🎭Capítulo 110 - Nudos, cuerdas y suspensión🎭
Kai Metzler.
Había olvidado lo interesante que es estar aquí. Lo excitante y divertido que puede ser ver a una mujer ser sometida por voluntad propia y aun así disfrutar mucho de ello. Por unos instantes me sentí realmente cómodo con la periodista incluso cuando esa mujer vino a invitarnos a jugar mi ego se creció enormemente al saber que era mi mujer la que estaba despertando el deseo de otra.
Pero todo ese sentimiento se hizo mierda cuando escuche la voz de Volker, me había olvidado por completo que venía y debo decirlo no podía llegar en el momento menos oportuno. Quería probar hasta qué punto Elizabeth sería capaz de llegar si la presionaba un poco.
Mientras caminamos a la una de mis salas favoritas siento a mi colega caminar al otro lado de la periodista. El idiota esta igual de relajado que siempre como si fuera la cosa más normal del mundo estar en un club sexual con tu cuñado a punto de verlo jugar con su novia mientras su hermana está en su casa esperando dos hijos suyos.
El pensamiento me tenso aún más los hombros y bufe exasperado. Esto no era buena idea, por alguna razón no estaba del todo seguro de esto. Aunque Ainara haya accedido, aunque no se molestara ni pegara el grito en el cielo se siente de alguna forma incorrecto. Es el padre de mis sobrinos.
Y estas cansado de hacer esto con él. Nada bebería cambiar sigue siendo tu mejor amigo y esto también es parte de la vida ambos. Me recuerdo tratando de acostumbrarme al hecho. Una vez delante dela puerta enrejada que divide la siguiente área del pasillo, tomo con delicadeza la cintura de la periodista y le pego a mi girando su rostro.
Nuestras miradas se encuentran y lo único que alcanzo a ver en ella es deseo, lujuria, curiosidad y ese brillo de amor incontenible que solo he visto en su mirada. Inevitablemente sonrió porque ella tiene la capacidad de doblegarme al puto punto de hacerme el ser más vulnerable del universo pero también me hace perder los estribos.
— ¿Lista? — pregunto en un susurro ella asiente, para luego humedecer sus labios e inclinarse sobre mí para besarme con suavidad.
— ¿Necesitan un momento a solas? — pregunta Volker a nuestra espalda que se encuentra recostado de la pared.
Elizabeth me mira con intensidad y sé que está esperando que sea yo quien responda esa pregunta. Si me dejo llevar y respondo lo que quiero le pediré que se largue. Pero algo en mi cabeza me grita que no lo haga porque debo ser honesto conmigo mismo. Ver a Elizabeth a punto de correrse mientras no le apartaba la mirada a Volker de alguna forma me dio muchísimo morbo.
— No...— respondo con seguridad.
La periodista me regala una amplia sonrisa y vuelve a besarme, cuando se gira y da un paso para acercarse a la reja vuelvo a tomarla y tirar de ella. Se sorprende por el repentino gesto y rio cuando jadea golpeando su cuerpo contra el mío.
La puta erección que tengo desde el momento en que la vi poner sus ojos en el escenario no ha menguado ni un poco de hecho se ha tornado hasta cierto punto dolorosa.
— A partir de este punto cedes el control absoluto...— murmuro, llamando su atención — no harás nada sin que te lo ordene ¿de acuerdo?— la veo dudar un instante y esa duda me hace reír.
Elizabeth es tan dominante como yo y ceder el poder le cuesta pero también la excita tanto como me excita a mí cedérselo. Ella respira profundo y asiente.
— Esta bien...
— Volker...— llamo a mi mejor amigo que no duda un segundo en acercarse.
Elizabeth frunce el ceño pero me observa con atención.
— Tienes tanto poder como yo esta noche...— Elizabeth abre los ojos como platos y se boca se abre para hablar pero continuo antes que pueda hacerlo — conoces los limites...— suelto mirándolo directamente a los ojos.
Mi colega sonríe de lado y posa su mirada en Elizabeth que nos mira con curiosidad.
— Los conozco, pero ¿si Eli quiera que alguno de esos límites se rompan? — indaga con tranquilidad.
Lo observo en busca de la razón de su pregunta. Antes de aceptar hacer esto del todo con el establecí los límites que le permitirían estar presente en el juego, todos los acepto y me dijo que no tenía ningún problema siempre y cuando Elizabeth estuviera de acuerdo. Muchas de las cosas que le pedí la periodista no tiene ni idea que lo hice ni tiene porque saberlo.
— ¿De qué limites estamos hablando? — pregunta con curiosidad y cruzándose de brazos.
— Si Elizabeth quiere que alguno de los límites se rompan...— inicio posando mi mirada en ella.
No se cómo continuar, porque no imagino a Elizabeth rompiendo mis limites, pero de haber esa posibilidad. Yo...
— ¿Kai? — insiste la periodista y respiro profundo.
— Veremos qué pasa...— respondo finalmente.
Aunque quiero decir que los limites no serán transgredidos, sé que no puedo imponerme porque ambos estamos en esto y Volker solo acepto ayudarnos y como lo he pensado miles de veces aunque me jode el solo pensar en otro hombre tocándola, no me imagino a otro, a el por más que quiera evitarlo no tengo que hacerlo, lo presencia varias veces y se cuánto placer es capaz de dar Volker a una mujer y se cuánto Elizabeth disfruto esas veces.
— Está bien...— responde Volker girándose.
Saca su tarjeta de membrecía y la pasa por el lector que está en la pared, después de unos segundos la reja se abre y suspiro a punto de dar uno de esos complicados pasos en la vida. Volker se hace un lado permitiendo que sea yo el primero en entrar cuando lo hago la sala está decorada de una forma muy distinta a la última vez que estuve aquí.
Esta vez las paredes son de color negro y largas cortinas de terciopelo rojo cuelgas de algunas de ellas, todo tipo de implementos usados en BDSM se encuentran en la estancia pero no creo que vayamos a usar ninguno de ellos. Mi gusto por esta sala es la pared del fondo. Camino guiando a la periodista hasta ella, sus ojos miran alrededor con curiosidad.
Cuando me detengo delante de la pared Elizabeth me ve con curiosidad. Me inclino hacia el frente y enciendo el interruptor que muestra una pared con un montón de cuerdas finamente ordenadas.
