

No sé qué responderle, no sé qué coño decirle porque me tiene literalmente imbécil. Relamo mis labios detallando lo jodidamente sexy que se ve ese culo apretado con la joya de corazón, cierro mis ojos y respiro profundamente, me echo un poco más atrás y me inclino hacia el frente, abro mis ojos buscando su mirada que me ve cargada de lujuria, deseo, con unas irremediables ganas de que la haga mía.

Y vaya que voy hacerlo, voy a grabarme en cada jodido milímetro de su piel, en cada rincón de su cuerpo tendrá mi marca, mi nombre, la hare tan pero tan malditamente mía que jamás podrá volver a estar con alguien sin sentirse mía. Comienzo a besa la parte de atrás de su rodilla, sin apartar la mirada de la suya, sus ojos se cierran un segundo antes de volver abrirlos y fijarse en mí, yo aprovecho de subir mis manos tocando sus la parte de atrás de sus muslos, pierdo mi mirada hacia su culo ese que está gritándome que lo folle duro, pero no con calma, una vez más me obligo a devorarla de a poco.

Alcanzo la línea que separa sus glúteo de sus muslos y roso mi lengua sobre ese espacio, Elizabeth se estremece y jadea mientras tomo el borde de la braga y la hago a un lado dejando a la vista su coño que brilla como si le hubiese aplicado aceite y todo se debe a la cantidad de fluidos que están saliendo de ella, sonrió de lado anticipándome al delicioso sabor. Alcanzo su coño y lamo apenas un poco sintiendo su sabor llenando mis papilas gustativas.

Mi cuerpo se estremece y respiro profundo controlándome una vez más, entonces dejándome llevar un poco sin poder contenerme tomo sus caderas y tiro de ella con fuerza, para colocarla en cuatro, separo sus piernas con rudeza mientras ella jadea y se deja hacer. Me inclino sobre sus glúteos y comienzo a besarlos una vez más, mientras me deleito con la vista del plug en su ano. Tomo la braga y la deslizo por su culo hasta dejarlo a mitad de camino, dejándome suficiente espacio para tener acceso tanto a su coño como el juguetito que ha decidido integrar a nuestra relación.

Sin poder contenerme más, entierro mi cara entre sus piernas, con mi lengua separo los pliegues empapados encontrando una deliciosa piscina llena de su placer, lamo y chupo como si fuera un panal de miel que deja salir su néctar, ella gime y se estremece retorciéndose con mis caricias, hasta decido tocarlo.

Cierro mis dedos sobre la base en forma de corazón y lo muevo ligeramente, su cuerpo se contrae y jadea, tensando sus brazos, lo giro a la derecha y luego a la izquierda mientras ella gime contra las sabanas, dios esto es demasiado perfecto, Elizabeth es demasiado perfecta. Tomar la iniciativa para dejarme el camino libre y tomar lo que quiero, no joder.

Me enderezo ya sin poder controlarme más, saco mi polla sin dejar de girar de un lado al otro el plug mientras con mi mano libre riego la gota de pre semen que humedece mi glande, masajeo un poco intentando liberar quizás algo de presión y tensión, pero sé muy bien que lo único que lo lograra será estar dentro de ella, así que sin más me acomodo entre sus piernas, mis manos sobre sus nalgas separándolas, deslizo mi polla sobre sus pliegues encharcados para lubricarla y acariciándola lentamente, repito la acción un par de veces hasta que ya se me hace imposible, sujeto el tallo de mi polla acomodo el glande en su entrada y sonrió deseoso.

— ¿Lista nena? — pregunto con la voz enronquecida hasta niveles irreconocibles para mí.

— Aja...— jadea contra la sabana

— No te escuche...— la pullo sintiendo como su cuerpo se tensa, ella eleva el rostro para decir algo y justo en ese momento me clavo en ella con fuerza.

Las paredes de su coño se cierran con fuerza sobre mi polla estrangulándola inmediatamente haciéndome soltar una sonora maldición. Jadeo sintiendo como su coño se comprime sobre el dispuesto a sacar todo de mí. Me aferro a sus caderas y miro al techo un segundo antes de volver a ver su culo.

Joder esa puta imagen hace que mi cabeza vuele y sin darle tiempo a adaptarse a mi grosor, más al largo y a la sensación de plug en su culo comienzo a moverme con salvajismo, su cuerpo comienza irse de adelante hacia atrás con cada una de las envestidas que le doy, pronto ya no son gemidos los que salen de sus boca son gritos de completo y absoluto placer. Entro y salgo de su coño sin dejar de rotar el plug en su culo, para mí la sensación apretada es aún mayor, porque el espacio que ocupa el plug más las paredes de su coño cerrándose alrededor de mi polla.

— Ah maldita sea...— suelto deteniéndome porque si no voy a correrme muy pronto.

