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🎭Capítulo 47 - Heridas🎭


Kai Metzler.

Conduzco en silencio pensando que esto es una muy mala idea y que tanto mis mejores amigos como la periodista se han vuelto locos. Ir a ver a mi padre es una locura no solo porque no sé si pueda controlarme, poner a Elizabeth en la mira del Zorro Metzler es algo que no me apetece.

— Estaremos bien, tranquilo... — Elizabeth intenta tranquilizarme pero por más que lo intente la tensión no se aleja.

— Volker tiene razón deberíamos pagar y olvidarnos del tema... — ella suspira y posa sus ojos en mí, mirándome con seriedad.

— ¿Y dejar pasar la oportunidad de saber que quiere tu padre, es en serio? a veces dudo de tu genialidad Kai... — suelta cruzándose de brazos y haciendo que mi mal humor aumente.

— ¿Por qué quieres saberlo?

— ¿Por qué quieres saberlo tú? — contra ataca y quiero cerrarle la boca antes que continúe — quizás lo mío pienses que sea curiosidad, pero debería importarte y mucho, Luther está buscando de hundirte y si tiene s una forma de conseguir saber el porqué, ¿Por qué no tomarla?

— Elizabeth sé muy bien las razones por las que mi papa quiere hundirme, están mas que claras, soy un puto obstáculo para que recupere el imperio Metzler...— suelto cabreado porque sé muy bien que al final del día todo se resumo a eso, al maldito imperio del que se cree dueño solo porque el construyo las bases y yo llevo su apellido.

— Pero ese imperio lo construiste tu no el...

— Elizabeth piensa, el Lux es cosa mía y cada uno de los proyectos que hemos lanzado se han posicionado como número uno en todas las principales cadenas tecnológicas desplazando por completo el lugar que él tenía en el círculo tecnológico, actualmente si pones a escoger a los grandes inversionistas entre ambos me escogerán a mí no a papa... — le explico perdiendo la paciencia.

— Ok, ok está bien... da la vuelta entonces no perdamos el tiempo... — suelta sin mirarme y yo me giro sorprendido para verla mal

— ¿Es una puta broma no?

— Obvio que es una broma, bueno sarcasmo, iremos a ese departamento y hablaremos con Luther... — pongo los ojos en blanco y respiro profundo.

El resto del camino lo hacemos en silencio, cuando llegamos al edificio donde mi papa tiene uno de sus muchos departamentos, aparcamos y Elizabeth se sorprende al notar lo elegante de todo.

— En serio Metzler es igual a desperdicio de dinero... — murmura mirando una de las esculturas que está en el vestíbulo.

Yo simplemente la ignoro, se supone que después de lo que paso en su oficina todo sería paz y tranquilidad entre ambos, pero ese concepto con Elizabeth es casi imposible.

— Señor Metzler buenas tardes, su padre lo espera... — me informa el vigilante y asiento — ¿la señorita es?

— Elizabeth White, trabaja para mi... — el hombre asiente y teclea la información en el sistema luego le toma una fotografía para el registro de visitas y nos deja pasar.

— Kai... — Elizabeth me detiene antes de alcanzar el ascensor.

— ¿Qué?

— La demanda fue porque lo golpeaste ¿verdad? — pregunta y mi cuerpo se tensa, no la veo a la cara pero asiento.

No es algo por lo que me arrepienta pero probablemente este teniendo un mal concepto de mí ahora mismo.

— Se lo merecía...— murmuro echando andar una vez más.

Sus tacones repiquetean contra el mármol del suelo, caminando un poco más deprisa para alcanzarme.

— Lo sé, solo quería estar segura...

— ¿Segura de qué?

— Que es capaz de provocarte lo suficiente como para hacerte olvidar que se trata de tu padre... — respiro profundo y suspiro.

El ascensor abre sus puertas y entramos, la tensión acumulándose cada vez más en mis hombros, cierro mis ojos y respiro profundo una vez más, de pronto las manos de Elizabeth se cierran en las mías con calidez, abro los ojos y está mirándome con una sonrisa cálida que me tranquiliza de una forma extraña.

— Cuando creas que no puedes más mírame... — me pide y yo frunzo el ceño

— ¿Por qué haría eso? — ella sonríe con picardía y se acerca a mí, se coloca sobre la punta de sus pies y alcanza mis labios.

Solo es un rose suave que basta para disparar mi corazón y hacerme sentir en las nubes, puta madre el poder que tiene esta mujer conmigo. Rodeo su cintura y la pego más a mí profundizando el beso, ella toma mis mejillas y responde con cierto descontrol, ya todo lo que siento es deseo y lujuria. El pitido del ascensor al alcanzar el piso correspondiente nos obliga a separarnos, apoyo mi frente en la suya tratando de acompasar la respiración, las puertas se abren y ella se aparta.

Soy el primero en salir, ella me sigue de cerca justo frente a mí se encuentra la guardia personal de mi padre, el mismo imbécil que no me dio paso el día que lo golpee. Me ve con expresión divertida y ya quiero irme de aquí antes que vuelva hacer algo loco. La voz de mi padre llega reverberando a través de las paredes mientras nos acercamos a la sala.

— Por supuesto que es algo importante, pero tenemos suficientes recursos para hacerlo... — en cuento entro en su campo de visión sonríe de lado — te llamo luego tengo que atender un imprevisto — finaliza la llamada y mete su teléfono en el bolsillo de su pantalón — Kai, ¿a qué se debe esta agradable visita? — suelta con sarcasmo y yo respiro profundo.

Elizabeth aparece detrás de mí y los ojos de mi padre se posan sobre ella, brillando con malicia de inmediato.

— Elizabeth, pero que gusto... — camina hacia nosotros y planta dos besos en las mejillas de la periodista que se incomoda con el gesto — ahora si es una agradable visita, ven sienta ¿quieres algo de beber, vino, agua, jugo? — yo permanezco exactamente en el mismo lugar presionando mis manos en puños, odio que la toque.

Elizabeth camina hasta el sofá y se sienta con el acompañándola, mi padre me ve y ríe.

— ¿Y bien estas aquí para cederme las patentes del proyecto? — es mi turno de reír.

— Ni lo sueñes...— el respira profundo y niega con la cabeza

— Hijo esto sería tan fácil, te ahorrarías tantos problemas si no fueras tan extremadamente estúpido... — Elizabeth lo ve sorprendido — sigo dándote oportunidades, sigo ofreciéndote el chance de no llegar más lejos, pero eres jodidamente tozudo, — niega con su cabeza y posa sus ojos en Elizabeth que lo ve sin saber que decir — A ver Eli, ¿puedo llamarte así verdad? — ni siquiera espera que le responda, simplemente continua — si le estoy dando la oportunidad de su vida, de hacer algo más que estar aparentando ser bueno y regalando migajas a personas insignificantes y que no hacen ninguna diferencia en el mundo en el que vivimos, ¿Por qué no tomarla?

— Creo que usted está mal de la cabeza... — responde Elizabeth poniéndose en pie, demostrando una vez más que esa vena periodística la hace una mujer con agallas — no sé qué haya pasado entre ustedes como para que desee destruir el trabajo de la vida de su hijo pero lo que está diciendo es incluso aun peor porque venga...

— ERA MI VIDA Y EL SIMPLEMENTE APARECIO Y LO ECHO A PERDER — grita Luther interrumpiéndola, perdiendo el control por primera vez en años, cosa que me sorprende.

Elizabeth se sorprende y me mira, esas palabras me duelen, no solo porque es mi padre quien las está diciendo, es por el enojo, el resentimiento y el rencor con que fueron pronunciadas.

— Te di todo en la maldita vida que llevabas, autos, departamentos, viajes a los mejores lugares del planeta, incluso deje que estuvieras con esa muchacha, cuando debías tener a tu lado alguien con mayor alcance — me espeta, en cuanto nombra a Leyna siento que la ira aumenta dentro de mí, pero también el dolor, es mi padre y en serio me desprecia — tenías todo lo que un jodido crio podía desear y sin embrago decidiste joderlo todo separándote de la corporación para iniciar tu propia empresa, después de toda la mierda que hice para salvar tu puto culo... — espeta haciendo que mi cuerpo se tense cada vez más.

Está hablando más de la cuenta y no debería estar diciendo estas cosas delante de la periodista.

— La corporación era tu sueño no el mío... — murmuro entre dientes

— Por favor, ¿dime exactamente cuál es la diferencia entre el Lux y la Corporación? — suelta poniéndose en pie — apartando las maricas obras de caridad que haces junto a tu madre... — a la mención de mama mi cuerpo se tensa aún más.

— Ni se te ocurra hablar de mama y su trabajo... — le espeto y el ríe

— Jamás perdería mi tiempo ni mi saliva hablando de semejante estupidez... — a veces me gustaría que mama lo escuchar hablando de lo que hace para que se diera cuenta que papa es más mierda de lo que ella cree — la Corporación nunca te limito, razón por la que lograste hacer toda esa mierda posible, el Lux es una puta barrera de contención, te da pánico volver a dejarte llevar y construir cosas impresionantes, estos seudo proyectos en plan de ayuda, son solo una muestra estúpida de lo asustado que sigues que de tu genialidad y tus capacidades... — no puedo creer que papa este diciendo todas estas cosas.

Ciertamente la corporación nunca me limito, me dejo hacer lo que quería razón por la que en ese primer año todo se fue a la mierda y ocurrió esa locura. Veo a Luther sin saber que decir, porque hasta cierto punto tiene razón, tengo miedo pero no de crear, de volver a cometer un error y otros paguen el precio. Fijo mis ojos en Elizabeth que me nos mira sin comprender.

Ella no debería estar aquí, fue un error traerla y ahora debo encontrar la manera de sacarla sin que papa note lo importante que es para mí.

— De alguna forma siento que hablan de algo que no se ni entiendo, pero su perspectiva de las cosas... — le dice señalándolo — es increíblemente aberrada.

Papa ríe negando con la cabeza y suspira.

— Querida vivimos en un mundo despiadado lleno de oportunidades, para genios como Kai la oportunidad estaba en la corporación no en el Lux y es algo que tarde o temprano se dará cuenta... solo que quizás para entonces sea muy tarde...

— ¿Estas amenazándome? — me le voy encima quedando a escasos centímetros de el

— Represento una de las peores amenazas Kai, pero sabes muy bien que no soy la única... — murmura mirándome con expresión divertida.

Quedo de una pieza, tiene razón, no es solo sobre el Lux y los proyectos es sobre mi vida en general. Luther ríe y niega con la cabeza

— Piensa hijo, eres un listillo al igual que yo y tienes a esos dos contigo, con ustedes la corporación sería la más grande empresa tecnológica del mundo, no tendrás que esconderte, ni sentir miedo de tus capacidades o creaciones...

— Disculpe que lo interrumpa... — Elizabeth se acerca lleva una sonrisa triunfal en los labios que no logro entender — pero la empresa más grande e importante del mundo es Lux Enterprise y debo decirle que supera a su jodida corporación por mucho, ni siquiera porque reclute a Kai, Volker y Ajax que sin duda alguna son unos genios cada cual en su área jamás, alcanzarían su nivel...— la ira se marca en cada una de las facciones de mi padre.

Sus ojos se fijan en la periodista respira profundo, lo que más odia este hombre es que le recuerden su fracaso al intentar superarme y Elizabeth acaba de hacerlo y no solo eso le ha restregado en la cara que jamás lograra sobrepasar al Lux.

— ¿Para qué mierda vinieron? — murmura fijándose esta vez mí.

— La demanda... — suelto entre dientes

— Kai la cosa es esta, si viniste con la intención que retirara la demanda por agresión ya le dije a Volker y te lo dije a ti por teléfono, no lo hare.

— La verdad estamos aquí porque yo le pedí que me trajera... — nos interrumpe Elizabeth sorprendiéndome

¿Ahora qué coño está haciendo?

— Querida pero si querias verme solo tenías que usar la tarjeta que te di el otro día... — suelta con ironía y me desespera la soltura y confianza con la que le habla.

— Porque creo que hacer estas preguntas delante de su hijo será mucho más interesante y productivo para mi trabajo y ese día le dije que mi único objetivo aquí era ese... — mi cuerpo se tensa porque de pronto la postura de Elizabeth ha cambiado, se ha convertido en la misma mujer odiosa y patea cojones que me llamo idiota en la rueda de prensa.

— ¿Y qué es lo que quieres saber?

— Es evidente que usted dio el pitazo sobre la negación del permiso del gobierno africano — la sonrisa de mi padre se ensancha — a la prensa, la pregunta es porque no les ha dicho también sobre la demanda, si su idea es fastidiar a su hijo, porque no hacerlo desde todos los puntos.

Mi padre ríe divertido, esa risa la he visto demasiadas veces y nunca trae nada bueno con ella, me ve un instante, luego vuelve a posar sus ojos en la periodista que lo ve seria.

— En serio me encanta esta chica, es muy lista... — comenta con sorna mirándome — quiero fastidiarlo a él, no fastidiar mi trabajo querida, hablarle a la prensa sobre una demanda que me involucra seria mucho escándalo, algo que justo ahora no me conviene.

— Eres una mierda — le espeto dando un paso hacia el sin poder controlarme más.

— Pues lamento decirte que esta mierda te dio todo lo que tienes y lo menos que esperaba era algo de gratitud, pero el dicho muy bien dice cría cuervos y te sacaran los ojos... — rio sin ganas

— Todo lo que tengo lo hice por mi cuenta, cuando me largue de la corporación no me lleve ni un solo centavo y mucho menos uno de tus inventos, sali con las manos vacías y todo lo que tengo ahora lo hice trabajando duro... — le espeto la gran verdad que tanto le duele.

Luther ríe y empieza a caminar por la sala, sin mirarme, sus ojos están fijos en Elizabeth que no ha dejado de vernos ni de perderse ningún detalle de la discusión.

— ¿Si tuvieras que hacer un reportaje sobre la verdad de la familia Metzler que escribirías Eli? ¿Cómo el padre llega a la cima y su hijo le roba todo por lo que ha trabajado incansablemente o la farsa de una aparente familia feliz? — su cambio de tema me alerta, Elizabeth permanece en silencio y luego me ve, sus ojos brillan exactamente igual que el día que nos conocimos.

Sé que papa está jugando con su lado periodístico, sé que está tentándola a caer en su juego, mi padre es un experto manipulador y sabe muy bien cómo hacer caer a las personas en sus movidas, mi cuerpo se tensa cuando sus labios sonríen y suspira.

— Definitivamente el título del articulo seria los Titanes Metzler y la verdad creo que si tuviera que hacer un artículo de ambos seria resaltando la gran diferencia que hay entre ambos, sigo pensando que su hijo oculta algo... — comenta haciendo que la vea incrédulo — pero también creo que usted no está mostrando todas su cartas y al final del día son iguales... — esas palabras son como una bofetada y me duelen más que cualquier cosa.

— Vaya ¿así que crees que él es igual a mí?... — comenta irónico mi padre — ¿sabes qué? tienes toda la razón es exactamente igual a mí, solo que más ingenuo y la ingenuidad se paga caro... — mi padre se gira y me ve serio — si crees que el gobierno africano te dará el permiso sigue soñando y no busques apoyo de la ONU, esa mierda de gente es tanto o más hipócrita que yo, sacando a la ingenua de tu madre claro está — suspira y sonríe de lado — hijo la mejor jugada que puedes hacer es darme el proyecto y olvidarte de el...

— No voy hacerlo... — papa bufa y cierra sus ojos

— Entonces lárgate de aquí y no molestes tengo mil cosas más importantes que perder el tiempo contigo y tu noviecita... — espeta con resentimiento sorprendiéndome.

Elizabeth abre los ojos como platos y me ve sorprendida, luego vuelve a ver a mi padre que comienza a reír y niega con la cabeza.

— La próxima vez trata de no ser tan evidente Kai, te brillan los ojos cuando la miras... — comenta haciendo que todo mi cuerpo se tense aún más — querida, tienes un admirador... — le comenta a la periodista en tono burlón, que me ve incapaz de decir algo.

En ese momento su teléfono vuelve a sonar, lo saca y mira la pantalla, sonríe de lado y suspira, luego lo gira para que lea el nombre de la persona que lo está llamando.

Eric Bonner al leer ese nombre me tenso aún más.

— Largo, tengo negocios que tratar... — y sin más se gira y se pierde por el pasillo buscando privacidad para contestar la llamada.

Elizabeth y yo quedamos en medio de la sala, yo sin reaccionar por la gran cantidad de cosas que acabo de escuchar y esto último es como el guantazo final de la noche, respiro profundo y cierro los ojos tratando de alejar la ansiedad que comienza a generarse en mi pecho, las amenazas de mi padre son reales y no puedo creer que así sea.

— ¿Estás bien? — pregunta Elizabeth tocando mi hombro y girándome para ver su expresión.

— Si, vamos... — evito mirarla, esta noche dijo cosas que me alertan, que me hacen desconfiar de ella y es algo que no quiero hacer.

Camino al ascensor y espero que abra sus puertas, cuando lo hace la periodista se coloca a mi lado y suspira ruidosamente, abre su boca para decir algo pero vuelve a cerrarla. Su expresión es de esas que le he visto en infinidad de veces, está loca por decir algo.


#


Dejo el auto frente a la puerta de entrada de la mansión, desciendo sin siquiera mirar a Elizabeth, estoy cabreado hasta la mierda no solo por todo lo que dijo papa, también por las cosas que ella dijo. Lo que dije hoy mientras lo hacíamos no sirvió de nada y por un instante creí que si me había creído.

— Kai... — me llama descendiendo del auto, pero la ignoro — genial no me trajiste hasta aquí solo para ignorarme porque si es así me voy a mi puto departamento — me espeta con rabia y me detengo en seco.

Estamos a unos metros de distancia pero el típico magnetismo que hay entre ambos se siente, me giro para verla, está de pie cruzada de brazos.

— Entra... — le espeto entre dientes y ella ríe

— No pienso moverme de aquí hasta que me digas que coño te pasa y ¿Por qué estas cabreado conmigo? — cierro los ojos y respiro profundo contando hasta cinco lentamente.

— Lo que dijiste... — empiezo pero ni siquiera me deja continuar.

Echa a correr hasta mí y se lanza contra mi pecho, sorprendido por la acción me tambaleo un poco pero de inmediato, la rodeo con mis brazos de la cintura y ella a mí con sus piernas.

— No creo que seas igual a tu padre... — murmura sosteniendo mis mejillas y mirándome con intensidad — creo que eres mil veces mejor que él y no solo como persona también como empresario y como científico... — hace una pausa para mirarme a los ojos y suspira — no voy a negar que hoy dijeron cosas que causaron demasiado ruido en mi cabeza, pero lo que dije lo hice con la intención de hacer hablar a tu padre... — la veo no sé si sorprendido o impresionado.

Ella enreda una de sus manos en mi nuca y pierde sus dedos en mi cabello, antes de acercarse a mis labios y besarme con suavidad. Respondo el beso cual idiota enamorado.

— ¿Seguro que estas bien? — pregunta sobre mis labios y suspiro.

— No... — acepta la realidad, ella me ve un instante y asiente.

Libera mis caderas y aunque intenta llegar al suelo no la dejo, por lo que queda con los pies guindando a unos poco centímetros del suelo.

— ¿Me bajas? — niego con la cabeza y echo andar con ella en brazos, sus piernas se vuelven a enredar en mi cintura y entramos a casa.

Es tarde, pero las luces siguen encendidas, por lo que Isabella debe estar despierta. Tras dejar el recibidor, mi nana aparece con expresión preocupada, al verme con Elizabeth en brazos frunce el ceño y se detiene. Beso los labios de la periodista antes de bajarla, ella sonríe y se gira.

— Oh, buenas noches... — saluda a Isabella a Elizabeth.

— Hola querida, buenas noches...

Se acerca a ella y deja un par de besos en sus mejillas, luego me ve seria y me abraza, deja un beso en mi mejilla.

— ¿Hijo podemos hablar un momento por favor? — pregunta haciendo que mi cuerpo se tense.

— Seguro dame un minuto...— me giro para ver a Elizabeth que asiente.

— ¿Te espero en la sala? — pregunta y asiento.

Me acerco a ella y dejo un beso rápido en sus labios, antes de seguir a mi nana a la cocina, una vez allí respira profundo y me ve seria.

— Leyna llamo hace un rato... — mi cuerpo se tensa, conozco a mi nana algo le preocupa — dijo que los hombres que habían ido a golpear a su hermano a la casa de sus padres la abordaron en el centro comercial y la amenazaron... — mis ojos se abren como platos, de inmediato saco mi teléfono para llamarla, pero Isabella me detiene — no te contestara, me dijo que se iría a Londres a las 7:30 — quedo estático en el lugar — sus padres regresaron y se encargaran de lidiar con el tema de su hermano... — me ve seria — ¿Por qué no me habías dicho que los habían atacado?

— No iba a preocuparte, dame un momento necesito saber si Ley está bien...

— Hijo no quiere hablarte, esta dolida por lo que paso, dale su espacio es lo mejor por ahora... — me pide colocando una de sus manos sobre mi antebrazo.

— Está bien...

— Ahora dime algo... esa escenita de hace un momento, tú con Elizabeth cargada, ¿Qué no estaba comprometida? — esa pregunta me hace aterrizar, es cierto esto aún no está resuelto.

Respiro profundo y asiento.

— Sigue comprometida, pero me sincere, vamos a resolverlo espero...— ella suspira y coloca una de sus manos sobre mi hombro

— Piensa con la cabeza Kai, es una gran chica pero no dejes que te nuble los sentidos...— me advierte y asiento — la cena esta lista, ¿comerán?

— Yo no tengo hambre y tengo que encargarme de algunos asuntos, le preguntare a Elizabeth...

— ¿Pasara la noche aquí? — pregunta con curiosidad y rio

— Eso planeo...— Isabella me da una suave palmadita en el hombro y ríe.

Regreso con Elizabeth a la sala que está sumergida en la pantalla de su teléfono tecleando con rapidez, me siento en el extremo contrario a donde esta y me acuesto sorprendiéndola, ella eleva sus brazos y me deja acomodar mi cabeza sobre sus piernas.

— ¿Todo en orden? — pregunta con curiosidad y asiento.

— Sí, todo bien, Isa quiere saber si vas a cenar... — entonces me ve con curiosidad y suspira

— No planeas llevarme a casa ¿verdad? — pregunta inclinándose sobre mí y dejando un beso en mis labios.

— No, planeo llevarte a la cama y follarte toda la noche...— suelto en un murmuro ronco antes de lamer su labio inferior y tomarla de la nuca para besarla con ganas.

Nuestras lenguas se encuentran y comienzan a tocarse y enredarse entre ellas, pronto los jadeos llenan el espacio y mi polla grita por salirse del jodido pantalón, cuando me dispongo acariciar uno de sus pechos, Isabella se aclara la garganta y debo abandonar los labios de la periodista.

— Disculpa que los interrumpa, pero ¿cenaras linda? — Elizabeth me ve un segundo ligeramente sonrojada y niega con la cabeza.

— No tengo hambre Isabella gracias... — mi nana asiente y suspira.

— bien entonces les dejare un plato servido a cada uno en el horno por si más tarde les apetece comer algo, me voy a la cama hijo, me duele la cabeza... — me pongo en pie y abrazo a mi nana con amor, luego se deja un beso en mi frente y se acerca a Elizabeth que rebusca algo en su bolso con rapidez.

— Toma las hice en la madrugada... — le tiende una bolsita con galletas con chispas de chocolate, madalenas y otra cosa que no tengo idea de los que es.

— Las florecillas blancas son suspiros, un dulce que comemos mucho en Venezuela... — le explica aclarando mi duda.

— ¿Horneaste todo esto en la madrugada? — pregunta incrédula mi nana y Elizabeth ríe nerviosa.

— Si no podía dormir — sus ojos se posan en mí por un segundo y rio.

Así que ambos estábamos despiertos anoche.

— Gracias linda... — Isa se gira y nos deja solos

— ¿Por qué no podías dormir anoche? — pregunto cuando estamos solos.

— Insomnio... — responde con simpleza y rio.

— Vamos, entonces tienes que dormir... — comento como si nada y su expresión decepcionada es épica por lo que comienzo a reír.

Ella nota que lo he hecho a propósito y ríe también, se pone en pie y acerca a mí.

— Muy juguetón hoy señor Metzler...

— Aun no he empezado a jugar señorita White... — murmuro acercándome a ella.

Acuno sus mejillas entre mis manos y las acaricio con mi pulgar, perdiéndome en esos ojos cafés que me ven cargados de deseo. Me inclino sobre ella y beso sus labios con demanda, ella jadea sobre mi boca en cuanto mi lengua encuentra la suya y le doy toques lentos, ella intenta acelerar el ritmo pero no se lo permito.

¿Quiere que juegue? Juaguemos.

Abandono su boca, aunque no quiera hacerlo y entrelazo nuestras manos, la guio por la mansión, hasta mi habitación, una vez allí, tomo su bolso y lo coloco sobre el mueble y luego me giro para verla sus ojos me ven cargados de deseo, comienzo a quitarme el saco bajo su atenta mirada. Luego sigo con mi camisa y finalmente me quito los zapatos y el pantalón, quedando solo en bóxer, su mirada recorre mi cuerpo lentamente hasta detenerse en mi polla que esta dura como una puta piedra desde que la bese en el sofá.

Camino hasta ella y me detengo a un paso de su cuerpo, ella respira profundo y extiende su mano a mi pecho, pero la sostengo en el aire antes que pueda tocarme.

— Me daré una ducha...— y justo allí, a un paso de su cuerpo me quito el bóxer quedando completamente desnudo.

Sus ojos de inmediato descienden hasta mi polla, relame sus labios y traga duro, está más que claro lo que quiere hacer y la idea me pone aún más, pero ella quiere jugar. Me giro sin decir nada y entro al cuarto de baño con sus ojos clavados en la espalda, una vez en allí me voy directo a la ducha, abro el agua para regular su temperatura cuando escucho sus pasos dentro del cuarto de baño me giro y esta allí de pie mirándome.

Sus ojos devoran mi cuerpo mientras yo divertido entro debajo de la ducha, dejo que el agua empape mi cuerpo mientras ella me mira, paso mis manos por mi cabello echándolo hacia atrás, para quitarlo de mi frente ladeo mi cuello para que caiga en mi espalda mientras froto mi pecho con mis manos, hasta alcanzar mi polla, Elizabeth me ve con deseo y yo solo puedo sonreír cuando atrapa su labio entre sus dientes.

— ¿Necesita algo señorita White? — le pregunto divertido, ella me ve seria y suspira.

— Sí, señor Metzler... — hace una pausa y vuelve a ver como froto mi polla — a usted follandome debajo de la ducha... — puta madre, esa respuesta me encanta.

— Sabe lo que tiene que hacer ¿no?

— ¿Pasarlo por escrito? — responde divertida y rio, acelerando un poco el movimiento de mi mano lo que me hace jadear.

Ella se tensa y de inmediato comienza a desvestirse, en cuestión de segundos está completamente desnuda, admiro su cuerpo, como sus pechos terminan en sus pezones erectos, como su cintura le da paso a sus caderas, como su monte de venus inicia el camino hasta su coño. Elizabeth saca su pie de la tanga que acaba de terminar de quitarse y la deja caer junto a ella. Se acerca a la ducha caminando en punta y con sensualidad, joder ya estoy desesperado.

Cuando alcanza el lugar donde estoy, se detiene a un paso de distancia, mientras el agua comienza a salpicarla, yo continuo frotando mi polla mientras ella me mira con intensidad. Humedece sus labios y sonríe de lado, sin decir nada se agacha quedando frente a mi polla yo me tenso por la anticipación.

Elizabeth apoya sus rodillas en el suelo mojado y se acerca más a mí en esa posición, eleva sus manos hasta mi polla y antes de tocarla niego con la cabeza, ella sonríe y como si leyera mis pensamientos abre la boca y saca la lengua, joder que imagen tan malditamente perfecta, me acerco a ella, para rosar mi glande con su lengua apenas un poco, en cuanto siento la humedad y la calidez de la misma me estremezco. Ella contiene una sonrisa que la hace lucir malditamente sexy, cosa que me enloquece así que tomo su cabello en un puño y con la otra sostengo de un costado y me deslizo dentro de su boca hasta chocar contra su garganta.

Elizabeth ahoga una arcada pero no le doy tiempo para poder procesarlo porque comienzo a follarle la boca como un puto demente, sus manos se apoyan sobre mis muslos mientras mis caderas se empujan contra su boca, gruño y jadeo mientras ella no aparta ni un solo maldito instante su mirada de la mía, cosa que me pone aún más, entro con fuerza y permanezco algunos segundos dentro de su boca, sus ojos se llenan de lagrimas, pero permanezco allí, ella tampoco intenta apartarse hasta que una lagrima cae y la limpio con mi pulgar antes de salir de su boca, rodeo su cuello con mi mano y la levanto, ella respira agitada controlando las arcadas. En cuanto nuestras miradas se encuentran sonríe con picardía, eleva una de sus manos y limpia un poco de saliva sin dejar de mirarme, joder con esta mujer va a arrancarme la vida de tanto morbo.

Cuando me acerco para besarla aparta la cara y sonríe de lado.

— No es el único que sabe jugar señor Metzler... — pasa junto a mí y entra debajo del agua dejándome como un idiota sorprendido.

Cuando me giro para verla está debajo del agua, esta le cae sobre el cabello, su rostro esta elevado hacia el techo y sus ojos están cerrados, el agua escurre por su cuerpo y comienzo a reír suavemente. Es mi turno de hacer una movida, me agacho frente a ella y sin darle oportunidad alguna meto mis manos entre sus piernas y la sujeto con fuerza, ella grita sorprendida y de inmediato sus manos viajan a mis hombros para intentar sostenerse.

Me pongo en pie una vez más elevándola para que su coño quede en mi rostro, doy un paso hacia la pared para apoyarla en ella, rio cuando veo su expresión sorprendida, incrédula y lujuriosa, mi boca se hace agua cuando me acerco más a su coño, doy un lametón desde su abertura hasta su clítoris, arrancando un grito que me hace sentir el mejor en todo el puto universo. Ella echa su espalda atrás y se aferra a sus pechos apretándolos con fuerza mientras yo me dedico a lamer, chupar y mordisquear su clítoris con suavidad, cada que lo hago su cuerpo se estremece y ella grita.

Pronto su cadera esta restregándose en mi cara para aumentar el nivel de placer, Elizabeth con cada encuentro que tenemos se hace mucho más atrevida, como si con cada una de las veces que estamos juntos descubriera algo de sí misma. Gruño mientras me como su coño y ella termina corriéndose con estruendo en mi rostro. Sus piernas tiemblan colgando sobre mis hombros mientras sus manos siguen apoyadas sobre sus pechos que están enrojecidos y sus pezones duros.

— ¿Estas bien? — pregunto acariciando su cuerpo, mi voz y el aire caliente que sale de mi boca cada que hablo la hace estremecer.

— Ujum... — murmura sin abrir los ojos y con la cabeza apoyada en la pared.

Con cuidado de no tumbarla ni lastimarla quito una de sus piernas de mis hombros y luego sigo con la otra, la sostengo y luego la bajo con cuidado, cuando estamos a la misma altura ella sonríe ligeramente, es una de esas sonrisas flojas que apenas y alcanza a ser una sonrisa de boca cerrada. Me inclino sobre sus labios y la beso.

— Eso fue... — rio al no escuchar nada más.

— ¿Te apetece seguir jugando o nos ponemos un poco más serios? — comento con sorna cosa que la hace abrir los ojos y mirarme sorprendida.

— Haz lo que quieras pero no me sueltes... — murmura y sonrió afianzando mi agarre en su culo, ella rodea mi cintura con sus piernas y salgo de la ducha, mientras besos sus labios con parsimonia.

La guio de vuelta a mi habitación donde la dejo sobre la cama sin importarme que las sabanas se mojen y hagamos un reguero. Me acomodo entre sus piernas y comienzo a besar su cuello, sus clavículas, alcanzo uno de sus pechos y comienzo a lamerlo trazando círculos con mi lengua y luego moviéndola de arriba abajo, ella jadea y se retuerce mientras con mi otra mano desciendo hasta su delicisoso coño que literalmente hablando escurre los fluidos. Mis dedos se empapan con el permitiendo que en su canal se deslicen dos de ellos, jadea cuando siente que mis dedos se mueven de un lado al otro y luego rotan para quedar con mi palma hacia arriba, una vez alcanzo lo mas dentro que puedo con mis dedos comienzo a masturbarla con fuerza, sin dejar de comerme su pechos.

Ella gime, jadea y eleva su pelvis despegandola de la cama, desesperada por la cantidad de placer que estoy proporcionándole, no pasan dos minutos hasta que vuelve a correrse con la misma intensidad. De pronto coloca sus manos sobre mi pecho y me empuja llevando a un costado, se sube a ahoracaradas sobre mi y con una destreza que me hace sonreir de lado, toma mi polla y la acomoda en su abertura y sin mas deja caer su culo sobre mi pelvis con fuerda.

— oh mierda — suelto tomándola de las caderas, ella aparta mis manos y niega con sus cabeza mientras apoya sus pies en la cama y comienza a autocomplacerse con mi polla, sube y baja con fuerza, haciéndome gruñir intento tomarla pero vuelve apartar mis manos, las suyas se apoyan en mi pecho y sus ojos me ven encendido de lujuria.

— Sin tocarme... — jadea, dejándose caer con fuerza una vez más, automáticamente comienza a mover sus caderas en círculos, presionando mi polla con sus paredes vaginales y además restregando su clítoris sobre mi pelvis.

La sensación es endemoniadamente placentera.

— Si sigues moviéndote así nena me voy a correr

— Calla... — me espeta volviendo a elevarse y dejarse caer, sus uñas se entierran en mi piel y ella grita cuando elevo mi pelvis y me muevo con ella, cada que ella sube sus caderas yo bajo las mías y viceversa.

Pronto el fuerte ruido de la piel al chocar con fuerza es todo cuanto podemos escuchar, pronto mis manos la sostienen del culo y le clavo mi polla como un puto salvaje de mierda sin una pisca de autocontrol, moviéndonos de esa forma ambos nos corremos con estrepito.

Mis brazos caen a mis costados cuando la última gota de semen es expulsada y llena su interior, ella permanece unos segundos más estremeciéndose y luego cae sobre mi pecho respirando pesadamente. Beso su coronilla y suspiro agitado.

— ¿Por qué cada que estoy contigo termino como si me hubiese pasado una aplanadora por encima? — murmura después de unos segundos haciéndome reír.

— ¿Quizás porque estoy follándote como si fuera una aplanadora? — ella ríe suavemente y levanta su rostro para verme.

— También me gustas Kai y de maneras que no logro comprender... — murmura acariciando mi barba con su dedo índice con suavidad.

En la tarde no respondió nada, pero aquí está mi ansiada respuesta y no podría sentirme mas feliz, tomo sus mejillas y la beso con pasión y calidez. Esto es más de lo que espere, mas de lo supuse y mas de lo que imagine que podría pasar con la periodista.

— No estoy dispuesto a compartirte Elizabeth... — le advierto dispuesto a aclarar todo desde ya.

— Yo tampoco pienso hacerlo, eres mio ¿estamos? — me espeta mirándome con seriedad y esa expresión me hace sonreír satisfecho.

— Como diga señorita White... soy tan suyo como quiera... — vuelvo a besarla y ella sonríe asintiendo.



Nota del autor: hola mis gamers, capitulo intenso entre la conversacion con Luther y el final erotico pues como que estamos en un limbo de emociones fuertes... a ver cuentenme habra hashtag para el #ZorroMetzler? su es asi saben que hacer, lo mismo que hicimos con Leyna... es decir #OdiamosaLuther + insulto. jajajajaja hagamos divertidos estos capitulos... queria agradecerles infinitamente por su apoyo a historia ya tiene 6K y estoy bailando de alegria la macarena!XD jajajaja gracias una vez mas y pues nada saludos, nos leemos ma;ana, les amo!


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