🎭Capítulo 64 - Grave error🎭
Este capitulo va dedicado a mis pervers, porque se muy bien cuanto anhelaban y disfrutaran de este capitulo y no solo por el golpecito al Zorro... sino por lo que viene después! las amo chicas y gracias por estar aquí y apoyarme como lo hacen, mis días son una pasada con su compañia (Dul, Deli, Katia, Yuli, Edu, Emi y Malyo son las mejores)
Luther Metzler.
No tenía idea de cuánto odio podía ver reflejado en los ojos de alguien que alguna vez me vio con tanto amor y admiración, la expresión de Kai refleja tanto lo que siente por mí en este momento que simplemente no puedo evitar sonreír. Suena ilógico que algo como esto me haga sonreír después de todo es mi hijo quien ha venido a golpearme por atreverme a tocar a los que le importan.
Lo veo salir iracundo del restaurante mientras las personas a nuestro alrededor nos observan incrédulos por lo que acaba de pasar, debo reconocer que me ha sorprendido verlo aquí, que me haya encontrado tan pronto y además haya osado montar semejante espectáculo, Kai ha crecido y ha madurado en definitiva no es el mismo niñato que podía manipular a mi antojo aprovechándome de sus sentimientos y emociones.
— ¿Estás bien? — pregunta Bergoña acercándose a mí y mirándome con aprensión, y tocando con cuidado mi quijada.
— Si, estaré bien...— quito sus manos con delicadeza de mi rostro y suspiro.
Ella me ve expectante está esperando una explicación pero no es ni el momento ni el lugar, la abrazo y beso su frente con cariño.
— Hablaremos luego — murmuro para poder dirigirme a los invitados que todavía cuchichean — Buenas noches a todos, lamento que hayan tenido que presenciar tan...— hago una pausa buscando la palabra adecuada — vergonzoso espectáculo, pero la noche debe continuar al igual la celebración, después de todo este acontecimiento es algo que no puede verse arruinado por algo como lo sucedido, estoy bien. — Sonrió sintiendo el dolor en mi quijada pero disimulo.
Luego me giro y camino hacia el área de los baños necesito enjuagar mi boca y quitarme el sabor metálico de la sangre. Los dos hombres asignados esta noche a cuidarme la espalda me siguen y se apostan en la entrada del baño. Mientras yo ingreso deteniéndome frente al espejo para revisar mis heridas.
— Vaya derecha tiene tu hijo...— la voz de Eric me hace girarme para verlo, sonríe como de costumbre.
— Si, veo que no desperdicie todo el dinero invertido en sus entrenamientos...— comento con ironía y Eric ríe divertido acercándose a mí.
— ¿Seguirás con esto? — pregunta mirándome con curiosidad.
— Si, ya no tiene caso detenerme, he llegado muy lejos como para dejarlo justo ahora, además no tienen nada para impedirme seguir avanzando — él sonríe y suspira
— Estas consciente que esos tres hacen un equipo perfecto y conseguirán algo con que joderte ¿no? — rio divertido y niego con la cabeza
— Eric eres un novato tratando con esos tres, los vi crecer y se cómo se manejan, además con el tiempo cada uno ha desarrollado una debilidad y justo ahora el pilar de los tres esta la mira...— Eric sonríe negando con la cabeza y me observa a través del espejo.
— Eres un hombre peligroso Luther Metzler — rio negando con la cabeza arreglando mi corbata — arruinar a tu propio hijo por dinero — me encojo de hombros y lo observo divertido
— No somos muy diferentes ¿o sí? — lo cuestiono y esta vez es el quien ríe
— Puede que no, pero mis métodos son más...— hace una pausa y vuelve a sonreír — sutiles...
— Pero menos eficientes — lo enfrento y el ríe — hasta ahora no has conseguido nada ¿o sí?
— Pues además de algunos buenos orgasmos y la rubia de nuestro lado, no, no he conseguido mucho, pero créeme que aunque no parezca que avance lo he hecho...— lo observo con curiosidad — tu juegas de frente, tu orgullo no te permite hacerlo de otra manera pero yo Luther yo soy más de meterme con sigilo, ganarme su confianza y luego atacar desde adentro...— sonríe con malicia y suspira — nunca esperas que alguien intente hundir el barco estando abordo — sonrió de lado, haberme aliado con Eric después de todo no fue una mala idea.
Y aunque tengamos objetivos completamente diferentes al final del día ambos queremos algo que tiene Kai y los dos vamos en busca exactamente de lo mismo, poder y dinero.
— ¿Ginger jugara a tu favor? — pregunto con curiosidad recostándome del lavabo.
— Ginger hará exactamente lo que yo le pida o en su defecto mi querida Colette...— elevo una de mis cejas y espero a que continúe pero ríe niega con su cabeza — soy un caballero zorro, no voy por allí hablando de mis conquistas, no es algo que...— hace una pausa y suspira — sea moralmente aceptable.
Ese comentario me hace reír a carcajadas, haciendo que el sonría ampliamente, luego se gira y ajusta su saco, para verme con seriedad.
— Elizabeth es fundamental para que mi plan funcione así que no te pongas muy creativo con ella por favor...— rio y asiento.
— Por ahora tienen con que lidiar, el idiota de James cayo redondo en la trampa y estoy seguro que la amiga también lo hará...— Eric me ve divertido y ríe
— Winter Williams es una mujer interesante, quizás más que la misma periodista aunque en distintos términos...— comenta con una sonrisa amplia — las has visto en la boda ¿no?
— Son como hermanas...— reconozco y el asiente.
— Tu próximo movimiento debería ser por allí...— sonrió y niego con la cabeza
— Después de lo de hoy Kai tiene que aprender no puede simplemente hacer esto y creer que no habrá consecuencias...— Eric me observa serio y suspira
— Solo no la dañes la necesito entera...— me espeta girándose para salir — y no solo hablo físicamente, lo que hay en su cabeza me importa bastante...— el tono serio que utiliza me hace saber que hay mucho más detrás de todo esto y que solo se una pequeña parte de su plan y sus verdaderas intenciones.
Una vez estando solo el jefe de mis hombres entra con un sobre amarillo en las manos.
— Señor la información que solicito...— me tiende el sobre y lo abro para ver el contenido, sonrió ampliamente al confirmar lo que necesitaba saber.
— Justo lo que necesitaba...— observo a Pierce que me sonríe con complicidad y asiento — sabes que hacer, quizás solo un susto o un poco más — mi hombre de confianza asiente y sonríe con malicia antes de salir y dejarme solo.
Arreglo mi saco y salgo dispuesto a terminar con la agradable velada que fue brevemente interrumpida por Kai, pero sintiéndome gratamente sorprendido porque su actitud el día de hoy le ha dado un giro interesante a la situación y los actos de hoy los pagara caro.
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Paseo mis ojos por el periódico como de costumbre cada mañana, leyendo los acontecimientos que hacen vida en la ciudad y el mundo, con Bergoña y Aina a mi lado en la mesa, ambas conversan animadamente como de costumbre sobre algunas de las tonteras que le gustan hacer a mi hija, al pasar a la siguiente página me quedo de una pieza al ver una foto mía y de... imposible.
La fotografía ocupa la mitad de la página y en grande el titular;
"Un affaire en el mundo tecnológico que nadie se esperaba"
La sorpresa que siento es grande, pero inmediatamente es reemplazada por una creciente confusión, ¿cómo demonios paso esto? Leo el artículo que ocupa dos páginas enteras del prestigioso periódico de la ciudad, sin comprender o entender cómo demonios se supo esto. Elevo mis ojos para ver a mi mujer y mi hija, ambas sonríen alegres mientras yo regreso la vista al papel, llenándome de una irremediable ira, esto tiene que ser una maldita broma. Releo el articulo notando que no hay ningún detalle errado o equivoco, todo es demasiado detallado, demasiado preciso, nombres, lugares que visitamos, direcciones, negocios, todo lo que he estado manteniendo oculto durante casi tres años de una perfecta y maravillosa relación acaban de ser expuestos ante el mundo y simplemente no puedo creerlo. Entonces lo comprendo, sonrió de lado negando con la cabeza sabiendo a ciencia cierta que esto debe ser una movida de esos tres.
La sensación de desasosiego se entremezcla con la ira y la ansiedad que esto representa justo ahora en mi vida, les doy una mirada más a mis dos mujeres quienes continúan riendo completamente ajenas a lo que está por desatarse y respiro profundo porque no lo vi venir, jamás imagine que podrían llegar a descubrir algo como esto, pude haberme caído con cualquiera de mis negociaciones, de mis socios pero nunca imagine que esto sería lo que esos tres lograrían descubrir.
Los subestime, maldita sea y cometí un grave error al creer que lo nuestro estaría seguro, nunca bastan las preocupaciones en algo como esto.
En ese instante mi teléfono comienza a sonar, la pantalla se ilumina con su fotografía y me detengo unos instantes a pensar qué coño decirle, esto será un caos, tanto esfuerzo, tanta discreción por nada. Tomo el teléfono y deslizo mi dedo sobre la pantalla, cuando estoy por llevarlo a mi oído Bergoña me interrumpe.
— Cariño por favor el teléfono en la mesa no...— le dedico una sonrisa forzada y me pongo en pie.
— Está bien, disculpa...— cuando estoy por girarme y salir vuelve a hablarme
— Cariño ¿estás bien? — me tenso con la pregunta y respiro profundo.
— Si, todo en orden — tome el periódico con la intención de demorar lo más posible que ambas se enteren de lo que está publicado, aunque muy consciente que será más que complicado evitarlo — hola — contesto esta vez.
— Luther ¿cómo paso esto? — Su hermosa y tranquila voz suena afligida — hay una camioneta y varios reporteros frente a mi edificio en este momento...— eso me tensa, maldita sea si están en su casa es obvio que estén en las afueras de la zona donde vivo.
— No lo sé hermosa, pero prometo que no te molestaran, enviare a Pierce por ti y te llevara a un lugar tranquilo ¿de acuerdo? — la escucho respirar profundo.
— Luther esto no debía pasar...— respiro profundo porque tiene razón.
— Lo sé, pero prometo arreglarlo
— ¿Y cómo vas hacerlo? Está en el puto periódico más importante de la ciudad y además está siendo anunciado en este momento en el noticiero...— mi cuerpo se tensa antes eso y me detengo en seco.
— Maldita sea...— suelto perdiendo la paciencia — has el equipaje, enviare a Pierce por ti de inmediato, no te quiero en la ciudad...— la escucho reír con pesar.
— ¿Me harás a un lado?
— No hermosa, no te quiero en medio de la tempestad es todo...— suspira y luego de unos segundos murmura.
— Te amo Luther... — sonrió y suspiro
— Yo también te amo hermosa, ahora prepara el equipaje Pierce estará allí en una hora...— finalizo la llamada y me giro cuando lo hago la expresión anonadada de mi hija me recibe.
— Ainara...— sus ojos llenándose de lágrimas — ¿Qué pasa? — trato de disimular o asimilar si es lo que pienso que es.
— ¿Es cierto? — murmura y respiro profundo porque tristemente ya lo sabe, traga duro y observa su teléfono luego lo gira para mostrármelo y allí otra fotografía mía y de ella — ¿Engañas a mama? — cierro los ojos y demoro algunos segundos en responderle.
— Ainara esto es algo que...
— ¿CÓMO PUDISTE? — ese grito, esa voz desgarrando el silencio de la mansión que he considerado mi hogar durante todos estos años — ¡LUTHER! — Bergoña grita mi nombre y entra apresuradamente con lágrimas corriendo por sus mejillas haciendo que me sienta terriblemente culpable.
Se detiene al ver mi expresión fría y al ver a Aina llorar frente a mí, de pronto limpia sus lágrimas y adopta esa pose segura y elegante que la caracteriza y la hace ser la señora Metzler y mejor representante de quien soy respira profundo y luego de unos segundos me enfrenta.
— Tenemos que hablar...— asiento con seguridad sabiendo que esto será una pesadilla.
Sabiendo que hay un responsable... sabiendo que esto tiene que ser cosa de ellos y si es así, más les vale acabar conmigo ahora porque si no se arrepentirán.
Lizzy White.
Me remuevo entre las sabanas sintiéndome como en una nube, no solo por la suavidad y lo mullido de la cama sino por ese brazo que rodea mi cintura, esa apacible respiración cayendo en mi cuello y que se encarga de erizar cada vellito de mi cuerpo de manera sublime. Sonrió como tonta sin abrir los ojos al notar su delicioso olor y me pego más a su pecho —cosa imposible porque el magnate duerme tan pegado a mí que creo que nos hacemos siameses mientras dormimos— al hacerlo él se remueve y baja su brazo hasta mi cintura baja y acomoda su mano justo sobre mi monte de venus.
Lo que envía un corrientazos a mi entrepierna, joder este hombre me prende hasta dormido. Sin poder evitarlo rio por el pensamiento y haciendo que él se remueva una vez más.
— ¿Qué le causa tanta gracia señorita White? — murmura en mi oído con voz ronca antes de dejar un cálido beso en mi cuello que corta mi risa y me calienta con rapidez.
— Mis pensamientos señor Metzler...— respondo con picardía removiendo mi culo sobre su entrepierna.
El magnate gruñe en mi cuello y rio coqueta provocándolo, sus labios se deslizan sobre la piel de mi cuello apenas rozándola antes de abrirse y cerrarse sobre la piel, sus dientes toman una porción de carne y me muerde juguetón.
— Juega con fuego señorita White y advierto que se quemara...— murmura subiendo su mano hacia uno de mis pechos acunándolo con delicadeza.
— Quizás justamente es lo que estoy buscando...— murmuro removiéndome en sus brazos y girándome para verlo.
Aun lleva los ojos cerrados pero una sonrisa pícara y de lo más sugerente esta dibujada en esos labios tersos, rojos y deliciosos que se gasta. Muerdo mis labios detallando los suyo y recordando la forma en que esos mismos labios me llenan de placer, jadeo con el recuerdo de la noche anterior, su rostro clavado en mi entrepierna comiendo mi coño y mi culo,
Joder que ganas que me dan.
— Nena, mis ojos están aquí arriba...— comenta divertido y rio buscando su mirada que se ha obscurecido varios tonos.
— Y aquí abajo esta lo que quiero...— respondo juguetona descendiendo mi mano hasta su abultada entrepierna.
El magnate suelta una risa ronca y eleva sus cejas sorprendido por mi atrevimiento, si debo reconocerlo con el magnate suelo entrar en modo perra demasiado rápido.
— Le diré una cosa señorita White...— comenta con tono pícaro deslizando sus manos hasta mis nalgas.
Allí comienzan a moverse amasándolas y pegándome más a su abultada entrepierna cosa que me hace jadear al sentirlo tan jodidamente duro.
— Lo escucho señor Metzler...
— Yo le doy lo que quiere si usted me da lo que quiero...— esas palabras me hacen mirarlo con curiosidad, una de mis cejas se elevan y antes de poder preguntar algo su lengua se arrastra sobre mis labios humedeciéndolos y logrando humedecer algo más al sur.
No reacciono quedo, allí con los ojos cerrados sintiendo como su saliva se enfría en mis labios y como su respiración se entremezcla con la mía, sonrió de lado después de unos segundos al lograr reaccionar.
— ¿Sigues aquí? — pregunta con diversión mientras una de sus manos continua su laborioso masajeo en una de mis nalgas y la otra se desliza de arriba abajo sobre la piel de mi muslo.
— Aja...— respondo obligándome a abrir los ojos — ¿qué es lo que quiere señor Metzler? — me aventuro a preguntar haciendo que una sonrisa lobuna se dibuje en sus labios.
Por la virgen de Chiquinquirá, del Valle y todas las vírgenes de las que mi abuela hace mención en sus oraciones.
¿Cómo este hombre puede lucir así de sexy, así de tentador? Este hombre es un demonio, un pecado andante al que sencillamente no puedo resistirme y mucho menos cuando me sonríe de esta jodida manera, este hombre fue creado por dios para pecar.
La mano que se ocupaba de magrear una de mis nalgas se detiene y se desliza hacia el centro, hacia el pliegue en el que se unen ambas y una vez allí desliza sus dedos entre ellas, no me ha tocado directamente y ya he cerrado los ojos y estoy jadeando.
— De querer quiero muchas cosas, de ti...— susurra haciendo una pausa para rosarme con su nariz mientras sus dedos continuas esa lenta invasión entre mis nalgas — quiero todo pero justo ahora se me apetece esto...— entonces su dedo medio rosa mi ano y abro los ojos sorprendida y completamente excitada.
Al ver mi expresión sonríe de lado, humedece sus labios para luego morder el inferior sin dejar de rosar con suavidad el área con su dedo, yo jadeo cerrando mis ojos y volviendo abrirlos.
— ¿Entonces señorita White, tenemos un trato? — pregunta con voz ronca sobre mis labios.
¿Cómo coño respondes a una propuesta así? Cuando ni hasta has perdido la capacidad de hablar, solo puedo gemir con su lento y suave rose que aunque es solo eso, un roce me ha sacado completamente de juego. La mirada penetrante y lujuriosa del magnate me hace sentir deseada, poderosa y como una jodida diosa. Mi respuesta llega a él en forma de gemidos que lo van haciendo deslizar sus dedos hasta mi abertura en la cual se los empapa con mi humedad y retorna a mi pequeño amigo que cosquillea deseoso.
Sus dedos se mueven de arriba abajo hasta que su otra mano se une a la tortura, separa mis nalgas abriendo espacio para moverse mejor en el área y estimular adecuadamente, mi frente se apoya sobre la de él y mi respiración agitada se entremezcla con la suya.
— No me ha respondido señorita White...— murmura sobre la punta de mi nariz haciendo que me estremezca por lo ronco de su voz.
Sus dedos se detienen y yo abro lo ojos para verlo con frustración, el ríe divertido y me rosa con su nariz.
— Sin respuesta no hay trato...— juguetea una vez más y yo simplemente asiento tratando de alcanzar sus labios — oh no, nada de eso nena — su rostro se mueve y sus labios alcanzan mi oído así rosa su lengua en mi lóbulo electrizando todo mi cuerpo — quiero oírlo...— farfulla tomando el mismo entre su dientes haciéndome jadear.
— S-si — jadeo removiéndome contra él.
— Lo siento no te escuche...— murmura el bastardo deteniendo sus caricias, abro mis ojos y lo veo mal haciendo que ría.
El muy bastardo está disfrutando de torturarme.
— Tengo problemas auditivos...— comenta con sorna y lo empujo con mis manos en su pecho
— Idiota...— el ríe y esta vez toma mi boca con desespero.
Sus manos se cierran en mi espalda baja y me pegan a él, para luego llevarme con él al girarse y colocarse boca arriba. Yo quedo a ahorcadas sobre su pelvis sintiendo su dura polla en mi sexo. Jadeo en mitad del beso cuando mis caderas comienzan a moverse voluntariamente sobre él, gruñe gustoso al sentirme para luego abandonar mi boca y respirar agitado con los ojos cerrados.
— Buenos días nena...— me saluda haciendo que comience a reír.
Me dejo caer sobre su pecho llenándome de su olor y su calor, hasta que el rodea mi cuerpo con sus brazos apretándome con fuerza.
— Buenos días Kai...— murmuro sonriente apoyada sobre su pecho, súper excitada pero sobre todo feliz.
— Sigo esperando nena...— comenta divertido y riendo apoyo mis antebrazos en su pecho y lo veo sonreír
— Ya te respondí...— el frunce el ceño y niega
— No lo hiciste, es más creo haberte escuchado hablar en español y para tu desgracia no lo entiendo...— responde encogiéndose de hombros cosa que lo hace ver tierno y despreocupado
— Se supone que eres un genio... — le comento y el ríe
— Si no te hubieses demorado tanto en responder justo ahora estaríamos disfrutando, pero se acabó el tiempo nena...— mi ceño se frunce y lo veo seria, sin comprender — tenemos trabajo — agrega al ver mi expresión y mis ojos se abren como platos ante tal afirmación.
— ¿Es una broma verdad? — pregunto incapaz de creer que vaya a dejarme así y que él vaya a quedarse así de duro
— Nada que una buena ducha de agua fría no solucione...— murmura con tranquilidad, dando un azote en mi culo y luego empujándome con delicadeza para tumbarme en la cama — es pésima haciendo negocios señorita White...— murmura sobre mi oído antes de dejar un beso y liberarme para luego salir de la cama con tremenda erección dentro del bóxer.
¿Cómo demonios acaba de hacer eso? lo veo caminar hacia el cuarto de baño, mientras obviamente debe acomodar su polla porque joder, debe estar bien apretada dentro de ese montón de tela, trago duro al detallar el bulto y mi garganta se seca al pensar que estuve a punto de meter eso en mi...
— Oh por dios...— jadeo relamiéndome los labios y sintiendo como mi coño se humedece aún más.
Abanico mi cara con mis manos para tratar de apaciguar la calentura que el idiota del magnate acaba de dejarme y respiro profundo, pero mi mente traicionera y morbosa juega en mi contra y me recuerda la deliciosa sensación que experimente con el enmascarado aquel día en el club, cuando tomo mi culo. Joder, trago duro una vez más, porque aquella noche aunque trabajaron duro para poder dilatarme no sé si sea lo mismo. El magnate tiene un paquete de proporciones increíbles.
Volteo hacia la puerta del baño la cual es muy bastardo dejo entreabierta solo para tentarme y por supuesto movida por la curiosidad, el magnetismo que nos envuelve y esa atracción que nos empuja en nuestras direcciones me pongo en pie de un salto y salgo de la cama, con cuidado cual espía camino hacia el baño y abro la puerta con cuidado, el ruido del agua al caer me hace saber que está ya en la ducha.
Pero honestamente no estoy preparada para esto, no estoy lista para ver al magnate debajo del agua, con su cuerpo tenso hasta la mierda, cada musculo de sus brazos, sus hombros, su cuello, su abdomen y sus piernas esta tenso marcado por la sensación que está sintiendo al darse placer a sí mismo, su manos se desliza sobre su polla con lentitud mientras su rostro mira al techo, trago duro una vez más porque mierda.
Es como ver un dios mostrándose esplendoroso, morboso y lascivo ante una simple mortal que evidentemente cae rendida por su divinidad y vaya jodida divinidad. ¿Cuántos centímetros le medirá la polla al magnate? Pienso detallando como sus manos se desliza sobre el glande rodeándolo con la palma de su mano y luego desciende una vez más hacia el tallo y bombea allí con un poco más de fuerza. Deben ser más de 23 centímetros, muerdo mi labio inferior y jadeo al escucharlo gruñir.
Cuando elevo mis ojos nuestras miradas se encuentra y siento mis piernas flaquear, mi-er-da muero por cada centímetro de esto hombre —incluyendo los supuestos 23 centímetro que creo que se gasta el amigo— sus labios me regalan una sonrisa lobuna digna de un demonio a punto de hacer pecar a una virgen inocente. Solo que yo no soy tan inocente, termino de entrar al baño bajo su atenta mirada y comienzo a quitarme lo poco que traigo —una camiseta y mi braga— tan segura de mi misma que siento mi ego por las nubes.
— No puedo creer que prefieras tus manos a mi cuerpo...— lo pico y él sonríe de lado, ladeando su rostro.
El agua cae en su espalda empapándolo mientras que su cabello se viene al frente de su cara dándole un aspecto travieso y hasta cierto punto inocente, aunque su mirada no es para nada inocente.
— No lo hago...— responde tranquilo sin dejar de tocarse a sí mismo.
— ¿Entonces porque no me invitaste a la ducha? — pregunto caminando hacia él y su sonrisa se ensancha
— No necesito invitarte...— mi ceño se frunce — ya estás aquí y por cuenta propia — mis ojos se abren como platos y el ríe con arrogancia.
Idiota arrogante.
— También puedo girarme y salir...— respondo haciendo el amago de hacerlo, de inmediato su mandíbula se tensa y rio — pero le daré el gusto y complaceré un poco su ego...— concluyo acortando la distancia que hay entre el umbral de la puerta de cristal de la ducha y yo.
Me detengo allí con la intensión de tentarlo más, sus ojos se desvían de los míos y recorre mi cuerpo con esa puta mirada que siento que me quema, después de unos segundos ambos nos acercamos sin poder resistirnos más, estrellamos nuestros labios con una necesidad desesperada mientras sus manos se dirigen de inmediato a la parte baja de mis nalgas y tira de mi hacia arriba haciendo que mis piernas rodean su cintura.
Su polla rosa de inmediato mi coño y jadeo, gimo sobre sus labios mientras mi enloquecida cadera se restriega contra él, siento como una de sus manos guía su endurecido miembro a mi entrada y con un movimiento brusco y rápido de sus caderas me enviste clavándose muy dentro de mí, la acción hace que abandone su boca, eleve mi rostro al cielo y arquee mi espalda del exquisito, delirante y maravilloso placer de sentirlo muy dentro de mí.
El magnate aguarda unos cuantos segundos para permitirme adaptarme a su grosor, a su largo y a su invasión. Pero son solo eso algunos segundos que no me bastan porque en cuanto empieza a moverse un ligero dolor se apodera de la zona haciendo que las paredes de mi coño se cierren sobre su polla haciéndolo gruñir.
— Maldita sea...— suelta entre dientes abrazándome con fuerza con uno de sus brazos mientras que con el otro sostiene una de mis nalgas — adoro estar dentro de ti nena — jadea en mi cuello haciendo que cada partícula de mi ser se estremezca con la afirmación.
De pronto se gira y me pega a la pared sosteniéndome con sus caderas por lo que sí, lo siento aún más duro y dentro de mí —cosa imposible porque me está llenando toda— apoya sus manos en la pared y separa nuestros torsos, para luego clavar sus ojos en mí, humedece sus labios y sonríe de lado agitado.
— ¿Lista? — pregunta divertido haciendo que sonría con picardía porque he notado que cada que pregunta esto, pues se me hace que no será para nada suave.
— Lista...— asiento y su sonrisa se ensancha.
Sus manos bajan a mis caderas donde se aferran con fuerza y antes de poder prepararme para lo que se viene sale de mi con rapidez y vuele a entrar pero empujándome con sus manos hacia sí mismo...
— ¡Mierda! — suelto por la sorpresa, la fuerza, lo delicioso ya ni se definir porque lo hago.
El magnate ríe y comienza a repetir la acción cada tres ligeros movimientos recodándome aquel puto juego que me hizo perder la razón, en cuestión de minutos estoy corriéndome sobre el empapándolo aún más con los fluidos que salen de mi cuerpo a chorro. En mi puta vida había tenido tantos squirts y ese hombres se ha encargado de ser dueño de cada uno de ellos, aunque el primero lo consiguió el enmascarado, pienso vagamente olvidándome por completo de eso cuando vuelve a envestirme y esta vez la acción a acompañada de un beso hambriento.
Tras dos estacadas más el magnate se corre, en mi interior rigiendo mi nombre en mi cuello. Respiramos acelerados, agitados y extasiados fundidos en un abrazo cálido debajo del agua, con cuidado me baja y sale de mí, se aparta un poco y sonríe con arrogancia al ver como mis piernas tiemblan ligeramente. Se inclina sobre mí y besa mis labios con suavidad.
Después de ese delicioso y maravilloso momento de intensidad, terminamos de ducharnos entre caricias y comentarios lascivos que nos hacían reír. Una vez fuera de la ducha Kai me envolvió en un albornos y el en una toalla, salimos del baño y empezamos arreglarnos para volver al trabajo. Cuando estoy en la cocina preparando chocolate para ambos escucho su teléfono sonar y ruego a dios porque no se trate una vez más de la zorra de Leyna porque juro por dios que esta vez seré yo quien estrelle el aparato contra la pared después de su jodida cabeza.
En ese momento aparece en mi campo de visión con expresión seria y preocupada. Me dedica una mirada que me alarma y luego simplemente asiente.
— Está bien, nos vemos ahora...— finaliza la llamada y respira profundo peinando su cabello — el artículo se ha hecho público...— comenta y mi cuerpo se tensa.
Hace dos días que Kai tomo la decisión de exponer a su padre y la relación que tiene con esa mujer, no lo hizo público al día siguiente porque quería asegurarse de tener la mayor cantidad de información posible y confirmada, una vez estuvieron seguros de todo lo que habían averiguado dieron la aprobación para que se publicara. Mi corazón late con desenfreno porque estos días no he podido dejar de pensar en cuál será la reacción de Luther cuando se vea expuesto.
Kai luce tenso, ansioso y preocupado.
— ¿Estás bien? — pregunta sabiendo muy bien la respuesta
— No...— murmura fijando sus ojos en el suelo.
Anoche conversamos sobre esto y como se sentía al respecto, Kai es un hombre muy sensible y no lo digo en plan de hacerlo menos o feminizarlo, pero la verdad es que es muy emotivo y no teme expresar ni vivir sus emocione tal cual se vayan presentando razón por la cual es tan intenso todo a su lado, —razón por la que follar con él es tan malditamente adictivo y razón por la que creo haberme enamorado como lo estoy— respira profundo y se deja caer en el banco mirando la pantalla de su teléfono.
— ¿Quieres hablar? — le pregunto tratando de no invadirlo ni presionarlo.
— Acabo de destruir lo poco que quedaba de mi familia...— murmura con culpa y de inmediato la ira se cuela en mi interior.
Es tonto que piense esto, no es su culpa.
— Kai mírame...— le ordeno y el obedientemente lo hace, hay culpa brillando en sus ojos y odio que se sienta así, cuando su padre no siente ni un poco de eso después de todo el daño que ha estado haciendo — no destruiste nada, Luther se ha encargado de enterrar a tu familia en este agujero — el suspira y cierra sus ojos un instante
— No quería ser como el ¿sabes? — murmura tensándose y no logro comprender de que va.
— ¿Ah? Por supuesto que no eres como el
— Elizabeth acabo de usar uno de sus más grande secreto en su contra y me importo una mierda cuanto esto afectara a mi familia...— sus palabras me duelen porque entiendo lo que quiere decir, pero aun así no es su culpa.
— Lo entiendo pero Kai, no es tu culpa tu no decidiste mentir ni engañar a tu madre, fue su decisión no la tuya y así como él ha estado haciendo de todo para arruinarte lo único que podías hacer era defenderte...— el me ve un instante y vuelve a suspirar.
Sé que esto lo afecta y mucho, sobre todo por su madre, eso era lo que más preocupado lo tiene, sus ojos se desvían una vez más al teléfono y suspira.
— Llámale...— le sugiero sabiendo que piensa en eso y el niega
— Justo ahora soy el menos indicado para llamarla nena...— responde con resignación, luego se pone en pie y se acerca a mí para luego rodearme con sus brazos y abrazarme con fuerza.
La calidez en su abrazo me envuelve y me hace sentir, segura, amada y tranquila, aunque no es para nada un momento así, él logra hacerme sentir eso y sé que de alguna forma el siente exactamente lo mismo.
El magnate me lleva a la revista donde permanezco trabajando por petición mía, aunque fue un tema que aceptara al final cedió, le dije que sería solo por un tiempo, no quiero que lo vinculen con lo que paso con James en la boda, porque si mucho se rumorea que me fui con el magnate y muchos creen que se debe a que tenemos algo, pero al hacer las cosas de esta manera y evitar el mayor contacto posible en público pues como que no les damos mucho de qué hablar.
Paul entra en la oficina con expresión animada, en cuanto me ve suspira.
— ¿Cómo van las cosas Lizzy? — pregunta haciéndome suspirar.
Estos tres últimos días han sido una pesadilla, no voy a negarlo, saber lo de James me ha dejado mal y aunque gracias a eso el desplante en la boda paso a segundo plano, no he parado de pensar en las duras palabras que me dijo su madre cuando la llame para disculparme.
"Si no estabas segura de lo que sentías no debiste aceptar, heriste a mi hijo, jugaste con sus sentimientos y además nos dejaste en ridículo, pero eso ya no importa y es lo de menos, te agradecería que por favor no nos molestaras hay cosas más importantes que atender ahora"
Esas fueron sus palabras, palabras que me dolieron y aunque tenía razón odie que me hicieran a un lado y que no pudiera estar para james justo ahora que me necesita, porque conozco muy bien a James y sé que entendería mis razones e incluso me perdonaría por engañarlo, pero por respeto a su madre, a su familia me he mantenido al margen.
— Por lo que escuche han iniciado las investigaciones...— murmuro luego de algunos minutos en silencio
— Lamento mucho que las cosas terminaran así Lizzy, James es un buen muchacho no sé de dónde salió tal cosa como que es parte de una red de narcotráfico pero esto seguramente lo tiene devastado y luego de lo de la boda...— sus palabras me hacen sentir aun peor y lo nota de inmediato — lo siento no lo decía por hacerte sentir mal de verdad — se disculpa y suspiro
— Tranquilo todo el mundo ha de estar pesando que soy una bruja...— ríe y lo imito con pesar.
— ¿Qué paso Lizzy por que decirle que sí y luego salir huyendo? — suspiro a Paul puedo contarle ciertas cosas es como un padre para mí, pero decido que lo mejor que puedo hacer es mentirle.
— Creí amarlo de verdad como para dar el siguiente paso...— el suspira — pero cuando me vi en ese instante supe que no podría pasar el resto de mi vida junto a él sin amarlo realmente y no iba atarlo a una vida de mentiras...— digo en parte mi verdad, aunque la verdadera razón por la cual no lo hice estaba de pie a unos cuantos metros mirándome como si la vida se escapara entre los dedos.
— Al menos supiste a tiempo Lizzy...— me consuela y asiento — en fin estoy aquí por trabajo — dice juntando sus dedos sobre su rodilla — No puedes seguir el proyecto Luz para el mundo desde aquí Lizzy, por más información que te envié el sr Kholer o Fellner, te pierdes de la mitad de ella detrás de ser escritorio y el señor Metzler está pagando una fortuna para que ese proyecto tenga la mejor de las caras en el mundo...— mi cuerpo se tensa porque sé que me pedirá que regrese al Lux.
— Estoy haciendo un excelente trabajo desde aquí Paul no veo necesario estar allá, de hecho siempre me pareció una exageración, además no me siento para nada cómoda trabajando con el magnate...— miento y entonces Paul ríe divertido.
— No te sientes cómoda trabajando con él, pero te fuiste de la boda junto a él, ¿irónico no te parece? — me tenso aún más sabiendo lo que esta insinuando.
— No sé a qué viene el comentario pero me ofreció llevarme a modo de favor, cosa que le agradezco...— Paul respira profundo y luego me ve serio.
— Kai quiere que regreses al Lux Elizabeth, me lo pidió muy sutilmente y no sé si es porque realmente estás haciendo un excelente trabajo y está muy contento con ello o porque tiene otras intenciones contigo...— eso me pone en alerta — sabes muy bien que te quiero como a una hija y acabas de salir de un momento complicado con James, no quiero que se aprovechen de ti y ese sujeto aunque es solo algunos años mayor que tu es hijo del Zorro Metzler... — hace una pausa y sonríe de lado — creció y aprendió del mejor no me fio de él y ni de ese interés que muestra en ti...— yo simplemente frunzo el ceño y me echo hacia adelante.
— ¿Entonces porque quieres que regrese al Lux? — pregunto sin comprender
— Después de la bomba de esta mañana necesita más que nunca que su proyecto sea ejecutado a la perfección, aunque estamos hablando de su padre llevan el mismo apellido e inevitablemente lo del affaire lo salpicara y justo ahora el gobierno africano también negó la entrada de su gente así que no están en su mejor momento...— Paul respira profundo y después de unos segundos me ve serio — estas personas están acostumbradas a manipular y pagar millones de dólares Elizabeth — me advierte algo que ya estoy más que consciente y que de hecho estoy viviendo — no me gustaría que la revista se viera involucrada en algún tipo de escándalo...— sonrió al comprender que esto no es exactamente por mí, sino por su propio patrimonio y lo entiendo completamente.
— No te preocupes Paul, me conoces sabes que jamás haría nada estúpido — él sonríe y asiente
— Solo ten cuidado y no olvides que lo llamaste idiota y que estas allí porque el así lo desea...— esas palabras se graban en mi mente y por un instante siento que todo ha sido una especie de plan, aunque siempre lo sospeche el que Paul lo esté confirmando tan tajantemente me hace sentir un poco incomoda.
— Esta bien Paul no te preocupes por mí, se cuidarme y no pienso dejar que ningún idiota intente jugar conmigo...— el ríe y asiente satisfecho, luego se pone en pie y me dedica una mirada orgullosa que aunque en otro momento me habría hecho sentir muy bien, ahora solo me incomoda.
— Entonces vuelve al Lux y sigue haciendo un excelente trabajo Lizzy...— sonrió de lado y asiento
— Está bien, eso hare — Paul sonríe ampliamente y se gira para irse dejándome sola una vez más.
Respiro profundo y tomo el teléfono sintiendo como la ira comienza hacerse presente, que jodida manía de querer hacer con todo el mundo lo que le da la gana. Mientras busco su número de teléfono para llamarlo entra un mensaje de Volker.
Volker: Elizabeth necesitamos reunirnos contigo, ¿a qué hora puedes?
Pongo los ojos en blanco segura que este idiota también sabe sobre lo que pidió Kai y se está haciendo el imbécil. Ignoro el mensaje y marco el número del magnate que responde al tercer tono.
— Señorita White buenas tardes...— joder esa puta voz.
Mi cuerpo reacciona con solo escucharlo un escalofrió recorre toda mi espalda haciéndome estremecer, cierro los ojos y respiro profundo controlando mi traicionero cuerpo.
— Señor Metzler...— aunque lo intento mi voz suena demasiado insinuante.
¿Y cómo no?, si con solo escuchar su tono grave y varonil me pone como una puta hoguera.
— ¿Llama para concretar la reunión? — pregunta con curiosidad haciendo que quiera golpearlo.
— No, en realidad lo llamo para preguntarle ¿Qué coño está mal con usted? — no entiendo si habíamos quedado en que permanecería un tiempo en la revista le ha pedido a Paul que regrese.
— No la entiendo señorita White...— suelta muy bastardo.
— ¿Ah no?
— No nena, no te entiendo — murmura en un tono aún más grave y bajo haciendo que de inmediato mi corazón se acelere.
Elevo mi cuello mientras inhalo profundamente, mientras lo escucho reír con suavidad.
— ¿Algún problema nena? — trago duro buscando mi voz en medio del deseo que este hombre desata en mí.
— No, solo quiero saber porque le pediste a Paul que me querias en el Lux si habíamos quedado que sería mejor permanecer en la revista...— esta vez lo escucho respirar profundo a él.
— Elizabeth es mejor que vengas al Lux y aquí conversamos...
— No, sea lo que sea me lo vas a decir ahora...— suelto terca y lo escucho respirar una vez más.
— Joder, me cago en ti... — suelta exasperado haciéndome sonreír — ¿te cuesta mucho seguir una puta orden? — muerdo mi labios al imaginarlo en este instante con el ceño fruncido y esa expresión cabreada.
Joder Lizzy no colaboras para nada.
— Primero no me hables así — sigo por ese camino que aunque muy bien sé que solo lograre que discutamos también sé muy bien como lo resolveremos y el pensar en ellos hace que me humedezca — segundo que mala costumbre tienes de ignorar lo que quiero
— No nena no ignoro lo que quieres y lo sabes muy bien...— suelta en tono pícaro haciendo que me tense y me remueva en la silla.
— No voy a ir Kai...— el ríe divertido y suspira
— Alfred ira por ti, esta lista y no me provoques — advierte haciendo que la ira sobrepase el deseo.
— ¿Qué coño te pasa con el control? — le espeto y el ríe suavemente haciendo que mi cuerpo se estremezca una vez más.
— Nada, nos vemos aquí — bufo exasperada y antes de responder y poder finalizar la llamada vuelve hablar — nena
— ¿Hum? — Suelto cabreada sin ganas de decir mucho — te quiero...— esas dos jodidas palabras derriban por completo el muro que había intentado levantar y me derriten en el acto dejándome sin palabras — ¿nena? — Su tono es suave y sugerente — maldito.
— Yo también te quiero Kai...— respondo con suavidad aunque siento que podría correr hasta el Lux y lanzarme sobre el para comerlo a besos por hacerme sentir todo esto que siento con él.
— Nos vemos aquí...
— Este bien... — finalizo la llamada y respiro profundo antes de abanicar mi rostro con las manos.
Joder con el magnate.
Una hora y quince minutos después Alfred está abriéndome la puerta de uno de los autos del magnate, le sonrió amable por su caballerosidad y me acomodo en el asiento trasero para donde mi sorpresa me espera Kai con una enorme sonrisa en los labios.
— ¿Qué haces aquí? — le pregunto sorprendida y él se encoge de hombros.
— Necesito que me acompañes hacer algo...— comenta sacando su teléfono sin mirarme mucho.
Por el contrario yo aprovecho de comérmelo con los ojos, si, lo vi esta mañana, incluso ayude a vestirlo pero no puedo evitar hacerlo porque el puto traje de tres piezas que lleva se le ve de muerte lenta. La corbata que tenía esta mañana ya no adorna su cuello y en vez de eso los primeros tres botones de la camisa los llevan suelto.
— ¿A dónde vamos? — pregunto volviendo a la realidad cuando sus ojos se posan en los míos.
— Mi madre quiere verme — de inmediato me tenso y no sé qué decir
— ¿Y por qué quieres que vaya contigo? — pregunto sintiéndome ansiosa repentinamente.
— Me llamo para hablar sobre Luther, aprovechare el momento para explicarle porque lo...— hace una pausa y respira profundo desviando sus ojos
— ¿Qué pasa?
— Hace tres días cuando me llamo por teléfono...— inicia tensándose — fui a buscarlo y volví a golpearlo, mi madre estaba allí — mis ojos se abren como platos al escuchar eso — estaba demasiado furioso como para simplemente quedarme sin hacer nada y aunque juro por dios que desee tumbarle todos los malditos dientes no lo hice por respeto a mi mama...— sus ojos se encuentran con los míos y puedo leer claramente en ellos dolor y resentimiento.
— Ese día ambos dijimos cosas muy duras, pero quiero que entienda porque lo hice y si le cuento posiblemente no me crea...— entonces entiendo porque quiere que lo acompañe y de inmediato niego con la cabeza.
— Kai no es el mejor momento para que le digas esto a tu mama— ríe con amargura y suspira
— Nunca será un buen momento para hacerlo nena, mi mama ama a ese hombre con su vida y si acaba de descubrir que la ha estado engañando durante tres años creo que es mejor que se entere que el hombre que tanto ama no es ni una milésima parte de lo que ella cree que es...— suspira y fija esos hermosos ojos color miel en mí, mirándome con intensidad — si se decepciono, que le muestre la verdad sobre Luther la ayudara a superarlo...— aunque son duras sus palabras creo que tiene razón.
— ¿Estás seguro? — pregunto en un susurro acercándome a él y entrelazando nuestras manos
— Si, es lo mejor para todos, si vamos a entrar en su juego creo que todos deberían saber a quién nos enfrentamos...— esas palabras me preocupan y solo me advierten que esto está empezando y puede ponerse peor.
Trago duro y asiento, recostando mi cabeza en su hombro durante unos minutos permanecemos de esa manera pero luego una de sus manos se cuela entre mi mejilla y mi cuello, él se gira para poder tenerme de frente y besa mis labios con necesidad, con desesperación como si hubiese necesitado de ese contacto todo el día.
— Gracias...— susurra contra mis labios haciendo que jadee cuando sus dientes se cierran sobre el inferior y succiona un poco.
— No hay de que...— murmuro acalorada y el ríe
— Me encanta como te pones y como me pones...— susurra con voz ronca haciendo que me estremezca y cruce mis piernas cuando rosa su dedo índice sobre una de ellas.
— Kai...— le advierto, no va a emocionarme de camino a casa de su madre para luego dejarme calenturienta como hizo en la mañana.
— ¿Si nena? — le veo mal y el ríe
— No empieces...— humedece sus labios para luego morderlos y asiente obedientemente lo que me deja sorprendida.
Quita su mano de mi pierna y regresa la atención a su teléfono, yo lo observo sorprendida porque de verdad no esperaba que me hiciera caso, pero eh aquí el magnate siempre logra sorprenderme de alguna manera. Regreso a mi posición apoyando mi cabeza sobre su hombro.
Respiro profundo llenándome con el delicioso aroma de su perfume, sintiendo la dureza de sus músculos contra el costado de mi cuerpo y luego de unos minutos comienzo a sentirme extraña, de repente un cosquilleo se inicia en mi entrepierna haciendo que frunza el ceño, el cosquilleo aumenta obligándome a tragar grueso porque la humedad ya se está haciendo presente. Siento como mis pezones se endurecen debajo de mi sujetador y entreabro mis labios para ayudarme a respirar.
¿Joder qué coño está pasándome?
— ¿Nena estas bien? — pregunta con voz ronca el magnate a mi lado sacándome de la burbuja de excitación en la que estaba sumergiéndome.
Trago duro una vez más y busco su mirada, en ellos veo un destello de picardía que me confunde pero me limito a asentir presa de esa mirada que complementa el extraño de creciente excitación que siento.
— Señor llegamos...— la voz de Alfred interrumpe el contacto visual y el momento de extraña intimidad que compartíamos.
El magnate me regala una sonrisa lobuna y antes de hacer o decir cualquier cosa besa mis labios con rapidez, luego vuelve a su teléfono lo veo teclear algunas cosas en él y luego guardarlo, Alfred abre la puerta de mi lado y después de dar un par de respiraciones profundas salgo del auto, tratando de apaciguar mi cuerpo y manejar la ansiedad que me genera estar en esta casa bajo estas circunstancias.
Bien Lizzy ahómbrate y enfrenta esto con los cojones que no tienes por ser mujer, pero que estan allí en caso de necesitarlos.
Nota del autor: hola mis gamers... uuuuffff hace calor por aquí... y como mucho!XD jajajajaja a ver cuantas bailan por la bomba que le acaba de explotar al zorro en la cara? aunque se que todas gozan con eso se que lo hacen mas por el resto de lo que ocurrió en el capitulo... a ver cuantas amando a mi Kai???? jajajajaja espero que hayan disfrutado de este capitulo, yo disfrute muchísimo escribiéndolo. besos y abrazos, gracias infinitas por el maravilloso y gigantesco apoyo que están dándole a la historia, en serio es increíble!XD les amo y me siento super agradecida por esto.
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