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🎭Capítulo 31 - ¿Y esta zorra qué? 🎭


Maratón 2/?


Lizzy White.

Insomnio.

Un jodido trastorno que nunca en mi vida había padecido; hasta ahora. Me remuevo en la cama cada tanto buscando la posición correcta para sentirme y cómoda y esperar que el sueño me alcance. Tomo una de mis almohadas y vuelvo acomodarla, quiero pensar que es el cambio de colchón, de almohadas y de espacio. Después de dormir un poco más de una semana en una cama del tamaño de una sábana y además increíblemente cómoda pues como que pega.

Pero esto también es otro puto engaño, no he podido dejar de pensar en el magnate, en la forma en que me follo, en la forma en que se comportó conmigo, en la forma en que se hizo con mi cuerpo y prácticamente me dejo a su merced y completamente rendida ante él. Suspiro una vez más frustrada, eso fue demasiado intenso.

Vuelvo girarme sobre mi misma y suspiro, parezco una chica enamora y pueda que lo esté pero de la forma en que me han follado ¿es acaso eso posible? Cierro mis ojos y una vez más la imagen de su cabeza entre mis piernas comiendo mi coño se dibuja a la perfección en mi recuerdo. Joder que boca tiene, muerdo mis labios y sin más sonrío. Me pidió que no lo hiciera porque me lastimaba. Hago un último vago esfuerzo por intentar dormir y al no conseguirlo me rindo, tomo el teléfono y miro la hora.

11:45 pm es temprano pero quería poder dormirme para no pensar, pero venga Lizzy, ¿Qué tanta suerte tienes como para que eso ocurra justo el que lo deseas? Me voy al WhatsApp por inercia me voy al número del magnate, en cuanto abro su foto de perfil, jadeo, literalmente jadeo. Dios este hombre y sus atributos.

Está en la playa, en la orilla solo lleva puesto un short y sus gafas de sol, no tengo idea de cuando ha sido tomada esta foto pero apuesto que es de Dubái, atrapo mi labio inferior mientras disfruto de esta imagen, Kai es un puto dios por donde lo miren, incluso hasta en esa personalidad arrogante que tiene. Me espabilo y salgo de la foto solo para entrar a sus estados, que no son muchos solo tiene tres fotos, una del jet en el que volamos esta tarde, otra del paisaje que se veía por la ventanilla y una de hace apenas 15 minutos, esta no logro comprenderla, es una imagen extraña. Parece que le hizo una foto a algo muy de cerca, en el estado pone.

"Cuando no tienes lo que quieres, te dedicas a jugar con lo que encuentras"

Mi ceño se frunce, sin comprender sus palabras, ¿"cuando no tienes lo que quiere"? Por amor de cristo este hombre tiene todo lo que podría desear en la vida, respiro profundo una vez y regreso a la primera imagen donde está el Jet

"De vuelta a la realidad... 5 minutos en el paraíso no bastaron"

Respiro profundo porque concuerdo con él, no me basto una semana en Dubái en el hotel más caro del mundo y una sola noche a su lado. Salgo del chat con el magnate y comienzo a curiosear los estados, consiguiéndome con el de James. Mi ceño se frunce de inmediato cuando veo la imagen. En ella está su mejor amigo, la nueva secretaria que esta inclinada sobre un pastel de cumpleaños y soplando la velas.

"Feliz cumpleaños a la más pequeña del bufete"

Luego son una serie de fotografías de todos ellos celebrando en algún lugar que evidentemente no es la oficina, pero las últimas dos son las que realmente me hacen sentar de golpe, ya no es el mismo lugar de hecho esta en una disco o algo así, el, su mejor amigo y su secretaria, la amplia sonrisa en los labios de mi novio me hace respirar profundo. No solo me sorprende que este en una disco, me sorprende que este en una disco un Domingo cuando mañana hay que trabajar, cosa que James jamás haría pero lo que realmente me sorprende es que nunca menciono que estaría en esta celebración y hablamos hace un rato.

Cruzo mis piernas y me dispongo a escribirle, pero antes de empezar hacerlo me detengo en seco, ¿en serio tengo moral como para reprocharle o armar una escena de celos? Ósea hace menos de 24 horas me folle —y de qué manera— a mi jefe. Respiro profundo y niego con la cabeza, no, simplemente no tengo moral, muerdo mis labios resistiendo la tentación y las ganas de saber qué coño está pasando. Miro la pantalla completamente indecisa y termino por dejar el teléfono de lado sobre la cama.

Completamente despierta, aburrida y con ideas en mi cabeza tanto sobre el magnate como de James me limito a salir de la cama, Winter no está asi que estoy completamente sola en el departamento. Camino hasta la sala y enciendo el televisor, para escuchar algo de ruido, me encamino hacia la cocina y me dispongo hacer lo que suelo hacer cuando no puedo pensar con claridad.

Cocinar.

Saco los ingredientes para hacer unos cupcakes aunque luego me decanto por hacer algo más rico, termino haciendo galletas con chispas de chocolate, mientras las preparo recuerdo a Eric, vaya sujeto más encantador y por culpa del magnate ni siquiera logre intercambiar sms con él, es un chef habría podido obtener alguna que otra receta de él. Meto la bandeja de galletas al horno y me siento sobre la mesa de la cocina a esperar mientras bebo chocolate caliente.

Una vez más el magnate se hace presente en mis recuerdos y suspiro como idiota, no entiendo ¿Cómo demonios terminamos así de fríos esta mañana? Si durante la noche fue un amante completamente apasionado, lujurioso y dulce al mismo tiempo, respiro profundo porque no logro comprender del todo a ese hombre. Cuando me dejo en el hotel creí que diría algo, cualquier cosa pero no lo hizo, solo me ignoro y se largó.

En la tarde cuando llegamos al aeropuerto tuve la tonta esperanza de verlo, pero resulta que surgió algo más y no podría volar con nosotros o esa fue la excusa que me puso Volker cuando pregunte por él. Nunca le creí pero ¿Quién soy yo para cuestionarlos? Cuando llegamos a Ginebra, fue Volker quien me trajo a casa, le invite un café pero me dijo que tenía cosas que resolver y se marchó tan pronto me ayudo con las maletas.

No puedo negarlo Volker me cae muy bien, a diferencia de Ajax que es un completo idiota, pero Volker es el más gente de los tres. Rio al pensar en esa expresión porque es la clásica expresión que usaría mi madre. Ella estaría fascinada con el trabajo y estaría haciéndolo increíble, suspiro una vez más y niego con la cabeza cuando el recuerdo del accidente llega, no quiero ni debo pensar en eso. Me bajo de la mesa de un salto y camino de regreso a mi habitación, en busca de mi teléfono.

Cuando lo cojo tengo un par de sms cuando los reviso son de Winter, preguntándome si llegue bien y si está todo bien, además para avisarme que llegara mañana por la tarde, al parecer alguien ha tenido un fin de semana interesante. Dejo el móvil sobre la encimera de la cocina una vez más y me encamino a la pequeña licorera donde tenemos el vino básicamente, me sirvo una copa y luego coloco algo de música.

En uno de los cajones cerca del estero esta la caja negra de terciopelo del club, la tomo y la destapo para ver su contenido, el antifaz de encaje reposa sobre la tela brillante, suspiro rosándolo con mis dedos. Ya ni me conozco, follando con extraños, follando con mi jefe mientras tengo una relación más que estable con un hombre que me ama.

Dejo el antifaz en su lugar y devuelvo la caja a la parte de arriba del mueble, esos son objetos que no deberían estar tan a la vista. Las galletas comienzan a oler y regreso a la cocina, las saco del horno y sonrío satisfecha al llenarme con su rico aroma. Tomo una y las pruebo aunque estén calientes.

— Delicioso — murmuro para mí misma.

Cuando un rose suave sobre mi brazo me sobresalta, cuando me giro James está muy cerca de mí, tiene los ojos un poco rojos y huele a alcohol.

— Hola cariño — me saluda llevando sus labios a los míos, deja un suave beso y luego se separa — Dios como te eche de menos Lizzy — rodea mi cuerpo con sus manos y me abraza con fuerza.

Yo estoy en shock no lo esperaba aquí y mucho menos en este estado, lentamente coloco mis brazos sobre sus hombros y le devuelvo el abrazo, aun sin ser capaz de responderle.

— ¿Qué haces aquí? — murmuro sin poder evitarlo.

— Tenia demasiadas ganas de verte — se separa de mí y me mira con esa encantadora sonrisa que lo caracteriza.

— ¿Cómo te fue? — le pregunto cortante, su ceño se frunce y ladea su rostro, como sin comprenderme, luego su expresión cambia y sonríe.

— Ah hablas de la reunión con los chicos, pues ha estado bien, quizás nos pasamos un poco con los tragos pero ha estado bien, el caso del viernes lo ganamos y quedamos en celebrar — me explica y yo solo puedo fulminarlo con ojos.

— ¿Celebrando el cierre del caso? — Repito conteniendo la ira que poco a poco se va construyendo en mi interior — ¿y qué tal ha estado el pastel? — su ceño vuelve a fruncirse y esa expresión es lo que necesito para apartarlo.

— ¿Pastel, que pastel? — pregunta y yo me giro incrédula.

Tomo mi teléfono y busco sus estados, mientras lo hago veo una actualización más reciente del magnate, es un vaso de whisky en su mano, esas manos las reconocería en cualquier lugar, suspiro mordiendo mis labios una vez más al recordar la forma en que sus dedos rozaron mi piel.

— ¿Lizzy? — James me saca de mi burbuja lujuriosa y reacciono a lo que ibas a Elizabeth.

Consigo los estados y le tiendo el teléfono, en cuanto lo toma y ve las fotos palidece ligeramente y sus ojos se desvían hasta mí.

— Amor no tenía idea que fuera su cumpleaños Scott la invito y aprovechamos de agasajarla — me explica y yo sonrío de lado.

— ¿Quieres que crea que tu nueva secretaria estaba de cumpleaños y tu James O'Neill no lo sabía? — Bufo exasperada — eso se puede esperar de mi james no de ti — le suelto tajante y salgo de cocina con el pegado a mis talones.

— Oh vamos Lizzy no puedes seguir pensando que esa chica y yo tenemos algo — me reclama y yo simplemente comienzo a andar hacia mi habitación y lo ignoro — Elizabeth esa mujer no me interesa, es solo una compañera de trabajo, mi secretaria nada mas — explica una vez entra detrás de mí a mi habitación.

Mira a su alrededor y frunce el ceño, luego posa sus ojos nuevamente en mí.

— ¿Te llevaste todo esto al viaje?

Doy una mirada a mí alrededor y suspiro, tengo mi habitación hecha un completo desastre, en cuanto llegue desempaque pero no organice nada, no tenía cabeza para ello.

— Si... — respondo comenzando a recoger mis tacones.

— ¿Qué no ibas de trabajo? — pregunta levantado una de las piezas del traje baño blanco que use el día que renuncie y que Kai me follo salvajemente.

Trago duro con el recuerdo, pero los ignoro a ambos, tanto al recuerdo y lo que me hace sentir como a James que me mira expectante.

— ¿Lizzy? — me giro para verlo tiene sus ojos brillosos — ¿Qué pasa? — yo respiro profundo y niego con la cabeza.

— Nada James, solo que tú no eres así, no eres de ocultarme cosas, no eres de llegar bebido al departamento a las 1:30 de la mañana y tampoco eres de los que se desvela un domingo por la noche solo para celebrar un caso — el suspira y empieza andar hacia mi

— Cariño en serio no es nada, solo se me paso el tiempo y ni cuenta me di, cuando vi la hora decidí venir aquí, darme una ducha y meterme a la cama contigo — rosa su pulgar en mi mejilla y yo suspiro sintiéndome como una mierda.

No tengo absolutamente nada que reclamarle, no después de haberlo engañado dos veces. Suspiro y lo veo a los ojos, James me mira con amor y dulzura tan diferente a la forma en que Kai me mira. Joder otra vez pensando en el magnate.

— ¿Estamos bien? — pregunta con una media sonrisa en los labios

— Si, estamos bien — respondo sin saber qué otra cosa decirle, entonces se acerca un poco más y besa mis labios con delicadeza y dulzura.

Respondo el beso de la misma forma sintiéndome extraña, después de la intensidad que he vivido estos últimos días un beso de James se me hace tan insípido, tan simplón, tan carente de emoción que me detengo en mitad del beso y me aparto. El luce sorprendido y yo suspiro una vez más.

— Iré a sacar las galletas — me excuso pasando junto a él dejándolo a solas.

Una vez en la cocina saco las galletas y trato de organizar mis ideas y lo que hare a partir de este momento porque es obvio que no se repetirá lo que hice en Dubái y por supuesto que no puedo seguir mintiéndole a James, así que hare lo correcto. Termino de organizar la cocina y regreso a mi habitación cuando entro, James está sentado en el borde de la cama.

Se ha dado una ducha y sostiene entre sus manos una cajita con un lazo rojo, respiro profundo porque James siempre tiene detalles hermosos conmigo. Entro a la habitación y me siento a su lado, él sonríe y suspira.

— Siento que no estamos bien... — murmura y no sé qué decirle porque el puto problema aquí siempre he sido yo — esto lo compre el día que conversamos por teléfono, no me preguntes porque pero en cuanto lo vi supuse que te gustaría — me tiende la caja y suspiro al tomarla.

Con cuidado desato el lazo y dentro de la caja hay otra caja de terciopelo, la abro y para mi sorpresa en su interior hay un hermoso y delicado collar con un pequeño corazón, toco la joya con mis dedos y sonrío.

— Esta hermoso — susurro y él sonríe mirándome.

— Elizabeth — dice mi nombre y se siente tan raro escucharlo en sus labios — te amo más que nada en el mundo, no quiero que estemos mal por malos entendidos — acaricia mi mejilla con ternura y se inclina para besarme — respondo su beso y siento esa calidez que siempre he sentido estando cerca de James.

— Te quiero — murmuro contra su boca y él sonríe con tristeza, pero vuelve a besarme.

Luego abandona mis labios y toma el collar me sonríe un poco más animado y me hace señas para que me gire, con cuidado me coloca el collar y sonrío al sentirlo contra mi piel. Definitivamente me apresure, james es todo lo que puedo querer en la vida, Kai ha sido solo un momento de lujuria algo que no se repetirá y que en definitiva no será algo permanente y mucho menos estable.

Me giro y lo abrazo con fuerza, necesito centrarme en cosas importantes, duraderas y que van a llenarme y no darme solo instantes de placer y Kai fue eso solo 5 minutos en el paraíso... pienso con ironía y por un instante pienso que esas palabras se deben a lo que vivimos.

— Vamos a dormir — susurra en mi oído y asiento.

Nos metemos en mi cama y el rodea mi cuerpo con uno de sus brazos atrayéndome a su pecho, allí comienza a acariciar mi cabello y no pasa mucho tiempo hasta que finalmente logro dormirme.



El suave murmullo del agua al caer me despierta, abro los ojos con pereza y somnolencia, mirando a mí alrededor buscando la fuente del sonido, entonces reconozco el lugar en el que estoy, mi habitación. Me siento y miro a mi alrededor en busca de James, respiro profundo y me acomodo una vez más entre las sabanas abrazando una almohada. James termina en el baño y sale con una toalla alrededor de sus caderas en cuanto me ve sonríe de lado.

— Hola amor buenos días — me saluda inclinándose y dejando un beso sobre mi cien — ¿dormiste bien?

— Buenos días, si y tu ¿cómo estás?

— Me duele la cabeza — comenta con una media sonrisa en los labios — lo tengo bien merecido ¿no?

Entonces movida por las ganas de hacer que las cosas funcionen y vuelvan a la normalidad me levanto, me coloco sobre mis rodilla y sujeto sus mejillas con mis manos, sonrió y me acerco a sus labios, pero James me detiene y sonríe.

— Ve asearte serviré el desayuno — suspiro recordando que con james no hay improvisaciones ni arrebatos. Deja un beso en mi frente y se aleja al armario para vestirse.

Yo con mucha pereza desciendo de la cama y me voy directo al baño sin siquiera volver a mirarlo. James es un encanto en serio que lo es, es dulce, tierno y muy amoroso pero justo ahora comienzo a ver cosas que son un poco raras, eso de no follar en otro lado que no sea la habitación, por dios Kai literalmente hizo mierda una mesa por follarme sobre ella.

Trago con dificultad ante el recuerdo, joder, no tengo ni cinco minutos despierta y ya estoy pensando en el magnate. Suspiro mientras abro el grifo para lavarme los dientes, al terminar entro a la ducha y me baño con rapidez, quiero pasar primero por la revista antes de ir al Lux. Quiero conversar con Paul sobre algunas cosas del articulo y lo que haremos con él.

Al salir camino a mi habitación envuelta en una toalla escurriendo agua ya que me he lavado el cabello y no lo he secado bien, me paro frente al armario con la disyuntiva de que usar, ¿vestido, falta o pantalón? Como no tengo muchas ganas de arreglarme tanto me decanto por un jeans negro ajustado, una blusa color crema suelta y un blazer blanco, además agrego mis adorados botines colores crema.

Dejo todo sobre la cama y me deshago de la toalla, tomo la crema y unto un poco en mi cuerpo, tomo mi ropa interior y comienzo a colocármela cuando estoy solo en bragas la puerta se abre y James entra con un par de tazas en las manos, sus ojos me recorren un instante y luego los desvía. La decepción haciéndose presente, ¿Qué es lo que espero? Es James quien está conmigo no el magnate.

Deja las tazas sobre mi peinadora y se acerca a mí con una media sonrisa, sus ojos vuelven a recorrer mi cuerpo desnudo y sonrió de lado, hasta que su ceño se frunce sus ojos están fijo en la parte baja de mi abdomen. Sigo su mirada y con horror consigo que hay una marca roja sobre mi costado entonces recuerdo que Kai me mordió en la zona, busco su mirada de inmediato.

— ¿Qué te paso? — pasa sus dedos con suavidad sobre la zona mirándome serio y yo no sé qué decir.

Mi mente anda tan aprisa que lo primero que hago es apartar su mano y el me ve sorprendido y preocupado.

— ¿Te duele? — entonces me voy por allí

— Sí, ayer tropecé en el jet con una silla y me he dado un buen golpe pero no es nada de qué preocuparse — paso junto a él con prisas y tomo el jean para vestirme con rapidez, no tengo idea si hay más marcas en mi cuerpo que evidencien mi infidelidad.

— Seguro estabas distraída con alguna cosa del trabajo, te he dicho muchas veces que tienes que tener cuidado amor y que no todo es trabajo — se acerca por mi espalda y deja un beso en mi cabeza antes de continuar — Chocolate caliente — comenta señalando la mesa donde ha dejado el café — Winter llamo hace un momento, que te espera para la cena y que no aceptara un no como respuesta por lo que asumo que será noche de chicas — me giro terminando de colocarme la blusa y asiento.

— Si, seguro querrá que le cuente todo sobre Dubái — James sonríe y acaricia mi mejilla

— Al menos puedo estarme tranquilo, te tomaste un día de descanso ¿no? — Mi corazón vuelve a latir desbocado — tienes un lindo bronceado — entonces suelto el aire que estaba conteniendo y sonrió jugueteando con el collar que me regalo.

— Si me tome una mañana y fui a la playa, más a allá de eso fue más que todo trabajo — le resumo y el asiente.

— Bien vamos a desayunar, tengo una reunión a las 7:30 — me informa y sale de la habitación para dejarme terminar de arreglar.

Desenredo mi cabello y lo dejo suelto para que se seque al aire y salgo a la cocina, donde huele a gloria, cuando entro mi querido novio tiene un delicioso desayuno hecho, ¿en serio como no adorarlo? Entro y dejo un beso sobre sus labios antes de sentarme a la mesa. Comemos conversando sobre el caso que ganaron el viernes y la razón por la que han decidido salir a celebrar es que tenías cerca de un año con el caso y finalmente lo ganaron.

Lo felicito y le digo que tenía bien merecida su celebración, aunque no paso por alto que se les haya colado la chica nueva, lo ignoro momentáneamente, cuando terminamos de comer, James se coloca el saco de su traje y se acerca a mí para besarme, comienza con suaves y repetidos picos que me hacen sonreír y al igual, luego me besa con calidez, se separa de mí y besa mi frente.

— Te llamo luego, si tienes tiempo almorcemos juntos — me invita y asiento con una sonrisa.

— Te llamare... — él recoge sus cosas y sale de la cocina con la idea de irse, pero se detiene en el umbral de puerta de la cocina.

— Amor... — me llama y lo veo a la expectativa — ¿Cómo van las cosas con el magnate? — esa pregunta me desestabiliza por completo, sus ojos me escudriñan con curiosidad y yo trago grueso antes de responder.

— Bien ¿Por qué? — pregunto y el me ve serio.

— Desde que llegue no lo has mencionado ni una sola vez y mucho menos lo has insultado... — entonces sonrió forzadamente y niego

— Se comportó durante el viaje aunque no dejo de ser un idiota — le confirmo y sonríe

— Vale, bueno que tengas un buen día, te amo — se despide y sale de la cocina dejándome sola y echa un mar de nervios.

— ¡Joder! — murmuro pasando mis manos por mi cara.

Claro que iba a parecerle extraño, desde que fui a esa rueda de prensa lo único que hago cuando converso con el de trabajo es insular a Kai y no lo he mencionado ni una sola vez, ¿será que sospecha alguna cosa? Niego con la cabeza y aparto la idea, si fuera así no estuviera actuando tan normal. Convencida que todo está bien y que mi novio no se imagina que me he montado la grande con mi jefe en el bendito viajecillo salgo de casa directo a la revista.

Tengo un margen de 45 minutos para hacer lo que quiero y regresar al Lux antes de la hora estipulada de entrada que gracias a dios hoy es a las 9 am. En la revista me demoro un poco mientras saludo a todo el mundo y converso sobre como estuvo el viaje, muchos me felicitan y me halagan por tan estupendo trabajo, pero la razón por la que fui resulta que no está. Paul salió de viajes el viernes y no regresa hasta dentro de un par de días por lo que prácticamente perdí mí tiempo.

Regreso al auto y conduzco hasta el increíble edificio del magnate, conforme me acerco al lugar los nervios me invaden al igual que la ansiedad, no lo veo desde ayer en la mañana que nos despedimos fríamente después de haber pasado una noche súper intensa y maravillosa. Dejo el auto en el estacionamiento y subo al vestíbulo donde como cada día saludo y me dirijo al ascensor, conforme subo los pisos van entrando y saliendo ejecutivos, científicos y una variedad de personas que me miran con curiosidad. Cuando llego a la plata donde se encuentra mi oficina y la del magnate, respiro profundo antes de bajar.

Tomo la coleta que llevo en mi muñeca y recojo mi cabello, no dejo ni un solo mechón en mi rostros y salgo con expresión tranquila, al llegar al stand donde suele estar Kenya me sorprende verlo vacío, por lo que simplemente me dirijo hasta mi propia oficina y allí me atrinchero. Comienzo a organizar mis notas y revisar los videos del evento para hacer un escrito y presentarlo como parte del artículo que saldrá para la edición de este mes.

Demoro cerca de una hora y para cuando termino se me ocurre la idea que el artículo debería llevar al menos una mini entrevista con los cuatro científicos que fueron seleccionados en el evento, tomo el teléfono y marco el número de Kenya para que me facilite la información, pero no me responde. Es raro es una chica muy responsable y eficiente, entonces me pongo en pie y camino hacia su escritorio que para mi sorpresa sigue vacío.

Entonces me giro y camino hasta la puerta del magnate, respiro profundo y doy un par de toques sobre la madera, nadie responde del otro lado por lo que insisto pero nada, entonces en uno de esos arrebatos curiosos abro la puerta, en cuanto lo hago me recibe el espacio blanco y minimalista de la oficina del magnate. Esta complemente desierta por lo que asumo que la ausencia e Kenya se debe a que el magnate tampoco está.

Entro movida por la curiosidad y el deseo de saber qué cosas mantienen al magnate atado a esta oficina. Recorro la estancia con pausa, curioseo el mueble de madera que está detrás del escritorio donde reposa la máscara que llamo mi atención el otro día, camino hasta ella y la admiro una vez más.

El magnate no tiene muchas cosas en el mueble algunas fotos de su hermana, su madre, una foto familiar y otra donde aparece con Volker y Ajax no van trajeados, de hecho solo llevan unos jeanes y están sin camisa los tres, sonríen a la cámara elevando unas botellas de cerveza. Sonrió al notar que aunque ciertamente no tenga muchas cosas las pocas que tiene son en relación a su familia y amigos lo que confirma esos comentarios que he escuchado de él.

Me giro para curiosear sobre su escritorio, aquí una vez más solo reposa el teclado del ordenador, un teléfono y una rejilla con folders organizadas a la perfección, en el extremo contrario a la pantalla del ordenador un único porta retrato. En él está el magnate abrazado a una mujer, de inmediato mi cuerpo se tensa y movida por algo más que curiosidad tomo el portarretratos.

Es una mujer muy bonita, rubia de ojos azules, sonrisa cálida, Kai está pegado a su mejilla con una amplia sonrisa, es una fotografía hermosa, no se puede negar, suspiro dejándola donde estaba porque es obvio que esa mujer es muy importante para él.

Con un sentimiento de decepción que no logro comprender salgo de la oficina del magnate y me dirijo a mi oficina, aún es muy temprano para ir a almorzar pero decido que me iré a comer con James, así que tomo mi teléfono y le envió un sms de texto avisándole que iré al bufete. Antes de salir tomo un post-it y garabateo una nota rápida, arranco la hojita amarilla y salgo de mi oficina.

Una vez en el stand de Kenya pego el post-it en la pantalla del ordenador y me voy. De camino al bufete decido hacer una parada extra y comprarle algo a James así que me detengo en uno de los centros comerciales que están cerca del bufete y entro a una boutique. Allí recorriendo las perchas y buscando que podría regalarle me enamoro de un suéter que seguro se le vera increíble. Busco la talla y me voy a pagar, cuando estoy en la caja mi teléfono comienza a vibrar.

Pero lo ignoro, cuando termino de hacer el pago lo cojo y reviso la llamada se trata de Winter, por lo que le envió un sms y le aviso que almorzare con James, que nos vemos en casa para una noche de chicas. Cuando llego al bufete, estoy algo emocionada, la razón es primera vez en tres años de relación que tendré un gesto como este con James, si le he hecho obsequios y así, pero todos por fechas especiales, su cumpleaños, aniversarios o así.

Nunca nada como esto, entro al edificio y saludo al guardia de la puerta Ben, un señor mayor que tiene la vida entera trabajando aquí, me saluda con calidez y subo a la oficina de James, cuando estoy acercándome respiro profundo para llenarme de paciencia y así poder tratar con la chica nueva, pero para mi suerte no está en su lugar de trabajo y sonrió satisfecha. Camino directamente hasta la puerta y doy un par de golpecitos pero nadie me responde así que abro con cuidado de no estar interrumpiendo alguna reunión.

Pero lo que veo me deja de una pieza, James está de pie con la chica nueva parada frente el, ella arregla el nudo de su corbata mientras el mantiene las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, sonríe ampliamente y ella está casi que le salta encima y se lo come.

Abro de golpe la puerta y ambos se sobresaltan.

— Amor... — James es el primero en hablar sorprendido.

Pero ni lo determino mis ojos están fijos en la chica nueva que ha puesto sus ojos en blanco y expresión de fastidio. Posa sus ojos en mí y me espeta cabreada.

— ¿Qué no sabes tocar? — mis ojos se abren como platos ante su atrevimiento y esta vez sí veo a James que cierra sus ojos.

— Toque pero no escucharon — respondo tratando de mantenerme tranquila.

De pronto la frustración y el cabreo que llevo acumulado del día anterior —Y qué estado ignorando olímpicamente— por el comportamiento del magnate salen a flote.

— ¿Celebrando todavía? — suelto con ironía haciendo que la chica sonría con picardía

— Lizzy por favor — murmura James caminando hacia mí — ya hablamos de esto, Cami por favor trae las carpetas que te pedí — le dice a la chica nueva que sonríe coqueta y con descaro

— Claro James ya te los traigo — pasa junto a James que le dedica una mirada seria que ella simplemente ignora y le sonríe ampliamente.

Luego posa sus ojos en mí y su sonrisa se evapora como arte de magia sus ojos brillan con altanería y al pasar junto a mí la muy perra se le ocurre cuchichiar algo que no logro entender.

— ¿Disculpa tienes algo que decirme? — la detengo, ella se gira lentamente con una sonrisa en los labios y ve a James a mi lado.

La imito y james esta fulminándola con la mirada, la chica suspira sin dejar de sonreír y vuelve a verme.

— Para nada señorita White — y sin más se gira y sale dejándonos solos.

Yo camino con decisión hasta el escritorio y dejo la bolsa con el suéter sobre este.

— ¿Lizzy? — james me llama pero lo ignoro, me giro una vez más y echo andar hacia la puerta — ¿A dónde vas?

— A almorzar — le espeto pasando junto a el

— Espera, dijimos que comeríamos juntos, por eso estas aquí ¿no? — Sujeta mi brazo deteniéndome — cariño no te enojes, solo acomodaba mi corbata — rio irónica y lo veo de soslayo

— Dentro de poco también estará acomodando tu cinturón y seguirás defendiéndola — le espeto mordaz y me libero para irme.

— Elizabeth — me llama pero no me detengo abro la puerta y salgo, James me sigue y se detiene cuando lo hago frente a la chica que sonríe con satisfacción, esta perra está gozando el momento.

— Le gusta el azul oscuro y las corbatas que combinen con ese color sobre todo las que le resaltan el tono de sus ojos — le digo sonriente, la chica me ve sin comprender y luego mira a James que tiene sus manos en sus cienes.

James odia los enfrentamientos, cosa que no entiendo porque es un jodido abogado y de eso se trata su día a día.

— Disculpa no entiendo — responde mirándome con altanería

— Para que tengas en cuenta la próxima vez que vayas a arreglar su corbata — le suelto antes de girarme y salir echar una furia.

James me llama pero lo ignoro, en realidad no tengo moral para hacerle este show, pero estoy tan cabreada que por mala suerte le ha tocado a el cargar con los platos rotos. Llego al auto y James me detiene, me sostiene de uno de los brazos y me gira.

— Amor, por favor no otra vez — lo veo con resentimiento uno que no tiene nada que ver con él.

— Suéltame — le exijo y lo hace sin chistar

— Lizzy no puedes celar a una chica como Cama — inicia y no puedo evitar reír a carcajadas.

— Olvídalo James — le digo una vez logro controlar la risa, sé que estoy luciendo como una jodida loca pero me importa tres hectáreas de mierda.

Abro la puerta del auto y entro, sin darle tiempo de nada, enciendo y salgo pitada del lugar, el hambre se ha esfumado por completo, pero lo que se ha instalado en mi pecho es una jodida determinación que no traerá nada bueno lo sé, pero a la mierda. Tengo que sacarme esto del pecho sino no estaré tranquila. Regreso al Lux hecha mierda y furiosa con el magnate.

No puede ser tan idiota y esperar que las cosas simplemente se dejen así sin conversarse, sin siquiera una explicación de porqué ha hecho todo lo que hizo. No, necesito razones y las necesito ahora. Subo en el ascensor deseando que ya esté aquí, y voy tan cabreada que ni me percato que Kenya está en su lugar, simplemente abro la puerta del magnate y en cuanto lo hago me quedo de una pieza.

Allí de pie junto al magnate —que como siempre luce como un puto dios andante— esta Colette, pero no solo está de pie junto a él, está casi que encima de él, entonces casi como un puto deja vu de lo que acabo de vivir con James, Colette sonríe en mi dirección y antes de colocarse en las puntas de sus tacones para alcanzar la oreja del magnate murmurar algo y luego sin ningún tipo de vergüenza toma el lóbulo de la oreja y lo chupa, Kai se aparta de un tirón y ella ríe divertida.

— Nos vemos más tarde Kai, asumo que tendrás que explicarle a tus empleados el significado de tocar las puertas — entonces pasa junto a mi sin siquiera verme y yo estoy que me lanzo sobre ella y la hago puré.

— ¿Y esta zorra qué? — le espeto a Kai cuando estamos solos.

Su expresión es completamente una clara advertencia, esta cabreado hasta la mierda el problema es que yo también lo estoy y más con esta puta escena que acabo de presenciar. Kai pellizca el puente de su nariz sin mirarme aun, camino hasta acortar la distancia entre ambos y me cruzo de brazos.

— Te hice una jodida pregunta — le espeto sintiéndome con todo el derecho del mundo de estar pidiéndole explicaciones que no tiene que darme.

— Elizabeth por lo que más quieras, no es el mejor momento para hablar y mucho menos para que montes uno de tus putos shows

— ¿DISCULPA? — le grito exasperada y perdiendo por completo el control de mi misma.

Por primera vez en mi vida siento que los celos me dominan y es algo tan brutal, tan abrumador, tan frustrante y desesperante que no logro controlarlo.

— No vuelvas a gritarme — suelta entre dientes girándose para verme, sus ojos destilan ira.

— !VETE A LA MIERDA KAI! Y ME RESPONDES LO QUE TE PREGUNTE — le espeto caminando hacia él.

En cuanto lo tengo cerca el olor de su perfume invade mis fosas nasales trayendo consigo los recuerdos de la noche anterior, mi traicionero y vendido cuerpo se calienta en cuestión de segundos, haciendo que suelte un jadeo involuntario. El posa sus increíbles ojos color miel en los míos y siento como todo mi cuerpo arde de deseo.

Este jodido magnetismo haciéndonos presos del deseo que despertamos el uno en el otro y que justo en este puto segundo no es más que un catalizador para aumentar la ira que siento provocada por los putos celos que no sé de dónde demonios han salido. De pronto el magnate da dos pasos hacia mí, me toma de los hombros y me gira con brusquedad pegándome a su escritorio.

Nuestras miradas no se separan ni un jodido instante, su cuerpo esta tenso hasta la mierda, sus deliciosos labios son una fina línea y su mandíbula esta por reventar. Pero nada de esto me importa cuando se pega a mí y siento su polla tan dura como una roca.

— Vuelve a gritarme Elizabeth y te juro por lo más sagrado en mi vida que no respondo — su amenaza me sabe a nada y rió divertida

— ¿Si, que es lo que hará exactamente? — lo puyo — ¿volver a follarme como un puto desquiciado sobre su escritorio? — sus ojos se obscurecen conforme hablo y viajan desde los míos hasta mis labios y de vuelta.

— ¿Eso es lo que quieres que haga? — Suelta sorprendiéndome — porque justamente es lo que me estoy muriendo por hacer en este preciso instante Elizabeth — mi garganta se seca y mi cuerpo se estremece.

¡Oh mierda, Jesús bendito, Diosito padre de toda la jodida creación!

— Entonces hazlo y déjate de tantas gilipolleces — le exijo saltando a su boca y besándolo con desesperación.

Sus manos se mueven por todo mi cuerpo, tocándome con brusquedad y salvajismo haciendo que la poca cordura que dejaron los celos al hacer su aparición desaparezca. Nos devoramos con frenesí, como ese que le da a los vampiros neonatos cuando huelen sangre. Kai muerde mis labios con fuerza haciendo que me queje de dolor pero lo ignora, continua magreando mi culo y mis tetas con fuerza.

Entonces rompe el beso y me ve con severidad, mi respiración es un caos al igual que la de él, nos desafiamos unos instantes más.

— ¡Aaaff maldita sea! — se queja y vuelve a besarme, sus manos se hace con el borde de mi blazer y comienza a quitarlo con brusquedad, yo hago lo mismo con el suyo.

El ruido de la puerta abriéndose nos hace detener de golpe, Kai se gira con brusquedad para ver quien ha entrado y para mi mayor vergüenza Volker está de pie con un folder en sus manos abierto y expresión perpleja, su mirada se pasea de mí a Kai y de regreso.

— ¿Qué coño quieres? — le espeta Kai 

Este sin decir nada cierra el folder, se voltea y cierra la puerta detrás de sí, se gira para enfrentarnos y yo quiero que la tierra me trague, me haga papelillo y me expulso en algún punto en Tombuctú.

— Llegaron las cotizaciones que pediste — comenta sin dejar de verlo con seriedad ignorando aparentemente lo que acaba de ver.

— Elizabeth sal de aquí — me espeta el magnate sin mirarme y siento que quiero asesinarlo y luego asesinarme a mí misma por lo que acaba de pasar.

No me muevo, no reacciono, solo permanezco de piedra en mi lugar, bajo la atenta mirada de Volker y la agitada respiración del magnate que llena el silencio y rompe ligeramente con la tensión del momento.

— ¡ELIZABETH! — Grita haciendo que me sobresalte y salga de mi ensimismamiento — sal, ahora... — hace énfasis en las palabras y yo simplemente respiro profundo.

Recojo los pedazos de mi dignidad y sin mirar a ninguno de los dos salgo con prisa de la oficina, cuando lo hago escucho que Kenya me llama pero la ignoro, corro a mi oficina y cierro de un portazo, me recuesto de la puerta y cierro los ojos, tratando de acompasar mi respiración, tratando de controlar mi cuerpo caliente hasta la mierda y tratando de evitar pensar que Volker nos descubrió en mitad de algo que muy posiblemente habría terminado conmigo sobre el escritorio y Kai follandome.


Nota del autor: hola mis gamers... La gente se vuelve loca y no avisa! empiezo con esa expresión porque Lizzy se volvió loca jajajaja y no nos advirtió! que capitulo tan interesante... cuéntenme que opinan de James y la chica nueva??? tienen o no tienen nada? la enga;a no la enga;a? y vaya encontronazo con Kai... ay mi dios las cosas se están complicando!

Gracias por leerme, gracias infinitas de verdad por el apoyo tan grande que están dándome y en particular a DeliRojas por tener ese hermoso gesto de promocionar la historia y mi perfil en su instagram, gracias hermosa, gestos como esos son los que me llenan el alma y me hacen seguir con esto con tantas ganas... espero disfrutes mucho este capitulo y lo pasen en grande.

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