— Vaya...— susurra mirándolas — estas son muchas cuerdas...— Volker ríe y se gira para ponerse cómodo en uno de los sofás de la izquierda.
Volker le gusta mucho mirar y sé que esto le entretiene.
— Escoge una...— le indico a la periodista que da un paso al frente y revisa las cuerdas con curiosidad.
Su mano se extiende y termina sobre una cuerda color rojo. La toma y se gira tendiéndomela.
— Fibra de algodón es suave y muy ligera...— le explico sosteniéndola entre mis manos — no dejaras marcas — le aclaro mirándola y ella frunce el ceño.
— ¿Algunas dejan marcas? — sonrió.
— Puede...— no respondo lo obvio dejándola en suspenso.
Le hago una señal para que camine hacia donde se encuentra Volker, ladea su rostro y me mira expectante.
— Ve junto a él, debo tomar algunas cosas que necesitare...— ella frunce ligeramente el ceño 'pero se vuelve y camina hasta llegar junto a él.
Se sienta a su lado y de inmediato empiezan a conversar, permanezco en mi lugar observándolos y noto de inmediato lo cómodos que están el uno con el otro con todo esto y aunque creí que iba a incomodarme la verdad es que no lo hace. Porque noto de inmediato que aunque es evidente que Elizabeth es hermosa el interés de Volker hacia ella no es más que el de ayudarnos a ambos.
Sonrió al verla reír y sus ojos se posan en mí, le guiño uno de mis ojos aunque sé que posiblemente no logro ver el gesto, me giro y camino hasta el mueble donde están las demás cosas que puedo necesitar, tomo un par de cuerdas más, unas argollas de metal, un antifaz y pizas para pezones que no estoy seguro si utilizare. Cuando estoy por girarme las joyas llaman mi atención y tomo un par.
Acomodado todo sobre la mesa que esta junto al mueble, cuando vuelvo a girarme Volker está acariciando la mejilla de Elizabeth cosa que hace que me detenga y los observe con atención, la periodista muerde su labio inferior y reconozco su mirada. Sea lo que sea que está diciéndole Volker la excita.
Camino hacia ella metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón y cerrándolos e puños, respiro profundo y cuento hasta diez mentalmente. Cuando los alcanzo los ojos de Elizabeth se topan conmigo y sorprendiéndome se pone en pie y se coloca sobre sus rodillas en el suelo, sus manos se apoyan sobre sus muslos y su mirada va directamente al suelo.
Verla en ese plan sumiso me enloquece y sin pensarlo demasiado en un par de pasos estoy tomándola del cabello con cierta rudeza para elevar su rostro, quito la máscara de mi rostro y la beso como un maldito demente. Nuestras bocas chocan con un salvajismo que me vuela los topones y más cuando jadea en mi boca.
— Así te quiero toda la noche...— le espeto entre dientes a escasos centímetros de su boca.
— Colega la máscara...— me recuerda Volker. Suspiro y vuelvo a ponérmela con rapidez regresando a mi posición.
Me giro y veo la sonrisa divertida de mi mejor amigo y se cuánto está disfrutando de verme en esta jodida situación. Pero es Volker y aunque esté pasándola en grande se limita solo a sonreír.
— ¿Vas a vendarla? — pregunta con curiosidad y asiento.
— Hazlo tu...— le pido haciendo que sus cejas se eleven.
— De acuerdo...— no duda en ponerse de pie deshaciendo los botones de su saco.
Regresa a la mesa donde deje las cosas y suspiro llenándome de valor para continuar con esto. Cuando regresa se pone junto a la periodista y le pide que se ponga en pie. La coloca frente a mí y nuestras miradas se encuentran, ella sonríe con picardía y muerde su labio cuando ve las manos de Volker deslizarse por sus brazos con delicadeza.
El gesto me hace contener la respiración pero no digo nada, los celos empiezan a hacer su aparición y presiono mi mandíbula cuando noto como la piel de la periodista se eriza. Poso mis ojos en Volker que tiene una media sonrisa en la cara.
— Cabron...— mascullo entre dientes haciendo que ría suavemente y luego con simpleza coloca el antifaz negro sobre las mascara de Elizabeth privándola de la vista.
Una vez lo ajusta se acerca a su oído y murmura algo que no soy capaz de oír pero lo que hace luego me deja en claro que quiere que lo asesine. Su boca deposita y suave beso en la unión de su cuello y su oreja. La periodista jadea y lo asesino con la mirada, para luego ver como se retira y la señala con ambas manos como diciendo "es toda tuya".
Se gira y camina hacia el otro extremo de la sala donde hay un mini bar con todo tipo de bebidas lo observo servirse un trago de lo que estoy seguro que es whiskey y luego sirve otro igual, para finalizar con una copa de champán. Se gira y regresa para unirse a nosotros, me tiende el vaso el cual tomo y bebo de un solo trago bajo su mirada divertida.
Él se limita a darle un sorbo y luego se acerca a la periodista, eleva la copa en mi dirección como si estuviera brindando y la coloca luego sobre los labios de esta que se separan ligeramente y Volker inclina la copa para que beba, al mismo tiempo sopla sobre su hombro derecho y luego hasta su oreja, haciendo que Elizabeth se estremezca.
Este hijo de puta.
Luego simplemente se retira y vuelve a sentarse sin dejar de sonreír con diversión. Cierro los ojos y suspiro. Una vez más regreso mi atención a la periodista, el siguiente paso es otro muy complicado.
Desnudarla.
De alguna forma empieza hacer calor en la estancia y sé que se debe al nivel de ansiedad que esta experimentando mi cuerpo. Me centro y me recuerdo que Volker no era nada que ya no haya visto y que esto es solo cosa de placer. Cuando abro los ojos la expresión seria en Volker me hace saber que está analizándome y está sopesando todo esto.
Me giro y regreso a la mesa donde tomo una de las cuerdas, deshago el nudo que la sostiene y vuelvo junto a ellos, la dejo sobre el sofá y me pongo delante de la periodista que permanece con las manos a los lados de su cuerpo moviendo los dedos con cierto nerviosismo. Rodeo su cuerpo y colocándome a su espalda en busca del broche o cierre del vestido el cual encuentro sujeto a su cuello.