Deslizo mis manos sobre su espalda y libero los botones que sostiene el top de su cuello, este se afloja y meto las manos debajo de la tela para empujarlo y sacarlo por su cabeza, aun sin moverme y llenándola por completo me ayuda a deshacerme de la parte de arriba del bonito conjunto que encontró. Su espalda tersa y poluta queda expuesta para mi demasiado limpia, demasiado blanca, arrastro la yema de los dedos sobre su piel con fuerza dejando líneas rojas conforme desciendo hasta alcanzar sus glúteos una vez más.

— Kai... por favor — jadea suplicante y rio

— ¿Qué nena, pídemelo vamos pídemelo? — le pido con voz ronca mientras roto mis caderas en círculos haciendo que gima más fuerte.

— Follame Kai no pares...— me pide y en cuanto esa última s es arrastrada por su boca inicio una vez más el movimiento deseoso y desesperado continuo el vaivén con fuerza y salvajino.

Me pierdo la deliciosa sensación y en los maravillosos gemidos y gritos de placer que suelta constantemente la periodista hasta que me detengo, quiero algo en particular y voy por ello. Salgo de ella haciendo que se queja y se tensa, pero lo ignoro dejo caer un par de nalgadas enrojeciendo el área.

Con una de mis manos separo sus glúteos y con la otra sostengo el plug y una vez más lo roto haciendo que su cuerpo se tense pero se relaje de inmediato, tiro de el con lentitud para sacarlo, y ver como su ano comienza a dilatarse para dejar salir el plug me pone como un maldito tren, tiro un poco más y finalmente sale, al verlo noto que es la medida más pequeña por lo que sé que esto le dolerá. Pero me concentro en su placer y el mío.

Me inclino sobre su culo y sin pensármelo comienzo a lamerlo, jugueteo con mi lengua haciendo presión y rodeando el área con ella, sus gritos se entremezclan con mis constantes gruñidos.

— Dios sabes a gloria...— murmuro contra su culo antes de meter mi lengua en él.

Ella grita arqueando su espalda y yo dejo caer una de mis manos con fuerza en uno de sus nalgas, muevo mi cabeza hacia atrás y hacia delante para penetrarla con mi lengua mientras ella comienza a hacer el mismo movimiento en busca de mayor contacto.

— Este culo virgen dejara de serlo hoy nena y será solo mío...— le espeto irguiéndome y volviendo acomodarme entre sus piernas.

Coloco la punta de mi glande sobre su ano y presiono, de inmediato ella grita pero no se quita, permanece allí, sin moverse aguardando el momento en que realmente entre en ella, continuo presionando y acariciando, cuando su propia humedad no me basta para seguir con esto me inclino un poco y escupo sobre su culo el ruido la hace girar para verme y sonrió de lado, esparciendo mi saliva con mi polla.

— ¿lista? — pregunto una vez más, porque sé que si no presiono un poco más jamás entrare.

Elizabeth se relame los labios mirándome, traga duro después de dedicarme una mirada intensa y luego otra a mi polla y asiente, con mi mano comienzo a empujarme dentro de su culo. Su ceño se contrae y sus dientes se cierran sobre su labio inferior. Me deslizo lentamente en ella conteniendo la respiración, cuando he logrado meter parte del glande, se hecha hacia el frente como queriendo huir de mí.

— Nena...— le advierto y ella jadea cerrando sus ojos una vez más.

Vuelvo a dejar caer un hilo de saliva y conforme esta cae sobre mi polla voy empujándome dentro de ella, después de algunos segundos en los que Elizabeth por voluntad propia ha cambiado de posición no solo para estar más cómoda ella sino para darme mejor acceso, apoya su pecho sobre la cama y ha subido aún más su culo en pompas, la acción me ha dejado atónito.

En esa posición mi polla se desliza con mayor facilidad dentro de ella, después de unos minutos en los que creo que voy a perder la cabeza al sentir la estrechez de su culo he logrado entrar lo suficiente como para empezar a moverme, cuando comienzo a hacerlo no soy tan suave, simplemente no puedo serlo, me bamboleo dentro de ella haciendo que gima constantemente.

Yo no puedo sentirme más perdido, más satisfecho, más grande de lo que lo hago en este momento, me muevo con un poco más de velocidad arrancando un grito de la garganta de la periodista que pronto se transforma en mi nombre. Follo el culo de la periodista con ganas, tratando de no ser tan rudo ni salvaje, pero fallando de vez en cuando. Para cuando la periodista esta por correrse me inclino sobre su espalda y alcanzo su hombro donde dejo un reguero de besos húmedos y uno que otro mordisco antes de empuja con más fuerza.

