🎭Capítulo 104 - Una cucharada de su propia medicina🎭
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Lizzy White.
Siempre he pensado que las cosas pasan por una razón, que todo tiene un porque, pero en este instante pienso...
Puta mierda la vida y su forma de hacer las cosas.
— Está embarazada...— murmura Volker sin siquiera mirarnos.
Kai permanece estático en el lugar con la mirada fija en su mejor amigo y yo no sé qué coño decir o hacer. Ninguno de los dos se mueve, el magnate parece perdido o sorprendido.
— ¿Qué? — pregunta una vez más en un susurro y respiro profundo.
— Aina está embarazada Kai, escuchaste bien...— le espeta Volker mirándolo con rabia.
El magante lleva una de sus manos a su cabello y lo despeina para luego parpadear un par de veces.
— ¿Voy a ser tío? — Murmura con una media sonrisa en la cara, que se esfuma de la misma forma en que aparece — espera...— da un paso hacia Volker y este ríe sin ánimos.
— Si, en teoría soy el padre...— en cuanto dice eso cierro los ojos y quiero ser yo quien lo mate, pero evidentemente Kai tiene un plan muy similar al mío.
Cuando abro los ojos tiene a Volker sujeto por la camisa y lo ve lleno de ira.
— ¿Cómo que en teoría? — suelta entre dientes.
— Eso fue lo que dijo Ainara...— responde con cierta ironía el abogado.
— Dime que no estas dudando de mi hermana en este maldito instante Kholer...— la advertencia es clara y si no intervengo pronto creo que esto se pondrá muy mal.
— ¿Y no lo harías tú, sabiendo la forma en que Ainara maneja las relaciones? — Le devuelve Volker sin inmutarse, Kai se tensa ligeramente y al cabo de algunos segundos de asesinarlo con la mirada lo libera — ¿Lo ves? — En este momento pone sus ojos grises en mi — te dije que pensaría lo mismo...
— ¡CIERRA LA JODIDA BOCA VOLKER QUE NO ESTOY PENSANDO Y ESO NO ES BUENO PARA TI! — Le grita Kai sobresaltándome una vez más — ¿Por qué asumes que no es tuyo? — le espeta una vez más enfrentándolo.
— No éramos exclusivos...— responde mirando el suelo.
— ¿Eres imbécil o qué coño? — Suelta Kai exasperado — muy listo, muy centrado y toda mierda pero justo cuando tienes que pensar con claridad actúas como un puto crio...— le reclama.
— ¿QUÉ COÑO QUIERES QUE PENSARA? — Le grita Volker de regreso — AINARA ME PASEO POR LA CARA UNO DE LOS TIPOS CON LOS QUE SALÍA — mis ojos se abren como platos y me quedo con la boca ligeramente abierta.
¿Qué Ainara hizo qué? ay es que la mato, ¿será hermana de Kai? Evidentemente Lizzy, es un mal de familia por lo que veo.
— Claro... eres un hipócrita de mierda...— suelta Kai caminando de un lado al otro — estas con Azhar...— en cuanto menciona a la científico posa sus ojos furibundos en mí y me señala con su dedo índice — y ni una puta palabra, me importa tres hectáreas de mierda que ella solo este jugando al conejillo de indias sexual con Volker — no alcanzo a decir nada porque continua — y el problema no es que estés con ella o con cualquier otra, sabes perfectamente lo que mi hermana siente por ti, VAS TE LA FOLLAS, LA EMBARAZAS Y ENCIMA DUDAS DEL PUTO EMBARAZO...— termina gritando también.
Mierda esto está saliéndose de control.
— MALDITA SEA KAI LA AMO ¿ENTIENDES? — Grita Volker dejándonos tanto al magnate como a mí de una sola pieza — no tengo ni puta idea desde cuándo, pero me va a destrozar si ese niño no es mío...— su voz se torna un susurro y su cuerpo se tambalea una vez más.
— Niñatos de mierda...— murmura Kai negando con la cabeza — ¿puedes explicarme qué coño paso para que estés así y para que Ainara no quiera responder mis llamadas si quiera? — pregunta un poco más calmado el magnate.
— Intente resolver las cosas, fui a su casa pero discutimos cuando le pedí que me explicara cómo estaba al cien por ciento segura que era mío...— Kai lo asesina con la mirada y da un paso en su dirección pero soy yo quien camina hacia Volker y termino dándole un golpe en la cabeza con mi mano.
— Inteligente, hay formas de preguntar esas cosas...— le espeto.
Kai contiene una sonrisa y Volker me ve con pesar, camina hacia un lado de la estancia y toma una de las sillas que esta tumbada en el suelo la levanta, acomoda sus cuatro patas en el suelo y se deja caer en ella.
— Así que Ainara casi te mata y te voto del departamento...— continúa Kai por él.
Volker asiente y da otro trago a la botella de whisky.
— ¿Quieres dejar de beber? — Le espeta Kai caminando hacia él, arrancándole la botella de las manos — ¿en serio crees que si Ainara no estuviera segura que ese niño es hijo tuyo te lo habría dicho? Eres un tipo listo, conoces a Aina y todavía vas y dudas...— le pregunta Kai mirándolo fijamente.
Volker desvía sus ojos y respira profundo, el magnate se pone en pie y empieza a recoger algunas cosas, sé muy bien que solo está tratando de distraer su mente para no terminar de decir más de lo que debería. Después de un incómodo y tenso silencio Volker murmura algo que no alcanzo a comprender, pero hace que Kai se detenga y lo mire.
— ¿Qué?
— No va a perdonarme...— suelta derrotado y en este instante mi pecho se contrae.
Kai me observa un momento y luego suspira, pasa sus manos por su rostro y niega con la cabeza.
— La conoces tan bien como yo...— comenta caminando hacia el — esta cabreada, dolida y posiblemente con ganas de asesinarte pero mi hermana te ama Volker no necesito que me lo diga para saberlo y tu pedazo de imbécil ya era hora que lo notaras...— le suelta en tono burlón — resuelve las cosas con ella y déjate de estupideces, que todos sabemos sin preguntar que ese bebe es tuyo...— Volker cierra los ojos y asiente — Ve a darte una ducha y descansa, iré a ver a Ainara...— se gira y me ve serio, luego niega con la cabeza y hecha andar hacia la puerta.
Maravilloso, ahora también esta cabreado conmigo... puto orgullo Metzler.
Durante un instante permanezco de pie en el mismo lugar, luego me giro y veo a Volker que respira profundo.
— La cague en grande...— murmura.
— No quiero ser pesada, pero te lo dije...— suelto sin más, camino hasta él y me inclino para verlo — tranquilo todo se resolverá ya verás...— le sonrío y vuelvo a ponerme en pie beso su mejilla y me levanto para dejarlo solo.
Antes de salir su voz me detiene.
— Dile que la amo...— sonrió y me giro para verlo.
— Eso tienes que decírselo tu Volk...— Salgo sin agregar nada más y camino por el pasillo en busca del magnate.
Cuando desciendo las escaleras esta al teléfono, camino junto a él.
— Si, esta hecho mierda, deberías venir...— posa sus ojos en mí y luego continua — tranquila, me encargare en lo que pueda...— hace una pausa y suspira — vale, gracias Vive nos vemos luego un beso...— mi cuerpo se tensa al saber que está hablando con Viveka.
Camino hacia la puerta sin volver a mirarlo, respiro profundo consciente que no puedo decir nada, a fin de cuentas es la hermana de Volker y es la mejor opción para venir ayudarle en este momento. Cuando salgo de la mansión de Volker uno de los gorilas que no me dejan ni a sol y sombra abre una de las puertas del auto pero niego con la cabeza.
Camino hacia una de las camionetas, Kai ira donde Ainara y es mejor no estar presente porque estoy segura que esos dos discutirán como nunca. Cuando cierro la puerta los gorilones se suben a la camioneta y no han terminado de hacerlo cuando nuevamente la puerta es abierta, cuando giro el rostro me encuentro con la mirada turbia del magnate.
— ¿Qué haces?
— Iré a casa...— respondo sin más volviendo girar el rostro.
— ¿Por qué no me dijiste nada? — indaga.
— Ya te lo dije no me correspondía decirlo además lo se hace poco — me encojo de hombros restándole importancia.
— Baja...— me ordena abriendo más la puerta y dándome espacio para que lo haga.
Rio sin ganas y niego con la cabeza.
— No, me iré a la mansión y tu iras hablar con tu hermana...— me inclino para tomar la puerta pero se interpone.
— Elizabeth no estoy de humor para shows...— elevo una de mis cejas y rio esta vez con ganas.
— Entonces no montes uno, permiso...— tomo la puerta y trato de cerrarla pero el idiota del magnate no me lo permite.
— Elizabeth...— me advierte y pongo los ojos en blanco.
— Kai...— imito su tono.
Nos desafiamos unos instantes hasta que el finalmente maldice por lo bajo y cierra con fuerza la puerta. Desvió mis ojos al espejo retrovisor y le hago una señal al guardia que conduce para que arranque. En cuestión de nada estamos de camino a la mansión Camaleón. Durante el camino intento comunicarme con Aina pero es inútil tiene su teléfono apagado.
Me preocupa que en su estado este pasando por estas cosas, pero venga han sido unos tontos los dos. Se aman quien sabe dios desde hace cuánto tiempo y jugando a tontear con otros. En fin espero que lo resuelvan pronto porque dudo que esto funcione cada uno por su lado Volker siendo el mejor amigo de Kai y Aina su hermana.
Después de un rato estamos nuevamente en la mansión, cuando entro Isabella me recibe con una sonrisa enorme.
— Hola cariño...— deja un beso en mi mejilla y me abraza con fuerza.
Esta mujer se ha convertido como en una madre para mí en cuestión de meses, de verdad la adoro.
— ¿Cómo estas Isa? — pregunto al verla tan animada.
Sujeta mi mano y me conduce a su rincón sagrado, la cocina. Una vez allí me tiende un sobre de color crema con detalles en negro y dorado, mi ceño se frunce. Al abrirlo mis ojos se abren como platos al leer la invitación.
"Los Metzler tenemos el gusto de invitarlos a celebrar el cumpleaños sorpresa de nuestro querido Kai"
Hora: 8:00 pm
Fecha: Sábado 12 de Diciembre.
Lugar: Black Moon Bar.
Mierda, como rayos se me ha olvidado el cumpleaños del magnate. Bueno aún quedan un par de semanas, pero mi más gran dolor de cabeza acaba de hacerse presente. ¿Qué demonios puedo regalarle a Kai? El hombre lo tiene absolutamente todo.
— ¿Lizzy, hermosa que pasa? — pregunta Isa al ver mi expresión.
— Había olvidado el cumpleaños...— murmuro haciendo que Isabella frunza el ceño — soy terrible con las fechas de verdad...— ella me sonríe con calidez y hace un gesto con su mano restándole importancia.
— Tampoco es como si lo hubieses olvidado del todo faltan algunos días, así que estate tranquila...— me sonríe una vez más y luego continua animadamente — Bergoña está organizando una fiesta sorpresa y ha llamado temprano para que te nos unas...— mis labios dibujan una sonrisa y asiento de inmediato.
— Claro no hay que preguntarlo...— respondo contagiándome del ánimo de Isabella.
— Perfecto entonces vayamos ya mismo a la mansión hay un montón de cosas que organizar...— asiento y ambas salimos de la cocina.
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Nunca creí que organizar una fiesta conllevara tanto trabajo, porque bueno nuestras fiestas son simples, al menos en Venezuela solemos quedar todos en casa del agasajado y se suele hacer una parrillada o una comida, con muchas cajas de cerveza polar, botellas de ron, limón y Pepsi o coca cola, porque obvio a muchos nos encanta el cuba libre. Aunque la última vez que hicimos una fiesta en casa de mi abuela pues teníamos era una guarapa loca como le decimos en mi país.
Básicamente consta de un jugo natural mezclado con alguna botella de aguardiente, es un veneno peligroso porque como toda bebida dulce, la bebes y ni te das cuenta cuando te embriagas, para cuando ocurre estás haciendo el ridículo o tienes una estrecha relación con el retrete.
En fin para los Metzler el cumpleaños de sus hijos es sumamente importante y representativo. Bergoña me ha contado que anualmente le celebraban el cumpleaños a Kai de distintas formas y la verdad es que comprendo un poco más la desazón del magnate con el tema Luther, el hombre era un amor con sus hijos.
— Me parece que podríamos tener una fuente de chocolate, Kai ama el chocolate...— comenta Bergoña señalando un fotografía en una revista — además podemos hacer arreglos frutales y todo eso — Isabella asiente entusiasmada y por un instante me siento un poco fuera de lugar.
No sé con qué ideas colaborar porque bueno, Kai tiene todo en la vida y ¿cómo sorprendes a alguien que tiene todo en la vida? Entonces se prende el foco en mi cabeza empiezo a reír. Llamando la atención de ambas mujeres.
— ¿Qué pasa? — preguntan al unísono.
— Pues estaba con la duda sobre que podría hacer para colaborar y que sorprendiera a Kai, lo tiene todo ¿saben? — Ambas se miran un ínstate y asienten concordando conmigo — pues a Kai le gusta mucho la música lo note cuando estuve en el departamento de la mansión del centro — les explico — pero rara vez lo he visto disfrutando de escucharla, ¿qué tal si contratamos a algo de música en vivo? — ambas se miran a los ojos y veo el brillo de la emoción en ellos.
— Me encanta...— suelta Bergoña divertida.
Entonces Isabella nos ve un instante y luego suspira.
— Eso es complicado, ¿qué tipo de música podrían tocar que a Kai le guste? — rio
— Nada complicado, de eso me encargo yo no se preocupen...— y así doy terminada mi súper y más original idea en cuanto a regalos se refiere.
Aunque comienzo a pensar en llevarlo un poco más allá, así que tengo una tarea interesante hoy al volver. Entonces recuerdo que esta cabreado y suspiro exasperada.
— ¿Qué pasa linda? — pregunta Bergoña sin mirarme mientras continua hojeando una de las tantas revistas que tenemos.
— Nada es solo que Kai y yo discutimos temprano...— Isabella ríe divertida y niega con la cabeza.
— ¿No me digas? Eso es tan poco frecuente...— es mi turno de reír, pero Bergoña me observa un tanto sorprendida.
— ¿Kai y tu discuten mucho?
— Jah tanto como se aman...— responde Isabella por mí haciéndome reír una vez más.
— No puedo creer que tú y Kai discutan...— comenta incrédula Bergoña.
— No tiene idea de lo difícil que es su hijo...
— Si, porque lidiar contigo es la cosa más sencilla del universo ¿no? — suelta la voz del magnate detrás de nosotras sorprendiéndonos a las tres.
Cuando me giro, Kai esta de pie mirándonos con curiosidad, lleva las manos dentro de los bolsillos de su jean y debo decirlo se ve tan jodidamente sexy que olvido por unos segundos que estamos cabreados y me babeo admirándolo. Sus ojos se desvían hacia el montón de revistas sobres la mesita de centro y de regreso al rostro de su madre.
— ¿Otro baile mama? — pregunta un tanto fastidiado y Bergoña empieza a reír.
— Por su puesto hijo, el navideño...— le asegura — ¿Viniste solo, Aina no vino contigo? — pregunta mientras empieza a recoger con disimulo las revistas y colocarlas a un lado.
— Está en la cocina...— responde el magnate mientras rodea el sofá donde se encuentran su nana y su madre, las saluda a ambas con un beso y un abrazo.
Mis ojos no lo pierden ni un solo instante de vista, ni de como la camisa blanca que lleva puesta se ajusta a los músculos de sus brazos o como el jean termina marcando su culo, muerdo de mi labio tratando de evitar mirarlo de más en cuanto sus ojos se debían hacia mí y me dedica una mirada un tanto cabreada, luego se acerca y deja un beso rápido sobre mis labios, para sentarse a mi lado. Su madre lo observa un instante y se cruza de brazos.
— ¿Qué sucede? — en cuanto pregunta me tenso.
Es evidente que ocurre algo entre nosotros, Kai es demasiado expresivo y yo pues con el soy todo lo que nunca he sido. Excepto cuando estamos cabreados, como ahora. Antes de poder responder cualquiera de los dos la voz de Ainara nos interrumpe.
— ¿Qué sucede de qué? Hola mama...— su voz suena un poco extraña cuando me giro para verla tiene un plato con un trozo de torta de chocolate — Nana hermosa...— saluda a Isabella inclinándose sobre el sofá dejando un beso sobre la frente de la mujer y luego otro en la mejilla de su madre.
— Ainara por amor de Dios vas a rodar si sigues comiendo dulces en la forma en que estás haciéndolo últimamente...— la reprende Bergoña mientras esta ríe y se encoge de hombros sentándose en el sillón individual.
— Lizzy...— me saluda en la distancia lanzándome un beso, el cual atrapo en el aire con mi mano y le guiño un ojo haciendo que sonrisa — el pesado de tu hijo me saco de mi modo hibernación y ni si quiera me permitió comer...— se queja señalando a Kai que la fulmina con la mirada.
— Lo habría hecho si no fueras una inmadura de mierda...— le responde Kai.
— ¡KAI! — el grito tanto de su madre como de su nana se deja escuchar y no puedo evitar sonreír cuando se sobresalta a mi lado.
— ¿Que? — pregunta con inocencia haciendo que Aina ría.
— Cuida tu boca...— lo amenaza Bergoña — Noto demasiada tensión, ¿qué paso? — Bergoña suelta la pregunta sin ver a nadie, se inclina y toma su taza de té le da un sorbo y posa sus ojos en Kai.
El magnate suspira y ve un instante Ainara que lo asesina con la mirada y después de unos segundos este responde un tanto exasperado.
— Problemas en la empresa...— Bergoña frunce el ceño y observa a Kai con intensidad.
— ¿Y por qué has dicho eso de Aina hace un momento?
— Porque lo es...— responde con simpleza poniéndose de pie — en fin aquí la tienes, tengo que irme tengo cosas que hacer...— cometa poniéndose en pie cosa que me sorprende.
Pero lo que me sorprende aún más es que se aleja de nosotras sin si quiera volver a mirarme y no necesito de mucho más para que el cabreo aumente en mí, por lo que me disculpo me pongo en pie y sigo al magnate. Lo alcanzo justo antes que llegue a la puerta.
— Kai...— lo llamo, sus pasos se detienen y noto como presiona sus manos en puños.
— ¿Qué quieres Elizabeth? — pregunta de forma cortante.
Yo cierro los ojos y respiro profundo.
Cálmate Lizzy, el pobre ha tenido demasiadas emociones en pocas horas y seguro esta en modo espinoso.
— ¿A dónde vas? — pregunto tratando de controlar mi tono.
Él se gira y posa esos hermosos ojos que me encantan en mí pero que justo ahora me observan con reproche e ira.
— Tengo cosas que resolver...— pongo los ojos en blanco y me cruzo de brazos.
— Ok, ¿llegaras muy tarde? — No insisto, si no quiere decirme pues triste por él, no pienso jalarle bolas para que lo haga — tengo cosas que hablar contigo — concluyo.
— ¿Sobre? — pregunta con curiosidad y me encojo de hombros.
— No llegues tarde por favor...— le pido girándome y dejándolo con la duda.
No he dado ni tres pasos cuando ya una de sus manos se cierra sobre mi muñeca girándome con fuerza, en cuanto choco contra su cuerpo su otra mano viaja a mi nuca y sus labios se estrellan contra los míos hambrientos. No tardo nada en responder porque ni lo pienso, mi cuerpo reacciona al magnate con solo ligeros roses.
Su lengua irrumpe en mi boca en busca de la mía y al hacer contacto ciento como todo mi cuerpo se eriza y mi entrepierna se moja, jadeo cuando su brazo rodea mi cintura pegándome más a su cuerpo. El beso es descontrolado, frenético y desmedido, justo el tipo de besos que suele darme cuando esta cabreado y... entonces caigo en cuenta de algo.
Esta celoso.
Mis manos van a su cuello y lo atraigo más hacia mí, besándolo con mayor intensidad porque amo la forma ruda en que me besa. Luego de unos segundos libera mis labios y sin decir absolutamente nada, entrelaza nuestros dedos y echa andar lejos de la puerta.
Me conduce por el pasillo que da hacia el estudio donde nos reunimos la primera vez que estuve aquí y sin mediar palabras abre la puerta, la cierra y de inmediato vuelve a mi boca, sus manos a mis glúteos su cuerpo presiona el mío contra la madera con fuerza.
Su dureza golpea mi vientre cuando me eleva y mis piernas se cierran alrededor de su cintura. El magnate no dice absolutamente nada, no necesita hacerlo porque lo conozco y sé que el haberme visto con Oliver lo está enloqueciendo. Sus manos alcanzan mi blusa y en un gesto totalmente descontrolado tira de la tela rasgándola, gimo cuando sus manos se apoderan de mis pechos y los magrea con fuerza.
— Maldita sea...— farfulla sobre la comisura de mis labios mientras su pelvis se pega más a mi arrancándome otro gemido corto — tú y tu puta boca, tú y tus putos amiguitos que no pueden comportarse, tu esa jodida forma de ser que me enloquece...— explota mirándome a los ojos con intensidad, con deseo e ira.
Verlo así de cabreado me pone tanto. Dios esto no es normal que cada que se pone así mi cuerpo lo desee tan desesperadamente. Como respuesta lo único que hago es tirar de su nuca y junto nuevamente nuestros labios. Siento sus manos recorrer mi piel desnuda con una desesperación que confirma mis pensamientos, muere de los celos. Jadeo una vez más cuando sus labios recorren mi cuello y empieza a mordisquear aquí y allá.
¿Pero por qué demonios esta celoso?
Tomo sus mejillas y elevo su rostro para contemplar sus ojos, los cuales me analizan y calcinan a la vez. El magnate se ha hecho un libro abierto para mí, puedo reconocer sus emociones con solo mirarlo y sé muy bien que ente momento no solo está celoso esta cabreado, pero no sé muy bien las razones.
— ¿Por qué estas celoso? — pregunto en un murmuro jadeante.
— No lo estoy...— responde con rapidez haciéndome achicar los ojos y mirarlo con reproche.
— Te conozco Kai y estas celoso...— sus manos liberan mi cuerpo y se separa de mi con rapidez, dándome la espalda.
Observo mi blusa y suspiro al ver el desastre que ha hecho. Amo estos pequeños instantes de intensidad pero no me gusta que me cele cuando no hay razón. Y si es lo que pienso todo esto se debe a Oliver.
— ¿Me dirás que te pasa?
— Me ocultaste lo de Ainara...— pongo los ojos en blanco y suspiro.
— Vamos Kai no soy tonta, no es solo eso...— camino hasta ponerme frente a él y me cruzo de brazos mirándolo.
Sus ojos se desvían a mis pechos durante un segundo y bufa exasperado.
— ¿Quieres taparte? — me espeta desviando la mirada y andando de un lado al otro.
La tensión sexual entre ambos haciendo estragos, tentándonos con hacer lo que mejor hacemos en situaciones como esta, dejarnos llevar por el deseo, pero esta vez hay algo más y no estoy entendiendo el que. Kai y yo solemos resolver las cosas mucho mejor después de liberar la tensión sexual que se acumula en nosotros.
— Tu arruinaste mi blusa no me pidas ahora que me tape...— le espeto sintiéndome irritada por su actitud — ¿Me dirás que coño te pasa? — pregunto una vez más.
El magnate se detiene un instante y se gira para verme, la mirada lasciva que me dedica calienta los lugares adecuados y solo necesito de eso para humedecerme. Joder.
No dice nada durante unos instantes hasta que simplemente en un par de zancadas acorta la distancia entre ambos, se inclina un poco me toma de la cintura y me carga guiándome hasta el escritorio, dejo escapar un jadeo cuando su boca va directamente sobre uno de mis pechos, su lengua recorre el contorno de la curvatura que dibujan y luego posa sus ojos en mí.
— Me vuelves loco...— dice entre dientes como conteniéndose — me vuelves malditamente loco...— afirma una vez más, solo que esta vez se apodera de mi boca robándome todo el aire en un apasionante y demandante beso.
En cuestión de segundos ya me ha hecho replantearme la razón por la que trataba de comprender el porqué de sus celos, en este instante solo puedo pensar en una cosa y es en su enorme erección chocando contra mi sexo. Jadeo cuando separa nuestras bocas y con rapidez lleva sus manos al botón de mi pantalón lo deshace y con un pequeño toque me hace elevar las caderas para bajarlos de un tirón.
Quita mis zapatos con rapidez, y termina de sacar la prenda de mis pies dejándolos en el suelo para luego tomar una de mis piernas acomodarla sobre el escritorio, sus ojos calcinan mi cuerpo semi desnudo y vuelve atacar mi boca como un demente, el beso es posesivo, salvaje, rudo, brusco. Logra nublar aún más mi cabeza y haciendo que pierda el sentido.
De pronto lo siento tomarme de las caderas y tirar de al frente, mi cuerpo choca contra él y la punta de su glande golpea la tela que cubre mi sexo, Kai aparta mi braga y con un certero, simple y fuerte movimiento se hunde en mi haciendo que suelte un grito, curve mi espalda y mi cabeza se eche atrás.
— Eres mía...— gruñe sobre la piel de mi cuello.
— Tuya...— jadeo mientras sale con lentitud torturando mi coño con su grosor y atormentando mi deseo porque me folle con salvajismo.
— No lo olvides...— me pide y jadeo cuando muerde el lóbulo de mi oreja — mía Elizabeth...— asegura cuando ha salido casi al completo y una vez más vuelve entrar con fuerza repitiendo la sensación de llenura y absoluto placer.
— ¡Dios si!...— jadeo cuando sus manos me empujan más hacia él y logra entrar un poco más en mi canal.
— Repítelo...— me pide tomando mis mejillas sin dejar de mover sus caderas contra mí, sus ojos mirándome con intensidad y fiereza — Dilo nena, eres mía...— me ordena rozando sus labios sobre los míos.
— Tuya amor, irremediable y absolutamente tuya...— jadeo sintiendo sus manos apretarse un poco más sobre mi rostro y sus embestidas aumentar de fuerza y velocidad.
— Te amo Elizabeth...— gruñe antes de volver a besarme.
Una de sus manos libera mi mejilla y va a mi entrepierna donde sus dedos comienzan a masajear mi clítoris con fuerza y presión.
En cuestión de nada mi cuerpo se calienta aún mas, siento el fuego crecer desde mi centro expandiéndose por todo mi ser hasta que termino corriéndome con fuerza mordiendo mi labio inferior para evitar gritar.
— Presiona mi polla nena...— jadea sobre mis labios una vez más y entiendo perfectamente lo que me pide, pero demoro un instantes en atenderlo.
Pronto las paredes de mi coño lo aprietan con fuerza y lo siento gruñir con fuerza, sus manos presionan mis caderas y tras un par de estocadas más se corre soltando una maldición entre dientes. Su frente queda sobre la mía y su respiración esta tan agitada como la mía. Siento la tibieza de su semen en mi interior y es una sensación exquisita.
Deja un beso rápido sobre mis labios y sale de mí con cuidado, desciende sus ojos hacia mi coño y suspira relamiendo sus labios antes de acomodar mi braga en su lugar. Da un paso atrás y devuelve su polla al interior del bóxer y su pantalón, todo esto sin verme si quiera una sola vez a los ojos. Después de unos segundos suspira.
— ¿Estas bien? — pregunta desabotonando su camisa.
Mi ceño se frunce al ver su acto pero no respondo, está actuando extraño y no comprendo nada. Cuando termina de quitarse la camisa me la tiende.
— Ponte esto, siento haber arruinado tu blusa, la pagare...— mi ceño se frunce aún más por ese comentario y desciendo del escritorio en cuando lo hago siento descender el semen en mi interior — ve a limpiarte al baño, iré por una camisa o algo para mí y te espero abajo para irnos...— sin agregar nada más se gira y sale sin dejarme si quiera responder algo.
Una vez estoy sola, me doy cuenta que ni siquiera me permitió responderle, que salió huyendo de aquí como si algo lo estuviese agobiando, como si estar cerca de mí en este instante fuera algo que no supiera como manejar. Me termino de colocar su camisa tomo mi pantalón y me lo pongo sintiendo como la frustración comienza abrirse paso en mi pecho.
Una vez estoy lista salgo del estudio sintiendo la humedad en mis bragas por lo que corro al baño justo antes de llegar a él Giselle aparece en mi camino, sus ojos me observan de arriba abajo con detenimiento y después de unos segundos desvía sus ojos y me ignora pasando junto a mí. La mirada que me dedica no me gusta nada pero lo ignoro ya que necesito limpiarme.
Con rapidez ingreso al baño y hago lo propio, lavo mis manos y acomodo mi ropa una vez más consciente que todos notaran el cambio y que llevo la camisa que traía puesta el magnate y no es mi blusa. Suspiro nerviosa ante la posibilidad que comiencen hacer preguntas pero bueno, yo solita me he metido en esto.
Salgo del baño y me encamino hacia la sala donde no consigo a nadie, por lo que me dirijo a la cocina donde efectivamente están Bergoña, Isabella y Ainara conversando animadamente. Cuando entro busco con la mirada a mi cuñada y le hago un ligero movimiento de cabeza para que hablemos ella se pone en pie y se disculpa con ambas mujeres para alcanzarme cerca de la puerta.
— ¿Pasa algo? — interroga con seriedad.
— ¿Estas bien? — pregunto de regreso, sus ojos recorren mi anotomía y sonríe con picardía lo que me hace ver que ya noto el cambio de ropa.
— Si... ¿Divirtiéndote con mi hermano? — pregunta en tono pícaro y pongo los ojos en blancos.
— No la verdad...— mis ojos se desvían hasta su vientre y suspiro — ¿Cómo estás? — ella suspira también y de inmediato veo como sus ojos se anegan de lágrimas.
— Discúlpame...— murmura — he estado evitando a todos porque bueno...— sonrio y me acerco a ella para abrazarla con fuerza, la siento sollozar en voz baja pero con rapidez se recupera.
— Estoy aquí Aina y Kai también...— limpia una lágrima rebelde y suspira.
— Lo sé y ahora me arrepiento no haberles dicho antes...— sonrió tomando sus manos y presionándolas con ligereza.
— ¿Vas hablar con Volk? — su gesto se endurece y veo como el orgullo ocupa todas sus facciones.
— No...— se reúsa — es evidente que no cree y quiere esto así que...
— Oh vamos Ainara no hagas esto...— suelto exasperada — por favor Volker esta vuelto loco por ser el padre de ese niño...
— ¿Qué niño? — pregunta una voz detrás de nosotras y mi ojos se cierran al reconocerla.
Isabella se acerca un poco a nosotras y nos observa de una a la otra con curiosidad.
— Eh...— Aina no sabe que responder por lo que pronto rio divertida.
— Un libro que esta leyendo...— Aina asiente con rapidez e Isabella nos observa con suspicacia.
— Claro...— responde sin creernos ni una pizca — tu madre está esperándote para que la ayudes con lo que falta, yo debo regresar a la mansión debo preparar la cena y arreglar algunas cosas mañana es lunes y hay mucho que hacer — posa sus ojos en mí y nota mi ropa, eleva una de sus cejas y suspira negando con la cabeza.
De inmediato mis mejillas se calientan ligeramente.
— ¿Nos vamos? — pregunta pasando junto a mí.
— Claro me despediré de Bergoña...— la mujer me asiente y se retira no sin antes dedicarle una mirada aprensiva a Aina.
— Me va a matar...— murmura suspirando — Isa y mi madre me mataran en cuanto lo sepan...— sonrio y suspiro.
— No lo creo, ambas adoran a Volker y tú eres la niña de ambas...— Aina sonríe con nerviosismo y me abraza de pronto sorprendiéndome.
— Perdóname por ser una perra antes Lizzy...— murmura cerca de mi oído y rio.
— Tranquila... no pasa nada.
Pronto nos separamos y ambas regresamos a la cocina ella se acomoda junto a su madre que nota con expresión confusa mi cambio de ropa pero no dice absolutamente nada, cosa que agradezco. Nos despedimos y al salir de nuevo al frente de la casa Kai se encuentra al teléfono con expresión seria, caminando de un lado al otro.
Isabella está en una de las camionetas aguardando, pero en cuanto el magnate posa sus ojos en mí se acerca al chofer y le indica que parta. A los pocos segundo la camioneta se va dejándonos al magnate y a mí con otro par de camionetas más y su auto.
Camina hasta él y abre la puerta del copiloto indicándome con la cabeza que entre, sin decir nada camino hacia el y subo, a los segundos lo tengo junto a mi colocándose el cinturón de seguridad.
— Si agenda la cita para mañana en la tarde, esta mierda tiene que resolverse de una vez, no quiero más estupideces Volker...— mis ojos se posan en él una vez mas y suspira con pesadez — está bien, nos vemos mañana.
Sin más finaliza la llamada, enciende el auto y antes de salir murmura sin mirarme con cierta brusquedad.
— Ainara tiene control mañana con el ginecobstetra, supongo que querrás ir con ella...— mis ojos se abren como platos al saberlo porque ella no me ha dicho nada.
— ¿No lo sabe verdad? — el niega con la cabeza mientras conduce.
— No y vas a llevarla sin que lo sepa, tiene que resolver esta mierda con Volker de una vez por todas y escondiéndose ambos ninguno de los dos hará una mierda, Ainara es demasiado orgullosa y Volker jamás la forzara...— respiro profundo y rio sin ganas.
— Bueno de eso tengo conocimiento...— suelto con cierta frustración, ganándome una mala mirada del magnate — Volk tiene razón son unos orgullosos de mierda — Kai respira profundamente y se encoge de hombros.
— No puedes quejarte no me lo dijiste y ahora debo resolver estas niñerías...— pongo los ojos en blanco y poso mi mirada en el exterior comprendiendo que Metzler sigue de mal humor y no conversaremos cómodamente.
Aquí está el haciendo honor su apellido y al orgullo del cual Volker y yo nos quejamos y criticamos.
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Son las 3:30 pm y voy de camino con mi sequito de escoltas gorilones a buscar a Aina, la he llamado y le he mentido pidiéndole que me acompañe para ir a comprar el regalo de Kai y ha aceptado encantada. Conociéndola se enojara muchísimo conmigo pero estoy tan de acuerdo como Kai en esto, si es tan orgullosa como su hermano y su padre puede estar por perder al hombre que ha amado durante toda la vida y lo peor de todo es que él se muere por ella también.
Una vez entra a la camioneta me saluda animadamente y le hecha miradas coquetas a uno de los escoltas el cual le sonríe con picardía.
— Es guapo...— murmura mirando al chico a través del espejo.
— Si, pero Volker lo es aún más...— sentencio como quien no quiere la cosa y ella posa sus ojos en mi mirándome mal.
— Obvio que lo es, pero es un imbécil...— responde tranquila lo que me hace sonreír.
— ¿En serio no hablaras con él? — niega con la cabeza y se encoge de hombros.
— Él se lo pierde, no pienso ir tras el... ya no, dejo claro las cosas...— suspiro y niego con la cabeza — Olvidemos eso quiero saber ¿qué has pensado para mi hermano? — pregunta entusiasmada y suspiro.
— Aina no vamos a comprar nada para Kai...1 me sincero porque no quiero que esto salga mal.
— ¿Qué? — pregunta el ceño.
— Kai pidió una cita para que te viera el ginecobstetra...— sus ojos se abren como platos y de inmediato toma su teléfono y marca un número.
— Voy a matarlo...— murmura con el ceño fruncido — es un entrometido de mierda...— farfulla cosa que me cabrea.
— Disculpa Aina pero está haciendo exactamente lo mismo que hiciste tu cuando apoyaste a Leyna...— le echó en cara cosa que la detiene de inmediato, sus ojos se desvían para verme sorprendida — está apoyando a su amigo y tratando en el proceso de hacerte ver que la estas cagando...— desciende el teléfono lentamente y me ve seria — no quiero ser una perra contigo entiendo tu molestia y de verdad lo hago pero también entiendo a Volker y no sé cómo te dijo las cosas pero no hay una forma adecuada o bonita de preguntar lo que hizo...— hago una pausa cuando sus ojos se llenan de lágrimas.
Sé que estoy siendo quizás demasiado dura con ella, pero me parece que está siendo tonta.
— No lo entiendes — murmura.
— Entonces explícamelo, tenemos tiempo antes de llegar...— murmuro tomando una de sus manos.
Y así sin más empieza a explicarme lo duro que fue para ella escuchar a Volker preguntarle aquello, simplemente reacciono de buenas a primeras y luego lo único que quiso fue esconderse y arrepentirse de haberse liado con él. Cosa que la hacía sentir aun peor porque era lo que siempre había soñado. La entendí muchísimo pero también comprendo a Volker y su actitud. Finalmente llegamos al hospital, cuando llegamos Volker y Kai esperaban en la entrada del hospital.
Volk luce terrible, ojeras debajo de sus ojos y su actitud decaída me deja saber que esta situación lo tiene mal, cosa que me enternece porque nunca lo había visto tan abatido y afectado por algo desde que lo conozco. En cuanto nos acercamos a ellos, Aina pasa junto a ambos sin mirarlos, esta cabreada con Kai por tomarse la atribución de pedir una consulta que le correspondía a ella, pero si no es así seguiríamos en el mismo punto.
Los cuatro caminamos en silencio hasta el consultorio donde después de unos cinco minutos de haberla anunciado la llaman. Se pone en pie y me observa con una sonrisa nerviosa esperado que me ponga en pie y la siga pero niego y es Volker quien se pone en pie y camina hacia la puerta la abre y espera que Aina se mueva.
Esta me ve suplicante y niego una vez con la cabeza.
— Deja de ser tan niñata y resuelve esto como la mujer que siempre has querido que te vea...— le espeta Kai cabreado.
Ainara lo fulmina con la mirada y se gira sin decir nada más, camina con altanería pasando junto al Volker que suspira poniendo los ojos en blanco, dejándonos a solas al magnate y a mí. La tensión entre ambos sigue intacta desde ayer. Cuando llegamos a la mansión se encerró en el estudio y volvió a la habitación entrada la madrugada, se acomodó a mi lado y me abrazo un instante beso mi cien murmuro que me amaba y se giró.
No abrí la boca en ningún momento porque no quería iniciar una discusión a esa hora y mucho menos consciente que estaba está cansado y con tantas emociones en un solo día. Al despertar esta mañana ya no estaba a mi lado salió muy temprano al Lux y allí fue donde nos vimos unos minutos antes que se perdiera el resto del día.
Justo hasta este momento donde lo veo caminar de un lado al otro en la sala de espera. La ansiedad está marcada en todo sus rasgos y no puedo evitar sonreír al verlo así.
— ¿Por qué no te sientas? — lo invito con voz suave tratando de derribar el repentino muro que ha puesto entre ambos.
— Estoy bien así...— responde sin mirarme.
Suspiro y decido dejarlo estar, ya me hablara. Tomo mi teléfono y me pierdo en las redes cuando un sms de texto ingresa a mi teléfono y noto que se trata de Oliver. Hace unos días que no se dé el. Durante nuestra reunión me dijo confirmo las cosas que me dijo Kai sobre papa. Le pedí que averiguara por su cuenta las cosas que pudiera sobre mi madre.
Yo no tengo la capacidad de hacerlo porque no por falta de recursos, es simplemente que me siento horrible haciendo esto. Pero necesito saber que ocurrió.
Oliver: Hola Lizzy ¿cómo estas hermosa? Tengo lo que me pediste sobre Kate, ¿podemos vernos?
Yo: hola Oli, todo bien ¿y tú? Claro dime cuando estas disponible y nos veremos.
Oliver: Todo bien, estaré de regreso en la ciudad pasado mañana, ¿te parece si nos vemos en mi departamento?
Ese mensaje me hace fruncir un poco el ceño.
— ¿Qué pasa? — pregunta la voz del magnate trayéndome de regreso. Cuando elevo los ojos está mirándome con el ceño fruncido.
— Nada...— respondo con simpleza.
Yo: Claro está bien, solo envíame la dirección y nos vemos allí.
Envió el mensaje y vuelvo a elevar mis ojos ya que siento la mirada de Kai penetrar mi nuca.
— ¿Qué? — le pregunto al ver su expresión seria.
— ¿Con quién hablas? — elevo una de mis cejas y sonrió de lado.
— ¿Desde cuándo tengo que darte explicaciones sobre con quien hablo? — suelto en el mismo tono irritado que el usa.
— Desde que tu jodido culo está en peligro gracias a tu padre...— suelta entre dientes haciendo que me ponga en pie de golpe.
— Mira Metzler no busques lo que no se te ha perdido ¿ok? — le espeto señalándolo con uno de mis dedos.
— ¿Con quién hablas? — pregunta una vez más y bufo exasperada haciéndome a un lado pasando junto a el para alejarme.
No me sigue de inmediato pero a los pocos pasos siento una de sus manos cerrarse en mi antebrazo, me gira con sutileza y elevo una de mis cejas cuando nuestras miradas se encuentran.
— ¿Qué? — suelto con brusquedad.
— No quiero discutir Elizabeth...— enfatiza liberándome y pellizcando el puente de su nariz.
— Es Oliver, iré nos veremos pasado mañana...— respondo para no entrar en una discusión en la que posiblemente terminemos demasiado cabreados.
El tema de mis padres me pone de a toque y más cuando está en modo sobreprotector y además celoso. Porque aunque siga sin confirmar mis sospechas sé que eso es parte de lo que le ocurre.
Mi teléfono vibra en mis manos anunciando la llegada del sms por lo que desvió mi mirada y leo la respuesta de Oliver.
Oliver: paso por ti mejor, no quiero a los hombres de tu novio en el edificio mis vecinos son demasiado intensos y tengo bastante con los agentes que van constantemente a darme informes.
Ese sms me hace reír porque yo también estoy harta del circo de gorilas que llevo detrás de mí.
Yo: está bien avísame a qué hora pasaras por mi estaré lista un beso.
Envió el sms y cuando elevo mis ojos hacia el magnate la furia contenida en su mirada es demasiado obvia. Cuando esta por decir algo, cierra las ojos y se gira sin hacerlo se dirige a uno de los bancos y se deja caer en él. Su cuerpo esta tenso, su mandíbula esta presionada con tanta fuerza que sus labios son una fina línea, así luce increíblemente sexy y odio mi cuerpo por calentarse ante semejante dios.
Porque cada que Kai actúa de esta forma no puedo evitar compararlo con un dios celta.
Muerdo mi labio detallando sus facciones y la forma en que los músculos de su cuerpo se contraen debajo del traje y como su pecho sube y baja en respiraciones profundas. Está controlándose y no sé si acercarme o dejarlo estar, pero no logro decidirlo cuando la puerta del consultorio es abierta y mostrando a Ainara echa un mar de lágrimas y a Volker abrazándola con los ojos igual de rojos que ella.
La alarma se enciende en mi cabeza al igual que en el magnate que corre en su dirección, ambos llegamos en pocos segundos a ambos y cuándos nos ven sonríen tranquilizándome de pronto.
— 14 semanas...— murmura Volker con emoción haciendo que Kai abra sus ojos como platos y los vea sorprendido.
— Tengo tres meses y medio de embarazo...— concluye Aina con un sollozo saltando de emoción sobre Kai que la abraza riendo.
Después de ese instante todo se vuelve risas y comentarios jocosos, la tensión desparece por completo y nos centramos en Volker y Ainara que lucen felices con noticia. Salimos del hospital y ellos se van juntos alegando que tienen mucho que conversar y nosotros nos vamos juntos.
El resto del camino hasta la mansión lo único que hacemos es hablar sobre el embarazo de Aina y lo emocionado que esta Kai porque será tío. Lleva una enorme sonrisa en el rostro que me encanta ver y no puedo evitar pensar en esa promesa que ha estado rondando entre ambos. Aquello de ser la madre de sus hijos. Sonrió como tonta imaginando aquello y suspiro al verme anhelando una familia con el magnate.
En definitivo mi vida ha cambiado muchísimo desde que lo conocí, empezando por el hecho que ahora sueño con cosas que jamás creí que querría junto a un hombre. Pero en definitiva con Kai quiero un mondo entero y eso incluye hijos, una casa juntos y si un hermoso perro.
Nota del autor: hola mis gamers como les va? capitulo con muchas cosas ocurriendo al mismo tiempo, pero centrados en Aiker y Kazzy. A ver hablemos de los primeros.
Volk, cuantas murieron con el y por el? jajajajaja es un amor mi Volker. (con el permiso de Edumar jajajajaja)
Ahora hablemos de Aina, tengo una duda, se que muchas la "odiaban" pero cuetenme como van sus sentimientos por la peque;a Metzler?
Ahora hablemos de los celos, cuantas los aman???? jajajajaja(esposa se que estas amando el poder de los celos)
En fin sigamos leyendo ahora sigamos!
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