🎭Capítulo 105 - Malditos celos🎭
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Kai Metzler.
Me acomodo en la silla frente al ordenador sintiendo como el puto dolor de cabeza se asienta un poco más y me desespera. Desde hace días que el dolor de cabeza no se va, tampoco mi puto mal humor y todo desde el jodido día en que vi a Elizabeth hablar con Oliver.
Algo en él no me gusto, la forma en que la miraba, lo cercanos que se veían la forma en que ella busco consuelo en él. Solo recordarlo hace que me remueva incomodo una vez más en la silla.
— ¿Estas escuchándome Kai? — eleva la voz Ajax sacándome de mis pensamientos
— No, disculpa ¿Qué decías? — pregunto mirándolo.
Sus ojos me analizan unos instantes antes de dejar sobre el escritorio el folder que sostiene, entrelaza sus dedos y sonríe de lado.
— Suéltalo...— me dice en tono burlón.
— ¿El qué?
— Lo que te tiene con ese humor de mierda...— respiro profundo y desvió mis ojos ignorando su pregunta — ¿Kai? — suspiro.
— Es Elizabeth...— Ajax ríe y niega con la cabeza.
— No podría ser de otro modo...— eleva una de sus cejas y continua — quiere ir a jugar al club conmigo y que nos mires follar...— suelta el muy hijo de puta logrando que mis ojos se desvíen hacia él, suelta una carcajada y niega — no, no es eso ya me habrías asesinado ¿entonces qué? — pregunta en un tono más serio.
— No soporto verla cerca de otro tipo...— respondo con simpleza.
El silencio que se instala en la oficina después de mis palabras me hace mirar a Ajax que me observa serio.
— Aja, ahora hablando en serio ¿Qué pasa? — pregunta en tono incrédulo.
— Estoy hablando en serio...— Ajax suelta una carcajada que llena el espacio y mi humor empeora.
— Joder colega hemos hecho orgias y te has follado mujeres al mismo tiempo que nosotros, incluyéndola...— agrega con una sonrisa lobuna que me hace asesinarlo con la mirada — y ahora tienes problemas de celos, eres un hipócrita de mierda — continua burlándose.
— Vamos Ajax no es que lo haga porque quiera, simplemente no puedo controlarlo...— suelto exasperado porque en serio los putos celos son algo que no se manejar y que no había sufrido antes con ninguna mujer.
— Tienes que volver al club colega definitivamente...— se burla una vez más y mi cuerpo se tensa.
— Me lo pidió...— su risa se intensifica y se inclina hacia el frente.
— ¿Vas a complacerla no? — pregunta con expresión divertida.
— No lo sé...
En ese momento la puerta de la oficina es abierta y Volker entra con una sonrisa en la cara.
— Hola papi...— lo saluda Ajax en tono aniñado haciendo que Volker ría una vez más y yo ponga los ojos en blanco — ¿Cómo está él bebe? — pregunta retornando a su semblante serio.
— Todo en orden...— responde Volker con orgullo — pero hay algo que debo contarles...— se rasca la nuca ansioso y me observa un instante.
— ¿Qué pasa? — pregunto de inmediato ya que ayer después que salieron de la consulta solo conversamos un poco y nos separamos.
— Pues no es un bebe — mi ceño se frunce y Ajax ríe — son mellizos...— suelta de pronto dejándome de una pieza.
— Dead shot...— suelta Ajax soltando una carcajada — ¿dos de un solo tiro? Qué clase de suerte es esa joder...— se pone en pie y se acerca a Volker para luego abrazarlo — Aina jamás imagino que tu polla la llenaría de esa manera — el comentario me hace sonreír y negar con la cabeza.
De inmediato me pongo en pie y camino hacia él. Cuando se liberan me ve con cierta incomodidad y rio divertido.
— ¿Ya podemos decirnos cuñados, papito o qué? — lo puyo haciendo que ría.
— Si, pero prefiero seguir siendo Volker...— ríe y nos abrazamos con fuerza, felicitándonos a ambos.
— ¿Por qué no dijeron nada ayer? — le pregunto después que nos liberamos.
— Ni ellos podían creerse que tenían dos por uno...— se burla Ajax haciendo que Volker y yo riamos.
— Con la emoción del momento y todo lo que habíamos pasado lo dejamos pasar...
— ¿Dos? mierda — Suelta Ajax riéndose — si con uno ya había pensado que no irías más al club ¿con dos? Olvidemos que Volker alguna vez fue un buen jugador, triste tu polla se va a oxidar...— soltamos una carcajada los tres y nos disponemos a conversar un rato.
Volker luce tranquilo nuevamente y me hace sentir en paz saber que lo resolvieron y que mis sobrinos tendrán un padre como él. Después de una hora de perder el tiempo conversando sobre los posibles planes decidimos regresar al trabajo. La hora del almuerzo nos alcanza y decidimos salir a festejar, por lo que salgo de la oficina en busca de la periodista.
De camino a su oficina me topo con Ginger que viene con expresión cabreada de la oficina de los franceses.
— Buenos días — suelta a mi lado sin mirarme, por lo que me detengo y la llamo.
— Gin...— sus pasos se detienen y se gira para verme.
— ¿Si?
— ¿Qué pasa? — una de sus cejas se eleva y ríe sin ganas.
— ¿En serio, te importa? — suelta tajante — por favor es obvio que no soy importante para el perfecto triangulo porque hace siglos que ni me ven...— continua con resentimiento — esto es el colmo ni si quiera me toman en cuenta como amiga...
— Las amigas no se revuelcan con los tipos que posiblemente vienen con intenciones de joder...— suelta la voz de la periodista haciendo que Ginger se tense y yo me gire sorprendido por sus palabras.
— ¿Disculpa? — escupe con furia la rubia.
— No te hagas la idiota que no te queda...— concluye Elizabeth colocándose a mi lado — ¿todo este show es parte del plan de Eric o de Colette? — mi ceño se frunce.