— Oh mierda voy a correrme...— jadea... — no pares, por favor no pares... Kai oh si mierda...— que este implorándome que no pare acelera el camino hacia mi propio éxtasis y después de dos empellones que le doy con mucha más fuerza ambos nos corremos gritando el nombre del otro.

Los segundos pasan y yo permanezco exactamente en la misma posición sintiendo cada espasmo que hace mi polla en el interior del culo de la periodista, mi cuerpo se estremece y un ligero temblor me recorre una vez siento salir la última gota. Elizabeth parece literalmente una perro bajo la lluvia con frio, su cuerpo es tiembla incontrolado y aunque me parece gracioso sé que necesita un momento.

Así que salgo de ella con cuidado de no lastimarla y sintiendo bien poco mis piernas me acuesto a su lado, tiro de su cadera para acomodarla junto a mí, abrazándola con fuerza, su cuerpo sigue temblando y teniendo pequeños espasmos que me hacen mirarla, buscando su rostro. El cual se encuentra en completa calma, es como si estuviese flotando en el cielo y creo que justo eso es lo que hace.

— ¿Estas bien? — murmuro con la voz aún más enronquecida que antes.

Ella se remueve contra mí pero no responde de inmediato, lo que me hace apartar los mechones de cabello que cubren parte de su rostro.

— ¿Nena? — pregunto preocupado pensando en que quizás la he lastimado.

— Si...— murmura en apena un hilo de voz lo que me tranquiliza pero solo un poco.

— ¿Segura? — insisto y ella ríe con suavidad, sacándome una media sonrisa.

— Aja...— eleva su rostro con pereza y nuestras miradas se encuentran — ¿te gusto? — pregunta con picardía y rio suavemente.

— ¿Gustarme? Tengo una nueva adicción nena y no solo hablo de follar ese rico y apretado culo...— murmuro acariciando el contorno de su rostro con mi dedo índice — eres mi adicción Elizabeth, toda tu nena...— su sonrisa se ensancha y entre quejidos se acerca más a mí para dejar un casto beso en mis labios.

— Creo que tenemos un problema Kai...— murmura cerrando los ojos.

— ¿Cuál?

— Yo también soy adicta a ti...— esas palabras me hacen sonreír y suspiro

— No tienes idea de cuan feliz me hace saber eso...— respondo dejando un beso en su frente — ahora descansa que estoy seguro que no podrás moverte por un buen rato...— ella ríe suavemente y se queja un poco en el proceso, cierra sus ojos y rodea mi abdomen con uno de sus brazos.


#


Literalmente Elizabeth se durmió a los pocos minutos de habernos acurrucado el uno contra el otro, yo permanecí cerca de una hora junto a ella perdido en la embriagues que ella genera en mi sistema, es tan intenso, tan fuerte lo que siento por esta mujer que pensar en no tenerla no solo me aterra, me paraliza. Por lo que de inmediato me pongo en marcha y trato salir de la cama, digo trato porque Elizabeth está literalmente casi que sobre mí.

Rio cuando intento bajar una de sus piernas de las mías, porque se remueve entre las sabanas y contra su ceño como si algo le molestara, vuelvo a reír porque sé muy bien que su culo dolor un par de días. Cuando finalmente logro salir de la trampa que me ha montado la periodista con sus brazos y piernas salgo de la cama, me coloco el bóxer y salgo de la habitación sin hacer ruido, busco una botellita de agua y subo al estudio donde de inmediato ingreso al sistema del Lux, descargo las mejoras hechas en el programa de vigilancia de la mansión aprovecho de hacer mantenimiento en todo el sistema.

Ahora que sé que Luther tiene a Pierce rondando no puedo darme el lujo de no tener vigilancia y este es el lugar más seguro después de la mansión camaleón en el que podemos estar. Cuando finalizo el trabajo son más de las tres de la mañana y estoy reventado, me pongo en pie camino fuera del estudio, desciendo las escaleras y regreso a la habitación donde la mujer que me ha hecho perder la cabeza duerme aun en la misma posición que la deje, me acuesto a su lado y me quedo idiotizado mirándola dormir. Si alguna vez creí que Leyna era mi vida... estaba tan jodidamente equivocado, Elizabeth White es mi mundo y haré lo que sea para cuidar de ella.


Nota del autor: Hola mis gamers, por acá esta el tan ansiado momento después de leer el capitulo anterior, sabrán que no podía quitarle el placer a Kai de narrar esto desde su perspectiva... y que me dicen? les ha gustado? yo lo ame, ame su reacción, ame su forma de hacerlo, honestamente ame todo!XD y ustedes? en fin espero hayan disfrutado muchísimo, gracias infinitas por el apoyo que están brindándole a la historia, a los que empezaron conmigo este camino, a los que se unieron conforme avanzamos y a los que están llegando, significa mucho mas mi, un beso enorme, gracias una vez mas y se me cuidan les amo!

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