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🎭Capítulo 39 - Sueño, realidad y James🎭


Maratón 10/10

James O'Neill.

No puedo creer que esto esté pasando, que Lizzy este comportándose de esta manera y que el idiota de su jefe se haya atrevido a golpearme, para completar la única que suele apoyarme constantemente en todo lo relacionado con Lizzy también se ha puesto de su lado. ¿Qué nadie ve que puede lastimarse, o que pueden hacerle daño están ebria? Respiro profundo tomo mi saco y antes de largarme fulmino con la mirada al imbécil de Kai.

Algo en ese sujeto no me gusta. Desciendo las escaleras cabreado hasta la mierda, nunca había estado tan enojado en mi vida y mucho menos por Lizzy. Mientras camino entre la multitud, me topo nuevamente con Cama que al verme deja de bailar con el chico que esta y me sigue.

— James, oye James espera... — me llama pero continuo andando hasta la puerta.

En cuanto salgo respiro profundo, necesito aire y tranquilizarme, una mano sobre mi hombro me hace girarme bruscamente.

— Hey tranquilo, soy yo... — Cama me observa preocupada — ¿Qué pasa no estabas con tu novia? — pregunto y suspiro.

— Discutimos... — desvió la mirada y echo andar hacia el auto.

— ¿Y, te vas? — pregunta incrédula

— Si me quedo será peor... — murmuro sacando las llaves del auto de mi bolsillo

— ¿Quieres ir por un trago y hablar? — niego con la cabeza

— Lo que menos quiero es seguir bebiendo... — suspiro — pero si acepto eso de hablar — Cami me sonríe y asiente.

Espérame aquí iré por mis cosas, comenta con entusiasmo y se va, al cabo de algunos minutos regresa con su bolso y un abrigo.

— Lista...

— Sube — le indico para que entre al auto.

Conduzco directo a mi departamento no pienso meterme en otro puto bar ni porque me paguen. Una vez llegamos Cami se sorprende y de inmediato me mira seria.

— Oye solo quiero que hablemos, no se...

— Es lo que vamos hacer, pero no soy de locales nocturnos ni bares, solo hice esto porque era el cumpleaños de Lizzy... — la interrumpo explicándole, ella sonríe aliviada y asiente.

Cuando entramos a mi departamento Hunter corre hacia mí moviendo su cola, Cami sonríe al ver a mi perro y se agacha para tocarlo.

— Que lindo, no sabía que tenías un perro... — sonrió y paso junto a ella

— Hunter al sofá... — le ordeno y obedientemente va al sofá se echa y nos observa.

— Que hermoso es muy obediente... — rio y asiento

— Pague una pequeña fortuna para que lo entrenaran... — comento y ella asiente — siéntate, ¿quieres algo de beber?

— ¿Qué tienes?

— Cerveza...

— Eso está bien... — voy a la cocina y saco una cerveza del refri para Cami y una soda para mí.

Cuando regreso está sentada junto Hunter acariciando su cabeza, le doy la botella de cerveza y me sonríe con coquetería. Me dejo caer al otro lado de Hunter que de inmediato se baja del sofá y ocupa el sillón. Se acomoda y a los pocos minutos se duerme. Cami da varios tragos a su cerveza mientras yo permanezco en silencio pensando en toda la mierda que paso esta noche.

— ¿Qué paso con Elizabeth? — pregunta después de unos segundos.

— No importa, no quiero hablar de eso — murmuro dando un sorbo y ella respira profundo

— Eentonces me trajiste aquí para qué? — respiro profundo porque la verdad no se para qué demonios lo hice.

— No se... — me sincero y ella ríe, coloca la botella sobre la mesa de centro y se acerca a mí.

— Lizzy es una chica increíblemente afortunada de tenerte James... — comenta colocando su mano sobre mi mejilla — eres amable, educado, divertido, atento y todo un caballero, lo que cualquier mujer desearía tener — sonrió mientras habla, Cami es una chica muy dulce — además eres guapo — su cuerpo se acerca más al mío y su rostro se inclina hacia mí — no entiendo como no lo ve — mi ceño se frunce pero no alcanzo a responder, cuando sus labios rosan los míos.

Por inercia respondo su beso, sus labios se mueven con lentitud mientras su mano acaricia la parte baja de mi nuca, el beso se hace un poco más intenso cuando sujeto sus mejillas con mis manos, su lengua busca la mía con timidez y le respondo dejándome llevar. Cami es hermosa y sexy, es de ese tipo de chicas que no pasa desapercibida, llama la atención no solo porque es hermosa, es inteligente y esa es una combinación increíble.

Cami se inclina sobre mí, apoyando sus manos sobre mi pecho, poco a poco las cosas se van tornando más intensas cuando ella se sienta ahorcadas sobre mí, sus manos deshaciendo los botones de mi camisa, su cadera se restriega contra mi entrepierna endureciendo mi miembro. Pero la detengo en cuanto siento sus manos sobre mi piel.

— Espera... — ella vuelve a besarme — Cami espera... — sujetos sus manos apartandolas justo a tiempo.

Ya iba a por lo botones de mi pantalón, nuestras respiraciones son agitadas, pero su mirada cargada de deseo me dice exactamente lo que quiere y tristemente por ella no puedo dárselo.

— Lo siento no puedo hacerlo... — ella frunce el ceño y mueve su cadera mirando hacia abajo.

Mi pene esta erecto y puede sentirlo a través de la ropa.

— Si puedes, esto lo demuestra... — mueve sus caderas una vez más y respiro profundo.

— Si, obviamente podría pero no quiero... — sus ojos se abren como platos y se separa de mí.

— ¿Qué?

— Camila eres hermosa y una mujer inteligente, sabes muy bien lo que significa Elizabeth para mí, la amo y no puedo hacerle algo tan sucio como esto solo por haber discutido... — la empujo con cuidado y ella respira profundo.

— Elizabeth es una estúpida que no sabe lo que tiene... — murmura frustrada y sonrió

— Si sabe y lo valora créeme, no tenemos tres años exactamente por no valorarlo... pero te entiendo y sé que a veces puede ser frustrante cuando alguien te gusta y tiene sus ojos en alguien más... — ella se pone en pie y suspira

— Lo siento James, no comparto tu idea y mucho menos después de verla esta noche... — comenta con ironía y yo frunzo el ceño...

— ¿Qué?

— Oh no, no, no voy a ser yo quien te abra los ojos... ya te darás cuenta tu solito y puede que siga aquí para ese momento, si no lo lamento, habras perdido mucho tiempo con ella... — toma su bolso y sin decir nada más ni despedirse camina a la puerta y se va.

Dejándome con un montón de dudas en la cabeza, ¿después de haberla visto esta noche? ¿Qué fue lo que ella vio que yo no que la hace decir esas cosas? No importa, me daré una ducha seguro tendré resaca, entonces pienso en Lizzy y la preocupación me invade, tomo mi teléfono y le marco. De inmediato me cae la contestadora.

— Lizzy porque eres tan impulsiva cuando bebes... — me digo a mi mismo mientras camino por el pasillo a mi habitación.

Entro directamente a la ducha término de desvestirme y dejo que el agua me empape liberando la tensión, la quijada me duele por el golpe que me dio el idiota del magnate. No entiendo porque reacciono así, pero me cabreo que se metiera en nuestra discusión.

Salgo de la ducha y haciendo caso omiso de mi costumbre de vestirme para dormir solo me coloco un bóxer y me dejo caer en la cama, tomo el teléfono y le insisto a Lizzy, pero lo mismo, intento con Winter y pasa lo mismo. Resignado a que no lograre hablar con ella hoy me quedo dormido.

La alarma suena haciendo que mi cabeza explote, malhumorado la apago y me siento en el borde de la cama, tomo el teléfono y por inercia marco el número de Lizzy. Una vez más me envía al buzón de mensajes, respiro frustrado y me fijo en la hora, son las 7:30 es muy temprano para que este despierta. Así que me pongo en pie y decido ir al departamento.

Me visto sin prisas, la cabeza va a explotarme y si yo estoy así, no quiero imaginar cómo esta Lizzy, tomo una taza de café y salgo de casa con el fin de resolver todo. No hay nada mejor que un buen desayuno para la resaca y así podre limar asperezas con ella.

No demoro mucho en llegar, al entrar como imagine todo está en silencio, entro directamente a la cocina, dudo mucho que alguna de las dos se despierte y debo reconocer que me puse pesado anoche, Lizzy no es ninguna niña y es una de las mujeres más responsables que conozco. Me centro en preparar el desayuno para los tres, huevos revueltos, tostadas, tocino, ensalada de frutas para y café, jugo de naranja y chocolate para Lizzy. Después de media hora tengo todo listo.

Pongo la mesa y sirvo los platos, coloco cada uno en su respectivo puesto y me dispongo a ir a despertar a las chicas, voy primero por Winter que es literalmente una pesadilla para despertarla. Toco la puerta y espero aunque sé muy bien que no va a responderme, abro la puerta con cuidado y todo está a oscuras, camino hasta la ventana y corro las cortinas.

— Winter arriba el desayuno está listo — comento mientras abro todo para que ilumine y entre el fresco de la mañana, cuando me giro la cama esta vacía.

Mi ceño se frunce y respiro profundo. Seguro llegaron tan ebrias anoche que se durmieron juntas no sería la primera vez. Salgo de la habitación de Winter y abro con cuidado la de Lizzy, esta vez la luz del sol se filtra por la ventana abierta iluminando la cama... vacía.

Mi ceño se frunce aún más y la confusión me invade, ¿Dónde demonios están? Salgo de la cocina y entro al pequeño cuarto de huéspedes, puede ser que por el alcohol hayan quedado allí, pero nada, suspiro y paso mis manos por mi rostro imaginando cosas que no están ayudando a mi tranquilidad. Tomo el teléfono y marco una vez más a ambas obteniendo el mismo resultado, la contestadora.

Comienzo a preocuparme después de una hora cuando insisto en llamarlas y ninguna de las dos contesta, no quiero alarmarme si les hubiese pasado algo ya lo sabría, soy el número de contacto en caso de emergencia de Lizzy, ya que está sola aquí, Winter y yo somos sus principales contactos. Regreso a la cocina después de haber estado un buen rato en la sala, recojo la comida y la envaso en distintos recipientes, no he logrado comer nada.

A las 12 del medio ya estoy al borde del colapso no he ido a la oficina y estoy que llamo a la policía. Camino de un lado al otro insistiendo constantemente en ambos teléfono, termino llamando a Rick que también se alarma al no saber nada de su hija. A las 2:45 pm la puerta del departamento se abre y salgo pitado para saber qué demonios les ha ocurrido pero me quedo de piedra al ver a Win entrando con uno de los jefes de Lizzy.

Ajax si no recuerdo mal, ambos al verme se quedan exactamente igual que yo, Winter vuelve a besar en los labios a Ajax que sonríe de lado y se recuesta del marco de la puerta con los brazos cruzados.

— Esto será épico... — murmura en tono burlón

— ¿Qué mierda haces aquí? — me espeta Winter cruzándose de brazos y mirándome ceñuda.

— ¿En serio Win? — le respondo mirando al tipo de turno que esta vez esta follandose porque es obvio.

— ¿En serio que?

— ¿Ya se terminó todo con Simond y este es tu siguiente victima? — Ajax ríe negando con su cabeza y suspira, posa sus ojos en Winter que parece que va a explotar.

— Mira James, en serio me caes muy bien y siempre he creído que eres un tipo increíble, pero no me jodas ¿sí? si quiero follarme a la mitad de la población mundial es mi problema no el tuyo, soy feliz así y es lo que importa si tu triste vida sexual se reduce al coño de mi mejor amiga maravilloso te felicito por ello porque es muy lindo de tu parte, pero hombre estar metiendo tu nariz en el coño de los demás cuando ni siquiera logras satisfacerla a ella es como estúpido de tu parte... — mis ojos se van abriendo como platos conforme habla, porque siento que me estoy perdiendo de algo aquí — ahora saca tu culo vainillón de mi casa y no molestes... — echa andar hacia mis y me empuja en dirección a la puerta.

— Hey, hey ¿qué demonios te pasa? — Le espeto deteniéndome cabreado por su actitud — ¿Dónde está Lizzy? — Ajax ríe divertido y niega con la cabeza mirando al techo, mientras que Winter me mira seria.

— No lo sé y si lo supiera tampoco te lo diría por gilipollas... me espeta y vuelve a empujarme.

— ¿Qué no te importa ni te preocupa que tu mejor amiga no haya llegado anoche? — le espeto incrédulo y ríe con ironía

— Me preocupa tanto que llevo siglos animándote para que le des una buena follada y tu aun no lo has hecho

— ¿Por qué coño todo lo relacionas con sexo maldición? — suelto cabreado

— Porque es lo que me gusta ahora largarte que después del showcito de anoche no estás en mi lista de personas favoritas — camina hasta la puerta y la deja abierta para que pase.

Tomo mi chaqueta y la fulmino con la mirada, antes de asesinar con la mirada al imbécil de Ajax que sigue sonriendo burlonamente.

— ¿Qué se te hace tan gracioso idiota? — le espeto alcanzando la puerta donde se hace un lado y su sonrisa se ensanchan

— La vida es un chiste James y uno muy cruel... — me responde encogiéndose de hombros — pero seguro Lizzy está bien, no deberías preocuparte, creo que sabe cuidarse muy bien

— No le des cuerda Ajax... ya deja que se vaya... — Winter empuja un poco mi hombro y me anima a salir pero me detengo para verla.

— En serio creí que eras un chica lista — sonríe de lado — pero resulta que solo piensas con la entrepierna — su sonrisa se ensancha y se acerca a mí.

— Y no tienes idea de lo rico que es ser así... quizás lo sabrías si tuvieras una milésima parte de imaginación de la que tiene Lizzy... — ese comentario me sorprende y no entiendo de que rayos va.

Pero termino saliendo del departamento preocupado hasta la mierda y cabreado como nunca. ¿Todo el mundo está echándome en cara el que quiera cuidar a mi novia? No tiene sentido, camino a mi auto y regreso a mi departamento en donde me hundo en la preocupación y en la continua insistencia en llamar a Lizzy y que caiga el contestador.


Lizzy White.

Me remuevo en la cama y de inmediato lo primero que siento es el pinchazo de dolor en mi cabeza y luego en el resto de mi cuerpo. Joder, beber y follar con Kai son como una combinación peligrosa. Me giro sobre mi misma sabiendo que he dormido horas y que si el magnate no me despertó es porque no tendré que ir al Lux por ende puedo relajarme. La cama esta vacía como sospeche, tomo su almohada y la abrazo respirando su olor.

Cierro mis ojos y suspiro, no sé qué me está pasando, pero no quiero ni molestarme en este momento de averiguarlo, me siento en la cama y me estiro, joder me duele todo el cuerpo, cada que Kai y yo estamos juntos termino adolorida. Giro mi rosto buscando ropa que ponerme y una papel junto a un vaso con unas aspirinas llama mi atención.

Frunzo el ceño y me inclino para tomar la nota, al leerla mi ceño se frunce y respiro profundo, por un instante creí que lo conseguiría una vez más preparando comida. Pero me ha pedido que me quede así que eso es un paso importante. Salgo de la cama y me tomo las aspirinas y el vaso de agua entero, estoy seca. Continúo mirando a mí alrededor y no veo siquiera mi ropa, frunzo el ceño incrédula.

No creo que Kai quiera que pase el día entero desnuda esperando por él, y si es su plan se equivocó, camino hasta su armario y corro la puerta, en cuanto lo hago quedo en el lugar de piedra, el jodido vestier y armario es del tamaño de la sala y cocina de mi departamento. Entro mirando a mí alrededor, había visto armarios como este en revistar pero una cosa es verlo en papel y otra en persona.

Toda una pared con trajes hechos a la medida, un espacio para las camisas, lugar para zapatos, y gaveteros repletos de ropa. Suspiro y comienzo a revisar a ver si consigo algún pantalón de chándal que ponerme, mientras lo hago alguien se aclara la garganta a mi espalda sobre saltándome.

— ¡Mierda! — cuando me giro Isabella está de pie en la puerta mirándome con los ojos abiertos de par en par.

— Pero niña, como se te ocurre andar así... — corre dentro del vestier abre una gaveta y me tiende un pantalón y luego camina al otro lado y toma una franela — ten ponte esto... — veo la ropa dudando no porque sepa que me va a ir gigantesca es que esta mujer estar dando ropa de Kai sin pensárselo mucho — te espero aquí afuera linda... — suspiro avergonzada y comienzo a vestirme.

Como pensé el pantalón me queda grande y la franela ni hablar, cuando salgo ella me da un vistazo de arriba abajo y suspira con una sonrisa en los labios.

— Espero no te moleste usar su ropa... — niego y sonrió avergonzada, quiero que me trague la tierra — ¿tienes hambre? — pregunta con amabilidad y niego.

— Tengo muchísima sed, eso sí... — ella sonríe y asiente.

— Ven acompáñame a la cocina... — da algunos pasos y se detiene — ¿o prefieres quedarte aquí y esperar a que regrese Kai? — lo dudo porque aunque podría quedarme en la cama me siento inútil una vez despierta y no hago nada.

— ¿puedo acompañarla? si no le molesta claro.

— Seguro linda, vamos — echa andar una vez y la sigo,

Cuando entramos a la cocina esta la misma chica de antes, está de pie junto al mesón de en medio de la cocina y tararea una canción.

— Giselle podrías servirle un vaso con agua a Elizabeth, allí está un tazón con frutas necesitara azúcar para la resaca... — le pide a la joven que de inmediato posa los ojos en mí, su sonrisa desaparece y sus ojos recorren mi cuerpo frunciendo el ceño.

— Sí, claro... — responde sin dejar de verme con expresión seria.

La forma en que me mira no me gusta, pero lo dejo estar, me siento en uno de los bancos e Isabella sonríe al verme cómoda mirando lo que hace.

— ¿A qué te dedicas Elizabeth? — pregunta repentinamente mientras la chica deja un vaso de agua y una bonito plato con frutas.

— Soy periodista... trabajo en la revista idea

— ¿Esa que mensualmente saca artículos sobre Kai? — pregunta la chica a mi lado y asiento sonriendo.

— Sí, esa misma... — cuando me giro para verla y sonreír me mira mal y aparta la mirada sorprendiéndome.

— ¿Y desde cuando sales con Kai? — pregunta tomando un cuchillo y cortando una zanahoria en julianas con una rapidez y una precisión que me impresiona.

De alguna forma, la pregunta acompañada de la mujer con el cuchillo en la mano me suena notablemente amenazante, el detalle es que podría asesinarme en este instante porque no tengo idea si estoy saliendo con Kai, de hecho no sé qué coño tengo con Kai, peor aún se supone que estoy comprometida.

Entonces recuerdo mi teléfono y suspiro porque estoy segura que lo he dejado en el bolso y no lo baje anoche de la camioneta. Suspiro recordando todo lo que paso con James, la discusión como Kai lo golpeo y su reacción, de pronto mi corazón late desbocado al ir evocando cada uno de los acontecimientos, entonces recuerdo el regalo y llevo mi mano a mi pecho donde efectivamente reposa el collar, lo saco debajo de la franela y lo observo anonadada, es demasiado hermoso, delicado y en definitiva una pieza que nunca había visto.

Los hilos de arriba rodean la vara de debajo con una delicadeza única, detallo el dije perdida en la belleza del objeto.

— ¿Elizabeth? — la voz de Isabella y el fuerte golpe entre el cuchillo y la madera me sobresaltan

— Oh lo siento, estaba pensando en otra cosa... — murmuro llevando el dije debajo de la franela y buscando a tientas el que me regalo James sin dar con él.

Mi ceño se frunce y me pongo alerta, estoy segura que lo llevaba anoche, entonces caigo en cuanta, Kai me lo quito. Frunzo el ceño y me pongo en pie de golpe.

— Disculpe señora Isabella

— Isabella cariño...— me interrumpe mirándome seria — ¿sucede algo?

— Si, necesito encontrar mi teléfono y lo deje en mi bolso, que esta la camioneta que tenía Kai anoche

— Cariño Kai se llevó la camioneta pero si necesitas llamar a alguien ten... — dice tendiéndome un teléfono inalámbrico

— Gracias — murmuro quedándome de una pieza, no se me el número del magnate.

Suspiro y veo a la mujer que continua cortando vegetales.

— Necesito llamar a Kai... — murmuro y ella sonríe de lado sin mirarme.

— Botón verde numero 1 cariño — responde y asiento siguiendo sus indicaciones, de inmediato comienza a repicar.

— Nana ¿cómo está todo en casa, Elizabeth despertó? — sonrió en cuanto escucho mi nombre y suspiro

— Hola... — lo saludo.

— Nena, despertaste ¿estás bien? — pregunta de inmediato y mi sonrisa se ensancha

— sí, todo bien, disculpa que te interrumpa sé que estas ocupado, pero quería saber si... — hago una pausa y suspiro no quiero discutir y algo me dice que posiblemente mi pregunta le moleste — el collar que me quitaste anoche... — empiezo y lo escucho reír.

— Espera un momento nena... — luego su voz suena amortiguada como si hubiese tapado el micrófono — si está bien, yo llevo esas cosas al auto tranquila — mi ceño se frunce porque le habla a una mujer evidentemente, pero no digo nada — si nena yo lo tome, ¿Por qué, es importante?

— Si lo es... — el respira profundo y luego de unos segundos pregunta con curiosidad

— ¿Te lo regalo alguien importante? — rio nerviosa

— Si, ¿lo tienes tu verdad?... — pregunto

— Sí, está en el bolsillo de mi pantalón, ¿dormiste bien? — pregunta con curiosidad y suspiro

— Si mucho, solo tengo un poco de dolor de cabeza y el cuerpo también me duele

— No me imagino porque... — responde con picardía y rio — nena, si necesitas algo no dudes en pedírselo a Isabella, regresare en un par de horas ¿de acuerdo?

— Si está bien, gracias...

— Nos vemos más tarde — finaliza la llamada y yo permanezco como una tonta sonriendo mirando la pantalla del teléfono

— ¿Todo bien? — pregunta Isabella trayéndome de regreso a la realidad.

— Si todo bien... — sonrió y veo que ella continua cortando más vegetales — ¿puedo ayudarla? — su ceño se frunce y ve las verduras en sus manos y de regreso a mi

— No hace falta cariño

— Déjeme ayudarla no quiero estar sin hacer nada...— le pido con una media sonrisa y la mujer termina cediendo.

Ayudo a Isabella a preparar una sopa que resulta siendo para mí y en parte para Kai, no me tarde nada en darme cuenta que es una mujer correcta y muy amable por igual con una personalidad fuerte y encantadora al mismo tiempo. Por otro lado Giselle no hablo mucho, solo hizo comentarios esporádicos y todos hasta cierto punto los sentí como un ataque hacia mí, pero la ignore.

Isabella me doy un recorrido por la mansión y está decidido, quiero vivir aquí, por dios esto es enorme y hermoso... pasamos un rato conversando en una de las terrazas, aproveche para hacer preguntas sobre el magnate pero Isabella es demasiado reservada y solo me dio vagos detalles sobre la vida del magnate. Reímos a carcajadas cuando conversamos sobre cosas vánales y termino sintiéndome muy a gusto con ella.

Dos horas y media después de hablar con Kai por teléfono el magnate finalmente aparece encontrándonos en la sala conversando, en cuanto su nana lo ve se pone en pie lo saluda con un par de besos murmura algo en italiano y se va, dejándonos solar. Kai posa sus ojos en mí y yo siento de inmediato como mi cuerpo se calienta en cuestión de segundos.

— Hola... — su ronca voz es un susurro sensual que despierta mis más bajos instintos — conseguí esto en la camioneta — comenta con una media sonrisa.

Me tiende mi bolso y cuando hago el intento de tomarlo lo eleva en el aire y me toma de la cintura pegándome a él, sus ojos se fijan en los míos y suspiro. Huele a limpio pero no a su clásico aroma y frunzo el ceño, el me ve con detalle y sin decir nada toma mis labios con necesidad. Me besa con desesperación y demanda arrancándome jadeos y gemidos que son interrumpidos cuando alguien se aclara la garganta a nuestra espalda.

— Buenas noches señor, ¿quiere que sirvamos la cena a la hora de siempre? — Giselle fija sus ojos en mí y me asesina con la mida antes de continuar, ¿Qué tiene en contra esta chica? — ¿coloco un plato más en la mesa?

— Si por favor, Elizabeth nos acompañara a cenar... — afirma haciéndome fruncir el ceño.

— ¿Y tú no preguntas si puedo o quiero quedarme? — le espeto mirándolo sorprendida el ríe y se encoge de hombros

— No tiene como muchas opciones señorita White, se tomó el día libre en la oficina y no le aviso a su jefe, así que ahora debe pagar las consecuencias de ello... — el tono bajo que usa al hablar me prende tanto que simplemente vuelvo a su boca besándolo con ganas.

Sus manos se desplazan hasta mi espalda baja y reposan allí, mientras su lengua se pierde y juguetea con la mía, cuando abandona mis labios me doy cuenta que aunque no lo he echado en falta conscientemente mi subconsciente si lo ha hecho.

— ¿Todo bien? — pregunto con curiosidad y el asiente.

— Sí, vamos arriba... — dice tomando un bolso que está a sus pies, que no había visto.

Entrelaza nuestros dedos y me guía de regreso a su habitación cuando entramos todo está completamente impecable, la cama echa y todo en su santo lugar. Kai deja el bolso sobre el mueble que esta frente a la cama y se gira para mirarme. Acaricia mis mejillas y sonríe, antes de detalla mi aspecto.

— Me parece que tienes un estilo muy genial para vestir... — me alaga divertido y rio

— No tenía nada más que ponerme

— No me quejo, te ves muy divertida con mi ropa... — lo empujo un poco y él sonríe.

— Necesito ir a casa... — comento y su sonrisa desaparece.

— ¿Por qué?

— Kai no tengo nada que ponerme aquí para ir a la oficina y no pretenderás que vaya con la ropa que lleve a la fiesta... — le espeto y ríe

— soy un hombre precavido nena — se gira y toma el bolso que trajo camina hacia la cama y lo abre — creo que aquí tienes todo lo que necesitas para quedarte — mis ojos se abren como platos y camino sorprendida hasta él.

Dentro están mis cosas, hablo de mis cosas, cosas que tengo en mi departamento, poso mis ojos en el sin comprenderlo y él sonríe arrogante, meto mis manos dentro y tengo ropa interior, pijama, incluso la típica ropa con que iría a la oficina.

— ¿pero...

— Ajax estaba con Winter y pues ambos pensaron que lo mejor sería que te quedaras conmigo hoy — mi ceño se frunce.

— ¿Por qué? — el suspira y su semblante se torna serio

— James estaba en el departamento cuando llegaron... — trago duro y abro los ojos como platos.

— ¿Qué?

— Estuvo esperándolas a ambas... — me aclara y yo respiro profundo.

Había olvidado por completo que James tenía llaves del departamento y que conociéndolo haría exactamente eso, joder si fue y no me consiguió, abro los ojos como platos y lo veo temiéndome lo peor.

— ¿él sabe que estoy aquí? — pregunto sin querer saber realmente la respuesta.

— No Winter no quiso decirle donde estabas...— respiro profundo y su ceño se frunce

— ¿Elizabeth acaso James te lastima? — pregunta repentinamente sorprendiéndome

— ¿Qué, cómo se te ocurre? — suelto exasperada, el me ve suspicaz y suspira

— Ten... — me tiende el collar y una vez mas cuando estoy por tomarlo lo aparta — ¿Quién te lo regalo? — pregunta con curiosidad yo suspiro dudando

— James... — su rostro se ladea y me ve por unos instantes recoge el collar lo regresa a su bolsillo — ¿Qué haces?

— No lo necesitas, te pedí que no quitaras ese... — dice señalando mi pecho.

Me cruzo de brazos sintiendo como el cabreo va abriéndose paso en mi interior, aquí está el magnate controlador, respiro profundo mientras el deja el bolso a un lado y pasa junto a mi sin mirarme.

— Kai no puedes hacer eso — le espeto, él se detiene y se gira para verme.

— No, pero lo hare...

— ¿Qué?

— ¿De verdad lo quieres? — Se preguntándome serio — ¿para qué, para recordarte constantemente que es tu prometido y que tienes que obligarte a pensar en él? y así aliviar un poco la consciencia que estas siéndole infiel — sus palabras son duras y están cargadas de reproche, también me duelen.

— Es mío no puedes simplemente tomarlo y ya — me quejo, ignorando por completo sus preguntas y cuando esta por responder Isabella nos interrumpe.

— Hola hijo, ¿Cómo está todo? — pregunta mirando de uno al otro.

La tensión puede sentirse y no hace falta ser un genio para notar que ambos estamos cabreados.

— No me digas, ¿debo pedir un taxi? — pregunta con ironía mirando a Kai, que la ve con expresión sorprendida y no sabe cómo reaccionar.

Por mi parte entiendo completamente el comentario y no hago otra cosa que reír a carcajadas, ambos me miran e Isabella me guiña un ojo

— Vengan esta lista la cena.

Isabella se gira y nos deja solos, Kai se gira toma mi mano y deja sobre mi palma el collar, sus ojos me calcinan y mi piel se eriza con su rose. Pero solo me observa unos instantes antes de girarse y seguir a su nada, yo suspiro y observo el collar meditando en las palabras que Kai acaba decir. Tiene razón, suspiro y dejo el collar sobre la ropa que está dentro del bolso y los sigo. La cena al principio se hace bastante incomoda Kai no disimula para nada lo cabreado que esta e Isabella cada tanto suelta comentarios que lo hacen respirar profundo.

Finalmente Kai se relaja y terminamos la cena platicando sobre comida, cosa que divierte bastante al magnate porque se da cuenta que me gusta mucho comer y por supuesto cocinar. Isabella le cuenta que la ayude con la sopa y este sorprende pero no hace ningún comentario. Una vez terminamos la cena, Kai y yo vamos a su habitación donde tomamos una ducha, aun se siente la tensión entre ambos pero una vez en la cama, Kai me pega a su cuerpo y en al cabo de algunos minutos cae dormido, abrazándome... debe estar exhausto.

Yo permanezco despierta meditando en mis acciones, estoy haciendo las cosas mal y estoy segura que mi mama me mataría si supiera que estoy haciendo esto, pero la aquí es que con Kai las cosas son demasiado pasionales, todo es en plan carnal... follar y ya ¿no? Suspiro porque no se siente así, los celos incontrolables, la ira repentina cada que lo veo con otra mujer. Respiro profundo y detallo sus facciones, luce tranquilo.

Sonrió de lado al caer en cuenta que si alguien me hubiese dicho hace unas semanas atrás que el magnate y yo dormiríamos juntos le diría que debe cambiar de proveedor. Finalmente no pasa mucho tiempo antes que caiga dormida.

Suaves caricias me traen de regreso del mundo de los sueño, Kai acaricia mi espalda con suavidad lo que asumo son sus dedos resulta ser su nariz, pronto siento como deja un camino de besos hasta alcanzar la parte baja de mi espalda, respiro profundo anticipando a sus caricias y la dirección que está tomando. Estoy acostada boca abajo cosa que rara vez hago pero eme aquí. Retira con cuidado la sabana que cubre mi culo y continua dejando besos sobre mis glúteos, hasta llegar a la unión de ambas, sus manos se posan en ambos glúteos y comienza la tortuosa labor de masajearlos y magrearlos, oculto mi rostro entre las almohadas para evitar que escuche mis jadeos.

Me remuevo tratando de controlar la creciente excitación, pero cuando Kai separa mis glúteos y mete su cara entre ellos ya no hay nada que hacer, su lengua rosa mi ano con suavidad haciéndome jadear, mi cuerpo se contrae cuando repite la acción, coloca una de sus manos sobre mi monte de venus y me impulsa hacia arriba para tener mayor acceso a mi cuerpo, su lengua juguetea en mi abertura arrancándome jadeos incontrolables, ya no intento ocultarlo, presiono mis puños en la cama cuando alcanza mi clítoris y regresa hasta mi ano donde se demora unos cuantos segundos más.

Por dios nunca nadie me había tocado de esta manera, la excitación es abrumadora y creo que no puede crecer aún más pero con Kai como siempre me equivoco, dos de sus dedos se pasean humedeciéndose con los fluidos de mi excitación y luego me penetra sin dejar de lamer mi ano. Para este punto estoy gimiendo con descontrol. Subo más mi trasero para darle mayor acceso a mi cuerpo y a mi interior.

— Buenos días... — murmura sobre mis nalgas dejando un montón de besos húmedos, yo no puedo ni hablar.

Kai ríe sin dejar de penetrarme con sus dedos, lo siento moverse detrás de mí, sus dedos abandonan mi canal dejando una sensación de vacío que me hace gruñir de frustración, pero de inmediato grito cuando es su polla quien está dentro de mí. Sus manos reposan en mis caderas y tira de mi hacia el mientras su pelvis se estrella contra mí con fuerza. Sus manos se cierran cada vez con más fuerza en mis caderas, una de sus manos recorre mi espalda y se sujeta a mi hombro separando mi torso de la cama.

Se ancla a esa zona y comienza hacer movimientos circulares con su polla en mi interior que no solo me deja sin aliento, sale y vuelve entrar con fuerza dentro de mí llevándome a un poderoso y alucinante orgasmo que me hace incorporarme y sostenerme de su cuello. Sus manos masajean y magrean mis pechos, mientras continua entrando y saliendo de mí, su respiración agitada y los constantes gruñidos en mi cuello son una clara advertencia que esta por correrse también.

— Oh dios... — jadeo cuando pellizca uno de mis pezones y juguetea con mi clítoris con la otra.

— Maldita sea... — gruñe en mi oído derramándose por completo en mi interior después de un par de estocadas mas, lo escucho reír con suavidad.

— Podría acostumbrarme a despertar así... — murmura acariciando mi mejilla con su nariz — ¿Cómo estás? — yo no puedo ni moverme, mucho menos responderle cosa que lo hace reír aún mas — es hora de despertar tenemos trabajo... — murmura saliendo de mi cosa que me hace sentir vacía e incompleta.

Con cuidado me ayuda a tenderme en la cama y sale de esta directo a la ducha. Algo me dice que hoy será un muy buen día. Sonrió para mis adentros y suspiro completamente extasiada, esto es como un sueño.


#


Camino por el pasillo que da a mi oficina después de una charla con un Volker más animado de lo normal, la nota en la que estuve trabajando les ha encantado así que un trabajo menos y una preocupación menos. Entro e mi oficina y sobre la mesa hay un enorme ramo de rosas rojas. Camino con curiosidad y una sonrisa estúpida en los labios imaginando que pueden ser de Kai. Tomo la tarjeta y en cuanto leo la nota suspiro.

"Sé que fui un imbécil, solo tengo que ver los últimos tres años para saber que lo nuestro se ha basado siempre en respeto y confianza, no sé qué paso esa noche pero de verdad lo siento, te amo Lizzy

James"

Dejo la nota en la encimera y suspiro, sintiéndome decepcionada y no precisamente porque las flores las haya enviado James, es porque por un momento creí que serían de Kai, he aquí un golpe de realidad, Kai y yo no somos nada, el hombre que me pidió matrimonio es otro y es quien esta intentando desesperadamente contactar conmigo. Me dejo caer en la silla y tomo mi teléfono que de inmediato comienza a sonar, otra llamada de James que desvió al buzón de voz. Suspiro y vuelvo a mis que haceres, recuerdo que tengo un informe pendiente que entregarle a Ajax y me pongo manos a la obra, cuando estoy por terminar noto que me falta uno de los informes que Eric me dio hace unos días.

Suspiro y me pongo en pie para ir a buscarlo en el archivo, pero tampoco lo consigo así que salgo para pedírselo a Kenya pero no la ubico en su lugar. Así que me dispongo a ir a la oficina de Eric para pedirle una copia, doy un par de golpes en la puerta y esta se abre ligeramente, por lo que simplemente la empujo y entro, Eric no está en su escritorio pero escuchó un ruido al otro lado en el archivadora privado que Colette mando a pedir.

Cuando me acerco más el sonido se hace más rítmico y acelerados, frunzo el ceño por la voz de Eric se une al sonido y me detengo en seco, porque no creo que este haciendo lo que estoy pensando, empujo con cuidado la puerta y quedo estática en mi lugar. Eric esta sin camisa dejando a la vista una muy trabajada espalda, que no me permite apartar la vista de inmediato.

— Oh si, Eric más, mas fuerte... — la reconocible voz de Ginger me congela.

— ¿Mas fuerte? — Pregunta el francés con voz ronca — eres un chica mala ¿eh?

— Tan mala como quieras... — responder Ginger en tono seductor.

Eric toma una de las piernas de Ginger y la sube sobre una mesa que está dentro del archivero, dejando a la vista su intimidad, se inclina sobre su ella y comienza a lamerla, ella jadea y mueve sus caderas sobre su cara.

— Me comeré este rico culo — susurra Eric antes de comenzar a lamer el ano de la rubia que se desespera y comienza a gemir más fuerte.

— Oh por dios, sí que rico, mas...— pide como una desquiciada y yo no puedo moverme.

La visión es extremadamente erótica y por más que esté consciente que debo salir de aquí no puedo hacerlo. Eric se levanta y mientras mueve su mano sobre su gran erección nalguea a Ginger que jadea, se acomoda entre su piernas pero antes de penetrarla mira sobre su hombro y nuestras miradas se encuentran y de inmediato siento como mi cuerpo se tensa, pero el en vez de alarmarse sonríe de lado, humedece sus dedos y luego los lleva a la punta de su glande donde después de guiñarme un ojo pone la punta sobre el ano de Ginger y de un fuerte y rápido movimiento la penetra, haciendo que la rubia grite.

— Maldición Ginger que estrecho esta tu culo— dice entre dientes Eric.

No sé qué hacer, aunque mi cerebro le grita a mis piernas que debo moverme no obedecen.

— Oh si Eric por dios eres tan bueno en esto... — lo alaga haciendo que el francés ría y ella jadee mas.

Eric cambia de posición a la rubia en más de una oportunidad y cada una de ellas sus ojos están fijos en mí, la rubia ni se entera que estoy mirándolos, pero el francés parece disfrutarlo, mi respiración es un desastre en el momento en que Eric sale de Ginger y gruñe

— De rodillas — le exige, Ginger se acomoda en el suelo sobre sus rodillas pero Eric la coloca de espaldas a la puerta, quedando el frente a mí — abre la boca y juega con tus tetas... — le pide mientras vuelve a entrelazar nuestras miradas, comienza a masturbarse y después de algunos segundos se corre en la boca de Ginger sin apartar sus ojos de mí.

Yo solo trago duro y permanezco estática, hasta que Eric me guiña uno de sus ojos y reacciono. Me giro sobre mi misma y salgo como un suspiro de la oficina, caliente, sorprendida y sin saber que hacer o que decir la próxima vez que Eric y yo nos veamos a la cara.


Nota del autor: Hola gamers como les va, aquí esta el ultimo capitulo de la maratón, pero aun queda historia asi que no se preocupen, también queda #Cuarentena así que vendran mas maratones seguro. Que les ha parecido el capitulo? espero lo hayan disfrutado... me despido un saludo japones para ustedes y espero sus comentarios! les amo gracias infinitas por el apoyo! 

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