Deslizo mis manos por su cintura y tiro de su cuerpo con suavidad pegándola a mí, su boca deja salir un jadeo y sonrió al sentir como se estremece. Mis manos se mueven con suavidad sobre su cuerpo hasta alcanzar sus pechos los cuales estrujo y masajeo sobre la tela del vestido. Me inclino sobre su cuello y con la punta de la nariz de la máscara acaricio la piel de este, su rostro se ladea para darme mayor acceso a este y ya estoy odiando tener la máscara completa puesta.
Mis manos se mueven hasta su espalda y luego me separo para poder de hacer los botones que sostienen el vestido. Doy un paso atrás y separo la tela cuando lo suelto esta cae con soltura dejando a la periodista completamente desnuda frente a mí y mi mejor amigo. Mis ojos se pasean por su espalda hasta alcanzar su prieto y bonito culo el cual acaricio con delicadeza.
Cuando elevo mis ojos para ver a Volker sus ojos recorren el cuerpo de la periodista con atención y detalle, mi respiración se detiene un instante cuando sonríe de lado y busca mi mirada.
— Lindo detalle...— murmuro señalando el tatuaje y la periodista se ríe — eso no estaba allí la última vez que jugamos...— comenta mirándome con curiosidad.
— No, no estaba allí...— el asiente.
— Me gusta...— Kholer está buscando que lo mate hoy.
— ¿Quieres dejar sin padre a mis sobrinos? — le espeto a lo que tanto el como la periodista ríen divertidos.
— Estoy aquí porque quieres...— me puya el muy imbécil y Elizabeth ríe una vez más.
— Lo que sea...— respondo apartando la mirada y colocándome frente a la periodista — necesito que te concentres en lo que haremos a partir de ahora — ella asiente y continuo — confía, cuando no te sientas capaz de continuar...
— Usare la palabra de seguridad que es Chocolate...— suelta con impaciencia y sonrió.
— ¿Ansiosa señorita White? — ella ríe suavemente y eleva su rostro como si quisiera verme.
— No tienes idea...— puta madre jodida mascara de mierda.
Las ganas de besarla se hacen presente y respiro profundo. Tomo una de sus manos y la guio hasta la mesa que está cerca del centro de la estancia, una vez allí la acomodo muy cerca de esta y me quito nuevamente la máscara, dejándola sobre esta, siento a Volker acercarse y su ceño se frunce cuando me ve sin esta. Cuando esta por preguntar que estoy haciendo, saco del bolsillo de mi pantalón un antifaz dorador y ríe negando con la cabeza.
Se sienta en el borde de la mesa y continúa bebiendo. Del otro bolsillo de mi pantalón saco la pequeña cajita de terciopelo y respiro profundo sonriendo. Cuando la destapo Volker vuelve a reír divertido y niega con la cabeza sin decir nada. Me acerco a la periodista y coloco el collar sobre su cuello, su piel se eriza ante el contacto frio de este pero no dice nada. Acaricio el dispositivo y sonrió de lado.
Doy un paso atrás y saco mi teléfono para activarlo, las pulsaciones las dejo en el mínimo pero a un ritmo constante. Cuando desvió mis ojos hacia ella su rostro tiene una ligera mueca, Volker ríe negando con la cabeza y se baja de la mesa.
— Pondré algo de música...— agrega alejándose hacia la pared.
Pronto los labios de la periodista están separados y su respiración se ha agitado ligeramente. Tomo las cuerdas y rodeo su cuerpo hasta colocarme a su espalda, coloco mis manos sobre sus hombros y las deslizo por sus brazos con suavidad hasta alcanzar sus muñecas llevándolas hacia la parte baja de su espalda.
— Mantenlas así...— le pido.
Mientras empiezo a desenrollar la cuerda, coloco un extremo de ella sobre sus muñecas y empiezo a así a atarla.
Lizzy White.
Las manos del magnate se desplazan por mis brazos acariciándome con suavidad, mi piel se eriza y me estremezco ligeramente sintiéndome un poco más excitada que hace algunos minutos. Respiro profundo cuando lleva mis manos a mi espalda y las coloca frente a frente.
— Mantenlas así...— susurra con voz ronca y entonces procede a colocar la cuerda.
Sus dedos rosan constantemente mi piel enviando constantes impulsos eléctricos por mi cuerpo. Los movimientos de sus manos y la forma en que pasa la cuerda por mis muñecas es pausa y tranquila. Lo siento ejercer presión sobre las cuerdas y estas se aprietan mas en mis muñecas, aunque no duele se siente un poco incómodo pero nada que no se pueda soportar.
Conforme el magnate avanza en el intrincado trabajo de atar mis muñecas mi cuerpo va experimentado oleadas de excitación que no logro comprender. Pronto siento como las cuerdas llegan a la altura de mis antebrazos y se presionan sobre mi piel, mientras que las manos del magnate rosan constantemente cuando asciende por mis brazos para atar más arriba se asegura de rosarme con la puntas de sus dedos.
Pronto la música inunda mis oídos y no puedo evitar removerme en el lugar al escuchar los acordes y la insinuante voz del vocalista de Two Feet, dándole a la situación un poco más de erotismo. Suspiro cuando imagino a Volker moviéndose por la estancia y yo completamente desnuda para ambos. Humedezco mis labios y trago duro tratando de evitar pensar en lo que ya experimente a su lado las veces que hemos jugado y siento como mi entrepierna se calienta un poco.
¿Dios estoy deseando al mejor amigo del hombre que amo, que clase de persona soy?
No, no, no te vayas por allí Lizzy esto no tiene nada que ver con ese tipo de pensamientos. Me obligo a centrarme y jadeo cuando el magnate tira un poco más de las cuerdas que ata en mis brazos y regreso aquí y al ahora.
— Me parece que alguien está muy excitada...— la voz de Volker inunda el lugar muy cerca de mi lado derecho y respiro agitado y ansioso por saber lo que harán.
Las cosas con Volker son intensas, aunque no me ha tocada las cosas que dice, el tono de su voz la sutileza de sus movimientos me ponen. Me encanta como Volker juega con mi deseo y mi nivel de lujuria. Entiendo las ansias constantes de Winter por jugar con él. En realidad es un plus demasiado excitante haberlo escogido a él para hacer esto.
— Me parece que estas cruzando límites...— le espeta Kai y escucho al abogado reír.
— Pues no he cruzado ninguno así que relájate y disfruta de esto que siempre lo deseaste...— comenta tranquilo sorprendiéndome.
— ¿Qué? — pregunto de inmediato.
— Volker...— la advertencia en el tono de voz del magnate es evidente.
— Venga dudo mucho que le moleste saber que deseabas traerla aquí mucho antes de saber que ella era la chica del antifaz negro...— las manos del magnate se presionan sobre mis brazos con rudeza y sé que esta tenso.
Oh, oh Volker no es el tema de conversación adecuado.
— Volker no creo...— no alcanzo a terminar por un par de dedos se posan sobre mis labios y el olor del perfume de Volker inunda mis fosas nasales.
— Kai quiere superar esto, se lo he dicho muchas veces lo mejor para hacerlo es empezar a aceptar las realidades y una de ellas fue que siempre deseo traerte aquí o al menos saber que pensarías de esto...— hace una pausa y siento que mis manos caen sobre mis glúteos al magnate soltarlas — dile Eli que piensas de esto...— muerdo mi labio inferior y suspiro.
No sé qué está tratando de hacer Volker pero creo que no es buena idea. Cuando estoy por responder las manos del magnate me giran con cuidado y delicadeza. Siento como acomoda la cuerda por mi espalda y la lleva al frente y continúa haciendo cruces de cuerda intercalando caricias suaves sobre mis pechos que me hacen jadear. De pronto siento un rose en mi espalda, algo frio que sube lentamente desde el nacimiento de mis glúteos hacia arriba.
— Te ordene que le dijeras a Kai lo que piensas de esto Eli...— la voz de Volker susurrándome esas palabras muy cerca de mi oído hace que me estremezca y termino jadeando una vez.
— No te escucho...— murmura la ronca voz de Kai sobre mi rostro.
El aire caliente que sale de su boca choca contra nariz y mi ceño se frunce. ¿No se supone que lleva puesta una máscara? Abro mi boca para responder pero no logro hacerlo porque una lengua rosa mi labio inferior. Para luego entrar en mi boca e iniciar con un apasionado beso que me quita el aliento, intento mover mis brazos para acariciar al magnate pero al hacerlo las cuerdas se cierran un poco más con más fuerza y recuerdo que estoy atada.
Jadeo cuando sus dedos se cierran sobre uno de mis pezones y lo aprieta con rudeza antes de retorcerlo. Abandona mis labios y pronto siento su boca sobre él. Su lengua ágil rodea mi pezón humedeciéndolo para luego cerrar sus labios sobre él. Gimo y me remuevo completamente presa de un placer que poco a poco eleva mi cabeza a otra dimensión de placer.
— Elizabeth...— la voz de Volker insiste cerca de mi oído nuevamente mientras su mano desliza un hielo por el costado de mi cuerpo.
Dios esto es una tortura.
— Muchas veces desee esto...— jadeo sintiendo los dientes del magnate cerrarse en mi pesos mientras chupa de este.
— ¿Qué deseaste Eli? — continua Volker a mi lado.
Su mano se desvía hacia el borde de mis glúteos justo sobre la línea que los separa y siento correr una gota de agua fría entre ellas cosa que me hace estremecer.
— Estar aquí con Kai...— murmuro.
— ¿Solo él? — pregunta una vez más y me tenso cuando otra mano se desliza por mi glúteo izquierdo.
— No, desee jugar con ambos...— murmuro, los dientes de Kai se cierran con más fuerza sobre mi pezón y me inclino hacia el frente al mismo tiempo que la mano en mi glúteo se eleva y cae con fuerza sobre ella sobresaltándome.
— ¿Escuchaste Kai? — pregunta en un murmuro — ambos desean lo mismo, relájate y disfruta de esto...— la boca del magnate se detiene y me tenso cuando su calor y humedad se separan de mí.
Por un instante solo soy capaz de escuchar la música de fondo y nada más. Joder, ¿ahora qué demonios está pasando?
Kai Metzler.
Escuchar la pesada y ronca voz de la periodista hablar mientras la ato al mismo tiempo que Volker hace algo más a su espalda que evito ver, me pone. Contra todo pronóstico la situación me excita a pesar de los latentes celos y de la punzada de cabreo que me invade cada que la veo reaccionar a su toque.
— Estar aquí con Kai...— murmura, haciendo que sonría y los celos parecen menguar drásticamente.
— ¿Solo él? — insiste Volker y siento que mi respiración se detiene.
— No, desee jugar con ambos...— jadea haciendo que mi cuerpo se tense.
Sin poder controlarlo muerdo su pezón con más fuerza y succiono de esta al mismo tiempo que la nalgueo con fuerza. Su cuerpo no tarda absolutamente nada en responder a mi estimulo, su espalda se arquea y suelta un grito entrecortado que suena más a un gemido que a otra cosa.
Escucharla reconocer que quería esto, que quiere que mi mejor amigo sea parte de esto la verdad me doy cuenta que no me molesta, me molesta el que Volker esté aquí y este muy consciente del deseo de la periodista, de sus ganas de hacer esto y que a él no le afecte como me está afectando a mí.
— ¿Escuchaste Kai? — Pregunta con un deje de arrogancia y diversión en la voz, Volker sin duda alguna esta noche está siendo un hijo de puta — ambos desean lo mismo, relájate y disfruta de esto...— concluye y en cuanto lo hace caigo en cuenta de lo estúpido que he estado siendo.
Me yergo y busco la mirada de mi mejor amigo que ahora permanece con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Esta tan relajado como siempre pero sonríe con calidez y cierta comprensión.
— Siempre deseamos conseguir personas con las que compartir esto más allá de nosotros...— continua — encontrar a las mujeres capaces de adaptarse a nuestros estilos de vida y aceptarlos, pero también ser parte de ellos de forma activa...— ríe suavemente y suspira — somos unos putos con suerte y lo sabes, así que deja de hacer de esto un lio y empieza a disfrutar lo que la vida te concedió...— con eso se gira y vuelve a sentarse en el sillón lleva el vaso a sus labios y me guiña un ojo.
— ¿Kai? — la voz insegura de la periodista me hace mirarla y no puedo amarla más.
Esta aquí completamente desnuda delante de uno de mis mejores amigos, se cuan excitada esta —su respiración y todo su cuerpo lo grita— más la preocupación y toda su atención siempre ha estado centrada en mí, no en él. Por más morbo o deseo que sienta por Volker, es solo eso y sigo siendo su principal interés. Sonrió de lado al caer en cuenta en esto y le dedico una mirada a mi mejor amigo que me mira con calidez y esa expresión de todo va estar bien.
Me inclino un poco y tomo nuevamente las cuerdas, con la resolución que sin importar lo que pase esta noche, Elizabeth no dejara de sentir lo que siente por mí, que nada cambiara entre ambos porque esto ya lo vivimos y sin saber quiénes éramos, esa vez lo disfrute e incluso desee que fuera ella, tengo la oportunidad de vivirlo y aunque los celos siguen allí sé que con el tiempo menguaran.
Me concentro una vez más en las cuerdas y los nudos que estoy haciendo, para cuando termino un montón de rombos decoran su abdomen y sus pechos están medio de un par de ellos. Esta práctica es una de mis favoritas, no solo porque es hermosa, es una que te da el poder absoluto sobre la otra persona y es la otra persona quien te lo da.
Doy un paso atrás para admirar lo hermosa que se ve y rio sumamente cuando mueve su cuello de un lado al otro buscándonos. Volker eleva su trago en mi dirección y asiento para hacerle saber que estoy bien con esto. Que por ahora justo como vamos está bien para mí. Regreso mi atención a la periodista con ansias de besarla.
Por lo que saco del interior del saco un antifaz dorado y me quito la máscara que cubre mi rostro, para luego ponerme el otro bajo la mirada curiosa de mi mejor amigo que ríe negando con la cabeza. Dejo la máscara sobre uno de los sofás y me acerco a Elizabeth tomando sus mejillas. Sus apetecibles y sexys labios están entreabiertos a la espera de ser adorados y es justo lo que hago.
Estrello mi boca contra la suya con desesperación, la escucho quejarse cuando mueve sus brazos y no puede liberarlos, evidentemente rio porque se cuan jodida es esto de estar atada para ella, pero es el juego que eligió y ahora debe aprender a llevarlo. Si algo tengo claro es que la Elizabeth que se escondía detrás del antifaz tenia madera para ser sumisa.
Algo que le achaco a su poca experiencia en este tipo de cosas, más ahora que tiene mucha más confianza y no teme explorar su sexualidad eso cambio completamente. Elizabeth es una mujer dominante en casi todos los aspectos de su vida y no iba a ser muy distinto en el sexo.
— Sssshhhh...— la insto a calmarse mientras rodeo su cuerpo con mis brazos y la pego a mí, un jadeo escapa de su boca cuando siente mi endurecida polla contra su vientre — si tiras de esa forma de las cuerdas te dejaras marcas más visibles de lo normal — muerdo su labio inferior antes de separarme dispuesto a mostrarme como soy y la amplitud de cosas que puedes hacer con cuerdas — ¿Confías en mí? — pregunto acariciando su mejilla.
Ella ladea el rostro y sonrió de lado, en serio amo tanto cada puto gesto de ella que son con algo tan simple como esto quedo embelesado.
— ¿En serio estas preguntándome eso ahora? — pregunta con un susurro ronca cargado de deseo.
— Si, necesito saberlo...— ella bufa y niega con la cabeza haciéndome reír — nena es importante saberlo, porque estoy por hacerte algo que estoy seguro que nunca has hecho...— su rostro se eleva al mío y he captado toda su atención.
— Absolutamente...— responde segura y mi sonrisa se ensancha.
— Bien...— beso sus labios con suavidad.
— ¿Te quitaste la máscara? — pregunta con confusión una vez abandono sus labios y Volker ríe suavemente.
— No tienes permiso para hablar Eli...— rio cuando ella gira su rostro para ver a mi colega que se divierte con la situación.
— No ayudas Kholer...— le espeta y ambos reímos.
— ¿Necesitas ayuda colega? — me pregunta tensando mis músculos pero termino afirmando en su dirección.
Él se pone en pie y se quita el saco, deshace los botones de las mangas de su camisa y se las dobla hasta sus antebrazos antes de hacerse. Una vez está junto a la periodista asiento en su dirección.
— ¿Puedo? — pregunta colocando una mano a pocos centímetros de la piel en su espalda baja.
Elizabeth se sobresalta ligeramente por oírlo tan cerca y yo respiro profundo antes de asentir. Volker apoya su mano contra su piel desnuda y de inmediato mis manos se cierran en puños, por lo que me giro y voy por las argollas para poder seguir con lo que quiero hacer. No quiero ver que está haciendo porque estoy seguro que está tocándola.
Una vez tengo las argollas respiro profundo y me giro para verlos, sorpresivamente solo está de pie detrás de ella sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón y una sonrisa en los labios. Debería relajarme Volker no es Ajax y en definitiva no presionara las cosas, por lo que debo darle gracias a la periodista por la elección.
Cuando estoy junto a ella analizo el siguiente paso y decido hacerlo más interesante.
— ¿Nena, el suelo, el sofá o sobre Volker? escoge uno — le pido puedo ver como su ceño se frunce.
— ¿Qué?
— Que escojas un lugar, el suelo, el sofá o sobre mi...— repite Volker pegándose a su espalda. Mis hombros tensándose.
— ¿Para qué?
— Escoge...— respondo mordaz — o te castigare...— su piel se eriza en respuesta y amo un poco más el juego.
— Sobre Volker...— responde con altanería en un claro desafío que aunque me remueve por dentro me gusta.
— De acuerdo, Volker ve al sofá...— le indico a mi colega que asiente y se acomoda en medio de este.
No necesito decirle que hare porque se ha dado cuenta de mis intenciones en el instante en que le pregunte a la periodista si confiaba en mí. Guio a Elizabeth hasta donde se encuentra sentado y respiro profundo antes de seguir, esto sería un reto pero uno muy excitante sin lugar a dudas.
Lizzy White.
El magnate me guía por la estancia hasta que nos detenemos, mi corazón late sin control por lo que ocurre, no puedo ver nada por lo que mis otros sentidos se han intensificado y cada cosa que ocurre es un estímulo aún más intenso a mí ya muy excitado cuerpo. Las manos de Kai se acomodan sobre mi cintura y me empuja ligeramente.
— Túmbate sobre sus piernas...— la orden me sorprende pero lo hace aún más lo que dice luego — tu rostro de cara al sofá, tu abdomen sobre sus piernas...— con cuidado y siguiendo sus indicaciones coloco una de mis rodillas sobre el sofá y siento una mano acariciar mi muslo.
Es un rose suave delicado, que reconozco como las manos de Volker, luego otra mano se acomoda sobre mi abdomen. El olor del perfume de Volker inunda mis fosas nasales en cuanto me inclino, ambos me ayudan a colocarme en la posición que me indico Kai y en cuanto estoy sobre sus piernas trago duro al sentir el evidente bulto en la entrepierna del abogado.
Jadeo cuando el hijo de puta eleva su cadera y lo restriega contra mí. Lo escucho reír suavemente, mientras que el magnate respira profundo pero no dice nada. Pronto una mano empieza a trazar caricias en mi espalda que erizan mi piel, asumo que es el Volker porque al mismo tiempo siento como toman mis piernas y las doblan sobre mis glúteos.
Pronto siento las cuerdas pasearse sobre la piel de mis pantorrillas y mis muslos, el magnate se asegura de tocarme con suavidad pero cuando ajusta los nudos lo hace con cierta brusquedad que me prende cada vez más. De pronto uno de las manos sobre mi espalda desciende hasta una de mis nalgas y se detiene justo en la división entre ambas.
Mi cuerpo se tensa cuando también las manos del magnate se detienen, no sé qué demonios está pasando entre esos dos pero justo ahora temo que esto sea demasiado. Más para mi sorpresa siento algo frio gotear justo donde unos instantes estaba la mano de Volker. La gota se desvía entre los pliegues de mis nalgas arrancándome un jadeo.
Luego siente una sensación helada subir de regreso por mi espalda, mientras Kai continua atando mis piernas, sus dedos de pronto se hunden en la parte interna de mis muslos y los desliza hacia mis rodillas con cierta fuerza haciéndome gemir, cuando los regresa hacia arriba muy cerca de mi sexo.
— Estas jodidamente húmeda...— escucho la voz del magnate y siento su aliento sobre mi sexo.
Cierro los ojos y los presiono con fuerza cuando su nariz se desliza por el contorno de mi muslo y al mismo tiempo Volker desliza un hielo por mi cuello.
— Mierda...— jadeo cuando otra mano invade mi espalda y me acaricia con suavidad.
Kai separa mis nalgas y me tenso ansiosa por la anticipación. Unos segundos luego su lengua está deslizándose desde mi clítoris hasta mi entrada trasera. Gimo tensándome y presionando mi frente con el cuero del sofá.
— No te muevas...— me ordenan ambos al mismo tiempo, muerdo mi labio conteniendo una sonrisa.
El magnate se detiene y lo escucho reír suavemente y sé que está más relajado y cómodo con la situación por lo que me entrego al disfrute que están por proporcionarme. Kai lame y chupa mi clítoris antes de mordisquear mis labios antes de continuar hasta mi culo donde lame y luego regresa hacer lo mismo, mi cuerpo se tensa y lucho por no moverme pero me es imposible cuando Volker desliza otro hielo por el centro de mi columna hasta la división de mi culo y lo deja allí.
La sensación fría del agua cayendo entre mis nalgas y la lengua cálida de Kai me enloquece lo que termina por hacer que me mueva de golpe y ambos se apartan, gruño llena de frustración porque lo que menos deseo en este instante es que se detengan. Esta tortura es demasiado placentera.
— Te dije que no te movieras...— murmura la voz ronca de Kai desde arriba y justo después siento un fuerte azote en uno de mis glúteos que me hace brincar sobre el regazo de Volker.
— Cierto...— murmura Volker en mi oído.
De pronto siento algo frio contra mi boca.
— Abre...— me indica el abogado y obedezco, al hacerlo siento el frio metal de algo medianamente grande, cuando lo mete su nariz rosa mi cuello — chúpalo y déjalo bien cubierto de saliva.
Y justo hago eso, es imposible negarme a una petición como esa cuando su voz suena tan ronca y tan malditamente ardiente. Luego de unos segundos tira de él y abro la boca para que lo saque. No sé qué pasa a continuación hasta que siento que un par de manos se acomodan sobre mis nalgas y las separan. Algo líquido y frio cae sobre mi ano enviando un corrientaso a mis piernas y un tirón a mi coño. Las manos de Kai se pasean por ambas aberturas esparciendo lo que sea que me hecho.
Luego el metal frio es apoyado contra mi culo y jadeo cuando presiona contra este, mis algas permanecen separadas por Volker y siento su polla tensarse aún más debajo de mí. Kai desliza lo que asumo es una joya en mi ano con presión pero lentitud, dilatándolo de a poco. Me quejo cuando entra un poco más pero gimo cuando sus dedos empiezan a moverse en círculos sobre mi clítoris.
Los movimientos aumentas y la joya entra por completo y ya estoy a nada de correrme, el magnate desliza sus dedos a mi entrada y Volker libera mis nalgas, mientras Kai entra y saca sus dedos de mi coño donde la sensación apretada es increíblemente placentera, mis sentidos se nublas, mi garganta se seca gracias a que estoy jadeando sin control y pronto exploto en un millón de particular.
El magnate no deja de mover sus dedos dentro de mí, ni su pulgar deja de acariciar mi clítoris buscando un segundo orgasmo que no demora nada en unirse al primero. Mi cuerpo tiembla sobre Volker que continua jugando con los hielos en mi espalda y cuello. Cuando Kai saca sus dedos de mi coño mis piernas tiemblan y me quejo por el vacío que siento ante la ausencia de su invasión.
— ¿Estas bien? — Lo escucho preguntar sobre mi espalda a lo que simplemente puedo afirmar con la cabeza — bien, sigamos...— con eso siento como se pone en pie y solo el calor del cuerpo de Volker me acompaña.
Después de unos segundos, escucho el ruido de algo extraño moverse, no sé lo que es pero me concentro por saber que pasara ahora. Un choque y un clic metálico me alertan que están moviendo o deslizando algo que metal, después de un par de minutos, siento nuevamente al magnate entre mis piernas.
— Relájate, no va a pasarte nada...— me pide y mi ceño se frunce cuando de pronto mi cuerpo se mueve solo elevándose en el aire.
— ¿Qué mierda? — suelto exaltada y sorprendida.
Las cuerdas se hunden y aprietan mas contra la parte frontal de mi cuerpo pero no me lastiman solo se presionando con un poco más de fuerza, siento el vértigo aparecer al no ser capaz de ver nada pero de sentirme suspendida en el aire.
— Shibari no es solo es el arte de atar con cuerdas...— murmura la vos de Volker mientras me gira para poder quedar frente a mí.
— También es el arte de suspender un cuerpo atado...— termina Kai detrás de mí.
Una caricia suave sobre mi rostro devuelve mi atención sobre el abogado que esta frente a mí, aunque no puedo verlo, me hago una idea de cómo luce y dios. Debo reconocerlo que suerte tiene Ainara. En cuanto pienso en mi cuñada mi cuerpo se tensa pero de inmediato desecho el pensamiento al recordar sus palabras.
"Jamás creí que fueran a un club de sexo, mas no me sorprende en lo absoluto y el saber que disfrutan de la sexualidad como lo hacen me gusta, amo con locura y pasión a Volker, lo vi detrás de muchas mujeres y vi demasiadas detrás de él, justo ahora que estamos juntos no voy a privarme de compartir su experiencias solo por tontos celos o inseguridades que ni vienen al caso"
— Ahora mi colega va a follarte delante de mí y no quiero que hagas un solo ruido...— la voz de Volker me devuelve al presente y su orden no solo me deja en shock también me excita aún más.
Kai ríe a mi espalda y quiero golpearlo. No hacer ruido con el entrando y saliendo de mi será casi imposible.
— ¿Quedo claro? — Volker sostiene mis mejillas y asiento — no te escucho Eli...— joder con el abogado que está mando hoy.
— Si, quedo claro...— una fuerte palmada cae sobre mi nalga y grito sorprendida.
— ¿Si qué? — pregunta Kai detrás de mí, mientras ciento como abre más mis piernas y se acomoda entre ellas.
— Te falto algo Eli...— comenta en tono burlón Volker y en este punto estoy odiándolos un poco.
— ¿Si señor? — pregunto perdida en un mar de sensaciones proporcionadas por los dedos de Kai que se mueven sobre mi clítoris nuevamente.
— Muy bien...— murmuran ambos y vuelvo a sonreír.
Definitivamente estos dos están demasiado acostumbrados a jugar juntos, al punto que se complementan y juegan el uno para el otro. Estoy perdida en ese pensamiento cuando Kai me enviste con fuerza y termino gritando de sorpresa. Su polla me llena por completo y de un solo golpe haciendo que mi interior se expanda y se sienta todo demasiado apretado gracias al plug.
Escucho reír a Volker y sé que el imbécil se está burlando porque no hemos empezado a jugar y ya perdí. Pero muerdo mi labio cuando ninguno de los dice nada y más bien el magnate empieza a moverse muy lentamente en mi interior, arrancándome un gemido lastimero que suena más a protesta que a otra cosa.
En respuesta el magnate sujeta mis pantorrillas y las abre un poco más dándole más acceso a mi cuerpo y es allí cuando realmente debo contener el grito que pugna por salir de mi garganta, ya que sale casi que entero de mí, pero vuelve a envestirme con brutalidad, mi interior se queja de dolor y de gusto cuando alcanza ese jodido punto que me hace poner los ojos en blanco y muerdo con demasiada fuerza mi labio.
Pronto Kai esta follandome como me gusta, duro, fuerte, sin ningún tipo de delicadeza, siento mis pechos danzar en el aire victimas de sus fuertes arremetidas mientras me maneja en el aire a su antojo. Nuestros cuerpos chocan con fuerza llenando el ambiente, la música queda completamente opacada por el ruido y por los gruñidos varoniles que escapan del magnate.
— Quítale el antifaz...— le escucho mascullar de pronto para luego detenerse.
Mi pecho se agita cuando siento las manos de Volker detrás de mi cabeza, cierro los ojos y espero, mientras Kai continua dentro de mí, pero sus dedos masajean con suavidad mi clítoris, gimo por lo bajo cuando el antifaz es retirado de mi rostro.
— Abre los ojos Elizabeth...— la voz del abogado se ha vuelto más ronca y trago duro antes de hacerlo.
Abro los ojos y parpadeo un par de veces con rapidez antes de enfocarme en la escena delante de mí. Volker está sentado quizás a unos 30 centímetros de mí, sus ojos grises me miran con deseo, una sonrisa lobuna decora sus labios y esa expresión me hace jadear, continuo admirando al hombre que tengo frente a mí, su camisa está abierta dejando expuesto su torso trabajado, sus abdominales se marcan discretamente ante lo tenso que esta.
La V que marca sus oblicuos me conduce hasta su entrepierna, jadeo al ver su miembro completamente erecto, entre una de sus manos mientras que la otra reposa sobre el espaldar del sofá. Es la maldita imagen de un pecado. Muerdo mis labios deseado saborear su cuerpo, sentir sus manos. Pero evidentemente el pensamiento solo dura unos segundos cuando Kai me devuelve a su burbuja.
Su polla entra y sale una vez mas de mi coño haciéndome jadear y gemir, es imposible no hacerlo. Kai es grande, largo y grueso y aunado a ello tengo una joya en el culo que lo hace todo más putamente estrecho. Grito cerrando mis ojos cuando acelera las arremetidas.
— Abre los ojos y mírame Eli...— me pide Volker y obedezco, claro que lo hago.
Su mano se mueve sobre su polla de arriba abajo, sus ojos fijos en mi rostro, su sonrisa sigue allí y yo no puedo parar de gemir como una loca mientras su mejor amigo me folla como un cavernícola suspendida en el aire. En cuestión de segundos Kai me arrastra a un tercer orgasmo.
— Te mereces un castigo preciosa...— comenta Volker con malicia mientras ve a Kai que ríe detrás de mí.
— De hecho varios...— agrega este con sorna — saliendo de mi — lo siento mover el plug en mi culo y gimo cuando empieza a tirar de el para sacarlo.
Cuando lo siento casi que afuera lo devuelve a mi interior y gimo. De pronto una oleada de calor se desprende desde mi centro hacia el resto de mi cuerpo y jadeo sintiéndome más excitada y caliente que antes. Cuando elevo mi rostro Volker ríe negando con la cabeza mirando hacia Kai. Imito su acción mirado sobre mi hombro y veo como el magnate tiene su teléfono en una de sus manos.
Gimo una vez más cuando da vueltas a la joya en mi culo y mi cuerpo se estremece, el calor va y viene al igual que los corrientasos que son enviados desde el lugar en el que juega a mi centro. Jadeo y me pregunto si esta grabándonos pero no soy capaz de articular ninguna palabra, de hecho no soy capaz de pensar en nada más cuando tira del plug y lo saca de mi culo.
Lo veo guardar el teléfono en el bolsillo de su pantalón que aun lleva puesto y acomodarse entre mis piernas una vez más, sus ojos me miran a través del antifaz y entonces es cuando caigo en cuenta que efectivamente se ha quitado la máscara y ahora usa el antifaz dorado que estaba debajo de esta en la caja.
Sus labios me regalan una sonrisa pícara antes de humedecerlos, no alcanzo ver su miembro pero sé muy bien lo que va hacer, la anticipación me puede y gimo cuando siento la punta de su glande presionar sobre mi culo.
— ¿Estas lista? — pregunta mirándome con un brillo perverso en los ojos.
Cuando abro la boca para responderle, se hunde dentro de mí haciéndome cerrar los ojos de golpe y jadear presionando mis manos una contra la otra. Kai es grande y sentirlo entrar en mi culo con apenas resistencia me deja saber que el plug ha hecho bien su labor al dilatarme para recibirlo.
— Sí, claro que lo estas...— gruñe entrando un poco más y yo me estremezco otro poco — ojos al frente nena...— me pide cuando vuelvo abrirlos para verlo.
Obedezco para encontrarme con Volker nuevamente, solo que esta vez se encuentra sin camisa y su torso tiene una ligera capa de sudor. Muerdo mi labio cuando sus mano sube y baja por el tronco de su polla sin dejar de mirarme. Dios esto es demasiado erótico para mí.
Kai se bombea en mi culo arrancándome gritos de placer, mientras Volker se masturba frente a mí, mis sentidos están demasiado ensimismados y abrumados por la cantidad de sensaciones y estímulos que recibe, que pronto estoy corriéndome una vez más, esta vez con más ímpetu que la anterior dejando claro que el sexo anal es una de las experiencias sexuales más ricas del mundo.
Tras un par de embestidas más Kai se corre en mi interior, es una sensación extraña pero placentera que termina con el sosteniendo mis piernas con fuerza. Estoy segura que tendré marcas rojas en los lugares donde sus dedos se aprietan con fuerza. Unos segundos después Volker también se corre frente tras soltar un gruñido y una maldición entre dientes.
Cierro los ojos jadeando y sintiéndome demasiado débil como para decir o hacer algo. Siento al magnate salir de mi trasero y jadeo bajito cuando me siento vacía. Con cuidado y delicadeza acaricia la parte interna de mis muslos y luego deja un casto beso sobre una de mis nalgas.
Sus brazos rodean mi cintura y tira de mí hacia arriba abrazándome. Mi torso queda pegado al suyo que está lleno sudor, cuando abro los ojos, los suyos me observan cargados de demasiadas emociones, sonríe de lado y suspira.
— ¿Estas bien? — Sonrió y asiento — bien, colega podría bajar la polea por favor...— le pide a Volker que lo siento moverse detrás de mí.
Pronto Kai sostiene mi peso entre sus brazos, se gira y se sienta sobre el sofá, conmigo a cuestas, aún estoy atada por lo que se me hace un poco incómodo pero no me quejo, porque el empieza a deshacer los nudos mientras sus ojos siguen fijos en los míos. No dice nada pero sé que ha disfrutado de esto y yo no tengo palabras para decirlo.
— Te amo...— susurro bajito haciendo que sus labios me regalen una de esas sonrisas que tanto me gustan.
— Tu mi mundo nena...— murmura acariciando mi nariz con la suya.
— Tu toda mi vida y mi existencia...— su sonrisa se ensancha aún más si es posible y pronto libera mis piernas.
— Muévelas con calma puede que te duelan un poco...— y efectivamente al hacerlo todo me duele.
Me quejo un poco mientras él y Volker detrás de nosotros ríe. Cuando giro mi rostro está de pie con tres copas en la mano. Aun va sin camisa pero su miembro ha regresado al interior de su pantalón.
— ¿Cómo estás? — pregunta sentándose cerca de nosotros.
No respondo de inmediato ya que Kai está desatando mis brazos, con cuidado y esa delicadeza que lo caracteriza para estas cosas los mueve y acaricia para luego besar cada punto donde está más rojo. Cuando finalmente soy libre de ataduras me giro para enfrentar al abogado y tomar la copa que me tiende.
— Me duele un poco el cuerpo, pero estoy bien...— él sonríe y asiente posando sus ojos en Kai que está perdido en mi cuello dejando besos suaves.
— ¿Colega? — Kai no responde sino que continúa besando mi cuello y rio cuando una de sus manos sube hasta mi pecho y lo amasa con suavidad.
— Estoy ocupado Kholer no jodas...— Volker empieza a reír mientras siento reír a Kai en mi cuello.
— Bien, supongo que con esto avanzamos y dejamos atrás lo que paso...
Nota del autor: hola mis gamers... DIOS HACE COMO MUCHO CALOR... o son ideas mías? les diré una cosa, Volker no me mata como a la mayoría, pero cada que juega en combinación con Kai o Ajax me mata no es lo mismo solo que con cualquiera de los otros dos. Dios... en fin vayamos a lo importante, (nadie te pregunto Tamy jajajajaja) que les pareció? las leo...
Dejare un regalito para todas por aqui, porque se aman a este hombre y muchas estaran muertas pa despues que lean cuando la sra Kholer aparezca jajajajajaja
En fin gracias por el apoyo, por leernos y la pacienciales amo infinito y nuevamente GRACIAS TOTALES!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro