🎭Capítulo 63 - Ira, locura y muerte🎭
Kai Metzler.
Elizabeth llora entre mis brazos y detesto verla así por algo que ni siquiera logro entender pero que puedo hacerme una idea, todo esto huele al zorro Metzler, es su forma de actuar tiene su huella en cada acción, cada paso, mi padre juega así de sucio y no le importa hundir a quien sea con tal de alcanzar sus objetivos. ¿Pero qué demonios gana con atacar al abogado, esto solo afectaría a la periodista?
Entonces comprendo todo y doy un paso atrás liberándola, mis ojos se abren como platos y niego con la cabeza, porque no me creo que haya sido capaz de llegar tan bajo, que haya decidido meter a otros en esto solo por dinero y poder, esto se salió de control y yo fui tan imbécil como para dudar del hijo de puta que tengo por padre.
— ¿Kai? — pregunta Elizabeth mirándome con ojos llorosos.
— ¿Colega estas bien? — pregunta Volker con preocupación
— ¿Luther te chantajeo para que te casaras con James no es así? — murmuro entre dientes conteniendo la furia que se arremolinado en mi interior con rapidez.
Elizabeth abre sus ojos como platos al igual que su boca, algo dentro de mi cabeza grita porque diga que no, porque a fin de cuentas es mi padre, me vio crecer y aunque pudo haber sido un bastardo con muchos, nunca lo fue conmigo hasta que abandone la corporación. La periodista desvía sus ojos hacia Volker que pasa una de sus manos por su cabello y comprendo que de alguna forma él también lo sabía. Entonces me siento estúpido porque mi mejor amigo sabía algo tan importante y no me lo dije.
— ¿ME VIERON LA CARA O QUE? — grito dando un paso en dirección a ambos
— Luther amenazo a Elizabeth con acabar con James, Winter incluso contigo si decía algo Kai...— responde Volker de inmediato en tono serio.
— Y la muy tonta en vez de decirnos decidió jugar para el...— Interviene Ajax con una sonrisa burlona en los labios mirando a la periodista — solo porque se dio cuenta que fuiste tan imbécil como para enamorarte de ella — agrega negando con la cabeza — Luther no has visto la cara a todos Kai — mi cuerpo se tensa aún más con sus palabras y la necesidad de ir y reventarle la vida a puñetazos se hace presente una vez más.
— No lo hice por eso...— se defiende Elizabeth ofendida, haciendo que Ajax la vea burlón.
— ¿Ah no, entonces si no fue por eso fue por qué? — responde, yo me contengo por no ir y drenar un poco de mi furia con él, está siendo un imbécil.
— De hecho si no fuera por Elizabeth, justo ahora estaríamos enterrados en tanta mierda que no sabríamos si quiera como lidiar con ella...— le espeta Volker cabreado elevando el tono — ¿Quieren calmarse? — nos ve a ambos y luego suspira — Luther abordo a Elizabeth porque si, — asiente mirando a Ajax — como pensamos se dio cuenta que tu — esta vez me mira a mí y luego a la periodista — te enamoraste de ella y contando con que el sentimiento fuera mutuo la chantajeo para que se casara con James de esa forma te hería y te quitaba de en medio...— hace una pausa y suspira — Luther no olvida Kai y lo sabes, creyó que harías lo mismo que hiciste cuando Leyna se fue...— esas palabras hacen que Elizabeth lo vea sorprendido y luego a mí.
— ¿Cuándo Leyna se fue? — Respiro profundo sabiendo que tocar el puto tema con ella es suficiente motivo para hacernos discutir.
— Si, Kai se deprimió bastante...— responde serio Ajax mirándome.
— El punto es que se aprovechó de sus sentimientos para lograr hacerte a un lado, solo que no conto con que esta vez te centrarías en el trabajo...— murmura Volker mirando a Elizabeth que repentinamente me ve con resentimiento.
— Ni tampoco que ella se echaría atrás al último momento y James es solo una consecuencia de ello...— Concluye Ajax comenzando a comportarse como suele hacerlo.
Se gira para verla perspicaz y luego de unos segundos despeina su cabello, suspira y me ve serio.
— ¿Qué te dijo Luther cuando te propuso esto, si tu llegabas a negarte o te equivocabas? — le pregunta mirándola serio, con desconfianza.
La periodista lo ve algo sorprendida y luego ve a Volker que asiente simplemente, como animándola, de pronto noto que está demasiado tranquilo por lo que la interrumpo mucho antes que empiece hablar.
— ¿Tu lo sabias? — Volker me mira y suspira.
— Si, me entere el día que llegaron las invitaciones a la boda — doy un paso en su dirección cabreado y sintiéndome traicionado
— ¿Y POR QUE COÑO NO ME DIJISTE NADA ESE PUTO DÍA? TE LO PREGUNTE Y NO UNA SOLA MALDITA VEZ
— QUIERES CALMARTE CON UN DEMONIO — grita de regreso sorprendiéndonos a todos.
Volker se caracteriza por ser muy calmado y manejar las cosas con tranquilidad y tan analíticamente que a veces sorprende que algo realmente llegue a enojarlo.
— ¡JODER! — suelta exasperado pasando sus manos por su rostro, confirmándome que algo más le ocurre — Elizabeth cuéntales antes que yo termine por golpearlos a ambos...— camina hasta la cocina y abre el refrigerador saca un frasco de jugo y comienza a revisar los estantes con ansiedad, mientras nosotros tres lo observamos sorprendidos.
— Como sea...— murmura Ajax devolviéndonos a lo importante por el momento — ya luego tu nos dirás que coño te pasa...— le espeta mirándolo mal — ¿Qué fue lo que te dijo Luther Lizzy? — la periodista se gira y lo enfrenta mirándolo mal
— ¿Qué demonios te pasa conmigo? — le espeta cabreada y yo pongo los ojos en blanco como si tuviéramos tiempo para esto.
