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🎭Capitulo 58 - Corazones en tempestades🎭


Hola mis gamers, si por cosas de la vida Wattpad te trajo a este capitulo pues te comento hay uno mas antes de este, así que sino lo has leído, corre atrás y léelo si ya lo hiciste ignora completamente esta nota y pues a leer... 


Kai Metzler.

Gotas de lluvia...

Caen sobre mi cabeza, empapando mi capucha y mi cuerpo, mientras corro por la vereda del exclusivo complejo de mansiones en el que vivo. No soportaba más hacer ejercicio en casa, no era suficiente reventarme la vida en la corredora o matarme haciendo abdominales, nada de eso estaba funcionando para despejarme. Ahora tampoco es que funcione mucho pero el agua aunada al frió que hace al menos me distrae un poco de mi más grande distracción.

La maldita boda de la periodista, solo faltan horas para que se case con el idiota del abogaducho y siento que con cada minuto que pasa estoy más cerca de perderla y la desesperación y los celos me van ganando, creí que podría manejarlo, incluso creí que después de haberme follado a la chica del antifaz negro regresaría a la normalidad, o al menos podría lidiar con esto.

Pero la jodida verdad es que no, tan simple y tan sencillo que no la quiero con otro hombre que no sea yo, que no se me da la puta gana de verla junto a alguien más porque la quiero junto a mí, que el solo hecho de pensar que el idiota de James rosa alguna de las hebras de su cabello me enerva la sangre, imaginarla durmiendo con él, de la misma forma en que lo hizo conmigo es razón suficiente como para inventar una jodida arma nuclear y acabar con el puto mundo.

Doblo en la siguiente esquina y me detengo al no sentir mis pies, apoyo mis manos sobre mis rodillas respirando profundamente y tratando de alejar la sensación de asfixia que me provoca cada que pienso a Elizabeth durmiendo en la misma cama que el abogado. Cierro mis ojos y niego con la cabeza. ¿Qué fue lo que hizo esa mujer conmigo para tenerme así? Escarbo en mi memoria buscando alguna razón, algo que me dé una respuesta clara, lógica y concisa a mis sentimientos hacia ella. Pero la única respuesta que consigo hurgando en mi cerebro es que no hizo nada especial, solo fue ella misma.

Leyna se esforzó por llamar mi atención, uso todos sus encantos para enamorarme, Elizabeth... ella solo tuvo que ser ella para tenerme complemente delirando a sus pies. Yergo mi cuerpo y miro a mi alrededor, la calle desierta nadie sale a trotar lloviendo, solo un loco lo haría, más con este clima. Reinicio el ritmo cuando una brisa fría me hace tiritar y subo la pendiente que da al portón que me separa de la colina en la que se encuentra la mansión, al verme acercarme una de las puertas se desliza a un lado y me permite el paso. Asiento hacia el vigilante que se encuentra de pie y en la caceta e inicio el recorrido hasta lo ahora me parece una cárcel.

Al llegar a la puerta principal y entrar escucho una risa familiar desde la cocina, me encamino hacia allí y en cuanto reconozco su voz cierro los ojos, ¿Qué hace aquí otra vez? No tengo cabeza para lidiar con ella ahora. Cuando entro a la cocina la primera en notar mi presencia es Isabella y al ver mi cuerpo empapado corre en mi dirección.

— Per l'amor di Dio, Kai, cosa stai facendo, perché sei bagnato? —Por amor de dios Kai ¿qué estás haciendo, porque estas empapado?— suelta en italiano acercándose con un paño de la cocina en sus manos.

Al alcanzarme no sabe si quiera por dónde empezar a secarme, sonrió de lado al verla tan preocupada, se gira y mira a Leyna que también se ha puesto en pie y se acerca con prisas.

— Ten, ayúdame a secarlo mientras voy por una toalla y ropa seca...— le tiende el paño y sale de la cocina como alma que lleva el diablo.

Cuando poso mis ojos en Ley, ya está quitando la capucha empapada y secando mi rostro con el paño. Nuestras miradas se encuentran, ella no dice nada, solo suspira y niega con la cabeza, mientras seca mi cabello, dejo que lo haga porque no tengo ganas de discutir ni siquiera tengo ganas de hablar.

— Este muchacho me va a volver loca...— escucho quejarse a Isabella en la distancia, lo que me avisa que ya regresa.

Efectivamente a los pocos segundos, entra en la cocina y comienza a quitarme el suéter empapado. Me fulmina con la mirada y coloca la mullida toalla sobre mi cabeza y parte de mis hombros.

— Deje preparando la ducha, ve a calentarte mientras te preparo una sopa y un té...— poso mis ojos en Leyna que está a unos cuantos pasos de distancia mirándome seria con las manos sujetas frente a ella —Andiamo Kai, stai per ammalarti...— Vamos Kai que vas a enfermarte corre— me regaña en italiano y da un empujoncito en mi hombro para que me gire.

La obedezco mientras la escucho quejarse en su idioma natal. Subo a mi habitación y una vez dentro ver mi cama y estas putas paredes me hace recordarla y maldigo por lo bajo, nunca debí traerla aquí. Camino hasta la ducha y estando allí evoco la última vez que estuvimos juntos en este espacio, la forma en que entro, me abrazo y me confeso que su padre estaba en la ciudad, la forma en que la vi tan vulnerable y luego esa jodida y endemoniada forma de tomar mi polla y comérsela. Cierro mis ojos sintiendo como se me endurece y maldito una vez más caminando hacia la ducha, donde entro sin siquiera desvestirme o quitarme los zapatos.

Permanezco debajo del agua no sé cuánto tiempo, ya no tengo frío, pero permanecer bajo el agua tibia me hace sentir medianamente mejor. Estoy con los ojos cerrados cuando unos pasos me hacen girar, sabiendo que posiblemente se trate de Leyna. Para mi desgracia acierto, se detiene frente a la ducha y me observa seria.

— ¿Por qué estás haciendo esto? — Murmura y yo solo respiro profundo — Kai sea lo que sea que esté pasándote, salir a trotar bajo la lluvia no es la solución — la ignoro, hasta que la veo acercarse — de acuerdo no me digas que te pasa, pero venga debes quitarte eso vas a enfermarte — entonces entra en la ducha y comienza a mojarse también.

Sus manos toman el borde de mi franela y comienza a quitármela, colaboro porque no tengo ánimos de discutir, la deja a un lado y luego toma el borde del jogger que tengo puesto y tira de el hacia abajo dejándolos sobre mis zapatos, allí deshace los nudos y me ayuda a quitarlos, retira las medias y luego termina de quitarme el jogger, cuando se incorpora tiene la blusa empapada, el cabello húmedo al igual que la falda. Sus manos se posan sobre mi abdomen y el simple tacto con sus manos me hace reaccionar.

Las tomo y la aparto de mí, me giro y salgo de la ducha, la escucho respirar profundamente y luego de unos segundos la siento cerca nuevamente.

— ¿Qué ocurre Kai? — insiste y yo respiro profundo, quiero que se largue.

— ¿Qué haces aquí Leyna? — la escucho respirar y después de unos segundos responde

— Mis padres...— hace una pausa y luego continua — me pidieron que regresara, necesitan una explicación del robo y porque instalaste un sistema nuevo de seguridad — me giro para verla, inevitablemente mis ojos se desvían a su cuerpo.

Leyna es hermosa y en su momento me volvió loco, cosa que ya no sucede pero no puedo evitar ver lo hermosa que sigue siendo. Sus mejillas se sonrojan con mi inspección y respiro profundo pasando junto a ella para tomar una toalla para que se seque. Cuando se la tiendo al tomarla rosa sus dedos con los míos.

— Gracias...— murmura insegura

— Eso pudiste habérselos dicho por teléfono y no justifica el que este aquí...— ella suspira mientras seca su cabello y luego da ligeros toques sobre su blusa haciendo que sus pechos se marquen aún más.

— En realidad vine aquí, porque quería disculparme Kai, lo dije cuando me llamaste no estuvo bien y tampoco la forma en que me fui el otro día...— da un paso en mi dirección y coloca su mano sobre mi pecho, yo me tenso inmediatamente mientras ella sonríe con pesar — debí alegrarme cuando me dijiste que había alguien más, cuando me dijiste que había alguien aquí para ti y ya no estabas solo...— mis ojos la ven con sorpresa, porque esta es la Leyna que se fue hace tres años.

La Leyna que me aseguro que si conocía a alguien mientras ella no estuviera aquí se sentiría bien por mi si ella me hacía feliz.

— ¿Y dónde está? — pregunta después de unos segundos

— ¿Quién? — sonríe de lado sin comprenderme

— ¿Elizabeth, dónde está? — mi pecho se comprime y quiero echarla de aquí por preguntar por ella, pero no tiene la puta culpa de nada de lo que está pasando.

— No lo sé...— respondo y ella me ve sin comprender, luego de unos segundos sus ojos se abren como platos y da un paso atrás.

— ¿Cómo que no sabes?

— Leyna no quiero hablar de eso ¿ok? — me giro para echar andar lejos de ella pero me detiene sujetándome del antebrazo.

— Está bien lo siento, — murmura poniéndose frente a mí — solo quiero decirte que estoy aquí ¿de acuerdo? — Se coloca sobre la punta de sus pies y deja un beso en mi mejilla — iré ayudar a Isabella en la cocina cámbiate y ponte algo caliente — se gira y sale de la habitación dejándome solo.

Respiro profundo y voy hasta el vestier donde me quito el bóxer mojado saco algo de ropa y regreso a la ducha, donde esta vez si hago lo que debí hacer cuando entre. Cuando termino me visto y bajo a la cocina, donde Leyna e Isabella están en absoluto silencio en una frente a la otra, Isabella luce molesta y Leyna igual.

— ¿Mejor? — pregunta mi nana al verme y asiento — bien, vas a sentarte en la mesa y vas a esperar la sopa mientras te tomas ese te — dice señalando una taza que está cerca de Leyna, yo asiento y antes de tomar la taza coloca el cuchillo cerca de ella indicándome que espere y que efectivamente esta cabreada y mucho — Tu madre llamo, te quiere en su casa en una hora — posa sus ojos en Leyna y la fulmina con la mirada — deberías ir con Leyna — me aconseja haciendo que la mencionada se tense.

— Este bien...— mi nana retira el cuchillo dándome libre paso para tomar la taza, la cual tomo y obedientemente hago exactamente lo que me pidió.

Después de comer, subo por una chaqueta y una gorra para ir a casa de mi madre, Leyna viene conmigo y durante todo el camino ambos permanecemos en silencio hasta que llegando cerca de la casa de mis padres indago la razón de la pelea entre mi nana y mi ex.

— ¿Por qué Isabella estaba tan cabreada? — Leyna respira profundo y desvía su mirada al exterior

— se molestó porque subí a tu habitación sin decirle — sonrió de lado porque es la excusa más barata que ha podido darme, pero lo dejo pasar, como dije no tengo ánimos para tener una discusión con ella.

Una vez estaciono el auto, Leyna es la primera en bajar ha estado aquí cientos de veces y conoce la casa bastante bien, además Ainara está en la puerta esperando por mí, al verla echa a andar hacia ella para saludarla, ambas se abrazan y mi hermana solo busca mi mirada y sonríe, para luego llevarse a Ley lejos, su actitud distante me preocupa, la última vez que estuve aquí también se comportó igual, es como si estuviera ocultándome algo.

Ainara y yo aunque discutimos y nos encanta meternos el uno con el otro nos llevamos muy bien y nos tenemos mucha confianza o al menos eso creí pero esta reciente actitud me esta haciendo pensar la contrario. Cuando entro uno de los mayordomos de la casa se acerca a mí para recibir mi chaqueta.

— señor buenas tardes, su madre está esperándolo en el jardín interno...— asiento y me echo andar hacia donde debe estar Bergoña Metzler.

Cuando doy con ella sonrío de lado al verla cortar flores blancas de uno de sus rosales.

— Hola mama...— la saludo al entrar ella se yergue y sonríe en mi dirección.

— Hijo mío, ven aquí... — me llama moviendo una de sus manos y la obedezco.

Al alcanzarla la rodeo en un fuerte abrazo que la hace sonreír.

— ¿Cómo estás? — pregunta detallando mi rostro y suspiro.

— He estado mejor...

— No empieces Kai...— me advierte y pongo los ojos en blanco

— A ver mama si me preguntas como estoy se supone que es porque quieres saberlo, sino ¿para qué preguntas? — ella respira profundo y asiente

— Tienes razón lo siento...— corta una rosa más y la coloca sobre la cesta que está cerca de ella, luego sale del lugar en el que esta y camina a la mesa que está al otro lado. Donde deja las rosas y se quita los guantes de jardinería.

— ¿Qué pasa mama? — le pregunto algo impaciente, no es de las de citarme así tan repentinamente.

— Necesitamos resolver esto Kai... ya no soporto vivir así — dice soltando los guantes y miradme con severidad — he pensado mucho esto y he tomado una decisión

— ¿De qué hablas mama? — la interrumpo, entonces ella suspira y se sienta en uno de las sillas.

— El proyecto, el viaje a áfrica, tu padre, esta constante pelea entre ambos...— resume — no podemos seguir así Kai, Luther es tu padre y debes respetarlo lo que hiciste el otro día cruzo una línea que jamás creí que serias capaz de cruzar — comienza haciendo que la ira que llevo manejado hace varios días por la puta boda se vuelque en esto, dándome una nuevo oportunidad para drenas

— Luther es mi padre y le importa tres hectárea de mierda hacerme daño — le espeto perdiendo los estribos, ella abre sus ojos con platos y se pone en pie de un salto.

— Kai cuida tu jodido vocabulario el que seas el dueño del imperio Metzler no te da derecho de hablar así, soy tu madre así que respeta — exasperado por su repentino apoyo hacia papa me pongo en pie y comienzo a camina de un lado a otro.

— Mira mama no entiendo que es lo que está pasando contigo, tampoco comprendo porque ahora resulta que lo que hago está mal

— Hijo nada de lo que haces está mal, me sentí y me siento muy orgullosa que trates de marcar la diferencia en el mundo que tratas de dejar una huella y una positiva pero no estoy dispuesta a sacrificar mi familia para que tu alcances la felicidad de otros...— mis ojos se abren como plato y no puedo creerme lo que está diciendo — Kai ese proyecto puede que le traiga luz al mundo y a muchas personas, pero está sumergiendo nuestra familia en la oscuridad, golpeaste a tu padre en la cara — vuelve a reprocharme y yo rio irónico

— ¿Si sabes porque lo hice, verdad?

— Kai es tu padre, no debiste hacerlo — bufo exasperado

— ¿ah no, y que se supone que era lo que debía hacer, cuando el muy bastardo está jugando en mi contra eh?

— ¡KAI...!— grita mi mama al escucharme, mirándome mal — no vuelvas a llamarlo así.

— ¡POR FAVOR MAMA ABRE LOS OJOS EL TIPO ESTA JODIENDOME NO SOY YO QUIEN ESTA JODIENDO LA FAMILIA ES EL QUIEN LO HACE! — le grito de regreso sintiéndome traicionado por ella.

— Kai Metzler vuelve a hablarme de esa forma y te juro por dios que — mama abre su mano y cierro los ojos respirando agitada, yo paso mis manos por mi cabello después de quitarme la gorra y lanzarla sobre la silla en la que estaba sentando — Kai, mira hijo solo somos nosotros ¿de acuerdo? Solo nos tenemos Aina, tu, tu padre y yo, este conflicto por el proyecto tiene que terminar y no pienso ser parte de este tema si va arruinar mi familia, no cuando hemos sido tan unidos y tan cercanos — rió mirándola incrédulo

— ¿me estas jodiendo verdad? ¿Luther unido y cercano? ¿Necesitas que te recuerde cuando fue la última vez que el estuvo para mí? — suelto sin pensar y el rostro de mama palidece y entonces caigo en cuenta de mi terrible error.

— El que necesita recordarlo eres tu...— murmura limpiando una lagrima que se le escapa de uno de sus ojos...— tu padre te salvo Kai, a ti a Volker y a Ajax, si tu padre no hubiese pagado por el rescate...— hace una pausa y lleva una de sus manos a su boca para contener las lágrimas y los sollozos...— no se en que momento ustedes dejaron de ser ese maravilloso equipo que trabajaba a la par...— murmura con decepción — pero tiene que parar ya está estúpida rivalidad, es tu padre...— niego con la cabeza sin creerlo.

— Es mi padre y está dispuesto cargarse en todo lo que he hecho por dinero y poder...— sentencio mirándola fijo

— Es un simple proyecto Kai, uno solo... no te está pidiendo que dejes la cabeza del imperio Metzler tampoco que le sedas el Lux...— mis ojos se van abriendo como platos conforme la escucho hablar totalmente incrédulo — un proyecto Kai... nuestra familia importa más que un proyecto...

— díselo a el madre, porque si hubiese otras razones que no fueran dinero y poder te lo juro... — sentencio mirándola con resentimiento — lo pensaría mama, te juro por lo más sagrado que lo haría...— hago una pausa y niego con la cabeza sin poder creerlo — ¿tú los viste verdad? — pregunto sin poder contenerme

— ¿El qué?

— Los niños en esa aldea, los viste...— sentencio porque sé que lo hizo — viste a esas mujeres, viste a esos hombres y todas esas personas, conviviste con ellos por una semana mama... una jodida semana te basto para comprender que necesitaban ayuda y cuando todo está listo para ir ayudarlos ¿tu simplemente te frenas por mi padre? — sus ojos se anegan de lágrimas una vez mas

— No es solo por tu padre Kai, es nuestra familia... mi familia...— murmura esta vez dejándose caer sobre la silla como si perdiera la fuerzas — no quiero perderlos hijo, odio verlos así, no soporto esas discusiones, extraño que comas con nosotros los domingos, que salgas de viaje con nosotros...— comenta mirando la mesa — Kai nuestra familia está muriendo por culpa de estas ridículas disputas y todo inicio con el proyecto "Luz para el mundo" — hace una pausa y me ve con tristeza — no puedes esperar iluminarle la vida a otros cuando tú estás viviendo en la oscuridad hijo...— rio negando con la cabeza y la veo con desdén.

No tiene caso, mi padre jugo muy bien sus cartas y manipulo a mama para convencerla que lo apoyara, maldito zorro. Suspiro tomo mi gorra y me la coloco sin dejar de ver a mi madre que llora en silencio.

— ¿Sabes que es lo más triste de todo? — le espeto dolido — que siempre dejas que te manipule, paso lo mismo cuando Ainara decidió huir y largarse a Londres...— le reclamo — y lo peor es que cada que vengo a verte estas sola porque él nunca tiene tiempo para estar con la familia que tanto intentas proteger...— sin decir nada más me giro y salgo del jardín echando humo por las orejas.

Cuando entro en la mansión una de las chicas de la servidumbre me intercepta, me detengo en seco al reconocerla. Giselle.

— Señor, ¿Cómo está? — sus ojos brillan de emoción al verme.

— Giselle podrías por favor llamar a Leyna y decirle que me voy — la chica parece decepcionada y asiente para hacer lo que le he pedido.

Camino como un maldito león enjaulado por la sala de estar, mientras escucho los murmullos de una de las fuentes que está en el salón de atrás, cuando escucho los tacones de Leyna me giro para verla, sonríe mientras Ainara la acompaña también riendo.

— ¿Ya te vas? — pregunta Aina al ver las llaves del auto en mis manos y mi ansiedad.

— Si

— ¿Qué paso?

— ¿Leyna vienes conmigo o te quedad? — le pregunto a mi ex ignorando completamente a mi hermana

— Kai estoy hablando contigo — me espeta cabreada, giro mi rostro para verla y la asesino con la mirada

— No pasó nada que ya no hayamos vivido, Luther siendo un grandísimo hijo de puta...

— Vaya manera de recordar a tu abuela que en paz descanse...— la petulante voz de mi padre inunda el espacio haciendo que cada uno de mis músculos se tense — gracias a dios que no puede escucharte porque seguro se ofendería muchísimo por no hablar de la forma en que herirías sus sentimientos — mi padre pasa junto a mí y deja una palmada en mi hombro que hace que todo mi cuerpo bulla de ira — ah pero mira nada mas ¿quién tenemos aquí? — camina directo hasta Leyna que palidece de inmediato mientras Luther se acerca y la abraza.

Yo no puedo contenerme así que antes de montar otra escena me giro y echo andar hacia la salida pero la voz dulce e hipócrita de mi progenitor me detiene.

— Kai, lamento mucho lo de Lizzy...— esas palabras me detienen en seco — es una pena que ninguna de las mujeres en las que te fijas duren lo suficiente a tu lado, deberías revisarte hijo puede que algo no este del todo bien contigo...— sus palabras son venenosas y logran su cometido porque en cuestión de segundos estoy tomándolo por el cuello de la camisa mirándolo con odio.

El grito que se escapa de la boca de Ainara solo es opacado por el que suelta mi madre al entrar y ver la escena.

— atrévete otra vez a decir su nombre y te juro por lo más sagrado que te mato...— suelto entre dientes completamente fuera de mí.

La sonrisa que se dibuja en los labios de Luther hace que todo mi cuerpo tiemble de ira, Leyna tira de mi brazo y mi madre comienza a gritarme pero yo no la escucho, no puedo porque mi padre murmura algo que me hace liberarlo.

— Elizabeth juega para mi hijo... nunca ha estado de tu lado...— entonces da un paso hacia atrás y con una sonrisa triunfal sale de la habitación seguido de mi madre.

Yo no puedo hacer nada más que quedarme allí pensando en que sus palabras son una cruel y vil mentira, porque no puedo creer que ella sea capaz de hacer algo así, entonces Leyna tira de mí y me saca de casa de mis padres, cuando llegamos al auto, subo sin verla y sin comprender una mierda lo que me dice. Salgo de la Mansión Metzler dolido, cabreado hasta la mierda sin poder creer que toda esta mierda esté pasando.

Conduzco con la clara idea de llegar a mi casa y beberme mi peso en alcohol, aunque no es la solución necesito dejar de pensar, olvidarme de esto y de lo que dijo Luther y es exactamente lo que hago cuando llegamos. Desciendo del auto e ignorando las preguntas de Isabella y los constantes comentarios de Leyna para tratar de calmarla, saco una botella de whisky y me la empino doy dos largos sorbos, antes que Leyna intente quitármela

— ¿Qué estas haciendo?

— Leyna vete...— le espeto fulminándola con la mirada

— No pienso irme no después de ver aquello y no viéndote así, estar solo es lo último que necesitas justo ahora...— me acerco a ella y le quito la botella con brusquedad

— has lo que te de la puta gana pero déjame en paz...— le espeto echando andar hacia una de las terrazas, donde al llegar me quito la gorra y la chaqueta.

Vuelvo a empinarme la botella y después de tres largos tragos la dejo en el suelo y me dejo caer junto a una de las tumbonas. Sintiéndome miserable, utilizado e increíblemente imbécil. ¿Cómo deje que esto pasara? No, no puede ser, Luther solo está jugando con mi cabeza, solo quiere verme hundido para lograr sus cometidos, así trabaja el Zorro Metzler manipula para alcanzar lo que quiere.

No se cuánto tiempo pasa pero ya me he acabado la botella de whisky para cuando Leyna se acerca a mí, trae uno de mis suéter puestos y tiene los ojos rojos.

— No te hagas esto Kai...— murmura y yo rió apoyando la cabeza sobre la tumbona — conoces a tu padre, no dejes que te lastime de esta forma — cierro los ojos y dejo que sus manos se deslicen por mi cabello.

Leyna sigue hablando pero yo me pierdo en el recuerdo de la periodista, en sus besos, en la forma en que me tocaba, en la forma que me miraba, como su risa iluminaba mi día, la forma en que sus constantes retos me hacía creer que la vida podía ser un jodido reto diario solo porque ella estaba allí con esa mirada y esa seguridad que me moría por demoler pero que al mismo tiempo me fascinaba. De pronto el dolor una vez más se torna físico, el pecho me duele y respiro profundo conteniendo las ganas de llorar.

La ira hace su aparición una vez junto a la frustración y abro los ojos para ver a Leyna sentada junto a mí mirándome con atención.

— ¿quieres ir conmigo mañana a una boda? — pregunto sin pensarlo mucho, ella se sorprende pero rápidamente frunce el ceño.

— ¿Una boda?

— Elizabeth se casa...— sentencio con una risa amarga haciendo que sus ojos se abran como platos.

— ¿Qué?

— Si, la jodida periodista que me está volviendo loco se casa...— afirmo mirando el cielo que está completamente oscurecido — y no es precisamente conmigo...— rio con amargura mientras Leyna respira profundo.

— Si es lo que quieres que haga, te acompañare...— sentencia y sonrió de lado

— Es lo que quiero...— ella asiente y permanece a mi lado un rato más antes de ponerse en pie

— Iré a prepararte algo de comer y un baño, no puedes ir con resaca a una boda...— rio y asiento dejándola que se largue.

Lo único que quiero es seguir bebiendo.

Me pongo en pie tambaleándome y camino al miniar que está en la terraza, saco otra botella, después de abrirla me la empino. Mi teléfono comienza a sonar y bufando exasperado lo atiendo sin mirar quien es.

— ¿Qué coño quieres?

— ¿Hombre que te pasa? — suelta sorprendido Ajax

— Ajax no tengo ganas de hablar en este momento contigo, ni con Volker ni con una mierda...— suelto bebiendo una vez más de la botella.

— Colega creo que se te pasaron los tragos...

— Una mierda, me paso que la jodida hija de puta de la periodista se casa... — me quejo y Ajax bufa exasperado

— Kai estas cayendo muy bajo por una mujer que no viene al caso...

— Tranquilo, Leyna ira conmigo y le demostrare que me trae sin cuidado que se case con el maricon del abogaducho

— ¿Qué vas a ir con quién?

— Ley.na — deletreo dando un sorbo más a la botella

— ¿estás demente verdad?

— Adiós Ajax nos vemos mañana en la maldita boda del año...— digo riendo sin ánimos y dejo caer el teléfono en el suelo mientras vuelvo a mirar el cielo.

Continuo bebiendo sintiéndome bastante ebrio conforme pasan los minutos, una vez más mi teléfono suena y esta vez me cercioro de ver de quien se tratar, esta vez es Volker,

— Dime...— respondo en un murmullo casi ininteligible

— Joder estas hecho mierda

— Hecho mierda estoy en el momento en que la dejamos unirse al equipo...— suelto riendo

— Kai basta... ve a darte una ducha y duerme — suspiro mientras doy un sorbo más.

— Kai por amor de dios para de beber...— Leyna entra en mi campo de visión y me arranca la botella

— ay mierda es verdad ¿vas a ir con Leyna? — pregunta Volker sorprendido y rio

— Sí, mi bellísima Leyna ira conmigo, ¿verdad amor? — le pregunto mirándola de reojos, ella me fulmina con la mirada me quita el teléfono y lo lleva a su oreja.

— Hola Volk, — por un instante pierdo el hilo de la conversación — si tranquilo está todo bien ya me encargo yo, Isabella esta aquí y le prepara algo para cuando este un poco más sobrio, nos vemos mañana — finaliza la llamada y me ve seria.

— venga vamos a la ducha que das pena...— como puede me ayuda a llegar a mi habitación mientras escucha mis incoherencias.

Por un momento no sé dónde estoy y al otro estoy tendido sobre mi cama, escucho los murmuros de alguien hablándome sobre descansar y dormir un poco, siento como alguien acaricia mi rostro con ternura y en cuanto apoyo la cabeza recuerdo a la jodida periodista y la incontables veces que follamos como conejos en mi cama, de pronto su ausencia pega más que nunca y pierdo el sentido extrañándola mientras una dulce voz susurra en mi oído que no estoy solo que esto pasara pronto.


Nota del autor: Esto seguro los dejo con el corazón hecho una tempestad... pero esperen, hay mas... sigan leyendo que es #Maratón... pero quiero que drenen un poco antes de seguir porque el próximo esta............. si usaran el #OdiamosATamy XD

Aquí los que odian a Leyna con cada fibra de su ser conocen el método #OdiamosALeyna+Insulto 

Aquí los que odian a Luther con cada fibra de su ser conocen el método #OdiamosALuther+Insulto 

les amo!

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