— Elizabeth...— llamo su atención pero ni me ve.
— Mira aprovechada la única que está aquí haciendo showcitos eres tu...— le espeta Ginger dando un paso hacia ella — Kai tiene mucho más que agradecerme y estoy segura que también lo pasa mucho mejor en la cama conmigo que contigo...— esas palabras son todo lo que necesito —también la periodista— para explotar.
Antes de poder decir algo la cara de Ginger ha sido cruzada con una fuerte bofetada por parte de la periodista.
— En tu vida vuelvas a llamarme aprovechada porque no lo soy y tampoco soy una jodida puta que va de cama en cama metiéndose con cuanto hombre quiera meterle la polla...— Ginger pone los ojos en la periodista y está a punto de saltarle encima cuando los brazos de Ajax se cierran sobre su cintura y tira de ella.
— ¡BASTARDA HIJA DE PUTA COMO TE ATRAVES A PONERME UNA MANO ENCIMA! — le grita revolviéndose en los brazos de Ajax.
— ¡GINGER CALMANTE DE UNA MALDITA VEZ! — Le grita Ajax girándola con fuerza y tomando sus mejillas — ¿Qué coño te pasa? — le espeta.
— Ginger sal de aquí...— suelto entre dientes conteniendo la furia.
— ¿Qué? — suelta liberándose del agarre de Ajax.
— Lar.go...— puntualizo cada silaba antes de posar los ojos en la periodista que también está que echa humo por las orejas — White a mi oficina...— suelto pasando junto a ambas y encaminándome a mi oficina.
Adiós tranquilidad y celebración.
Una vez alcanzo mi oficina dejo la puerta abierta y en cuestión de algunos segundos más el taconeo de la periodista se escucha dentro, luego la puerta se cierra.
— ¿Qué? — suelta con brusquedad.
— ¿Hasta cuándo tengo que decirte que odio los putos shows? — le suelto entre dientes sin girarme para verla.
— Ay perdone señor Metzler olvide que es sumamente discreto que no le gusta que sus cosas se sepan...— suelta con chocancia — puedes irte a la mierda Kai...— cuando escucho sus paso sé que está por irse así que me muevo con rapidez, me acerco a ella y la tomo del brazo girándola.
Sus ojos echan fuego cuando nuestras miradas se encuentran.
— ¿Qué coño fue eso? — le pregunto conteniéndome.
— ¿Cuántas más del edificio se ha follado señor Metzler? — Pregunta con ironía — ¿Kenya quizás? — suelta tentativamente.
— Ginger jugaba con nosotros en el club...— una de sus cejas se eleva y sonríe de lado.
— Maravilloso...— se libera de mi agarre y me reta con la mirada — pues déjame decirte que la muy zorra anda revolcándose con Eric y posiblemente también con Colette mientras tú te esfuerzas por llevar esto adelante tienes a una "amiguita" follandose al enemigo que tanto te preocupa...— me espeta completamente cabreada.
La información me deja de piedra. No tenía idea que Ginger estuviese liada con esos dos. De hecho luego de haberme enredado con Elizabeth nunca más la toque y sé muy bien que Ajax y Volker tampoco.
— ¿Hace cuánto lo sabes? — murmuro, ella eleva una de sus cejas y se encoge de hombros.
— No lo sé, meses... realmente lo olvide y me limite a mi trabajo y mis asuntos...— mi cuerpo se tensa.
— ¿Cómo lo supiste? — en cuanto pregunto sus labios se separan ligeramente y queda en blanco por unos segundos.
Sus mejillas se tiñen de un suave rojo y suspira.
— Vi a Eric follarla en el su oficina...— murmura sin mirarme a los ojos.
En cuanto dice eso la ira se incrementa en mi pecho y quiero ir hasta la puta oficina y matar a guantazos al hijo de puta del francés. No solo por meterse con una de mis empleadas, Ginger la consideraba mi amiga.
— ¿Por qué no me lo dijiste? — pregunto presionando mis manos en puños.
— ¿Qué pasa? — Pregunta Volker entrando a la oficina sin tocar, al ver la tensión en el ambiente sus cejas se elevan y suspira — Ginger esta como loca discutiendo con Ajax en su oficina, ¿me perdí de algo?
— Se está follando a Eric...— declaro sin más.
El ceño de mi colega se frunce y me ve durante un instante antes de ver a la periodista que se cruza de brazos y asiente.
— Mierda...— murmura.
— Como sea, tengo que irme...— suelta repentinamente la periodista ganándose toda mi atención.
— ¿A dónde vas? — sus ojos se desvían hacia mí y con arrogancia responde.
— Oliver viene por mí, tenemos cosas que conversar — en cuanto menciona al puto agente mi cabeza se calienta y siento que estoy a nada de treparme por las paredes gritando que la quiero lejos de él.
— ¿A dónde vas? — insisto.
— No eres sordo Metzler...— me espeta caminando hacia la puerta.
— Elizabeth te hice una maldita pregunta...— su cuerpo se detiene al escuchar el filo en mi tono.
Entonces con esa puta soltura que la caracteriza a la hora de desafiarme se gira y me ve con altanería.
— A su casa...— y sin decir nada más se gira y sale de la oficina dejándome completamente enardecido de furia.
— Ok...— murmura Volker mirándome serio — ¿Qué coño está pasando ahora? — la siguiente hora y media me deshago con Volker.
Le hablo sobre todo lo que está pasando con Rick, la investigación y la situación en la que está poniendo a la periodista con su empeño de encontrar la verdad. Además le hablo de los putos celos que me consumen cada que la veo con otro hombre.
— Kai ¿Estas consciente que Elizabeth te ama verdad? — pregunta después de un largo silencio.
— Si...
— ¿Entonces cuáles son los putos celos? — Me reprocha — los celos son inseguridad y falta de sesos Kai y eres un tipo demasiado inteligente para dejarte llevar por ellos...— sentencia — además no tienes razón para sentirlos — respiro profundo y asiento.
Tiene razón y lo sé, pero sencillamente no puedo evitarlo. Es algo que sencillamente sale de mi autocontrol y aunque confió en Elizabeth los otros hombros son mi problema, no quiero que la toquen.
— Mira sé que lo que diré no va a gustarte...— comenta en un murmuro que me hace mirarlo tenso — pero Ajax tiene razón deberían ir al club...— mis ojos se abren como platos ante la idea y niego con la cabeza — venga colega todos estamos conscientes que necesitas soltarte, los celos no son sanos y si nos los controlas te van a joder la relación...— concluye — Elizabeth no es de las mujeres que puedes prohibirles o limitarlas lo sabes ¿no?.
Respiro profundo, nunca le he prohibido nada a ninguna mujer porque no las veo como posesiones, hasta que ella llego y todos mis conceptos se fueron a la mierda, mi posesividad con ella supera con creces incluso mi nivel de tolerancia. En otras circunstancias estaría extasiado de poder compartir una mujer como ella en el club o con mis mejores amigos. Pero con la periodista simplemente no puedo.
— No puedo...— murmuro.
— Ve al club... llévala, jueguen entre ustedes, miren disfruten de esos momentos hasta que los celos desaparezcan, estas condenándote y lo sabes...— me ve serio y suspira — Eli es muy mente abierta Kai, te ama y estoy seguro que podría jugar contigo al nivel que estabas acostumbrado y lo disfrutaría...— que diga esas cosas me hace mirarlo serio.
— ¿De qué hablas? — no me gusta el sentido que está tomando esta conversación.
Volker respira profundo y antes de responder me ve con intensidad.
— Eli no es precisamente el tipo de mujer que se limite, sabes muy bien como yo que disfruto de cada encuentro en el que estuvo en el club...— mi ceño se frunce y siento un nudo en mi pecho que me incomoda — no te voy a decir que vayas y juegues con otros hombres tampoco que lo forces pero deja de ser un idiota y disfruta de la mujer que tienes porque siempre deseamos encontrar alguien con quien compartir lo que hacíamos en el club...— hace una pausa y suspira — razón por la que lo pasábamos tan bien con Ginger — en cuanto lo menciona me tenso.
— ¿Crees que esté dándoles información a los franceses? — pregunto cambiando el tema.
— No lo sé, es posible y si lo está haciendo obviamente es porque esta dolida, no hemos sido muy atentos con ella desde hace un tiempo...— bufo.
— Por favor, no tenemos una relación con ella, era jugar y en todo caso el único que tenía algo más parecido a eso era Ajax...— Volker ríe.
— Razón por la que están discutiendo en este momento supongo...— me encojo de hombros.
— La eche...— suelto sin más haciendo que Volker respire profundo.
— Lo supuse, ¿pero crees que sea lo más oportuno en este instante?
— No la quiero aquí haciendo de chivo expiatorio y además haciendo shows, le dijo que Elizabeth en mitad del pasillo que se acostaba conmigo...— la cara de sorpresa de Volker es un poema.
— Mierda ¿está loca o qué? — suspiro.
— No lo sé pero ya tengo suficientes problemas como para tener que soportar las estupideces de Ginger...— suelto tajante.
Los segundos pasan y Volker finalmente respira profundo y asiente.
— Bien organizare todo para el despido formal y el documento de confidencialidad...— asiento sin mirarlo mientras me pongo en pie y camino al ventanal.
Mi pensamiento se va a de inmediato a ella, a la jodida periodista y su puta costumbre de retarme, de enloquecerme. Cierro los ojos y respiro profundo. Volker tiene razón tengo que controlarme, tengo que trabajar en mis celos y mi posesividad, es evidente que Elizabeth no cambiara y tampoco quiero que lo haga porque ser justamente esa es una de las razones por las que termine perdidamente enamorado de ella, aunque me jode.
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Desciendo del auto con mi cabeza martilleando, el dolor hoy ha sido insoportable, razón por la que decidí volver temprano a casa. Además quiero solucionar las cosas con la periodista. En cuanto ingreso a la cocina mi nana me recibe con un abrazo y un beso, notando de inmediato mi malestar y sin decirme nada se va, a los pocos minutos regresa con una pastilla.
— Ten...— la deja en mi mano y se mueve a buscar a un vaso con agua — tienes muchos días con dolor de cabeza Kai...— comenta preocupada.
— Es stress nana...— le restó importancia — ¿Elizabeth? — pregunto por la periodista notando la ausencia.
— No ha llegado, creí que vendría contigo...— responde Isabella frunciendo el ceño.
Solo necesito esas palabras para que todas mis alarmas se enciendan, tomo mi teléfono y le marco, pero me cae la contestadora de inmediato por lo que me tenso aún más. Corro fuera de la cocina con mi nana siguiendo mis pasos, en cuanto ingreso a mi estudio abro la portátil e ingreso al programa que diseñe del dispositivo.
Me siento en la silla sintiendo como mi corazón late desbocado y la angustia me asalta por la falta de noticias sobre la periodista. Una vez más el miedo a que algo le suceda me abraza y noto como todo mi mundo colapsa en cuestión de segundos solo por culpa de la jodida incertidumbre. Isabella me habla pero no proceso sus palabras demasiado concentrado en activar el PGS en el collar. En cuanto triangula la ubicación vuelvo a ponerme en pie y salgo disparado del estudio.
Corro escaleras abajo y salgo de la mansión, subo al auto como alma que lleva el diablo y conduzco como la desesperación guiando mis pasos. En cuestión de 30 minutos estoy aparcando el auto frente a un edificio en una zona residencial del lado norte de ginebra.
Tomo el teléfono y abro la app que me permite controlar al dispositivo y ubico la posición de la periodista, está en el edificio. Camino hacia el y me detengo en la puerta sin saber que numero de apartamento es, cuando estoy por marcar el número de Volker para que me de la información que necesito la puerta se abre y siento que el aire entra a mis pulmones con facilidad cuando la expresión sorprendida de Elizabeth me recibe.
— ¿Kai? — suelta incrédula.
No respondo nada, solo me abalanzo sobre ella y la abrazo con fuerza, sintiéndome tranquilo de hallarla sana, a salvo y bien. Cierro los ojos y me lleno de su perfume, de ese clásico aroma a frutas cítricas que la caracteriza y me fascina. Cuando abro los ojos mi mirada se topa con la expresión irritada de Oliver.
Al verlo mi cuerpo se tensa y toda la calma es reemplazada de inmediato por celos, cabreo, frustración y un sinfín de sensaciones que me son imposibles de controlar. Libero a la periodista y sin pensarlo mucho me acerco al agente que ni se inmuta.
— No te quiero cerca de ella...— suelto entre dientes.
— ¿Kai? — la voz de la periodista me hace mirarla una fracción de segundos antes de poner mi atención sobre Oliver.
— Ni se te ocurra volver a traerla a esta pocilga...— cuchicheo mirándolo con odio.
— ¿Qué coño te pasa? — me espeta la periodista dándome un empujón alejándome de Oliver, que hasta el momento no ha abierto la boca.
— ¿Por qué no respondes el puto teléfono? — bramo exasperado.
— Elizabeth, creo que es mejor que subamos tu novio no está en sus cabales y así no es recomendable que conversen...— suelta finalmente el imbécil de Oliver ganándose una ficha para que lo muela a puñetazos.
— No, tú sube, gracias por todo Oli y tu idiota a ver si te calmas...— responde con soltura la periodista haciendo que mi nivel de cabreo aumente al escuchar la puta palabra.
Me giro hacia ella con ganas de asesinarla pero lo que hace luego me deja de una maldita pieza. Se acerca al agente lo abraza con fuerza y deja un beso en su mejilla luego simplemente le dice con una sonrisa cálida.
— Disculpa las molestias, te llamo luego...— se gira y me fulmina con la mirada antes de pasar junto a mí tropezando su hombro con el mío.
No digo absolutamente nada, solo asesino con la mirada a Oliver antes de girarme y seguir a la jodida periodista que camina hacia mi auto con rapidez. Una vez lo alcanza lo rodea y se detiene frente a la puerta del copiloto me ve un instante abre la puerta y se introduce en él. Respiro profundo antes de hacer lo propio.
Una vez dentro me coloco el cinturón y enciendo el auto, arranco y ninguno de los dos dice absolutamente nada durante todo el camino. La tensión es abismal y sé muy bien que esto terminara con los dos gritándonos, lo que hace que mi cabeza duela con mayor intensidad.
— Elizabeth...— murmuro unas cuantas cuadras antes de llegar a la mansión.
— Calla Metzler...— me espeta y respiro profundo.
— No, ¿Qué coño está mal contigo? — pregunto pero la muy hija... me ignora por lo que guardo silencio.
En cuanto estaciono el auto frente a la puerta principal de la mansión, se baja y azota la puerta con fuerza, lo que me hace maldecir por lo bajo, el auto no tiene la puta culpa. Bajo y la sigo tratando de alcanzarla, pero logro hacerlo cuando está dentro, en cuanto cierra la puerta detrás de mi estalla.
— ¿ESTAS DEMENTE O QUE COÑO E' MADRE TE PASA, TIENES IDEA DE LO RIDICULO QUE ESTAS SIENDO? — me grita en español tensando aún más mi cuerpo.
— Ingles Elizabeth...— suelto entre dientes tratando de controlarme.
— Una mierda Kai...— me responde girándose y alejándose de mi mientras continua con una retahíla de palabras en español que no alcanzo ni quiero comprender.
La sigo porque esto tiene que terminar hoy, no podemos seguir con esta maldita actitud. Cuando entro a la habitación la encuentro en el vestier deshaciéndose de su ropa y continua murmurando en español.
—...definitivamente pana tengo una suerte de mierda primero es el tipo perfecto ahora resulta que es un celopata de mierda que no es capaz de controlarse...— se queja — ¿virgencita del valle qué coño te hice para que me jodieras así? Ah no claro, seguro fue por la estupidez de dejar a James en el altar — en cuanto escucho el nombre del taxista frunzo el ceño porque no entiendo ni mierda de lo que dice o qué coño tiene que ver el con todo esto.
— ¿Quieres dejar de refunfuñar? — pregunto perdiendo la paciencia.
En ese momento se gira y debo tragar grueso cuando veo que solo lleva el jean puesto y sus pechos están al aire.
— No me jodas Metzler...— me espeta señalándome con el dedo índice aun en español.
Termina de quitarse la ropa dándome un perfecto vistazo de su perfecto y hermoso cuerpo, cuando está completamente desnuda, echa andar pasando junto a mí y me toma todo es el esfuerzo del mundo no tomarla y empotrarla contra la pared en este instante.
Camina al cuarto de baño y como si de Gollum se tratara continúa quejándose en murmullos en español. La sigo sin decir nada, hasta que la veo entrar en la ducha mis ojos recorren su espalda, hasta alcanzar ese perfecto y redondeado culo y siento como mi puta polla se tensa ante la imagen.
No es el momento colega. Me recuerdo, acomodando la erección que ya se presiona contra mi pantalón.
El agua cae sobre cabeza de la periodista empapándola por completo y yo permanezco como un imbécil admirándola desde la puerta. Cuando se gira nuestras miradas se encuentran unos instantes antes que ella ponga sus ojos en blanco y bufe para luego darme la espalda nuevamente.
— Necesitamos hablar...— suelto con voz ronca.
— No ahora Kai...— suelta tajante — intento darme una ducha y no asesinarte, soy muy joven para ir a la cárcel — murmura lo que me hace sonreír, porque justamente ambos sentimos lo mismo.
Mientras la veo tomar el jabón y aplicar un poco en una esponja empiezo a desvestirme, sin apartar mis ojos de ella. Cuando estoy completamente desnudo camino hacia la ducha y entro, aun no nota que estoy detrás de ella pero su cuerpo se tensa en cuanto mi polla endurecida rosa su muslo derecho cuando intento alcanzar el jabón para hacer lo propio.
— ¿Qué haces? — suelta sin mirarme.
— ¿Ducharme? — murmuro cerca de ella.
— Kai...
— Elizabeth...— respondo en el mismo tono.
Entonces sin decir nada más deja la esponja en su lugar se enjuaga la manos y se gira, nuestras miradas se encuentran y las únicas dos emociones completamente reconocibles en sus ojos son la lujuria y la ira, combinación perfecta para nosotros.
Espero unos segundos pasando mis manos por mi pecho enjabonándome, el desafío está allí implícito entre ambos, esperando el momento a ver quién sede o quien sorprende a quien. Hasta que una vez más contra todo puto pronóstico la periodista, me jode en mi propio juego se agacha frente a mí tensando cada maldito musculo de mi cuerpo al leer sus intenciones. Una de sus manos se va hasta mi polla y la sujeta con fuerza, sus ojos en ningún momento dejan de mirarme.
— Tus jueguitos me los conozco Metzler...— murmura para luego sacar su lengua y lamer la punta de mi glande lo que me hace gruñir — usare las sabias palabras que un puto genio me dijo hace un tiempo, — sus labios dibujan una sonrisa arrogante y continua — si quieres jugar conmigo, la próxima vez recuerda que te advertí que soy muy buena en esto de jugar — el recuerdo de ambos en Dubái me asalta, antes de poder responder alguna cosa mete mi polla en su boca y empieza la deliciosa y perfecta tortura.
Mi cabeza se echa hacia atrás cuando la mano que sujeta la base de mi polla se desliza por ella junto al movimiento de su boca y su mano libre toma mis testículos acariciándolos, gruño y jadeo una maldición cuando se adentra casi que al completo la extencion de mi polla en su boca y siento que estoy en el maldito cielo.
— Mierda...— tomo su cabeza con mis manos y me impulso en su boca, moviendo mis caderas con fuerza.
La escucho atragantarse, pero el ruido me parece perfectamente delicioso por lo que permanezco unos instantes en la misma posición antes de sacar mi polla de su boca, pero no me da tregua vuelve a ella lamiendo y chupando con una necesidad que me prende y me pone como un puto demente descontrolado. La dejo hacer hasta que siento sus dientes presionarse ligeramente en mí el tronco de mi polla y gruño extasiado.
Sus manos se mueven al ritmo y con la presión perfecta, si sigue así no durare mucho. Se separa un poco para escupirla y juro por dios que esta mujer asciendo del infierno a para llevarme al cielo con sus malditas locuras. Su boca una vez mas succiona la punta de mi glande mientras sus manos se mueven en conjunto. Mi cuerpo se tensa, mi polla se tensa entre sus manos y justo cuando estoy por correrme se detiene abruptamente se pone en pie y me tuerce los ojos.
— Elizabeth...— jadeo lleno de frustración pero la muy bastarda vuelve entrar debajo del agua se termina de sacar el jabon y sale del agua sin mirarme.
Cuando pasa junto a mí la tomo del brazo y la pego a la pared con un rápido movimiento.
— No vas a dejarme así...— le espeto mirándola a los ojos.
— Pues creo que ya lo hice...— suelta con altanería elevando su rostro, pero me pego más a ella logrando acomodar mi polla entre sus piernas.
Un jadeo deja sus labios y sonrió de lado al sentir sus piernas presionarse, tratando de evitar que mi polla se deslice entre ellas.
— Quieres esto tanto o más que yo...— murmuro sobre sus labios.
— No, lo que necesito es que dejes de actuar como un puto crio y confíes de una maldita vez en mi...— me empuja con fuerza logrando apartarme un poco.
Sus palabras me abofetean y me dejan de una pieza, ¿en serio cree que no confió en ella?
— ¿Quién dice que no confió en ti? — sus ojos me fulmina y ríe sin ganas.
— Tu con tus constantes celos y estos putos shows de mierda...— cierra los ojos y deja caer su cabeza contra la pared — esto no puede seguir así Kai...— murmura, tensando todo mi cuerpo — es ridículo que sientas celos de cada tipo que se acerca a mí, es incluso estúpido...— abre los ojos y me ve con intensidad
>> Tuviste el tupe de presentarme a Viveka, Leyna, Giselle y ahora también Ginger...— enumera a una de las cuantas mujeres con las que he estado — todas ellas son parte de tu pasado yo soy tu presente y estoy aquí, aunque si Viveka me saca y me llena de celos porque joder la tipa es una diosa andante ¿para qué negarlo? — respira profundo y continua — por dios esta buenísima la hija de puta lo reconozco pero...— el español se hace presente una vez más pero no continua, muerde su labio inferior y suspira una vez más.
— No puedo controlarlo...— murmuro sintiéndome como un crio.
— nadie puede controlar los celos Kai, pero por dios...— se queja — lo tuyo comienza a preocuparme...— en cuanto esas palabras salen de sus labios mis ojos se abren como platos — te he demostrado que te amo, que estoy contigo porque no me veo con nadie más en la puta vida y aunque si Viveka es inseguridad para mí, eso no me hace comportarme como una idiota...— sus palabras son una realidad que ya había notado y me frustra.
— Tienes razón...— murmuro — no estoy siendo lógico ni coherente...— ella ríe sin ganas y eleva una de sus cejas — un idiota cavernícola — agrego y su sonrisa se ensancha — no desconfió de ti nena, desconfió de ellos...— ella suspira y niega con la cabeza.
— ¿Desconfiar de ellos? — pregunta acercándose a mí — se defenderme y además tengo muy claro que si alguno quiere pasarse de listo tengo un novio que intervendrá de ser necesario...— su mirada se suaviza y sus manos van a mis mejillas — te amo Kai Metzler pero odio que estés actuando como un idiota por celos...— eso me hace sonreír con cierta vergüenza.