En este momento podría estar rompiéndole la cara al bastardo de mi padre y estoy aquí perdiendo el tiempo con ellos.
— Me pasa que no confió en ti...— se sincera y yo bufo
— Basta, ¿Qué coño te dijo Luther? — le espeto tratando de no sonar tan brusco pero fallando terriblemente.
Ella me ve mal y luego suspira tomando su cabello y recogiéndolo en una coleta alta luego toma una bocana de aire y la libera lentamente se gira para enfrentarme y desvía sus ojos al suelo.
— Debía hundirte...— murmura y mi ceño se frunce — me investigo y todos los que me rodean, sabía todo lo que hace Winter, donde trabaja James y los casos que ha llevado... — entonces hace una pausa y sus ojos se abren como platos y me ve — me dio las pruebas de esto — dice tomando el periódico — me las entrego un día antes de la boda y me advirtió que esto pasaría si no me casaba con James — luego suspira y continua — si me negaba o no me casaba les haría una vida un infierno...— luego sus ojos se pasean por cada uno de nosotros y me tenso — dijo que tenía en su poder algo que los acabaría — murmura después de unos segundos.
Ajax palidece y Volker respira profundo en la cocina, yo simplemente siento que la periodista acaba de noquearme, que mi padre le hablara del incidente que si quiera lo mencionara me deja de piedra, es imposible que vaya usar eso en mi contra.
— ¿Qué es lo que hicieron? — pregunta después de unos segundos al ver nuestra reacción.
— ¿Qué más te dijo? — pregunta Ajax acercándose a ella ignorando su pregunta.
— Que si no hacia lo que me decía usaría eso y no solo Kai iba a caer... — hace una pausa mirándome con curiosidad — todos lo harían...— Ajax presiona sus manos a los costados de su cuerpo.
— ¿En serio crees que Luther usaría eso en nuestra contra? — pregunta mirándome serio y yo no sé qué coño responder, porque en este punto no reconozco al hombre que me dio la vida.
— Lo hará...— responde Volker desde la cocina en tono tranquilo una vez más — pero no voy a dejar que arruine todo lo que hemos hecho — su semblante serio y centrado me avisa que ha logrado centrarse.
— ¿Y cómo lo haremos? Él tiene todo para jodernos...— comenta Ajax y yo niego con la cabeza
— Solo tiene lo necesario para hacernos caer...— murmuro
— Nosotros también tenemos como joderlo al menos un poco — comenta Volker sonriendo con malicia — Kai tu padre es un bastardo hijo de puta acaba de confírmalo con lo que le hizo a James y lo que está haciéndote, me importa tres hectáreas de mierda que haya sido quien llego en el momento justo si ahora usara eso en nuestra contra...— Ajax lo ve y sonríe de lado negando con la cabeza
— Luther tiene un affaire Kai...— suelta este último mirándome, luego observa a Volker y en seguida soy parte de ese acostumbrado enlace que nos hace ser quienes somos.
— La mujer del restaurante...— murmuro y ellos asienten.
Siento como mi pecho se comprime al imaginarme la cara de mi madre cuando se entere, me duele saber que ese bastardo ha estado viéndonos la cara a todos durante todos estos años.
— Lo haremos publico...— murmuro sin ver a ninguno de los dos — todo lo que tengamos sobre eso, lo publicaremos y con eso lo apartaremos un poco, estará demasiado ocupado deshaciéndose de los paparazzi y de todo aquel que lo ponga en la mira, mientras hallamos la forma de hacernos con la información que tiene... si la conseguimos podemos estar tranquilos su credibilidad se verá manchada con esto y sin pruebas no puede jodernos...—
— Sigo aquí ¿saben? — nos interrumpe la periodista, recordándonos que no estamos solos y haciendo que la mire.
Por primera vez desde que llego a mi vida siento que desconfiar de ella fue algo estúpido, que cada uno de esos instantes en que odie desconfiar, tenía razones de sobra para confiar, aunque haya llegado aquí con el claro objetivo de descubrir verdades —que existe y que de hecho una es peor que la otra— ha demostrado con hechos que podemos confiar en ella y con esto solo nos confirma ese punto. Doy un paso en su dirección sintiendo de nueva esa atracción y ese magnetismo que nos envuelve, la necesidad de abrazarla y sentirla contra mí se hace presente pero su cuerpo se tensa haciendo que me detenga. Su expresión se ha endurecido, hay un brillo curioso y la desconfianza se ha comenzado filtrar en la forma en que me mira, eso me alerta, sé que debe estar pensando mil cosas pero tristemente no puedo decirle lo que ocurrió.
— Alo...— escucho la voz de Volker — tengo una exclusiva que seguramente te encantara — murmura, pero lo ignoro.
— ¿seguro que vas hacer esto? — Pregunta Ajax mirándome con curiosidad, yo simplemente asiento sin desviar mi mirada de la periodista, quien la mantiene fija en mi — ¿Qué hay de Bergoña y Ainara?
— Lo superaran...— respondo parco, sabiendo que mi madre será la más afectada por esta decisión, pero es hora que empiece a ver la realidad que tanto se niega a ver.
— Esta bien...— a los segundos se gira y sube al siguiente nivel, cada uno sabe muy bien que tiene que hacer a partir de este momento.
— Ven...— llamo a la periodista tendiéndole una de mis manos — necesitamos hablar — ella asiente, pero no toma mi mano lo que me hiere.
Se gira sobre sí misma y camina hacia la habitación principal, antes de seguirla Volker me detiene.
— ¿Se lo dirás? — pregunta curioso y respiro profundo
— No...— lo escucho suspirar y luego de uno segundos vuelve hablarme
— Escúchala antes de tomar una decisión...— comenta alcanzándome porque sabe muy bien que estoy por hacer.
— No puedo mantenerla aquí sabiendo que Luther la usara en mi contra...— Volker sonríe y niega
— La mejor forma de cuidarla es mantenerla contigo Kai, además la amas ¿qué ganas con alejarla? Y tu padre la utilizara no importa donde este, ya sabe que es tu talón de Aquiles — suspiro porque tiene razón.
— Esto no solo depende de mí...— él sonríe de lado y suspira metiendo sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón.
— Estaba dispuesta a casarse con alguien que no ama por ti — hace una pausa y sonríe negando con la cabeza — por todos, ¿crees que simplemente se ira ahora? — esas palabras me hacen considerar todo con una nueva perspectiva una que no había sido consciente hasta ahora.
Fue una movida arriesgada la que tomo Luther, la periodista resulto ser no solo una excelente profesional sino un muy buena persona y para desgracia de mi padre, las buenas personas suelen sacrificarse a sí mismos por los demás, con tal de hacer lo correcto y aunque estuvo dispuesta a ello hasta casi al final creo que tuve mucho que ver con su decisión de último momento de no casarse.
Recordar que estuvimos separados tres putas semanas después de haber dado tantos pasos y habernos acercado en la forma en que lo hicimos provoca que la ira que estaba controlando se encienda aun con mayor ímpetu, las ganas de salir de aquí y despedazar a Luther se incrementan.
— Colega...— me llama Volker mirándome serio — ya tendrás tiempo de hacer algo con Luther, tienes cosas que hacer antes — me señala la habitación recordándome que justo ahora lo importante es la periodista
Respiro profundo y camino hacia la habitación donde la encuentro sentada en la cama, mirando fijamente el suelo. Al escuchar la puerta cerrarse pone sus hermosos ojos en mí.
— ¿Estás bien? — pregunto desde mi posición y ella asiente ligeramente
Camino hasta sentarme a su lado, el aroma cítrico de su perfume me embriaga haciéndome suspirar, de alguna forma tenerla aquí en este momento a pesar y después de todo me hace sentir en calma aunque todo este por irse a la mierda, no podría desear nada más. Tomo una bocana de aire y después de liberarlo lentamente hago justamente lo que debimos haber hecho todos hace un rato y ninguno tuvo la delicadeza de hacer.
— Gracias...— murmuro haciendo que me vea sorprendida
— ¿Por qué?
— Decidiste sacrificarte por James, Winter, Ajax, Volker, El Lux y por mi...— ella suspira y continuo — no debías hacerlo al menos no por nosotros y sin embargo lo hiciste.
La periodista posa sus ojos en mí y sonríe con calidez, se inclina sobre mí y acaricia mi mejilla el contacto me hace cerrar los ojos para disfrutar de la caricia.
— No hay nada que agradecer al final del día no ayude a nadie...— murmura con pesar y abro mis ojos para verla — arruine la vida de James y seguramente la de todos, solo tenía que seguir con la boda y estarían bien... — rio con amargura y niego
— Nena sea lo que sea que Luther te prometió no lo iba a cumplir...— mis palabras parecen sorprenderla luego poco a poco asiente.
— Tienes razón... — concuerdo conmigo para luego guardar silencio
— Elizabeth no tienes por qué ser parte de esto...— comencé pero su una risa floja me detuvo
— Soy parte de esto desde el momento en que acepte y te deje besarme...— murmura haciéndome sonreír — lo que hice lo haría otra vez aunque el resultado seguiría siendo el mismo...— hace una pausa y suspira — estoy segura que habría llevado a cabo aquello si tu no hubieses aparecido — sonrió de lado al escucharla y el ligero reproche impreso en su tono.
— Entonces hay algo que agradecerle al bastardo de mi padre...— murmuro acariciando su mejilla, ella frunce el ceño y me ve sin comprender — cuando llego dijo cosas que me hicieron ir a buscarte y por eso lo hice, no pensaba volver acercarme a ti otra vez... — reconocí pegando mis labios a los suyos.
La beso con suavidad para luego separarme y suspirar.
— Un error que no pienso volver a cometer... — ella sonríe y vuelve a besarme
En ese momento mi teléfono comienza a sonar interrumpiéndonos, lo saco y vemos al mismo tiempo la imagen de Leyna, quien lleva todo el jodido día llamándome y yo evitándola. La periodista me ve expectante mientras desvió la llamada al buzón de mensaje.
— ¿Por qué no le respondes? — pregunta elevando una de sus cejas.
— No quiero hablar con ella
— ¿Qué paso entre ustedes Kai? — pregunta finalmente haciendo que mi cuerpo se tense.
Dudo un instante y pienso en que decirle que no lo sé no es la respuesta correcta, así que creo en mi instinto y respondo asumiendo lo que se pudo haber pasado.
— Nada...
— ¿Nada? — Sonríe de lado y suspira — claro — después de unos segundos se pone en pie y la sigo mientras camina hacia el otro extremo de la habitación.
— ¿Qué pasa?
— No quiero a Leyna aquí...— suelta cortante sorprendiéndome — no quiero que se te acerque si quiera — murmura más para sí misma que para mí, cosa que me divierte, rio suavemente y me pongo pie acercándome a ella.
Rodeo su cintura y entierro mi cabeza en su cuello llenándome de su aroma cosa que la hace estremecer.
— ¿Un poco posesiva tu no? — murmuro haciendo que se erice su piel.
— He aprendido de ti...— comenta removiéndose para luego girarse y quedar frente a mí, sus ojos brillan con intensidad mientras muerde su labio inferior, está muriéndose por decir algo.
— ¿Qué? — pregunto rosando mi nariz contra la suya
— Resuelve lo que sea que tengas con ella y da por terminado todo, no la quiero aquí...— esta vez es una exigencia y una muy seria.
Escruto su rostro porque puede entreverse cuantos celos siente de Ley y también puedo ver cierto resentimiento y creo comprender porque, si James se hubiese paseado con ella delante de mi posiblemente también le tendría rencor.
— Esta bien...— ella asiente y junta nuestros labios en beso necesitado y desesperado el cual respondo de la misma forma.
Mi cuerpo reacciona de inmediato a ella, pegándola más a mí, en cuanto choca contra mi entrepierna endurecida jadea y sonrió a mitad del beso. Haciendo que ella abandone mi boca.
— ¿Ajax y Volker? — pregunta con curiosidad pero no la dejo terminar, vuelvo a besarla con demanda y ella responde el beso.
En este instante solo quiero hacer una cosa y es llenarme de ella, sentirla contra mí y demostrarle que así como me pertenece yo también lo hago.
#
Mi teléfono suena un par de veces distrayéndome de la exquisita labor de besar los labios de la periodista que pega más su delicioso cuerpo desnudo al mío, suspiro y sonrió cuando bufa exasperada cuando el aparto vuelve a sonar.
— Si es Leyna una vez más iré a quitarle la cabeza...— murmura mirándome seria y rio.
Ley ha estado llamando constantemente pero he ignorado todas sus llamadas, aunque la periodista fue muy clara en lo que quería, es algo que no se habla por teléfono y la verdad justo ahora que la tengo así no quiero ocuparme de nada mas, fueron tres malditas semanas extrañándola.
— Espera, puede ser Ajax o Volker...— dejo un beso rápido en sus labios y me giro para tomar mi teléfono.
Estos se fueron cada uno con algo que hacer mientras yo conversaba con Elizabeth en el cuarto, yo tengo que ocuparme de otras cosas y por el momento debo esperar a que ellos hagan lo suyo.
En cuanto veo la pantalla mi cuerpo se tensa y toda la ira que la periodista se había encargado de despejar con sus besos y caricias, explota en mi interior. El número de teléfono de Luther ilumina la pantalla, deslizo mi dedo en esta y coloco el teléfono en mi oreja.
— Hijo buenas noches...— la voz de mi padre llena el espacio y el odio que jamás creí sentir por él se abre paso en mi pecho
— ¿Qué quieres Luther? — digo poniéndome en pie de inmediato.
La periodista se sienta en la cama y me ve alarmada. Mientras yo siento cada musculo de mi cuerpo tensarse.
— ¿Cómo ha recibido la noticia mi querida Elizabeth? — respiro profundo y cierro mis ojos.
— Eres un bastardo hijo de puta
— Lo se hijo y creí que te había quedado claro...
— ¿Cómo puedes jugar con la vida de los demás?
— Esto no es culpa mío hijo, te di opciones y no una, esto está pasando por tu maldita estupidez no porque yo sea un hijo de puta, toda acción tiene una reacción, considera esta como la mía a tus constantes arrebatos y tu ingratitud...— me responde con tranquilidad lo que hace que golpee la pared con mi puño a falta de tenerlo en frente.
— No creas que vas a salirte con la tuya Luther...— suelto entre dientes y el ríe divertido
— Hijo hace rato que lo hice... dale mis saludos a la periodista y a su hermosa amiga también...— esas palabras me alertan y de inmediato me tenso.
— Ni se te ocurra hacerle algo a Winter...— lo amenazo y simplemente lo escucho reír antes de finalizar la llamada.
Con un rápido movimiento de mi mano arrojo el teléfono contra la pared haciendo que este se estrelle y se vuelva mierda, sobresaltando a Elizabeth, como si fuera una bestia que ha sido pinchada repetidas veces entro al vestier busco algo de ropa y me visto sin prestar atención a lo que me pongo. Cuando termino de ponerme la franela y me giro Elizabeth está en la puerta.
— ¿A dónde vas? — pregunta preocupada
— Tomare aire...— suelto pasando junto a ella, pero me detiene
— ¿A dónde vas?
— Te he dicho que iré a tomar aire — digo entre dientes mirándola con dureza, pero no se inmuta ni se intimida, jodida periodista.
— No te creo
— Me importa poco...— suelto liberándome con brusquedad de su agarre y echando andar hacia la puerta.
La escucho maldecir por lo bajo y luego de unos segundos ya estoy frente a la puerta principal del departamento listo para salir, pero detengo mis pasos y subo al siguiente nivel entro al estudio y tomo la portátil para luego volver a bajar, cuando estoy por alcanzar la puerta veo a la periodista de soslayo colocarse un vestido pero no me detengo a esperarla, necesito hacer esto o me volveré realmente loco. Salgo del departamento con una única idea en la cabeza encontrar al hijo de puta de Luther y darle la jodida golpiza de su vida.
Una vez en el auto conduzco fuera del casco antiguo de la ciudad, hacia el lago, donde aparco y respiro profundo necesito tranquilizarme un poco, después de respirar profundo varias veces tomo la portátil y la enciendo, espero algunos segundos a que responda y una vez lo hace abro el sistema de rastreo que utilizamos en Lux y que invente en los inicio de la empresa. Tecleo las opciones a para iniciar un rastreo por GPS e introduzco el número de teléfono de Luther, espero algunos minutos a que el sistema haga su magia pero me arroja un puto error.
Respiro profundo porque este sistema no tiene fallas, o no las tenía hasta ahora, verifico el número de teléfono y esta correcto entonces pienso que seguramente alguien dentro de la corporación lo ha cifrado a fin de cuentas hay más personas listas trabajando para él, abro otra ventana y comienzo a trazar los patrones de cifrado comunes que solían usar en la corporación y que tantas veces advertir eran demasiado sencillos de resolver, en cuestión de un par de minutos lo tengo, sonrió de lado al ver la palabra ubicado en verde en la pantalla.
Tecleo un par de órdenes al sistema para que me muestre la ubicación exacta en un mapa y para mi puta sorpresa el malnacido está en la ciudad y en un puto restaurante. Medito un poco mis opciones porque no quiero llamar más la atención pero la ira que cargo es demasiado grande por lo que dejo el portátil en el asiento del copiloto y arranco hasta el lujoso restaurante. Varios minutos luego ya está aparcando en frente, un chico toma las llaves en cuanto desciendo.
— No lo lleves muy lejos, estaré solo un poco — acomodo la gorra que me he coloca sobre mi cabeza y me encamino a la puerta principal donde un joven aguarda.
Al verme se sorprende un poco y me sonríe amable.
— Sr. Metzler buenas noches...— me saluda reconociéndome de inmediato, este lugar es uno de los favoritos de mama y Luther es obvio que me reconocería alguien del personal.
— Buenas noches
— ¿Tiene reservación? — pregunta revisando la tablet en sus manos y niego.
— No, solo he venido a conversar un par de cosas con... — hago un esfuerzo sobre humano para tratar de sonar natural al pronunciar aquella palabra — mi padre, sé que esta aquí — el joven asiente y luego me observa de arriba abajo.
— Sí, está aquí pero conoce las normas de etiqueta del restaurante...— suspiro frustrado y saco mi cartera para tomar un fajo de billetes, el joven abre los ojos como platos cuando se los tiendo y sonrió de lado.
— Será solo un momento y prometo que no te meterás en problemas...— miento porque posiblemente se gane una buena reprimenda por dejarme entrar vestido como estoy pero en este momento no me importa.
Paso junto al chico que se queda contando los billetes sin poder creerse su buena suerte o su mala en todo caso. Cuando entro el lugar está repleto de personas, camino por la pared del fondo cerca de la puerta de entrada mirando los rostros de las personas que están dentro, hay alguna especie de celebración o algo porque la mayoría de las personas están de pie. En ese puto instante mi teléfono comienza a sonar.
Lo saco sin ver si quiera de quien se trata y lo contesto.
— Alo... — Volker
— ¿Dónde coño estas? — pregunta con preocupación
— ¿Qué quieres Volker?
— Kai sea lo que sea que vayas hacer no lo vale y es una locura...— rio con amargura porque por supuesto que lo vale y me importa una mierda que sea una locura.
— Hablamos luego Volker...— finalizo la llamada y apago el teléfono, mientras no termine de hacer con lo que he venido hacer no quiero hablar con nadie.
Me paseo por el lugar buscando al hombre que me dio la vida y ahora está encargándose de arruinarla de a poco, cuando lo diviso entre la multitud ya varias personan han notado mi presencia y mi aspecto, que por supuesto no tiene absolutamente nada que ver con lo que ellos llevan puestos. En cuanto estoy a unos cuantos pasos de mi padre lo llamo.
— Eh Zorro...— suelto en tono burlón preparándome para cuando se voltee.
En cuanto lo hace y nuestras miradas se encuentran lo primero que veo es sorpresa, luego confusión pero no le doy tiempo a nada, estrello mi puño en su mandíbula tan fuerte como soy capaz de golpear, de hecho le he dado tan fuerte que trastabille y se va al suelo, pero el bastardo tiene buenos reflejos y evita caer pero la ira me tiene tan cegado que no me detengo allí me acerco a él y cuando esta por levantarse vuelvo a golpearlo en la cara.
Los gritos de algunas mujeres llenan de inmediato el espacio, pero no le prestó atención la única maldita intención que tengo ahora es drenar la furia y la frustración que siento cuando miro a este maldito a la cara y lo veo sonreír con suficiencia. Entonces perdiendo el poco control que tengo lo tomo de las solapas del elegante traje que se manda y lo levanto para luego propiciarle otro buen golpe, que también lo hace tambalearse.
En ese momento alguien sujeta mi brazo pero me libero con brusquedad y me vuelvo a ir contra Luther, solo que no lo alcanzo porque alguien más vuelve a sujetarme. Esta vez cuando mi padre me ve solo hay ira, odio y resentimiento en su expresión, estoy seguro que es exactamente el reflejo de lo que ve en mi rostro.
— Eres un maldito hijo de puta...— escupo tratando de liberarme y percatandome que en realidad no me sostiene uno sino dos de sus hombres.
— Suéltenlo...— ordena y una vez lo hacen me voy contra él una vez más, solo que esta vez el astuto de Luther Metzler no solo se queda de pie esperando que lo golpee.
Esta vez levanta uno de sus puños contra mí y por poco lo impacta en mi quijada, pero tiene más suerte con su otra mano que me alcanza de lleno en un costado, la punzada de dolor es inmediata.
— ¿QUIÉN DEMONIOS TE CREES QUE PUEDES VENIR AQUÍ Y GOLPEARME COMO SI NADA EH? — me grita furioso.
Doy un paso atrás para reacomodarme y esta vez midiendo la distancia entre ambos y pensando muy bien el siguiente golpe lo ataco, he olvidado que es mi padre, acabo de olvidar todas las veces en que jugo futbol conmigo, en todas las veces en que creyó que no notaba como se colaba en mi habitación a media noche y curioseaba mis intentos por crear cosas y sonreía con orgullo para luego acercarse a mi cama y besar mi frente para luego susurra que era su pequeño genio.
En cuanto mi puño toca una vez más su rostro, un flashazo de uno de los mejores cumpleaños de mi vida atraviesa mi cabeza y llena de un indescriptible dolor mi pecho. Al recordarlo.
— Kai hijo ven aquí...— me llamo hacia el interior de la casa donde me aguardaban él y mi madre.
Camine para alcanzarlos mientras ambos se miraban y sonreían con complicidad, a mi espalda se unió Ajax, Volker y Aina, me condujeron hacia el interior de la mansión al ala que estaba siendo reconstruida por papa, me guio por un pasillo hasta alcanzar una puerta de madera de color blanco. Sonrió orgulloso y la abrió en cuanto di un paso dentro no pude evitar sentirme emocionado y feliz.
Delante de mi estaba un laboratorio equipado con la última tecnología desarrollada por la corporación en la que la trabajaba papa, mama abrazo lo cintura de mi padre mientras me adentraba contemplando cada uno de los instrumentos y equipos con los que podía durar días experimentando e inventado cosas.
Sonreí ampliamente, mientras ambos me miraban orgullosos.
— Feliz cumpleaños hijo, creo que es tiempo que pongas hacer algo útil a ese cerebro tuyo y no solo a estar hackeando he inventado programillas simplones...— sonreí antes aquello y me rasque la nuca con cierta vergüenza, pensé que papa no sabía sobre eso.
— Papa yo...— intente disculparme pero el solo rio
— Tranquilo hijo, entiendo que una mente tan brillante como la tuya no puede estarse quieta y debías hacer algo por todas esas personas ¿no? — pregunto con ironía a lo que Ajax y Volker rieron con complicidad — ya no más juegos Kai, quiero que hagas cosas serias, cosas increíbles y que revoluciones la tecnología como estoy muy seguro que lo harás...— esas palabras me llenaron de confianza y me hicieron sentir el chico más afortunado del mundo por tener los padres que tenía.
Por tenerlo a él como mi padre y mi mentor, porque toda la pasión hacia el área tecnológica se la debía a él.
— No solo me jodes a mi sino que también jodes a todo el mundo...— escupo lleno de resentimiento regresando a al jodido presente — no te reconozco...— Luther se pone en pie una vez más con la ayuda de los mismos hombres que me sostuvieron.
Esta vez hay un hilo de sangre saliendo de su boca, cuando vuelve a sonreír de esa maldita manera arrogante y segura quiero irme sobre él una vez más pero la voz de alguien a mi espalda me detiene.
— ¿Kai? — la voz de mi madre hace que se erice cada puto vello de mi cuerpo.
Pasa junto ha corriendo hacia Luther y sostiene sus mejillas para mirarle el rostro, luego se gira hacia mí y la decepción con la que me ve atraviesa mi pecho y el dolor se intensifica.
— ¿Cómo has podido hacer esto? — Me espeta en medio de un sollozo — ¡ES TU PADRE! — grita y esta vez es mi turno de sonreír en su dirección
— Lo siento pero este tipo no es mi padre... — respondo mirándola una vez más, de sus ojos comienzan a salir un momento de lágrimas que en serio me gustaría limpiar y no ser causante de ellas, pero estoy harto que Luther siempre se salga con la suya — estas muerto para mi...— el zorro simplemente me ve con odio y sonríe mostrándome sus dientes cubiertos de su propia sangre.
— Tú lo hiciste para mí el día que me traicionaste hijo...— suelta con ironía haciendo énfasis en la última palabra.
Mi madre se gira sorprendida para verlo pero Luther la ignora.
— Vas a arrepentirte de esto...— lo amenazo señalándolo con mi dedo índice.
— Lo dudo pero ya lo veremos...— suelta burlón y seguro.
Aun no me es suficiente, aún no he drenado toda la furia que tengo contenida en el pecho, pero es con mi madre aquí no puedo hacer nada más, no por el imbécil que está detrás de el si fuera por mí lo dejaría irreconocible pero a ella la amo y aunque este cegada por el amor que siente por la basura que siente por él no se merece que la haga pasar por esto. Cuando me giro para marcharme una vez más la voz de Luther me detiene.
— Espero Lizzy sepa cuidarse bien Kai... no queremos que le pase nada ¿verdad? — la amenaza hace que me gire y me lance una vez más contra él, pero mi madre se interpone y me cruza la cara con una bofetada que no solo me duele en la cara , me duele en el alma.
— Ni te atrevas...— me suelta iracunda.
Entonces esta vez sabiendo que no puedo hacer nada más asesino a mi padre con la mirada y me giro sobre mí mismo para salir del puto restaurante con al menos la pequeña satisfacción de haberlo golpeado y haberlo hecho sangrar. Salgo del restaurante sin mirar a nadie en particular, tomo las llaves que me tiende el mismo chico que aparto el auto de la entrada y una vez entro a mi auto salgo allí como una jodida alma que lleva el diablo. Conduzco a alta velocidad tratando de aligerarme y de acompasar mi organismo.
Estoy cabreado hasta la mierda aun y necesito calmarme antes de regresar, no quiero pagarlo con la periodista y sé que justo como estoy en este momento podría decir cosas que no siento y joderlo todo aún más. Así que conduzco una vez más hacia el logo, estaciono el auto y salgo de este, tan pronto lo haga una brisa fría recorre mi cuerpo haciéndome estremecer. Camino hasta el borde del mismo y me siento en el muro contemplando el cielo nocturno y como brillan las estrellas. La calma del lugar ayuda a que mis recién descubiertos demonios se tranquilicen.
Nunca creí que podría llegar a sentir tanto odio y desprecio por una persona, ni si quiera sentí esto por los culpables del incidente y sentirlo justamente por mi padre es algo que sencillamente no deja de sorprenderme. Las horas pasan y para cuando estoy completamente tranquilo son cerca de las doce de la noche. Me levanto y camino de regreso al auto, cuando estoy allí entro y enciendo el teléfono, en seguida comienzan a llegar las notificaciones, llamadas y sms de Ajax, Volker y Elizabeth. Todos reprochándome y armando un drama, sonrió al escuchar la última nota de voz de la periodista.
Elizabeth: espero que estés bien Kai porque en cuanto llegues aquí juro por la Virgen de Chiquinquirá que te hare pagar por esta jodida preocupación que me estás haciendo sentir, regresa de una puta vez.
Enciendo el auto y conduzco directo al departamento con la única idea de verla, abrazarla y hacerle el amor una vez más. Cuando llego al departamento solo la luz de la cocina está encendida, dejo el teléfono la portátil y mi cazadora sobre la mesa antes de caminar hacia la habitación en cuanto entro la veo y no puedo evitar sonreír. Está sentada en medio de la cama con la espalda pegada a la cabecera de esta con las rodillas pegadas a su pecho y la expresión de preocupación que se carga es épica.
— Hola...— la saludo, ella eleva su rostro y me ve con el ceño fruncido.
Cierra los ojos murmura algo en español que evidentemente no alcanzo a entender ni escuchar del todo, se hecha hacia el frente y gatea hasta el borde de la cama, baja y camina hacia mi sin dejar de verme, cuando me alcanza observa mi rostro con preocupación.
— Cuatro horas y veinticinco minutos Kai...— susurra entre dientes, yo no comprendo de que va —
— ¿Qué?
— Despareciste durante cuatro putas horas sin si quiera considerar avisarme donde coño estabas, ¿tienes idea de lo preocupada estaba? — Pregunta dándome un ligero empujón en el pecho — Ajax, Volker, hasta Ainara estuvo buscándote y tú solo desapareces como si nada... — sus ojos se llenan de lágrimas y es justo en ese momento que comprendo que estaba realmente asustada.
La tomo por la cintura y la atraigo hacia mí, sonrió de lado al ver cómo me fulmina con la mirada, pego mí frente a la suya y suspiro.
— lo siento tienes razón, no debí irme de esa manera...
— No, no debiste pero lo hiciste...— me reclama y vuelvo a sonreír fijándome en sus ojos.
Joder amo esos bonitos ojos que me miran con intensidad, como su nariz luce roja en este momento o como sus labios se encuentran entreabiertos para ayudarla a respirar mejor. Tomo su mejilla y parte de su cuello con una de mis manos y la acaricio con el pulgar ella cierra sus ojos y aprovecho el gesto para tomar su boca. Lo hago con calma, parsimonia pero con pasión y ganas. Ella responde de inmediato pegándose más a mi —como si tal cosa fuera posible— correspondiendo el beso.
Mi lengua invade su boca necesitada de encontrar las suya, pronto el beso comienza a tornarse más intenso, más brusco, más lujurioso y apremiante, para cuando nos separamos ninguno de los dos tiene suficiente aire para respirar acompasadamente. Y justo como cada que nos encontramos solos la desesperación por sentirnos nos puede.
Quito su blusa con rapidez, atacando sus pechos con necesidad, los muerdo, los chupo y lamo como un desquiciado necesitando de ellos para vivir, mis manos se pasean por su abdomen y su espalda baja hasta alcanzar su culo el cual magreo, como si fuera una masa que debe ser suavizada, subo, bajo y restriego mis manos en ellas mientras la periodista gime y jadea sobre mi cabeza. Me deshago de su braga —lo único que llevaba puesto era esa puta blusa y una braga— y de inmediato me inclino a sus pies donde puedo permanecer el resto de mi puta vida si así ella lo quiere.
Beso su rodilla izquierda subiendo por su piel dejando una estela de besos y roses suaves con mi lengua hasta alcanzar su entrepierna que se ve a leguas que esta humedecida, salto a su otro muslo evitando su coño y comienzo a dejar besos esta vez en la cara interna del mismo, muerdo y lamo cada vez más cerca de su sexo y una vez estoy a solo un par de centímetros me detengo, coloco mis manos sobre su culo y la pego a mi boca, su coño empapado toca mis labios y de inmediato me lleno con ese delicioso sabor que fluye de ella.
Separo los pliegues de su coño con mi lengua arrastrando la humedad que sale de ella, sus manos se posan sobre mi cabeza sosteniéndose, mientras saboreo lo exquisita y deliciosa que es, alcanzo ese manojo de nervios que la deshace en cuanto comienzo a dejar suaves toques con la punta de mi lengua, rio cuando sus piernas tiemblan, para luego rodear el área con mis labios y chupar con fuerza, esta vez sus manos se cierran sobre mi cabello y tiran de él.
— ¡Joder Kai! — Jadea echando la cabeza hacia atrás y moviendo su pelvis sobre mi boca — oh por dios no pares...— me pide peinando mi cabello hacia atrás para verme, nuestras miradas conectan y la complazco chupando una vez más su clítoris como si fuera un delicioso caramelo.
Separo sus piernas un poco más para tener mayor acceso a su sexo y me entierro entre sus piernas comiéndole el coño como si fuera mi platillo favorito —realmente lo es, podría pasarme la existencia entera tendido a sus pies comiéndola y disfrutando de sus expresiones— arrastro mi lengua con lentitud desde su abertura hasta su clítoris me separo un poco y vuelvo a repetir la acción, pero aun no alcanzo el lugar que deseo, por lo que coloco una de mis manos debajo de su rodilla y alzo su pierna derecha exponiendo por completo su coño y su ano, sonrió al notar el brillo de los fluidos saliendo de su abertura y esta vez no me limito a su coño, acomodo su pierna sobre mi hombro para poder tener libres mis manos y así poder separar sus nalgas.
Una vez lo hago me apodero de ese jodido y estrecho agujero que estoy loco no solo por comerme sino por penetrar, cuando mi lengua se apoya en él, el cuerpo de la periodista se tensa considerablemente y su pierna tiembla. Me entretengo con su ano y su coño por un rato mientras ella gime y jadea con desesperación, hasta que ya no puedo más y necesito perderme en su interior. Me pongo en pie y de inmediato ataco su boca, la dejo sentir su sabor, mientras la guio hasta la cama donde una vez la parte de atrás de sus rodillas chochan con esta la empujo con suavidad ella se deja caer rebotando en el colchón con una sonrisa traviesa en los labios.
De inmediato comienzo a deshacerme de mi ropa mientras ella, separa sus piernas abriéndose para mí, exponiendo su coño húmedo y brilloso, lleva dos de sus dedos a su boca y los chupa para luego descenderlos a su coño se detiene unos segundos en su clítoris pero luego continua hasta su abertura donde sin más los mete en su interior trago dudo ante la visión que me está dando, mierda he visto a muchas mujeres masturbarse frente a mí, he visto decenas de ellas correrse solo haciendo esto para provocarme, pero ninguna me pone de esta jodida manera, ninguna hace que mi raciocinio y mi autocontrol se vaya a la mierda y quiera hacer con su cuerpo lo que se me venga en gana.
Con rapidez me quito los zapatos, mientras me deshago de los botones que sujetan mi jean, los bajo llevándome con ellos el bóxer y lo dejo todo a un lado, me subo a la cama acercándome a ella, que jadea al verme cubrir su cuerpo con el mío, alcanzo sus labios y la beso con desesperación, con necesidad. Toda la lujuria, el morbo y la posesividad que siento en este instante con ella y su cuerpo me dominan, muerdo sus labios antes de erguirme y apoyarme en mis rodillas.
Tomo uno de sus tobillos y la giro a un lado colocándola sobre uno de sus costado, mierda que maldita vista tan maravillosa, su coño siento aplastado por sus piernas se ve estrecho, húmedo y listo para mí, me acomodo en su entrada separando sus nalgas y como un puto cavernícola me clavo en ella, sus manos se cierran sobre la sabana mientras deja salir un grito de su garganta. Empujo un poco más deseando entrar más en ella pero ya no hay más lugar a donde llegar, la acción la hace quejarse de dolor pero me limito a mirarla mientras muerdo mis labios y frunzo el ceño.
Mierda tengo tantas ganas de hacerle tantas cosas que sin dejarle tiempo a acostumbrase a mi tamaño y a mi grosor empiezo a envestirla con fuerza, pronto su cabello se deshace del moño que llevaba y cae sobre sus hombros y su rostro, el cual está sobre uno de sus brazos, sus labios entre abiertos para ayudarla a respirar mejor, separo sus nalgas y escupo su culo para poder deslizar uno de mis dedos por la zona con libertad, ella jadea y se estremece cada que mi pulgar trazar círculos y luego se presiona contra su centro.
La siento arder la siento temblar, pero no me detengo, la follo duro, con fuerza y brusquedad haciendo que su cuerpo se mueva de arriba abajo en la cama, aprieto mis manos sobre uno de sus muslos cuando entro una vez más en ella y repito la acción de empujar más hacia adentro, los músculos de su coño se cierran con fuerza alrededor de mi polla obligándome a detenerme, porque la sensación es malditamente placentera y si me muevo posiblemente logre que me corra.
— Eres jodidamente mía nena... — suelto entre dientes saliendo de ella con lentitud mientras su coño estrangula mi polla.
— Si... — jadea reconociéndolo
— solo mía, no quiero que nadie en este puto mundo vuelva a tocarte — continuo dejando que mi lado posesivo se haga cargo de todo, sus ojos me observan y sonríe con picardía — si otro hombre llega a tocarte lo mato...— suelto sin pensar haciendo que sus ojos se abran como platos pero vuelvan a cerrarse cuando la envisto una vez más con más fuerza.
No sé por qué tengo la necesidad de hacérselo saber, pero lo hago una y otra vez, se lo repito tantas veces que creo que le queda grabado en la frente y en la piel, me inclino sobre ella y devoro su boca cuando estoy cerca de correrme, ella se estremece y jadea acelerada, sé que también está por correrse y quiero hacerlo junto con ella.
— Eso nena, si así dame todo de ti, córrete conmigo venga...— murmuro sobre sus labios y como si hubiese necesitado de mi permiso para hacerlo se corre.
Un grito largo sale de su garganta mientras una de sus manos se cierra con demasiada fuerza en una de mis muñecas, la presión en mis testículos es insoportable y con un espasmo que me aturde de forma increíble me derramo en su interior, pero no dejo de moverme, no hasta que su coño saca hasta la última gota de semen que puede salir de mi. Un escalofrío recorre mi espalda bañada en sudor cuando siento el último sacudón dentro de ella.
Jadeante y exhausto beso su mejilla, luego sigo hasta su hombro donde dejo un ligero mordisco que la hace reír flojamente, tomo su mentón entre mis dedos y la hago que me mire, sus ojos se abren y están cristalizados por la magnitud del orgasmo que acaba de experimentar, me acerco a su nariz ronzándola con la mía para luego besarla con suavidad en los labios.
Ella responde con pereza el beso y rio suavemente, dejándome ir con cuidado hacia un costado y trayéndola conmigo, siento como mi polla sale de ella y como se estremece al sentir el vacío que dejo en su interior.
— Te quiero nena y te prometo que nada malo va a pasarte...— murmuro recordando la amenaza de Luther — no dejare que nadie te lastime...— ella murmura algo que no alcanzo a entender mientras la rodeo y la pego más a mi cuerpo sintiéndome más que feliz de tenerla a mi lado.
Nota del autor: hola mis gamers... UUUUUUFFFFFFFF a ver cuantas saltaron de sus sillas, camas o sofás cuando Luther recibió el primer guantazo? venga que lo disfrutaron cada uno de los golpes que Kai soltó las lleno de satisfacción. Que capitulo mi madre... pero no todo es color de "rosa" no todo esta bien y no todo eta tranquilo, Kai ya respondió sabemos que Luther también lo hara... las cosas se ponen interesantes por aquí. En fin díganme que piensan, que les ha gustado mas, quiero leer sus comentarios y sus reacciones en este capitulo tan esperado. Besos les amo y gracias infinitas por el apoyo que están dándole a la historia.
Vic este capitulo va dedicado a ti, por hacerte esperar y hacerte sufrir en el proceso... ademas se cuanto anhelabas leerlo! besos nena!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro