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🎭Capítulo 38 - NDV 🎭


Maratón 9/10


Kai Metzler.

Elizabeth permanece de pie frente a mí, con sus brazos rodeando su torso, su expresión ceñuda me dice que esta rebanándose los sesos, solo que no se en que está pensando, dudo mucho que este preocupada por lo que vaya hacerle, le creí cuando dijo que confiaba en mí. Respiro profundo meditando la mejor forma de castigarla.

Si fuera por mí la ataría con cuerdas negras, para que resaltaran con su piel clara y la suspendiera en el aire mientras la azoto con un látigo, en serio lo que dijo más que cabrearme de alguna forma me dolió y me hizo desconfiar. Algo que no quería que ocurriera con ella, no después de todo lo que ha pasado entre nosotros, no después de la forma en que me siento con ella.

Tomo la otra corbata que saque y me acerco a ella, debo contenerme, las manos me pican por darle unos cuantos azotes, me inclino sobre su hombro e inhalo su fragancia, ella se estremece pero no se aparta, de hecho ladea su cuello dándome acceso a él, tentado por ella lo beso, suavemente mientras tomo sus muñecas y las llevo al frente de su cuerpo, la giro para que este frente a mí. Tiene los labios entreabiertos y las mejillas sonrosadas.

Comienzo atar sus manos, mientras me fijo una vez más en el dije que le he regalado y ahora cuelga de su cuello, la cadena es solo un complemento, lo realmente importante aquí es ese delicado, fino y único dije que reposa en medio de su pecho. Ha sido una de las mejores ideas que he tenido en mi vida, y jamás creí que terminaría haciendo algo como esto, teniendo en cuenta cuanto me gusta y disfruto del sexo jamás tuve la necesidad de pensar en algún aparato que me permitiera disfrutar aún mas. Uso juguetes sí, pero normalmente son los que están en el club y a veces uso mis corbatas, nada más.

Pero con Elizabeth no me bastaba pensar en las corbatas o en los juguetes sexuales tradicionales, con ella necesitaba algo único, nuevo, algo que nos definiera a ambos, algo que definiera lo que extraño que tenemos. Y así surgió esa idea, verlo en su pecho es la realización de un pensamiento que me estuvo torturando toda la semana. ¿Qué voy hacer con Elizabeth? —Mientras no conozca la respuesta esta ese dije— Esto no es solo sexo, esto no es solo follarla y ya, si todo se resumiera a eso sería demasiado sencillo, me he follado muchas más mujeres de las que si quiera puedo contar, pero ninguna me había hecho sentir así.

Con Elizabeth no solo pierdo el control tanto me gusta tener, que tanto disfruto y me pone tener, con ella todo se vuelve demasiado pasional, intenso y carnal. Me siento como un puto cavernícola cada que estoy con ella, que no puedo controlarme y solo quiero follarla duro, que sienta y sepa que es mía... respiro profundo llenándome con su aroma una vez más,... mía, esa palabra nunca la había utilizado con una mujer, porque no son objetos que puedes hacerte con ellos y hacerlas de tu propiedad.

Pero ella —detallo su rostro parcialmente oculto por la corbata, roso sus labios con mi pulgar y en un gesto travieso apenas y saca su lengua para rosarlo, este es el tipo de cosas que me desesperan con ella— Elizabeth es diferente y no solo porque es jodidamente irritante, es espontanea, decidida y no tiene pelos en la lengua para decir lo que piensa o siente.

Tomo sus manos una vez termino de anudarlas, y sonrió de lado cuando inclina su cabeza e intenta ver lo que he hecho.

— ¿Estás bien? — Pregunto y ella solo asiente — bien nena, quiero que sigas mis indicaciones ¿de acuerdo? — su ceño vuelve a fruncirse, humedece sus labios y los abre para decir algo pero no la dejo.

Tomo su boca con necesidad hay pequeños gesto que me fascina que los haga, humedecer sus labios es uno de ellos, morderlos también pero humedecerlos tiene un efecto directo en mi polla y mi autocontrol. Cuando libero su boca está jadeando, al igual que yo, no sé si este castigo es para ella o para mí, porque estoy muriéndome por mandar a la mierda el puto castigo y follarla ahora mismo.

Respiro profundo una vez más, buscando con cierta necesidad el control que quiero para poder hacer esto, pero me está costando. Cuando abro mis ojos Elizabeth permanece seria, aguardando que voy hacer y mis indicaciones. Sus manos se mueve a mi pecho y sonrió cuando comienza a acariciarlo, muerde sus labios y allí esta una vez más el exceso de fuerza que utiliza. Eso me da una idea, una idea bastante cruel si asumo que le pasa lo mismo que a mí. Pero será una buena manera de averiguarlo.

— No puedes tocarme... — murmuro desde arriba, sus manos se detienen sobre mi piel y su rostro se eleva para buscarme aunque no puede verme.

— ¿No puedo tocarte? — pregunta en un murmullo ronco y sonrió

— No, ese será tu castigo, vas a disfrutar de tenerme cerca, de estar sobre ti besándote y recorriendo tu cuerpo sin poder tocarme... — traga grueso y esa pequeña respuesta involuntaria confirma mis teorías.

Le pasa exactamente lo mismo que a mí, la necesidad de tocarme es tan grande como la de sentirme cerca de ella, eso de alguna forma me llena y me hace sentir aún más posesivo con ella.

— Tampoco puedes tocarte a ti misma... — agrego y ella sonríe de lado

— ¿Para qué lo haría si estarás haciéndolo tú? — chica lista, pero no entiende de que va mi comentario ni voy a explicárselo... aun.

— Esta bien... — murmuro sobre sus labios — NDV ¿sabes lo que significa? — pregunto tomando el dije entre mis manos.

Esta pequeña cosa es una vara alargada recubierta de oro 24 quilates, de apenas cinco centímetros y medio de largo y medio centímetro de grueso, está cubierto por un diseño intrincado de hilos de oro blanco que forman un patrón abstracto, con pequeños diamantes incrustados, —Elizabeth no tiene idea de lo que cargara en el cuello de ahora en adelante y es mejor que ni se entere, porque estoy seguro que me lo regresaría y estaría escandalizada—este diseño cumple dos funciones decorativo evidentemente y el segundo un poco más complejo, es una especie de funda para la barra de oro.

Esta barra no es más que un Nano Dispositivo Vibratorio en otras palabras es un vibrador tipo bala, pero con la gran diferencia que en su interior tiene tecnología de última generación que me permitirá hacer muchas cosas con él y con ella, cosas que estoy loco por probar. Llevo mis manos al dije y con un suave tirón saco la vara, presiono el pequeño botón que tiene en un costado y la vara se alarga dos centímetros más, sonrió de lado y suspiro. Por cosas como esta ganaría un puñetera fortuna, pero honestamente quiero que sea algo que solo lleve y use ella.

— No, no sé lo que es... — responde frunciendo el ceño

— Ya lo sabrás... — respondo divertido.

Tomo mi teléfono y entro a la aplicación que cree que controla el dispositivo a distancia —También puedo controlarlo por el botón de encendido pero quiero probar la aplicación y la conexión del dispositivo— y suspiro, en cuanto lo enciendo comienza a vibrar en mi mano, lo genial de esto es que no hace ningún ruido así que no sabrá que la está tocando. Lo coloco sobre uno de sus pezones y se sobresalta, sonríe de lado y trata de ubicarme, con mi mano libre guio su rostro para que deje de mirar en todas direcciones.

— Aquí... — dejo un beso en sus labios y luego otro que termina por convertirse en un apasionado beso.

Cuando la libero gime y frunce el ceño eleva sus manos para tocarme y retiro el dispositivo de su pezón y me aparto.

— No puedes tocarme nena... — respira profundo y asiente

— Lo siento, lo olvide... — sonio

Me acerco una vez más a ella colocándome junto su cuerpo, meto una de mis manos entre la tela de su braga y su culo comienzo a apretarlo y amasarlo con ganas, mientras mi polla rosa su pierna constantemente, mi otra mano a empezado el recorrido con el vibrador hacia su entrepierna, su cuerpo se estremece cuando me acerco a su rostro y muerdo con suavidad su mandíbula, comienzo a dejar un reguero de besos en su cuello, mientras mi mano encuentra su clítoris en cuanto esa hipersensible zona entra en contacto con el vibrador jadea.

— Oh ¡Dios! — rio

— No nena, Dios no tiene nada que ver en esto, de hecho creo que donde esta posiblemente sienta bastante envidia de mi... — digo presionando el dispositivo contra su clítoris haciendo que su cuerpo se tense, sus manos se conviertan en puños y su cabeza se eche hacia atrás.

— Ah, sí demonios — masculla cuando comienzo a mover mis dedos libres en su abertura expandiendo su humedad.

Beso su mejilla antes de sacar la mano y ponerme frente a ella, se queja cuando lo hago pero lo ignoro, hay demasiada tela cubriendo su coño, me deshago de su braga que sigue empapada de agua y ahora de su excitación la dejo a un lado en el suelo y vuelvo a colocar el vibrador sobre su clítoris, mientras comienzo a besar su monte de venus. Masajeo su clítoris con los dedos y el dispositivo al mismo tiempo, movimientos circulares y haciendo presión cada tanto, sus piernas tiemblan y ella jadea y gime sin control.

Sus manos se elevan para sostenerse de mí y me aparto, no solo retiro mi cuerpo también mis manos de su coño lo que la hace tambalearse y gruñir frustrada. Sostengo sus caderas para que no se caiga y rio.

— No puedes tocarme... — le recuerdo

— Iba a caerme... — se queja y sonrió.

— Abre más las piernas, tendras mas estabilidad así... — le indico dándole un ligero toque en la parte interna de sus muslos que la hace jadear.

Una vez más coloco el vibrador en su coño pero esta vez haciendo el recorrido completo, desde su clítoris hasta su entrada y de regreso, sus rodillas se flexionan para abrirse más cada vez que desciendo, jadea y echa su cabeza atrás.

— Kai... — pronuncia mi nombre con desesperación y sonrió.

Verla así es algo que me pone, que me satisface y que me llena absolutamente, verla tan desesperada llena de placer y justamente por algo que invente en unos pocos días pensando en ella y la forma de darle aún más placer es algo que eleva mi ego y me hace sentir como un puto dios.

Esta vez cuando desciendo el deposito aprovecho la humedad que sale de ella y meto dos de mis dedos en su abertura lo que la toma completamente por sorpresa y grita. Tomo el vibrador con la otra mano y lo coloco sobre su clítoris mientras la penetro con mis dedos, sus manos se abren y se cierran evitando tocarme, su labio inferior esta entre sus labios y su ceño esta fruncido con fuerza, acelero el movimiento de mis dedos en su interior y le agrego un poco de presión al vibrador en su clítoris cuando esta por correrse, me detengo, quito el vibrador y saco mis dedos.

Los llevo a mi boca y chupo la humedad que los empapa, Elizabeth tiene un sabor exquisito, simplemente me fascina, de verdad podría pasarme el día pegado en su coño comiéndolo y escuchándola gemir. La periodista gruñe una maldición cuando alcanza el orgasmo y rio. Yo estoy casi al límite pero de verdad estoy disfrutando esto, verla tan necesitada y desesperada no solo por querer correrse, por tocarme

— Kai no seas cruel... — suelta en un jadeo entrecortado

— Tus palabras lo fueron... — le recuerdo y vuelve a jadear cuando vuelvo otra vez a meter mis dedos y colocar el vibrador sobre su clítoris — tienes toda la noche jugando conmigo, provocándome, tentándome incluso quisiste darme celos... — gruño en su oído sin dejar de mover mis dedos — dejaste que ese imbécil te besara y lo paseaste por allí como si fuera un jodido trofeo o el mejor novio del mundo — le espeto llenándome de ira una vez más con solo recordar al idiota que tiene por prometido.

— Kai... — jadea apoyando su frente en mi hombro, sus manos están entrelazada sobre su estómago sosteniéndose entre sí con fuerza, tanta que sus nudillos están comenzando a ponerse blancos — Kai, por favor... — jadea cuando saco mis dedos y retiro el dispositivo antes que pueda quejarse o decir algo más la abrazo contra mí y me siento con ella en el borde de la cama.

La siento ahorcadas sobre mí, ella pasa sus manos alrededor mi cuello para sostenerse, tomo mi polla y la guio hasta su abertura, no puedo más, necesito sentirla, necesito estas dentro de ella. Con un movimiento brusco y duro la penetro, su cuerpo se contrae, sus manos se cierran en mi cabello y de sus labios sale un exquisito y delicioso grito.

No le doy tiempo que se adapte a mí, simplemente esta vez no puedo hacerlo, he aguantado demasiado. Coloco mis manos en sus caderas y la guio para que caiga con fuerza sobre mi polla que la llena completa ella grita y se estremece constantemente, no alcanzo si quiera a embestirla cinco veces cuando ya se está corriendo con estrepito.

Sus manos se cierran sobre mi cuero cabelludo tirando de mi cabello, de su boca sale un gruñido gutural que es acompañado de un gemido que no termina de salir de su boca porque la beso, con necesidad, sus labios me reciben igual y su lengua busca la mía con desesperación. Nuestros dientes chocan entre ellos, por lo intenso y duro del beso, su lengua entra a mi boca llenándola toda para luego ser yo quien me pierdo dentro de la suya.

No paro de moverla, de estrellarla contra mi polla hasta que siento que su cuerpo con un último espasmo que la hace contraerse muchísimo, muerde mi labio y deja de besarme corriéndose una vez más. Rodeo su cintura con mis brazos y la pego a mí, su cuerpo suda y el mío igual, la aprieto con fuerza contra mí, no quiero soltarla, no quiero que este puto momento se acabe.

Me dejo caer con ella sobre la cama y ríe sin fuerza, separo un poco más sus piernas acomodándola, consciente que en este momento su cuerpo no da para mucho, sostengo su culo y lo elevo ligeramente, el espacio suficiente para que sean mis caderas quienes hagan todo el trabajo esta vez. Flexiono mis rodillas apoyando los pies sobre la cama y la envisto con brutalidad, su torso se despega de mí como si tuviese un resorte y gime.

— Dios si, que rico... — murmura haciéndome sonreír vuelvo a envestirla de la misma forma, esta vez deja caer su cabeza hacia el frente cubriendo mi cara con su cabello, aun sosteniendo su culo en el aire comienzo a envestirla con fuerza y rapidez, tanta como mis piernas me lo permitan.

Elizabeth tira su cuerpo a un lado y se apoya en sus manos mientras yo me coloco hacia el otro para poder disfrutar de su espalda y su culo en pompa, ¡Dios no hay un solo centímetro de piel de esta mujer que no me guste! Muerdo mis labios sintiéndome el puto amo del universo solo por tener el privilegio y la dicha de estar follandola como quiero, como me gusta. Elevo una de mis manos y la dejo caer sobre su culo, dándole una fuerte nalgada que la hace gritar sorprendida.

— ¡Joder nena me encanta todo de ti! — gruño entrando y saliendo como un loco de su coño que me recibe como si fuera la pieza faltante.

— Si, así... — jadea entre cortadamente y la complazco, dándole más fuerte y con más rapidez — eso... no pares... — me pide y yo gruño al escucharla hablarme de esa forma de exigirme que siga follandola como un puto cavernícola, vuelvo a nalguearla preso de un deseo incontrolable por dejar marcas en su cuerpo que le dejen claro a ella y cualquiera que la vea desnuda que tiene dueño.

Ese solo pensamiento, que alguien que no se yo la vea desnuda me encabrona de una forma tan abrumadora, que diciendo su culo con fuerza al mismo tiempo que elevo mis caderas, ella grita corriéndose al igual que yo. Y dejándome llevar por este deseo primitivo y este sentimiento de posesividad lo suelto.

— Eres mía Elizabeth... — ella cae sobre mi cuerpo sudada y completamente exhausta.

Yo siento mi piel quemar, mi pecho arde ante la cantidad de pensamientos ilógicos y sensaciones que están torturándome en este instante, ella con el imbécil de James o con cualquier otro, los celos me invaden y la apretó aún más contra mí, ella se queja porque la posición en la que esta no es muy cómoda y de inmediato salgo de ella para liberar sus manos y quitarle la venda.

Con rapidez hago lo propio, ella parpadea un par de veces antes de buscar mi rostro, tiene una media sonrisa en los labios hasta que encuentra mi mirada y la sonrisa desaparece.

— ¿Qué tienes? — pregunta de inmediato, porque si la he liberado, si le destape los ojos pero no es mía y esa sensación de pertenencia que siento me está volviendo loco porque no es así.

— Nada... — respondo tratando de no sonar duro pero fallo completamente.

— ¿Kai? — murmura intentando sentarse pero como dije su cuerpo ahorita no da para mucho.

Se queja y poco a poco se sienta, me observa en silencio y con seriedad, yo no puedo dejar de verla y sé muy bien que estoy asesinándola con los ojos, porque maldita sea no quiero compartirla, no quiero que nadie más la toque, no quiero que nadie que no sea yo la mire, la bese, la llene de placer.

— ¿Qué pasa? — pregunta en un murmullo acercándose a mí, sus manos acarician mi mejilla y cierro los ojos como un imbécil ante el contacto suave — ¿Por qué estas cabreado? — pregunta con la confusión tiñendo su voz.

— Por nada... no importa... — miento, tomando sus manos y apartándolas de mi rostro, abro los ojos y la veo — ¿Qué es lo que hiciste? — le pregunto entre dientes frustrado, conteniendo las ganas de soltarle toda la mierda que está haciéndome sentir.

— No entiendo ¿hacer qué? — respiro profundo y cierro mis ojos otra vez, cuento mentalmente hasta el diez y vuelvo abrirlos, sus ojos me miran esta vez llenos de preocupación.

Así que simplemente libero sus manos y me voy a la cabecera de la cama, donde acomodo las almohadas y me tumbo, ella permanece en el borde de la cama mirándome con expresión ceñuda, sonrió de lado porque allí está nuevamente ese gesto, ese puto gesto que me vuelve loco.

— Ven aquí... — la llamo dando unos golpecitos a mi lado, ella niega y suspira.

— ¿Qué pasa?

— No es nada nena... — miento porque no hayo otra forma ni se me ocurre una mejor idea por ahora — ven aquí por favor — esta vez suspira y gatea hasta a mi haciéndome tragar grueso.

¡Por Dios, no tengo ni dos putos segundos de haberla follado! y verla andar así hacia mí me ha puesto duro otra vez, trago grueso esperando que me alcance, se acomoda a mi lado arrodillada y me observa con curiosidad.

— ¿Estas bien? — preguntamos los dos al mismo tiempo cosa que nos hace reír.

Yo simplemente asiento y ella suspira.

— sí, estoy bien

— Excelente, ven aquí y cierra y los ojos... — le pido, ella frunce el ceño y me ve con curiosidad

— ¿Otro castigo? — rio y niego con la cabeza

— No, solo ven aquí y cierra los ojos... — se inclina hacia el frente y apoya sus manos en mi pecho, haciendo que el collar cuelgue lo tomo y devuelvo la vara a su lugar, por ahora no quiero que sepa para qué es y cómo funciona.

Tomo sus mejillas y la beso con suavidad, antes de despegarme de ella sonrió.

— Feliz Cumpleaños Elizabeth — murmuro y ella ríe haciendo que el peso de la ira y los celos ceda un poco.

— Gracias señor Metzler... — vuelve a su lugar y suspira, luego se acomoda a mi lado y coloca su cabeza sobre mi pecho.

Comienzo a acariciar su cabello y ella suspira, acurrucándose más contra mí, su piel se eriza y asumo que tiene frio, así que tomo el cobertor y la cubro con él, sonríe y me ve con picardía, luego desciende sus ojos por mi cuerpo hasta alcanzar mi polla que aun esta dura.

— ¿No te cansas? — me pregunta divertida y rio.

— Eso es conmigo o con el... — señalo mi polla y ella vuelve a reír.

— Con ambos, porque tú sigues mirándome como si fuera un pastel... — muerdo mis labios y recorro su cuerpo parcialmente cubierto por el cobertor y suspiro.

— No, dudo mucho que me canse de ti... y el menos — murmuro mirándola a los ojos, ella se sonroja un poco y me parece la mujer más hermosa de todo el puto mundo.

Se acomoda un poco más sobre mi pecho colocando una de sus sexys piernas sobre las mías muy cerca de mi polla lo que la hace verla serio.

— Deja quieto lo que está quieto... — le advierto y ella ríe.

— No estoy haciendo nada... — responde inocentemente, rio y beso su cabeza con suavidad.

— Vamos a dormir, tienes trabajo más tarde... — ella eleva la cabeza como si tuviera un resorte y me mira sorprendida.

— ¿Es una broma verdad? — esta vez soy yo quien ríe a carcajadas.

— Venga duérmete ya... — vuelvo acomodarla sobre mi pecho y ella refunfuña algunas cosas en español, que por supuesto no logro entenderle, rio divertido y ella juguetona pellizca mi costado.

Elizabeth se duerme pronto, dejándome solo con mis pensamientos y mis celos, que cada vez son más grandes y todo por mi necesidad de aclararme que no me pertenece que no es mía y recalcándome que esta comprometida, que va a casarse y esto en algún momento tiene que parar. Respiro profundo ante ese pensamiento porque no quiero que pare, no quiero que esto se termine.

Paso mis manos por mi cara frustrado y exhausto, tengo toda la puta semana durmiendo solo un par de hora, después que eche a Elizabeth de casa no tenía idea de cómo compensar mi estupidez y allí fue cuando se me ocurrió la idea del dispositivo, he estado trabajando todas las noches en él, una que otra mañana, agregándole toda la mierda que ha causado mi padre con la jodida rueda prensa.

Además el muy bastardo oso demandarme por el golpe que le di, que cínico, descarado e hijo de puta. Respiro profundo porque este es el Zorro Metzler que conozco, el viejo astuto que siempre presiona y juega como quiere, aunque nunca pensé que me trataría o me vería como ve a otros empresarios, me ha dejado muy claro que deje de ser hijo. Por mucho que me duela, la ambición es mucho más importante para el que los lazos que puedan unirnos, así sean sanguíneos.

Mi madre esta cabreadísima con ambos, Ainara esta cabreada porque le parece una jugada sucia de pana piensa que me excedí al golpearlo, en realidad se merecía más que un solo golpe. Se salvó porque estábamos en casa y mama apareció si no juro por lo más sagrado que le habría partido la cara. Elizabeth se remueve a mi lado y suspira, sonrió volviendo al aquí y al ahora, verla en mi cama lugar donde ninguna otra mujer ha estado me dice cuan serio es esto.

Cierro mis ojos y respiro profundo, cuando mi teléfono comienza a vibrar, frunzo el ceño porque es demasiado temprano para una llamada y de ser así no es nada bueno, tomo el teléfono que esta sobre la mesita de noche y mi corazón se dispara alarmado al leer el nombre y ver la foto de Leyna.

— ¿Leyna que pasa? — todo cuanto escucho del otro lado es a Ley llorando.

— ¿Kai?

— ¿Hermosa que pasa, estas bien?

— Kai necesito que vengas mi hermano... — solloza alarmándome aún más — está en problemas no sé cómo ayudarlo... — mi ceño se frunce y no hace falta que diga más, con cuidado de no despertar a Elizabeth me pongo en pie y salgo de la cama.

— De acuerdo, ¿Qué pasa dónde estás?

— En la mansión de mis padres, entraron a robar algo no sé, pero mi hermano comenzó a discutir con ellos y le gritaban que debía pagar que si no las consecuencias serían peores, lo golpearon Kai, no sé qué hacer...— solloza y habla tan deprisa que no me da tiempo de decir nada.

— ¿Tu estas bien?

— Si no me hicieron nada, no me tocaron pero mi hermano Kai, mi hermano está muy golpeado...

— ¿Llamaste a una ambulancia? — intento socorrerla como puedo mientras me visto con rapidez.

— No me han amenazado que sabrán si llamo a las autoridades, ¿Qué hago Kai? — repite con desesperación y yo me siento frustrado por no poder estar allí más rápido.

— Tranquila voy para allá, todo va a estar bien hermosa ¿de acuerdo? — Ella no responde solo continua llorando y yo suspiro — no finalices la llamada de acuerdo, entrare en el auto, te pondré en alta voz.

Me he puesto un jean un suéter y ya está cuando salgo del vestier, veo a Elizabeth en la cama y maldigo por lo bajo, dudo un instante de qué demonios hacer, no voy a despertarla para pedirle que se vaya otra vez no puedo hacer eso, pero tampoco puedo quedarme y esperar que despierte. Entonces camino a mi mesa de noche y saco la libreta que suelo tener allí en caso de tener ideas a media noche.

Tomo una hoja y un papel y le escribo con prisas.

"Hola nena, surgió algo realmente importante que no puedo dejar de entender, cuando te despiertes, date una ducha, desayuna y espérame, en cuanto pueda regresare, si necesitas algo dile a Isabella, ella te ayudara con lo que necesites.

Un beso, Kai"

Tomo una vez más el teléfono y antes de irme dejo un beso sobre su cien, me giro y una vez más me centro en Ley.

— Bien, Ley voy en camino, quiero que me digas exactamente lo que paso... — le pido mientras bajo corriendo al estacionamiento, tomo la camioneta y salgo como un suspiro de la mansión.


#


Abrazo a Leyna con fuerza contra mi pecho mientras sigue llorando, está muy nerviosa aunque, más tranquila, su cuerpo tiembla y cada tanto observa a su hermano que se encuentra recostado en el mueble mientras un médico de confianza lo revisa. No hemos querido llevarlo a un hospital porque Ley tiene miedo que lo sepan. Tomo mi teléfono y le envió un sms a Ajax y Volker para que sepan dónde estoy que es lo primero que harán al despertar, aunque dudo que se levanten temprano después de la juerga de esta noche.

El medico se pone en pie y camina hacia nosotros, suspira con cansacio y ve a Ley que sigue llorando en silencio.

— ¿Ley me dejas revisarte? — ella despega su cabeza de mi pecho y niega

— Yo estoy bien, ¿Cómo está mi hermano? — pregunta posando sus ojos en él.

— Bueno tiene fuertes golpes y hematomas en las costillas, ¿tienes idea con que golpearon? — sus ojos se anegan de lágrimas y asiente

— Con un bat... — murmura haciendo que mi cuerpo se tense y el medico asienta

— Lo imagine, bueno no sabré decirte que tan complicadas están las cosas, necesitamos llevarlo a la clínica y hacer algunos estudios, pero es muy posible que tenga una costilla rota... — Leyna niega con la cabeza y comienza a llorar una vez más... — ten tomate esto — le tiende un blíster con pastillas de color azul — te ayudara a tranquilizarte, mi recomendación es que lo llevemos a la clínica, allá podremos decirte como debemos proceder, por ahora suture el corte de la frente y el pómulo, el corte en el brazo no es profundo ni ha tocado ningún nervio o ha hecho mucho daño, el resto del cuerpo deberemos revisarlo allá ¿de acuerdo? — Asiento porque Ley solo se ha vuelto a recostar de mi pecho y continúa llorando.

— Esta bien me hare cargo, ¿debemos llevarlo de inmediato o podemos esperar algunas horas?

— Lo ideal es que lo lleven de inmediato pero bajo las circunstancias de lo que ha ocurrido es mejor que esperen un poco, el protocolo en la clínica nos obliga a contactar a las autoridades y es lo que no desean, pero por ahora estará bien, le he administrado antiinflamatorios y algunos calmantes, posiblemente despierte en algunas horas... — el hombre posa sus ojos en Ley y sonríe con pesar — trata de calmarte, sin tus padres aquí tienes que hacerte cargo

— No se preocupe yo lo hare, están en buenas manos... — entonces el hombre me mira con curiosidad y suspira.

— Me alegro que hayan vuelto, tenían una hermosa relación... — comenta dejándome de piedra, Ley ni se inmuta, luego el hombre camina y sale de la amplia sala, dejándonos solos.

— Hermosa, debes tomarte esto — la insto intentando separarme de ella, pero se aferra con más fuerza.

— Estaba aterrada Kai... — murmura y mi cuerpo se tensa sintiendo la ira recorrer mi cuerpo.

— ¿No me habías dicho que estaban en Londres? — pregunto tratando e no sonar tan duro

— Si te decía que estábamos aquí moverías cielo y tierra por resolverlo... — se excusa.

— ¿Y? Leyna no me pesa ayudarte, ni a tu hermano... — a ella no me pesa, a él me cabrea — ven vamos... — tomo su mano y esa sensación de familiaridad y calidez invade mi pecho.

La guio por la casa de sus padres hasta la cocina, donde sirvo un vaso de agua y le doy una de las pastillas ella se la toma y suspira.

— ¿Lo dejaremos allí? — pregunta mirando hacia atrás

— No creo que sea buena idea moverlo de allí por ahora, tú deberías subir a tu habitación y descansar... — sus ojos se abren como platos y niega con la cabeza.

— No quiero estar sola... — responde de inmediato y sonrió acercándome a ella.

— No estás sola hermosa aquí estoy... — beso su frente y ella me abraza

— Gracias Kai... — murmura y suspiro

— Venga vamos a tu cuarto — hacemos el camino de regreso a su habitación que esta exactamente igual a como la recuerdo, sonrió de lado.

Pasamos demasiado tiempo dentro de estas cuatro paredes y mucho tiempo dentro de esa cama, al notar mi mirada sonríe y suspira.

— Deberías darte una ducha... — murmura mirando mi ropa que esta manchada de sangre.

— Lo haré una vez estés más tranquila y hayamos resuelto todo esto, sepamos que tu hermano está bien y pueda volver a casa... — le aclaro y ella niega con la cabeza.

— Kai no vas a quedarte así, venga ve a darte una ducha... — aparto el cabello que cae sobre su rostro y suspiro.

Como he extrañado a esta mujer... ella se inclina ante el rose de mi mano sobre su mejilla y suspira.

— Tenia tanto miedo... — murmura y una vez más siento la ira correr por mi cuerpo.

— Vamos... — le digo guiándola hasta la cama, ella se sienta en el borde y yo comienzo a quitarme la ropa.

— ¿Qué haces? — pregunta al verme confundida

— No voy a meterme en la cama contigo con la ropa así... — ella suspira y asiente.

Mira su propia ropa manchada de sangre y de pronto sus ojos se abren como platos, poniéndose en pide de un brinco, me imita solo que sus movimientos son desesperados y no tarda en ponerse a llorar otra vez. Así que me acerco a ella y la detengo, sus ojos me miran y rodea mi cintura con sus brazos. La calidez de su piel me recuerda las muchas veces que hicimos esto cuando vivíamos juntos, abrazarnos solo para sentirnos, solo por el gusto de hacerlo.

— Ven... — la guio hasta la cama y quito el millón de cojines que tiene sobre esta, los dejo en el mueble de enfrente de la cama y aparto el cobertor, ella se mete con rapidez y sonrió cuando se hace a un lado dándome espacio.

En ese momento mis ojos se desvían hacia su cuerpo, esta ropa interior y como siempre lleva lencería sencilla, suspiro porque Ley es increíblemente hermosa, es sexy pero siempre ha sido una chica no tanto como tímida, pero si reservada y no le gustan las cosas extravagantes. Me acomodo a su lado y la pego a mí, me rodea la cintura con su brazo y cierra los ojos, respira profundo y la imito. Hacía tiempo que no hacíamos esto.

— Te extrañe... — murmura y suspiro

— Yo también te extrañe Ley, cada día, cada semana, cada mes... no hubo un momento en que no deseara que estuvieras aquí... — me sincero porque así fue.

— Gracias Kai... — murmura una vez más y la veo como poco a poco se va quedando dormida, no pasa mucho tiempo para que también yo lo haga.

Me despierta el ruido de mi teléfono sonando, me incorporo somnoliento y con cierto dolor de cabeza, los acontecimientos de hace algunas horas se arremolinan en mi cabeza cuando veo a Leyna dormir a mi lado, luce tranquila y relajada. Me pongo en pie y busco entre la ropa mi teléfono, es solo la alarma sonando. Respiro profundo, marco el número a casa y espero a que mi nana responda.

— Mansión Metzler buenos días... — Isabella.

— Hola nana buenos días...

— Hijo mío ¿Dónde estás? — pregunta en tono preocupado, lo que me hace saber que ya entro a mi habitación y no me vio, por lo que también ya sabe de Elizabeth.

— En casa de Leyna... — la escucho respirar profundo y ya puedo imaginarme lo que está pensando — hey no es lo que crees, surgió un problema aquí hace un rato y me pidió que viniera... — le explico

— ¿Qué paso Leyna está bien? — pregunta preocupada y suspiro

— Si, está bien, oye nana Elizabeth...

— Esta dormida aun, ¿quieres que la despierte? — me pregunta con tono molesto y sonrió.

Sigue reprochándome la actitud del otro día.

— No, déjala dormir, cuando se despierte si necesita algo la ayudas ¿vale? — ña escucho suspira

— ¿Algo como un taxi, quizás? — pregunta con sarcasmo haciéndome poner los ojos en blanco

— Nana eso fue un golpe bajo

— No, eso te lo merecías... — suelta exasperada y yo suspiro

— Nana solo ayúdala si necesita algo, prepárale un desayuno nutritivo de esos que tanto me gustan...— la escucho suspirar

— De acuerdo, ¿alguna otra cosa? — pregunta y sé que sigue molesta

— Si, ¿crees que despierte con una sonrisa en los labios si le dejas unas flores por mí?

— Ay Kai déjate de gilipolleces y ven tú a resolver tu asunto con la chica, no me metas en eso... — responde de mal humor y yo niego con la cabeza

— No estaba intentando resolver nada, de hecho ya lo hicimos

— Si puedo imaginarlo... — suelta con ironía y suspiro una vez más, comienzo a perder la paciencia.

Una de las personas más irónicas, sarcásticas y atorrantes que conozco es esta mujer y sé que cualquier cosa que diga será un dedo en la herida. Así que me limito.

— Te llamare más tarde ¿de acuerdo?

— Tranquilo puedo llamarte cuando le haya pedido el taxi... — bufo exasperado

— Basta nana

— Que tengas un buen día Kai, ya lo superaras — y sin más finaliza la llamada haciéndome respirar profundo.

Isabella es la única mujer que me trata como se le da la gana y yo me quedo calladito, ¿la razón? Es la única mujer que ha estado en todas y cada una de las etapas que he vivido, incluso de niño, amo a mi mama y tengo una relación excelente con ella, pero Bergoña siempre ha sido una mujer muy ocupada y apasionada por ayudar a otros, así que paso mucho tiempo fuera de casa. No estoy molesto con ella ni se lo reprocho, ha hecho cosas increíbles y se encargó de dejarnos con la mujer más dulce, cariño y estricta del universo, una combinación perfecta.

Paso mis manos por mi rostro con frustración, lo que faltaba ahora Isabella también cabreada conmigo. Un suave rose en mi espalda me hace girarme, Leyna esta medio despierta mirándome con curiosidad

— Vuelve a la cama amor tengo frió... — murmura tomando mi mano y tirando de mí.

Se acomoda sobre la almohada una vez más y sin soltar mi mano se vuelve a dormir, pienso un poco y termino cediendo ante los impulsos de mi corazón, tumbarme en la cama con Leyna es algo que nunca me cansare de hacer.


Nota del autor: hola mis gamers sexys... primero que nada GRACIAS INFINITAS YA SON 4K y esto solo me pone muy, muy feliz, en serio gracia, significa muchísimo para mi. Ahora pasando al capitulo de hoy... Verdad que Kai es el mejor? se imaginaron el castigo así? sospechaban del regalito? jajajajaja me encanta su ingenio!XD Y que me dicen de esa posesividad? caramba, caramba mi Kaicito que es lo que te pasa? jajajaja

A ver aquí va la pregunta... Donde están mi cuaimas? cuantas están odiando a Leyna? jajajajajaja se habían olvidado de ella verdad???? pues no se olviden de ella,que tiene rango y peso emocional en el corazón de Kai... en fin, espero haya disfrutado del capitulo y pues nos leemos mañana con el ultimo del maratón por ahora... 

No se olviden si quieren adelantos, saber cosillas y spoiler de la historias por aquí les dejo el link al grupo de whatsapp... https://chat.whatsapp.com/CEnTWRybqlb5TQS8sK29bv

Me despido con saludo coreano, les amo!


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