— Lo siento...— murmuro apoyando mi frente contra la suya.
— También yo...— agrega y sonríe con malicia — así que Ginger...— agrega elevando una de sus cejas y rio — ¿jugo con los tres no es así? — Pregunta con curiosidad y asiento — ¿es miembro del club? — insiste y niego de inmediato.
— No, para nada, solo iba cuando Ajax la llevaba...— asiente y suspira.
— ¿Debo saber sobre alguien más que vaya a echarme en cara que se metió en tu cara y que ahora soy una aprovechada por estar en ella? — pregunta con ironía y rio.
— Nena ninguna había estado en mi cama hasta que llegaste tú...— me sincero porque es la verdad, ninguna mujer había estado aquí en mi propio espacio.
Su mirada se suaviza y suspira haciéndome reír.
— ¿Estamos bien? — pregunto después de unos segundos ella asiente y besa mis labios con suavidad.
— Si, estamos bien...— su mirada se oscurece un poco y su mano sujeta mi polla que sigue rígida — ahora terminare con lo que empecé.
— No, eso lo terminare yo...— respondo tomando su mano y girándola con cierta brusquedad.
Llevo sus manos a la pared separo sus piernas con mis rodillas, acomodándome entre ellas, tomo mi polla y me acomodo entre sus pliegues en cuanto siento la humedad muerdo mis labios conteniendo un gruñido. Sin preámbulos me hundo en ella con fuerza, un grito escapa de sus labios cuando la lleno por completo.
— ¡Dios!...— jadea y empiezo a moverme con rudeza dentro de ella sujetándome de sus caderas.
La envisto con necesidad, con apremio buscando llevarla al éxtasis y en busca del mío, busco sus pechos con mis manos, pellizcando sus pezones, estimulando cada uno de esos puntos que sé que la enloquecen, entro y salgo con fuerza sintiendo como las paredes de su coño se cierran y succiona mi polla arrancándome un gruñido.
— Nena amo que hagas eso...— murmuro haciendo que ella ría y repita la acción lo que me hace presionar mi agarre sobre sus pechos.
— Mas fuerte amor...— me pide y la complazco.
En cuestión de segundos ambos estamos corriéndonos, con intensidad. Mi nombre sale de sus labios en un jadeo entrecortado cuando mi derrame la llena y finalmente ciento como la tensión en mi cuerpo empiezan a desaparecer.
Apoyo mi frente en su espalda tratando de acompasar mi respiración mientras ella hace lo propio, dejo un montón de besos hasta alcanzar su hombro donde muerdo con suavidad y ella se estremece.
— Te amo nena...— murmuro.
— Yo también te amo Kai...— sonrió sin poder evitarlo, consciente que después de esto quizás las cosas sean un poco más fáciles para mí.
#
2 semanas después.
Me remuevo entre las sabanas con la gloriosa sensación de los labios de la periodista dejando suaves besos en mi abdomen, sonrió cuando sus manos descienden a mi erección matutina y empieza a moverlas arrancándome un gruñido que se convierte en jadeo cuando su boca termina cerrándose sobre mi polla y succionándola.
Abro mis ojos para contemplar a Elizabeth semidesnuda, acomodada entre mis piernas con su cabello cayendo a un costado de su rostro y sus ojos hermosos y lujuriosos ojos fijos en mi rostro. Saca mi polla de su boca y sonríe para luego relamer sus labios.
— Buenos días cumpleañero...— me saluda con voz seductora y juro por todo lo sagrado es el mejor despertar de cumpleaños de mi existencia.
— Buenos días...— jadeo.
Su lengua se apoya en mis testículos y los lame para luego continuar por el tronco hasta alcanzar la punta de mi glande donde juguetea con su lengua con una sonrisa pícara en esos labios que me enloquecen. Continua metiéndosela completamente a la boca y cierro los ojos tomando su cabello y enredándolo entre mis dedos.
Empujo mis caderas hacia su rostro alcanzando el fondo de su garganta, las arcadas se hacen presente pero ella permanece en el lugar quieta, sus ojos llenándose de lágrimas me observan y el morbo crece en mi pecho. Sus mejillas se tornan rosadas y pronto eleva su rostro respirando con dificultad y jadeante. Muerdo mi labio ante la perfecta escena antes de que la periodista limpie su boca y se arrastre sobre mi cuerpo para alcanzar mis labios.
Me besa con hambre, desesperación y necesidad. Es un beso completamente descontrolado que deja en evidencia las ganas que siempre nos tenemos. Que nos consumen. Sus caderas empiezan a restregarse sobre mi erección, la tela de su braga me estorba por lo que muevo mis manos un costado y la atrapo las finas tiras rompiéndolas.
Con desesperación tomo mi polla y elevo su cuerpo lo suficiente para clavarme en su coño con fuerza. Jadea a mitad del beso y esto es perfecto. Devoro su boca con hambre mientras mi polla se hunde en su interior con demasiada facilidad. Sostengo sus caderas y la presiono contra mi cuerpo con cada envestida. Finalmente separamos nuestras bocas en busca de oxígeno y me pierdo en la forma en que sus ojos se cierran, sus labios enrojecidos y húmedos se entreabren para soltar gemidos que pronto están llenando la habitación.
Mis manos se van a sus pechos y los magreo con fuerza, prestando especial atención a sus pezones endurecidos. Sus manos sostienen su cabello de forma sexy y esta es una de las mejores imágenes que he tenido de la periodista cabalgándome. Dios esta mujer es perfecta, es hermosa, es loca, es jodidamente irritante y la amo como nunca he amado a alguien que no sea de mi sangre.
Nuestros cuerpos chocan y pronto se cubren de sudor, mis manos se deslizan por su espalda hasta alcanzar su culo y una vez más la presiono contra mí, al mismo tiempo que su coño estrangula mi polla haciendo que gruña una maldición. Su cuerpo se mueve sobre mí elevándome a un nivel de excitación distinto. Con esta mujer nunca me siento igual, siempre es una experiencia nueva y distinta.
Pronto está corriéndose sobre mi maravillándome con sus gemidos y sus uñas clavadas en mi pecho. Jadea entrecortadamente cuando su cuerpo se relaja un poco por lo que la tomo de la cintura y la tumbo sobre la cama, deja salir una risa floja y la admiro completamente enamorado.
— El mejor regalo de cumpleaños...— murmuro sobre sus labios.
— ¿La mamada o yo? — suelta con un descaro que me sorprende y me enloquece a parte iguales.
— Ambas de hecho...— sonríe y toma mis mejillas.
— Feliz cumpleaños señor Metzler...— murmura en tono sugerente — he aquí su regalo...— se señala así misma y elevo una de mis cejas — puede hacer conmigo lo que quiera las próximas 24 horas...— mis labios se curvan en una sonrisa lobuna y mi cabeza explota con mil posibles ideas.
— Entonces no saldrás de estas cuatro paredes en todo el puto día...— murmuro clavando mi polla una vez más en su coño que me recibe gustoso.
— Me encantaría...— jadea — pero...— dejo de moverme y la observo serio.
— ¿Pero qué? — sus ojos están cerrados y su labio inferior esta entre sus dientes.
— Tengo que resolver un par de cosas...— me incorporo sin salir de ella lo que la hace mirarme.
Recorro su cuerpo con mis manos hasta alcázar su clítoris y allí me enfoco en dejar caricias suaves, su cuerpo se estremece y gime de placer.
— Eres mi regalo y no pienso dejarte salir de aquí hasta que me duela el ultimo puto dedo del pie...— ella ríe y abre sus ojos en el momento en que me empujo un poco más dentro de ella.
— Amor necesito...— pero no la dejo terminar, tomo sus piernas y las junto sobre su pecho.
Sus muslos aplastan sus pechos y mis manos se apoyan debajo de sus rodillas para sostener mi peso, mientras muevo mis caderas con lentitud, saco mi polla y vuelvo entrar con delicadeza llenándola por completo, mientras ella jadea y apoya sus manos sobre las mías sosteniendo sus piernas, de pronto cruza sus pantorrillas haciendo un poco más de presión en sus piernas por ende se siente más estrecho en su interior.
Gruño mientras empiezo a envestirla con rudeza, siento como mis testículos chocan contra su piel y como su humedad empieza a chorrear y mojar mi pelvis, con cada envestida un grito sale de sus labios y un jadeo de mi boca. Me concentro en rotar mi pelvis para alcanzar esos lugares que sé que causan dolor pero placer al mismo tiempo.
Coloco mi mano sobre la parte de atrás de ambas rodillas mientras llevo la otra a su clítoris y hago presión sobre él, grita y vuelvo a envestirla.
— Eso, venga dame lo que quiero...— gruño moviendo mis dedos sobre su clítoris alternando mis envestidas con suaves pellizcos en el bulto sensible.
En cuestión de nada una cantidad significativa de fluidos sale de su coño empapado mi pelvis y parte de mi abdomen. Su cuerpo se convulsiona en medio de temblores provocados por el orgasmo y me siento como un maldito dios al saber que soy capaz de sacar squirts en la periodista siempre que quiera.
Algunas estocadas más y estoy corriéndome en su interior, siento el sudor correr por mi espalda y mi frente, sonrió cuando sus piernas tiemblan debajo de mi agarre y dejo una nalgada juguetona sobre su glúteo izquierdo antes de salir de ella con cuidado. Bajo sus piernas con cuidado y voy a su boca, la cual beso con suavidad, mientras acompasamos nuestras respiraciones.
— ¿Estas bien? — murmuro sobre su frente antes de dejar un beso.
— Perfecta...— murmura besando mi pecho — quiero más, pero tengo hambre — rio y me acomodo para verla divertido.
— ¿Hambre de mí y o de comida? — ríe y tira de mi cuello besando mis labios.
— De las dos cosas pero si no como no aguantare la faena que tienes destinada para mí, así que muévase señor Metzler...— rio y acepto moverme tendiéndome a su lado.
La veo moverse con cierta dificultad y quejarse un poco cuando se sienta lo que me hace reír una vez más, cuando sale de la cama me deleito con la curvas de cuerpo y una extraña idea me invade. Una idea que he pensado muchísimas veces desde que estoy con ella pero ahora imaginarla en ese punto me hace sonreír aún más.
Muero por ver el cuerpo de la periodista cambiar por tener un hijo mío. La idea se arraiga más en mi pecho y pienso la posibilidades y en lo perfecto que seria para mí que me dijera que está esperando un hijo. Pero la periodista usa el dispositivo en su brazo y para lograr quedar embarazada debe retirarlo y para ello debemos hablarlo.
— ¿Qué pasa amor? — me pregunta sentándose a mi lado, cuando la observo lleva puesta una de mis camisas y rio.
— Nada solo pensaba en cosas...— ella sonríe y se inclina sobre mí.
— ¿Qué cosas? — pregunta, mientras acaricio su mejilla y aparto el cabello de su rostro.
— Lo hermosa que te verás embarazada...— sus ojos se abren como platos y la sorpresa se dibuja en sus rasgos.
— ¿Qué? — rio.
— Sé que hemos hablado de esto pero nunca había imaginado realmente como seria verte así...— me pierdo en sus ojos y el pecho se me calienta con la posibilidad — sería demasiado perfecto...— murmuro con voz ronca sintiéndome infinitamente pleno.
— Seria hermoso...— murmura también con emoción.
Ambos permanecemos en silencio mirándonos, perdidos en este instante mágico hasta que un par de golpes en la puerta nos sacan de nuestra burbuja.
— ¡Vamos Kai despierta tus sobrinos vinieron a verte! — la voz de Ainara suena divertida del otro lado de la puerta — y el que estén en mi vientre no quiere decir que entrare a verlos follar, estamos en horario supervisado — la carcajada que sale de la periodista me contagia.
Deja un beso rápido en mis labios y se pone en pie para correr a la puerta, dándome un perfecto vistazo de su culo cubierto con un pequeño short negro.
— Aina...— escucho su voz saludar a mi hermana y luego ese tono aniñado y mimoso que ahora es demasiado frecuente oírle cuando esta con mi hermana — hola mis pequeñines hermosos, ¿cómo se portan?
— Hola Lizzy, ¿mi hermanito sigue en la cama verdad? — Responde Ainara — y están perfectamente bien, son muy tranquilos dignos hijos de su padre...— comenta haciéndome reír.
— ¡Volker tiene de tranquilo lo que yo tengo de inocente! — grito haciendo que mi hermana y la periodista rían.
Termino de tapar mi cuerpo desnudo cuando mi hermana entra a la habitación y toma un cojín del suelo y me lo avienta a la cara.
— Sal de la cama pedazo de vago, hay un montón de cosas que hacer, mama viene más tarde y tú sigues allí venga arriba...— toma otro cojín y vuelve a lanzarlo.
— Lo haría si dejaras de lanzarme cojines...— me quejo riendo — además estoy desnudo y no creo que quieras esa imagen en tu cabeza...— entonces pone cara de asco y sale corriendo de la habitación gritando cosas en francés.
Rio y me pongo en pie consciente que este será un día muy interesante.
#
El día ha sido totalmente increíble. Desayunamos Ainara, los mellizos, Isabella, la periodista y yo. Entre risas y comentarios jocosos a costa de mi hermana que ha estado de un humor contagioso. Esta mucho más sonriente y su semblante feliz me llena de tranquilidad, nunca la había visto así y saber que se debe a mi mejor amigo y a esos dos pequeños en su vientre me tiene más que feliz.
— Bueno aquí tienes...— comenta tendiendo una cajita de color negro.
— ¿Qué es? — pregunto tomándolo.
Ella se encoge de hombros y me señala la caja con la cucharilla con la que come pastel.
— Te gustara...— asegura, cuando abro la caja es un hermoso reloj color negro de titanio.
— Es muy bonito...
— Diseño exclusivo y personalizado con todos esos juguetes que te gustan...— agrega con una media sonrisa — feliz cumpleaños pesado...— comenta haciéndome reír.
— Gracias hermanita...— luego coloca una bolsita color azul frente a mí — ¿y esto? — su sonrisa se ensancha.
— Ábrelo...— cuando lo hago dentro hay un conjunto de zapatos de bebe azul y rosa.
Mi ceño se frunce y sin comprender la observo.
— No entiendo...— murmuro y ella ríe.
— Sácalos Kai...— me pide poniendo sus ojos en blanco y llevando una vez más otro bocado de pastel a su boca.
Cuando lo hago noto que son más pequeños de lo que creí, una exclamación tierna se escapa de los labios de mi nana y la periodista lleva sus manos a su boca cuando noto que ambas están viendo la parte de atrás de los pequeños zapatitos.
Cuando los giro mis ojos se abren como platos al leer los nombres.
Axel y Agnes te desean un feliz cumpleaños tío.
Inevitablemente siento como mis ojos se llaman de lágrimas y me pongo en pie para abrazar a mi hermana, sabía que eran mellizos pero saber sus sexos era algo que me tenía muy ansioso.
— Feliz cumpleaños tío...— dice mi hermana divertida besando mi mejilla repetidas veces.
— ¿Cuándo lo supieron? — pregunto con curiosidad revisando los zapatitos sin dejar de reír.
— Hace una semana...— ella me ve con una sonrisa pícara y suspira — Volk esta como loco para hablar de ello, pero le hice jurar que no te diría nada hasta hoy así que finge sorpresa cuando lo haga...— me pide señalándome con la cucharilla y rio negando con la cabeza.
— Ni lo pienses...— me burlo dejando los zapatos nuevamente en la bolsa y ganándome un empujón de mí hermana.
— Me encantan los nombres...— comento mirándola con cariño.
— No fue fácil decidirlos, Volk es un pesado...— pone sus ojos en blanco y vuelvo a reír.
— Son perfectos Aina, felicitaciones...— cometa la periodista mirándola con los ojos llenos de felicidad.
— Lo son, mama estaba que moría cuando se lo dijimos...— comenta con entusiasmo y rio divertido.
Mi plan de encerrarme con la periodista en mi habitación y follarla hasta que me duela el cuerpo se fue a la mierda con la llegada de mis sobrinos y mi hermana pero no me quejo porque no creí que pudiera sentirme tan feliz con ellos aquí. Mama llego cerca del almuerzo junto a Volker que paso por ella y al rato llegaron Winter y Ajax para acompañarnos a almorzar.
La tarde se nos fue entre risas, fotos y conversaciones sobre los nuevos padres y esa necesidad de mi madre de pedirnos a Elizabeth y a mí que nos demos prisa para hacerla abuela porque quiere disfrutar de todos sus nietos pequeños. Cerca de las 5 de la tarde todos se fueron con la excusa que debían arreglarse para la cena que habían organizado mi madre y mi nana. Justo en este momento estoy terminando de arreglarme para poder salir.
Nota del autor: aja mis gamers capitulo intenso y delicioso en muchos sentidos. A ver cuantas amando a Lizzy? cuantas con ganas de darle hasta con el tobo a Kai? jajajajajaja hablemos de algo que seguro las hizo gritar.
MELLIZOS KHOLER????? Jjajajajajajaja Agnes Y Axel, el Volker tiene un pito con puntería jajajajajaja
Y Kai pensando en Lizzy embarazada???? aaayyy que belleza. bueno el próximo capitulo estará lleno de muchas emociones así que sientensen y respiren... a seguir!
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