🎭Capítulo 54 - Traición🎭
Luther Metzler.
Remuevo mi expresso mientras espero que la interesante mujer en la que mi hijo ha puesto sus ojos aparezca. Debo decir que me sorprendió que se fijara en una muchacha como ella, es lo opuesto a esa estúpida de Leyna, pero como toda mujer tiene debilidades y una vez se las consigues no hay nada que puedan hacer. Para Leyna la debilidad siempre fue Kai, así que deshacerme de ella fue la cosa más sencilla del mundo, cuando volvió hace unos meses creí que sería un jodido dolor de cabeza, pero veo que mi hijo la supero gracias a dios.
Y de qué manera lo hizo, Elizabeth White...
Egresada de una de las más prestigiosas universidades del país en periodismo, se hizo un camino rápidamente en el mundo editorial y ahora ocupa un muy buen cargo en la revista Idea, lo que la llevo a ese interesante y fortuito encuentro con mi hijo. Cuando vi el video de la rueda de presa supe que esta muchacha jugaría un rol importante en mis planes, no sabía para ese momento de que manera lo haría pero estaba seguro que sería parte de todo esto.
Por otro lado el pobre de Kai se ha venido a liar con ella y aunque me sorprende sobremanera la rapidez con que la ha metido en su vida, eso me dice que no es un juego para él y que la periodista por mucho que pueda resultar ser una amenaza se le metió en la piel y el corazón. Cosa que la hace su debilidad y como dije... cuando encuentras la debilidad de tu enemigo no hay mucho que pueda hacer.
La puerta del café se abre y la brisa fría del exterior se cuela por esta junto al acido aroma frutal de la muchacha que ha estado ocupando mi tiempo estos últimos días. Investigarla no fue tan difícil, lleva una vida simple y monótona si me lo preguntan, en cambio su amiga Winter, vaya chica más interesante, el idiota de su ex prometido, James es un gran abogado pero tan a chapado a la antigua que no me explico cómo es que ella siendo como es, siquiera puedo aguantar algunos meses de relación. Por otro lado, Rick el apático padre que jugo sucio y engaño incontables veces a su difunta madre es más un dolor de cabeza para ella que alguien por quien preocuparse, pero tengo una ficha puesta en su nombre en caso de necesitarla.
La mirada de la periodista se pasea por el local buscándome y en cuanto da conmigo su ceño se frunce y a mí la vida me sonríe. Es hermosa de una manera sutil y delicada, aunque justo ahora sus facciones son bastante duras. Camina en mi dirección con paso decidido y expresión fiera.
Vaya chica más interesante.
— Elizabeth linda, bienvenida...— me pongo en pie para saludarla pero ignorando mi intento de dejar un beso en sus mejillas tira de una silla y de inmediato toma asiento.
Con un carácter fuerte, decidido y dominante. ¿Cómo es que Kai se fijó en ella?
— No estoy aquí para socializar Luther, por favor dime lo que quieres...— fría como un tempano.
Rio porque su actitud de roca está apunto de resquebrarse. Vuelvo a tomar asiento, remuevo una vez más mi expresso y doy un sorbo, este café es una delicia. Después de unos segundos poso mis ojos en ella.
— ¿Quieres beber algo? yo invito...— la puyo solo para incomodarla más de lo que ya está.
— No gracias, en serio no me haga perder el tiempo — entonces sonriendo entrelazo mis dedos sobre la mesa y la analizo.
Hay cierta ansiedad en ella, acompañado de un nerviosismo casi imperceptible y la curiosidad sombreada por la ira son todas las sensaciones que logro leer en ella con una mirada rápida.
— Ya que te gusta ser directa, seré directo...— hago una pausa y ella me ve expectante — trabaja para mí y me olvido de tu familia...— uso exactamente la palabra que la muchacha escogería para hablar de Winter y James.
— Le dije que no pensaba trabajar para usted, ¿Qué le pasa?
— Estamos en confianza Lizzy, no me trates de usted ¿sí? — le pido una vez más tratando de dejarle claro que no me interesa en lo absoluto las formalidades — y creo que si piensas trabajar para mí porque de los contrario lo que te dije por teléfono ocurrirá, Winter perderá su ascendente carrera como modelo y el pobre de James incluso podría parar detrás de las rejas por corrupto...— sus ojos se abren como platos al igual mismo tiempo que sus manos se cierran en puños.
La ira esta vez la domina al completo, sus ojos destilan rencor y vaya que son expresivos, si pudieran matarme estaría a tres metros bajo tierra en este instante, lastimas que no las miradas no matan pero mis contactos sí.
— ¿Entonces? — pregunto con una media sonrisa en los labios.
— ¿Qué se supone que quieres que haga? — suelta entre dientes y rio satisfecho.
— Es algo realmente simple, estas al cabo de saber que quiero el proyecto de luz para el mundo, ¿no? — allá asiente y yo continuo — pues Kai es terco como una puta mula y no me cederá las patentes del proyecto para que las venda al mejor postor...— respiro profundo porque el teme me enerva la sangre, muchacho malagradecido y egoísta — ¿sabes? he sido comprensivo con él, de verdad que he intentado por otros medios persuadirlo para que hagamos esto y le saquemos provecho, pero el muy estúpido todavía cree que puede mejorar el mundo...— sonrió de lado y niego con la cabeza mientras la periodista me ve seria.
>> Así que me ha obligado a tomar medidas...— continúo pero ella me interrumpe riendo.
— ¿Es en serio? — una de mis cejas se eleva al ver su actitud burlona e incrédula, en serio es una muchacha muy interesante la señorita White — es tu hijo, deberías sentirte orgulloso de todo lo que ha logrado en tan poco tiempo — hace una pausa para humedecer sus labios y continua — lo que a ti te tomo años él lo hizo en unos pocos y no solo eso, te supero y por mucho, un buen padre estaría orgulloso de eso...— suelta tajante haciendo que mi microscópica paciencia se tambalee.
— Un buen padre habría hecho lo que yo hice cuando...— suelto exasperado, pero me detengo, calma Luther, las cosas a su debido tiempo, no dejes que te venza en tu juego.
Cierro mis ojos y respiro profundo, cuando vuelvo abrirlos la periodista me ve con resentimiento y curiosidad.
— ¿Qué tanto dinero o poder desea conseguir como para ser capaz de hacerle esto a su hijo?
— Esto no es solo sobre el dinero o el poder Lizzy, oh no claro que no...— niego divertido — esto es sobre respeto, sobre gratitud y algo que creí que mi hijo habría aprendido después de ese jodido día...— ella me ve expectante y disfruto del momento y la ansiedad que género en ella — no puedes irte por la vida creyendo que te saldrás con la tuya...— mis palabras parecen sorprenderla y comienzo a reír.
— Ay basta...— me corta poniendo sus ojos en blanco — ¿qué quieres exactamente que haga?
— Que acabes con el...— sentencio con dramatismo y ella abre sus ojos sin comprenderme — Lizzy mi hijo esta coladito por ti, lo conozco lo suficiente como para saber que pasara con el si lo traicionas
— ¿Qué?
— Justo ahora viven un pequeño cuento de hadas ¿no es así?, el Dilbar, las cenas, las risas, el collar, los momentos juntos y todas esas largas horas de sexo en su casa, es como una especie de luna de miel, una que Kai jamás ha tenido debo acotar, porque si linda esto que tiene contigo nunca lo había vivido antes — le confirmo para que entienda lo importante que es su ficha en mi juego.
— No tengo nada para acabar con él, por favor...— se burla confianza y es mi turno de reír
— Claro que lo tienes y es tan poderoso que estoy seguro que se desplomara cual castillo de naipes al retirar una carta...— ella me ve sin comprender y suspiro — tu eres su talón de Aquiles linda...— sentencio dejando la verdad en el aire para que la procese y se asiente en su sistema.
— Es una bramo ¿no? — se remueve incomoda
— Vamos linda, ambos sabemos que es verdad y que no conforme con esto sabemos que si lo dejas le dolerá y mucho, pero si lo dejas por alguien más será aun pero...— sonrió de lado con malicia al ver su expresión incrédula — imagínate lo que pasara con el cuándo sepa que vas a dejarlo por el mismo soso ex prometido y que te casaras con el...— sus ojos se abren como platos y se pone en pie de inmediato.
Abre su boca para decir algo pero no logra hacerlo, su respiración es un desastre y sus mejillas están incendiadas en ese tono rojo característico de una persona cabreada hasta la mierda.
— ¿Me estás diciendo que voy a volver con James solo para hacerlo sentir mal? — su pregunta suena tonta cuando ella la formula, además no está entendiendo el punto.
— Oh linda no solo volverás con James... vas a aceptar su propuesta de matrimonio...— sus bonitos y expresivos ojos se abren como platos y comienza a negar con la cabeza riendo incrédula
— En serio estas demente, ¿Qué te hace pensar que será parte de esto? — me espeta y me acomodo en el espaldar de la silla mientras doy otro sorbo al rico y caliente café.
— Bueno creí que habían entendido las reglas del juego — hago una pausa y la veo serio — primero aceptaría venir aquí para evitar que Winter y James se jodieran y segundo aceptarías trabajar para mí para que sus vidas no solo no se jodieran no se convirtieran en una puta pesadilla, pero como sé que puedes pensar que con renunciar todo esto acabaría, pues esa linda no es una opción.
La periodista me ve sin poder creerse lo que está ocurriendo y la satisfacción que recorre mi pecho al saber que todo está saliendo como lo he planeado me llena.
— ¿Si me niego hacerlo igual vas a ir en contra de mis amigos?
— De hecho si te niegas no me dejas más elección y no solo iré contra ellos también contra Kai y no hablo solo de arruinarlo emocionalmente, si te niegas Elizabeth acabare con el imperio Metzler y todo lo que ha hecho...— hago una pausa para que mis palabras se asienten entre ambos y ella pueda procesarlas — porque hermosa soy su padre y el único que conoce los secretos más oscuros de Kai soy yo, si te niegas — digo sacando el sobre amarillo que he traído con la información referente al incidente.
No quería llegar a esto porque es un arma de doble filo, el contenido de este sobre no solo perjudica a Kai, también me ensucia a mí. Y eso complicaría muchas cosas pero al final del día podría salvar gran parte del imperio Metzler, pero sería jugar realmente sucio.
— Kai, Ajax, Volker, el Lux y toda la mierda en la que ha trabajado se ira al caño y muy posiblemente pierdas la oportunidad de ser alguien, acabare con todos, tus amigos y tu incluidos, así que piensa bien tu respuesta linda, porque te conviene hacerme caso y trabajar para mi...— los ojos de la periodista me miran llenos de odio y resentimiento, brillan anegados en lágrimas y de verdad es una pena que tengamos que llegar a esto.
Habría sido tan sencillo si hubiese aceptado desde el principio, justo ahora sus amigos no estarían en la mira y posiblemente Kai a estas alturas ya me habría cedido las patentes.
— Eres despreciable — comenta entre dientes y rio divertido
— Me han dicho cosas peores linda y la verdad me importa muy poco tu opinión sobre mi... ¿ahora tenemos o no un trato? — cambio mi tono de voz a uno duro, a ese que suelo usar en las mediaciones y negociaciones importantes, si acepta tengo la mitad del camino hecho.
Elizabeth esta tensa delante de mí, mirándome con desprecio e ira, la verdad no tiene opciones o acepta o acepta es así de sencillo, su expresión es fascinante, entiendo de verdad porque Kai ha caído con ella, si no fuera tan niña me habría encantado liarme con ella. Sonrió divertido con el pensamiento y suspiro después de unos minutos.
— Bueno mientras tu meditas tu respuesta... — rio burlándome porque es evidente que aceptara — yo debo irme, tengo una reunión importante que no puedo perderme — me pongo en pie y tomo el sobre mientras ella continua en silencio asesinándome con la mirada — ah esta demás decirte que nadie debe saber de esto, porque si no comienzan a caer uno a uno por igual...— camino hacia ella una vez tomo mi abrigo y me detengo a su lado — es un verdadero placer hacer negocios con usted señorita White ah y no olvide enviarnos a todos las invitaciones a su hermosa boda — me burlo haciendo énfasis en el todos y echo andar a la puerta.
— Espera...— me detiene, me giro para ver como limpia una lagrima de su mejilla y me enfrenta — necesito tiempo...— comienza pero rio negando con la cabeza
— Oh hermosa lamento decepcionarte pero tiempo no tienes porque ya he esperado demasiado y estoy algo impaciente por lo que te sugiero que llames esta noche a James y lo pongas al corriente de la fecha de la boda...— sonrió malicioso y ella suspira cerrando los ojos — y Elizabeth no hagas nada estúpido — le advierto antes de continuar elevo una de mis manos en el aire a modo de despedida y salgo dejándola en un torbellino de ideas.
LizzyWhite.
Simplemente no puedo creer esto, no puedo creer que haya personas como Luther Metzler en el mundo, capaces de tanto solo por dinero y algo de poder. Lo veo salir del café con la frescura de un alma tranquila, cuando lleva a cuestas tanta maldad. Respiro profundo limpiando una lagrima rebelde y me giro sobre mi misma para volver a sentarme, esto ha sido demasiado para mí, jamas imagine que el día en que le llame idiota al magnate iba a terminar entre la espada y la pared en una guerra de intereses, dinero y poder entre él y su padre.
Cubro mi rostro con mis manos mientras apoyo mis codos sobre la mesa, estoy tan asqueada y abrumada por el giro que dieron los acontecimientos que no tengo idea que demonios puedo o debo hacer ahora. Hay tanto en juego que si me equivoque tomando la decisión que no es, lastimare a demasiadas personas. No tengo idea que contenía ese sobre pero estoy segura que sea lo que sea es cierto que si llega a saberse el contenido del mismo, el imperio Metzler caerá. No quiero ser la causante de eso, no quiero verme involucrada en algo tan bajo, vil y desmedido como esto.
Pero que opciones tengo, si cada una de las cosas que había pensado que podía usar para salvaguardarme y salvaguardar a James y Winter se fue a la mierda en cuanto Luther los investigo y supo todo sobre sus vidas. Respiro profundo sintiendo como el peso de la realidad cae sobre mis hombros y la incertidumbre da paso a la ira y está a la desesperación. No puedo hacer esto, no es justo para mí, tampoco para Winter, mucho menos para James, ¿jugar de esta forma con él, por el magnate? Rio sin ganas porque si, escogería a Kai una y mil veces si tuviera que elegir entre ambos y ese fue mi error.
Jesús bendito, ¿qué puedo hacer, que puedo inventarme para retrasar lo inevitable? ¿Cómo puedo alejarme de Kai después de todo lo que hemos pasado y vivido? ¿Cómo lo enfrento y le digo que me casare con James porque el idiota de su padre lo quiere destruir dios sabe porque ridícula razón? ¿Cómo mirar a la cara a james y mentirle tan descaradamente? ¿Qué coño hago con todo lo que estoy sintiendo? Todas estas preguntas se arremolinan en mi cabeza conforme pasan los minutos. Cierro mis ojos y continúo rebanándome el cerebro para tratar de encontrar una situación cuando recuerdo que no es solo sobre mis amigos y yo, es sobre Ajax, Volker, Ginger, Azhar, Kenya y todo el que trabaje para Kai.
Si decido no obedecer a Luther mucha gente saldrá lastimada, gente que no tiene ni idea que se libra una batalla épica entre un padre demente y un hijo anhelante de hacer la diferencia. Los minutos pasan y conforme estos avanzan me siento menos motivada y más acorralada, cada vez me siento más hundida en esa red que ha tejido ese hombre y de la cual no puedo salir porque si lo hago todos caen. No se cuánto tiempo permanezco en esa silla sentada tratando de asimilar todo lo que ha pasado cuando de repente alguien toca mi hombro.
— Disculpe señorita, debemos cerrar...— murmura la chica sonriéndome avergonzada por tener que pedirme que me vaya.
— Oh, sí claro... lo siento — tomo mi abrigo y me pongo en pie, en cuanto lo hago mis rodillas flaquean y amenazan con dejarme caer.
Pero unos fornidos y musculosos brazos me sostienen, de pronto ese aroma masculino y delicioso impregna mi nariz y mi corazón late desbocado al reconocer la fragancia, elevo mis ojos y allí están, ese par de orbes color miel mirándome con demasiada intensidad, con preocupación y alivio. Kai eleva una de sus manos hasta mi mejilla y la acaricia con suavidad, de inmediato mis ojos se anegan de lágrimas y los cierro para no tener que torturarme con su hermoso rostro y todo lo que tengo que hacer desde este momento.
— ¿Estás bien? — pregunta estrechándome contra su cuerpo y es allí donde todo me explota en la cara.
Me aparto con rapidez de él, y echo andar hacia la puerta, lo escucho seguirme y trato de correr para alejarme de él, pero nunca he logrado huir de Kai, no lo hare hoy. Su mano se cierra sobre mi muñeca deteniéndome.
— Nena ¿Qué pasa? — la angustia que se filtra en su tono me mata.
— Kai necesito estar sola...— farfullo intentado liberar mi manos pero es imposible no va a soltarme
— No Elizabeth, vas a decirme que coño pasa en este momento...— la autoridad se entremezcla con la preocupación despedazando mi pecho y renovando mis ganas de echarme a llorar.
— Basta Kai suéltame...— trato de liberarme pero él insiste, entonces me toma de los hombros y me gira par que lo vea, pero solo soy capaz de dejar mis ojos fijos en su pecho.
— Te dije que no iba a dejarte nunca nena, dime que pasa...— esas palabras erizan mi piel y rompen mi vida en mil pedazos, jamás imagine sentir un dolor así alguna vez.
— De.ja.me...— me libero y antes que pueda volver a tocarme cruzo su rostro con una bofetada, que no tengo idea de porque rayos le doy — no vuelvas a tocarme ¿estamos claros? — le espeto esta vez señalándolo con mi dedo índice.
Nuestras miradas se encuentran y quiero morirme y echarme a llorar cuando la confusión cubre sus perfectos rasgos.
— Nena no entiendo...— murmura viéndome sin comprender nada y es allí cuando mis piernas vuelven a flaquear.
— No hay nada que entender... no quiero que me toques, no quiero que te acerques, no quiero nada de ti Metzler...— suelto tajante haciendo que sus ojos se abran como platos sin entender una mierda de mi maldita actitud.
Antes que pueda decir algo me giro sobre mis talones y echo andar hacia mi auto quito el seguro y entro, lo enciendo respiro profundo un par de veces y observo por el espejo retrovisor, Kai permanece de pie mirando mi auto con el ceño fruncido y sus manos fuertemente apretadas a los lados de su cuerpo. Cierro los ojos y respiro profundo una vez más, antes de abrirlos pisar el acelerador y salir de allí.
Mi teléfono vuelve a sonar por décimo novena vez en la noche y una vez más lo ignoro, como con todas y cada una de las llamadas que han estado entrando, veo como la pantalla se ilumina una vez más con la imagen y el nombre del magnate en la pantalla, para luego desaparecer y a los pocos segundos quedar complemente negra, apoyo una vez más mi frente sobre mi antebrazo y respiro profundo, las lágrimas dejaron de brotar hace casi media hora pero el vacío en mi pecho es asfixiante tanto como o quizás más que el llanto que me inundo los ojos en cuanto llegue aquí.
No pude regresar a casa, no tenía el valor de ver a Winter y saber que en mis manos estaba su futuro, además sabia a la perfección que Ajax, Volker o el mismo Kai podían ir a buscarme allí y no quiero verlos, no ahora, no cuando no tengo ni idea de que excusa darles por lo que estoy por hacer. Siguiendo las indicaciones de Luther le escribí un mensaje a James para vernos a la hora del almuerzo mañana. Lo primero que hizo fue llamarme y preguntarme si todo estaba bien, no sé cómo logre fingir incluso un par de risas, pero se lo ha creído. Tomo la botella de whisky que mama solía tener guardada en uno de los gabinetes y me lo empino, el licor ya ni quema mi garganta al descender por ella, pero al menos ha comenzado a afectar mi sobriedad.
Algo que definitivamente debería ser mi nuevo estado para poder afrontar toda la mierda que se me viene encima. Me pongo en pie y tambaleándome camino hasta el sofá cubierto por una enorme sábana blanca, tiro de ella levantando una capa de polvo que me hace toser, pero sin más me dejo caer en él y una vez más me empino la botella doy dos largos tragos y la dejo en el suelo.
Menuda mala suerte la mía, venir a enamorarme de un hombre rico, con un padre sediento de poder y dinero dispuesto a acabar con él con tal de lograrlo. Rio sin ganas negando con la cabeza cuando una vez más suena mi teléfono
— QUE YA, QUE NO VEN QUE SI NO LES CONTESTO ES QUE NO QUIERO HABLAR CON NINGUNO DE USTEDES MALDICIÓN — le grito al aparato que vibra en la distancia sobre la mesa en la que estaba sentada.
Mi pecho sube y baja agitado y sin poder evitarlo una vez más las ganas de llorar se hacen presentes y dejo que fluyan otra vez. No sé cuánto tiempo pasa hasta que finalmente me duermo.
Me remuevo con incomodidad cuando el molesto ruido de mi teléfono taladra mi cabeza, como puedo me siento y miro a mi alrededor, por algunos segundos me cuesta trabajo ubicar donde me encuentro, pero para cuando inicia nuevamente el maldito tono del teléfono recuerdo donde estoy, como llegue aquí y que hago aquí. Me pongo en pie y camino hasta la mesa donde mi teléfono sigue vibrando y sonando con estrepito.
Contesto sin mirar de quien se trata.
— Alo...
— Elizabeth White juro por dios que si estás bien y no te ha pasado nada yo te voy a matar...— la escandalosa voz de Winter se escucha llorosa al otro lado del teléfono — ¿dónde coño estas y que demonios paso anoche? Kai me llamo enfurecido que si tenía idea de que rayos pasaba contigo y no entendí nada, entonces Ajax se apareció aquí buscándote preocupado — mientras me cuenta los últimos acontecimientos yo aparto el teléfono de mi oreja mientras me deslizo de regreso al sofá de donde no pretendo volver a salir en años.
— Sssshhh pasa que voy a casarme y estoy en mi maldita despedida de soltera...— me burlo buscando la botella de whisky en el suelo.
— ¿Qué? olvídalo dime donde estas y voy apara allá de inmediato — suspiro y rio sin ganas.
— No Winter, necesito estar sola
— Sola mis nalgas cuando Ajax no las está tocando, ahora dime donde coño estas e iré por ti...— resignada porque la verdad no quiero seguir pasando por esto sola acepto y termino diciéndole donde estoy.
Ella ríe divertida sabiendo que este es mi escondite por excelencia, tanto antes como después de la muerte de mi madre, me asegura que estará aquí en menos de lo que canta un gallo y luego finaliza la llamada. Yo permanezco en el sofá mirando el techo hasta que una vez más el teléfono comienza a sonar puyando e intensificando mi dolor de cabeza.
Esta vez se trata de James y por más que odie esto, debo responder.
— Hola amor...— suelto en voz baja y ese amor se me hace tan agrio.
— Cariño buenos días, ¿Cómo estás? — respiro profundo y trato de sonar animada pero fallo terriblemente.
— Todo genial... — lo escucho reír y suspiro
— Eres de lo peor mintiendo Lizzy, ¿Dónde estás? — dudo un momento si decirle donde estoy y después de unos instantes me decanto por hacerlo.
— En casa de mi madre...
— ¿Elizabeth estas bien? — el tono preocupado en su voz es la confirmación de realidad, James me conoce tanto como Winter.
— Si solo he decidido hacer algo loco antes de hablar contigo...— el silencio se instala entre ambos y luego de unos segundos la continua
— Estaré allí en quince minutos ¿de acuerdo? — suspiro, sabiendo que mientras más pronto mejor.
— Está bien, aquí estaré...
— ¿Lizzy?
— ¿Si?
— Te amo...— esas dos palabras no me habían dolido tanto saliendo de sus labios como ahora — nos vemos en un ratito — y sin más finaliza la llamada dejándome en un agujero siendo aplastada por la culpa y la incertidumbre.
Después de 20 minutos la puerta del departamento de mi madre se abre y James asoma su cabeza por el resquicio.
— ¿Lizzy? — Me llama terminando de entrar, yo simplemente elevo la botella de whisky y al verme sus ojos se abren como platos — pero cariño ¿Qué haces? — corre en mi dirección y me quita la botella de la mano se agacha frente a mí y comienza a quitar mechones de cabello de mi rostro, conforme lo hace las lágrimas comienzan a caer — Hey, hey ¿Qué pasa? — se sienta a mi lado y tira de mi para abrazarme y es justo en ese momento que termino de romperme.
Comienzo a llorar como hacía tiempo que no hacía, me desmorono en sus brazos y lo peor es que la culpa me está matando porque en este instante lloro por Kai, porque lo voy a perder y era la mejor puta cosa que me había pasado en la vida. Lloro hasta casi quedarme seca, James no dice nada solo permanece allí estrechándome entre sus brazos, la calidez con que me rodea hace que todo sea aun peor y de pronto no sé cómo hare esto, de pronto no sé cómo le hare esto a él también.
— ¿Un poco mejor? — indaga en un susurro
— Ujum...
— ¿Me dirás que pasa? — respiro profundo y me separo lentamente de él, buscando una excusa para justificar mi llanto.
— Es solo que tome una decisión James y al tomarla me di cuenta que la vida que conozco desaparecerá — me sincero y lo que digo es totalmente cierto, mi vida no volverá a ser la misma a partir de hoy, no queriendo a otro y preparando mi camino al altar con alguien más — busco su mirada y esos hermosos ojos azules me ven expectante y preocupados al mismo tiempo, sin vueltas, sin rodeos lo acepto — sí, James acepto... — su ceño se frunce y ladea su rostro para verme sin comprender.
— ¿De que estas hablando cariño?
— Si...— hago una pausa tratando que suene realmente creíble — quiero casarme contigo James...— sonrió de lado forzadamente pero él no parece notarlo.
Sus ojos se abren como platos y una sonrisa de lo más hermosa se dibuja en sus labios, sus ojos brillan emocionados y sin más toma mis mejillas y me besa. Mierda, esto era lo último que quería que hiciera, sus labios se mueven con calidez sobre los míos y en un vago intento de responderle lo imito. Cuando se aleja pega su frente a la mía aun con sus ojos cerrados y sin dejar de sonreír dice esa jodida frase que no quería escuchar.
— Acabas de hacerme el hombre más feliz del mundo Elizabeth White...— cierro mis ojos sintiendo como todo comienza a desplomarse, mis valores, mi moral, mi vida, todos y cada uno de los ideales que mantenía para vivir acabo de pisotearlos y mandarlos a la mierda.
Al fondo de mi cabeza esa vocecilla que cada quien achaca a su consciencia murmura con resignación que estoy haciendo lo correcto y que este momento es solo un sacrificio por un bien mayor, por un montón de personas que no tienen culpa de nada...
En ese momento la puerta del departamento vuelve abrirse y la risa de Winter se escucha acompañada de una voz, una voz que no quería escuchar.
— En serio Gracias por acompañarme tonto...— se ríe con picardía y al entrar mirando hacia atrás.
— Sabes perfectamente bien cómo vas a compensarlo — murmura en el mismo tono Ajax.
Ambos se giran al mismo tiempo y ven la escena con sorpresa. De inmediato Ajax frunce el ceño y Winter me mira mal.
— ¿Qué hace el aquí? — me espeta señalando a James que se gira sorprendido.
Estaba tan ensimismado que ni se había dado cuenta de la llegada de Ajax y Winter.
— Winter...— la saluda pero mi mejor amiga lo ignora olímpicamente.
— La pregunta es ¿qué hace el aquí? — me vuelco contra el único que realmente no debería estar aquí.
Los ojos de Ajax me escrutan con atención y de pronto por primera vez desde que lo conozco me siento bajo un visor de rayos xs, de pronto ya no se me antoja ese empresario jovial y demasiado risueño, de pronto Ajax me mira con tal fijeza y frialdad que me siento completamente desnuda. Desvió la mirada sin poder mantenerla y en un estúpido intento por hacerme la fuerte trato de decir algo pero es el quien habla.
— Es evidente que no me quieren aquí...— hace una pausa y suspira — le hare saber al resto del equipo que estas bien Elizabeth...— hace énfasis en eso del resto del equipo y sé muy bien que se refiere a Kai, luego sin decir mucho más besa los labios de Winter y se va.
El silencio incomodo que se adueña de la sala del departamento donde solía vivir mi madre es tan pesado que pronto estoy poniéndome en pie, dejo a James en el sofá y camino hasta Winter, la tomo de la muñeca y me pierdo por el pasillo hacia el interior del amplio inmueble. Una vez alcanzo la que solía ser mi habitación entro con Winter que no ha dicho ni pi.
Cuando cierro la puerta y me giro para verla, su expresión de cabreo y confusión son épicas.
— ¿Me vas a explicar qué coño está pasando? Porque anoche llego Ajax buscándote al departamento alegando que Kai estaba como loco porque desapareciste, cuando apareces lo haces en este...— hace una pausa y me mira de pies a cabeza pone cara de asco y luego continua — en este terrible estado y con James ¿en serio, con el culo vainillón? — eso en otro momento me habría hecho reír pero en este momento todo me resulta demasiado horrible.
— No le digas así...— trato de defenderlo y ella sonríe de lado y eleva una de sus cejas con expresión de ¿en serio?
— ¿Entonces? — suelta cruzándose de brazos.
— Si te voy a contar, pero tienes que prometerme que no vas a decir absolutamente nada a nadie, que ni siquiera vas a volver a pensar en eso y sobre todo que vas a apoyarme...— suelto finalmente sintiéndome realmente sola por primera vez en mi vida.
— Lizzy estas asustándome...— comenta esta vez con expresión preocupada andando hacia mí — ¿Qué paso?
La guio hasta la que solía ser mi cama y una vez allí comienzo a contarle lo que ha pasado, cuando inicio su expresión divertida e incrédula aparece, conforme hablo y continuo explicándole, esta va tornándose seria y finalmente cuando termino esta una especie de estado de shock. No dice nada solo me ve como si tratase de comprender que lo que acabo de contarle es real o solo lo he inventado.
— ¿Es una broma, verdad? — pregunta en un casi inaudible murmullo
— No... ojala lo fuera.
— Pero Lizzy ese hombre no puede hacerte eso...— suelta poniéndose en pie de un salto — tenemos que ir con la policía y denunciarlo el chantaje es un delito — sonrió con pesar y niego
— ¿En serio crees que vamos a poder contra él? — Pregunto totalmente derrotada — ni siquiera lo ha logrado parar Kai que es un gigante como el ¿y vamos a poder hacer algo tu y yo? — rio sin ganas.
— Lizzy pero esto es tan injusto...— murmura una vez más acercándose a mí y abrazándome, unas cuantas lagrimas se me escapan y ella respira profundo — no estoy de acuerdo, ni siquiera me parece que debas hacerle caso, pero si es lo que vas hacer tienes todo mi apoyo — me aprieta contra ella con fuerza y yo finalmente puedo respirar un poco mejor.
Para cuando salimos de mi habitación James sigue en la sala al ver a Winter frunce el ceño, ya que ambas hemos llorado, luego de unos segundos suspira y se acerca a ella.
— Sé que estas cabreada conmigo por lo que paso...— Winter eleva la mano en el aire y suspira negando con la cabeza
— No, solo te pido que la hagas muy feliz, porque si no te cortare los huevos vainilludos que tienes y será lo último que quede de ti...— lo amenaza y James sonríe luego se gira para verme y suspira — entonces tenemos una boda que planear ¿no? — James sonríe ampliamente totalmente ajeno a lo que ocurre en realidad y luego de unos segundos se acerca a mí y me toma en voladas me gira con él en el medio de la sala sonriéndome.
— Te amo Lizzy y prometo hacerte la mujer más feliz del mundo...— con ese comentario atisbo a ver como Winter pone sus ojos en blanco y murmura un "ni en un millón de años O'Neill"
Dos semanas después.
Camino precipitadamente entre las personas consciente que voy tarde a la reunión y que Paul va a asesinarme, pero qué coño, desde hace dos semanas casi no puedo dormir y una vez caigo pues soy como una pequeña piedra inanimadas. Cuando empujo la puerta de acceso a la revista respiro profundo y camino con rapidez hacia el ascensor. Salgo disparada cuando las puertas se abren directamente a la sala de juntas, donde abro la puerta y sin mirar a nadie en específico entro.
— Buenos días, perdón por el retraso...— me disculpo y de inmediato trato de ubicar una silla vacía que no demoro en encontrar junto a mi jefe.
Camino hasta ella y me siento.
— No te preocupes Lizzy apenas si estamos comenzando...— me sonríe Paul con calidez.
Entonces en ese momento es que me tomo unos segundos para mirar a mi alrededor, mi corazón de un vuelco cuando me encuentro con ese par de orbes grises que me miran con detenimiento y atención, Volker está sentado a tres puestos de Paul, gracias al cielo está solo, aunque no puedo sentirme cómoda con su mirada sobre mí, trato de sonreír pero no logro hacerlo.
Después de aceptar el trato con Luther desaparecí del Lux, alegue que no podía hacer mi trabajo correctamente desde allí y que prefería estar en la revista, Kai puso mil peros intento hablar conmigo de mil maneras pero al darse cuenta que lo único que quería era no tener que verlo dejo de llamar y de comunicarse conmigo, eso solo tomo un día en suceder, cosa que me mato. Al menos ver sus insistentes llamadas en el teléfono me hacían saber que le importaba. Luego su ausencia se hizo presente, me permitió regresar a la revista y no se ha comunicado conmigo ni una sola jodida vez, ni siquiera por mail. Todos los contactos con el Lux y con el proyecto los tengo con Volker, porque ni siquiera Ajax ha dado señales de vida.
La reunión inicia como siempre, hay risas y comentarios jocosos de parte de Paul como siempre, Volker sonríe y le sigue la corriente varias veces, pero nunca aparta sus penetrantes ojos de los míos.
— ¿Entonces aprobado lo que saldrá en esta edición? — pregunta Paul mirando a Volker que finalmente desvía sus ojos de los míos y sonríe.
— Si, Kai ha quedado encantado con el trabajo que se realizó...— hace una pausa y me ve fijamente — te manda a decir que lo has hecho increíble...— esas palabras son como un puñal enterrándose en la herida sangrente porque tiene tanto doble sentido que duele.
— Perfecto, entonces podemos mandar a maquetar...— comenta Paul sonriendo satisfecho — Excelente trabajo Lizzy, estoy muy orgulloso de ti — esas palabras en otro momento me habrían hecho sentir en el cielo.
Pero en este momento son solo un recordatorio de lo mal que lo estoy pasando con todo esto. Paul agrega algunas cosas más y finalmente termina con la reunión, recojo mis cosas y si no fuera por Volker habría sido la primera en salir, pero una de sus manos se cierra sobre mi muñeca y me sostiene con delicadeza.
Respiro profundo antes de poder girarme y enfrentarlo. Al hacerlo el nudo que ha estado constantemente en mi garganta estas últimas dos semanas se agiganta cortándome la respiración.
— ¿Podemos hablar? — pregunta liberando mi muñeca y llevando sus manos a los bolsillo de su pantalón.
Me lo pienso, me lo repienso y dudo.
— Elizabeth por favor... necesitamos habla...— insiste y finalmente sedo, asiento y le hago una señal con mi cabeza, incapaz de pronunciar palabra.
Volker me sigue por el pasillo y antes de alcanzar mi oficina me detengo, me giro y lo veo con la imperiosa necesidad de disculparme con él.
— Volker lo siento yo...— el niega con su cabeza y suspira
— vayamos a tu oficina no es un buen lugar para hablar...— coloca una de sus manos en mi cintura y me ínsita a caminar.
Cuando llegamos a mi oficina le doy paso y olvidando por completo el desastre que se haya detrás de mí escucho su exclamación.
— Mierda creo que alguien necesita un poco de ayuda con el orden...— cuando me giro y admiro lo mismo que el ve suspiro.
Mi oficina esta atestada de cosas relacionadas con la boda, no he querido llevar nada a mi casa, porque paso el menor tiempo allí con la excusa del trabajo así que al final James a ha decidido que todo se me envié a la oficina, así que hay propuestas de ramos, vajillas, copas e incluso un vestido que trajo Winter ayer en la tarde.
— Lo siento...— murmuro pasando junto a él.
Volker permanece en su lugar mirando todo el lugar con esa expresión divertida que suele usar cuando habla con Azhar.
— Para ser alguien que está por casarse no luces muy feliz...— comenta y mis ojos se elevan de inmediato para verlo sorprendida.
Nadie sabe del matrimonio aun y que él esté hablando de ello me sorprende.
— ¿Vas a casarte no? — pregunta señalando el vestido y comprendo que solo ha llegado a esa conclusión por todo lo que ve.
— Volker...— el suspira y niega
— Solo dime que tienes una muy muy buena razón para estar haciéndole esto...— comenta sin dejarme terminar y respiro profundo.
— La hay...— el ríe sin ganas y niega con la cabeza
— ¿En serio? — el sarcasmo en su tono me incomoda sobre manera
— No decidí esto porque si Volker...— me quejo llenándome una vez mas de ira.
— ¿Ah no? creí que este tipo de decisiones se tomaban así personalmente pues y porque querias hacerlo...— dice lo último haciendo énfasis, está siendo injusto pero lo entiendo y me lo merezco — ¿para qué jugaste de esa forma? — me espeta — todos confiamos en ti ¿sabes? pero sobre todo Kai, te dejo entrar a su vida como nunca antes lo había hecho y ni si quiera tienes la delicadeza de darle una puta explicación de lo que ocurre — hay ira en su tono y lo entiendo.
— Entiendo que estés cabreado...
— ¿Cabreado? Elizabeth no es cabreo lo que siento, es una absoluta decepción porque jamás creí que fueras ese tipo de personas que juega con lo demás...— esas palabras me atraviesan y se calan dentro de mi pecho, llenando mis ojos de lagrimas
— NO QUERÍA ESTO ¿ENTIENDES? — grito dejando salir toda la presión que he estado acumulando estas últimas dos semanas — NO QUIERO CASARME CON JAMES, NO QUIERO HACER ESTO PERO SINO LO HAGO TODOS USTEDES...— no logro terminar, comienzo a llorar una vez más como una tonta y de inmediato siento los brazos de Volker rodearme — no quiero nada de esto Volker, nada...— continuo lloriqueando en su pecho.
— ¿Qué paso Elizabeth? — pregunta esta vez en un murmuro.
— No puedo decírtelo...— murmuro y el ríe sin ganas
— ¿En serio? — Me separa de si y me ve con fijeza — no puedo ayudarte si no me dices que ocurre Elizabeth...— respiro profundo sin saber si contarle lo que ocurre — Mírame...— me pide y en un esfuerzo busco sus ojos.
Volker en serio es uno de esos hombres que te hace sentir segura solo con su mera presencia, imaginen lo que sientes cuando justamente es eso lo que quiere hacerte sentir, acaricia mi mejilla con el dorso de su mano y suspira.
— Se supone que las novias deben estar felices por sus bodas...— bromea y suspiro — ¿Qué pasa Eli? — pregunta con cariño haciéndome sonreír.
Tomo una bocanada de aire y arriesgándome a que todo se vaya a la mierda comienzo a contarle lo que pasó con Luther ese día en la tarde cuando Salí huyendo del Lux. Sus ojos se abren como platos maldice cada tanto mientras me escucha, hace rato que dejo de estar delante de mí, ahora camina de un lado al otro como un león enfurecido y enjaulado. Cuando finalmente termino de contarle, su expresión de cabreo y odio son tan puras y tan intimidantes que no soy capaz de moverme de mi lugar.
— Mierda...— suelta sin dejar de caminar — Luther se extralimito esto es demasiado...— se queja sin dejar de andar, luego se detiene y posa sus ojos en mí, yo continúo llorando en silencio — ¿Cuándo es la boda? — Pregunta y siento como mi voz se extingue antes de responder — ¿Elizabeth? — cierro mis ojos y suspiro
— Las invitaciones deben de llegarles hoy...— Volker frunce el ceño y me ve sin comprender, luego de unos segundos niega con la cabeza.
— ¿Ese malnacido te hizo invitarnos a todos? — Asiento, mientras Volker comienza a reír sin una pizca de gracias — Kai va asesinarlo...— murmura.
— La boda en dentro de semana y media...— Volker se detiene y me ve sorprendido.
— Ok...— lo veo tragar duro, parece que lo he cogido por sorpresa porque no reacciona — hallare la manera de evitar esto ¿ok? — Camina hasta mí y toma mis mejillas — no vas hacer esto si depende de mí, tratare de conseguir alguna cosa con lo que podamos revertir todo esto ¿bien? — pregunta mirándome con seriedad y solo asiento.
Volker me abraza con fuerza, mientras yo solo puedo sentirme como una tonta niña siendo manipulada. En ese momento comienza a sonar su teléfono, me libera y lo toma, al ver la pantalla se tensa, me ve un instante luego vuelve a mirar la pantalla.
— Es Kai... — murmura y yo me tambaleo ante la idea de escuchar su voz.
Volker ve mi estado y sin más se acerca a mi deja un beso en mi frente y sonríe con calidez.
— Todo saldrá bien ya verás...— se gira y echa andar hacia la puerta en el instante en que la abre contesta la llamada y lo escucho.
— ¿Dónde mierda estas? — su voz suena cargada de ira y espero que no sea por lo que estoy pensando.
Volker me mira sobre su hombro antes de abrir y salir.
— De camino al Lux ¿Qué ocurre? — no soy capaz de escuchar su respuesta porque pronto estoy sola en medio de mi oficina rodeada de un sinfín de cosas que no quiero ni ver.
El resto de la tarde lo paso con el corazón latiendo a mil, joder haberlo escuchado me deshizo, mierda ya no sé si puedo seguir con esto, a eso de las 4:30 no puedo más y decido irme a casa, normalmente salgo de la oficina casi a las 8 pm con la excusa de tener demasiado trabajo y la verdad llego tan cansada que me meto a mi habitación, me cubro con las sabanas y permanezco mirando el techo hasta que finalmente en algún punto de la noche me duermo.
Hoy no quiero estar aquí, mi refugio laboral hoy se ha convertido solo en un martirio y solo porque está lleno de un montón de cosas que me recuerdan mi triste realidad. Recojo mis cosas evitando ver el vestido que Winter escogió por mí y que no me he molestado si quiera en revisar para luego salir. El camino a casa lo hago entre las melodías y encantadoras letras de Jesse y Joey cada una me da una puñalada más fuerte que la anterior, pero es la única forma en que logro sobrellevar esto.
Estaciono el auto donde siempre y desciendo sin mirar a ningún lado en particular subo las escaleras de enfrente distraída, cuando ingreso en el stand de la entrada Marco me saluda y dice algo que no alcanzo a entender porque no estoy prestándole atención, simplemente asiento en su dirección y le sonrió sin ganas, espero algunos segundos a que el ascensor abra sus puertas y entro, suspiro una vez más estando dentro y cierro mis ojos deseando tener más suerte, deseando que todo esto sea una pesadilla y mañana al despertar todo siga igual a cuando estaba antes que Luther apareciera.
Desciendo del ascensor y comienzo a andar hacia mi departamento, mientras busco las llaves en el interior de mi bolso, cuando doy con ellas y elevo mis ojos me detengo en seco. Allí frente a la puerta con un perfecto y elegante traje negro a la medida se encuentra de pie el magnate. Recostado al umbral de la puerta de entrada, mi cuerpo se tensa, el aire me falta, todo me da vueltas y mi corazón late tan deprisa que me duele el pecho. Creo que no podría sentirme aun peor hasta que su rostro se gira y su mirada se entrelaza con la mía y como en todas y cada una de las veces en que nos miramos, ese magnetismo se hace presente, la conocida electricidad que recorre mi cuerpo cada que lo veo arrasa conmigo.
Mierda está demasiado bello, aunque no puedo disfrutar de su perfecta anatomía ni de su hermoso rostro porque en seguida este se transfigura y la ira ocupa cada una de su facciones...
Ya valí mierda.
Nota del autor: h-hola... no se ni como saludarlos hoy... quede impactada, dolida y si... me odio en este momento tanto como ustedes, jamas creí que me iba a pegar tanto escribir este capitulo como lo hizo, en serio me estoy odiando... pero bueno no diré aquello de espero que lo hayan disfrutado porque se que no lo hicieron... nos vemos ma;ana un beso los amo y aquí esta el hashtag o los hashtag para este capitulo #TodosOdiamosALuther y #TodosOdiamosATamy y como dice Lizzy... #YaValiMierda!
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